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ANTIPARASITARIOS 2023

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Introducción
La palabra parásito viene del griego parasitos, que se refiere a alguien que come en la mesa de otro o vive a expensas de otro. 
Este término puede aplicarse a muchas bacterias o virus, pero por convención la designación parásito se reserva para los helmintos y protozoarios.
Estos organismos son más grandes y complejos que las bacterias, con estructura celular eucariota similar a la de las células hospedadoras humanas. Esta similitud siempre ha dificultado la obtención de fármacos antiparasitarios efectivos que no causen una toxicidad inaceptable para las células humanas. 
Los parásitos internos del ser humano se dividen en dos tipos: 
· Protozoarios
· Helmintos
1. Clasificación De Los Antiparasitarios
Los antiparasitarios son clasificados de distintos modos:
Según el tipo de parasitosis:
· Externos o Ectoparasiticidas
· Internos o Endoparasiticidas
· Externos - Internos o Endectocidas
Según el estadio del parásito que afectan
· Ovicidas
· Larvicidas
· Adulticidas
A su vez, se subdividen en:
· Antiprotozoarios
· Antihelmínticos: (Antinematodos, anticestodos, antitrematodos)
2. Protozoarios
Los protozoarios son microorganismos unicelulares eucariotas que pertenecen al reino Protista. Estas diminutas criaturas, en su mayoría microscópicas, se caracterizan por su estructura celular unicelular, que significa que están formadas por una sola célula. Los protozoarios se pueden encontrar en diversos hábitats, desde ambientes acuáticos, como lagos y ríos, hasta suelos húmedos y el interior de otros organismos, donde pueden actuar como parásitos.
Uno de los aspectos más notables de los protozoarios es su diversidad, que se manifiesta en su capacidad de locomoción. Algunos utilizan pseudópodos, extensiones temporales de su membrana celular, para desplazarse, mientras que otros emplean flagelos o cilios, estructuras de tipo látigo o pelos cortos, respectivamente. Esta variabilidad en la forma y el modo de movimiento ha dado lugar a la clasificación de los protozoarios en varios grupos, como amebas, flagelados, esporozoos y ciliados.
Algunos protozoarios son patógenos y pueden causar enfermedades en humanos y otros animales. Ejemplos incluyen Entamoeba histolytica, que causa la amebiasis, y Plasmodium, el parásito responsable de la malaria. Muchos protozoarios tienen ciclos de vida complejos que implican múltiples etapas y, a menudo, la transmisión a través de vectores, como los mosquitos. 
2.1. Infecciones Por Protozoarios
Amebosis. La amebosis es una infección causada por el protozoario Entamoeba histolytica. Afecta a aproximadamente el 10% de la población mundial y puede dar lugar a infecciones invasivas en cerca de 50 millones de personas, con alrededor de 100,000 muertes anuales. Esta infección es más común en áreas de pobreza, hacinamiento y condiciones insalubres. Los síntomas pueden variar desde ser asintomáticos hasta desarrollar diarrea grave y colitis amebiana fulminante. Se requiere tratamiento incluso en ausencia de síntomas para evitar la diseminación de la infección.
Giardiosis. La giardiosis es causada por el protozoario flagelado Giardia intestinalis. Es una infección predominante en todo el mundo y se notifica como la infección intestinal por protozoarios más común en Estados Unidos. Se transmite a través de la ingestión de quistes del parásito presentes en agua o alimentos contaminados con heces. Esta infección puede transmitirse entre humanos a través de la vía fecal-oral, especialmente en entornos como guarderías, asilos y en personas con riesgo. Además, es una zoonosis y puede transmitirse a través de animales y agua contaminada.
Tricomoniosis. La tricomoniosis es causada por el protozoario flagelado Trichomonas vaginalis, que reside en el aparato genitourinario del ser humano. Puede causar vaginitis en mujeres y, en ocasiones excepcionales, uretritis en hombres. Se trata de una enfermedad de transmisión sexual y se ha relacionado con un mayor riesgo de adquirir infección por el VIH. Por lo general, la infección se presenta en forma de trofozoítos en las secreciones infectadas.
Toxoplasmosis. La toxoplasmosis es una infección zoonótica causada por el protozoario intracelular Toxoplasma gondii. Aunque los gatos y otros felinos son los hospedadores naturales, se han encontrado quistes de tejidos (bradizoítos) en todas las especies de mamíferos estudiadas. La infección puede transmitirse de cuatro maneras principales: ingestión de carne cruda, ingestión de materia vegetal contaminada, contacto con heces de gatos y transmisión fetal. La toxoplasmosis puede ser asintomática o presentar síntomas clínicos, especialmente en personas con una respuesta inmunitaria comprometida.
Criptosporidiosis. La criptosporidiosis es causada por el protozoario coccidiano Cryptosporidium parvum y C. hominis. Los ovoquistes infecciosos en las heces pueden diseminarse por contacto directo entre humanos o por agua contaminada, siendo los grupos en riesgo viajeros, niños en guarderías, varones homosexuales y personas en contacto con animales. En individuos con respuesta inmunitaria comprometida, la infección puede ser grave.
Tripanosomiosis. También conocida como "enfermedad del sueño", la tripanosomiosis es causada por subespecies del hemoflagelado Trypanosoma brucei que se transmiten por moscas tse-tse hematófagas. Esta infección está restringida en gran parte a África subsahariana y puede ser letal si no se trata. Se ha observado un resurgimiento de la enfermedad en la década de 1990. La tripanosomiosis tiene dos tipos principales, T. brucei gambiense y T. brucei rhodesiense, cada uno con características clínicas distintas.
Leishmaniosis. La leishmaniosis es causada por diversas especies de Leishmania y se transmite a través de mosquitos flebótomos. Esta infección puede presentar diferentes síndromes, incluyendo cutáneos, mucocutáneos, cutáneos difusos y viscerales (kala azar). Cada forma de leishmaniosis depende de la especie del parásito, la distribución de los macrófagos infectados y la respuesta inmunitaria del hospedador. Además, la leishmaniosis se está reconociendo cada vez más como una infección oportunista asociada al VIH.
2.2. Otras Infecciones Por Protozoarios (Incomunes)
Babesiosis. La babesiosis es una infección causada por protozoarios del género Babesia, siendo Babesia microti y Babesia divergens las especies más comunes. Esta enfermedad se transmite a través de garrapatas que actúan como vectores. Los síntomas de la babesiosis son similares a los del paludismo, incluyendo fiebre, hemólisis (destrucción de glóbulos rojos) y hemoglobinuria (presencia de hemoglobina en la orina). Aunque la mayoría de los casos son leves y se resuelven por sí mismos, la enfermedad puede volverse grave o incluso letal en personas con sistemas inmunológicos debilitados o que han perdido el bazo.
Balantidiosis. La balantidiosis es una infección intestinal causada por el protozoario ciliado Balantidium coli. Esta infección se manifiesta como una afección del intestino grueso y puede confundirse con la amebosis. Afortunadamente, suele responder bien al tratamiento con antibióticos del grupo de las tetraciclinas.
Isosporiosis. La isosporiosis es provocada por Isospora belli, un parásito coccidiano que puede causar diarrea, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados. El tratamiento efectivo de esta infección suele involucrar la administración de trimetoprim-sulfametoxazol.
Cyclospora. La infección por Cyclospora cayetanensis es otra coccidiosis que puede ocasionar diarrea prolongada, especialmente en individuos con sistemas inmunológicos comprometidos. Aunque los síntomas pueden desaparecer por sí mismos, la afección responde al tratamiento con trimetoprim-sulfametoxazol.
Microsporidiosis. La microsporidiosis es causada por microsporidios, que son parásitos fúngicos unicelulares que forman esporas. Estos microorganismos pueden generar diversos problemas de salud, incluyendo diarrea en personas con sistemas inmunológicos debilitados. En particular, las especies del género Encephalitozoon,como E. hellem, E. intestinalis y E. cuniculi, han demostrado ser susceptibles al tratamiento con albendazol.
3. Helmintos
Los helmintos, comúnmente conocidos como gusanos, constituyen un grupo de organismos multicelulares. A diferencia de los protozoarios, que son unicelulares, los helmintos están formados por múltiples células organizadas en estructuras corporales más complejas. Esta característica anatómica los distingue de los protozoarios y los hace más grandes y visibles al ojo humano en muchos casos.
Los helmintos se pueden clasificar en tres categorías principales: nematodos (o gusanos redondos), cestodos (o gusanos planos) y trematodos (o duelas). Cada uno de estos grupos tiene características únicas y puede infectar diferentes órganos en humanos y animales. Por ejemplo, los nematodos son cilíndricos y a menudo infectan el tracto gastrointestinal, mientras que los cestodos, como las tenias, son gusanos planos segmentados que pueden alojarse en el intestino. Los trematodos, por su parte, son gusanos planos no segmentados que suelen infectar órganos como el hígado o el sistema respiratorio.
Los principales representantes de los gusanos intestinales son las tenias (Taenia saginata, Taenia solium, Hymenolepis nana y Diphyllobothrium latum) y los nematodos intestinales (Ascaris lumbricoides, Enterobius vermicularis, Strongyloides stercoralis, Necator americanus, Trichuris trichiura y Ancylostoma duodenale).
En cuanto a los principales gusanos que habitan en otros tejidos, encontramos a las fasciolas (Schistosoma haematobium, Schistosoma mansoni y Schistosoma japonicum) y los nematodos de tejidos (Trichinella spiralis, Dracunculus medinensis, Loa loa, Onchocerca volvulus, Brugia malayi y Wuchereria bancrofti).
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3.1. Infecciones Por Helmintos - Nematodos (Vermes Redondos)
Ascaris lumbricoides. Este nematodo es el responsable de la ascariosis, una infección parasitaria que afecta a millones de personas en todo el mundo. La infección se produce cuando las personas ingieren alimentos o agua contaminada con huevos embrionados de A. lumbricoides. La ascariosis puede afectar a una gran proporción de la población en regiones tropicales y templadas. En casos graves, la presencia de estos gusanos en el intestino puede causar obstrucción intestinal y otros problemas de salud.
Toxocara canis. Este nematodo se encuentra en perros y es responsable de la toxocariosis, una infección zoonótica que puede afectar a los seres humanos. La infección se produce cuando las personas ingieren huevos infectados presentes en el suelo o en el pelaje de perros. La toxocariosis es más común en Estados Unidos y Europa, y es un problema particular en comunidades con bajos ingresos. Puede causar una serie de síntomas, incluyendo fiebre, dolor abdominal y problemas oculares.
Uncinariosis (Anquilostomiasis). Esta infección es causada principalmente por dos nematodos: Necator americanus y Ancylostoma duodenale. Ambos son parásitos intestinales que afectan a alrededor de 1,000 millones de personas en países en desarrollo. Las larvas de estos parásitos viven en el suelo y penetran en la piel de las personas. Luego migran a los pulmones y son deglutidas, anclándose en la mucosa del intestino delgado para alimentarse de sangre. La pérdida de sangre en las heces puede provocar anemia ferropénica. A diferencia de otras infecciones parasitarias, esta afecta a adultos, incluyendo mujeres en edad reproductiva.
Trichuris trichiura (Tricuriasis). Esta infección parasitaria es causada por el nematodo Trichuris trichiura y afecta a alrededor de 1,000 millones de personas en países en desarrollo. La infección ocurre después de ingerir huevos embrionados del parásito. En casos graves, especialmente en niños, puede causar colitis, síndrome de disentería por Trichuris y prolapso rectal.
Strongyloides stercoralis (Estrongiloidosis). Este nematodo, a veces llamado oxiuro, completa su ciclo vital dentro del cuerpo humano. Infecta a 30-100 millones de personas en todo el mundo, especialmente en zonas tropicales y húmedas. En los Estados Unidos, es endémico en algunas regiones, como los Montes Apalaches. La infección puede ser especialmente grave en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos en asilos o migrantes de áreas endémicas.
Enterobius vermicularis (Oxiuriasis). Es uno de los helmintos más comunes en climas templados, incluyendo los Estados Unidos. Puede causar picazón intensa en la región perianal y perineal y, en ocasiones, dar lugar a complicaciones, como infecciones secundarias. En las mujeres, los parásitos pueden migrar hacia el sistema genital y causar problemas como salpingitis y peritonitis.
Trichinella spiralis (Triquinosis). Esta infección es zoonótica y se adquiere principalmente a través del consumo de carne de cerdo y venado cruda o mal cocida. Las larvas de T. spiralis maduran en el intestino y luego invaden los tejidos, incluyendo el músculo y el corazón, lo que puede provocar una variedad de síntomas.
Filariosis Linfática (Filariasis Linfática). Esta infección es causada por nematodos filariales, incluyendo Wuchereria bancrofti, Brugia malayi y B. timori. Los gusanos adultos se alojan en los vasos linfáticos y son transmitidos a través de la picadura de mosquitos infectados. Esta infección es endémica en varias regiones de África, el subcontinente indio, el sureste asiático y la región del Pacífico. En América Latina, se ha detectado en algunos países. La infección conduce a la obstrucción de los vasos linfáticos, lo que puede causar inflamación crónica y graves deformidades conocidas como elefantiasis.
Loa Loa (Loasis). Loa loa es una filaria parásita que migra por los tejidos y es transmitida por tábanos. Se encuentra en regiones fluviales de África central y occidental. La infección a menudo se identifica por la aparición de edemas subcutáneos llamados "edemas de Calabar," y en casos graves puede afectar el cerebro, el corazón o los riñones.
Onchocerca volvulus (Oncocercosis o Ceguera de los Ríos). Onchocerca volvulus es una filaria que se transmite a través de la picadura de mosquitos simulidos, que se encuentran cerca de corrientes de agua. Esta infección afecta a millones de personas en África subsahariana y también se ha detectado en América Latina. La infección puede causar reacciones inflamatorias en la piel, los ganglios linfáticos y los ojos, lo que lleva a la ceguera en casos graves.
Dracunculus medinensis (Dracunculiasis). Dracunculiasis es causada por el parásito Dracunculus medinensis, también conocido como gusano de Medina o dragoncito. Esta infección es cada vez menos común y afecta principalmente a zonas rurales de Sudán, Ghana y Mali. Las personas adquieren la infección al beber agua que contiene copépodos, que a su vez albergan las larvas infectantes del parásito. Después de un año, en promedio, las hembras adultas migran a través de la piel, generalmente en las piernas o los pies.
3.2. Infecciones Por Helmintos - Cestodos (Vermes Planos)
Taenia saginata (Tenia del Ganado Vacuno). Esta infección se debe a Taenia saginata, que afecta a los seres humanos cuando consumen carne de res cruda o mal cocida que contiene cisticercos (larvas de la tenia). La infección se manifiesta después de la expulsión de proglótides con las heces y es más común en regiones de África subsahariana y el Medio Oriente. La tenia del ganado vacuno rara vez causa enfermedades clínicas graves en los humanos.
Taenia solium (Tenia del Cerdo). Taenia solium, también conocida como la tenia del cerdo, tiene una distribución global. Puede causar dos tipos de infección en los humanos. La forma intestinal se produce al consumir carne de cerdo cruda o mal cocida que contiene cisticercos. La cisticercosis, más peligrosa, se presenta cuando se ingieren los huevos infectantes del parásito, que generalmente ocurre a través de la transmisión fecal-oral. La cisticercosis se caracteriza por la invasión de larvas del parásito en diferentes tejidos, incluido el cerebro, lo que puede llevar a epilepsia, meningitis y otras complicacionesgraves.
Diphyllobothrium latum (Tenia de Peces). Diphyllobothrium latum, conocida como la tenia de peces, se encuentra principalmente en ríos y lagos del Hemisferio Septentrional. Los humanos se infectan al consumir carne de pescado cruda o mal cocida que contiene larvas del parásito. La infección puede ser asintomática en muchas personas, pero en algunos casos, puede causar síntomas gastrointestinales y anemia megaloblástica debido a la deficiencia de vitamina B12.
Hymenolepis nana (Tenia Enana). Hymenolepis nana, la tenia enana, es la tenia más pequeña y comúnmente parasita a los seres humanos. Puede encontrarse en todo el mundo, con mayor prevalencia en climas tropicales. A diferencia de otras tenias, H. nana completa su ciclo de vida dentro del ser humano sin necesidad de un hospedador intermediario. Los cisticercos se desarrollan en las vellosidades intestinales y luego se transforman en gusanos adultos, lo que resulta en un ciclo de autoinfección.
Especies de Equinococos (Enfermedad Hidatídica). Los humanos actúan como hospedadores intermediarios para las larvas de especies de Echinococcus que causan la enfermedad hidatídica. Los perros y cánidos son los hospedadores definitivos de estas tenias. Echinococcus granulosus produce quistes de crecimiento lento, mientras que E. multilocularis crea quistes invasores en órganos como el hígado y los pulmones. El tratamiento preferido implica la extirpación quirúrgica de los quistes, pero la rotura de los quistes puede propagar la enfermedad a otros órganos.
3.3. Infecciones Por Helmintos - Trematodos (Duelas)
Schistosoma haematobium, Schistosoma mansoni, Schistosoma japonicum. Estas son las principales especies de duelas sanguíneas que causan la esquistosomosis en los seres humanos. Estas infecciones afectan a más de 200 millones de personas en todo el mundo y se transmiten a través de caracoles de agua dulce. Las manifestaciones clínicas suelen estar relacionadas con la intensidad de la infección, afectando principalmente el hígado, el bazo y el sistema urinario. La infección intensa con Schistosoma haematobium puede aumentar el riesgo de carcinoma de células escamosas de la vejiga.
Paragonimus westermani y otras especies de duelas de pulmón. Estas duelas de pulmón afectan tanto a humanos como a carnívoros. La especie más común es Paragonimus westermani, que se encuentra en el Lejano Oriente, África y América del Sur. Los humanos se infectan al consumir cangrejos o langostinos crudos o semicocidos, lo que da lugar a reacciones a los vermes adultos en los pulmones o en otros órganos.
Clonorchis sinensis, Opisthorchis viverrini, Opisthorchis felineus. Estos trematodos se encuentran en el Lejano Oriente y Europa oriental. Las metacercarias, liberadas de peces ciprínidos infectados y mal cocidos, maduran a la forma adulta y se establecen en las vías biliares del ser humano. Infecciones graves pueden obstruir el hígado, causar inflamación de la vesícula biliar y, en algunos casos, llevar a pancreatitis obstructiva.
Fasciola hepatica. Aunque los humanos son huéspedes accidentales, se infectan con Fasciola hepatica al consumir berros y otros vegetales acuáticos contaminados. Las larvas migratorias penetran en el intestino y luego invaden el hígado, donde residen en las vías biliares. Los síntomas pueden variar, desde fiebre y urticaria en la fase aguda hasta síntomas similares a otras infecciones hepáticas en la fase crónica.
Fasciolopsis buski, Heterophyes heterophyes, Metagonimus yokogawai, Nanophyetus salmincola. Estos trematodos afectan principalmente el tracto gastrointestinal. Fasciolopsis buski, que se encuentra en el sureste de Asia, es uno de los parásitos más grandes que afectan a los seres humanos y se transmite a través del consumo de castañas de agua contaminadas. Los otros trematodos más pequeños se transmiten a través del consumo de pescado crudo o mal cocido. Los síntomas abdominales suelen ser leves, pero una infestación intensa de F. buski puede llevar a obstrucción intestinal y peritonitis.
4. Comparacion Y Distincion Entre Protozoarios Y Helmintos
Estructura celular
· Los protozoarios son microorganismos unicelulares, lo que significa que están compuestos por una sola célula con núcleo definido y organelos celulares característicos.
· Los helmintos son multicelulares y están formados por múltiples células organizadas en estructuras corporales más complejas.
Tamaño
· Los protozoarios son generalmente microscópicos y no son visibles al ojo humano en su mayoría.
· Los helmintos son, en su mayoría, más grandes que los protozoarios y pueden ser visibles al ojo humano en muchos casos.
Modo de movimiento
· Los protozoarios exhiben una variedad de modos de movimiento, incluyendo pseudópodos (como en las amebas), flagelos (como en los flagelados) y cilios (como en los ciliados).
· Los helmintos generalmente carecen de estructuras de locomoción y se desplazan de manera limitada o no tienen movilidad activa.
Ciclo de vida
· Muchos protozoarios tienen ciclos de vida complejos que pueden implicar múltiples etapas y la transmisión a través de vectores o diferentes hospedadores. Algunos protozoarios requieren múltiples etapas en su ciclo de vida para completar su desarrollo y reproducción.
· Los helmintos generalmente tienen ciclos de vida más simples en comparación con los protozoarios. A menudo, la fase adulta de un helminto reside en un hospedador definitivo, y la transmisión a otros hospedadores puede ser directa, como la ingestión de huevos o larvas.
5. Farmacología de los Antiprotozoarios
	Para comprender a fondo la farmacología de los antiprotozoarios, es esencial tener en cuenta la diversidad de protozoarios a los que se enfrenta. Cada tipo de protozoo puede requerir un enfoque terapéutico específico, y la elección del fármaco adecuado depende en gran medida de la naturaleza del parásito. Además, es fundamental comprender los mecanismos de acción de estos medicamentos para asegurar su eficacia en el tratamiento de infecciones protozoarias.
	La elección del fármaco adecuado para tratar una infección protozoaria depende del tipo de parásito involucrado. Cada grupo de protozoarios puede requerir una terapia específica, ya que su estructura y ciclo de vida pueden variar significativamente. Por ejemplo, los antimaláricos son efectivos para combatir la malaria, mientras que los amebicidas son más adecuados para tratar la amebiasis.
5.1. Mecanismos de acción
Inhibición de la síntesis de ADN y ARN. Algunos antiprotozoarios actúan interfiriendo en la síntesis de ácido desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN) del protozoario, lo que afecta su capacidad para reproducirse y crecer. Esto puede ser especialmente eficaz en la detención de la multiplicación de parásitos como Plasmodium, causante de la malaria. 
Ejemplo: Antimaláricos como la cloroquina y la mefloquina, que interfieren en la replicación del ADN de Plasmodium, el parásito causante de la malaria
Interrupción del metabolismo. Otros antiprotozoarios afectan el metabolismo del parásito, interfiriendo en procesos metabólicos esenciales. Esto puede privar al protozoario de nutrientes necesarios para su supervivencia y crecimiento. Un ejemplo es el mecanismo de acción de los antifúngicos en el tratamiento de infecciones por Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas.
Ejemplo: Benznidazol y nifurtimox, que se utilizan para tratar la enfermedad de Chagas causada por Trypanosoma cruzi. Estos medicamentos afectan el metabolismo del parásito, lo que lleva a su muerte.
Daño al aparato de Golgi y otros organelos. Algunos antiprotozoarios causan daño al aparato de Golgi o a otros organelos celulares críticos del protozoario. Esto puede interrumpir la función de estos organelos y llevar a la muerte del parásito.
Ejemplo: El metronidazol, un fármaco utilizado para tratar infecciones por Trichomonas vaginalis, causa daño al aparato de Golgi y otros organelos en el protozoario, lo que resulta en su muerte.
Interferencia en la locomoción. Algunos antiprotozoarios afectanla capacidad del protozoario para moverse. Esto puede ser crucial en parásitos como Trichomonas vaginalis, donde la inmovilización puede llevar a la muerte del parásito.
Ejemplo: El metronidazol también interrumpe la capacidad de Trichomonas vaginalis para moverse, lo que contribuye a su erradicación.
Bloqueo de la síntesis de proteínas. Otro mecanismo de acción importante de algunos antiprotozoarios es el bloqueo de la síntesis de proteínas en el parásito. Esto puede afectar la capacidad del protozoario para funcionar y crecer.
Ejemplo: La atovaquona, que se utiliza en combinación con la proguanil para el tratamiento de la malaria, bloquea la síntesis de proteínas en el parásito, lo que resulta en su muerte.
Alteración de la membrana celular. Algunos antiprotozoarios pueden cambiar la composición o la integridad de la membrana celular del parásito. Esto puede resultar en la pérdida de nutrientes o la entrada de toxinas que afectan la supervivencia del protozoario.
Ejemplo: El anfotericina B, un fármaco antifúngico utilizado en casos de infecciones por Leishmania spp., altera la membrana celular del protozoario, provocando su lisis y muerte.
5.2. Medicamentos Más Utilizados
	Estos son: Anfotericina B, metronidazol, cloroquina, atovacuona, pentamidina, suramina, eflornitina, primaquina, artemisinina (y sus derivados), ivermectina quinidina
5.2.1. Anfotericina B
La anfotericina B es un fármaco perteneciente a la familia de los macrólidos poliénicos con actividad antimicótica. Se utilizan cuatro formulaciones de anfotericina B: anfotericina B convencional (C-AMB), anfotericina B liposómica (L-AMB), complejo lipídico de anfotericina B (ABLC) y dispersión coloidal de anfotericina B (ABCD). Este fármaco es eficaz en el tratamiento de la leishmaniosis visceral, una infección causada por el parásito Leishmania. La anfotericina B es considerada un tratamiento de segunda opción para la leishmaniosis cutánea o de las mucosas.
El mecanismo de acción de la anfotericina B contra Leishmania es similar a su acción contra los hongos. El fármaco forma complejos con precursores del ergosterol en la membrana celular del parásito, lo que resulta en la formación de poros que permiten la entrada de iones en el interior de la célula. Aunque Leishmania tiene una composición de esterol similar a la de los hongos, el fármaco se une a estos esteroles preferentemente en comparación con el colesterol del hospedador.
Para el tratamiento de la leishmaniosis visceral, se han propuesto diversos esquemas de administración con tasas de curación elevadas y pocos efectos secundarios. Los esquemas comunes implican la administración de dosis fraccionadas de 10 a 20 mg/kg durante 10 a 20 días mediante venoclisis. En Estados Unidos, la FDA recomienda un esquema de 3 mg/kg administrados en varios días hasta alcanzar una dosis total de 21 mg/kg. Además, se han explorado esquemas más breves y económicos con buenos resultados. También se ha investigado la combinación de anfotericina B con miltefosina en el tratamiento de la leishmaniosis visceral.
En general, la anfotericina B ha demostrado ser un tratamiento eficaz contra la leishmaniosis visceral, con tasas de curación elevadas. Sin embargo, el costo del fármaco y la dificultad en su administración siguen siendo desafíos en las regiones endémicas.
5.2.2. Eflornitina
La eflornitina, también conocida como α-D,L difluorometilornitina, es un inhibidor catalítico irreversible (suicidio) de la ornitina descarboxilasa, una enzima esencial en la biosíntesis de poliaminas como la putrescina, la espermidina y la espermina. Estas poliaminas son necesarias para la división celular y la diferenciación celular normal. En los tripanosomas, se requiere la espermidina para la síntesis de tripanotiona, un conjugado de espermidina y glutatión que cumple varias funciones en la célula parasitaria.
La eflornitina ha demostrado ser eficaz en la detención del crecimiento de varios tipos de células tumorales, lo que llevó a su evaluación clínica como fármaco antineoplásico. Además, se ha utilizado para tratar la tripanosomiosis africana occidental causada por T. brucei gambiense. Aunque el esquema de tratamiento con eflornitina puede ser complicado, su disponibilidad ha aumentado gracias a la negociación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2011, lo que ha permitido su uso en programas de control e investigación en todo el mundo.
La eflornitina es tolerable y más eficaz que el melarsoprol en el tratamiento de la enfermedad del sueño gambiense en etapas tardías. En la actualidad, se considera el tratamiento de primera opción para esta enfermedad cuando se pueden brindar los cuidados adecuados para su administración.
El mecanismo de acción de la eflornitina involucra la inhibición irreversible de la ornitina descarboxilasa, lo que conduce al agotamiento de las poliaminas y afecta múltiplos aspectos del metabolismo de los tripanosomas. El agotamiento de las poliaminas provoca una reducción en la división celular y la transformación de los parásitos en formas que no se reproducen. Los estudios genéticos han confirmado que la ornitina descarboxilasa es el blanco de acción de la eflornitina, y los tripanosomas mutantes que carecen de esta enzima no pueden reproducirse.
Aunque la eflornitina no cruza fácilmente la barrera hematoencefálica en individuos sanos, la infección por T. brucei puede permitir una mayor penetración del fármaco en el sistema nervioso central (SNC). La depuración renal de la eflornitina es rápida, y más del 80% del fármaco se elimina sin cambios a través de los riñones.
La eflornitina se utiliza para tratar la tripanosomiosis africana occidental causada por T. brucei gambiense. El esquema preferido en adultos consiste en 100 mg/kg de eflornitina administrados por vía intravenosa cada 6 horas durante 14 días. Los pacientes que reciben este tratamiento han mostrado una mejoría significativa, con tasas de curación superiores al 90%. En el caso de niños menores de 12 años, se emplean dosis más altas de eflornitina (150 mg/kg) debido a diferencias en la farmacocinética en comparación con los adultos. La administración oral de eflornitina ha demostrado ser menos eficaz debido a problemas de biodisponibilidad y diarrea osmótica.
Los efectos secundarios más comunes incluyen dolor abdominal, cefaleas y reacciones en los sitios de inyección. También se han reportado infecciones de los tejidos y neumonía. En algunos casos, se han observado reacciones más graves, como picos de fiebre, convulsiones y diarrea.
A pesar de estas reacciones adversas, la eflornitina tiene una tasa de letalidad mucho menor (aproximadamente del 1% al 2%) en comparación con el melarsoprol (4.9%), y generalmente es mejor tolerada. Algunos pacientes pueden experimentar hipoacusia reversible después de un tratamiento prolongado con dosis orales. Es importante destacar que, a diferencia de su uso en la quimioterapia del cáncer, no se ha observado hipoacusia en el tratamiento de la enfermedad del sueño.
Debido a que las dosis terapéuticas de eflornitina son altas, su administración requiere volúmenes significativos de líquido intravenoso, lo que puede ser problemático en áreas remotas y puede dar lugar a hipervolemia en pacientes susceptibles. La combinación de eflornitina con otros fármacos, como el melarsoprol y la nifurtimox, ha demostrado reducir los efectos secundarios graves en comparación con la administración de eflornitina sola. En los estudios, se observó que la terapia combinada con NECT (Nifurtimox-Eflornitina Combination Therapy) resultó en una menor incidencia de efectos secundarios graves y menos muertes relacionadas con el tratamiento en comparación con la eflornitina sola.
5.2.3. Melasorprol
	El melarsoprol es un medicamento que se utiliza en el tratamiento de la tripanosomiosis africana en etapas avanzadas, causada por el parásito Trypanosoma brucei. A pesar de su toxicidad, sigue siendo uno de los pocos tratamientos efectivos disponibles para las etapas tardías de la enfermedad.
Mecanismo de Acción. Elmelarsoprol es un profármaco que se convierte rápidamente en óxido de melarseno, la forma activa del medicamento. Actúa inespecíficamente tanto en los parásitos como en las células del huésped, inactivando enzimas y reaccionando con grupos sulfhidrilo en diversas biomoléculas. Se cree que su acción letal en los tripanosomas se debe a su reactividad con la tripanotiona, un compuesto importante en estos parásitos. Aunque no se comprende completamente cómo mata al parásito, se cree que la interacción con la tripanotiona reductasa es un factor clave.
Resistencia. Ha habido un aumento en la resistencia de los tripanosomas al melarsoprol en los últimos años. Se han informado tasas de ineficacia de hasta el 27% en algunas regiones. La resistencia al melarsoprol puede deberse a defectos en los mecanismos de transporte del fármaco, y se ha identificado un transportador denominado P2 que está involucrado. Además, la resistencia puede ser el resultado de mutaciones en este transportador.
Administración. El melarsoprol se administra únicamente por vía intravenosa. Es importante evitar que el fármaco entre en contacto con los tejidos circundantes, ya que puede ser irritante.
Toxicidad y Efectos Secundarios. El tratamiento con melarsoprol conlleva una alta toxicidad. Pueden producirse reacciones febriles después de la inyección, especialmente si la parasitemia es alta. Una complicación importante es la encefalopatía, que se observa en aproximadamente el 5-10% de los pacientes y puede ser mortal en la mitad de los casos. La neuropatía periférica también se ha observado en alrededor del 10% de los pacientes. Además, pueden surgir problemas cardiovasculares, hipertensión, alteraciones hepáticas y efectos gastrointestinales, como vómitos y cólicos abdominales.
Precauciones y Contraindicaciones. El melarsoprol se debe administrar bajo estricta supervisión hospitalaria. Se debe evitar iniciar el tratamiento durante episodios febriles, ya que esto se ha relacionado con un mayor riesgo de encefalopatía. También se debe tener precaución al administrar el medicamento a pacientes con lepra, ya que puede desencadenar eritema nodular. Se desaconseja su uso durante epidemias de influenza. Además, se han observado reacciones hemolíticas en pacientes con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, aunque el embarazo no es una contraindicación para el tratamiento con melarsoprol.
5.2.4. Metronidazol
El metronidazol es un medicamento ampliamente utilizado en el tratamiento de diversas infecciones causadas por protozoos y bacterias anaeróbicas.
· Usos terapéuticos:
Tricomoniosis. El metronidazol se utiliza para tratar infecciones genitales por Trichomonas vaginalis en mujeres y hombres. El esquema de tratamiento típico es una dosis oral única de 2 gramos, aunque en casos resistentes pueden requerirse dosis adicionales.
Amebosis. Es el fármaco de elección para el tratamiento de la amebiasis, que incluye colitis amebiana y absceso hepático amebiano. La dosis recomendada es de 500 a 750 mg de metronidazol oral tres veces al día durante siete a 10 días.
Giardiosis. Aunque no está aprobado en Estados Unidos para el tratamiento de la giardiosis, el metronidazol se utiliza en otros lugares. El tinidazol, un medicamento relacionado, también es eficaz en una sola dosis de 2 gramos.
Infecciones bacterianas anaeróbicas. El metronidazol se utiliza para tratar infecciones graves causadas por bacterias anaeróbicas susceptibles, como Bacteroides, Clostridium, Fusobacterium, Peptococcus, Peptostreptococcus, Eubacterium y Helicobacter. Puede administrarse solo o en combinación con otros antimicrobianos.
Colitis por Clostridium difficile: El metronidazol es un tratamiento primario para la infección por Clostridium difficile, aunque la vancomicina oral a veces se prefiere debido a las tasas más bajas de recidiva.
Profilaxis en cirugía colorrectal. El metronidazol se utiliza como parte de la profilaxis en cirugías colorrectales.
Vaginosis bacteriana. Se administra como un gel tópico que contiene metronidazol al 0.75% o como supositorios vaginales.
Helicobacter pylori. Se utiliza en combinación con otros antibióticos y un inhibidor de la bomba de protones para tratar infecciones por Helicobacter pylori.
Enfermedad de Crohn. A veces, se utiliza para el tratamiento de pacientes con la enfermedad de Crohn que tienen fístulas perianales.
Mecanismo de acción y resistencia. El metronidazol es un profármaco que necesita ser activado por microorganismos susceptibles. Su toxicidad selectiva se debe a diferencias en el metabolismo energético de las células anaeróbicas y microaerófilas en comparación con las células aeróbicas. El metronidazol se activa mediante reducción y genera radicales nitro muy reactivos que dañan el ADN y otras biomoléculas, lo que lleva a la destrucción de microorganismos susceptibles. Se ha documentado la resistencia clínica al metronidazol en Trichomonas vaginalis, Giardia lamblia y diversas bacterias anaeróbicas y microaerófilas. Las cepas resistentes pueden mostrar anomalías en la activación reductiva, así como alteraciones en la expresión de genes relacionados con la resistencia.
Absorción, distribución y excreción. El metronidazol se absorbe completamente después de la administración oral y alcanza concentraciones plasmáticas efectivas. Penetra bien en diversos tejidos y fluidos corporales, incluyendo secreciones vaginales, líquido seminal, saliva, leche materna y líquido cefalorraquídeo. La eliminación ocurre principalmente a través de la orina, con metabolitos que constituyen la mayoría de los productos excretados.
Toxicidad, contraindicaciones e interacciones. Los efectos secundarios comunes incluyen cefalea, náusea, xerostomía y sabor metálico. Algunos pacientes pueden experimentar vómito, diarrea y otras molestias gastrointestinales. La neurotoxicidad es un efecto secundario potencial, con síntomas como mareos, vértigo, convulsiones e incoordinación. También se han observado reacciones alérgicas y efectos disulfiram-like si se consume alcohol durante o después del tratamiento. El metronidazol debe administrarse con precaución en pacientes con enfermedad activa del sistema nervioso central y en aquellos que reciben dosis altas de litio. Se han documentado posibles efectos carcinogénicos en estudios con roedores, pero no se ha demostrado un riesgo importante de neoplasias malignas en humanos debido a las dosis terapéuticas. No se recomienda su uso durante el primer trimestre del embarazo. El metronidazol puede interactuar con otros medicamentos, como la cimetidina (que aumenta sus concentraciones plasmáticas) y anticoagulantes orales (que pueden prolongar el tiempo de protrombina).
5.2.5. Miltefosina
Origen y uso inicial. La miltefosina fue desarrollada originalmente como un agente quimioterapéutico para el tratamiento del cáncer. Sin embargo, su eficacia como agente antiprotozoario se descubrió en la década de 1980, específicamente en el tratamiento de la leishmaniosis.
Leishmaniosis. Esta enfermedad es causada por diferentes especies de Leishmania y puede presentarse en dos formas principales: visceral (afecta órganos internos) y cutánea (afecta la piel). La miltefosina se ha utilizado para tratar ambas formas de leishmaniosis.
Eficacia. La miltefosina ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de la leishmaniosis visceral, con tasas de curación superiores al 90%. También ha mostrado eficacia en el tratamiento de algunas formas de leishmaniosis cutánea, aunque la eficacia puede variar según la especie del parásito.
Posología. La dosis recomendada de miltefosina varía según el peso del paciente. En general, se administra por vía oral, y el tratamiento puede durar varias semanas.
Teratogenicidad. Uno de los principales inconvenientes de la miltefosina es su capacidad para causar malformaciones en el feto. Por esta razón, no se debe administrar a mujeres embarazadas o a aquellas que planeen quedar embarazadas en un futuro cercano.
Mecanismo de acción. Aunque no se ha comprendido completamente el mecanismoexacto de acción de la miltefosina, se cree que afecta a la Leishmania al interferir con la biosíntesis de lípidos y otros procesos celulares.
Absorción y distribución. La miltefosina se absorbe bien por vía oral y se distribuye en todo el cuerpo. Tiene una semivida prolongada en el organismo humano.
Efectos secundarios. Los efectos secundarios comunes pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea y elevaciones en las enzimas hepáticas. Estos efectos suelen ser leves y temporales.
Disponibilidad. La miltefosina está registrada para su uso en la India y en algunos otros países para el tratamiento de la leishmaniosis. En Estados Unidos, se utiliza en un entorno clínico bajo supervisión y según las indicaciones médicas.
Contraindicaciones y precauciones. Además de estar contraindicada durante el embarazo, se debe tomar con precaución en personas con enfermedad hepática o renal, y se requiere un control de la natalidad en mujeres en edad fértil durante y después del tratamiento.
5.2.6. Nifurtimox y Benznidazol
Nifurtimox y benznidazol son dos medicamentos utilizados en el tratamiento de la tripanosomiosis americana, también conocida como enfermedad de Chagas, una enfermedad parasitaria causada por el parásito Trypanosoma cruzi.
Mecanismos de Acción. Tanto el nifurtimox como el benznidazol son activados por una enzima mitocondrial dependiente de NADH, lo que genera radicales nitro dentro de las células parásitas. Estos radicales nitro forman enlaces covalentes con macromoléculas, causando daño celular y destruyendo los parásitos. La transferencia de electrones a partir del fármaco activado regenera el nitrofurano original y produce radicales de superóxido y otras especies reactivas de oxígeno, lo que da lugar a la lesión celular.
Absorción y Excreción. El nifurtimox se absorbe bien después de la administración oral, pero solo se encuentran concentraciones plasmáticas bajas en la sangre. La eliminación del fármaco es relativamente rápida, con una semivida de aproximadamente 3 horas. La biotransformación del nifurtimox es rápida, y se han detectado varios metabolitos no identificados. En cuanto al benznidazol, no se proporciona información específica sobre su absorción y excreción en el texto.
Usos Terapéuticos. Estos medicamentos se utilizan para tratar la tripanosomiosis americana (enfermedad de Chagas) causada por Trypanosoma cruzi. Los tratamientos con nifurtimox o benznidazol pueden reducir la parasitemia, la morbilidad y la mortalidad en la enfermedad aguda. Además, en algunos casos, pueden lograr curaciones parasitológicas, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad.
Toxicidad y Efectos Secundarios. Los efectos secundarios de nifurtimox y benznidazol pueden incluir reacciones de hipersensibilidad, náuseas, vómitos, mialgias, debilidad, neuropatía periférica, alteraciones psíquicas, parestesias y más. Los niños suelen tolerar mejor estos medicamentos que los adultos. La neuropatía periférica y los síntomas gastrointestinales pueden ser especialmente comunes después de tratamientos prolongados.
Contraindicaciones. A pesar de los efectos secundarios, hay pocas contraindicaciones absolutas para el uso de estos medicamentos debido a la gravedad de la enfermedad de Chagas y la falta de alternativas terapéuticas superiores.
Tratamiento Combinado. En casos de la enfermedad del sueño causada por T. brucei gambiense, el nifurtimox se administra en combinación con eflornitina.
5.2.7. Nitazoxanida
La nitazoxanida es un antiparasitario sintético de amplio espectro que se administra por vía oral y se desarrolló en la década de 1980. 
Efectos Antimicrobianos. La nitazoxanida y su metabolito activo, tizoxanida, tienen actividad contra varios parásitos y microorganismos. Se ha observado que son efectivos contra protozoarios como Cryptosporidium parvum, Giardia intestinalis, Entamoeba histolytica y Trichomonas vaginalis, así como otros parásitos intestinales como helmintos. Además, se ha notificado cierta actividad contra bacterias anaeróbicas y microaerófilas, como algunas especies de Clostridium y Helicobacter pylori.
Mecanismo de Acción. La nitazoxanida interfiere con la reacción de transferencia de electrones dependiente de la enzima PFOR, esencial para el metabolismo anaeróbico de parásitos y bacterias. Esto se logra bloqueando el primer paso en la cadena de PFOR al inhibir la unión de piruvato al cofactor pirofosfato de tiamina.
Resistencia. Aunque se ha inducido resistencia a la nitazoxanida en el laboratorio en el caso de Giardia, hasta el momento no se han informado cepas clínicas resistentes a este tratamiento.
Absorción y Excreción. Después de la administración oral, la nitazoxanida se convierte rápidamente en su metabolito activo, la tizoxanida. Esta se absorbe bien, y las concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan unas horas después de la administración. La tizoxanida se excreta en la orina, la bilis y las heces, principalmente en forma de glucurónido de tizoxanida.
Usos Terapéuticos. En los Estados Unidos, la nitazoxanida está aprobada para el tratamiento de la infección por Giardia intestinalis y para el tratamiento de la diarrea causada por Cryptosporidium parvum en adultos y niños mayores de un año. Las dosis recomendadas varían según la edad y el tipo de infección. También se ha utilizado la nitazoxanida en estudios clínicos para tratar la hepatitis C.
Toxicidad y Efectos Secundarios. En general, los efectos secundarios de la nitazoxanida parecen ser infrecuentes. Se han informado casos de dolor abdominal, diarrea, vómitos, cefalea y una coloración verdosa de la orina. Hasta el momento, no se ha acumulado suficiente experiencia clínica en embarazadas o en madres en lactancia, por lo que se clasifica en la categoría B en términos de uso durante el embarazo.
5.2.8. Paromomicina
	La paromomicina es un aminoglucósido que se utiliza para tratar diversas infecciones, principalmente en el tracto gastrointestinal. 
Mecanismo de Acción. La paromomicina tiene un mecanismo de acción similar al de otros aminoglucósidos, como la neomicina y la kanamicina. Funciona al unirse a la subunidad ribosómica 30S de las bacterias, lo que interfiere con su capacidad para sintetizar proteínas. Esto resulta en la inhibición del crecimiento y la reproducción de los microorganismos. Es importante destacar que la paromomicina no se absorbe en el tracto gastrointestinal y, por lo tanto, sus efectos están limitados al tracto digestivo.
· Usos Terapéuticos:
E. Histolytica. La paromomicina se utiliza en el tratamiento de la colonización intestinal por Entamoeba histolytica. También se combina con el metronidazol para tratar la colitis amebiana y el absceso hepático amebiano. Puede ser usado como tratamiento individual en personas asintomáticas con colonización intestinal por E. histolytica.
Criptosporidiosis y Giardiosis. Se ha utilizado la paromomicina por vía oral para tratar la criptosporidiosis y la giardiosis. En el caso de la criptosporidiosis en pacientes con VIH/sida, se ha utilizado en combinación con azitromicina. Sin embargo, su eficacia en el tratamiento de la criptosporidiosis ha sido cuestionada.
Tricomoniosis Vaginal. La paromomicina se ha formulado en una crema al 6.25% para tratar la tricomoniosis vaginal en casos en los que el metronidazol no ha sido eficaz o no puede ser utilizado. Sin embargo, esta formulación puede llevar a la absorción de la paromomicina y, por lo tanto, a la posibilidad de efectos secundarios relacionados con los aminoglucósidos.
Leishmaniosis. La paromomicina se ha utilizado en formulación tópica al 15% en combinación con cloruro de metilbenzonio al 12% para tratar la leishmaniosis cutánea. También se ha administrado por vía parenteral para tratar la leishmaniosis visceral, con resultados de eficacia satisfactorios. Sin embargo, es importante destacar que esta administración puede estar asociada con efectos secundarios más frecuentes en comparación con otros tratamientos.
Toxicidad y Efectos Secundarios. Los efectos secundarios de la paromomicina son, en general, infrecuentescon la administración oral. Algunos de los efectos secundarios incluyen dolor abdominal, cólicos, dolor epigástrico, náuseas y vómitos, esteatorrea (presencia de grasa en las heces) y diarrea. En raras ocasiones, se han informado erupciones cutáneas y cefaleas. Es importante tener en cuenta que cuando se utiliza una formulación tópica o administración parenteral, los efectos secundarios pueden ser más frecuentes y graves.
5.2.9 Pentamidina
La pentamidina es un medicamento con propiedades antiprotozoarias y antimicóticas que se utiliza en el tratamiento de varias enfermedades infecciosas. 
Mecanismo de Acción y Resistencia. El mecanismo de acción exacto de la pentamidina no se comprende completamente, y puede variar según el parásito o microorganismo que se esté tratando. Se cree que actúa sobre varios blancos intracelulares de carga negativa y puede inducir agregación ribosómica, inhibición de la síntesis de ADN y proteínas, inhibición de enzimas y pérdida de ADN del cinetoplasto tripanosómico. La pentamidina se absorbe selectivamente por el parásito T. brucei a través de un sistema de absorción de gran afinidad dependiente de energía. En T. brucei, la pentamidina se transporta a través de los mismos transportadores utilizados por los arsenicales, lo que puede llevar a resistencia cruzada entre estos compuestos.
Absorción, Distribución y Excreción. La pentamidina se puede administrar por vía intravenosa o intramuscular. No se absorbe de manera efectiva por vía oral y no cruza la barrera hematoencefálica.
Se distribuye en varios tejidos, con concentraciones más altas en el hígado, riñón, suprarrenales y bazo.
La pentamidina en aerosol se utiliza para la profilaxis de la neumonía por Pneumocystis, y su absorción sistémica es limitada.
Usos Terapéuticos. La pentamidina se utiliza para tratar la infección por T. brucei gambiense en las etapas iniciales, aunque es menos efectiva contra T. brucei rhodesiense. También se emplea en el tratamiento de la leishmaniosis cutánea y, en menor medida, en la leishmaniosis visceral. En el contexto de pacientes con VIH/sida, se utiliza para tratar o prevenir la neumonía por Pneumocystis en aquellos que no pueden tolerar otros tratamientos como el trimetoprim-sulfametoxazol.
Toxicidad y Efectos Secundarios. La pentamidina puede tener una serie de efectos secundarios y es considerada un medicamento tóxico. Puede causar hipotensión, taquicardia, cefalea y, paradójicamente, hipoglucemia que requiere una vigilancia cuidadosa de la glucemia. También puede ser nefrotóxica y causar disfunción renal.
Otros efectos secundarios incluyen exantema, tromboflebitis, anemia, neutropenia e incremento de las enzimas hepáticas. La administración intramuscular de pentamidina puede llevar a la formación de abscesos estériles en el lugar de la inyección.
6. Farmacología de los Antihelminticos
Los antihelmínticos son una clase de medicamentos diseñados para combatir infecciones parasitarias causadas por helmintos, que son gusanos parásitos, incluyendo nematodos (vermes redondos), cestodos (vermes planos) y trematodos (duelas).
El estudio de la farmacología de este tipo de antiparasitarios implica la compresion de los medicamentos empleados para combatir infecciones parasitarias causadas por estos tipos de parasitos, el mecanismo de acción, la selección del antihelmintico, farmacocinética, los efectos secudarios, así como los tratamientos y protocolos utilizados.
A lo largo del último siglo, la terapia antihelmíntica ha experimentado un gran progreso con el desarrollo de fármacos que se acercan cada vez más al antihelmíntico ideal. Este antihelmíntico ideal se caracteriza por reunir las siguientes características:
· Capacidad para llegar al parásito, sin importar su ubicación.
· Acción destructiva sobre el helminto.
· Buena tolerancia por parte del huésped.
· Administración en dosis única o en un régimen de corta duración.
· Amplio espectro de acción.
· Costo reducido.
· Posibilidad de tratamiento a nivel masivo.
· Potencial para uso profiláctico.
6.1. Mecanismos De Acción
Inhibición de la Polimerización de Microtúbulos. Muchos antihelmínticos, como los benzimidazoles, ejercen su acción principal al interferir con la polimerización de microtúbulos en el parásito. Los microtúbulos son estructuras celulares esenciales para procesos como la división celular y el transporte intracelular. Al unirse a la tubulina beta en los microtúbulos del parásito, estos medicamentos impiden su correcta formación y funcionamiento. Este mecanismo compromete la capacidad del parásito para reproducirse y mantener su integridad estructural.
Toxicidad Selectiva. La toxicidad selectiva de los antihelmínticos se basa en su mayor afinidad por las estructuras o procesos específicos presentes en los helmintos, en comparación con las células humanas. En otras palabras, los medicamentos están diseñados para apuntar a componentes o rutas metabólicas presentes en los parásitos, pero que difieren de los presentes en el huésped. Esto minimiza el daño a las células humanas mientras afecta significativamente a los parásitos.
Alteración de la Membrana Celular. Algunos antihelmínticos afectan la integridad de la membrana celular del parásito. Esto puede hacer que la membrana sea más permeable, lo que conduce a la pérdida de iones y nutrientes esenciales. Con el tiempo, la membrana se vuelve disfuncional, lo que provoca la muerte del parásito.
Inhibición de Enzimas Específicas. Varios antihelmínticos actúan al inhibir enzimas clave necesarias para las funciones metabólicas del parásito. Estas enzimas desempeñan un papel crucial en la obtención y procesamiento de nutrientes. Al bloquear estas enzimas, se detienen las reacciones químicas esenciales para la supervivencia y el crecimiento del parásito.
Desorganización del Citoesqueleto. En algunos casos, los antihelmínticos desorganizan el citoesqueleto del parásito. El citoesqueleto es responsable del soporte estructural y la movilidad del parásito. Al perturbar esta estructura, los medicamentos impiden la capacidad del parásito para moverse, alimentarse o reproducirse.
Otros Mecanismos de Acción. Además de los mecanismos mencionados, existen otros mecanismos específicos utilizados por diversos antihelmínticos. Algunos medicamentos dañan directamente el ADN o ARN del parásito, causando mutaciones y la muerte celular. Otros afectan la función del transporte intracelular o las mitocondrias del parásito, lo que puede llevar a la falta de energía y finalmente a la muerte del helminto.
6.2. Medicamentos Más Utilizados
Los principales representantes de los antihelmínticos son los Benzimidazoles. Además de ellos, otros fármacos de uso frecuente incluyen la ivermectina, praziquantel, oxamniquina, dietilcarbamazina, piperazina y pamoato de pirantel.
6.2.1. Benzimidazoles
Los benzimidazoles, que incluyen compuestos como el tiabendazol, el mebendazol y el albendazol, son una clase de medicamentos antihelmínticos utilizados para tratar infecciones parasitarias causadas por nematodos (gusanos intestinales) y otros parásitos. Estos medicamentos han desempeñado un papel significativo en el tratamiento de infecciones parasitarias a lo largo de los años. 
Historia. El desarrollo de los benzimidazoles como antihelmínticos se basó en la obtención de tiabendazol, que demostró ser efectivo contra nematodos del tracto digestivo. A lo largo del tiempo, se han realizado modificaciones en la estructura química de los benzimidazoles para aumentar su eficacia y reducir la toxicidad.
Mecanismo de acción. El mecanismo principal de acción de los benzimidazoles es la inhibición de la polimerización de microtúbulos al unirse a la tubulina β en los parásitos. Esto afecta la capacidad de los parásitos para mantener su estructura y reproducción. La toxicidad selectiva de estos fármacos contra los helmintos se debe a su mayor afinidad por la tubulina β de los parásitos en comparación con la tubulina β de los hospedadores. Además de esto, los benzimidazoles también pueden tener otros efectos en los nematodos,como la inhibición de la fumarato reductasa mitocondrial y la disminución del transporte de glucosa.
Usos terapéuticos. Los benzimidazoles, como el mebendazol y el albendazol, se utilizan para tratar infecciones por nematodos en el tracto gastrointestinal. Esto incluye condiciones como la ascariasis, la tricuriasis, la oxiuriasis y la ancilostomiasis. Además, el albendazol es especialmente útil para tratar la cisticercosis, causada por la larva de Taenia solium, y la hidatidosis quística, causada por Echinococcus granulosus. Estos medicamentos también se han empleado en programas de erradicación de filariasis linfática cuando se combinan con otros antiparasitarios como DEC o ivermectina.
Toxicidad y efectos secundarios. En general, los benzimidazoles son bien tolerados y seguros. Sin embargo, existen algunas consideraciones:
· El tiabendazol puede causar toxicidad, incluyendo efectos no deseados en el sistema nervioso central, el hígado, hipersensibilidad y efectos adversos en los ojos.
· Tanto el mebendazol como el albendazol rara vez causan efectos secundarios, y cuando lo hacen, suelen ser leves y transitorios, como síntomas gastrointestinales. El mebendazol puede inducir reacciones alérgicas y, en raras ocasiones, agranulocitosis y neutropenia reversible.
Precauciones y contraindicaciones. Se deben tomar precauciones con el uso del tiabendazol en personas con problemas hepáticos., el mebendazol no debe administrarse en mujeres embarazadas ni en niños menores de dos años, el albendazol también es teratógeno y no debe usarse en mujeres embarazadas ni en niños menores de dos años.
6.2.2. Ivermectina
Historia. En la década de 1970, la investigación de productos naturales llevó al descubrimiento de que un caldo fermentado del actinomiceto Streptomyces avermitilis tenía propiedades antihelmínticas en ratones. Este hallazgo condujo al aislamiento de las avermectinas, una clase de lactonas macrocíclicas, y la creación de la ivermectina. Originalmente desarrollada como un insecticida para cultivos, la ivermectina se ha convertido en un fármaco ampliamente utilizado para el tratamiento de diversas infecciones parasitarias en ganado y animales domésticos.
Aspectos químicos. La ivermectina es un polvo inodoro de color blanco con buena liposolubilidad pero escasa hidrosolubilidad. Se compone principalmente de dos partes: la 22,23-dihidroavermectina B1a y la 22-23-dihidroavermectina B1b. Ambas componentes tienen actividades antiparasitarias muy similares.
Mecanismo de acción. La ivermectina paraliza los organismos afectados al inducir una parálisis tónica de los músculos. Actúa activando conductos de cloruro sensibles al glutamato, específicos de invertebrados, lo que genera una hiperpolarización y parálisis en los parásitos. Aunque también se une a otros conductos de cloruro regulados por ligandos en nematodos y insectos, su afinidad por los receptores de invertebrados es mucho mayor que en los mamíferos, lo que explica su inocuidad relativa en los humanos.
Usos terapéuticos. La ivermectina se utiliza en una variedad de infecciones parasitarias en seres humanos, incluyendo oncocercosis, filariosis linfática, estrongiloidosis y otras nematodiasis intestinales. Además, es efectiva contra larvas migratorias cutáneas y sarna. En la oncocercosis, la ivermectina no erradica los parásitos adultos pero disminuye la microfilaremia, alivia el prurito y detiene el desarrollo de nuevas lesiones oculares.
Absorción, destino y excreción. La ivermectina se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal y alcanza su concentración plasmática máxima en pocas horas. Tiene una semivida terminal larga y se metaboliza en el hígado, dando lugar a varios metabolitos. Se excreta principalmente en las heces, y solo cantidades mínimas se encuentran en la orina.
Toxicidad, efectos secundarios y precauciones. En general, la ivermectina es bien tolerada en personas no infectadas, pero puede causar efectos secundarios leves como prurito o linfadenomegalia en pacientes con oncocercosis. En raras ocasiones, puede desencadenar reacciones más intensas, que incluyen fiebre, hipotensión y otros síntomas que pueden tratarse con glucocorticoides. En casos excepcionales, se ha observado encefalopatía por Loa en personas con altas concentraciones de microfilarias de Loa en sangre. No se ha demostrado que la ivermectina sea teratógena o carcinógena.
Se debe evitar el uso de ivermectina en embarazadas, mujeres en lactancia en la primera semana posparto, niños menores de cinco años y personas en estado grave. Además, no se han estudiado a fondo las posibles interacciones con otros medicamentos metabolizados por el hígado. La administración de ivermectina en campañas de tratamiento colectivo ha sido eficaz en la erradicación de diversas parasitosis.
6.2.3. Praziquantel
Mecanismo de acción. El praziquantel actúa principalmente sobre los esquistosomas adultos. A concentraciones mínimas eficaces, provoca un aumento en la actividad muscular, seguido de contracción y parálisis espástica, lo que lleva a que los gusanos se desprendan de las paredes de los vasos sanguíneos y migren desde las venas mesentéricas al hígado. A concentraciones ligeramente mayores, daña el tegumento del parásito, exponiendo antígenos de la capa externa del mismo. La eficacia del praziquantel está relacionada con su acción en el tegumento del parásito.
Indicaciones terapéuticas. El praziquantel se utiliza para tratar infecciones causadas por varios parásitos, incluidos los esquistosomas, duelas hepáticas, duelas intestinales y algunos cestodos. Es especialmente eficaz en el tratamiento de la esquistosomosis causada por diferentes especies de Schistosoma.
Dosis. Las dosis pueden variar según el tipo de infección, pero en general, una sola dosis oral de 40 mg/kg o tres dosis de 20 mg/kg, con un intervalo de 4 a 6 horas entre ellas, suele proporcionar una curación significativa y una reducción importante en el número de huevos de parásitos.
Toxicidad y efectos secundarios. El praziquantel puede causar efectos secundarios leves, como molestias abdominales, náuseas, diarrea, dolor de cabeza, mareos y somnolencia. También se han observado efectos indirectos, como fiebre, prurito, urticaria y otros síntomas. Estos efectos suelen ser transitorios y dependen de la dosis administrada.
Precauciones. El praziquantel no se debe usar en mujeres embarazadas o en casos de cisticercosis ocular, ya que puede dañar irreversiblemente el ojo. Se debe evitar conducir vehículos o realizar tareas que requieran estado de alerta mental poco después de tomar el medicamento debido a los posibles efectos secundarios. También existen interacciones con otros medicamentos, como la dexametasona, que pueden influir en la biodisponibilidad del praziquantel.
Seguridad en niños. El praziquantel se considera seguro en niños mayores de cuatro años (o con una altura superior a 94 cm), y generalmente se tolera mejor que en adultos.
Resistencia. Aunque se han reportado cepas resistentes en estudios de laboratorio, la resistencia del parásito al praziquantel no tiene una importancia clínica significativa en la actualidad.
Almacenamiento. El medicamento debe almacenarse a temperaturas por debajo de 30°C y debe tomarse con agua sin masticarlo, ya que tiene un sabor amargo.
6.2.4. Oxamniquina
La oxamniquina es un medicamento utilizado para el tratamiento de infecciones parasitarias, en particular, para tratar la parasitosis causada por Schistosoma mansoni, un tipo de trematodo. Sin embargo, su uso ha disminuido en gran medida y se considera un fármaco de segunda línea.
Mecanismo de acción. Al igual que el praziquantel, la oxamniquina tiene actividad antihelmíntica. Su mecanismo exacto de acción no se describe en el fragmento que proporcionaste, pero actúa de manera diferente al praziquantel. En particular, es efectivo contra Schistosoma mansoni, pero no lo es contra otras especies de Schistosoma como S. haematobium y S. japonicum, que son resistentes a su acción.
Uso. La oxamniquina solía ser utilizada en el tratamientode la esquistosomosis causada por S. mansoni. Sin embargo, su uso ha disminuido en gran medida, y en la actualidad, se prefiere el praziquantel como tratamiento de primera elección debido a su mayor eficacia y disponibilidad. Aunque no se menciona en el fragmento, la oxamniquina a veces se incluye en programas de erradicación de S. mansoni, especialmente en América del Sur.
Resistencia. Al igual que con otros antihelmínticos, la resistencia de los parásitos al tratamiento con oxamniquina puede ser un problema en algunas regiones. Por esta razón, se prefiere el praziquantel debido a su mayor eficacia y menor incidencia de resistencia.
6.2.5. Dietilcarbamazina (DEC)
La dietilcarbamazina (DEC) es un medicamento utilizado para el tratamiento y la erradicación de la filariosis linfática, una infección parasitaria causada por parásitos del género Wuchereria y Brugia. También se usa para tratar la eosinofilia tropical pulmonar, una manifestación poco común de la filariosis linfática. 
Mecanismo de acción. La DEC tiene efectos antiparasitarios, pero el mecanismo exacto de su acción es desconocido.. Se sabe que es eficaz contra las microfilarias (las etapas larvarias) de Wuchereria bancrofti, Brugia malayi y Loa loa, y puede causar daño a estas microfilarias, lo que lleva a su muerte y posterior eliminación del cuerpo.
Usos terapéuticos. Filariosis linfática: Se utiliza para el tratamiento de la filariosis linfática causada por Wuchereria bancrofti y Brugia malayi. El tratamiento con DEC se prescribe en ciclos de 12 días, y una dosis típica es de 72 mg de DEC por kilogramo de peso (6 mg/kg al día). También se pueden utilizar esquemas con dosis únicas. Loasis: La DEC es el medicamento más indicado para tratar la loasis causada por Loa loa. Sin embargo, debe administrarse con precaución en personas con una alta carga de microfilarias, ya que la rápida destrucción de muchas de ellas puede provocar complicaciones potencialmente letales.
Administración y dosificación. El régimen de tratamiento puede variar según la región y la experiencia local. Para la filariosis linfática, se suelen usar ciclos de 12 días con dosis de 72 mg de DEC por kilogramo de peso (6 mg/kg al día). En la loasis, el tratamiento comienza con una dosis de prueba de 50 mg (1 mg/kg en niños) todos los días durante dos a tres días y luego se aumenta a la dosis máxima tolerada de 9 mg/kg diarios en tres fracciones durante un total de dos a tres semanas. En pacientes con una alta carga de microfilarias, a menudo se administran dosis de prueba más pequeñas. La administración de DEC en combinación con albendazol o ivermectina se ha utilizado para disminuir la microfilaremia en programas de erradicación.
Toxicidad y efectos secundarios. Las reacciones tóxicas directas a la DEC suelen ser leves y pueden incluir síntomas como anorexia, náuseas, cefaleas y, en dosis altas, vómitos. Estos efectos secundarios tienden a desaparecer en pocos días sin necesidad de interrumpir el tratamiento. Las reacciones más graves suelen ser consecuencia de la respuesta del huésped a la destrucción de los parásitos. En pacientes con oncocercosis, se puede experimentar la "reacción de Mazzotti", que puede incluir prurito intenso, pápulas, linfadenomegalia dolorosa, fiebre y otros síntomas. En casos de loasis, especialmente cuando hay una alta carga de microfilarias, las reacciones pueden ser más graves y pueden incluir hemorragias retinianas y encefalopatía intensa. La DEC está contraindicada en áreas donde la oncocercosis o la loasis sean endémicas debido a las reacciones adversas graves que puede causar en estas condiciones.
6.2.6. Piperazina
Mecanismo de acción. La piperazina actúa como un agonista del receptor de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en la membrana muscular de los parásitos, en particular Ascaris. Al activar estos receptores de GABA, la piperazina aumenta la conductancia de los iones de cloruro en las células musculares del parásito, lo que conduce a la hiperpolarización de la membrana y disminuye la excitabilidad. El resultado de este mecanismo de acción es la relajación muscular y la parálisis flácida en los gusanos parásitos, lo que facilita su expulsión del tracto intestinal del huésped.
Usos terapéuticos. La piperazina ha sido utilizada para el tratamiento de infecciones parasitarias por Ascaris lumbricoides (ascariasis) y Enterobius vermicularis (oxiuriasis). Su efecto principal es inducir la parálisis de los parásitos, lo que permite su eliminación del intestino del huésped a través del peristaltismo.
Uso actual. Aunque la piperazina ha sido un antihelmíntico utilizado en el pasado, en la actualidad se han desarrollado y adoptado otros fármacos antiparasitarios más efectivos y mejor tolerados para el tratamiento de infecciones parasitarias intestinales. En muchos lugares, se han reemplazado por antihelmínticos de la clase de los benzimidazoles, como el albendazol y el mebendazol, que son más efectivos y prácticos. A pesar de su obsolescencia como antihelmíntico de primera línea, la piperazina todavía puede utilizarse en el ámbito veterinario.
6.2.7. Pamoato De Pirantel
Acción antihelmíntica. El pamoato de pirantel es un fármaco de bloqueo neuromuscular despolarizante. Actúa abriendo de manera no selectiva los canales de cationes en los parásitos, lo que lleva a la activación persistente de los receptores de acetilcolina nicotínicos. Esta activación continua de los receptores de acetilcolina ocasiona una parálisis espástica en los gusanos, lo que los inmoviliza y permite su posterior expulsión del tracto digestivo. Además de su acción en los canales de cationes, el pirantel también inhibe las colinesterasas en los parásitos, lo que contribuye a su efecto paralizante.
Absorción, destino y excreción. El pamoato de pirantel se absorbe mal desde el tracto gastrointestinal, lo que limita su acción a los nematodos (gusanos) en el interior del tracto digestivo. Menos del 15% de la dosis administrada se excreta en la orina en forma del fármaco original y sus metabolitos, mientras que la mayoría de la dosis se recupera en las heces.
Usos terapéuticos. El pamoato de pirantel se utiliza para tratar infecciones parasitarias intestinales causadas por Ascaris lumbricoides (lombrices intestinales) y Enterobius vermicularis (oxiuros). Se ha logrado una alta tasa de curación con una sola dosis oral de 11 mg/kg hasta un máximo de 1 g. También es eficaz contra las uncinariosis causadas por Ancylostoma duodenale y Necator americanus, aunque en casos de infecciones intensas de N. americanus, puede requerir dosis repetidas.
En casos de infecciones mixtas con Trichuris trichiura, se recomienda combinarlo con oxantel. En los Estados Unidos, el pirantel se vende sin necesidad de prescripción médica para el tratamiento de la enterobiosis (infección por oxiuros).
Precauciones. Aunque el pamoato de pirantel es generalmente seguro, en seres humanos, dosis orales muy altas pueden ocasionalmente causar síntomas gastrointestinales leves y transitorios, cefalea, mareos, exantema y fiebre. No se ha estudiado su uso en embarazadas, por lo que no se recomienda su uso en mujeres embarazadas ni en niños menores de dos años. Se debe evitar el uso simultáneo de pamoato de pirantel y piperazina, ya que estos fármacos son antagonistas mutuos en lo que respecta a sus efectos neuromusculares en los parásitos.
7. Conclusiones
8. Recomendaciones
9. Bibliografía
10. anexos

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