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Embarazo ARO

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UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE MEDICINA “WITREMUNDO TORREALBA”
HOSPITAL JOSÉ MARÍA BENÍTEZ
CLÍNICA OBSTÉTRICA II
Bachilleres:
Edgar León
Carmen Maitin
Profesor:
Pablo Hernández
DEFINICIÓN1
FACTORES DE RIESGO2
3 CLASIFICACIÓN DE RIESGO
4
RECURSOS DIAGNÓSTICOS5
MANEJO DE ARO
6
NORMATIZACIÓN DE LA 
ATENCIÓN PERINATAL
1
Aquel embarazo en el cual se cuenta con una probabilidad o riesgo más elevado de
presentar alguna condición que afecte la salud de la madre o el feto, ya sea antes,
durante o después del parto.
2
Dichos embarazos cursan en presencia de factores de riesgo maternos o fetales, los
cuales pueden derivar de elementos epidemiológicos o biológicos (maternos o
fetales), haciendo de este un embarazo cuyo pronóstico (materno y perinatal) es
peor que el de un embarazo normal.
10-20% de los 
embarazos
80% de la 
morbimortalidad
El desafío es detectar y manejar adecuadamente los 
embarazos de alto riesgo
Control Prenatal
Maternos
Fetales
Anomalías en la formación de la placenta y del cordón 
umbilical
Patologías del Líquido Amniótico
Marcadores fetales de Aneuploidía
Patologías del crecimiento
Síndromes Malformativos
Las acciones ante estos factores dependen de:
1. Asociación del Factor con el Daño a la Salud 
Riesgo Relativo
Riesgo Individual
Relación Causal
Relación Favorecedora
Relación Predictiva
Cálculo de Riesgo
1 = No hay asociación
>1 = Factor de riesgo
<1 = No es Factor de Riesgo
2. Frecuencia del Factor de Riesgo
Riesgo Atribuible
Incidencia de la enfermedad en la 
población total cuyo caso puede ser 
atribuido a la exposición
RA = P1 – P2
✓ Importante cuando se 
desea reducir la 
prevalencia de factores 
de riesgo en una 
población
3
Estado de las Embarazadas que 
presentan condiciones
óptimas para el bienestar de la 
madre y el feto.
No se evidencian factores 
epidemiológicos de riesgo,
antecedentes gineco obstétricos o 
patología general
intercurrente.
Cuando las embarazadas se 
encuentran en buenas condiciones 
de salud, pero presentan uno o 
más factores de riesgo de tipo 
epidemiológico y/o social
BAJO RIESGO ALTO RIESGO I
Cuando las embarazadas se 
encuentran en buenas condiciones 
de salud, pero presentan uno o 
más antecedentes de patología 
gineco-obstétrica perinatal o 
general, con o sin morbilidad 
materna o perinatal
Constituye el riesgo mayor para las 
embarazadas que ameritan atención 
especializada en ciertos casos 
ALTO RIESGO II ALTO RIESGO III
4
La decisión de hospitalización suelen tomarla los médicos en función de la
gravedad y la multiplicidad de los factores de riesgo que presente la
embarazada.
La institución debe contar con todos los servicios de apoyo como
son las unidades de cuidado intensivo e intermedio neonatal,
unidades de cuidado intensivo e intermedio de adultos, banco de
sangre, entre otros.
Contar, a su vez, con los más
modernos avances tecnológicos en
la vigilancia de la salud materno-
fetal. 
Nivel 1
Nivel 2
Nivel 3
Nivel 4
5
El objetivo es la detección precoz de fetos en riesgo de hipoxemia y acidemia; permitiendo la aplicación de 
medidas correctivas o la intervención oportuna que los lleve a la normalidad o impida el daño.
Métodos 
clínicos 
Pruebas 
diagnósticas
Medición de la altura uterina
Estimación clínica del peso fetal
Auscultación de la frecuencia
cardiaca fetal
Monitorización Materna de los
Movimientos Fetales (MMMF)
No Invasivas
Ecografía
Velocimetría doppler fetal
Registro Basal No Estresante (RBNE)
Estimulación vibroacústica fetal
Test de tolerancia fetal a las
contracciones (TTC)
Prueba de estimulación mamaria
Perfil biofísico fetal (PBF)
Índice de Líquido Amniótico (ILA)
Invasivas
Amnioscopía
Cordocentesis
Fetoscopía
Amniocentesis
Consiste en medir la distancia en centímetros entre el fondo uterino y la parte superior
de la sínfisis del pubis. Permite determinar la edad gestacional y sospechar patologías.
El útero crece 4 cm por mes.
Entre las 18-32 semanas la AU es similar a la EG.
Si la AU es menor que la EG, hace sospechar una restricción del crecimiento fetal (RCF).
Otra forma de sospecharlo es ante una detención del crecimiento uterino por más de
dos semanas.
Aparece a las 9 semanas de edad Gestacional. A partir de las 10 semanas 
comienza a aumentar progresivamente, debido al desarrollo de la función 
renal. 
La cantidad de líquido amniótico puede ser evaluada clínicamente durante el 
tercer trimestre del embarazo. 
La palpación fácil de las partes fetales, asociado a menor altura uterina de la 
esperada, hace sospechar un oligoamnios (OHA); mientras que la altura uterina 
aumentada, y un feto que se mueve libremente en la cavidad uterina 
(“pelotea”), crea la sospecha de polihidroamnios (PHA).
Los movimientos fetales son percibidos por la embarazada a partir de las 18-20 semanas dependiendo de la paridad. 
En cada control prenatal se debe interrogar a la madre por la percepción de movimientos fetales, analizando su 
interpretación subjetiva respecto de si el bebé se mueve de modo normal.
Se efectúa con el uso del cardiotocógrafo, una máquina con dos
detectores: un monitor doppler y un monitor de presión que registra
las contracciones uterinas.
El cardiotocógrafo registra en un papel termosensible la frecuencia
cardíaca y, en ese mismo papel, la embarazada genera una marca
cuando siente un movimiento fetal.
El RBNE se basa en el conocimiento de que los fetos sanos tienen
una respuesta cardio-aceleratoria en respuesta al movimiento.
Estudia la respuesta de los LCF a las contracciones uterinas inducidas por una 
infusión continua de oxitocina. 
Durante las contracciones uterinas, al comprimirse los lagos venosos de la placenta, 
los fetos con compromiso de su oxigenación desarrollarán hipoxemia transitoria, 
presentando disminución transitoria de la frecuencia cardíaca (desaceleraciones). 
Es una buena prueba, con muy buena sensibilidad y especificidad para detectar 
hipoxia fetal. Sin embargo, es riesgosa, pues produce contracciones uterinas que 
pueden llevar a un parto prematuro. 
Es una evaluación ecográfica de cinco variables biofísicas fetales.
El puntaje entregado se correlaciona con mortalidad perinatal.
Tiene un rango de 0 – 10. Un bajo puntaje del PBF es sugerente de
hipoxia fetal.
Existen 2 técnicas para cuantificarlo: 
• Técnica semicuantitativa de Manning: LA normal: al menos 1 bolsillo vertical 
de LA > 2 cm.
• Técnica de Phelan: Sumatoria de bolsillo mayor de LA en cada cuadrante.
Doppler color es el sistema computacional incorporado a la máquina de ultrasonido. Este asigna unidades de
color, dependiendo de la velocidad y dirección del flujo sanguíneo.
Evalúa cambios hemodinámicos asociados a hipoxia y su repercusión en territorio materno fetal, por lo que
es un marcador precoz de insuficiencia placentaria.
El doppler de arterias uterinas, resulta útil tanto entre las 11-14 y las 20-24 semanas para predecir el riesgo
de desarrollar patologías relacionadas con:
Deficiencia en la placentación, preeclampsia, restricción de crecimiento fetal.
Es especialmente útil la evaluación de arterias uterinas (maternas) y en el feto:
Arteria umbilical, arteria cerebral media y ducto venoso.
6
La perinatología se encarga de la prevención, diagnóstico, tratamiento de
enfermedades y cualquier otra condición que ponga en riesgo la evolución durante
el embarazo de la madre y el feto.
Objetivos
Diagnosticar las malformaciones fetales, morfológicas o funcionales del
feto.
Prevenir o diagnosticar de forma precoz problemas cromosómicos
que podrían afectar al feto.
Tratar complicaciones que aparecen en el embarazo a partir de la 
semana 28.
Tratar en el útero las malformaciones fetales que puedan atenderse con
tratamiento médico o quirúrgico
American College of Obstetricians and Gynecologists. Levels of Maternal
Care [página web] Disponible en: https://www.acog.org/clinical/clinical-
guidance/obstetric-care-consensus/articles/2019/08/levels-of-maternal-care
Carvajal, J. (2023) Manual de Obstetricia y Ginecología. Decimocuarta
edición
Ministerio del Poder Popular para la Salud, OMS, OPS. Protocolos de
Atención, Cuidados Prenatales y Atención Obstétrica de Emergencia.
https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/obstetric-care-consensus/articles/2019/08/levels-of-maternal-care
https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/obstetric-care-consensus/articles/2019/08/levels-of-maternal-care
https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/obstetric-care-consensus/articles/2019/08/levels-of-maternal-care

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