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Socialismo desarrollado En toda la URSS la frustración política y el resentimiento estaban extendidos; incluyendo en ello al partido, el gobierno y otras instituciones públicas; se producían retrocesos económicos; y había alienación social y rencores nacionales, religiosos y culturales. Era muy poca la gente de Occidente que sintiera afecto por la URSS. Se sabía demasiado sobre la brutalidad y el inmovilismo del comunismo soviético como para que fuera visto como un faro de la libertad y la justicia social, e incluso los partidos comunistas de Italia y España abandonaron su lealtad ideológica hacia Moscú y formularon doctrinas contrarias a la dictadura. Sin embargo, algunos optimista sostenían que el sistema político soviéticos podía suavizarse y que era posible que se produjera una convergencia entre el comunismo y el capitalismo, puesto que los estados capitalismo, puesto que los estados capitalistas recurrían cada vez más a la planificación económica central y a la asistencia pública. Otros, en cambio, estaban en absoluto desacuerdo con esto y afirmaban que el mantenimiento del orden comunista era incompatible con la realización de reformas básicas. Se suponía que ningún dirigente del Politburó intentaría emprender semejantes reformas. Brezhnev no está dispuesto a socavar el partido al que servía como secretario general, y el establecimiento de relaciones cordiales entre la URSS y Estados Unidos en el curso de varios años parecía justificar esta postura. En cuanto tomó las riendas de la política exterior soviética, Brezhnev intercambió visitas con los presidentes norteamericanos. Richard Nixon fue a Moscú en 1972 y 1974, y Gerald Ford a Vladivostok en 1976. El propio Brezhnev fue revivido en Nueva York en 1973. Con la firma del tratado para la limitación de misiles antibalístios en 1972 instaló una relación más cordial que la coexistencia pacífica. En la era Brezhnev se denominó distensión. La URSS pese a no haber influido en la decisión de la OPEP, obtuvo enormes beneficios de la exportación de su energía a países que no fueran de Europa del Este. La URSS y estados Unidos, pese a su voluntad de reducir el peligro de que estallara una guerra nuclear, según siendo enemigos. En 1977 la Unión Soviética emplazó los nuevos misiles SS-20 en Europa del Este, con capacidad para atacar a Europa occidental, ante los cuales Estados Unidos respondió con la construcción de instalaciones para albergar los misiles Cruise en Gran Bretaña y Alemania occidental y los misiles Pershing en este último país. Brezhnev dio continuidad a la policía de agrupar las explotaciones, ya que compartía con Jruschov la creencia de que unos koljoses más grandes aumentarían la productividad. Al mismo tiempo insistió en que el gobierno debía prestar un apoyo económico mucho mayor a la agricultura, de modo que en los años setenta las granjas colectiva recibieron el27 por ciento del conjunto de las inversiones del estado. En 1980 el criterio que usualmente se había utilizado y se seguía utilizando para calibrar la eficiencia a de la agricultura soviética era el de las cosechas de grano. De hecho la importación de cereales se convirtió en algo habitual. La solución que Brezhnev trató de aplicar fue incrementar la inversión estatal. Así la política agrícola era muy confusa. En 1977 y 1981 promulgó dos decretos en virtud de los cuales se aumentó el tamaño máximo permitido para una parcela de media hectárea, una medida que eliminó un obstáculo para la expansión de la producción agrícola. Durante el mandato de Brezhnev, las parcelas privadas aportaron el 30 por ciento de la producción total, cuando sólo constituían en 4 por cien de la superficie cultivada de la URSS. La escasez de mano de obra cualificada; la desarticulada cultura rural; el pago a los trabajadores en función de la cantidad de trabajo que habían hecho y sin tener en cuenta la calidad del mismo; la falta de carreteras en el campo; la imposición de cuotas desde arriba por lo que atañe a la siembra, la cosecha y el volumen de suministros; la tecnología y la maquinaria demasiado grande para las necesidades de las granjas soviéticas; y el recuerdo de los horrores de la colectivización iniciada a finales de los años veinte. Entretanto Brezhenv se deshizo de sus principales oponentes. La dirección política de la URRS se había convertido en una gerontocracia. Los términos predilectos eran los de “socialismo realmente existente”, “socialismo real”, “socialismo maduro” y “socialismo desarrollado”. Las autoridades evocaban con orgullo la revolución de octubre, los planes quinquenales y la segunda guerra mundial y preveían un futuro que incluía una mejora paulatina de los niveles de vida, de la tecnología y de la integración social y política de toda la URSS. Los teóricos oficiales subrayaban que la URRS ya superaba el capitalismo. Se reconocía que la economía soviética había quedado por detrás de los países capitalistas avanzados en el campo de la tecnología civil y también se admitía que era necesario hacer mucho para satisfacer las aspiraciones materiales de los consumidores. El noveno plan quinquenal fue el primero en ser proyecto una tasa de incremento de la producción de bienes de consumo algo mayor que de bienes de equipo; al fin se iban a fabricar en abundancia relojes, muebles y radios. Sin embargo, el plan todavía destinaba el grueso de las inversiones a la producción de bienes de equipo y en la práctica los ministerios económicos y el resto del complejo militar-industrial-político-policial se esforzó por evitar que los proyectos de inversión en la producción de artículos de consumo se llevaran a cabo por completo. En Polonia la oposición de la clase obrara estaba en plena efervescencia. En 1970 se produjeron huelgas y manifestaciones en los astilleros de Gdansk bajo la dirección de Lech Walesa, y la represión que se desencadenó de resultas de ello surtió efecto por poco tiempo: en 1976 los obreros desafiaron de nuevo la autoridad del gobierno polaco. Otros países de Europa del Este se mostraban contestatarios. Brezhnev quería que los trabajadores disfrutaran de comodidades materiales. Tuvo que atraerse a las capas medias de la sociedad. Uno de los motivos de su continua insatisfacción era con respecta a la política frente a la educación universitaria. El Politburó eliminó esta discriminación y con el mismo objetivo, se introdujeron medidas para dejar de lado la orientación fuertemente profesional que Jruschov había implantado en las escuelas. Privilegio y disconformidad El KGB siguió desplegando sus métodos represivos. Había tres figuras que destacaban entre los disidentes rusos: Sajarov, Solzhenitsyn y Roy Medvedev. Habían adquirido importancia tras la muerte de Stalin y Habían tratado de convencer a Jruschov de que era esencial emprender reformas básicas. Al principio no habían sido rebeldes recalcitrantes, sino que por el contrario, habían sido ascendidos por la clase política dirigente: no buscaban el enfrentamiento con ella. Pero finalmente todos llegaron a la conclusión de que un entendimiento con el Politburó no funcionaría. Eran personas únicas y excepcionales a las que no se pudo someteré con las presiones materiales y psicológicas de las que fueron objeto. Pero también eran disidentes típicos de los años setenta; compartan el rasgo de que sacaban energía espiritual de la aceptación de sus precarias condiciones de vida y trabajo; contaban con la ventaja de creer firmemente en lo que decían y escribían, y estaban dispuestos a soportar los castigos que les infligía el Estado. Pero la URSS era una democracia autoritaria, y si no se extirpaba la heterodoxia, ello se vería como una señal de debilidad. La diferencia estaba en que Brezhnev no era Stalin, y entendía que la persuasión que se ejercía para apoyar al régimen no funcionaría si se incrementaba el grado de persecución. En todos los ámbitos de las artes sucedió lo mismo. Los directores de cine Andrei Tarkovski y Tengiz Abuladze; los escritores como Dostoievski, y Arkedi; el compositor Schnittke, etc. Los científicosnaturales también estaban resentidos por sus condiciones de trabajo. Importante físicos debían hacer cola en la biblioteca de la Academia de las Ciencias de Leningrado para leer ejemplares de la revista científica semanal londinense Nature a la que se habían recortado los anuncios. Los historiadores, economistas y politólogos recibían un control más estricto aún. Suslov, miembro del Politburó, los vigilaba atentamente y castigaba a los delincuentes con la degradación. Su sanción favorita consistía en enviarlos a un instituto pedagógico e impedir que se publicaran sus libros. En las fábricas, minas y oficinas trabaja personal asalariado que se esforzaba más en la protección de su indolencia que en el desempeño de sus deberes. Tanto los administradores como los trabajadores se caracterizaban por rehuir el trabajo. . Las tasas de alcoholismo, enfermedad mental, divorcio y suicidio siguieron aumentado inexorablemente; el deterioro del medio ambiente continúo; las enfermedades iban en aumento y el servicio que ofrecían los hospitales empeoraba. La superficie de las viviendas de las familias que vivían en las ciudades seguía siendo muy limitada. El control del partido sobre las ciencias sociales, que en Rusia incluyen la filosofía y la literatura además de la historia, era más estricto. En el campo académico, era obligatorio basarse en las interpretaciones de Lenin sobre los clásicos de la literatura, y aunque se podían publicar estudios sobre el imperio asirio sin atender demasiado a la teoría marxista, no se podía hacer lo mismo con la historia de Rusia, en especial en lo que se refería a la etapa soviética. Muchos de los postulados de Lenin divergían de la doctrina contemporánea del partido, de modo que las autoridades preferían utilizar sólo pasajes determinados de sus escritos, cuidadosamente seleccionados para que no entraran en contradicción con la política desplegada por Brezhnev. Ni siquiera los listines de teléfonos estaban en venta y sólo estaban disponibles tras el mostrador de los quioscos de información; además los empleados de estos quioscos no podían facilitar a la gente corriente el número de teléfono de las embajadas extranjeras. La mayoría de los programas de televisión eran muy didácticos, pero el pública reaccionaba sin entusiasmo ante ellos. El deporte, las películas de suspenso, los espectáculos de variedades, las películas de ciencia-ficción y los melodramas eran mucho más populares y hasta los miembros del Politburó aborrecían los programas televisivos exigentes desde el punto de vista intelectual. La mejora de las condiciones de los koljoznikino lograba poner freno al éxodo del campo. Los koljozniki, que solían ser mujeres, generalmente de mediana edad o mayores, no tenían la moral ni la energía para producir cosechas suficientes para alimentar a un país industrial. Si se era un obrero se seguiría siendo un obrero. Cada vez más únicos hijos. La falta de espacio en las viviendas y la presión económica sobre las mujeres para que siguieran trabajando eran los dos motivos principales. Las principal técnica de control de la navidad era ya problemática: el aborto. No era infrecuente que una mujer abortara hasta doce veces antes de llegar a la menopausia. Si la tendencia en curso continuaba, la nación rusa no tardaría en constituir una minoría dentro de la Unión Soviética y la prueba de ello estaba en un censo que reveló que los rusos habían pasado de constituir el 55 por 100 de la población de URSS en 1959 al 52 por ciento. Con el paso del tiempo el resultado de todo ello fue que las nacionalidades mayoritarias de cada república fueron capaces de aumentar su dominio sobre el resto de grupos nacionales y étnicos locales. Eduard Shevardnadze en Georgia y Geidar Aliev en Azerbaiyán mantuvieron fuertes campañas para combatir las prácticas abusivas en el terreno administrativo y económico, pero no hicieron mucho por mejorar la situación de las minorías. A los ciudadanos soviéticos corrientes que escribían al Politburó o al Secretariado para denunciar la existencia de abusos de poder en su ciudad o aldea a veces se les premiaba con una campaña en Pravda en su favor, pero este tipo de campañas no conseguían transformar la práctica general y a veces esos ciudadanos se encontraban con que recibían represalias por parte de los funcionarios locales a los que habían denunciado. Brezhnev murió el 10 de noviembre de 1982. El Politburó ordenó que fuera del muro del Kremlin, en la Plaza Roja. Acudieron hombres de estado de todo el mundo. Había provocado que la gente sintiera por el comunismo el mayor desprecio desde 1917.
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