Logo Studenta

odontología en la salud pública

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

ODONTOLOGIA DE SALUD PUBLICA INTERNACIONAL* 
F. BRUCE RICE, B.D.S. 
Jefe del Servicio de Hz’gz’ene Dental, Organilzacih Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza 
EVOLUCION DE LA ODONTOLOGIA 
DE SALUD PUBLICA 
Siempre se ha considerado a los dentistas 
como individualistas obstinados, y tal vez 
por serlo, en general, se sientan poco atraídos 
por la odontología de salud pública. Dada 
la importancia que los educadores dentales 
han venido dando a la preparación del 
estudiante de odontología para el ejercicio 
privado de la profesión, es fácil de compren- 
der por qué los dentistas que ingresaban en 
los servicios de salud pública eran consi- 
derados por sus colegas como seres inferiores, 
que no reunían condiciones para dedicarse 
al agitado ejercicio privado de la profesión, 
o bien como filántropos desorientados que 
desdeñaban los beneficios de dicho ejercicio 
privado de la profesión para consagrarse al 
ideal mítico de ayudar a sus semejantes, en 
mayor escala. La remuneración ofrecida por 
los servicios de odontología de salud pública 
solía ser lamentablemente insufkiente y 
no podía atraer a los elementos más pro- 
gresistas de la profesión; la obligada subor- 
dinación del individuo a una organización 
burocrática tentaba poco a esos consecuentes 
individualistas; muchas veces, los servicios 
de odontología de salud pública estaban 
bajo el dominio absoluto de los directores 
médicos, que no sentían un verdadero 
interés por los problemas dentales; además, 
resultaba difícil disponer de fondos y de 
personal, y en los casos en que se obtenían 
eran, por lo general, inadecuados. 
Al cabo de los años y tras mucho esfuerzo 
y no pocas frustraciones, todo eso va cam- 
biando, debido en gran parte a la actividad 
y apoyo de la profesión en general, más la 
demanda, que va siendo cada vez mayor y 
más persistente, de cuidados dentales por 
parte de los grupos de población de ingresos 
* Publicado en inglés en Public Health Dentis- 
try, Val. 21, No. 1-2, 1961. 
más reducidos. Actualmente, la odontología 
de salud pública es una carrera de espe- 
cialización y ha alcanzado una importancia 
(a la par que el odontólogo de salud pública 
una condición social) que hace apenas unos 
años, en los tiempos de la pasada generación, 
hubiera parecido imposible. Hoy el departa- 
mento dental tiene en muchos pafses su 
propio director-que es un odontólogo-, y 
es prácticamente un departamento autó- 
nomo, aunque establecido como una unidad 
administrativa dentro de la estructura 
orgánica de los servicios de salud; dispone 
de sus propias partidas presupuestarias, y el 
sueldo del personal está a la altura del 
correspondiente a otros departamentos del 
servicio de salud pública. En los países 
donde no se ha llegado aún a esta situación, 
la profesión odontológica no debe desmayar 
en sus esfuerzos hasta conseguirla. Es 
significativo que en todos los seminarios de 
la Organización Mundial de la Salud sobre 
higiene dental se haya hecho hincapié en 
este punto, alegando que no habrá verdadero 
progreso de los servicios dentales de un país 
mientras no los organicen y controlen los 
propios dentistas. 
Importancia de la prevención 
Otro importante cambio experimentado 
en la odontología de salud pública es el 
interés especial que se dedica actualmente a 
la prevención. El viejo concepto curativo 
está dejando paso rápidamente a los servi- 
cios y medidas de prevención, a la concen- 
tración de esfuerzos para incrementar la 
atención de los grupos jóvenes de la pobla- 
ción y a ciertas medidas como la fluoración 
del agua de los abastecimientos públicos y la 
aplicación tópica de soluciones de fluoruro. 
Es posible que la mejor apreciación y com- 
prensión de la odontología se derive, en 
parte, de la publicidad de los buenos re- 
23 
24 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
sultados obtenidos con estas medidas pre- 
ventivas. 
El aspecto politice 
Se va comprendiendo cada vez más la 
necesidad de disponer de servicios de higiene 
dental y de la oportuna ampliación de los 
ya existentes, y de las instalaciones donde 
prestarlos. Desde hace muchos años, se 
viene dando cierta atención dental gratuita 
a las personas indigentes, y sc dejan en manos 
de los dentistas particulares los cuidados 
dentales del resto de la población. Este 
sistema afecta desfavorablemente a las 
personas de ingresos modestos, para las 
que resulta difícil, cuando no imposible, 
sufragar la debida atención dental, tanto 
propia como de sus familiares. 
Se ha afirmado a menudo que las guerras 
no traen nada bueno. Así ocurre, indudable- 
mente, por lo que hace a muchos respectos, 
pero las dos últimas han servido para poner 
de relieve la necesidad de que, en todos los 
aspectos, los pueblos estén preparados, 
sanos, incluyendo en esa necesidad la de un 
buen servicio dental. La prestación de 
servicios dentales gratuitos al personal de 
las fuerzas armadas durante estas guerras, 
y, posteriormente, la demanda de estos 
servicios por parte de la población civil, han 
constituido indudablemente un estfmulo 
para que se aprecien los programas de 
atención dental. En Nueva Zelandia (país 
de origen del autor del presente trabajo), el 
mal estado dental de los reclutas en la 
primera guerra mundial contribuyó, sin 
duda, a que los políticos comprendieran 
la importancia de los problemas dentales, y 
dio lugar a que se crease el Cuerpo de Odon- 
tología. Este fue también el motivo prin- 
cipal de que se decidiera establecer un 
servicio dental escolar tan pronto como 
terminó la guerra. Kuntson (l), al referirse 
a los progresos realizados entre 1943 y 
1953, en materia de odontología de salud 
pública en Estados Unidos, informa de 
una situación similar en este país durant’e 
la segunda guerra mundial, de la que habla 
en estos términos: 
“De los primeros dos millones de hombres 
examinados llamados a filas, fueron rechazados 
más por no reunir los requisitos dentales que por 
cualquier otro defecto físico. Aproximadamente 
un hombre de cada 12 fue rechazado por defectos 
dentales. Entonces nos dimos cuenta de que a los 
niños de la nación se destinaba menos de la 
cuarta parte de los servicios dentales que re- 
querían . . .” 
A t’ítulo de ilustración del cambio de 
actit,ud general experimentado ante la 
odontología, citaremos las palabras del 
Mariscal de Campo Lord Montgomery (2) : 
“Nunca olvidaré la indignación de Churchill 
al enterarse de que estaban desembarcando varios 
sillones de dentista en las playas de Normandfa. 
Sin embargo, desde la guerra de 1914-18 hemos 
aprendido que, con la atención dental del soldado, 
se lo mentiene en el campo de batalla.” 
John E. Fogarty (3) resume el punto de 
vista de los políticos de la siguiente manera: 
“Si se acepta que la higiene dental es parte 
integrante de la salud general-y creo que no cabe 
duda a este respecto-, la atención dental debe 
formar parte de todo programa de atención 
médica. Sin embargo, hasta la fecha, no hemos 
avanzado mucho en cuanto a prestar servicios 
dentales completos a la población. . . . La salud 
es nuestro mayor recurso nacional. A juicio de 
algunos, no se esta en condiciones de mejorar 
mucho más nuestro estado de salud porque cuesta 
demasiado. Pero, a nuestro entender, lo que no 
se puede hacer es dejar de mejorarlo. . . . El 
gran objetivo de las profesiones dental y médica 
debería consistir en asumir la dirección de la 
labor encaminada a ofrecer a la población del país 
el goce de la máxima salud.” 
Otras muchas observaciones de índole 
similar podrían citarse, pero basta lo dicho 
para indicar que el público comprende 
cada vez mejor los problemas de la mala 
salud dental. Por consiguiente, aprove- 
chando las circunstancias favorables, la 
profesión de odontología debe estar pre- 
parada para emprender, en el momento 
más propicio, programas de sentido realista 
encaminados a la proteccibn y fomento de 
la higiene dental. Los dirigentes de la 
Julio í96] ODONTOLOGIA DE SALUD PUBLICA INTERNACIONAL 25 
profesiónnos están advirtiendo constante- 
mente que si ésta no logra tomar la inicia- 
tiva, la tomarán los políticos con el apoyo 
del público. 
LOS PROBLEMAS DE LA ODONTOLOGIA DE 
SALUD PUBLICA 
Todos conocemos los principales proble- 
mas con que se enfrenta la profesión: 
la caries dental, las enfermedades periodon- 
tales y las anormalidades que incapacitan, 
tales como la maloclusión grave y la ura- 
nosquisis. Sin embargo, el odontólogo de 
salud pública se enfrenta con otros proble- 
mas que hay que resolver antes de abordar 
los relativos a la higiene dental; y son los 
problemas financieros, de personal y de 
suministros. 
Todos estamos convencidos de que, si 
se dispone de estos tres elementos esenciales, 
se puede proceder, a su debido tiempo y 
con una buena planiíkación, a prestar los 
servicios curativos y preventivos necesarios 
de la población. 
Recursos jinancieros 
Es axiomático que no se puede tener un 
servicio sin pagarlo. Así ocurre con los 
servicios dentales, que la población paga 
de alguna de estas formas: 
1) Individualmente, si el paciente abona 
los honorarios del dentista, directamente o 
mediante un sistema de pagos por adelan- 
tado o con posterioridad a la prestación 
del servicio. 
2) Colectivamente, por grupos cuyos 
miembros figuran en un plan de seguros, 
reciben servicios dentales como derecho 
inherente a su empleo, etc. 
3) Colectivamente, toda la población, 
mediante impuestos. 
El pago de los servicios dentales puede 
ser voluntario, como en los casos compren- 
didos en el párrafo 1) y en ciertos planes, 
como los citados en el 2), u obligatorio, 
como ocurre en el sistema mencionado en el 
3) y en ciertas clases de servicios ofrecidos 
mediante los sistemas del párrafo 2). 
Cuando se trata de un sistema de pago 
obligatorio, queda garantizada la máxima 
demanda de estos servicios. Cuando el 
sistema es de carácter voluntario, la de- 
manda de servicios aumenta sólo en la 
medida en que pueda persuadirse al indi- 
viduo de que necesita tratamiento, ya sea 
con regularidad o de manera esporádica. 
En los sistemas de pago obligatorio (y 
ciertas clases de sistemas voluntarios) se 
interpone una tercera instancia en la rela- 
ción dentista-paciente, y el derecho del 
paciente de elegir a su dentista puede quedar 
restringido. Por eso, los dentistas que se 
dedican al ejercicio privado de la profesión 
no suelen ser partidiarios de estos sistemas, 
que inevitablemente gozan de la preferen- 
cia del odontólogo de salud pública, ins- 
pirado en el ideal de una higiene dental 
que abarque a toda la población. 
Personal de odontoìogia 
En la mayoría de los pafses no hay den- 
tistas suficientes para atender las necesi- 
dades de tratamiento, y son muy pocas las 
naciones donde recibe la debida atención 
el grupo de población que requiere prioridad 
(los niños). La creación de nuevas escuelas 
de odontología para obtener un mayor 
número de graduados tal vez compensará, 
hasta cierto punto, las exigencias del 
crecimiento de la población, pero no cabe 
esperar que con ello queden atendidas 
eficazmente las necesidades del grupo pre- 
ferencial si se proyecta abarcar a toda la 
población. Esta es la situación que se ob- 
serva en Europa y en las Américas; en 
Africa y Asia es mucho peor, ya que la 
razón del número de dentistas respecto al 
número de habitantes es mucho menor, e 
incluso en algunos de esos países no existe 
todavía una enseñanza oficial de odonto- 
logía. La falta de fondos para el estableci- 
miento de escuelas de odontología en 
estos países obliga a contratar dentistas 
extranjeros y a adjudicar becas a personal 
local para estudiar odontología fuera del 
país. Ambos sistemas resultan caros y no es 
probable que mejoren materialmente la 
actual deficiencia de personal de odont)o- 
logia. 
En Europa y en las Américas, por lo ge- 
neral, el atraer estudiantes a la profesión de 
odontología es un problema continuo, ya que 
esta profesión no goza de la popularidad de 
algunas otras. En muchos países de Africa 
y de Asia son muy pocos los estudiantes 
que poseen la formación necesaria para 
seguir los estudios de odontología, de 
medicina o de otras carreras. 
Para extender el tratamiento dental a un 
sector más amplio de la población, los 
odont6logos deben seguir la orientación 
de los médicos, delegando una parte más 
considerable de la labor en personal auxiliar, 
debidamente preparado (por ejemplo, hi- 
gienistas dentales y enfermeras de odon- 
tología escolar) y al mismo tiempo seguir 
utilizando en la mayor escala posible los 
servicios de ayudantes dentales, recep- 
cionistas y técnicos de laboratorio. 
En un trabajo anterior (4), el autor 
examinó la cuestión del personal auxiliar y, 
por consiguiente, no vuelve aquí sobre 
el tema, salvo para afirmar que la utiliza- 
ción de ese personal constituye la solución 
más aceptable del problema de falta de 
personal de odontología, si se tiene presente 
que el número de auxiliares y la amplitud 
de sus funciones se fijarán después de un 
minucioso estudio de las necesidades de 
cada país. 
Suministros dentales 
Una vez que se cuente con el primero y 
segundo elementos esenciales-o sea re- 
cursos económicos y humanos-, será 
fácil hallar solución al problema de obtener 
equipo y suministros dentales. 
Se atribuye a Napoleón el dicho según 
el cual “el estómago es lo que hace marchar a 
los soldados”. También puede decirse de 
un servicio dental que su eficacia depende 
de su sistema de suministros. En los países 
que se encuentran alejados de las fuentes 
de suministros es indispensable hacer los 
pedidos de equipo y suministros dentales 
con la debida anticipación, tener almacenes 
26 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
con aire acondicionado para guardar ciertos 
artículos, contar con un sistema rápido y 
eficiente para atender los pedidos de las 
clínicas dentales, así como con un servicio 
de reparación y conservación de equipo. 
Siempre cs necesaria cierta estandarización 
de los artículos en depósito, sobre todo de 
los más esenciales. Este problema de su- 
ministros puede ser uno de los más difíciles 
de resolver en los paises menos desarrollados, 
sobre todo si hay limitaciones financieras, 
de personal y de instalaciones de almacena- 
miento. 
Planijkación estatal 
El trat’amiento dental es caro en t’odos 
los países y muchas personas no pueden 
pagarlo. En cambio, muchas otras per- 
sonas, en especial en los países occidentales, 
prefieren gastar el dinero en cosas que, a 
su juicio, son más importantes, como el 
tabaco y el alcohol. Por ejemplo, en Es- 
tados Unidos, se gastaron casi dos mil 
millones de dólares en cuidados dentales, 
en 1959; lo que es una cantidad considerable. 
Pero dicho país consumió en el mismo año 
tabaco y alcohol (5) por valor de 16.600 
millones dc dólares. Habría que estudiar la 
posibilidad de intercambiar estas cifras 
mediante una propaganda comparable a 
la de los que explotan el tabaco y el alcohol 
y financiada a expensas de impuestos 
especiales sobre estos productos. 
La demanda pública de atención dental 
se refleja en la política por una tendencia 
creciente de los gobiernos a interesarse en 
planificar, subvencionar y ejecutar pro- 
gramas de cuidados dentales. 
En la Gran Bretaña, por ejemplo, viene 
funcionando desde hace años un servicio 
nacional de salud que comprende el trata- 
miento dental, y está a punto de empezar 
el adiestramiento de auxiliares dentales. 
En 1959, los honorarios autorizados para 
los dentist,as incluidos en este plan ascen- 
dieron a 347.491.302 (aproximadamente 
142 millones de dólares) (6). 
En los países escandinavos y en Nueva 
Zelandia. la educación dental y los servicios 
Julio 196S] ODONTOLOGIA DE SALUD PUBLICA INTERNACIONAL 27 
dentales infantiles están sostenidos en 
gran parte con fondos públicos. En el último 
país mencionado, el gobierno, estimulado 
por la Asociación Dental de Nueva Zelandia 
y ante el deplorable estado dental de los 
reclutas de la primera guerra mundial,instituyó un servicio dental en 1921. No 
se disponía entonces de un número sufi- 
ciente de dentistas para atenderlo, ni cabía 
prever que lo hubiera en un futuro próximo, 
pues el número de estudiantes de odon- 
tología era sumamente pequeño en ese 
momento. Sir Thomas Hunter, odontólogo 
particular a quien se le había encargado la 
planificación de un servicio de higiene dental 
escolar, aprovechó una sugerencia formu- 
lada años atrás por un colega suyo, optó por 
adiestrar personal auxiliar (enfermeras de 
odontologia escolar) para empastar y ex- 
traer dientes a los niños. La Asociación 
Dental apoyó oficialmente la propuesta, 
y hoy se siente orgullosa de que todos los 
escolares de Nueva Zelandia y casi la 
mitad de los preescolares (a partir de los 
dos años y medio de edad) sean con regu- 
laridad objeto de atención dental. Con 
fondos procedentes de la recaudación 
de impuestos, el Gobierno financia el costo 
de este servicio, así como el de observación 
dental consecutiva de los adolescentes, que 
está a cargo de dentistas particulares que 
cobran honorarios fijos. 
En la mayoría de los paises de Europa 
oriental, el ejercicio privado de la profesión 
de dentista ha dejado de existir, práctica- 
mente, y ahora está controlada y organi- 
zada por el Estado. Esto simplifica la 
tarea de hacer frente a problemas tales 
como el de atender la población rural, 
preparar personal, y obtener equipo y 
materiales, ya que el servicio forma parte 
de un plan general más amplio de desarrollo 
económico, social y cultural. 
En otros países, el Estado puede imponer 
restricciones parciales al ejercicio de la 
profesión. Por ejemplo, en Indonesia, el 
nuevo graduado ha de dedicar cierto tiempo 
al servicio oficial, generalmente en zonas 
rurales, antes de ejercer la profesión pri- 
vada. En Egipto, con el objeto de ayudar 
también a la población rural, algunas de las 
principales ciudades se han declarado “cerra- 
das” a los nuevos profesionales particulares. 
Son muchas y muy diversas las medidas 
que el Estado puede adoptar para dis- 
tribuir equitativamente los servicios de 
atención dental. 
En Africa y en Asia, se dispone de buenos 
planes en muchos lugares, pero los recursos 
económicos son escasos y, por consiguiente, 
el plan general consistirá, en primer lugar, 
en establecer clínicas dentales en los prin- 
cipales centros de población y después, a 
medida que tales recursos lo permitan, en 
extender estos servicios a centros menos 
importantes. En las fases iniciales, la aten- 
ción dental se dedicará principalmente a 
aliviar el dolor. A medida que se vaya dispo- 
niendo de más recursos económicos y 
humanos se pasará poco a poco al trata- 
miento de conservación y de prevención, 
en especial de la población infantil. La 
mayoría de estos países necesitan cierta 
clase de personal auxiliar de odontología- 
técnicos dentales, higienistas dentales y 
enfermeras de higiene dental escolar-, 
y ya se han establecido planes de adiestra- 
miento en Malaya (técnicos dentales y 
enfermeras de higiene dental escolar), 
Nigeria (técnicos dentales e higienistas 
dentales), Ceilán, Tailandia e Indonesia 
(enfermeras de higiene dental escolar). 
En general, estos países se prestan más a 
la adopción de soluciones no ortodoxas de 
sus problemas dentales que los países euro- 
peos. Sus problemas dentales son numerosos, 
particularmente los de periodoncia. El 
personal de odontología es muy escaso; 
son ejemplos elocuentes Nigeria, con una 
población de 35 millones de habitantes, 
donde no hay más que 26 dentistas, y la 
India que, con una población de 400 mi- 
llones de habitantes, sólo tiene 5.000 den- 
tistas y solo mil de ellos han recibido forma- 
ción profesional. Los planes en estos países 
van avanzando poco a poco y eficientemente, 
pero no es posible dar una pronta solución a 
sus respectivos problemas. De momento, lo 
28 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
más que cabe esperar es la prestación de 
servicios de tratamiento dental de urgencia a 
una proporción razonable de la población, y 
concentrar en la población infantil las 
medidas preventivas. 
LA FUNCION DE LA ORGANIZACION MUNDIAL 
DE LA SALUD 
La Organización Mundial de la Salud 
considera que “el goce del grado máximo 
de salud que se pueda lograr es uno de los 
derechos fundamentales de todo ser hu- 
mano”, y que “la salud de todos los pueblos 
es una condición fundamental para lograr 
la paz y la seguridad” (7). Para alcanzar 
estos objetivos es indispensable contar 
con la cooperación de los Estados y de los 
individuos. En el campo de la medicina se 
han realizado ya notables progresos en el 
control de enfermedades tan mortíferas como 
la malaria, la viruela, el c6lera y la peste, 
con espectaculares repercusiones en la 
economía de las naciones. En materia de 
higiene dental, el progreso es más lento y 
menos ostensible, como corresponde a la 
índole de las enfermedades dentales. Por 
otra parte, la unidad administrativa que se 
ocupa de la higiene dental en la Organiza- 
ción Mundial de la Salud, ~610 tiene cinco 
años de vida y, en consecuencia, es de 
proporciones reducidas. 
El principio general es que la labor de la 
OMS tienda sobre todo a organizar y 
coordinar actividades y a obtener los 
conocimientos necesarios para hacer frente a 
los problemas de salud y a aplicarlos en la 
esfera de su competencia. La forma más 
sencilla de aplicar este sistema consiste en 
buscar una persona que posea los conoci- 
mientos y experiencia necesarios y desti- 
narla al país que ha solicitado asistencia. 
Los problemas para los cuales no se dis- 
ponga de soluciones bien definidas, pueden 
someterse a grupos de estudio o a comités 
de expertos a fin de que éstos proporcionen 
orientación al respecto. La OMS no suele 
llevar a cabo investigaciones, pero con- 
tribuye a reunir las personas apropiadas 
para llevar a la práctica los resultados de 
las investigaciones. Sólo actúa en los paísra 
que lo soliciten y a condición dc que el 
gobierno interesado esté dispuesto a ejecu- 
tar el proyecto como parte de su programa 
nacional de salud pública (8). 
Las principales formas de interesar a los 
gobiernos y de estimular las solicitudes de 
colaboración son cuatro: utilizar la inter- 
vención de ciertas personas y organizaciones 
del pafs, organizar visitas de miembros del 
personal de la OMS, celebrar seminarios 
int’erpaíses y presentar informes de grupos 
de estudio y comités de expertos. A con- 
t,inuación se examina cada uno de estos 
aspectos con particular referencia a la 
higiene dental. 
Personas y organizaciones de un psis 
Si la profesión dental emprende una 
campaña enérgica puede conkibuir consi- 
derablemente a despertar el interés de las 
autoridades de salud pública y de los polf- 
t’icos por la higiene dental presentando 
debidamente hechos y cifras “alarmantes” 
sobre la mala salud dental e insistiendo en 
los medios de remediar la situación. Ya 
se ha hecho mención de las repercusiones 
favorables que tuvo en Xueva Zelandia la 
revelación, al comienzo de la primera 
guerra mundial, de que “una tercera parte 
de los reclutas aptos por lo demás, tuvieron 
que ser rechazados por causas dentales”, y 
son las declaraciones de esta naturaleza 
las que causan mayor impresión. Como 
ejemplos recientes se pueden citar los 
siguientes hechos: 
“Los dientes de los iroqueses pudieron conser- 
varse en el lodo durante 400 años sin sufrir mayor 
daño, en cambio los dientes modernos no pueden 
durar más dc dos o tres años en la boca de un 
niño de Toronto.” (9) (Comentario sobre un 
descubrimiento arqueológico.) 
En 1957, la industria británica perdió 
527.600 días-hombre por causa de enfer- 
medades dentales que obligaron a ausen- 
cias dc más de tres días, y se calcula que 
otro 1.000.000 de días-hombre se perdió 
Julio 196.21 ODONTOLOGIA DE SALUD PUBLICA INTERNACIONAL 29 
también a causa de ausencias de menor 
duración (10). 
El primer objetivo de la profesión dental 
de un país debe ser añadir a la estructuradel departamento de salud pública una 
sección dental dirigida por un odontólogo 
competente. Si la profesión no tiene, por 
decirlo así, un “representante en el t’ribu- 
nal”, le será difícil defender su causa. Así 
pues, la próxima medida será apoyar a este 
odontólogo de salud pública en la planifi- 
cación y ejecución de un programa dental 
basado en un criterio realista y práctico. 
Muchos programas se han quedado en 
simples planes por ser demasiado ambi- 
ciosos. Un programa de esta naturaleza 
debe ajustarse al ambiente político y social, 
y ha de resultar económicamente factible. 
El país que necesite colaboración en la 
planificación de programas, puede obtenerla 
de la OMS, que le facilitará los servicios 
de un consultor debidamente preparado 
procedente de otra nación. A veces, los 
servicios de este consultor se limitarán a 
poner de relieve una idea ya existente; 
otras veces, servirán para aportar un nuevo 
criterio, pero su informe tendrá siempre 
más fuerza por el hecho de estar patro- 
cinado por una organización internacional. 
También se contratan los servicios de 
consultores para que asesoren sobre proble- 
mas concretos, tales como la fluoración 
del agua. los servicios dentales para los 
niños, la educación dental, el adiestra- 
miento de personal auxiliar, etc. 
En el caso de países que carezcan de 
especialistas en varios campos-salud pú- 
blica, odontología infantil, educación den- 
tal, investigaciones de odontología-las 
becas otorgadas por la OMS para posgra- 
duados ayudará a vencer estas dificultades. 
También pueden concederse becas a altos 
funcionarios de los servicios de odontología 
de salud pública y al profesorado de las 
escuelas de odontología para que estudien 
los adelantos realizados en otros países. 
Sigue rigiendo el principio de que las 
solicitudes deben ser hechas por un gobierno; 
sin embargo, nadie está más autorizado 
para juzgar las necesidades de odontología 
de salud pública que los propios dentistas, 
en particular los que se dedican a los aspec- 
tos para los que se solicita la colaboración. 
Si presentan el caso al gobierno, con el 
apoyo de la profesión y de su represen- 
tante en los servicios de salud pública, 
algo se conseguirá. De todos modos, no se 
puede hacer nada mientras no haya quien 
actúe dentro del país. 
Visitas de miembros del personal de la OMS 
Estas visitas tienen una doble finalidad: 
por una parte, determinar los problemas o 
progresos dentales de un país y sugerir 
medios de solucionar tales problemas o de 
intensificar el progreso, respectivamente, y, 
por otra, estimular, alentar y establecer un 
enlace con les miembros locales de la pro- 
fesi6n de odontología. El conocimiento de 
los problemas de cada país es indispensable 
para planificar desde la sede, para asesorar a 
las oficinas regionales y para juzgar con 
conocimiento de causa las solicitudes formu- 
ladas. Los informes sobre cada país se en- 
vían a las oficinas regionales interesadas 
para la acción u orientación pertinente, y se 
archivan en la sede, donde constituyen 
una valiosa fuente de referencia para los 
funcionarios de odontología presentes y 
futuros. 
No se puede negar el efecto estimulante 
de una visita de un funcionario de la OMS. 
Sabemos por experiencia que estas visitas 
no ~610 son bien acogidas, sino que, a me- 
nudo, sirven de puente entre el deseo de 
obtener colaboración y la falta de conoci- 
mientos sobre la manera de proceder para 
lograrla; además, contribuyen decidida- 
mente a que las autoridades nacionales de 
salud coloquen la higiene dental “en el 
mapa”. 
Reuniones interpaises 
Los seminarios sobre higiene dental se 
celebran en determinadas regiones, pero 
no se limitan necesariamente a los países de 
esas regiones. La Organización facilita los 
servicios de consultores o de asesores para 
30 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
que informen de manera autorizada sobre 
problemas dentales específicos, y los gastos 
de transporte y de instalación de los con- 
sultores y de los representantes nacionales 
corren por cuenta de la Organización. 
Desde el punto de vista de su financiamiento 
y organización, los seminarios constituyen 
una importante empresa. Hasta la fecha se 
han celebrado tres seminarios sobre higiene 
dental: en Wellington, Nueva Zelandia 
(1954), en Adelaide, Australia (1959), y en 
Göteborg, Suecia (1960). 
Los seminarios suelen organizarse a base 
de la participaci6n de sus integrantes; 
se celebra una serie de sesiones plenarias, y 
entre una y otra se reúnen grupos de dis- 
cusi6n. 
Estos seminarios ofrecen una valiosa 
ocasión de intercambio de opiniones y de 
estudio de los problemas y de los métodos 
de resolverlos en los diversos países. Igual- 
mente contribuyen a dar un mayor cono- 
cimiento de los problemas dentales y a 
crear un criterio internacionalmente más 
amplío, además de los valiosos contactos 
profesionales y de amistad que se estable- 
cen. Los participantes utilizan los informes 
de los seminarios para hacer reformas y 
aportar nuevas ideas cuando regresan a sus 
respectivos países. 
Informes de grupos de estudio y comités de 
expertos 
Como ya se indicó anteriormente, reunio- 
nes de esta clase se celebran cuando los 
métodos de abordar un problema no están 
perfectamente definidos. En 1958 se reunió 
en Bruselas un grupo de estudio para acla- 
rar la cuestión de los servicios de higiene 
dental infantil en la Región de Europa. 
En Ginebra también se han reunido tres 
comítés de expertos para tratar de los 
temas de la fluoración del agua (1957) 
(1 l), personal dental auxiliar (1958) (12) y 
enfermedades periodónticas (1960) (13). 
Los informes de estas reuniones se en- 
vían a los gobiernos y están también a la 
disposición del público, ya sea directamente 
en la Organización o a través de los agentes 
que hay en casi t’odos los pafses. Por con- 
siguiente, estos documentos constituyen 
un excelent,e medio para difundir conoci- 
mientos y estimular la presentación de 
solicitudes de asistencia. 
CBMPOS DE PARTICULAR INTERES PARA LA 
OMS 
Todos los aspectos de la salud son de 
interés para la OMS, pero teniendo pre- 
sente el amplio objetivo del “grado máximo 
de salud que se pueda lograr”, los aspectos 
preventivo y de salud pública ofrecen, de 
por sí, mayor interés. En materia de higiene 
dental, la mayor atención se dedica a la 
prevención utilizando todas las medidas 
conocidas y estimulando el establecimiento 
de servicios dentales infantiles basados en 
la educación de higiene dental y en los 
cuidados dentales sistemáticos (cada vez 
más amplios) a partir de una tierna edad. 
La colaboración de la OMS en los campos 
de la enseñanza, adiestramiento c investi- 
gación dentales tiene por objeto elevar la 
enseñanza de la odont’ología a un nivel 
universitario, fomentar el adiestramiento y 
mayor utilización de personal dental auxiliar, 
facilitar servicios de especialistas c investi- 
gadores en eI campo de la odontología de 
salud pública y permitir al personal prin- 
cipal de todos estos aspectos el estudio de 
los progresos alcanzados en otros países. 
Desde que se inició el programa de la OMS, 
a fines de 1959, se han adjudicado 86 becas 
en higiene dental, y se han proporcionado 
servicios de consultores a los países en ll 
ocasiones. 
Nuestro programa ofrece un vasto campo 
de desarrollo si se hacen solicitudes, pero, 
como ya se señal6 anteriormente, la propia 
profesión de odontología debe desempeñar 
un papel principal en lo que se refiere a 
estimular la presentación de rst,as solicí- 
tudes. La Federaricín Dent,al Internacional 
ha desplegado una gran actividad cn favor 
del programa dental dc la OMS, a la vez 
que ha invkado a sus asociaciones micmhros 
a act,uar tamhién cn cst)e sentido. Muchas 
Julio 19621 ODONTOLOGIA DE SALUD PUBLICA INTERSACIONAL 31 
de estas asociaciones, aunque se componen 
en gran parte de dentistas particulares, 
muestran sincero interés por los problemas 
de odontología de salud pública en cuanto 
afectana sus propios países, pero no han 
logrado considerarlos todavía desde un 
“punto de vista internacional”. Los odon- 
tólogos de salud pública podrían conkibuir 
a que se estableciera un criterio en este 
sentido dentro de la profesión, procurando 
que todos los informes y publicaciones per- 
tinentes de la OMS fuesen objeto de estudio 
en las reuniones de las sociedades dent,ales. 
Para que la Organización Mundial de la 
Salud pueda alcanzar sus altos fines, nece- 
sita mucho más apoyo por part,e de la pro- 
fesión y una mayor publicidad de esta ín- 
dole. 
REFERENCIAS 
(1) Knutson, John W.: Dent.al public health ac- 
complishments and predictions, Am. Jour. 
Pub. Health, mzo. 3, 1954. 
(2) Montgomery, B. L.: Memo&. World Pub- 
lishing Co., London, 1958, pág. 321. 
(3) “Dentistry’s expanding horizons and in- 
creasing responsibilities.” US representa- 
tive John E. Fogarty, Jour. Am. Dent. 
Assn., 59:286-289 (agto.) 1959. 
(4) “Utilization of auxiliary dental personnel.” 
Documento presentado en la Conferencia 
Internacional de Salud Pública Dental. 
Nueva York, septiembre 1959. 
(5) Estados Unidos, Departamento de Comercio: 
Survey of Current Business, jul. 1960. 
(6) Great Britain: Report of the Ministry of 
Health, 1959. 
(7) Constitución de la Organización Mundial de 
la Salud. (Documentos Básicos, loa. ed., 
(8) Basic facts about the World Health Organiza- 
tion, 2a. ed., 1960. 
(9) Grainger, R. M.: “Dental health conditions 
in Metropolitan Toronto.” 
(10) Great Britain: Report of the Ministry of 
Health, 1957. 
(11) Organización Mundial de la Salud. Comité de 
Expertos en Fluoruración del Agua (Primer 
Informe), Serie de Informes Técnicos No. 
146, Ginebra, 1958. 
(12) ---: Comité de Expertos en Personal 
Auxiliar de Odontología (Primer Informe), 
Serie de Informes Técnicos No. 163, Ginebra, 
1959. 
(13) ----: “Las parodontopatías” (Informe de 
un Comité de Expertos en Higiene Dental), 
Serie de Informes Técnicos No. 207, Ginebra, 
p&g. 3) 1950. 1961.