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FIEBRE Definición: Consiste en la elevación anormal de la temperatura corporal, mayor a 37,5°, debido a la reprogramación de los centros termorreguladores hipotalámicos, mediada por citosinas, en respuesta un estímulo pirogénico exógeno generalmente acompañado con uno o más fenómenos. Elevación de la temperatura. Según el ritmo circadiano se debe considerar como fiebre los registros matinales mayor a 37,2° y vespertinos mayor a 37,7|° Fiebre ligera o febrícula hasta 37,5° Fiebre 37,5° a 39° Hiperpirexia 39° en adelante Termogénesis: El calor animal tiene por origen las combustiones internas, siendo su principal fuente la masa muscular estriada, por su gran volumen y tener sobre ella cierto control la voluntad; sin embargo, en el hígado alcanza su mayor grado. La pérdida del calor se opera en una mínima parte en el calentamiento de la ingesta (aire inspirado, bebidas y alimento fríos) y de la excreta (heces y orina) y en su mayor parte por la piel, en virtud de tres mecanismos, emanación de ondas electromagnéticas o irradiación, conversión de agua en vapor o evaporación, transmisión a los objetos más fríos en contacto o conducción. La proporción en la cual intervienen estos tres mecanismos varían según las condiciones ambientales, la actividad, la relación del peso con la superficie corporal y otros factores. Con ambientes secos y templados el 75% se pierde por irradiación, el 15 o el 20 % por evaporación y el resto por conducción. Si el ambiente es frío, disminuye la irradiación y hasta casi queda abolida la evaporación por vasoconstricción cutánea; en cambio, aumenta la conducción por mayor diferencia con las cosas que nos rodean, en primer término los vestidos. Si el ambiente es caliente, y sobre todo húmedo, predomina la transpiración o eliminación del agua caliente y su consiguiente evaporación, fenómeno tanto más acentuado cuando más peso se tiene (obesidad) por ser la grasa subcutáneas una materia aislante o mala conductora que dificulta la irradiación. La temperatura normal del organismo es el resultado de la producción y la perdida de calor, interrelación establecida por el sistema nervioso, cuyo centro asienta en el hipotálamo por influencias humorales químicas (proteínas extrañas o desintegración, hormonas) o físicas (hemoconcentración, frio, cloropenia) y aun reflejas. El ser humano es homeotermo, es decir un organismo de temperatura constante, cualquiera que sea el ambiente, pero en mucho menor grado en la primera infancia y en la extrema vejez por no haberse desarrollado todavía en la primera y haberse perdido en la segunda el complejo mecanismo regulador anteriormente considerado. La temperatura, es constante, pero no absolutamente uniforme: hay una variación diurna de medio grado o algo más, menos a la madrugada y más al atardecer dependiente de la actividad muscular y glandular por la vigilia y la ingestión de alimentos, respectivamente, tanto que si el género de vida es invertido por razones de trabajo o costumbre (sereno, noptambulo), la variación suele también invertirse después de un tiempo. El mecanismo de la fiebre dista mucho de estar completamente dilucidado, pero los siguientes factores han sido bien individualizados: a) Disfunción del centro regulador por la enfermedad orgánica del diencéfalo (hemorragias, reblandecimiento, tumores), o solo funcional (astenia neurocirculatoria) b) Exceso de producción de calor por aceleración del metabolismo basal (hipertiroidismo, dinitrofenol, neoplasias) c) Dificultad en la pérdida del calor por enfermedad en la piel (ictiosis), acaloramiento (insolación, baños calientes), vasoconstricción cutánea (colapso circulatorio, insuficiencia cardiaca) d) Introducción a la sangre sustancias piretógenas de diversa naturaleza, como gérmenes, crisis hemolíticas, destrucción de tejidos, accidentes vasculares, infarto al miocardio, inyecciones intravenosas Fisiopatología de la fiebre: Es una respuesta adaptativa estereotipada del cerebro independinte del desecandenate, mediada por una cascada de citosinas, prostaglandinas, y producida por ultiples prpcesos que producen inflamación (infecciosos o no). La respuesta febril se pone en marcha cuando agentes externos al huésped ) pirógenos exógenos) como por ejemplo: lipopolisacaridos endotoxico de los bacilos GRAM negativos, exotoxinas de Streptococcus grupo A, toxina del shock toxico Staphylococcus aureus, producido por un foco infeccioso, estimulan la síntesis y liberación a la circulación (desde los monocitos/macrófagos, neutrófilos, algunos grupos de linfocitos T, fibroblastos y células endoteliales activadas) de proteínas pro-inflamatorias de bajo peso molecular y corta vida media intravascular llamadas citosinas. Por los menos una docena de estas son capaces de producir fiebre, y se les denominan pirógenos endógenos (generados en las células de huésped). Las mejor conocidas son interleucina (IL)-1 alfa, e IL-1 beta, probablemente el más potente de los pirógenos endógenos, el factor de necrosis tumoral (TNF) alfa, la IL-6, la IL-18, y algunos interferones. Estas moléculas una vez liberadas, pueden producir a la expresión de otras similares (cascada de citosinas), así como la de sus propios receptores. Se ha demostrado que las citosinas también pueden originarse en células no inmunes de tejidos neoplásicos. Las citosinas pirogénicas circulantes establecen la comunicación biológica entre el sistema inmune y el sistema nervioso central, probablemente sean incapaces de atravesarla barrera hematoencefálica. Al ser reconocidas por las células endoteliales del órgano vasculosum de la lámina terminalis OVLT (redes de grande capilares que rodean a los centros termorreguladores hipotalámicos) inducen, a través de la expresión de la enzima cicloxigenasa 2, la producción de mediadores lipídicos, las prostaglandinas (PG). Los niveles tisulares de PGE 2, que normalmente son indetectables en el cerebro, durante la fiebre están elevados en el tejido hipotalámico y en III ventrículo. Algunas toxinas microbianas pueden estimular en forma directa la producción de PGE2 hipotalámica, prescindiendo de las citosinas. La PGE2, a su vez, estimula a las células gliales que liberan AMP cíclico. Este neurotransmisor determina que las neuronas del termostato hipotalámico, por disminución de la activación de las neuronas preopticas sensibles al calor y la excitación de las sensibles al frio, estimulan los mecanismos de termogénesis, y regulen la temperatura corporal a un nivel más elevado del normal, produciendo fiebre. Algunas infecciones virales del sistema nervioso central, que inducirán la síntesis local (intracerebral) de citosinas pirogénicas por las células gliales y algunas neuronas estimularían al centro termorregulador prescindiendo del OVLT. Es probable que fragmentos pequeños de pirógenos, capaces de atravesar la barrera hematoencefálica, y pirógenos endógenos cerebrales producidos como respuesta a los pirógenos endógenos circulantes actúan de la misma manera. Los mecanismo termorreguladores involucrados en la génesis de la fiebre son los que el ser humano no febril utiliza para mantener la temperatura corporal normal en un ambiente frio. Está demostrado que durante la fiebre: a) algunos microorganismo (ej: Streptococcus pneumoniae) pueden ser inhibidos directamente por la temperatura corporal elevada, mientras que otros se hacen más susceptibles al poder bactericida del suero y antimicrobianos. b) Mejora la función inmunológica expresada por un incremento de la síntesis de anticuerpos, aumenta la activación de linfocitos T, la función de los neutrófilos y el mecanismo oxidativo de los macrófagos c) Algunos antimicrobianos son más efectivos. Como contra partida, la actividad de las células natural killer y la producción de linfocitos T citotoxicos se deteriora con la fiebre. Además las temperaturas extrema (mayor a 42°) son destructivas para los procesos inmunológicos que mejoran con la fiebre moderada (ej: se produce cambios morfológicos en los neutrófilos, que sugieren daño celular significativo,al ser expuestos a 42° invitro o durante el golpe de calor). La elevación de la temperatura corporal afecta además distintos procesos celulares; desde la síntesis de ácidos nucleicos y proteínas hasta la permeabilidad de la membrana celular y la concentración citoplasmática de iones por lo que se sospecha que temperaturas muy elevadas (mayor a 40°) podría dañar al SNC y otros sistemas orgánicos. Semiología de la fiebre: Aparción: brusa o progresiva Desaparición: forma (lisis, crisis) y medios (uso de medicamentos, medios físicos) El comienzo de la fiebre puede ser brusco o insidioso. Del mismo modo su desaparición puede ser brusca (crisis) o escalonada (lisis o insidiosa). Crisis: del griego krisis y este del chino: Cambio rápido que sobreviene en sentido favorable o desfavorable. Lisis: del griego lysis, defervescencia gradual de una enfermedad. Se llama recaída la reaparición de la fiebre durante la convalecencia de un proceso febril y recidiva a la reaparición del cuadro febril cuando ya ha pasado la convalecencia, por el mismo germen del primer episodio. Reinfección es la reaparición de un cuadro febril ocasionado por un germen diferente al del proceso primitivo. Métodos físicos: mantas refrescantes (Conducción); paños fríos (Evaporación); ventiladores (Convección) Medicamentos: antipiréticos.En función de la composición composición y propiedades que presenten, los antipiréticos se pueden clasificar en 4 grupos: Salicialatos: tienen acción analgésica, antipirética y antiinflamatoria. A este grupo pertenece la aspirina. Pirazolonas: se utilizan para el tratamiento de la fiebre cuando hay dolor, dado que son analgésicos y antipiréticos. Dipirona Paracetamol: también conocido como acetaminofén, tiene propiedades antipiréticas y analgésicas, y se ha consolidado como fármaco de primera elección. ácido propiónico: derivados del ácido propiónico, como el ibuprofeno, tienen efectos analgésicos similares a los de la aspirina, pero su acción antiinflamatoria y antipirética es inferior. Intensidad: En cuanto a la intensidad o grado de la temperatura normal, varia bastante de una a otra persona y en una misma persona según las regiones y las circunstancias. La magnitud o intensidad de la fiebre no siempre guarda relación con la gravedad del proceso que la origina. En general la respuesta febril es mayor en el niño que en el viejo. Además, la repercusión de la fiebre sobre el enfermo es algo muy individual, existiendo, como en todo proceso biológico, individuos que acusan molestias ante cualquier febrícula, mientras otros, como los tuberculosos y cirróticos febriles, pueden tener alzas febriles de 39 o más grados sin acusar malestar alguno. La elevación prolongada de fiebre superior a 41º C, puede provocar daño cerebral permanente y si pasa de 43º, provocar coma y muerte, por lo cual esta última situación constituye una emergencia. Concomitantes: Síndrome febril: signos y síntomas que acompañan la fiebre como cefalea, debilidad, sed, sudoración, anorexia, escalofríos, mialgias, rubicundez , aceleración cardiaca de 7 latidos por grado céntigrado, polipnea, oliguria con hipernitrogenuria, hipocloruria, metabolismo basal aumentado, delirio y una coma, particularmente en el niño y anciano. Signos: Fascie vultuoso (ojos hinchados y mejillas colordas), Taquicardia, Taquipnea, Disminución de la presión, Soplo sistólico de la eyección, Lengua saburral y sequedad, Orinas escasas y oscuras Clasificación: Curva térmica: Continua, Remitente, Intermitente, Recurrente, Ondulante La fiebre se clasifica según la forma de la curva termina, es decir, sus oscilaciones diarias, conforme a su causa. En cuanto a la forma se clasifica en los siguientes tipos: Fiebre continua: oscilación diaria menos de 1°. Ej: Brucelosis, Tifus exantemático, Neumonía neumocóccica Fiebre remitente: oscilación diaria mayor de 1°, pero siempre por arriba de lo normal Ej: Infecciones virales agudas del tracto respiratorio, Neumonía por micoplasma, Paludismo producido por Plasmodium falciparum Fiebre intermitente: oscilación diaria por arriba y por debajo de lo normal. Ej: Abscesos piógenos, Interferencia por antipiréticos o antibióticos, Infecciones bacterianas por bacilos Gram negativos Fiebre recurrente: periodos de varios días de fiebre alternando con otros periodos sin fiebre y así sucesivamente. Una formas mas difundida de fiebre recurrente es la fibre de Pel Ebstein. Consiste en períodos febriles de 4 a 5 días que alternan con periodos afebriles de duración similar y se repite en forma regular durante varios meses Ej: Brucelosis, Infecciones por estreptobacilos moniliformes, Infecciones por borelia, Linfomas, sobre todo Hodgkin (fiebre de Pel-Ebstein), Encefalitis, Meningitis, Dengue, Fiebre amarilla Fiebre ondulante: también periodos febriles de varios días, alternando con otros sin fiebre, siendo el ascenso y el descenso gradual en lisis o caja de escalera. Ej: Fiebre hectica o séptica: temperatura irregular, oscilaciones pequeñas o grandes, generalmente por arriba de lo normal, aunque también pueden ser por debajo, a menudo con buscos ascensos irregulares con escalofríos. Ej; tuberculosis o supuraciones internas. En cuanto a la causa se diferencian tres tipos: Fiebre nerviosa: temporadas largas con solo pequeños ascensos vespertinos (astenia neuromusculatoria), o rápidamente ascendentes en días u horas, llega hasta los 42 y 43° para luego sobre venir la muerte (hemorragia cerebral) Fiebre infecciosa: de naturaleza parasitaria, bacteriana y viral. Fiebre aséptica: también se suele denominar pirexia, en primer término, medicamentosa, más si se utiliza la vía parenteral. Luego, las neoplasias (hipernefroma, cáncer de hígado, etc), la linfogranulomatosis, las leucemias agudas, los derrames hemorrágicos, loas accidentes vasculares espontáneos, alergia, ciertas enfermedades inflamatorias de causa desconocidas (fiebre reumática, Lupus eritomatoso difuso, poliarteritis nudosa, dermatomiositis, enteritis regional), endocrinas (periodo pre-menstrual, hipertiroidismo). Hipertermia: es una situación elevación de la temperatura corporal por encima de los valores normales, potencialmente mortal donde no existe termorregulación hipotalámica, produciendo el fracaso de los mecanismos periféricos para mantener la temperatura corporal normal, ni pirógenos mediadores y en consecuencia los antipiréticos convencionales no son útiles. Causas: 1. Producción excesiva de calor (ejercicio prologado e intenso, reacciones adversas a neurolépticos y anestésicos, tirotoxicosis) 2. disminución de la disipación del calor (por temperatura y humedad elevada: golpe de calor) 3. perdida de la regulación centra (daño del centro termorregulador por traumatismo, hemorragia y tumor). El diagnóstico diferencial entre fiebre e hipertermia habitualmente es difícil. Se basa en una minuciosa historia clínica y no en los registros térmicos o en su patrón (no obstantes vales mayores a 42° expresan hipertermia, que no es regulada por sistema SNC). El hallazgo de una piel caliente y seca o el fracaso de los antipiréticos, sumado a un alto índice de sospecha, orientaran al médico en el diagnóstico de hipertermia. Consideraciones diagnósticas: Historia Clínica CUADRO SÍNDROME FEBRIL SÍNTOMAS (Solo decir que deben colocarse en la historia los presentados por el paciente) SIGNOS (Solo decir que deben colocarse en la historia los presentados por el paciente) Interrogatorio Averigüe si se ha tomado la temperatura. ¿Se ha notado el paciente febril o muy caliente, ha sudado en exceso o refiere escalofríos y sensación de frío? Trate de separar la sensación subjetiva de frío de los escalofríos con temblores de todo el cuerpo y el castañetear de los dientes. A veces los escalofríos se desencadenan por el uso de antipiréticos que, al bajar bruscamente la temperatura producen contracciones involuntarias compensatorias. Los escalofríos recurrentes indican variaciones más extremas de la temperatura y bacteriemia sistémica. Centre suspreguntas en la cronología de la enfermedad y en los síntomas asociados. Familiarícese con los patrones de las enfermedades infecciosas que puede tener un paciente. Pregunte por viajes recientes, contacto con otros enfermos o exposiciones poco habituales. Incluso los medicamentos pueden producir fiebre. Por contra, la ingestión reciente de ácido acetilsalicílico, paracetamol, corticoesteroides y antiinflamatorios no esteroideos puede enmascarar la fiebre y modificar la temperatura registrada en el momento de la exploración física. Antecedentes: personales, familiares Pregunte por la fiebre si el paciente sufre una enfermedad aguda o crónica. La sensación de calor y la sudoración también acompañan a la menopausia. Los sudores nocturnos se dan en la tuberculosis y en las neoplasias. Establecer patrón febril Existe una variación normal en la temperatura corporal durante el día debido a actividad física, alimentación. Su mayor ascenso ocurre entre 5 p.m.-8p.m. y su máximo descenso en la madrugada. Es suficiente medir dos veces al día la temperatura, tomando en cuenta que en caso de hipertermias fugaces es imprescindible medir la temperatura cada 3-4 horas. Para evitar errores en la medición o si se sospecha de facticia se recomienda una vigilancia estricta durante la medición ambulatoria, la cuenta del pulso o la determinación de la temperatura de la orina recién emitida, la medición simultánea en boca y recto también puede ser útil en la mayoría de los casos. La temperatura debe anotarse siempre en cuadros confeccionados con ese objeto, conjuntamente con la frecuencia del pulso, la cantidad de orina, el número de deposiciones, como cualquier otro dato clínico de interés Los patrones de fiebre son inespecíficos y en general no permiten orientar el diagnóstico diferencial. No existe patrón de fiebre que pueda usarse para descartar una causa no infecciosa La importancia del establecimiento del patrón febril radica en pocas infecciones, sobretodo en determinadas áreas geográficas con presencia de patologías endémicas como el paludismo. SOLO HACER REFERENCIA AL TIPO DE FIEBRE DAR EL EJEMPLO DEL PALUDISMO Exámen Físico Completo, minucioso y repetido con frecuencia. La determinación de la temperatura hay que efectuarla en condiciones de reposo, fuera de las horas de comida y —en lo posible— a la misma hora, para poder comparar lecturas en días consecutivos, debido a que hay variaciones normales —en el transcurso de las 24 horas— que dependen fundamentalmente del reposo, del ejercicio y de la ingestión de alimentos (masticación y digestión), por lo que dichos valores son más elevados al final de la tarde y más bajos en la madrugada. En la práctica clínica pueden emplearse termómetros de mercurio o electrónicos (digital, timpánico); mientras que en la práctica diaria, sólo suele utilizarse el termómetro de mercurio, que consiste en una columna de vidrio, con mercurio en su interior, el cual está depositado en la parte inferior en una esfera (termómetros rectales), o en un depósito alargado (termómetros orales). Ambos están calibrados en grados centígrados, desde los 35° C hasta los 42° C. Mediendo la temperatura Antes de efectuar la medición, primero se debe lavar el termómetro con agua y jabón o con algún antiséptico, hay que asegurarse de que la columna de mercurio esté abajo, pues de lo contrario hay que sacudirlo para bajarla, para esto se debe tomar el termómetro por el extremo distal del depósito de mercurio, descender el nivel de la columna de mercurio por debajo de 36 °C. Luego, se coloca en la boca o en el recto, ya que en otros sitios (axilas, regiones inguinales, vagina, conducto auditivo externo) hay muchos factores de error o se hace muy difícil o incomoda la determinación. Para registrar la temperatura dejar el instrumento en contacto con el cuerpo por un período de 3 a 5 minutos y hacer la lectura inmediatamente. Después de utilizarlo, debe ser lavado nuevamente con agua y jabón o con un líquido antiséptico. Lo ideal es que cada paciente tenga su termómetro, especialmente si tiene enfermedades transmisibles a través de la saliva o de las heces. La temperatura oral se mide colocando el termómetro debajo de la lengua, y manteniendo los labios cerrados. La rectal, en cambio, se emplea de rutina en los niños, o en adultos con procesos inflamatorios o infecciosos a nivel pelviano,- en estos últimos casos, debe compararse con la temperatura oral-. Los valores normales de temperatura varían por numerosos factores, así como en los diferentes grupos de estudio. Lo valores normales son: Rectal y timpánica 0.5°C mayor Bucal 37.0°C ± 0.4°C Axilar 0.5°C menos Hallazgos positivos. Alza febril cuantificada, asociada a una patología subyacente la cual si es aguda, se asociará a un descenso de la T°, en la medida que se trate la enfermedad de origen en forma adecuada. Si la fiebre tiene una duración mayor a 15 días sin una adecuada respuesta a tratamiento, será considerada un Síndrome febril prolongado y requerirá una reevaluación y mayor estudio. En caso de que el Síndrome febril no tenga una etiología conocida, se denominará síndrome febril de origen desconocido (FOD) y tendrá los criterios de la tabla adjunta. Hallazgos negativos. No constatación de alza de temperatura o que se confirme una condición de Hipertermia, con la existencia de un alza de Temperatura debida a producción exagerada de calor y/o disminución de la pérdida de calor, con función del CTR normal. Exámenes complementarios Laboratorio: Hematología. Aminotransferasa: ALT, AST, VSG, F.A., GGTP. Tiempo y actividad de protrombina. Anticuerpo Antinucleares. Marcadores virales para hepatitis. Factor Reumatoide. Hemocultivo (3 tomas) durante los acceso febriles para anaerobios y aerobios. Examen de orina y/o urocultivo. Examen de heces y/o coprocultivo. Serología: Tifoidea (Widal). Monotest Citomegalovirus (Epstein-Barr) Brucelosis Toxoplasmosis VDRL PPD HIV-Western Blot Serameba Suspensión de los medicamentos. Sí los procedimientos anteriormente mencionados no permiten una orientación diagnóstica, podemos realizar otros estudios como: Rx convencional del tubo digestivo Rx con doble contraste del tubo digestivo Endoscopia digestiva alta y baja Urografía de eliminación Ecosonograma cardíaco, abdominal y pelvis Tomografía lineal. Tomografía helicoidal de tórax, abdomen y pélvico. Linfografía, arteriografía (angiografía renal y/o abdominal). Pancreatografía retrógrada endoscópica (ERPC). Punción esternal y/o cresta iliaca (frotis). Biopsia por aspiración de médula ósea. Biopsia hepática percutánea, preferiblemente dirigida por ecosonograma o TC. Biopsia ganglionar. Biopsia de la arteria temporal. Laparoscopia. Laparotomía. Ensayo terapéutico. Diagnóstico: Se realiza fundamentalmente por la termometría clínica. En cambio la disociación térmica a favor de la profunda se debe a procesos inflamatorias de la boca o recto (estomatitis, rectitis, peritonitis), como también cuando se trata de fiebre por mala eliminación del calor (colapso, insuficiencia cardiaca), o sino por la inmediata ingestión de cosas calientes por la boca o enema caliente por el recto. En cambio, la disociación termina a favor de la superficial se presenta en procesos inflamatorios locales de la axila o ingle (forunculosis, intertrigo, epidermomicosis), o en la fiebre por vasodilación cutánea (hemiplejia) o por proximidad de una fuente de calor (bolsa de agua caliente) Cuando está en los límites máximos normales sea ligeramente por arriba y aun levemente por abajo, hay que valerse de las temperaturas habituales de cada persona, la reiteración de la comprobación, la circunstancias que lo rodean y la existencia de otras manifestaciones del síndrome febril, cefalea, inapetencia, etc. Particularmente significativa la sensación destemplada de frío y mejor escalofrió, con la piel de gallina pálida y frio, temblor muscular temporalizado fino o grueso, castañeo de dientes y hasta sacudimientos, temperatura periférica normal o ligeramente elevada, pero luego ascensorápido y elevado, precedida de ascenso similar de la temperatura central. Se debe al brusco ascenso de la temperatura después de cierto tiempo, 1 o 2 horas, de la introducción en el torrente sanguíneo de una sustancias extraña por ejemplo invasión microbiana (septicemia) o parasitaria (paludismo), proteína extraña (crisis hemolítica) Hay ciertas circunstancias que sugieren el origen de la fiebre por ejemplo: en la infancia o en la adolescencia casi siempre son infecciones, mas si hay un medio epidémico, salvo algunas veces que puede deberse a una alergia digestiva o enfermedades del colágeno como fibre reumática, en cambio en el adulto y en el anciano las posibilidades son variadas pueden también ser infecciones pero por lo general con infecciones locales y agudas y no generales, aunque también puede ser por linfogranulomatosis, neoplasias, insuficiencia cardiaca o enfermedades del colágeno (artritis rematoide, lupus difuso, dermatomiositis, poliartritis nudosa). Causas La fiebre obedece a muchas causas. En condiciones normales, la temperatura corporal aumenta durante el día y disminuye por la noche. Cuando la fiebre exagera esta oscilación pueden producirse sudores nocturnos En general la fiebre es la principal manifestación de la Respuesta de Fase Aguda, que se observa en diversos procesos inflamatorios que producen efectos sistémicos. La causa más frecuente son las infecciones bacterianas o virales. En segundo lugar, mucho menos común, son las neoplasias y las enfermedades inflamatorias sistémicas (lupus, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal). Otras menos comunes son fiebre por fármacos, trauma, infarto del miocardio, TEP. CAUSAS DE FIEBRE 1. Infecciosas: Bacterianas: tbc, endocarditis infecciosa subaguda, infecciones urinarias, absceso hepático Virales: citomegalovirus Parasitarias Rickettsias Clamydia Hongos 2. No infecciosas: Enfermedad neoplásicas: Hepatoma Hipernefroma Cáncer del pulmón Cáncer pancreático Linfoma (Hodgkin y no Hodgkin) Leucemias Infartos: Cardiacos Pulmonares Cerebrales Afecciones inmunológicas mensenquimatosas Drogas Hemólisis (crisis hemolítica) Trastornos metabólicos agudos Porfiria Crisis tiroidea Crisis addisoniana Mixoma auricular Traumatismo Artritis Reumatoidea Lupus eritematoso Poliarteritis nudosa Polimiositis Enfermedades granulomatosas (sarcodosis) Enteropatías inflamatorias (enteritis regional) Cirrosis hepática Idiopáticas (5%) Importancia Semiológica La importancia clínica de la fiebre reside fundamentalmente en que siendo un signo sencillo y preciso de registrar, es un buen indicador de enfermedad orgánica, ya que no está expuesto a variaciones externas o emocionales como ocurre con el pulso, presión arterial o la respiración. Además es útil para seguir la evolución de la enfermedad y para evaluar los efectos del tratamiento. Por otro lado, la fiebre tiene consecuencias deletéreas: acelera el metabolismo produciendo un descenso del peso corporal, aumenta la pérdida de agua y sal por el sudor y, finalmente, aumenta el trabajo cardíaco, lo que puede tener consecuencias negativas en cardiopatías descompensadas. Idealmente el tratamiento debe ser etiológico y no sintomático. Un tratamiento “per se” estaría justificado sólo en casos de insolación, en hipertermia postoperatoria, en el delirio, en convulsiones, shock o insuficiencia cardiaca inducida por hipertermia. Fuera de estos casos, es preferible atenuarlas solamente y esto sólo en casos que ocasione molestias o sobrepase los 39ºC. La aparición de "fiebre" es un elemento de trascendental importancia en el diagnóstico de las enfermedades, ya que de hecho, expresa la existencia de algunos mecanismos patogénicos fundamentales. En primer término, la presencia de algún proceso inflamatorio, ya por agentes biológicos (infección) o agentes fisicos o químicos. Las enfermedades neoplásicas y autoinmunes también pueden producir elevación de la temperatura corporal.
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