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Inmunología y ejercicio físico: impacto en la función inmune La relación entre la inmunología y el ejercicio físico es un tema de interés creciente, ya que el ejercicio regular puede tener un impacto significativo en la función inmune. Aquí se presentan algunos aspectos importantes sobre cómo el ejercicio afecta al sistema inmunológico: 1. Respuesta Inmune Aguda al Ejercicio: Inflamación Temporal: El ejercicio físico provoca una respuesta inflamatoria temporal en el cuerpo, caracterizada por un aumento de las citoquinas proinflamatorias y la movilización de células inmunitarias hacia los músculos ejercitados. Aumento de Neutrófilos y Linfocitos: Durante el ejercicio, hay un aumento en el número de neutrófilos y linfocitos circulantes en la sangre, lo que indica una movilización de células inmunitarias desde los órganos linfoides hacia los tejidos periféricos. 2. Adaptaciones a Largo Plazo: Mejora de la Inmunovigilancia: El ejercicio regular puede mejorar la inmunovigilancia, lo que significa que el sistema inmunológico es más eficiente para detectar y eliminar células infectadas o anormales, reduciendo el riesgo de infecciones. Reducción del Estado Inflamatorio Crónico: Aunque el ejercicio agudo puede desencadenar una respuesta inflamatoria temporal, el ejercicio crónico está asociado con una reducción del estado inflamatorio crónico, lo que puede beneficiar la salud inmunológica a largo plazo. 3. Moderación y Equilibrio: Importancia de la Intensidad y Duración: La intensidad y duración del ejercicio pueden influir en su efecto sobre el sistema inmunológico. El ejercicio de intensidad moderada se ha asociado generalmente con efectos beneficiosos sobre la función inmune, mientras que el ejercicio excesivo o prolongado puede tener efectos negativos, incluyendo la supresión temporal del sistema inmunológico. 4. Influencia del Entorno y del Estilo de Vida: Nutrición: Una nutrición adecuada es fundamental para mantener un sistema inmunológico saludable, y el ejercicio regular puede mejorar la eficiencia de la absorción de nutrientes y la función inmune. Sueño: El sueño adecuado es crucial para la recuperación y la regeneración del sistema inmunológico después del ejercicio, y la falta de sueño puede aumentar la susceptibilidad a las infecciones. Estrés: El ejercicio puede ayudar a reducir el estrés, lo cual es beneficioso para el sistema inmunológico, ya que el estrés crónico puede suprimir la función inmune. En resumen, el ejercicio físico regular puede tener efectos significativos en la función inmune, mejorando la inmunovigilancia y reduciendo el estado inflamatorio crónico. Sin embargo, es importante considerar la intensidad, duración y contexto del ejercicio para optimizar sus beneficios para la salud inmunológica.
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