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Caso Piggle

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“CASO PIGGLE” DE WINNICOTT
Modalidad Del Tratamiento
Sistema de entrevista a pedido
A través del juego, Piggle puede dramatizar su mundo interior y le permite
experimentar y jugar con las fantasías que más la molestan, en un marco seguro
proporcionado por W.
La tensión creativa en la transferencia se mantiene y el nivel de ansiedad e
incertidumbre es conservado en los límites de la capacidad de la niña para que el juego pueda
continuar.
En relación con los padres, W considera que no hubo defraudación ni interferencia de
parte de ellos en el tratamiento. Todo lo contrario, tanto la participación de los padres como lo
espaciado de las sesiones diluyeron la posesividad, dejando libre el camino para que la
relación niña-padres se desarrollara como parte del proceso terapéutico total.
Su colaboración fue decisiva en este sentido. Los padres de Piggle eran profesionales
y conocían el terreno psicoanalítico, y también ellos depositaron toda su confianza en W.
Este autor, da suma importancia al lugar del desarrollo del niño dentro de la familia y a
los procesos naturales de maduración.
La terapia duró 2 años y medio, con encuentros poco frecuentes, y comunicaciones
intermedias de los padres con W, a través de cartas o llamadas telefónicas.
De gran importancia para el mantenimiento de la relación terapéutica fue que las
entrevistas se efectuaran a solicitud de Piggle.
El tratamiento se inició cuando la niña contaba con 2 años y 4 meses de edad, y
finalizó luego de 16 sesiones, cuando Gabrielle tenía ya 5 años y 3 meses.
La obra entera de Donald Winnicott está llena de referencias al papel que jugaron las
familias de sus pequeños pacientes. En su consultorio, DWW colocaba el escritorio en el otro
extremo de la puerta, de este modo observaba cómo un chico era sostenido-traído por un
adulto a una consulta terapéutica y sin duda ya allí comenzaba su tarea. Se cuenta que una
vez uno de estos niños se soltó de la mano de su madre y entró en el consultorio diciendo:
"Doctor, mi mamá se queja de un dolor en mi panza..." DWW intuiría así -a partir de ese gesto
y de ese enunciado- el pedido que ese niño le hacía, para separarse del sufrimiento de su
madre y apropiarse del suyo propio.
DWW tenía entrevistas con los padres, con los abuelos, con cualquier otro integrante
de la familia que fuera significativo para el niño; tomaba notas de aquello que los niños y los
adultos hablaban en la sala de espera -antes y después de las consultas-; enviaba y recibía
cartas de sus pacientes y de sus padres en los intervalos entre consultas (1); en suma, le
otorgaba una gran importancia al vínculo de confiabilidad que se pudiera establecer entre el
terapeuta y los padres de los chicos que llegaban a su consulta.
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Presentación del Caso Piggle y Motivo de Consulta:
Hasta el nacimiento de su hermana Suzanne, Gabrielle (Piggle) era
extraordinariamente independiente y segura, tenía gran sentido del equilibrio.
Solía jugar todo el tiempo, pero desde la llegada de Suzanne comenzó a echarse en su cuna
y succionarse el pulgar sin jugar. Se aburría y se deprimía con facilidad, según lo relatado en
las cartas de los padres de Piggle dirigidas a DWW. 
No había sido preparada para controlar los esfínteres, pero al llegar la nueva bebé aprendió a
hacerlo sola en una semana.
Había empezado a caerse y llorar y hacerse daño, era despótica.
Tenía recurrentes pesadillas, dificultades para dormirse, gritos a mitad de la noche, y
refería la aparición de personajes persecutorios.
Identificación: No era ella misma, se negaba a serlo. No toleraba que la llamaran
Piggle, porque “las piggles eran negras y malas”. Ella era en todo caso el bebé o la mamá.
Primer periodo del tratamiento, no se ve una clara diferenciación yo –no yo.
Suzzane nació cuando ella tenía 21 meses. Al referirse en su juego al “otro bebé, la
bebé Sush, comienza a contarle a DW los recuerdos relacionados con la llegada de la bebé,
sin lograr establecer la diferencia entre sí misma y Suzanne: la bebé que come y duerme en
la cuna es Piggle y Suz al mismo tiempo.
EXTRACTOS DE SESIONES: 
 INICIO DEL TRATAMIENTO 
SESIONES 1 / 5 (2 años 4 meses - 2 años 9 meses)
Esta primera etapa da cuenta del estado intensamente caótico en que se hallaba
Piggle al arribar al tratamiento. La dinámica de la cura apuntará a crear un espacio
transicional que permita la elaboración de las fantasías aterradoras, y dotar a Piggle de un
objeto transicional con el que aún no contaba.
Apertura del Espacio Transicional – Comienzo de la cura
Piggle es acompañada por sus padres a la primera consulta. Llega con el evidente
propósito de trabajar, aunque vacila diciendo a su madre que “Es tímida”.
DWW se pone a jugar de espaldas a la niña, y le pide que le alcance el oso que ella
había traído, para que vea sus juguetes. Piggle empieza a nombrarlos “aquí hay otro uno, y
aquí hay otro uno”, a lo que DW interpreta “Otro bebé, el bebe Sush (Suzanne)”. Piggle
empieza a relatar que cuando había llegado el Bebé Sush “Yo era un bebé, estaba en una
cuna. Estaba dormida. Sólo tenía el biberón” (en realidad nunca había usado biberón, pero se
lo había visto al bebé). A partir a ese momento se inicia la comunicación con Gabrielle y DW
2
se pone al servicio del juego de la niña, como su objeto transicional, cumpliendo los roles
que la niña le asigna.
Nacimiento de la hermana: DW observa que el nacimiento de Suzanne aportó algo
de positivo y algo de negativo.
Por un lado la ansiedad y falta de libertad en el juego de Piggle, como también las pesadillas
recurrentes.
Por otro lado implicó cierta aceptación de la madre como persona distinta y por consiguiente
el establecimiento de sí misma con una identidad y fuerte lazo con su padre.
Fantasías terroríficas
Mamá negra: vive en su vientre. Se puede hablar por teléfono con ella y enferma con
frecuencia.
En pesadillas recurrentes, la mamá negra preguntaba ¿Dónde están mis yams (pechos)? 
Le tenía mucho miedo, y no podía dormir. En una oportunidad esta mamá negra había
arañado el rostro de su madre, le había arrancado sus yams, ensuciado y asesinado con
“Brrr” (heces). Ante lo que Piggle aseguraba tener una mamá “limpia” cuando era una bebita.
Babacar: es el segundo producto de su fantasía. La mamá y el papá negros están
juntos en el babacar. Palabra ésta que Piggle relacionaba con el bebé, el Bebé Sush, que era
Piggle y Suzzane al mismo tiempo.
Cuando todo estaba bien, Piggle traía a colación el “babacar” y todo se oscurecía, de
improviso de mostraba preocupada.
A juzgar por las apariencias, el babacar traslada negrura de una persona a otra. “El
babacar lleva negrura desde mí hasta ti, y entonces me asusto de ti” decía a su madre, o
“Estoy asustada de la Piggah negra”, “Soy mala”. “Tengo miedo de la mamá negra y la Piggah
negra porque me ponen negra”. (Mecanismo de la proyección).
“Negro” significa que ha entrado el odio o la desilusión. Más adelante DW interpretará que el
babacar es el interior negro de la madre, desde donde nacen los nuevos bebés. El interior
que ella no podía ver, y que era por lo tanto negro. Esto lo interpreta en un momento que la
niña toma un juguete redondo perforado en el centro y tras preguntarle a DW qué es, le dice
si conoce al “babacar”.
(En 10ª sesión: DW se pone negro porque pasa mucho tiempo sin verlo)
Ambivalencia: En una de las primeras sesiones aparece la fantasía de la madre debe
caerse y hacerse daño para que Piggle la alivie.
El odio y el amor por la madre aparecen simultáneamente, la niña es capaz de valerse de su
madre agresivamente (hacia el final de la primera sesión), como también de concluir que caer
es quedar embarazada, y se incluye así la agresión del padre.
2ª CONSULTA
Voracidad (agresividad de naturaleza oral): 
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Piggle toma un balde y lo llena de juguetes hasta el borde, ante lo que DW interpreta
que el baldees el vientre de DW, no tiene la parte de adentro negra porque podemos ver lo
que entró. Los juguetes desbordaban el cubo (llenándolo es como se hacen los bebés), y
como siempre caería alguno (porque se ha comido tanto) eso significaba para Piggle estar
mareado. “Los bebés se hacen comiendo con voracidad por eso uno se enferma”. 
Se realiza entonces un juego compartido: DW se transforma en el bebé voraz de Piggle, que
también la ama mucho.
DW: “Winnicott es el bebé de Piggle; es muy goloso porque quiere a Piggle su madre,
mucho, y ha comido tanto que está mareado”… “La cosa nueva que quieres tiene que ver con
el bebé W y la mamá Piggle, con el amor de W por su mamá, el comérsela y el estar
mareado”, Piggle respondió afirmativamente.
Comentario teórico: En los momentos de tensión pulsional es cuando predomina la
imagen de la madre mala, donde está también implicada la agresividad del niño y en particular
en el momento de comer. Satisfacer su hambre implica un deterioro del cuerpo de la madre.
En Piggle, se impone una imagen de la madre mala, perseguida y destruida por momentos, y
perseguidora y destructora en otras ocasiones.
Hay indicadores que señalan que la niña fue invadida por una intensa voracidad (afán de
vaciar el pecho materno).
El fenómeno transicional vuelve a tener lugar cuando jugaban con grandes animales
comiendo una comida compuesta en su mayor parte por animales. DW estaba cerca del cubo
lleno y “mareado”, en el piso todo el tiempo y Piggle le pregunta:
P: “Puedo coger un juguete”
DW: “W es un bebé muy goloso, quiere todos los juguetes” (W es el bebé goloso:
canibalismo oral)
Piggle lleva un juguete a su papá y le dice “El bebé quiere todos los juguetes”.
Entonces lo devuelve y dice:
P: “Ahora el bebé W tiene todos los juguetes. Iré donde papá”.
W: “Temes al goloso bebé W, que nació de Piggle y que ama a Piggle y que quiere
comérsela” (Piggle está en el rol de la madre).
Secuencia del juego “Bebé que nace de papá” 
Piggle sale en busca de su padre y a pedido de DW permanece en el consultorio. 
Comienza un nuevo juego en el que la niña afirma “ser un bebé” también, haciendo aparecer
su cabeza entre las piernas de su padre, como si estuviera naciendo.
W: “Quiero ser el único bebé, quiero todos los juguetes”.
P: “yo también soy el bebé”
W: “yo quiero ser el único bebé, tendré que enfadarme?”
P: “sí” y luego “No vas a ser el único bebé” (y siguió haciendo el juego de nacer de su
padre) “Soy un león”.
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DW interpreta que el león era un retorno de su gula de bebé Winnicott, una
representación de la voracidad del bebé que lo quería todo y que quería ser el único.
Para hacer frente a ese bebé voraz en que había transformado a DW, Piggle se convierte en
un león, y luego busca la protección del padre.
La voracidad hace intolerable la idea de compartir con alguna otra persona, en este
caso un bebé. Por esto quiere poder alimentarse vorazmente de la propia madre y excluye la
posibilidad de compartir del alimento con otro. 
En este contexto psíquico, Piggle vive la llegada de su hermana como una catástrofe, y por
eso hacer surgir “una mamá negra” responsable de toda la agresividad (proyección del
instinto de muerte). 
En este juego hay otra interpretación de DW respecto del “negro”. 
P: “Acabo de nacer, y no estaba negro adentro”.
Comprueba así que el interior negro tenía que ver con el odio al nuevo bebé que
estaba en el interior del vientre de la madre (odio al interior y su contenido).
La expresión en el juego y que el interior no estaba negro es un primer alivio de la
fobia al negro (odio, desilusión).
En esta etapa, el juego es comunicación, no placer. Así lo expresa también Piggle:
“Vine en taxi. A ver a Winnicott. A trabajar con Winnicott”.
 La agresividad, y la ansiedad relacionada con la violencia (conductas compulsivas)
siguen dominando el cuadro de esta primera etapa, según lo expresan las cartas de los
padres (3ª CONSULTA).
También parece sentirse muy mal ante cualquier tipo de destrozo que cometa si no se
lo puede reparar inmediatamente aunque sea insignificante. Pero inmediatamente, está
presente la agresión hacia la madre:
P.: “¿Recuerdas cuando rompí la fuente? ¿Me quieres?”
Mamá: “Si, ¿y tu?”
P.: “No, yo no te quiero. Eres negra y luego me querrás hacer negra”. (Temor a la
retaliación).
4ª CONSULTA
Necesidad consciente de ayuda
Se presenta diciendo “Vine por lo del babacar”.
DW trató de descubrir algo respecto de si la mamá negra estaba enfadada o no, e
introduce en el juego (coche ida-venir) algo que “tenía que ver con el enfado de la mamá negra
con Gabrielle, debido a que G estaba enojada con mamá por haber tenido otro bebé. Y
entonces mamá pareció ser negra”
Aparece un primer signo del tema del yo- no yo cuando Piggle siguió jugando
asignando diversos coches a DW o a sí misma.
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Piggle retoma el juego de ser el bebé que nace de papá. 
El padre es utilizado como madre en la transferencia, y DW queda en libertad para
otras funciones, entonces señala que “Piggle está asustada a causa del juego en que W se
había convertido en la Piggle enfadada, y Piggle era el bebé que nacía usando a papá. Ella
temía porque sabía cuán enfadada debía estar Piggle (DW) y el nuevo bebé chupaba el pulgar
de papá (el pecho de mamá)” 
DW interpreta que Piggle quiere al papá todo para ella sola, así mamá se volvía negra,
negra de ira.
Piggle sigue jugando y pregunta al papá “¿puedo volver a ponerme encima tuyo?
Haciendo que mamá se ponga negra. Mamá quiere ser la niñita de papá”
De regreso a su casa Piggle tiene momentos de depresión y arranques de destrucción,
que alterna con momentos en que se manifiesta razonable, se lava mucho y pone orden. Y se
convierte en una niña más adulta, se había puesto positiva en relación con su padre.
Elaboración de la fantasía de la mamá negra:
En el caso Piggle, al decir de Nasio, en la época en que la niña tomó conciencia de su
separación física de la madre, se halló en dificultades para asumirla y lo vivió como un
abandono. Por consiguiente, se alejó de su madre por quien comenzó a “hacerse desear”, y
se volcó al amor del padre que llego así a ser su principal objeto de amor.
El padre se transformó en un sustituto de la madre, pero al darle éste un nuevo bebe a
su madre, de algún modo abandonó a Piggle (en el sentimiento de la niña).
La llegada de la hermanita desmoronó el ordenamiento psíquico construido por Piggle.
Le resultó imposible conservar una imagen de madre buena. Al verse privada del sustituto
maternal bondadoso o de un objeto que pudiera simbolizar a esa madre benévola, se lanza a
elaborar una fantasía aterradora. En esa fantasía lo que parece sobretodo es una mamá
negra y en ocasiones, un babacar, o sea un continente negro.
La mamá negra arranca a la madre de la realidad, le arrebata sus yams (pechos), la
ensucia. Esta mamá negra vive enferma en el vientre de Piggle y es muy difícil hacerla sentir
mejor.
La madre negra se pone en contacto con otros personajes que se vuelven a su vez
destructoras o quedan destruidas.
La voracidad aquí también se relaciona con la destrucción o el robo de los pechos, una
agresividad de naturaleza oral. Esta voracidad indica un deseo imperioso, insaciable que
aparece representado por la fantasía de vaciar, agotar, devorar el pecho materno.
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Piggle encuentra el modo de representar la destrucción de su entorno (la falta de
continente) con esta fantasía que cobra valor defensivo, y que a la vez la aterroriza. A esta
fantasía puede tener acceso en un nivel consciente.
Hacia el final de la 5ª sesión, aparece la intención explícita de tener un bebé propio
hecho con comida (embarazo en fantasía pregenital), con el simbolismo del pelo rizado
interpretado por DW como un bebé (Piggle tenía el pelo muy lacio y decía tenerlo rizado,
porque su hermanita lo tiene rizado). 
Al cabo de estas sesiones la niña muestracierto avance respecto a los elementos de
locura que DW había detectado ya al inicio, y que había llevado a los padres a consultar.
También comenzaba a experimentar ansiedades depresivas, referidas por los padres como
que “volvía a caer en la depresión y la apatía, preocupada por la idea de muerte”. Relatan un
sueño en que “ninguna semilla crece, o solo un poco, por las cosas malas que llevan dentro”. 
También está el intento de “devolver a la mamá negra a su lugar”, refiriéndose a su parte
envidiosa y rapaz al decir de la madre.
Antes los temores insistentes de los padres, DW augura un buen pronóstico
diciéndoles: “Piggle es una niña muy interesante. Tal vez prefiriesen que no lo fuera tanto,
pero lo es, y confío en que no tarde asentarse y convertirse en un ser absolutamente corriente.
Se me ocurre que un buen número de niños tienen similares pensamientos y preocupaciones,
aunque por lo general no tan correctamente verbalizados”.
 AVANCE DEL TRATAMIENTO 
SESIONES 6 / 11 (2 años 10 meses - 3 años 9 meses )
Gabrielle se lanza a explorar representaciones que son fuente de angustia con la
ayuda de DW. La cura tendrá el objeto de ayudar a la niña a desembarazarse de la mamá
negra, para hallar una madre suficientemente buena.
6ª CONSULTA
A partir de aquí, DW la llama Gabrielle en lugar de Piggle. En adelante se referirá a
ella por su nombre.
La sesión comienza con Gabrielle “juntando juguetes”, por ejemplo grandes animales,
o vagones de un tren, refiriendo que “están juntos y se quieren”.
Y DW observa “puede que estés reuniendo las diferentes veces en que me viste”.
(Alude a un concepto de afinidad, y también un índice de avance en la posición
depresiva).
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W le recuerda la interpretación de la sesión anterior, relativa al nexo entre el cabello
rizado y el tener un bebé propio.
Ella le refiere sobre una gran casa y luego la casa pequeña, a la que DW interpreta
como “la propia persona de Gabrielle”.
W: “la pequeña es tu propia persona”
G: “La tuya. Gabrielle. Winnicott”. (Y une 2 vagones)
W: “Gabrielle y Winnicott son amigos, pero Gabrielle sigue siendo Gabrielle y Winnicott
sigue siendo Winnicott”
Gabrielle sigue jugando y DW la ayuda a arrastrar algo, Gabrielle dice “Winnicott me
coge de la mano”, interpretándose esto como una suerte de establecimiento de identidades,
el límite entre fusión y separación.
Piggle ve sobre el escritorio de DW una fotografía de una niña mayor y señala: 
P: “Es mayor que yo, como yo soy mayor que Suzanne. Ya sabe caminar sin
sostenerse y sabe levantarse”
W: “De modo que ya no necesita de su mamá todo el tiempo” (concreta alusión al
proceso de maduración)
P: “Pronto se pondrá más grande y andará sin mamá ni papá, y Gabrielle podrá andar
sin Winnicott o sin nadie. Alguien dirá ¿Qué haces? Este es mi lugar. Quiero ir a tu lugar. Sal
del paso” (Juego del Rey del Castillo donde establece su propia identidad y espera recibir un
desafío).
Concluida esta sesión, la madre refiere en carta a DW algo que la niña le dijo “quería
decirle al Dr. Winnicott que mi nombre era Gabrielle, pero él ya lo sabía. Lo dijo con
satisfacción”.
También la madre refiere que “no es tan tímida, pero le cuesta entrar en contacto con
otros niños aunque lo anhela, porque sufre ante los desaires, le duelen enormemente las
desilusiones”. Ante esto despliega sus defensas, camino al parvulario le indica a la madre
que lleve un libro porque “me aburriré. No sabré que hacer, no conoceré a nadie y no querré
que nadie me mire”.
DW intenta nuevamente que los padres confíen en el proceso natural de desarrollo
que en la niña se podía explicar prescindiendo del tratamiento, diciendo: “Creo que ya no
debemos pensar en ella en términos de enfermedad. Hay en ella muchos más elementos
sanos. Quizá quieran informarme qué esperan que yo haga”.
7ª CONSULTA
Clara diferenciación yo-no yo (Self-objeto):
Gabrielle empieza a jugar armando una hilera de casas en “S”. DW y Gabrielle están
ubicados cada uno en un extremo. DW observa “No había ninguna representación de mi
persona. Se trataba de un mensaje meditado, en el cual se mostraba que había logrado esa
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separación de mí como parte del establecimiento de su yo. También constituía una defensa
contra la reinvasión”
Este tema se refuerza con la cuarentena en el jardín (por las paperas de los niños), la
que equivale para DW a la barrera defensiva entre el yo-no yo. Gabrielle quería ir a jugar,
pero sabía que no podía, y que tampoco el resto de los niños podían ir a verla a ella.
Pregunta por los botes, y dice “Yo antes sabía donde estaban los botes. Antes estaba
acostumbrada a ti, pero ahora no lo estoy. Soy adulta”.
Al momento de irse, le entrego un tren a W y comenzó a arrojarle cosas porque él se
encontraba al otro lado de la frontera de la barrera “Allí estás” exclamó. 
Reforzando una vez más la idea de objetos externos, diferenciados de ella misma,
comenzó a observar distintas cosas y materiales en el consultorio de DW, haciendo en esta
sesión una fehaciente declaración sobre el yo y el no-yo.
En carta de su mamá que le indica que a Gabrielle le gustaría volver a verle y enviarle
un regalo. No solo se alude al tema de la gratitud, sino que implica también la aceptación de
la separatidad, del principio de realidad, un fruto de la desilusión.
8ª CONSULTA
Introyección
En un momento de la sesión, Gabrielle comienza a comer un hombre torcido, de
plástico. DW interpreta que se estaba comiendo el muñeco porque se quería comer a
Winnicott. “Si me comieras me llevarías dentro tuyo, y entonces no te importaría irte”.
Retoma el contenido de ansiedad provocado por los sentimientos de ambivalencia
hacia su hermana:
W: “¿Has conseguido deshacerte de tus temores?”
G: “Me asusta la Susan negra, así que juego con tus juguetes. Odio a Susan. Sí, la
odio mucho solo cuando me quita los juguetes (…) Que linda es esta casa”
 En casa de DW en cambio Susan está excluida, y puede usar todos los juguetes ella
sola. Y continúa:
G: “Cuando me quiere viene se inclina y dice aaa y me besa. Cuando mamá está por
ir a la ciudad es muy amable, cuando Susan me quiere”
W: “Odias y amas a Susan, las dos cosas a la vez.” 
G: “Cuando jugamos con lodo (= heces, amor fusionado), las dos estamos negras.
Las dos nos bañamos, las dos nos cambiamos de ropa. Entonces mamá cree a veces que
tiene lodo y Susan también. Mamá quiere mejor a Susan. Papá me quiere mejor”.
Gabrielle parte junto a su padre y deja un gran desorden en el consultorio. Es la
primera vez que lo hace. Para DW esto significa confianza de Gabrielle en cuanto a la
capacidad de Winnicott de tolerar el desorden y la suciedad, las cosas interiores,
incontinencia y locura.
9ª Y 10ª CONSULTA
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Comienza con una interpretación de DW respecto a las identidades cuando
refiriéndose a ella misma dice “Susan tiene un resfriado muy fuerte”.
DW le señala que está tratando de entender algo en base a un montón de partes, y
que esto significaba entender algo de Susan, Winnicott, mamá y papá. “Había cosas
separadas dentro de ella pero no era capaz de reunirlas en una sola”, señala DW en alusión
al desarrollo de conceptos de objetos completos.
Luego Gabrielle imagina una historia relacionada con su hermana “hemos decidido
que Susan es un pequeño monstruo”.
 “Susan estaba triste porque Gabrielle se iba a Londres (cambia de voz) ‘¿Cuándo volverá de
Londres mi hermana mayor?’ Necesita mi ayuda para usar el orinal…quería que sacara algo
para hacer caca. Tengo una gran preocupación cada noche. Es la mamá negra. Quiero mi
cama, ella no tiene. No hay impermeable, así que tengo que mojarme. No cuida de sus
niñitas”
W: “estas hablando de tu Mamá y de cómo no sabe cuidar de ti”
G: “sabe mamá. Es la mamá con una cara negra muy horrible (…) la mamá negra no
sabe de bebés” (hace una separación de la madre buena dela madre mala, no las está
integrando)
W: “Tu mamá no sabía de bebés cuando te tuvo a ti, pero tú le enseñaste a ser una
buena madre para Susan”.
(Ampliación en apartado “madre suficientemente buena”)
En esta sesión también DW habla del tema de la mamá negra como de un sueño,
“había llegado el momento de poder hablar de sueños en lugar de una realidad interior,
ilusorio interior ‘real’”
G: “La quería mucho. ¿Quién mató a mamá? … La mamá negra es mi mamá mala. Me
gustaba la mamá negra”.
Al decir de DW, lo negro ahora toma el significado de negación de la madre idealizada
de la etapa preambivalente, de la madre como objeto subjetivo. Esto anuncia un nuevo
estadío en el proceso hacia la ambivalencia.
En ese esquema la mamá negra es la mamá original buena que ha estado perdida,
devorada (incorporación oral) y muerta en la ambivalencia, reemplaza la primitiva división
entre madre buena y madre negra que no comprende a los bebés.
La mamá negra había sido puesta en su lugar, y también Piggle que se había puesto
negra y representa la parte mala, destruida de Gabrielle, de la que convenía separarse, y la
cual se fue a reunir con la madre negra. Se evitó así la contaminación provocada por la
mamá negra que ennegrece todo lo que está en su contacto.
La mamá negra, amenazadora, pertenece ahora al terreno de los sueños, su poder
persecutorio fue así canalizado y acotado. Esta mamá oculta ahora a la Piggle agresiva. Fue
acomodada, pero no por eso ha desaparecido del mundo de Gabrielle.
En otro momento de la sesión, Gabrielle toma todos los juguetes y los reúne en un
montón. Y DW hace el comentario “Ahora están todos en contacto unos con otros y ninguno
está solo”.
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Respecto al cervatillo que había vaciado, dejándole toda la viruta de madera que lo
rellenaba en el piso, Gabrielle le pide a DW que lo cuide y sea cariñoso con él, “yo tengo que
irme, te dejo con toda esta suciedad.”
La mamá negra, cercenada y reconducida, oculta ahora a la Gabrielle agresiva
(Piggle), que se mostrará abiertamente ahora y podrá librarse a actividades deliberadamente
destructivas.
Winnicott acepta la suciedad y destrucción, y le atribuye el valor de confianza.
“Sobrevive” a la destrucción. Sabe que debe soportar la agresividad, pero también que no
debe estar ausente por un tiempo mayor al que tolere la capacidad de la niña de tener una
representación de él, una simbolización adecuada (introyección). También sobrevivir implica
que no tomará represalias, y así continúa DW con la cura, manteniendo su atención y su
disponibilidad.
Las ansiedades edípicas están muy presentes en el momento en que Gabrielle relata
un sueño donde habla acerca de ir a la habitación de papá y mamá para impedir que el
caballo pisoteara el trigo, colocándose entre ellos. En este marco evitaba el comercio sexual
entre sus padres, pero también estaba excluyendo a su hermana. 
Luego añadió “Papá es hermoso”.
 11ª CONSULTA
Envidia del pene y reparación del hombre respecto de la culpa por su agresión
Piggle juega con un tren que de gran longitud, va contando sus vagones y DW le
interpreta:
W: “Lo que me estás diciendo con el tren es que sus trozos componen a Piggle (…) y
es también la larga cosa de papá”.
Más adelante la niña dirá:
G: “no puedo encontrar el pequeño agujero por el que tiene que pasar. Las mujeres
tienen dos agujeros, uno para wee y el otro para los bebés. El wee-wee de papá en el
agujero de una muchacha. Mira como sale! (refiriéndose a la chimenea del tren)”
W: “estás enojada con el wee-wee del hombre, no debería tenerlo”
G: “El hombre es un gran ladrón, es horrible”.
DW interpreta: “El hombre es un ladrón. Roba los pechos a la madre, luego usa los
pechos robados como una cosa larga (como el tren), un wee-wee que pone dentro del agujero
para bebés de la muchacha y siembra allí bebés (animales en el juego). No le hace sentir tan
mal el haber robado”.
En carta a los padres insistirá sobre su confianza en el curso de los acontecimientos
como en anteriores observaciones “El rumbo que siguen las cosas no me lleva a desesperar
en absoluto. Los niños deben trabajar sobre sus problemas en casa, y no me extrañaría que
Gabrielle fuese capaz de dar por sí sola con la salida de la fase presente. Naturalmente, ella
piensa en venir a verme porque así lo ha hecho en muchas ocasiones…”
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 HACIA EL FINAL DEL TRATAMIENTO 
SESIONES 12 / 16 (4 años 1 mes - 5 años 2 meses)
Podría decirse que a partir de aquí Gabrielle emprende un camino de resolución de
aquello que la perturba psíquicamente, que se da en paralelo a su capacidad para separarse
de Winnicott, acercándose al final de la cura.
12ª CONSULTA
Transcurrió a 4 meses del anterior encuentro.
La capacidad para estar a solas
W: “…Esta vez yo estaba sentado en la silla, no en el suelo (por primera vez), tomando
notas como de costumbre. Fue asombroso el modo en que, como solía, se confió de
inmediato a mi y a la situación. Era como una ilustración de la capacidad de estar solo en la
presencia de alguien, sentada en el suelo, jugando, mascullando y obviamente consciente
de mi…”
DW seguía interesado en la idea de negro y aquí surge una nueva versión cuando le
pregunta si es negro lo que no ve, ante lo que Gabrielle le contesta que no puede verle
porque es negro.
W: “¿Cuándo no estoy soy negro y no puedes verme? ¿y entonces pides venir y
verme…?
G: “cuando me voy y te miro te pones negro ¿no Dr Winnicott?
W: “así que pasado un tiempo tienes que verme para ponerme blanco de nuevo”…”si pasa
mucho tiempo, empiezas a preocuparte por esa cosa negra que me pone negro (la mamá
negra) y no sabes qué es la cosa negra”.
DW señala que no solo se trata de no verlo en su ausencia lo que lo hace negro, sino
que el negro es en parte una defensa como negación de la ausencia, con la posibilidad de
recordar el objeto ausente.
Los padres confirman esta interpretación, aludiendo a que la ausencia de DW en la
realidad ya no es un obstáculo para que continúe existiendo en el espíritu de Gabrielle.
13ª CONSULTA
Se ve más claramente que Gabrielle avanza hacia la posición depresiva, logrando la
reparación y la separación. 
DW la ayuda a imaginar que puede limitar (como ha hecho con la mamá negra) y
hasta reparar, los efectos de su destructividad mediante fantasías positivas y actos
constructivos- reparadores.
Su entrada a esta sesión fue descripta por DW como especial y estuvo caracterizada
por la timidez. 
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Gabrielle: “El gancho se ha zafado de aquí, ¿no es tonto-tonto? Lo estoy arreglando (y
lo hizo con mucha habilidad). Realmente puedo volver a ponerlo.
 W: Gabrielle también repara.
Gabrielle: Papá sabe reparar cosas, somos inteligentes. Mamá no es nada inteligente…”
 “…Gabrielle: (cantando) Hace mucho que no te veo, así que siento vergüenza al entrar
a verte, y no te veré mañana ni mañana ni mañana.
W: ¿te entristece eso? 
Gabrielle: Si. Me gustaría verte todos los días, pero no puedo porque debo ir a la
escuela. Se supone que voy a la escuela.
W: Antes venias aquí para que te reparase, y ahora vienes porque te gusta. Cuando
viniste a que te reparase, viniste, fueses o no a la escuela. Pero ahora te gusta, de modo, que 
no puedes venir con tanta frecuencia. Es triste.
Gabrielle: cuando vengo a verte soy tu visitante. Tú eres mi visitante cuando vienes a 
Oxford. ¿No es raro? tal vez quieres venir después de Navidad.
W: ¿Hay algo que reparar hoy?
Gabrielle: No, no rompo más…Este tornillo cabe.
W: Si, lo has arreglado por ti misma, y puedes repararte a ti misma…”
DW hace un llamado a pie de pagina donde comenta que podría haber dicho, en vez
de esto ultimo: “Tienes un W. reparador dentro tuyo que llevas siempre contigo”.
 “…Gabrielle: Tu eres doctor, un verdadero doctor, es por eso que te llaman Dr.
Winnicott.
Yo: ¿te gusta ser reparada o te gusta venir por mero placer?
Gabrielle: por placer, porque entoncespuedo jugar mas…”
En un momento de la sesión, Winnicott “…trataba de explicarle lo que ocurría con los
demás roles de W., cuando W. asumía uno de ellos.
El Dr. W. que repara se ha marchado de vacaciones, de modo que allí esta el Sr. W.,
que cocina. Cuando ella necesita reparación, el Dr. W. regresa.
Y le dice: Ahora el W. que repara y el que cocina, se han ido, y queda otro W., el W.
que enseña. Y luego está el W. que juega.
El más valioso para él, es el que juega, especialmente en los momentos que ella se
hallaba “sola en mi presencia…”.
15ª CONSULTA
DW comienza a trabajar el tema de la separación, y juegan haciendo avanzar y
retroceder un rodillo, al que seguía un periodo de escondite y búsqueda. DW le interpreta que
ella le estaba haciendo saber que lo olvidaba y que él la olvidaba a ella cuado se separaban
por las vacaciones, pero que en realidad sabían que era posible encontrarse. Así Gabrielle
puede enfrentarse con la separación, sabiendo también que la reunión es posible.
13
Se da en la siguiente secuencia de juego compartido un determinante para alcanzar la
cura. Ahora Gabrielle es quien propone el juego y DW acepta el rol, ella toma un juguete que
representa un personaje paternal y comienza a maltratarlo, DW se queja “ay, ay”. Y Gabrielle
agrega “ya no queda nada, está todo retorcido y con la pierna rota. También tiene la cabeza
rota, así que tú ya no puedes llorar. Te tiro enseguida. Nadie te quiere”.
Y DW interpreta “Así Suzanne nunca podrá tenerme, así el Winnicott que inventaste es
todo tuyo y listo con él, ya nadie más podrá tenerlo”.
Siguiendo las instrucciones de la niña, DW toma un trozo de papel y dibuja una
Gabrielle de pie y hace lo mismo que ella ha hecho con el muñeco.
(Secuencia ampliada en Objeto Transicional)
Luego la niña hace una referencia a que ya está por cumplir 5 años, a modo de
anuncio de que quiere finalizar el tratamiento cuando aún tiene 4, a lo que DW le responde
que también desearía terminar con ella, para poder ser todos los demás Winnicott y no tener
que ser este Winnicott que ella ha inventado. En la siguiente y última sesión se producirá la
resolución de la transferencia aquí preanunciada.
 16ª CONSULTA
Despedida
Respecto a este encuentro, DW dice que la llegada se asemejó más a la visita de una
amiga a otro amigo.
Mientras él se sentó en la silla para tomar notas como de costumbre, ella se volvió a
sentar de espaldas a él (sola en su presencia) a jugar con los juguetes, y solo
ocasionalmente le aclaraba que esperaba que él la escuche.
DW le dijo: “estás recordando para ti misma lo que los juguetes significaban cuando
eras una pequeña Piggle en vez de una Gran Gabrielle”.
G: “vamos a volver a jugar”.
Al cabo del juego, DW le da la oportunidad de hablarle de cosas, la palabra “negro”
vuelve a aparecer.
W: “Te da vergüenza contarme algunas de las cosas que piensas (…) Yo se cuando
estás verdaderamente avergonzada, y es cuando quieres decirme que me quieres”.
El gesto de asentimiento de Gabrielle anunciaba que ya era hora de marcharse.
Da así por finalizado el tratamiento y la cura. Comenta DW que estaba dispuesta a ir
en busca de su padre, y que había disfrutado de la sesión, sin dar muestra de encontrarse
molesta.
“Sonó enteramente natural al decir adiós, y dejo la impresión de una niña
verdaderamente fresca y psiquiátricamente normal de cinco años”.
Sobre la capacidad de reparar y la resolución de la transferencia
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La mamá negra pasó a reflejarse en el Winnicott negro (representada en la
transferencia con DW). Esto se comprobó, en los intervalos demasiado prolongados entre las
consultas, que han sido demasiado extensos como para que Gabrielle pueda conservar una
representación de Winnicott vivo.
Entonces, se vuelve negro, es decir destruido y destructor. En el momento en que
parece el W. negro, el W. analista le da la clave a Gabrielle de esta representación
inquietante.
Pero la carta que la niña le dicta a su madre, no indica que esta interpretación fue
eficaz, ya que Gabrielle se dirige a un W. vivo por completo en una carta llena de ternura y
poesía. 
También se puede ver claramente que las dificultades que llevaron a la niña al
tratamiento han encontrado una solución. Ahora ella confía en su capacidad de reparación,
para reacomodar. Puede reconocer su agresividad sin sufrir una angustia intolerable, puede
restaurar lo que ha dañado. Ya no tiene necesidad del Dr. W. para reparar, ya que logró
internalizar un W. reparador en su interior que tiene siempre a disposición. Que se ha
convertido en un objeto muy bueno que forma parte de su psique.
Y para el final, ambos se libran felices a un juego que representa la resolución de la
transferencia y la contratransferencia, ya no existen más un W. doctor y una Gabrielle
enferma. Estos asesinatos recíprocos no conllevan remordimientos ni culpabilidad, porque
entre otras cosas, así es como se debe terminar con un Objeto transicional.
Y por consecuencia con el analista, si éste ha sido un buen análisis, simplemente se destruye,
sin duelo.
Lo más importante para DW es que un terapeuta acepte la destructividad del paciente a fin de
desactivarla mediante la simbolización.
Madre suficientemente buena
En la octava sesión, puede verse el avance de la niña a través de la confianza que
deposita en Winnicott, y esto representa la función materna suficientemente buena que DW
encarnaba en su función como analista. 
“…El desempeña este rol como terapeuta en el tratamiento. Así se comporta él.
Gabrielle salio con su padre, dejándome con la suciedad y el desorden. Compárese esta
actitud con el orden escrupuloso y la negación de la confusión anteriores. Gabrielle mostraba
una cada vez mayor confianza en mi capacidad para tolerar el desorden, la suciedad, las
cosas interiores, incontinencia y locura…”
“ Gabrielle: … no sabe nada de niños y bebes. La mamá negra no sabe de bebes.
DW: Tu mama no sabia de bebes cuando te tuvo a ti, pero tu le enseñaste a ser una buena
madre para Susan.
Gabrielle: Susan se pone terriblemente triste si salgo de compras, y es feliz cuando
vuelvo. ¡Oh mamá, mamá, mamá! (dijo esto con mucho sentimiento)….”
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Aquí Winnicott señala una experiencia de contacto entre ella y la mama buena, antes
de la llegada de la hermanita, ahora perdida. Experiencia de pérdida, recuerdo de buena
experiencia.
“Gabrielle: Aquí Dr. Winnicott, voy a quedarme un poco mas que de costumbre. Puedo
jugar más si tengo más tiempo. No necesito precipitarme…(…)
DW: Si no tuviera un lugar en el que estar seria como Humpty Dumpty y se haría pedazos,
pero aquí tienes un lugar en que puedes estar…”
Una madre suficientemente buena es aquella que es capaz de dar cabida al desarrollo
del verdadero yo del niño, es decir acoger su gesto espontáneo, en el sentido de lo que el
niño quiere expresar, e interpretar su necesidad y devolvérsela como gratificación. Es la que
posibilita el juego, concepto importantísimo en la obra de Winnicott, que da lugar al concepto
de creatividad y de salud.
En un trabajo terapéutico, el analista debe cumplir el quehacer materno
suficientemente bueno que no ha sido posibilitado en su momento, esto significa brindarle la
seguridad de un lugar, de crearle la experiencia de ilusión de ser creado por el /la paciente (en
este caso, por Gabrielle), que está para satisfacerlo, soportarlo en todas sus acepciones
(como el holding, handling), comportarse como una madre que sobrevive al agresión de su
hija y mostrarse vulnerable, o sea con posibilidad de fallar. Esto es cierto límite en su función,
el analista falla. No lo sabe todo. Hasta algunas veces interpreta, al decir de Winnicott, para
“mostrar el límite de mi comprensión”. DW con su actitud ayuda a Gabrielle a reconocer su
odio y la culpabilidad que implica. La ayuda a imaginar que puede limitar,y hasta repara, los
efectos de su destructividad mediante fantasías positivas y actos constructivos, reparadores.
Le cambia el signo, como lo haría una madre suficientemente buena, de negativo a positivo.
Para él, el analista ocupa en el tratamiento el lugar de la madre. En la relación
analista-paciente se crea de un modo espontáneo (particularmente en el segundo) una fuerte
relación emocional de dependencia. El buen analista debe ayudar al paciente a liberarse de la
misma, y la plena liberación de tal dependencia (que evoca a las dependencias que el sujeto
ha tenido en su infancia) será un signo de la curación. El analista cumple la función de objeto
transicional, el cual es creado por el paciente, usado y debe ser olvidado, destruido, sin
mediar ningún tipo de duelo. A esto debe aspirar el analista, a ser usado y olvidado. Esto
apunta a que el paciente sienta que los logros son propios, y no creaciones del analista, u
obtenidos gracias al analista.
La sesión es un espacio para “irnos” de la realidad, y así poder tener en la vida
nuestros espacios transicionales.
Objeto transicional 
La madre en un principio debe Ilusionar al bebé para Desilusionarlo gradualmente.
Esto quiere decir que el bebé, ante su necesidad de comer, es acogido por la madre y ésta le
ofrece su pecho para alimentarlo, de tal modo que se dispone una situación donde el lactante
tiene la ilusión de que el pecho fue creado por él y que es parte de él. Pero a medida que la
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madre lo desilusiona o lo desgratifica, el bebé va percibiendo que no es uno con la madre,
disponiéndose a entrar en contacto gradualmente con la realidad y su subjetividad.
Como consecuencia de tal equilibrio, el infante percibe la medida de su dependencia y
adquiere la capacidad de hacer notar sus necesidades al entorno. Todas sus potencialidades
se irán desarrollando e irá descubriendo gradualmente la inexistencia del carácter unitario con
la madre, con el efecto concomitante que de ello se deriva, el hecho de que la madre deja de
parecerle "perfecta".
Al producirse la ruptura de la unidad madre-lactante, el niño logra ir independizándose
mediante espacios y objetos transicionales. Winnicott descubre que espacios y, sobre todo,
objetos transicionales son factores substitutivos que -en un principio ilusoriamente-
substituyen (o en términos de Lacán “metaforizan”) a la madre. Un juguete preferido del niño
es un ejemplo de objeto transicional. 
Las actitudes que en este momento tiene el niño junto a los fenómenos y a los objetos
transicionales, le sirven de nuevo entorno y de base para lograr paulatinamente su autonomía
y autosuficiencia.
El objeto transicional consuela al niño/a de la separación de la madre, que acaba de
experimentar. Como en Piggle esto no había sucedido, era necesario que Winnicott se
comporte como tal. Ayuda al infante a pasar de la representación de un objeto que controlaría
en sus fantasías, a un objeto que controla en la realidad.
 “… Gabrielle: pronto se pondrá mas grande (hace referencia a Susan) y andará sin
papa ni mama, y Gabrielle podrá andar sin Winnicott o sin nadie…”.
Secuencia en la quinceava sesión : 
“…luego cogió la figura del padre (de unos 7 cm., muy realista, (hecha sobre la base
de un limpia pipas), y comenzó a maltratarla.
Gabrielle: le tuerzo las piernas
Yo: ¡Ay! ¡Ay! (como aceptación del rol que me esta asignando).
Gabrielle: Lo tuerzo mas…si…ahora el brazo.
Yo: ¡Ay!
Gabrielle: ahora el cuello.
Yo: ¡Ay!
Gabrielle: ahora ya no queda nada…está todo torcido. Voy a torcerte un poco más.
 Grita más.
Yo: ¡Ay! ¡Ay! ¡Ayyyyyyyy!
 Le agradaba mucho.
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http://es.wikipedia.org/wiki/Objeto_transicional
Gabrielle: Ahora ya no queda nada. Esta todo torcido y con la pierna salida y se le ha
salido la cabeza, así que no puede gritar. Te arrojo lejos. Nadie te quiere.
Yo: Así Susan jamás podrá tenerme.
Gabrielle: Todo el mundo te odia. 
Entonces cogió una figura de niño, similar a la anterior, y repitió la operación.
Gabrielle: Estoy torciendo las piernas del chico.
En medio de todo ello, dije: de modo que el Winnicott que has inventado era todo
tuyo y ahora has terminado con él, ya nadie podrá tenerlo.
Me pedía que gritara más, pero argüí que ya no me quedaban gritos.
Yo: Se ha ido todo.
Gabrielle: Nadie volverá a verte. ¿Eres doctor?
Yo: Si, soy doctor y puedo ser el doctor de Susan, pero el Winnicott que tú
inventaste ha terminado para siempre.
Gabrielle: “YO TE HICE.”
“…Yo: a mi también me gustaría terminar contigo, para poder ser los otros Winnicotts y
no verme obligado a ser este Winnicott especial de tratamiento inventado por ti.
Hizo una especie de lapida o tumulto del Winnicott que había sido destruido y muerto…”
 “…Gabrielle: esta terminado. Nadie quiere ver a Winnicott. Completamente terminado.
Lo destrocé… tendrás que comprar mas (en referencia al Secottine), no mas
vendremos…
Veía que había acabado conmigo en todos los planos y en todos los sentidos, y lo dije: Si,
terminar contigo.
Yo: Así que si vengo a visitarte a tu casa, si veo a Susan, habrá un W. diferente… no
el que tu inventaste, que era enteramente tuyo y con el cual acabas de terminar…”
El comentario de DW al terminar la sesión, resalta la eclosión de la madurez adecuada
a la edad.
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NOTAS SOBRE M. KLEIN:
LA FANTASIA
Según M. Klein la fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos y por
consiguiente, existe, como éstos, desde el comienzo mismo de la vida. Por definición, los
instintos son buscadores-de objetos. En el aparato mental se experiencia al instinto vinculado
con la fantasía de un objeto adecuado a él. De este modo, para cada impulso instintivo hay una
fantasía correspondiente.
Por ejemplo, el bebé somnoliento que mueve la boca con expresión placentera y hace
ruidos de succión fantasea que está realmente succionando o incorporando el pecho, y se
duerme con la fantasía de tener el pecho-que-da-leche realmente dentro de sí. En forma
similar, el bebé hambriento, furioso, que grita y patalea, fantasea que está realmente atacando
al pecho, desgarrándolo y destruyéndolo, y experiencia sus propios gritos que lo desgarran y
lastiman como el pecho desgarrado atacándolo en su propio interior.
Crear fantasías es una función del yo, supone un mayor grado de organización yoica
del que postula Freíd. Supone que desde el nacimiento el yo es capaz de establecer- y de
hecho los instintos y la ansiedad lo impulsan a establecer- relaciones objetales primitivas en la
fantasía y en la realidad. Desde el momento del nacimiento el bebé se tiene que enfrentar con
el impacto de la realidad, que comienza con la experiencia del nacimiento mismo y prosigue
con innumerables experiencias de gratificación y frustración de sus deseos. Estas experiencias
con la realidad influyen inmediatamente en la fantasía inconsciente, que a su vez influye en
ellas.
Ej. El bebé que comienza a sentir hambre y trata de sobreponerse mediante la
alucinación omnipotente de poseer un pecho bueno que lo amamanta: la solución será
radicalmente distinta si se le da de mamar pronto que si se lo deja con hambre durante largo
tiempo. 
En el primer caso el bebe sentirá que el pecho real que le ofrece la madre se funde
con el pecho fantaseado por él, y su propia bondad y la del objeto bueno le parecerán firmes y
duraderas. 
En el segundo caso, se sentirá avasallado por el hambre y la ira, y en su fantasía se
acrecentará la experiencia de un objeto malo y persecutorio con el resultado de que su propia
ira le parecerá más poderosa que su amor y el objeto malo más fuerte que el bueno.
El ambiente tiene, de hecho, importantísimos efectos sobre la infancia y la niñez. Una
mala experiencia real se hace mucho más importante cuando el bebé ha tenido intensas
fantasías coléricas en las que atacaba el pecho, ya que dicha experiencia le confirma, no sólo
su sensación de queel mundo exterior es malo, sino también su sensación de que él mismo es
malo, y su creencia en la omnipotencia de sus fantasías malevolentes. Las experiencias
buenas, por otra parte, tienden a disminuir la ira, a modificar las experiencias persecutorias y a
estimular el amor y la gratitud del bebé y su creencia en el objeto bueno.
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Freud describió el yo como un “precipitado de catexias de objeto abandonadas”, este
precipitado está compuesto por objetos introyectados. El primero de dichos objetos descrito por
Freud mismo es el superyó.
El análisis de tempranas relaciones objetales proyectivas e introyectivas ha revelado
fantasías de objetos introyectados en el yo desde la más temprana infancia, comenzando por la
introyección de los pechos ideal y persecutorio.
Primero se introyectan objetos parciales: el pecho y luego el pene. Después, se
introyectan objetos totales: la madre, el padre, la pareja parental. Cuanto más temprana es la
introyección, más fantásticos son los objetos introyectados por lo que se ha proyectado en
ellos.
A medida que prosigue el desarrollo y se acrecienta el sentido de realidad, los objetos
internos se aproximan más a las personas reales del mundo exterior.
El yo se identifica con alguno de estos objetos identificación introyectiva. Estos
objetos son asimilados por el yo y contribuyen a su desarrollo y características. Otros
permanecen como objetos internos separados y el yo mantiene relación con ellos (el superyó
es uno de estos objetos). También se siente a los objetos internos en relación mutua: por
ejemplo, se siente que los perseguidos internos atacan al objeto ideal tanto como al yo.
La estructura de la personalidad está determinada en gran parte por las fantasías más
permanentes del yo sobre sí mismo y los objetos que contiene. Es esto lo que hace posible
influir en la estructura del yo y del superyó mediante el análisis. Pues justamente al analizar las
relaciones del yo con los objetos, internos y externos, y al modificar las fantasías sobre estos
objetos, es que podemos influir esencialmente sobre la estructura más permanente del yo.
LA POSICIÓN ESQUIZO PARANOIDE
Según M. Klein, hay suficiente yo al nacer pata sentir ansiedad, utilizar mecanismos de
defensa y establecer primitivas relaciones de objetales en la fantasía y en la realidad.
Al principio el yo está muy desorganizado pero tiene desde el comienzo la tendencia a
integrarse. El yo inmaduro del bebé está expuesto desde el nacimiento a la ansiedad
provocada por la innata polaridad de los instintos (de vida y de muerte). Está también expuesto
al impacto de la realidad externa, que le produce situaciones de ansiedad (trauma de
nacimiento) pero también le da vida (calor, amor y alimento de la madre).
Cuando se ve enfrentado con la ansiedad que le produce el instinto de muerte, el yo lo
deflexiona. Esta deflexión del instinto de muerte, descrita por Freud, consiste, según M.
Klein, en parte en una proyección, en parte en la conversión del instinto de muerte en
agresión.
El yo se escinde y proyecta fuera su parte que contiene el instinto de muerte,
poniéndola en el objeto externo original: el pecho. Es así como el pecho- al que se siente
conteniendo gran parte del instinto de muerte- llega a experienciarse como malo y amenazador
para el yo, dando origen a un sentimiento de persecución. De este modo el miedo original a
instinto de muerte se transforma en miedo a un perseguidor. A menudo se siente que la
20
intrusión del instinto de muerte en el pecho escinde a éste en muchos pedazos, de manera que
el yo se encuentra ante multitud de perseguidores. 
Parte del instinto de muerte que queda en el yo se convierte en agresión y se dirige
contra los perseguidores.
Al mismo tiempo se establece una relación con el objeto ideal. Así como se proyecta
fuera el instinto de muerte para evitar la ansiedad que surge de contenerlo, así también se
proyecta la libido, a fin de crear un objeto que satisfaga el impulso instintivo del yo a conservar
la vida. El Yo proyecta parte de la libido fuera y la restante la utiliza para establecer una
relación libidinal con ese objeto ideal. 
El objetivo del bebé es tratar de adquirir y guardar dentro de sí al objeto ideal, e
identificarse con éste, que es para él quien le da la vida y lo protege y mantener fuera el objeto
malo y las partes del Yo que contienen el instinto de muerte.
La ansiedad predominante de la posición esquizoparanoide es que el objeto malo u objetos
persecutorios se introducirán en el yo y avasallarán y aniquilarán tanto al objeto ideal como al
Yo.
 La ansiedad predominante es paranoide y el estado del Yo y sus objetos se
caracteriza por la escisión que es esquizoide.
Contra la abrumadora ansiedad de ser aniquilado, el yo desarrolla una serie de
mecanismos de defensa siendo el primero el uso defensivo de la introyección y proyección. 
 El yo se esfuerza por introyectar lo bueno y proyectar lo malo.
 En ocasiones, proyecta lo bueno para mantenerlo a salvo de lo que se considera
abrumadora maldad interna.
 Situaciones en que se introyectan los perseguidores e incluso se hace una
identificación con ellos, en un intento de controlarlos.
El rasgo constante es que en situaciones de ansiedad aumenta la disociación y se
utilizan la proyección y la introyección para mantener a los objetos persecutorios tan alejados
como sea posible de los objetos ideales, a la vez que se mantiene a ambos bajo control.
Otro mecanismo de defensa importante durante esta fase del desarrollo es la
identificación proyectiva En ella, se escinden y apartan partes del Yo y objetos internos y se
los proyecta en el objeto externo, que queda entonces poseído y controlado por las partes
controladas, e identificado con ellas.
La identificación proyectiva tiene múltiples propósitos:
 se la puede dirigir hacia el objeto ideal para evitar la separación.
 hacia el objeto malo para obtener control de la fuente de peligro.
 Se pueden proyectar varias partes del Yo con diverso propósitos: partes malas
para librarse de ellas o para atacar y destruir el objeto.
 Se pueden proyectar partes buenas para evitar la separación, para mantenerlas a
salvo de la maldad interna o para mejorar el objeto externo a través de una
primitiva reparación proyectiva.
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¿Cómo sale el individuo de la posición esquizo-paranoide?
La condición previa necesaria es que las experiencias buenas predominen sobre las
malas. El yo llega a creer que el objeto ideal prevalece sobre los objetos persecutorios y que su
propio instinto de vida predomina sobre el instinto de muerte. Estas dos creencias: en la
bondad del objeto y la bondad del Yo van juntas. El yo se identifica repetidamente con el
objeto ideal adquiriendo así mayor fuerza y mayor capacidad para enfrentarse con ansiedades
sin recurrir a violentos mecanismos de defensa.
→Disminuye el miedo a los perseguidores y disminuye la escisión entre objetos persecutorios e
ideales. 
→Se permite a ambos que se aproximen más y esto los prepara para la integración. 
Simultáneamente, a medida que el Yo se siente más fuerte y con mayor afluencia de la
libido, va disminuyendo la escisión dentro del Yo. 
A la vez que disminuye la escisión el Yo tolera más su propia agresión, disminuye la
necesidad de proyectar y el yo siente la agresión como parte de sí, sin verse impulsado a
proyectarla sobre sus objetos. Distingue cada vez más lo que es Yo y lo que es objeto.
LA ENVIDIA
M. Klein considera la envidia temprana como uno de los factores que afectan las
primeras experiencias del bebé: actúa desde el nacimiento. Es una relación de dos partes en
que el sujeto envidia al objeto por alguna posesión o cualidad. Se experiencia en función de
objetos parciales, aunque persiste en relaciones de objeto total. 
En la envidia el objetivoes ser uno tan bueno como el objeto, pero cuando esto se
siente imposible, el objetivo se convierte en arruinar lo bueno que tiene el objeto para suprimir
la fuente de envidia. (Convierte en mala a la fuente misma de todo lo bueno de la que depende
el bebé). Es la primera externalización del instinto de muerte.
El objetivo de la voracidad es poseer todo lo bueno que puede extraerse del objeto,
sin considerar las consecuencias.
La envidia se puede fusionar con la voracidad, constituyendo así otro determinante
del deseo de agotar enteramente al objeto, no sólo ya para poseer todo lo bueno sino también
para vaciarlo intencionalmente, a fin de que no contenga nada envidiable. Cuando el bebé se
siente lleno de ansiedad y de maldad y siente que el pecho es la fuente de todo lo bueno,
quiere por envidia estropear el pecho proyectándole partes malas y dañinas de sí mismo; en su
fantasía, lo ataca escupiéndole, orinándole, defecándole, con flatos, con la mirada penetrante
proyectiva (el “mal de ojo”). A medida que prosigue el desarrollo continúan los ataques,
dirigidos ahora al cuerpo de la madre y a sus bebés, y a la relación entre los padres.
Si la envidia temprana es muy intensa interfiere con el funcionamiento normal de los
mecanismos esquizoides. Como se ataca y arruina el objeto ideal, no se puede mantener el
proceso de escisión entre objeto ideal y objeto persecutorio. Queda interferida la introyección
del objeto ideal y la identificación con él →Con esto el desarrollo del yo debe sufrir
necesariamente. Cuando la envidia es muy intensa lleva a la desesperación. Como no se
22
puede encontrar un objeto ideal, no hay ninguna esperanza de recibir amor ni ayuda alguna. 
Los objetos destruídos son fuente de persecución y culpa.
En un desarrollo más normal, la envidia se integra más. La gratificación que produce
el pecho estimula admiración, amor y gratitud, a la vez que envidia. Estos sentimientos entran
en conflicto cuando el yo comienza a integrarse y, si la envidia no es abrumadora, la gratitud
supera y atempera la envidia. E pecho ideal, introyectado con amor, gratificación y gratitud se
hace parte del yo y el yo mismo se llena de bondad. Aumenta la gratificación→disminuye la
envidia→aumenta la gratificación.
POSICIÓN DEPRESIVA
Fase del desarrollo en que el bebé reconoce un objeto total y se relaciona con dicho
objeto. Es un momento crucial del desarrollo infantil. Se relaciona con su madre como objeto
total que puede ser a veces buena y a veces mala, que puede estar presente o ausente, y a la
que puede amar y odiar al mismo tiempo. Esta madre es a la vez fuente de lo bueno y de lo
malo. Implica también reconocerla como individuo con una vida propia y con sus propias
relaciones con otras personas. El bebé descubre cuán desamparado está, cómo depende
totalmente de ella, y cuántos celos le provocan los demás.
La integración del yo y del objeto prosiguen de modo simultáneo. Al disminuir
los procesos proyectivos e integrarse más el Yo se distorsiona menos la percepción de los
objetos, de modo que el objeto malo y el objeto ideal se aproximan el uno al otro.
En la posición depresiva las ansiedades brotan de la ambivalencia y el motivo principal de la
ansiedad del bebé es que sus propios impulsos destructivos hayan destruído o lleguen a
destruir el objeto amado de quien depende totalmente.
Aparece la necesidad de poseer este objeto, de guardarlo dentro de sí, y si es
posible, de protegerlo de su propia destructividad. La posición depresiva comienza en la fase
oral del desarrollo, en que el amor y la necesidad provocan el deseo de devorar. 
El bebé bien integrado que puede evocar su amor por el objeto bueno aún cuando lo odia, está
expuesto a nuevos sentimientos:
→ El duelo y la nostalgia por el objeto bueno al que siente perdido y destruído
→ la culpa, porque cree que lo perdió por su propia destructividad.
En la cúspide de la ambivalencia puede sobrevenirle la desesperación depresiva.
El bebé recuerda que ha amado y en realidad ama aún a su madre, pero siente que la ha
devorado o destruído y ya no puede recurrir a ella en el mundo exterior. Además la ha
destruído también como objeto interno, al que siente ahora hecho pedazos. Sufre por sí mismo
y por su madre y se siente perseguido. (Reaparece cierta regresión en la cúspide de los
sentimientos depresivos).
La experiencia de depresión moviliza en el bebé el deseo de reparar a su objeto u
objetos destruídos. 
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Como cree que la destrucción de su objeto se debe a sus propios ataques, cree
también que su propio amor y cuidados podrán deshacer los efectos de su agresión. El
conflicto depresivo es una lucha entre la destructividad del bebé y sus impulsos amorosos y
reparatorios.
El bebé resuelve gradualmente sus ansiedades depresivas y recupera externa e
internamente sus objetos buenos al reparar a sus objetos externos e internos en la realidad y
en sus fantasías omnipotentes. El bebé descubre su propia realidad psíquica. Advierte su
propia existencia y la de sus objetos como seres distintos y separados de él. Comienza a
distinguir entre fantasía y realidad externa. La reaparición de su madre tras su ausencia, su
atención y cuidados reducen gradualmente la creencia del bebé en la omnipotencia de sus
impulsos destructivos. El fracaso de su reparación mágica disminuye su creencia en la
omnipotencia de su amor.
A lo largo del desarrollo y la elaboración de la posición depresiva el Yo se fortifica,
gracias al crecimiento y a la asimilación de objetos buenos, introyectados en el yo y el superyó.
Una vez alcanzado este momento del desarrollo, el bebé ha establecido su relación
con la realidad.
El punto de fijación de las enfermedades psicóticas yace en la posición esquizo-
paranoide y en los comienzos de la posición depresiva. Cuando se produce una regresión a
estos puntos tempranos del desarrollo, el sentido de realidad se pierde y el individuo se
psicotiza. Pero si se alcanzó la posición depresiva y se la elaboró por lo menos en parte, las
dificultades que aparecen en el desarrollo posterior no son de carácter psicótico, sino neurótico.
24

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