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Wolf: Los nuevos trabajadores
La esencia del capital es su aptitud para movilizar trabajo social comprando fuerza de trabajo y
poniéndola a trabajar. Los compradores de fuerza de trabajo ofrecen salarios, que son aceptados por
los vendedores a cambio de una mercancía, su trabajo. Las clases trabajadoras que entraban a la
industria o a la agricultura de plantación bajo el modo de producción capitalista, constituían un fenómeno
nuevo.
Mercados de trabajo:
El s. XIX, conforme el capital fluía hacia nuevas áreas de oportunidad y hacia nuevas ramas de
actividad, acumulaba máquinas en conjuntos mayores y llevaba nuevos trabajadores al creciente ejército
industrial. La manufactura, donde el paso lo fijaban los hombres, cedía cada vez más a la
maquinofactura, en la cual quien fijaba el paso del trabajo era la máquina. La gente se mudó de las
áreas de abastecimiento a las de demanda. Como creció el tamaño de las unidades de producción, se
aceleró la demanda de mano de obra. El nuevo régimen de la mano de obra puesto en marcha por el
modelo capitalista permitiría a los empresarios mayor flexibilidad. El empresario capitalista puede
contratar y despedir trabajadores o alterar sus salarios en respuesta a circunstancias cambiantes;
pueden también variar el uso que hagan del trabajo en relación con la maquinaria: llamar trabajadores
adicionales para manejar las máquinas disponibles, o reducir el monto de sus salarios sustituyendo con
máquinas el trabajo humano. El resultado es que el mercado de trabajo no es homogéneo sino
segmentado o diferenciado. Segmentación al interior de clase pero unión al exterior (los une en
condición de explotados, Hobsbawm). Segmentos del mercado de trabajo, y los trabajadores que
respondan a las demandas generadas en estos diversos segmentos, acaban distribuyéndose
jerárquicamente uno con respecto a otro, con una aristocracia de trabajo: en la cima quienes tienen
mayores ingresos y prestigio, y en la parte más baja aquellos que tienen salarios magros y empleos
inestables. Estas diferencias son funcionales al sistema capitalista (trabajadores calificados y no
calificados)
La distribución de mercados de capital y de trabajo, y la resultante diferenciación de la fuerza de trabajo
local, regional, nacional e internacional, nunca son fijas ni estables. Grupos de la clase trabajadora
situados en una región pueden pasar a ser semiempleados o desempleados debido a mudanzas de
capital a otras regiones.
Clases trabajadoras:
El desarrollo de las clases trabajadoras reproduce la relación general del trabajo con el capital, hay una
gran variación de clases trabajadoras particulares. Difieren en su origen, en el punto de entrada a la
fuerza de trabajo, en su composición, y en la forma en que se relacionan con otros grupos y categorías
sociales. Por ej. las clases trabajadoras rusas salían en gran cantidad de los hijos de campesinos.
Hubo países cuyas clases trabajadoras provinieron principalmente de sus territorios nacionales, y otros
que hicieron su fuerza de trabajo importando de otros países diferentes grupos y categorías étnicas, por
ej. EE.UU.
También en cuanto a composición varían las clases trabajadoras, gran parte de la fuerza de trabajo de la
primera fase de la industrialización consistía en mujeres, niños y aprendices pobres. Los obreros de los
primeros tiempos de la hilandería eran mujeres jóvenes y solteras; en cambio después de 1850 la fuerza
de trabajo estaba compuesta por varones adultos casados.
Las clases trabajadoras difieren en la ubicación, alcance geográfico y capacidad de apoyo de los lazos
sociales que fundamentan su mantenimiento y reproducción; además no se crean únicamente en el
lugar de trabajo, son el resultado de muchos vínculos que penetran en la sociedad en general.
Urbanización:
La evolución de las clases trabajadoras se relacionó con el crecimiento acelerado de las ciudades
después de 1800 y el aumento en tamaño, densidad y heterogeneidad de las poblaciones urbanas.
Inglaterra, que fue el país precursor de la industrialización, encabezó la urbanización. Entre los dos
siglos transcurridos entre 1600 y 1800 la población había emigrado de los grandes centros hacia
poblados menores y hacia el campo, probablemente debido a la participación creciente de labriegos y
artesanos en las industrias rurales domésticas. Después de 1800 la industrialización capitalista tiró de la
gente en dirección contraria y actuó también para desindustrializar el campo.
El desarrollo de servicios financieros y las necesidades de la comunicación ayudaron al crecimiento de
distritos comerciales por medio de bancos, oficinas y clubes. Se construyeron viviendas y barracas de
alquiler para la clase obrera creciente, instalaciones portuarias y el entorno urbano se transformó debido
a la presencia de vías, patios y estaciones ferroviarias.
La mano de obra se muda:
Los obreros empezaron a emigrar de las regiones donde había desempleo o desplazamientos en la
agricultura o industrias domésticas, hacia regiones de actividad industrial o agrícola acrecentada. Cada
oleada migratoria creaba proporcionadores de servicios en el punto de llegada que podían ser tan
variados como agentes de trabajo, comerciantes, abogados, etc.
En el desarrollo del capitalismo se destacan tres oleadas de migración:
● La primera se asoció con el período inicial de la industrialización europea. Estos movimientos se
iniciaron en Inglaterra y cubrieron distancias cortas, ya que el desarrollo industrial era todavía
local y limitado. Movimiento de trabajadores del campo a la ciudad.
● La segunda corriente enviaba europeos del otro lado del mar. De Europa hacia Estados Unidos
principalmente. Esto favoreció la industrialización de los EE.UU.
● La tercera oleada de migración llevó trabajadores bajo contrato a las minas y plantaciones de
los trópicos.
Estados Unidos:
La migración en masa a los Estados Unidos empezó después de las guerras napoleónicas. Los
principales factores que sacaron de Europa a estas gentes fueron la propagación del capitalismo
industrial y la comercialización de la agricultura. Al propagarse el capitalismo desplazaba artesanos y
destruía el sistema de producir para vender. Los contingentes principales llegaron de Irlanda, Alemania
suroccidental y de las islas Británicas. Esta llegada de inmigrantes aceleró la industrialización capitalista.
Resultó importante el papel de los inmigrantes irlandeses, que de inmediato establecieron un nuevo
monopolio sobre el trabajo no calificado en la construcción y en los empleos en fábricas, compitiendo
fieramente con los negros norteamericanos. Hacia 1890 la fuente de abastecimiento de migrantes
empezó a ser el sur y el este de Europa; eran en su mayoría labriegos desplazados y peones agrícolas.
Casi todos los obreros de origen extranjero entraron en los niveles de ocupación mal pagada y de poca
o ninguna capacitación.
Trabajo para las minas: África del sur
Se descubrieron minas de oro y diamantes, por este motivo la región central del desarrollo de África del
sur se trasladó a estas regiones del interior. Los especializados mejor pagados estaban monopolizados
por cavadores blancos, en tanto que a los trabajadores africanos se les contrataba únicamente por
periodos cortos de unos tres meses. La mayoría de los mineros blancos llegaron de fuera de África del
sur, eran la fuerza de trabajo capacitada; mientras que los africanos eran trabajadores migratorios no
capacitados. En 1913 la ley de tierras asignó como inquilinos trabajadores de los dueños de fincas, a los
africanos que aún permanecían en tierras propiedad de los blancos. Los inquilinos debían dar a los
granjeros ciertas cantidades de trabajo a cambio de su permiso para residir en sus tierras. Esta mano de
obra permitía a los campesinos blancos ampliar la producción comercial de cosechas alimenticias, para
abastecer las minas. Esta política de control de la mano de obra también prohibía el movimiento de
trabajadores de las granjas de los blancos a las ciudades.
Mano de obra para los plantadores: indios orientales, europeosLa necesidad de mano de obra para las plantaciones se satisfizo mediante la migración organizada de
trabajadores de la India y de China obligados por medio de un contrato de servidumbre. Europa fue otra
gran fuente de trabajo agrícola, el fin de la esclavitud en algunas zonas de América Central y del Sur el
fin de la esclavitud creó una crisis de trabajo, que se resolvió importando trabajadores italianos.
Segmentación étnica:
Una característica de los complejos industriales y de plantación edificados ha sido la yuxtaposición de
grupos de diferentes orígenes sociales y culturales. Esta heterogeneidad debe ser buscada en la
organización del proceso del trabajo. Las sociedades plurales de las plantaciones son ejemplos
concretos de la tendencia general del modo capitalista a crear una masa gastable de trabajadores
tomados de diversas poblaciones, para luego arrojarlos a la brecha para satisfacer las cambiantes
necesidades del capital. El modo recrea la relación básica entre capital y fuerza de trabajo, y al mismo
tiempo recrea la heterogeneidad de la fuerza de trabajo producida. Esto lo hace ordenando
jerárquicamente a los grupos y categorías de trabajadores y produciendo continuamente, y recreando
simbólicamente marcadas distinciones culturales entre ellos. Los trabajadores que ocupan posiciones en
los segmentos más privilegiados de ese mercado disfrutan de mayor paga y de mejores condiciones de
trabajo que los que entran a los segmentos inferiores, que están expuestos a las presiones que ejerce la
mano de obra desempleada.

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