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Atención integrAl del pAciente diAbético Atención integrAl del pAciente diAbético cUArtA edición Dr. Israel Lerman Garber Médico adscrito, Departamento de Endocrinología y Metabolismo Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D. F. MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA MADRID • NUEVA YORK • SAN JUAN • SANTIAGO • SAO PAULO AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI SAN FRANCISCO • SIDNEY • SINGAPUR • ST. LOUIS • TORONTO http://booksmedicos.org Director editorial: Javier de León Fraga Editor sponsor: Gabriel Romero Hernández Editor de desarrollo: Manuel Bernal Pérez Corrección de estilo: Luis A. Leñero Leal Composición y formación: Overprint S.A. de C.V. Diseño de Portada: Francisco León NOTA La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para recabar información sobre los valores normales. ATENCIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE DIABÉTICO Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización escrita del editor. DERECHOS RESERVADOS © 2011 respecto a la cuarta edición por: McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. DE C.V. A subsidiary of The McGraw-Hill Companies, Inc. Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe, Delegación Álvaro Obregón C.P. 01376, México, D.F. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. No. 736 ISBN: 978-607-15-0406-7 1234567890 119876543210 Impreso en México Printed in Mexico Colaboradores Dr. Carlos Alberto Aguilar Salinas Médico adscrito, Jefe del laboratorio y Subjefe del Departamento de Endocrinología y Metabolismo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Ricardo Allende Residente de Cardiología del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, México, D.F. Dra. Paloma Almeda Valdés Médico adscrito, Departamento de Endocrinología y Metabolismo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dra. María del Rosario Arechavaleta Granell Médico internista y Endocrinólogo. Adscrita al Hospital de Especialidades Centro Mé- dico Nacional de Occidente IMSS. Guadalajara, Jalisco. Dr. Víctor H. Arévalo Ortiz Médico Residente. Servicio de Neurología. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Lic. en Nutrición Nora Luz Avilés Morelos Zaragoza Nutrióloga egresada de la Universidad Veracruzana. Socio titular de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología. Práctica privada en Jalapa, Veracruz. Dr. Samuel Bukrinsky Burak Cirujano dentista de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC). Especialista en Periodoncia e Implantología y Maestría en Ciencias Dentales en Biología Oral de la Boston University. Dr. Enrique Caballero Médico endocrinólogo e investigador, Joslin Diabetes Center. Instructor en Medicina, Harvard Medical School, Boston, Massachusetts. Dr. Raúl Calzada León Jefe del Servicio de Pediatría. Instituto Nacional de Pediatría. México, D.F. Dr. Rafael Campuzano Rodríguez Médico internista y Endocrinólogo, egresado del Instituto Nacional de Ciencias Médi- cas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Unidad de Investigación del Hospital General “Dr. Miguel Silva”. Coordinador de la Cátedra de Endocrinología de la Facultad de Medicina de la Universi- dad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán. Dra. Iris Cázares Campos Pasante en Servicio Social en Investigación del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”. Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Dr. Ricardo Correa-Rotter Jefe del Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión. v Dr. Daniel Cuevas Ramos Médico adscrito, Departamento de Endocrinología y Metabolismo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dra. Araceli Díaz Polanco Médico internista y Endocrinóloga, Morelia, Michoacán. Egresada del INCMNSZ. Dra. Alicia Y. Dorantes Cuéllar Facultad de Medicina, Universidad Veracruzana. Endocrinóloga y profesora universitaria egresada del Centro Médico Nacional, IMSS, México, D.F. Dra. Raquel Noemí Faradji Hazán Internista y Endocrinóloga Centro Médico ABC. Subdirectora del Programa Clínico de Trasplantes de Islotes del Instituto en Investigación en Diabetes de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, 2004-2007. Dr. Eduardo García García Coordinador de la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Iván García Martínez Médico residente. Departamento de Gastroenterología. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Guillermo S. García Ramos Jefe del Departamento de Neurología y Psiquiatría. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dra. Ana Cristina García Ulloa Médico residente de Medicina interna. Hospital “Manuel Gea González”, México, D.F. Dr. José Roberto Gómez Cruz Médico internista y Endocrinólogo, Jalapa, Veracruz. Egresado del INCMNSZ. Maestría en investigación clínica, Universidad Veracruzana. Ex presidente del Consejo Mexicano de Endocrinología. Dra. Rita Angélica Gómez Díaz Endocrinóloga, Maestra en Ciencias Médicas. Investigador de la Unidad de Epidemiología Clínica. Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional Siglo XXI. Dr. Francisco Javier Gómez Pérez Jefe del Departamento de Endocrinología y Metabolismo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Profesor titular de la Especialidad en Endocrinología, UNAM. Dr. Sergio Hernández Jiménez Médico adscrito, Departamento de Endocrinología y Metabolismo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Carlos A. Hinojosa Médico adscrito. Servicio de Cirugía Vascular. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Agustín Lara Esqueda Médico especialista en Salud Pública. Dr. Arturo Lisker Halpert Jefe del Servicio de Infectología del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. vi Colaboradores Dra. Suria Loza Jalil Medico adscrito al Servicio de Infectología del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. Dr. David Lozano Rechy Profesor de Oftalmología, Facultad de Medicina, UNAM. Médico adscrito, Departamento de Retina, “Fundación Conde de Valenciana”, México, D.F. Dr. Manlio F. Márquez Murillo Médico adscrito del Servicio de Electrocardiología del Instituto Nacional de Cardiolo- gía “Ignacio Chávez”, México, D.F. Dra. Cristina Martínez Sibaja Médico internistay Endocrinóloga egresada del INCMNSZ. Catedrática titular de Endocrinología y Farmacología, Facultad de Medicina “Miguel Alemán”, Consultante de Endocrinología, Centro de Estudios y Servicios en Salud, Universidad Veracruzana. Dr. Enrique Mendoza Pérez Médico adscrito al Departamento de Endocrinología. Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, México, D.F. Dr. Moisés Mercado Atri Jefe del Servicio de Endocrinología y de la Unidad de Investigación Médica en Endocri- nología Experimental. Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. Profesor Titular del Curso de Especialización en Endocrinología, UNAM. Dr. Mario Antonio Molina Ayala Médico adscrito. Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. Dr. Luis Eduardo Morales Buenrostro Médico adscrito, Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Dra. Elisa Nishimura Meguro Jefe del Departamento de Endocrinología, Hospital de Pediatría, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. Dr. Carlos Ortega González Médico adscrito. Servicio de Endocrinología. Instituto Nacional de Perinatología, México, D.F. Dr. Carlos Posadas Romero Jefe del Departamento de Endocrinología. Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, México, D.F. Dr. Enrique Pérez Pastén L. Ex Jefe del Departamento de Endocrinología, Hospital de Pediatría, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. Coordinador del Programa de Educadores en Diabetes, incorporado a la UNAM. Dr. Alfredo A. Reza Albarrán Médico internista, Endocrinólogo y especialista en Metabolismo mineral. Jefe de la Clí- nica de paratiroides y hueso. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F Dr. Juan Manuel Ríos Torres Médico adscrito, Departamento de Endocrinología y Metabolismo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Colaboradores vii Dr. J. Guillermo Rodríguez Rivera Jefatura de Medicina Interna y Endocrinología. Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” y Facultad de Medicina, UASLP. Dr. Joel Rodríguez Saldaña Director General, Resultados Médicos, desarrollo e investigación SC. Dr. Alejandro Romero Zazueta Jefe del Departamento de Endocrinología. Hospital General de Culiacán de la Secreta- ría de Salud. Culiacán, Sinaloa. Dr. Juan Rosas Guzmán Profesor Adjunto de Endocrinología en la Universidad de Guanajuato y la Universidad Latina de México. Investigador principal en el Centro de Especialidades Médicas de Celaya, Gto. Presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD). Dr. Juan Antonio Rull Rodrigo Director General Médico, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salva- dor Zubirán”, México, D.F. Profesor Titular de la Especialidad en Endocrinología, UNAM. Dr. Tomás Sánchez Ugarte Médico internista y cardiólogo. Servicios de Cardiología y Urgencias. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Mariano Sotomayor de Zavaleta Médico adscrito. Servicio de Urología. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dra. Ana E. Teniente Sánchez División de Medicina interna, Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” y Facultad de Medicina, UASLP. Dr. Miguel A. Valdovinos Díaz Profesor de Medicina y Gastroenterología, UNAM. Jefe del Laboratorio de Motilidad Gastrointestinal Departamento de Gastroenterología. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Lic. en Psicología Verónica Vázquez Velázquez Adscrita a la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dr. Felipe A. Vega Boada Médico adscrito. Servicio de Neurología. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Dra. Alma Vergara López Médico adscrito del Servicio de Endocrinología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre. Profesor Adjunto del Curso de Especialización en Endocrinología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, D.F. Dr. Sergio Zúñiga Guajardo Jefe de Medicina Interna de la Clínica Cuauhtémoc y Famosa. Profesor e investigador, Hospital Universitario de la Facultad de Medicina “Dr. Eleuterio González” de la UANL. viii Colaboradores Contenido Sección I Aspectos generales Capítulo 1. La diabetes en México, 3 Israel Lerman Garber Capítulo 2. Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus, 8 Juan Manuel Ríos Torres, Juan Antonio Rull Rodrigo Capítulo 3. Resistencia a la insulina, 29 Rita Angélica Gómez Díaz, Carlos Alberto Aguilar Salinas Capítulo 4. Historia clínica y valoración de laboratorio del paciente diabético, 49 Mario Antonio Molina, Moisés Mercado Atri Capítulo 5. Objetivos terapéuticos y seguimiento del paciente, 60 Israel Lerman Garber Sección II Aspectos esenciales del tratamiento Capítulo 6. La educación, piedra angular en el tratamiento de la diabetes, 71 Enrique Pérez Pastén Lucio Capítulo 7. Costos y modelos de atención en diabetes, 81 Joel Rodríguez Saldaña Capítulo 8. Estrategias en salud pública y diabetes, 91 Agustín Lara Esqueda Capítulo 9. Métodos para la vigilancia ambulatoria del control, 100 Paloma Almeda Valdés, Daniel Cuevas Ramos ix x Colaboradores Capítulo 10. Plan de alimentación, 109 Nora Luz Avilés Morelos Zaragoza, José Roberto Gómez Cruz, Israel Lerman Garber Capítulo 11. Ejercicio y diabetes mellitus, 125 Sergio Zúñiga Guajardo Capítulo 12. Prevención primaria de la diabetes mellitus tipo 2, 141 Alejandro Romero Zazueta, Enrique Caballero Capítulo 13. Medicamentos, 153 Metformina, 153 Alfredo A. Reza Albarrán Insulina, 159 Cristina Martínez Sibaja, Alicia Yolanda Dorantes Cuéllar Inhibidores de alfaglucosidasas: acarbosa, 181 Araceli Díaz Polanco Sulfonilureas y glitinidas, 165 Rafael Campuzano Rodríguez Incretinas, 192 Francisco J. Gómez Pérez Tiazolidinedionas, 198 Israel Lerman Garber Capítulo 14. Diabetes en niños y adolescentes y el médico de primer contacto, 204 Elisa Nishimura Meguro Sección III Complicaciones agudas Capítulo 15. Cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar, 217 Francisco J. Gómez Pérez, Paloma Almeda Valdés, Daniel Cuevas Ramos, Israel Lerman Garber Capítulo 16. Hipoglucemia, 233 Raúl Calzada León Sección IV Complicaciones crónicas Capítulo 17. Hipertensión arterial en diabetes, 247 Alma Vergara L. Capítulo 18. Nefropatía diabética, 262 Ricardo Correa-Rotter, Luis Eduardo Morales Buenrostro Capítulo 19. Diagnóstico y tratamiento de las dislipidemias, 275 Enrique Mendoza Pérez, Carlos Posadas Romero Capítulo 20. Cardiopatía isquémica aterosclerótica, 291 Tomás Sánchez Ugarte, Israel Lerman Garber Capítulo 21. Insuficiencia vascular periférica, 301 Carlos A. Hinojosa Capítulo 22. Neuropatía diabética, 315 Víctor H. Arévalo Ortiz, Felipe A. Vega Boada, Guillermo S. García Ramos Capítulo 23. Pie diabético, 232 Sergio Hernández Jiménez, Ana Cristina García Ulloa Capítulo 24. Neuropatía, 343 Neuropatía autonómica cardiovascular, 343 Ricardo Allende, Iris Cázares Campos, Manlio F. Márquez Trastornos gastrointestinales y hepatobiliares en la diabetes mellitus, 350 Miguel A. Valdovinos Díaz, Iván García Martínez Neuropatía autonómica. Sistema genitourinario, 358 Mariano Sotomayor de Zavaleta Capítulo 25. Problemas oculares, 369 David Lozano Rechy Capítulo 26. Infecciones en el paciente diabético, 386 Suria Loza Jalil, Arturo Lisker Halpert Capítulo 27. Enfermedad periodontal y el paciente diabético, 398 Samuel Bukrinsky Burak Contenido xi Sección V Situaciones especiales Capítulo 28. Diabetes inestable y el paciente de difícil control, 405 Rosario Arechavaleta Capítulo 29. Obesidad en el paciente diabético, 412 Eduardo GarcíaCapítulo 30. Diabetes y cirugía, 427 Juan Rosas Guzmán Capítulo 31. Manejo de la hiperglucemia en el paciente hospitalizado, 438 J. Guillermo Rodríguez Rivera, Ana E. Teniente Sánchez Capítulo 32. Diabetes mellitus gestacional y pregestacional, 453 Carlos Ortega González Capítulo 33. Diabetes en el anciano, 468 Israel Lerman Garber Capítulo 34. Aspectos psicosociales en el paciente adulto con diabetes, 480 Verónica Vázquez Velázquez Sección VI Casos clínicos y avances en el tratamiento de la diabetes Capítulo 35. Recomendaciones generales y discusión de casos clínicos, 493 Israel Lerman Garber Capítulo 36. Avances en el tratamiento de la diabetes, 502 Raquel Noemí Faradji Hazán Índice alfabético, 515 xii Contenido Prólogo La diabetes mellitus y sus comorbilidades representan uno de los principa- les problemas de atención médica en el mundo, particularmente en países como México, en donde se ha constituido como el principal problema de salud con sus importantes repercusiones económicas, de incapacidad y de calidad de vida. La adquisición de conocimientos y de actualización por los médicos que atienden pacientes con estos problemas es indispensable. De nuevo aparece otra edición del libro Atención integral del paciente diabético. La actualización de la obra con nuevos conceptos en los capí- tulos que ya existían y la adición de otros que complementan la informa- ción, mantienen a este libro en un nivel que permite al lector adquirir los conocimientos más recientes en un formato corto y fácilmente compren- sible. La selección de los autores por el doctor Lerman ha sido cuidadosa y acertada, tomando en cuenta la experiencia e interés de cada uno de ellos en el tema asignado. Esto ha hecho que en cada edición de esta obra se vayan perfeccionando los conceptos y adecuando los nuevos avances académicos sobre el tema, manteniendo un equilibrio de la extensión de la información sobre cada tema. Lo anterior permite que el libro siga siendo considerado como una fuente confiable y práctica en la que se puede basar la atención racional del paciente con diabetes mellitus. Francisco J. Gómez Pérez xiii Prefacio a la cuarta edición La diabetes mellitus es una de las principales causas de demanda de aten- ción médica, incapacidad y mortalidad; tiene enormes repercusiones eco- nómicas y sociales, y un gran costo para cualquier sistema de salud. Con base en las estimaciones actuales, poco más de 7 millones de mexicanos tienen diabetes (casi la mitad de ellos no lo saben) y en 1 de cada 5 se presenta antes de los 40 años de edad. Encuestas a nivel nacional destacan la elevada prevalencia de hipertensión, dislipidemias y obesidad en el paciente con diabetes y los problemas cardiovasculares son la principal causa de muerte. Acorde con la Encuesta Nacional en Salud y Nutrición 2006, poco más de la mitad de los pacientes tienen un grave descontrol metabólico con cifras de HbA1c > 11% y los hospitales e instituciones que brindan atención de segundo y tercer niveles están ya saturados, de modo que su infraestructura y recursos resultan ya insufi- cientes para atender las complicaciones derivadas de la misma. La diabetes tipo 1 representa de 1 a 2% de todos los casos de diabe- tes en México; por su edad de aparición (niños y adolescentes principal- mente) constituye también un problema importante de salud pública con enormes repercusiones en la dinámica familiar. Debido a todo lo anterior es urgente tomar medidas que ayuden a prevenir la diabetes y modificar la historia natural de esta enfermedad, entre las cuales han de incluirse las siguientes: • Mayor educación a la población general y al médico en particular acerca de la diabetes. • Insistir en la importancia de la atención integral del paciente y cambiar el modelo de la práctica médica tradicional que está es- tructurada principalmente para resolver problemas agudos y no enfermedades crónicas como la diabetes. • El médico debe familiarizarse con las medidas que se dirigen a prevenir, diagnosticar y tratar en forma temprana e intensiva la diabetes y sus complicaciones. • Optimizar recursos, e intentar atenuar las barreras económicas y psicosociales. • La inercia clínica —es decir, el retraso en tomar acciones para mo- dificar resultados clínicos que no son los adecuados— desafortu- nadamente es muy común y debe evitarse. xv xvi • Es necesario instruir a educadores en salud, trabajadores sociales, nutriólogos, psicólogos y enfermeras para que participen en forma conjunta en el apoyo del paciente y sus familiares. • Campañas de salud pública y cambios en la industria de la alimen- tación que fomenten la práctica de ejercicio y hábitos de alimenta- ción adecuados, con particular atención a la población infantil. La publicación de Atención integral del paciente diabético, en esta su cuarta edición, al igual que las anteriores, pretende contribuir a mejorar la atención integral del paciente con diabetes. Desde la publicación de las ediciones anteriores de este manual en 1994, 1998 y 2003, el cúmulo de conocimientos sobre estos temas se ha incrementado en forma muy significativa y han obligado a realizar una revisión y actualización de esta obra. Como se aprecia en el Contenido, la información incluida abarca to- dos los aspectos que un médico debe conocer para atender en forma ade- cuada a un paciente con diabetes. Está escrito en forma práctica y didácti- ca por distinguidos expertos nacionales en cada uno de los temas, con la idea de que será de utilidad a todo médico que participa activamente en el tratamiento del paciente con diabetes. Cada capítulo expresa la opinión de sus autores respectivos y, en conjunto, Atención integral del paciente diabético representa un consenso de las recomendaciones actuales. Agradezco a cada uno de los coautores por su colaboración y espero que nuestro esfuerzo contribuya a mejorar la calidad y expectativa de vida de nuestros pacientes. Dr. Israel Lerman Garber xvi Prefacio a la cuarta edición SECCIÓN I Aspectos generales 1 La diabetes en México 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 3 Resistencia a la insulina 4 Historia clínica y valoración de laboratorio del paciente diabético 5 Objetivos terapéuticos y seguimiento del paciente � La diabetes en México Israel Lerman Garber Como introducción, presentamos en seguida y en forma resumida algunos aspectos del panorama de la diabetes en México, mismo que se trata en forma más extensa en diferentes capítulos de este libro. La magnitud del problema La diabetes mellitus es una de las principales causas de demanda de aten- ción médica, incapacidad y mortalidad; tiene enormes repercusiones eco- nómicas y sociales, y un costo tremendo para cualquier sistema de salud. La atención del paciente en forma ideal debe ofrecer como resultado la ausencia de síntomas atribuibles a la enfermedad y la prevención de las complicaciones agudas y tardías de la misma. Las perspectivas actuales en el mundo y en particular en México re- sultan alarmantes; su incidencia va en aumento, se presenta a edades más tempranas, el diagnóstico se establece en forma tardía y el tratamiento es muchas veces inadecuado. Con base en las estimaciones actuales, poco más de 7 millones de mexicanos tienen diabetes (alrededor de 40% de ellos no lo saben).1 Al margen de que en el primer nivel de atención médica se atiende a la gran mayoría de los pacientes, los hospitales e instituciones que brindan atención de segundo y tercer niveles están ya saturados y su infra- estructura y recursos resultan insuficientes para atender las complicacio- nes derivadas de la misma.1-3 En México, uno de cada ocho pacientes tiene diabetes tipo 2 de inicio temprano (antes de los 40 años de edad); se ca- racterizan, además de por la edad de aparición, por requerir en forma más temprana insulina y por el descontrol metabólico crónico; tienen un riesgo muy altode desarrollar complicaciones.3,4 La mayoría de estos pacientes no asisten con regularidad a consulta con sus médicos. Esto, probablemente por dar prioridad al trabajo y resolver sus necesidades familiares. La diabetes tipo 1 constituye 1 a 2% de todos los casos de diabetes en el país; por su edad de aparición (niños y adolescentes principalmente), representa también un problema grave de salud con importantes reper- cusiones en la dinámica familiar. CapítuLO 1 4 Sección I aspectos generales La expectativa de vida de una persona con diabetes es 10 años inferior a la de la población general.5 Datos obtenidos de las diferentes encuestas de salud a nivel nacional destacan también la elevada prevalencia de hi- pertensión, dislipidemias, obesidad y enfermedad cardiovascular en estos pacientes.1-3,6 En la consulta externa del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), los pacientes con diabetes tipo 2 tienen una edad promedio de 55 años y una duración promedio de la diabetes de 12 años, una tercera parte son insulino-requi- rientes y con base en un programa de manejo con objetivos terapéuticos muy precisos, los valores promedio de hemoglobina glucosilada A1c son de 9.0% (cifras aún muy elevadas, pero cercanas a las publicadas en otros centros de EUA en grupos de edad y de duración de la diabetes similares). Alrededor de 65% son hipertensos, 70% tienen alteraciones en los lípidos tributarias de tratamiento farmacológico, poco más de 50% tienen eviden- cia de neuropatía periférica, cerca de 20% presentan problemas significa- tivos de retina y un porcentaje discretamente inferior padece problemas renales que, de no presentarse un desenlace por otras causas, requerirán algún tipo de tratamiento sustitutivo de la insuficiencia renal. Los proble- mas cardiovasculares son la principal causa de muerte, que en su mayoría ocurren sin llegar a atenderse en un hospital. Las características de estos pacientes son similares a las que se publican en estudios de otras unidades de segundo y tercer niveles de atención médica en el país. Estudios epidemiológicos recientes (ENSANUT 2006) destacan el grave problema de descontrol metabólico (principal factor de riesgo para el desarrollo de complicaciones) que afecta a la mayoría de pacientes con diabetes; en este estudio, en población abierta, 56% de los pacientes tienen descontrol metabólico muy importante, con cifras de Hb glucosilada A1c mayores de 12%.1 Complicaciones de la diabetes en México A continuación se mencionan sólo algunos datos que destacan la gravedad del problema.7,8 Nefropatía: la diabetes está presente en alrededor de 40% de los pa- cientes en unidades de diálisis peritoneal. La sobrevida del paciente diabé- tico con insuficiencia renal crónica terminal (IRCT) es significativamente menor, muy relacionada con las comorbilidades asociadas. La estimación del número de pacientes en diálisis subestima la magnitud del problema, ya que la mayoría de los pacientes diabéticos con insuficiencia renal ter- minal no llegan a tener acceso a esta opción terapéutica.9 Retinopatía: la prevalencia difiere en los distintos estudios al respec- to. En población abierta se reporta la presencia de retinopatía proliferativa Capítulo 1 La diabetes en México 5 en alrededor de 8% de los pacientes y pérdida total de la visión en por lo menos un ojo en 5% de la población estudiada. En sujetos con diabetes de más de 20 años de evolución 21% presentaron retinopatía proliferativa. Es muy poco común que el médico de primer contacto revise el fondo del ojo o solicite interconsulta a un oftalmólogo, y los hospitales para prevenir la ceguera en México son de por sí ya insuficientes para ofrecer tratamiento a la mayoría de los pacientes con daño en retina u otra patología ocular asociada a la diabetes.1,3,10 Neuropatía: es dif ícil establecer su prevalencia debido a los diferentes criterios diagnósticos; la neuropatía periférica suele ser el tipo de compli- cación más común y afecta a cerca de 60% de los pacientes. Enfermedad aterosclerosa: es la causa principal de muerte en el pa- ciente con diabetes;6-8 sólo una pequeña minoría tienen acceso a trata- mientos intensivos de los diversos factores de riesgo coronario o invasivos para corregir obstrucciones vasculares. El pie diabético: en el INCMNSZ, las dolencias del pie son una de las principales causas de hospitalización del paciente diabético y reflejo de los problemas socioeconómicos de la población atendida (la patología de la pobreza). Este trastorno requiere en forma habitual de estancias prolongadas y en uno de cada cuatro casos termina en amputación. Cabe agregar que no es factible prevenir la mayoría de estos casos, ya que uno de cada dos pacientes acude por primera vez a la institución. Modelo de atención médica El manejo integral y multidisciplinario suele cumplir mucho mejor con los lineamientos de seguimiento recomendados (solicitud de estudios especí- ficos, examen de los pies, de fondo de ojo), favorece mayor adherencia a las recomendaciones instituidas y en la mayoría de los casos, aunque no siempre, se traduce en cifras más bajas de hemoglobina glucosilada. Por tra- tarse de una enfermedad crónica, la demanda principal recae en el paciente y en su familia. Por tal motivo, un concepto básico del manejo consiste en reconocer que la forma de practicar la medicina debe cambiar y se debe involucrar al paciente; esto es, ya no es posible que el médico simplemente indique el tratamiento y el paciente obedezca en forma pasiva. Este cambio en los modelos de atención de las enfermedades crónicas tiende a imple- mentarse de manera gradual, aunque el exceso en la carga asistencial y la falta de apoyo multidisciplinario dificultan que ello ocurra en la práctica.11 Acorde a la ENSA 2000,12 de los individuos con diagnóstico previo de diabetes, 85% recibía tratamiento, de los cuales sólo 6% recibía insulina (cifra mucho menor a la que se esperaría). Sólo 21.5% aceptaron seguir � Sección I aspectos generales de manera adecuada el plan de alimentación y 6% hacer ejercicio. La po- bre adherencia al tratamiento es un problema frecuente en pacientes con enfermedades crónicas, en particular cuando éstas incluyen cambios en el estilo de vida. La indicación y aplicación de insulina se retrasa por cuatro a cinco años en la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2. Esto obedece a la percepción inadecuada del paciente y en ocasiones del médico respecto a la efectividad, efectos secundarios o complejidad del tratamiento con insulina. Se debe educar y crear conciencia en los pa- cientes a partir del diagnóstico, de que conforme pasan los años, en algún momento, es muy probable que lleguen a requerir insulina. Al prescribir insulina se deben utilizar estrategias que ayuden al paciente a superar sus barreras que le dificultan adherirse a la misma. Un aspecto fundamental es el acceso a la atención médica y al tratamiento. Acorde a la ENSA 2000, 36.4% de los pacientes con diabetes cubren su tratamiento con sus propios recursos.12 En el INCMNSZ, el costo de la consulta es simbólico en pacientes de muy bajo estrato económico; no obstante, ellos mismos deben cubrir el costo de los medicamentos, siendo que muchos de ellos pierden algunas citas por no contar con recursos para el transporte. Esto se traduce tam- bién en poco apego al tratamiento (si acaso toman la mitad de la dosis de tabletas recomendadas o dejan de aplicarse algunas dosis de insulina), lo que deriva en descontrol metabólico y mayor riesgo de complicaciones.13 Y qué decir de cuando el paciente requiere de siete o más fármacos (uno de cada cinco de nuestros pacientes). En la actualidad ya es imposible enfrentar los costos progresivos de las complicaciones crónicas, además de que la diabetes debe competir en la asignación de recursos para otros programas y problemas de salud. El futuro El reto es enorme; se requiere mayor tiempo ycalidad de consulta, ma- yor educación al paciente, apoyo con un equipo multidisciplinario, me- didas para mejorar la adherencia al tratamiento, mayores estímulos y estrategias para favorecer la modificación de conducta y del estilo de vida, atenuar las barreras económicas y psicosociales, favorecer acceso a medicamentos y promover un tratamiento más intensivo. Es importante insistir en que el paciente tiene que aceptar su enfer- medad con todo lo que ella implica y compartir con el médico los mismos objetivos. Se requieren mayor educación y programas de salud dirigidos a la población general y los modelos de atención deben orientarse hacia un esquema propicio para el manejo de enfermedades crónicas. Capítulo 1 La diabetes en México � r E f E r E n C i a s 1. Olaiz-Fernández G, Rivera-Dommarco J, Shamah-Levy T et al. ENSANUT 2006. Cuernavaca, México: INSP, 2006. 2. Barquera S, Tovar-Guzmán V, Campos-Nonato I et al. Geography of diabetes mellitus in Mexico: an epidemiologic transition analysis. Arch Med Res 34: 407-414. 2003. 3. Rull JA, Aguilar-Salinas C, Rojas R et al. Epidemiology of type 2 diabetes in Mexico. Arch Med Research 36(3): 188-196. 2005. 4. Aguilar-Salinas CA, Rojas R, Gómez-Pérez FJ et al. Early onset type 2 diabetes in a Mexican, population-based, nation-wide survey. Am J Med 113: 569-574. 2002. 5. Secretaría de Salud. Mortalidad 2001 en México. Sal Pub 44: 571-578. 2002. 6. Posadas C, Yamamoto L, Lerman I et al. The prevalence of NIDDM and associated coronary risk factors in Mexico City. Diabetes Care 17: 1441-1448. 1994. 7. Lerman I. La atención del paciente más allá del primer nivel de atención. Sal Pub Mex 49: E99-E103. 2007. 8. Aguilar-Salinas CA, Velázquez Monroy O, Gómez-Pérez FJ, et al. for the ENSA 2000 Group. Characteristics of the patients with type 2 diabetes in Mexico: results from a large population-based, nation-wide survey. Diabetes Care 26: 2021-2026. 2003. 9. Cueto Manzano A. Peritoneal dialysis in Mexico. Kidney Int 63 (suppl. 83): S90-S92. 2003. 10. González Villalpando ME, González Villalpando C, Arredondo Pérez B et al. Diabetic retinopathy in Mexico. Prevalence and clinical characteristics. Arch Med Res 25: 355- 360. 1994. 11. Glasgow RE, Hiss RG, Anderson RM et al. Report of the Health Care Delivery Work Group. Behavioral research related to the establishment of a chronic disease model for diabetes care. Diabetes Care 24: 124-130. 2001. 12. Olaiz-Fernández G, Rojas R, Aguilar Salinas CA et al. Diabetes mellitus in Mexican adults: results from the 2000 National Health Survey. Sal Pub Mex 49 (suppl. 3): S331-S337. 2007. 13. Lerman GI. Adherence to treatment: the key for avoiding long term complications of diabetes. Arch Med Research 36(3): 300-306. 2005. � El avance en el conocimiento de la diabetes obliga a que, con cierta perio- dicidad, se realicen modificaciones en su nomenclatura, criterios diagnós- ticos y de clasificación. Además de reflejar la experiencia acumulada en el conocimiento de la enfermedad, estos cambios permiten que quienes se dedican al estudio de la enfermedad y a la atención de pacientes cuenten con un lenguaje común. Este capítulo toma en cuenta el último informe del Comité Internacional de Expertos para el Diagnóstico y Clasificación de la Diabetes Mellitus, que se publicó en julio de 1997. Reunido bajo el auspicio de la Asociación Estadounidense de Diabetes, dicho comité in- trodujo cambios a las clasificaciones y criterios de diagnóstico del Grupo Nacional de Datos sobre Diabetes (GNDD) y del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se publicaron en 1979 y 1985 respectivamente. Se incluye también la información y la referencia de la última publicación de la ADA a este respecto en 2009. Definición y descripción La diabetes es un síndrome clínico que resulta de la secreción deficiente de insulina. Esta deficiencia puede ser absoluta o relativa; es absoluta cuando la secreción de insulina es menor de lo normal y es relativa cuando no se satisface el aumento en la demanda de insulina en condiciones en que la acción de la hormona está disminuida. Los mecanismos patógenos que producen diabetes van desde la destrucción autoinmunitaria de las células beta (en cuyo caso hay una deficiencia absoluta de insulina) hasta situacio- nes en que se observa resistencia a la insulina (en ese caso la deficiencia de insulina es relativa). Aunque la hiperglucemia es el marcador bioquímico de la diabetes, el síndrome se caracteriza por profundas alteraciones en el metabolismo intermedio que afecta proteínas, lípidos y carbohidratos. Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus Juan Manuel Ríos Torres Juan Antonio Rull Rodrigo CApíTulo 2 Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus � La hiperglucemia es la causa de los síntomas característicos de la dia- betes mal controlada: poliuria, polidipsia y pérdida de peso; en ocasiones también hay polifagia y visión borrosa. Las complicaciones crónicas de la enfermedad son consecuencia del metabolismo anormal tanto de la glucosa como de las proteínas y los lípidos. A largo plazo la hipergluce- mia resulta en daño de los nervios (neuropatía) y de los vasos pequeños (microangiopatía) tanto de la retina (retinopatía) como de los glomérulos renales (nefropatía). El descontrol de la diabetes también resulta en un proceso aterógeno acelerado (macroangiopatía) que puede afectar las ar- terias coronarias, cerebrales y periféricas. Clasificación La actual introduce cambios en el esquema básico de las clasificaciones previas del GNDD y de la OMS. Aquí se revisará la descripción general de la clasificación actual y en otro apartado las diferencias entre ésta y las clasificaciones del GNDD y de la OMS. La actual pretende ser una clasi- ficación etiológica y divide la diabetes en cuatro tipos (también llamados clases o formas) principales: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, otros tipos específicos de diabetes y diabetes gestacional (cuadro 2-1). CUADRO 2-1. Clasificación etiológica de la diabetes mellitus I. Diabetes tipo 1 A. Autoinmunitaria B. Idiopática II. Diabetes tipo 2 III. Otros tipos específicos A. Defectos genéticos de la función de la célula beta 1. Cromosoma 12, HNF-1-alfa (antes MODY 3) 2. Cromosoma 7, glucocinasa (antes MODY 2) 3. Cromosoma 20, HNF-4-alfa (antes MODY 1) 4. DNA mitocondrial 5. Otros B. Defectos genéticos de la acción de insulina 1. Resistencia a la insulina tipo A 2. Leprechaunismo 3. Síndrome de Rabson-Mendenhall 4. Diabetes lipoatrófica 5. Otros C. Enfermedades del páncreas exocrino 1. Pancreatitis 2. Traumatismo/pancreatectomía 10 Sección I Aspectos generales 3. Neoplasia 4. Fibrosis quística 5. Hemocromatosis 6. Pancreatopatía fibrocalculosa 7. Otros D. Enfermedades endocrinas 1. Acromegalia 2. Síndrome de Cushing 3. Glucagonoma 4. Feocromocitoma 5. Hipertiroidismo 6. Somatostatinoma 7. Aldosteronoma 8. Otros E. Inducida por medicamentos o sustancias químicas 1. Vacor 2. Pentamidina 3. Ácido nicotínico 4. Glucocorticoides 5. Hormonas tiroideas 6. Diazóxido 7. Agonistas adrenérgicos beta 8. Tiacidas 9. Dilantin 10. Interferón alfa 11. Otros F. Infecciones 1. Rubéola congénita 2. Citomegalovirus 3. Otros G. Formas poco comunes de diabetes mediada por alteraciones inmunológicas 1. Síndrome del “hombre tieso” 2. Anticuerpos antirreceptores de insulina 3. Otros H. Otros síndromes genéticos que en ocasiones se relacionan con diabetes 1. Síndrome de Down 2. Síndrome de Klinefelter 3. Síndrome de Turner 4. Síndrome de Wolfram 5. Ataxia de Friedreich 6. Corea de Huntington 7. Síndrome de Lawrence-Moon-Biedl 8. Distrofia miotónica 9. Porfiria 10. Síndrome de Prader-Willi 11. Otros IV. Diabetes mellitus gestacional Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 11 La diabetes tipo 1 abarca los casos que se deben a destrucción de las células beta del páncreas y con tendenciaa la cetoacidosis. Esta forma incluye los casos que resultan de un proceso autoinmunitario y algunos en los que la causa se desconoce. No incluye las formas de destrucción pan- creática por otra causa específica (p. ej., fibrosis quística). La diabetes de sujetos con destrucción de células beta y en quienes no hay evidencia se- rológica de autoinmunidad se clasifica como diabetes tipo 1 idiopática. La diabetes tipo 2 es la forma con mayor prevalencia y ocurre en indi- viduos que tienen resistencia a la insulina más un defecto en la capacidad secretora de la misma. El espectro patógeno de esta clase de diabetes abarca desde los casos en que predomina la resistencia a la insulina, con un defecto hasta cierto punto menor en la secreción, hasta pacientes con defectos pre- dominantemente secretores y resistencia a la insulina de manera adicional. El apartado que abarca otros tipos específicos de diabetes incluye ocho subtipos: a) defectos genéticos de la función de la célula beta, b) de- fectos genéticos de la acción de la insulina, c) enfermedades del páncreas exocrino, d) enfermedades endocrinas, e) diabetes inducida por sustan- cias químicas y medicamentos, f ) infecciones, g) formas poco comunes de diabetes mediada por el sistema inmunológico y h) otros síndromes genéticos que en ocasiones se relacionan con diabetes. La diabetes gestacional es la forma de la enfermedad que se inicia o se descubre durante el embarazo. No incluye a pacientes con diagnóstico previo de diabetes y que se embarazan. Al término del embarazo es posible que la paciente regrese a un estado de tolerancia normal a la glucosa o bien permanezca con intolerancia a la glucosa o con diabetes. Un cambio relevante en la clasificación actual consiste en reconocer que existen fases evolutivas durante la historia natural de la diabetes. Así, se admite que existen tres fases: a) la de regulación normal de la glucosa, b) la de anormalidad en la glucosa en ayunas o en la tolerancia a la glucosa (intolerancia a la glucosa) y c) la de diabetes mellitus. La normoglucemia es la característica más importante de la fase de “regulación normal de la glucosa”; esta normoglucemia se observa tanto en ayunas como después de administrar una carga de glucosa por vía oral o intravenosa. En contras- te con la primera fase, la hiperglucemia es el marcador de las siguientes dos fases (anormalidad en la glucemia en ayunas o en la tolerancia a la glucosa y diabetes). En la fase que sigue a la normoglucemia puede observarse una con- centración plasmática de glucosa en ayunas intermedia entre lo normal y el valor diagnóstico de diabetes (a esto se le llama “anormalidad de la glucosa en ayunas”) o intolerancia a la glucosa (lo que se conoce como “anormali- dad de la tolerancia a la glucosa”). La intolerancia a la glucosa se manifiesta 12 Sección I Aspectos generales al administrar una carga de glucosa por vía oral o intravenosa y traduce serios defectos en el sistema que regula la homeostasis de la glucosa. En la fase de diabetes mellitus pueden distinguirse tres etapas: en la primera no se requiere insulina, en la segunda se necesita insulina para lograr un buen control glucémico y en la tercera la insulina es indispen- sable para la sobrevivencia del individuo. Aunque a diferencia de las cla- sificaciones del GNDD y de la OMS, la clasificación actual reconoce la existencia de fases evolutivas, esta noción no es nueva ya que se remonta a los primeros sistemas de clasificación de la diabetes y además señala un hecho biológico reconocido. Diagnóstico Diabetes mellitus. Los criterios para el diagnóstico de la diabetes tam- bién se modificaron en fecha reciente y son distintos de los que el GNDD y la OMS recomiendan. Hay tres formas posibles de establecer el diag- nóstico de diabetes y en cada una de ellas éste debe confirmarse en un día subsecuente. Así, el diagnóstico puede hacerse si un individuo presenta en más de una ocasión: 1. Síntomas característicos de diabetes (poliuria, polidipsia, pérdi- da de peso) con una concentración plasmática de glucosa igual o mayor de 200 mg/dl (11.1 mmol/L) en una muestra aleatoria de sangre. Una muestra aleatoria es la que se obtiene en cualquier mo- mento del día, sin importar cuándo se ingirió el último alimento. 2. Concentración plasmática de glucosa en ayunas igual o mayor de 126 mg/dl (7 mmol/L). Para este fin el estado de ayuno se define como la ausencia de ingreso de calorías por lo menos durante las últimas 8 horas. 3. Glucemia en ayunas menor del valor diagnóstico, pero un valor de glucosa plasmática igual o mayor de 200 mg/dl (11.1 mmol/L) 2 h después de administrar por vía oral una carga de 75 g de glucosa. El último criterio requiere una curva de tolerancia oral a la glucosa, estudio que no es necesario si se cumple cualquiera de los otros dos cri- terios diagnósticos en más de una ocasión. Para establecer el diagnóstico de diabetes cuando un individuo presenta un criterio diagnóstico es ne- cesario observar ese mismo criterio o cualquiera de los otros dos por lo menos otro día en ese mismo sujeto. Anormalidad de la glucemia en ayunas y anormalidad de la to- lerancia a la glucosa (intolerancia a la glucosa). La nueva clasificación reconoce a un grupo de individuos que por su concentración de glucosa Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 13 no cumplen los criterios para el diagnóstico de diabetes, pero cuyos va- lores de glucemia son demasiado altos para considerarlos normales. Esta situación incluye a individuos con “anormalidad de la glucemia en ayunas” y a aquellos con “anormalidad en la tolerancia a la glucosa”. La primera situación o “anormalidad de la glucemia en ayunas” se define como una glucemia en ayunas igual o mayor de 100 mg/dl, pero menor de 126 mg/dl; mientras que la “anormalidad en la tolerancia a la glucosa” o intolerancia a la glucosa se define como una glucemia igual o mayor de 140 mg/dl, pero menor de 200 mg/dl 2 h después de administrar 75 g de glucosa por vía oral, es decir, en el valor de las 2 h de una curva de tolerancia oral a la glucosa (CTOG). De esta forma, con base en la concentración plasmática de glucosa en ayunas, pueden identificarse tres categorías: a) Glucosa en ayunas normal: concentración plasmática de glucosa en ayunas menor de 100 mg/dl. b) Anormalidad en la glucemia en ayunas: concentración plasmática de glucosa en ayunas igual o mayor de 100 mg/dl, pero menor de 126 mg/dl. c) Diabetes mellitus:* concentración plasmática de glucosa en ayunas igual o mayor de 126 mg/dl. De la misma forma, a partir de la glucemia plasmática en el valor de 2 h durante una CTOG, pueden identificarse tres categorías: a) Tolerancia normal a la glucosa: concentración plasmática de gluco- sa 2 h poscarga (2 h PC) menor de 140 mg/dl. b) Anormalidad de la tolerancia a la glucosa (intolerancia a la glucosa): concentración plasmática de glucosa 2 h PC igual o mayor de 140 mg/ dl, pero menor de 200 mg/dl. c) Diabetes mellitus: concentración plasmática de glucosa 2 h PC igual o mayor de 200 mg/dl. Diabetes gestacional. Como se indicó antes, esta forma de diabetes se restringe a mujeres en quienes el inicio o el diagnóstico de la diabetes ocurre durante el embarazo; no incluye a quienes se les diagnosticó dia- betes antes del embarazo. El diagnóstico se establece cuando se observan síntomas caracterís- ticos de la enfermedad y una concentración plasmática de glucosa igual o mayor de 200 mg/dl en una muestra aleatoria, cuando la concentración plasmática de glucosa en ayunas es igual o mayor de 126 mg/dl en ausencia de síntomas o mediante el uso de una CTOG. * Diagnóstico provisional que debe confirmarse de la manera ya descrita. 14 Sección I Aspectos generales En relación con el uso de la CTOG para el diagnóstico de diabetes gestacional, existen cuatro diferencias importantes con respecto al diag- nóstico en el adulto en ausencia de embarazo.Estas diferencias son: la cantidad de glucosa que se administra (100 g para la mujer embarazada contra 75 g en la no embarazada), la duración de la CTOG (3 h en la primera y 2 h en la segunda), la frecuencia de obtención de las muestras (cada hora en la primera y una vez a las 2 h en la segunda) y los valores diagnósticos. Para el diagnóstico de diabetes gestacional mediante CTOG se deben igualar o exceder por lo menos dos de los cuatro valores de glu- cosa plasmática que se indican en el cuadro 2-2. Se recomienda realizar una prueba de escrutinio para diabetes ges- tacional entre las semanas 24 y 28 del embarazo. Esta prueba consiste en administrar una carga de 50 g de glucosa por vía oral, no necesariamente en ayunas, y medir la glucemia después de 1 h de que se administró la carga. Un valor de glucemia igual o mayor de 130 mg/dl después de 1 h de que se administraron 50 g de glucosa obliga a realizar la CTOG de 3 h con 100 g de glucosa para diagnosticar diabetes gestacional. Un valor igual o mayor de 130 mg (7.2 mmol/L) permite identificar a 90% de las mujeres con diabetes gestacional, mientras que un valor de 140 mg/dl (7.8 mmol/dl) identifica a 80% de ellas. Después del término del embarazo, la paciente debe valorarse de nuevo a las seis semanas y clasificarse de acuerdo con su tolerancia a la glucosa en ese momento. Curva de tolerancia oral a la glucosa. Hasta el momento la curva de tolerancia oral a la glucosa (CTOG) es la prueba más sensible para identificar diabetes mellitus en sus etapas más tempranas. Como existen situaciones que pueden modificar el resultado de la prueba en ausencia de diabetes, es muy importante cumplir de manera estricta ciertos requi- sitos. Para que la prueba sea interpretable han de cumplirse las siguientes condiciones: CUADRO 2-2. Valores de glucosa para el diagnóstico de diabetes gestacional Momento de la medición Concentración de glucosa en plasma (mg/dl)* En ayunas Una hora Dos horas Tres horas 95 180 155 140 * Es necesario que por lo menos dos valores sean iguales o mayores que estas cifras. Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 15 1. Se realiza por la mañana y después de tres días sin restricción de acti- vidad f ísica o de dieta (por lo menos 150 g al día de carbohidratos). 2. El ayuno previo no debe ser menor de 10 h ni mayor de 16 h y sólo se permite el consumo de agua en ese periodo. 3. El individuo tiene que permanecer sentado y sin fumar durante la prueba. 4. Debe evitarse cualquier tipo de estrés, emocional o f ísico, inme- diatamente antes y durante la prueba. 5. Suspender medicamentos que puedan modificar la tolerancia a la glucosa (hipoglucemiantes orales por lo menos dos semanas antes, hormonales anticonceptivos un mes antes y otros fármacos por lo menos tres días antes de la prueba); en caso de diuréticos debe asegurarse que la concentración sérica de potasio sea normal. 6. La carga de glucosa es de 75 g de glucosa anhidra disuelta en agua en ausencia de embarazo y de 100 g de glucosa en mujeres em- barazadas. 7. La carga de glucosa se consume en 5 min en forma de una solución glucosada al 25% (25 g/dl). 8. El tiempo cero es el momento del primer trago de la solución. Debe obtenerse una muestra en ayunas y otra 2 h después del tiempo cero. En mujeres embarazadas las muestras se obtienen cada hora durante 3 horas. 9. Las muestras se colocan en tubos que contienen 30 mg de fluoruro de sodio por cada 5 ml de sangre, luego se centrifugan y el plasma se separa dentro de las 4 h que siguen a la obtención; si no se pro- cesan de inmediato, deben mantenerse congeladas. Cambios en los criterios de clasificación y diagnóstico Existen varias diferencias entre el sistema actual de clasificación y diag- nóstico de la diabetes y los sistemas propuestos por el GNDD y la OMS vigentes de 1979 a 1997 y de 1985 a 1997, respectivamente. A continua- ción se mencionan los cambios más importantes: 1. Desaparecen los términos diabetes mellitus dependiente de in- sulina y diabetes mellitus no dependiente de insulina y sus siglas DMDI y DMNDI. Estos términos se sustituyen por diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2, respectivamente. 2. La intolerancia a la glucosa deja de considerarse una categoría diagnóstica distinta de la diabetes; en cambio se la reconoce como una fase evolutiva de la misma diabetes. 16 Sección I Aspectos generales 3. Aparece el concepto anormalidad en la glucemia en ayunas como un equivalente de intolerancia a la glucosa dentro de la historia natural de la diabetes. 4. Desaparecen de la clasificación las clases de riesgo estadístico: anormalidad previa de la tolerancia a la glucosa y anormalidad potencial de la tolerancia a la glucosa. 5. Se elimina la clase clínica de diabetes que se relaciona con desnu- trición, que la clasificación de la OMS incluía. La diabetes pancreá- tica fibrocalculosa se clasifica dentro de la diabetes relacionada con enfermedades del páncreas exocrino. La desaparición de los términos DMID y DMNDI se debe a que a menudo se clasificaba a los pacientes según su tratamiento y no conforme a la verdadera causa de la enfermedad. Para la designación de diabetes tipos 1 y 2 se usan numerales arábigos y no romanos. La eliminación de la diabetes por desnutrición obedece a que no existe evidencia concluyente de que la desnutrición o la deficiencia proteica sean factores causales de diabetes. A continuación se mencionan los cambios más importantes en los criterios diagnósticos: 1. Se reduce el valor diagnóstico en ayunas de 140 mg/dl a 126 mg/dl. 2. Se reconoce un nuevo grupo intermedio: aquel con anormalidad en la glucemia en ayunas que se encuentra entre lo normal y la diabetes. 3. Se considera normal todo valor de glucosa plasmática en ayunas menor de 100 mg/dl. 4. Para el diagnóstico de diabetes mediante CTOG sólo se toma en cuenta el valor de las 2 h poscarga sin considerar los valores inter- medios, es decir, aquellos entre el tiempo cero y las 2 h (esto difiere de los criterios del GNDD pero es igual a los de la OMS). El establecimiento de un valor óptimo de glucemia para el diagnóstico de diabetes requiere lograr un balance entre los costos médicos, sociales y económicos de hacer un diagnóstico en alguien que no está expues- to al riesgo de sufrir los efectos adversos de la enfermedad y de omitir ese diagnóstico en alguien que sí está expuesto al riesgo. Para establecer los criterios diagnósticos actuales se dispuso de toda la información que permitiera calcular los costos médicos. Aunque en la población general la concentración de glucosa se distribuye a lo largo de un continuo de valores, es posible establecer un valor umbral después del cual las com- plicaciones microvasculares de la diabetes empiezan a aparecer en forma Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 17 significativa. Este valor umbral es de 200 mg/dl 2 h poscarga de glucosa y corresponde a un valor de 126 mg/dl en ayunas. Recientemente, un comité internacional de expertos recomendó el uso de la hemoglobina glucosilada para el diagnóstico de diabetes con cifras ≥6.5%, misma que fue apoyada por la Asociación Americana de Dia- betes. Esto ha generado mucha controversia, ya que al utilizar este punto de corte hay menos sensibilidad para diagnosticar diabetes en compara- ción con los criterios con una glucemia de ayuno o una CTOG. Asimismo, existen serias dificultades para uniformar el control de calidad para medir hemoglobina glucosilada en países como México. Tipos clínicos de diabetes mellitus La revisión de la clasificación de la diabetes mellitus evidencia dos he- chos: el primero es que la diabetes constituye en realidad un síndrome clínico que puede obedecer a distintas causas y el segundo es que existen tanto formas primarias como secundarias de la enfermedad. Las formas primarias son las que no se relacionan con otra alteración que las cause;es decir, son el resultado de una susceptibilidad individual determinada genéticamente para expresar la enfermedad. Estas formas primarias co- rresponden a diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2, aunque también incluyen ciertos defectos genéticos específicos de la secreción y la acción de insu- lina que se clasifican dentro de otros tipos específicos de diabetes. Diabetes mellitus tipo 1 Antes llamada diabetes mellitus dependiente de insulina, diabetes juvenil, de inicio en la juventud, con tendencia a la cetosis o inestable, es la forma más grave de la diabetes mellitus primaria y la menos frecuente (1 a 2% del total en México). Suele afectar a individuos jóvenes, aunque puede iniciarse a cualquier edad. Se caracteriza por la falta de insulina endógena y por una notable tendencia a la cetosis cuando la administración exógena de insulina falta. En su forma característica tiene inicio súbito y a menudo su primera manifestación es la cetoacidosis. Por lo general afecta a indi- viduos que están en su peso ideal. Se ha intentado identificar subtipos de esta forma de diabetes. La diabetes tipo 1a, que se ha propuesto como la forma más frecuente de la diabetes tipo 1, tiende a afectar más a niños y adolescentes, se acompaña de marcadores serológicos de autoinmunidad y avanza con rapidez hacia la cetosis por la falta absoluta de insulina. El tipo 1b, que comprende casi 10% de los casos de diabetes tipo 1, suele afectar a mujeres entre el cuarto y el sexto decenios de edad con antecedentes fami- liares de autoinmunidad y en el individuo afectado se relaciona con otras 18 Sección I Aspectos generales enfermedades autoinmunitarias de órganos específicos, como la tiroiditis de Hashimoto, enfermedad de Graves, adrenalitis autoinmunitaria, falla gonadal primaria, anemia perniciosa o miastenia grave, entre otras. Diabetes mellitus tipo 2 La diabetes tipo 2 (que antes se denominaba diabetes mellitus no depen- diente de insulina, diabetes del adulto, de inicio en la madurez, resistente a la cetosis o estable) es la forma más frecuente de diabetes mellitus pri- maria (98 a 99% del total en México). Suele iniciarse a partir del cuarto decenio de la vida y su prevalencia aumenta con la edad. Sus síntomas aparecen de una manera más gradual que en la diabetes tipo 1 y con fre- cuencia tiene un curso asintomático, en cuyo caso se descubre en forma incidental por un examen de laboratorio de rutina. La mayoría de los pa- cientes (80 a 85%) con diabetes tipo 2 es obesa en el momento del diagnós- tico (algunos pierden peso después) y una minoría está en su peso ideal. Aunque la concentración plasmática de insulina puede parecer normal o aun elevada en cifras absolutas (en comparación con la de individuos no obesos con tolerancia normal a la glucosa), en realidad es anormalmente baja para la concentración prevalente de glucosa o cuando se comparan sujetos diabéticos y no diabéticos con el mismo grado de obesidad. Otros tipos específicos de diabetes Defectos genéticos de la función de la célula beta. Incluyen los defec- tos monogenéticos (atribuibles a un solo gen) que afectan la capacidad funcional de la célula beta. Se caracterizan: a) por tener un patrón here- ditario autosómico dominante, b) porque la hiperglucemia por lo general se inicia antes de los 25 años de edad y c) porque el defecto radica en la secreción de la insulina y no en su acción. Existen variantes que se distinguen clínicamente por el grado de reserva endógena de insulina, la prevalencia de complicaciones crónicas, el umbral renal para la glucosa y el grupo étnico en el que se presentan. En el pasado se les designó diabetes tipo MODY (del inglés maturity onset diabetes of the young). Hasta la fecha se han identificado defectos en distintos loci genéticos en diferentes cromosomas. La forma más común se vincula con mutaciones en el cromosoma 12, en relación con el gen del HNF-1-alfa (del inglés hepatocyte nuclear factor) (MODY 3). Una segunda forma se relaciona con mutaciones en el gen de la glucocinasa en el cromosoma 7p (MODY 2). La glucocinasa es una enzima que forma parte del sistema sensor de la glucosa en la célula beta, y los trastornos en este sistema demandan una mayor concentración de la glucemia para producir una respuesta de Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 1� la célula beta. Una tercera forma se vincula con una mutación del gen HNF-4-alfa en el cromosoma 20q (MODY 1). Otras dos formas descri- tas de MODY son las asociadas al gen del insulin promotor factor (IPF- 1) (MODY 4), del HNF-1-beta (MODY 5) y del Neuro D1. También se han descrito mutaciones puntuales en el DNA mitocondrial asociadas a diabetes mellitus y sordera. Otros defectos genéticos menos frecuentes incluyen la incapacidad para transformar la proinsulina en insulina, lo que se transmite con un patrón autosómico dominante, así como defectos en la síntesis de la molécula de insulina. Defectos genéticos de la acción de la insulina. Abarcan un espec- tro de alteraciones metabólicas que van desde la hiperglucemia leve con hiperinsulinemia hasta la diabetes grave. Algunos individuos con este tipo de defectos tienen acantosis nigricans y las mujeres adultas pueden pre- sentar androgenización y crecimiento ovárico. Se han descrito diversas mutaciones en los genes de las subunidades alfa y beta del receptor de insulina y cada una afecta en un grado distinto la activación de las señales intracelulares que en condiciones normales deberían resultar de la unión de la insulina con su receptor. En el pasado el conjunto de estos defectos se llamó síndrome de resistencia a la insulina tipo A. El leprechaunismo y el síndrome de Rabson-Mendenhall son dos ejemplos de síndromes con- génitos con mutaciones en el gen del receptor de la insulina y resistencia extrema a la acción de la hormona. No se ha demostrado un defecto en el receptor en la diabetes lipoatrófica con resistencia a la insulina y se asume que el defecto ocurre a nivel posreceptor. Enfermedades del páncreas exocrino. Cualquier proceso patoló- gico que afecte el páncreas en forma difusa puede causar diabetes. Las enfermedades que se relacionan con diabetes incluyen: pancreatitis, trau- matismo, infección, pancreatectomía, hemocromatosis, fibrosis quística y carcinoma pancreático. La diabetes fibrocalculosa se define histopato- lógicamente por la presencia de fibrosis perilobular e interlobular, con sustitución progresiva de los acinos por tejido fibroso. Una placa simple de abdomen puede permitir la identificación de calcificaciones pancreá- ticas que no se limitan al trayecto del conducto pancreático principal, a diferencia de la pancreatitis crónica calcificada. En ciertas áreas geográfi- cas existe una relación causal de la diabetes fibrocalculosa con alimentos ricos en glucósidos cianógenos que son fuente de cianuro, como sorgo, mijo, ñame y en particular raíz de yuca o cazabe, cuya harina constitu- ye una fuente alimentaria importante de energía en países en desarrollo, sobre todo en los trópicos. Ya que los aminoácidos sulfatados desactivan el cianuro, una dieta deficiente en proteínas favorece la acumulación de este agente tóxico. 20 Sección I Aspectos generales Enfermedades endocrinas. Un exceso en la concentración de las hormonas que antagonizan la acción de la insulina puede producir into- lerancia a la glucosa o diabetes. Entre éstas se incluyen las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), glucagon, cortisol y hormona del crecimien- to. La diabetes, que por lo general ocurre en individuos con un defecto preexistente en la producción de insulina, puede desaparecer cuando el exceso de estas hormonas contrarreguladoras se disipa. Diabetes inducida por sustancias químicas y medicamentos. Mu- chos medicamentos afectan la secreción de insulina y pueden precipitar diabetes en sujetos que presenten además resistencia a la insulina. Otras sustancias químicas deterioran la sensibilidada la insulina y algunas más inducen la formación de anticuerpos antiislote. Infecciones. Ciertos virus se vinculan con destrucción de las células beta; éstos incluyen: coxsackievirus B, citomegalovirus, adenovirus y virus de la parotiditis. En algunos casos, sobre todo en el de la rubéola congé- nita, la infección se sigue de destrucción autoinmunitaria de las células beta en individuos que tienen un haplotipo HLA de riesgo y que presentan marcadores inmunológicos característicos de la diabetes tipo 1. Formas poco comunes de diabetes mediada por el sistema inmu- nológico. Esta categoría incluye dos alteraciones: el síndrome del “hombre tieso” y los anticuerpos contra el receptor de insulina. La primera es una enfermedad autoinmunitaria del sistema nervioso central que se caracteriza por rigidez de los músculos axiles y espasmos dolorosos, con títulos elevados de anti-GAD y diabetes en 33% de los casos. En la segunda, los anticuerpos antirreceptor pueden producir diabetes al interferir con la unión de la insu- lina con su receptor; es posible observar estos anticuerpos en pacientes con lupus eritematoso sistémico y originan lo que antes se llamó síndrome de re- sistencia a la insulina tipo B. En algunos casos los anticuerpos antirreceptor de insulina pueden tener una función agonista y producir hipoglucemia. Otros síndromes genéticos que en ocasiones se relacionan con diabetes. Estos síndromes se listan en el cuadro 2-1. El síndrome de Wol- fram es un trastorno autosómico recesivo que se caracteriza por diabetes con deficiencia de insulina (por pérdida de las células beta), diabetes insí- pida, atrofia óptica, sordera neural e hipogonadismo; también se le conoce por su acrónimo DIDMOAD (del inglés diabetes insipid, diabetes mellitus, optic atrophy, deafness). Diabetes gestacional Es importante identificar a las pacientes con este diagnóstico porque su tra- tamiento reduce la morbimortalidad tanto materna como fetal y porque las Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 21 mujeres afectadas tienen un elevado riesgo de presentar diabetes mellitus en los años que siguen al parto. Aunque se estima que la diabetes gestacional ocurre en alrededor de 2% de todos los embarazos en países industrializa- dos, en México la situación es diferente y la mayor parte de los estudios de prevalencia de diabetes gestacional señala una frecuencia de 6 a 11% de todos los embarazos. Alrededor de 60% de las mujeres caucásicas sufrirá diabetes dentro de los 15 años posteriores al diagnóstico, mientras que se estima que 50% de mujeres mexicanonorteamericanas padecerá diabetes en los cinco primeros años después del diagnóstico de diabetes gestacional. Todo lo anterior obliga a reducir cualquier factor de riesgo para el desarrollo futuro de diabetes en estas pacientes. Patogenia Diabetes mellitus tipo 1 La acción de ciertos agentes ambientales sobre un individuo genéticamen- te susceptible produce insulitis y la modificación antigénica de las células beta del páncreas, con lo que se activa un proceso autoinmunitario que destruye en forma progresiva estas células y reduce la reserva de insu- lina. Los síntomas clínicos de diabetes aparecen cuando la producción de insulina es insuficiente para mantener la acción homeostática de la hormona. Con el tiempo las células beta se pierden por completo y el comportamiento de la diabetes tipo 1 se vuelve inestable. La etapa preclínica, que comprende desde el inicio de la insulitis hasta los primeros síntomas, suele durar varios años. La destrucción autoinmu- nitaria de los islotes no progresa siempre de manera uniforme sino que puede evolucionar con periodos de actividad y de remisión temporal. Aún más, en muchos individuos con antecedentes familiares de diabetes tipo 1 el proceso de lesión autoinmunitaria de los islotes no avanza y permanece en una fase subclínica. Es necesario que la masa total de células beta se reduzca en 80 a 90% para que la diabetes tipo 1 ocurra. Los principales anticuerpos circulantes identificados en la diabetes tipo 1 son los que se dirigen contra componentes citoplásmicos de la célula beta (anticuerpos antiislote), contra la descarboxilasa del ácido glutámico (anti-GAD65), contra la superficie de la célula beta, contra la insulina y contra las fosfatasas de tirosina IA-2 e IA-2-beta. Los anticuerpos antiis- lote pueden fijar o no complemento, según su concentración plasmática; pueden cuantificarse en unidades JDF (de la Juvenile Diabetes Foundation) y al parecer constituyen un grupo heterogéneo. La frecuencia de presenta- ción de cada anticuerpo y su duración antes y después del diagnóstico de la diabetes varían y dependen del tipo de anticuerpo, subtipo clínico de la 22 Sección I Aspectos generales diabetes tipo 1 y grado de destrucción de los islotes. En la diabetes tipo 1 autoinmunitaria por lo menos uno de estos anticuerpos está presente en el momento en que se detecta la hiperglucemia. La medición de algunos de estos anticuerpos antes de la aparición de la hiperglucemia contribuirá a la predicción y prevención de la diabetes tipo 1 en el futuro. El riesgo de sufrir diabetes tipo 1 se relaciona con ciertos genes de la región HLA-D del complejo mayor de histocompatibilidad, que se localiza en el cromosoma 6. Las proteínas cuya síntesis dirigen estos genes son heterodímeros, con una cadena alfa y otra beta, cuya función es presentar los antígenos a los linfocitos T para activarlos. Estas proteínas se expresan en la membrana de las células beta en la diabetes tipo 1, situación que no ocurre en condiciones normales. La vinculación de diabetes tipo 1 con genes específicos del locus HLA- DR tal vez sea secundaria a una unión desequilibrada (o una frecuencia de relación mayor de la que podría esperarse por azar) con genes del locus HLA-DQ. Sin embargo, la combinación de ciertos haplotipos HLA-DR y HLA-DQ parece tener una función más importante en el riesgo. La re- lación más cercana entre diabetes tipo 1 y HLA en la población caucásica se da en el estado heterocigoto HLA-DQ2/DQ8 combinado con HLA- DR3/DR4, lo que ocasiona un riesgo relativo de 26. También se observa que la ausencia de aspartato en la posición 57 de la cadena alfa (DQA) de DQ más la presencia de arginina en la posición 52 de la cadena beta (DQB) de DQ confiere gran susceptibilidad para desarrollar diabetes tipo 1 a los individuos caucásicos. La fuerte vinculación de la enfermedad con genes de DQA y DQB está influida por la presencia de ciertos alelos de DRB. Ha- plotipos específicos DR/DQ pueden desempeñar una función importante tanto de protección como de predisposición a la enfermedad. La fuerza de vinculación con un haplotipo específico no es la misma en distintos grupos étnicos y disminuye con la edad de presentación de la diabetes tipo 1. Debe hacerse hincapié en que el HLA sólo tiene un papel permisivo en la presentación de la diabetes tipo 1, pues ésta puede ocurrir sin relación con un haplotipo que se considere de riesgo. Otros genes que al parecer participan son los del factor de necrosis tumoral (TNF, del inglés tumor necrosis factor) y los de factores de la vía alterna del complemento. Tal vez se requiera la expresión coordinada de más de un gen para conferir susceptibilidad para la diabetes tipo 1. La mitad de los gemelos monocigóticos de pacientes con diabetes tipo 1 son sanos; esto sugiere que también se requieren factores distintos de los genéticos. Ciertas infecciones virales se identifican como probables desencadenantes del proceso. Los mecanismos propuestos son la rotura de las células con exposición de sus proteínas, la modificación del genoma Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 23 que lleva a la expresión de antígenos anormales o ambas cosas. Además, ciertos virus inducen la aparición de moléculas HLA-D en la superficie de las células beta, lo que incrementa la presentación de antígenosa los linfocitos T. Entre los virus mejor identificados en este sentido se encuen- tran Coxsackie B, citomegalovirus y virus de la rubéola. Durante la etapa preclínica hay una disminución progresiva de la fase inicial de secreción de insulina en respuesta a la glucosa. En el momento del diagnóstico la fase inicial se ha perdido y la secreción de insulina des- ciende. Tras el diagnóstico de diabetes la secreción de insulina se valora mediante la medición de la concentración del péptido C circulante. Se ob- serva que la insulina y el péptido C eventualmente desaparecen del plasma en todos los pacientes, lo que indica pérdida de todas las células beta. La velocidad de destrucción de las células beta es muy variable y en general ocurre más rápido en niños y de manera más lenta en adultos. Al- gunos pacientes, en particular niños y adolescentes, pueden tener cetoaci- dosis como la primera manifestación de la enfermedad. Otros empiezan con una hiperglucemia leve o moderada que puede progresar con rapidez a hiperglucemia grave o a cetoacidosis en presencia de infección o estrés. Otros, en especial los adultos, mantienen una función residual suficiente para evitar cetoacidosis durante muchos años. Diabetes mellitus tipo 2 En la diabetes tipo 2 el páncreas es incapaz de mantener una producción adecuada de insulina ante una demanda que se incrementa por la dis- minución de la actividad biológica de la hormona. La disminución en la sensibilidad a la insulina afecta en diferentes grados el metabolismo de la glucosa y los lípidos, sobre todo en los tejidos muscular, hepático y adi- poso. Aunque la disminución en la captación y uso de la glucosa mediada por insulina en el músculo representa sólo un aspecto de este fenómeno, a menudo se utiliza como indicador de la resistencia a la insulina. Existen diferentes grados de resistencia a la insulina relacionada con diabetes me- llitus y en algunos casos puede haber resistencia a la insulina con toleran- cia normal a la glucosa. Esto último parece indicar que la resistencia a la insulina es un factor necesario pero no suficiente para la presentación de diabetes. La secreción deficiente de insulina siempre produce intolerancia a la glucosa y a menudo diabetes mellitus. Se desconoce la secuencia de acontecimientos iniciales que culmina en diabetes tipo 2. Estudios longitudinales demostraron que la resistencia a la insulina precede por años a la intolerancia a la glucosa y al inicio de la diabetes. También se sabe que la sensibilidad a la insulina de los familiares 24 Sección I Aspectos generales de pacientes con diabetes tipo 2 es menor que la de individuos sin antece- dente familiar de diabetes. En ambos casos la resistencia es independiente del grado de obesidad. Estos argumentos llevaron a proponer que el fenó- meno primario en la presentación de la diabetes tipo 2 es la resistencia a la insulina y que el defecto pancreático no es sino la consecuencia del agota- miento de las células beta. Sin embargo, también se demostraron defectos muy tempranos en la secreción de insulina tanto en etapas preclínicas de la diabetes como en familiares de primer grado de pacientes con diabetes tipo 2. Además, como ya se mencionó, muchos individuos con resisten- cia a la insulina igual o mayor que la que se observa en la diabetes son capaces de mantener una secreción elevada de insulina durante periodos prolongados y conservar normal la tolerancia a la glucosa. En cualquier caso es claro que ambos defectos, tanto de secreción como de acción de insulina, son necesarios para la expresión completa de la diabetes tipo 2. El grado y la duración de la resistencia a la insulina que se requieren para la presentación de diabetes quizá dependan de la capacidad innata de las células beta de adaptarse a la situación. La susceptibilidad de padecer diabetes tipo 2 tiene un claro componen- te hereditario. La enfermedad ocurre con mayor frecuencia en los familiares de un individuo afectado que en la población general. La frecuencia de con- cordancia de diabetes tipo 2 en gemelos monocigóticos es cuando menos de 70% y en algunas series alcanza 100%. A pesar de esto, aún no se identifica un patrón mendeliano definido de transmisión. La idea prevalente es que se trata de una enfermedad multifactorial y poliógena, con un gen dominante. Es probable que existan muchas causas diferentes de este tipo de diabetes y que en el futuro, una vez que se conozcan los defectos genéticos específicos y sus consecuencias funcionales, se requiera una nueva clasificación. La capacidad de secreción de insulina en alteraciones que reducen la sensibilidad es anormal en familiares de primer grado de pacientes con diabetes tipo 2. Además, la pulsatilidad de dicha secreción también está alterada en los familiares de estos pacientes. En cuanto a la acción de insulina, si bien se han descrito familias con diabetes y mutaciones en las subunidades alfa o beta del receptor insulínico, este defecto no se observa en los pacientes con diabetes tipo 2. Los principales factores adquiridos que contribuyen a la presentación de diabetes tipo 2 son aquellos que se relacionan con aumento de la re- sistencia a la insulina. Los mejor identificados son obesidad, inactividad f ísica, embarazo y edad avanzada. La inmensa mayoría de los pacientes con esta forma de diabetes es obesa en los años que anteceden al inicio de la enfermedad y aun quienes se encuentran dentro de su peso ideal con frecuencia tienen un exceso de tejido adiposo en la región abdominal. Capítulo 2 Clasificación, diagnóstico y fisiopatología de la diabetes mellitus 25 Aunque se desconoce la secuencia exacta de los cambios tempranos en la secreción de insulina, éstos incluyen alteraciones en la secreción pulsá- til, defectos en la primera fase de secreción, insensibilidad de la célula beta selectiva para glucosa, decremento en la potenciación de glucosa por otros secretagogos de insulina y cambios en la relación proinsulina/insulina. La res- puesta secretoria disminuye en términos absolutos y la glucemia en ayunas se eleva una vez que se pierde 75% de la capacidad funcional de la célula beta. Aunque la resistencia a la insulina incide de manera desfavorable en muchos de los efectos fisiológicos de la hormona, las alteraciones más importantes son: disminución de la acción antilipolítica, reducción en la capacidad de suprimir la gluconeogenia y la producción hepática de glucosa, y descenso en la captación y utilización de glucosa por el tejido muscular. El aumento resultante de ácidos grasos libres contri- buye a estimular la gluconeogenia hepática excesiva. La hiperglucemia posprandial es consecuencia tanto de la producción hepática irrestricta como de la falta de utilización de glucosa en el músculo. Este último defecto resulta de una disminución en el transporte de glucosa estimu- lado por insulina y en la utilización no oxidativa de la glucosa; es decir, el resultado a su vez de un defecto en la síntesis de glucógeno muscular. La acción anormal de la insulina quizás obedezca a una reducción de la actividad autocatalítica del receptor y, con mayor probabilidad, a anor- malidades de los segundos mensajeros que vinculan la activación del receptor con sistemas intracelulares específicos tanto enzimáticos como de transporte de glucosa. Una observación de gran importancia práctica en el tratamiento de la diabetes es el hecho de que la hiperglucemia deteriora tanto la secre- ción como la acción de la insulina, mientras que el restablecimiento de la normoglucemia mediante control dietético, hipoglucemiantes o insulina mejora en grado notable estas dos alteraciones. Escrutinio de diabetes en individuos aparentemente sanos La mitad de los individuos diabéticos ignora que padece la enfermedad, de manera que por lo menos la mitad de todos los pacientes con diabetes tipo 2 permanece sin diagnóstico durante muchos años. Existe evidencia epidemiológica de que la retinopatía se inicia por