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523 La apertura de los mercados de bienes y financieros CAPÍTULO 18 Hasta ahora hemos supuesto que la economía era una economía cerrada, es decir, que no interactuaba con el resto del mundo. Tuvimos que empezar de esta forma para simplificar el análisis y para que el lector comprendiera intuitiva- mente los mecanismos macroeconómicos básicos. Ahora ya estamos en condicio- nes de abandonar este supuesto. Comprender las implicaciones macroeconómi- cas de la apertura nos ocupará este capítulo y los tres siguientes. La apertura tiene tres dimensiones: 1. La apertura de los mercados de bienes: la posibilidad de los consumidores y de las empresas de elegir entre los bienes interiores y los extranjeros. No existe ningún país en el que esta posibilidad esté totalmente libre de restricciones: incluso los países más comprometidos con el libre comercio tienen aranceles –que son impuestos sobre los bienes importados– y contingentes –que son restricciones de las cantidades de bienes que pueden importarse– al menos sobre algunos bienes extranjeros. Al mismo tiempo, en la mayoría de los países, los aranceles medios son bajos y están reduciéndose. 2. La apertura de los mercados financieros: la posibilidad de los inversores financieros de elegir entre los activos financieros interiores y los extranjeros. Hasta hace poco, incluso algunos de los países más ricos del mundo, como Francia e Italia, tenían controles de capitales, que son restricciones de los activos ex- tranjeros que podían tener sus residentes, así como de los activos interiores que podían tener los extranjeros. Estas restricciones están desapareciendo rápidamente, por lo que los mercados financieros mundiales están cada vez más integrados. 3. La apertura de los mercados de factores: la posibilidad de las empre- sas de elegir el lugar en el que quieren producir y la posibilidad de los trabaja- dores de elegir el lugar en el que quieren trabajar. Las tendencias también están claras en este caso. Las compañías multinacionales tienen plantas en muchos países y trasladan sus actividades por todo el mundo para aprovechar los costes bajos. Una gran parte del debate sobre el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA) firmado en 1993 por Estados Unidos, Canadá y México giró en torno a sus consecuencias para el traslado de empresas de Es- tados Unidos a México. Este fenómeno, aunque no es nuevo, se ha ampliado debido a la aparición de nuevos bloques y tratados como, por ejemplo, el MERCOSUR (Mercado Común del Sur, formado por Argentina, Para- guay, Uruguay y Brasil); o la Asociación nacional del sureste asiático (ASEAN) en el sudeste de Asia , por nombrar unos pocos. Y la inmigración procedente de los países de bajos salarios es una candente cuestión política en numerosos países, principalmente los de mayor PIB, como Estados Unidos, Es- paña; y su cercanía con África, el Reino Unido y Alemania, entre otros. A corto y medio plazo –que son los periodos en los que centramos la atención en este capítulo y en los tres siguientes–, la apertura de los mercados de factores desempeña un papel mucho menos importante que la apertura de los mercados de bienes o financieros, por lo que prescindiremos de ella y centraremos la aten- ción en las implicaciones de los dos primeros aspectos de la apertura. 524 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri En el Apartado 18.1 analizamos la apertura del mercado de bienes, los determi- nantes de la elección entre los bienes interiores y los extranjeros, y el papel del tipo de cambio real. En el Apartado 18.2 analizamos la apertura de los mercados financieros, los determinantes de la elección entre los activos interiores y los activos extranjeros, y el papel de los tipos de interés y de los tipos de cambio. En el Apartado 18.3 presentamos un mapa de los tres capítulos siguientes. 18.1 La apertura de los mercados de bienes Comencemos viendo cuánto vende y compra Estados Unidos al resto del mun- do. De esa forma podremos analizar mejor la elección entre los bienes interio- res y los bienes extranjeros, y el papel del precio relativo de los bienes interio- res expresado en bienes extranjeros, es decir, el tipo de cambio real. Las exportaciones y las importaciones La Figura 18.1 (a) representa la evolución de las exportaciones y las importa- ciones de Estados Unidos desde 1960 en porcentaje del PIB (las exportaciones de Estados Unidos son las exportaciones procedentes de Estados Unidos; y las importaciones de Estados Unidos significan las importaciones a Estados Uni- dos). La figura sugiere dos grandes conclusiones: Figura 18.1 � Las exportaciones y las importaciones en porcentaje del PIB Recuérdese que en el Capítulo 3 vimos que la balanza comercial es la diferencia entre las exportaciones y las importaciones: Exportaciones > importaciones: Superávit comercial (en otras palabras, una balanza comer- cial positiva). Exportaciones < importaciones: Déficit comercial (en otras palabras, una balanza comercial negativa). 0,00 0,05 0,10 0,15 0,20 BI Ple d ejat necr o P 0,25 0,30 (b) (a) 0,35 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 Exportaciones/PIB Importaciones/PIB 26 25 20 15 10 6 – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – 98 99 00 01 02 03 04 05 06 9meses’07 l I I I I I I I I l Importaciones/PBI Exportaciones/PBI Exportaciones Importaciones/PBI (b) Argentina 1998 – 2007 525Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros La economía de Estados Unidos va abriéndose cada vez más con el paso del tiempo. Las exportaciones y las importaciones, que en la década de 1960 representaban alrededor del 5% del PIB, actualmente representan en torno al 12% (10% en el caso de las exportaciones y 14% en el de las im- portaciones). En otras palabras, Estados Unidos comercia con el resto del mundo más del doble (en relación con su PIB) de lo que comerciaba hace cuarenta años. En la Figura 18.1 (a) podemos observar tanto el tendencial incremento del comercio como los crecientes déficit observados desde mediados de los setenta, a excepción del superávit del periodo 1998-2000. El cociente en- tre el déficit comercial y el PIB representó el 3% en 1986, alcanzando va- lores cercanos al 10% en el 2009. La Figura 18.1 (b) es ilustrativa de la tendencia internacional en cuanto a apertura comercial, medida como la suma de las exportaciones más las impor- taciones en porcentaje del PIB. Este indicador ha pasado desde, aproximada- mente, un 8% a principios de la década de 1960 hasta el actual 28%, siendo mucho más elevado aun en otras economías latinoamericanas como Chile, cuyo grado de apertura ronda el 70% del PIB. A lo largo de los distintos periodos atravesados por la Argentina,1 su sector externo ha demostrado la existencia de una gran dependencia de las importacio- nes respecto del nivel de actividad interno, así como una alta relación con res- pecto al precio de las exportaciones, lo que da lugar a constantes fluctuaciones en su saldo comercial. Un ejemplo de esto es el de los años noventa,2 cuyo re- traso cambiario y la creciente demanda interna llevaron a la economía a un dé- ficit comercial de aproximadamente el 5% del PIB, la masiva salida de capitales y finalmente la devaluación. Luego, este pasó a representar un superávit de casi el 10% del PIB durante 2002 para ubicarse en el orden del 3% en 2007. Comprender las fuentes y las implicaciones de estos déficit comerciales es una cuestión fundamental hoy en macroeconomía a la que volveremos más adelante. Dado todo lo que se habla en los medios de comunicación de la globa- lización, tal vez parezca pequeño un volumen de comercio (medido a través de la media de los cocientes entre las exportaciones o las importaciones y el PIB) del orden del 12% del PIB. Sin embargo, el volumen de comercio no es necesariamente un buen indicador del grado de apertura. Muchas empre- sas están expuestas a la competenciaextranjera, pero al ser competitivas y mantener sus precios en un nivel suficientemente bajo, pueden conservar su cuota del mercado interior y limitar las importaciones. Eso sugiere que la proporción de la producción agregada formada por bienes transables –bienes que compiten con los bienes extranjeros en los mercados interiores o extranjeros– podría ser un índice de la apertura mejor que la tasa de ex- portaciones o la de importaciones. Se estima que actualmente en Estados Unidos los bienes que pueden “transarse” representan alrededor del 60% de la producción agregada. 1 Para mayor información estadística, resulta sumamente interesante el libro de Orlando Ferreres, Dos siglos de economía argentina (1810-2004). Historia argentina en cifras, Buenos Aires, El Ateneo, 2005. 2 Recuerde el lector que la Argentina mantuvo un tipo de cambio fijo durante prácticamente toda la década de 1990. Bienes transables: automóvi- les, computadores, etcétera. Bienes no t ransables: vivienda, la mayoría de los servicios médicos, cortes de pelo, etcétera. 526 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Es cierto que Estados Unidos, cuyas exportaciones representan alrededor del 10% del PIB, tiene uno de los cocientes entre las exportaciones y el PIB más bajos de los países ricos. La Tabla 18.1 contiene los cocientes correspon- dientes a algunos países de la OCDE. Tabla 18.1 Cocientes entre las exportaciones y el PIB de algunos países de la OCDE, 2003 País Tasa de exportaciones (%) País Tasa de exportaciones (%) Estados Unidos 10 Suiza 42 Japón 12 Austria 51 Alemania 36 Países Bajos 62 Reino Unido 25 Bélgica 79 España 26 Fuente: OCDE, Economic Outlook. Estados Unidos y Japón se encuentran en el extremo inferior de la lista. Los países europeos grandes, como Alemania y el Reino Unido, tienen cocientes que son el doble o el triple de altos. Y los países europeos más pequeños tienen cocientes incluso mayores, que van desde el 42% en Suiza hasta el 79% en Bélgica (el cociente de 79% de Bélgica plantea una rara posibilidad: ¿podrían ser las exportaciones de un país mayores que su PIB y ser, pues, el cociente mayor que 1? La respuesta es afirmativa y la razón se expone en este capítulo, en el recuadro titulado «¿Pueden ser las exportaciones mayores que el PIB?»). ¿Indican estas cifras que Estados Unidos tiene más barreras comerciales, por ejemplo, que el Reino Unido o Bélgica? No. Los principales factores que expli- can estas diferencias son la geografía y el tamaño. La distancia de otros mercados explica en buena medida el bajo cociente japonés. El tamaño también cuenta. Cuanto menor sea el país, más ha de especializarse en la producción y la expor- tación de unos cuantos productos y recurrir a importar los demás. Bélgica difícil- mente puede producir la variedad de productos que produce Estados Unidos, país cuyas dimensiones económicas son 40 veces mayores. La elección entre los bienes interiores y los extranjeros ¿En qué sentido nos obliga la apertura del mercado de bienes a revisar la for- ma de examinar su equilibrio? Hasta ahora, cuando hemos analizado las decisiones de los consumidores en el mercado de bienes, hemos centrado la atención en su decisión de aho- rrar o de consumir. Pero cuando se abre el mercado de bienes, los consumi- dores tienen que tomar otra decisión más: comprar bienes interiores o com- prar bienes extranjeros. De hecho, han de tomarla todos los compradores (incluidos las empresas interiores y extranjeras y los Estados). Esta decisión afecta directamente a la producción interior. Si los compradores deciden com- prar más bienes interiores, la demanda de estos bienes aumenta y, por lo tanto, también la producción interior. Si deciden comprar más bienes extran- jeros, entonces es la producción extranjera la que aumenta. Para más información sobre la OCDE y sobre la lista de países miembros, véase el Capítulo 1. Islandia está aislado y es pequeño. ¿Cuál cree usted que es su tasa de exporta- ciones? Respuesta: 37%. En una economía cerrada, los consumidores tienen que tomar una decisión: ahorrar o comprar (consumir). En una economía abierta, tie- nen que tomar dos: ahorrar o comprar, y comprar produc- tos nacionales o comprar productos extranjeros. 527Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Los tipos de cambio nominales Los tipos de cambio nominales entre dos monedas pueden expresarse de una de las dos formas siguientes: El precio de la moneda nacional expresado en la moneda extranjera. Por ejemplo, en el caso del Estados Unidos y el Reino Unido, desde el punto de vista de Estados Unidos, el dólar es la moneda nacional, la libra es la moneda extranjera y el tipo de cambio nominal es el precio de 1 dólar en libras. Por ejemplo, a mediados del 2008, el tipo de cambio definido de esta forma era de 0,51. En otras palabras, 1 dólar valía 0,51 libras. En el caso de la Argentina, el peso es la moneda nacional. El precio de la moneda extranjera expresado en la moneda nacional. Con- tinuando con el mismo ejemplo, en este caso, el tipo de cambio nominal es el precio de 1 libra en dólares. A mediados del 2008, el tipo de cambio definido de esta forma era de 1,95. En otras palabras, 1 libra valía 1,95 dólares. En el caso de la Argentina, el tipo de cambio nominal es el precio de 1 dólar en pesos. A mediados del 2008, el tipo de cambio definido de esta forma era de 3,06. En otras palabras, 1 dólar valía 3,06 pesos. TEMA CONCRETO ¿Puede tener un país unas exportaciones mayores que su PIB, es decir, puede tener una tasa de exportaciones mayor que 1? Parece que la respuesta debe ser negativa. Los paí- ses no pueden exportar más de lo que producen, por lo que la tasa de exportaciones debe ser menor que 1. Pero no es así. La clave de la respuesta está en darse cuenta de que las exportaciones e importaciones pueden incluir exportaciones e implantaciones de bienes intermedios. Pensemos, por ejemplo, en un país que importa bie- nes intermedios por valor de 1.000 millones de dólares. Supongamos que los transforma en bienes finales utili- zando solamente trabajo. Supongamos que el trabajo gana 200 millones de dólares y que no hay beneficios. El valor de los bienes finales es, pues, igual a 1.200 millones. Supongamos que se exportan bienes finales por valor de 1.000 millones y que el resto, 200 millo- nes, se consume en el país. Por lo tanto, las exportaciones y las importaciones son ambas iguales a 1.000 millones. ¿Cuál es el PIB de la economía? Recuérdese que el PIB es el valor añadido en la economía . Por lo tanto, en este ejemplo es igual a 200 millones, por lo que el cociente en las exportacio- nes y el PIB es igual a 1.000 $ / 200 $ = 5. Las exportaciones pueden ser, pues, superiores al PIB. Es lo que ocurre, de hecho, en algunos países pe- queños que viven principalmente de las actividades por- tuarias y de importación-exportación. Ocurre incluso en otros pequeños países, como Singapur, en los que la industria manufacturera desempeña un importante papel. En 2002, el cociente en tre las exportaciones y el PIB de Singapur fue del 145% ¿Pueden ser las exportaciones mayores que el PIB? Advertencia: no existe una regla acordada por los eco- nomistas o por los periódi- cos para utilizar una defini- ción u otra. El lector se encontrará con las dos. Fíjese siempre en la defini- ción que se emplea. En esta segunda decisión (comprar bienes interiores o extranjeros), es funda- mental el precio de los bienes interiores expresado en bienes extranjeros. Este precio relativo se denomina tipo de cambio real. Este no puede observarse directamente, por lo que el lector no lo encontrará en el periódico. Lo que encontrará en él serán los tipos de cambio nominales, es decir, los precios relativos de las monedas. En el resto de este apartado, comenzaremos, pues, examinando los tipos de cambio nominales y, a continuación, veremos cómo se utilizanpara calcular los tipos de cambio reales. 528 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Cualquiera de las dos definiciones es buena; lo importante es la coheren- cia. En este libro, adoptamos la segunda definición. Definimos el tipo de cam- bio nominal de la siguiente manera: es el precio de la moneda extranjera ex- presada en la moneda nacional; lo representamos por medio de E. Por ejemplo, cuando observamos el tipo de cambio entre Estados Unidos y el Reino Unido (desde el punto de vista de Estados Unidos, por lo que la moneda nacional es el dólar), E representa el precio de 1 libra en dólares (por ejemplo, en agosto de 2008, E era igual a 1,95). De igual forma, cuando observamos el tipo de cambio entre la Argentina y Estados Unidos (desde el punto de vista argentino, por lo que la moneda nacional es el peso), E representa el precio de 1 dólar en pesos (por ejemplo, en agosto de 2008, E era igual a 3,06). Los tipos de cambio entre el dólar y la mayoría de las monedas extranjeras varían a cada minuto. Estas variaciones se denominan apreciaciones nomina- les o depreciaciones nominales (apreciaciones o depreciaciones, para abre- viar). En general, la mayoría de las economías latinoamericanas expresan el tipo de cambio de acuerdo con nuestra definición. Por ejemplo, si el lector es brasileño y va a comprar dólares para irse de viaje, verá en las pizarras de los bancos E = 1,6 reales por dólar, que es lo que tiene que pagar para obtener 1 dólar. A medi- da que avancemos en el tema, se dará cuenta de que en realidad no representa un problema siempre que se entienda el concepto. Siempre resulta útil manejar lo que uno conoce; por ejemplo, el lector sabe que la cotización del dólar en la Argentina es aproximadamente de 3 pesos por dólar o E = $3/US$. Si mira la cotización y el valor que observa es de 0,33, que- da claro que está expresado en términos de la moneda extranjera. Más adelante, veremos la utilidad de estos razonamientos simples pero de gran ayuda. Una apreciación de la moneda nacional es una subida de su precio expre- sado en una moneda extranjera. Dado que, según nuestra definición, el tipo de cambio es el precio de la moneda extranjera expresado en la moneda na- cional, una apreciación corresponde a una reducción del tipo de cambio, E. Este razonamiento es más intuitivo de lo que parece a primera vista: con- sideremos el caso del dólar y el real (de nuevo desde el punto de vista de Es- tados Unidos). Una apreciación del dólar significa que su valor sube expresa- do en reales. En otras palabras, el real vale menos dólares, lo cual equivale a decir que el tipo de cambio ha bajado. Asimismo, una depreciación del dólar significa que el dólar está bajando expresado en reales y, por lo tanto, corres- ponde a un aumento de E. Aunque es casi seguro que el hecho de que una apreciación corresponda a una baja del cambio y una depreciación corresponda a un alza de E, tipo de cambio (recuerde que la relación entre el valor de la moneda y el tipo de cam- bio es inversa: si la moneda local vale más, el tipo de cambio baja) confundi- rá al lector al principio –confunde a muchos economistas profesionales–, aca- bará pareciéndole natural a medida que comprenda mejor la macroeconomía de una economía abierta. Advertencia: la convención de definir los tipos de cambio como el precio de la moneda extranjera expresado en la moneda na- cional se sigue de una manera bastante general en los artículos y libros de economía publicados en Estados Unidos. Sin embargo, en Europa, los econo- mistas suelen utilizar otra definición que describe los tipos de cambio como el precio de la moneda nacional expresado en la moneda extranjera (por ejem- plo, dólares por libra en el Reino Unido). Apreciación de la moneda nacional Aumento del pre- cio de la moneda nacional expresado en moneda extran- jera Reducción del tipo de cambio. Depreciación de la moneda nacional Descenso del precio de la moneda nacio- nal expresado en moneda extranjera Subida del tipo de cambio. Analizaremos los tipos de cam- bio fijos en el Capítulo 20. E: tipo de cambio nominal o precio de la moneda nacio- nal expresado en la moneda extranjera (por ejemplo, desde el punto de vista de Estados Unidos en relación con el Reino Unido, es el precio de un dólar expre- sado en libras; desde el punto de vista de los países de la zona del euro en rela- ción con Estados Unidos, es el precio de un euro expre- sado en dólares). 529Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Tal vez haya visto el lector otros dos términos para referirse a las variacio- nes de los tipos de cambio: revaluaciones y devaluaciones. Estos se emplean cuando los países tienen tipos de cambio fijos, sistema en el que dos o más países mantienen un tipo de cambio fijo entre sus monedas. En esa clase de sistema, las reducciones del tipo de cambio, que son, por definición, sucesos infrecuentes, se denominan revaluaciones (en lugar de apreciaciones). En síntesis, se pueden medir las relaciones entre monedas según se incorpore la moneda extranjera con respecto a la local, dólares por real o dólares por pesos, y aquí nos referimos a apreciación por bien, real por dólar o pesos por dólar como el enfoque europeo que podemos llamar apreciación o depreciación. La Figura 18.2 representa el tipo de cambio nominal entre el dólar y la li- bra desde 1970 y entre el euro y el dólar desde 1971 (hasta diciembre de 1998 corresponde a la cotización entre el ecu y el dólar, según los datos del Banco Central Europeo). Obsérvense las dos principales características de la figura: Figura 18.2 � El tipo de cambio nominal (a) entre el dólar y la libra desde 1970 y (b) entre el euro y el dólar desde 1971 (hasta diciembre de 1998 corresponde a la cotización entre el dólar y el ecu) D ól ar es p or li br a 530 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri La subida tendencial del tipo de cambio. En 1970, un dólar sólo valía 0,41 libras. En 2003, valía 0,59 libras. En otras palabras, el dólar se apreció fren- te a la libra durante todo el periodo. Sin embargo, no se observa una ten- dencia similar en el caso del tipo de cambio entre el euro y el dólar. Las grandes fluctuaciones del tipo de cambio. En el espacio de menos de diez años de la década de 1980, el valor del dólar subió de 0,42 libras en 1981 a 0,82 en 1985, sólo para bajar a 0,54 libras a principios de 1988 (en el caso del euro, su valor pasó de más de 1,40 dólares en 1980 a menos de 0,70 dólares a principios de 1985 y a más de 1,20 dólares a principios de 1988). En otras palabras, el dólar experimentó una notable apreciación en la primera mitad de los años ochenta y una gran depreciación en la segun- da mitad de la década. Una rápida mirada a la Figura 18.2 basta para ver las grandes oscilaciones entre estas monedas. Hacia fines del 2009 la libra valía aproximadamente 1,62 dólares mientras que el euro valía 1,43 dóla- res (véase la Figura 18.3 a y b). Sin embargo, si nos interesa saber si tenemos que elegir entre los bienes interiores y los extranjeros, el tipo de cambio nominal sólo nos suministra una parte de la información que necesitamos. Por ejemplo, la Figura 18.2 sólo nos indica las oscilaciones del precio relativo de las dos monedas, el dólar y la libra o el dólar y el euro. Para los turistas estadounidenses que estén considerando la posibilidad de visitar el Reino Unido, la cuestión no es sólo saber cuántas libras (o euros) recibirán a cambio de sus dólares, sino también cuánto costarán los bienes en el Reino Unido en relación con lo que cuestan en Estados Unidos. Esto nos lleva al paso siguiente: el cálculo de los tipos de cambio reales. Cabe aclarar que, si el lector vive por ejemplo en Brasil y piensa hacer el mismo viaje, deberá fijarse en lo que se denomina tipo de cambio cruzado (cross rate en inglés), o sea que primero se convierten losreales a dólares y los dólares a libras. La diferencia es que se paga doble comisión por la conversión primero a dólares y luego a libras. De los tipos de cambio nominales a los tipos de cambio reales ¿Cómo calculamos el tipo de cambio real entre Estados Unidos y el Reino Unido, es decir, el precio de los bienes estadounidenses expresado en bienes británicos? Supongamos que Estados Unidos sólo produjera un bien, por ejemplo, un Cadillac Seville Luxury Sedan, y que el Reino Unido también sólo produjera un bien, un Jaguar S-type Luxury Sedan (este es uno de esos supuestos totalmente contrarios a la realidad, pero enseguida seremos más realistas). Sería fácil calcu- lar el tipo de cambio real, es decir, el precio de los bienes estadounidenses (Ca- dillac) expresado en bienes británicos (Jaguar)*. Expresaríamos ambos bienes en la misma moneda y calcularíamos su precio relativo. Observe el lector las Figuras 18.2 (a) y (b). La Figura 18.2 (a) está hecha según nuestra primera definición, mientras que la 18.2 (b) según nuestra segunda defi- nición. Si usted invierte el libro (lo gira 180º) verá estos gráficos según la segunda definición, con lo cual no debería resultar un problema su interpretación. A continuación, podemos ver la evolución del tipo de cambio nominal entre algunas monedas, pero siguiendo nuestra definición. *Las empresas jaguar y Land Rover fueron adquiridas a fines del 2008 por la firma India Tata. 531Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Figura 18.3 ( � a) Evolución del tipo de cambio nominal entre el dólar estadounidense y el euro, 1999- 2010 (Tipo de cambio US$ - Euro) Enero05 Enero06 Enero07 Enero08 Enero09 USD/EUR 1.6 1.5 1.4 1.3 1.2 1.1 Figura 18.3 ( � b) Evolución del tipo de cambio nominal entre el dólar estadounidense y la libra, 1999- 2010 (Tipo de cambio US$ - Libra) USD/GBP Enero05 Enero06 Enero07 Enero08 Enero09 2.2 2.1 2.0 1.9 1.8 1.7 1.6 1.5 1.4 1.3 532 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Figura 18.3 ( � c) Evolución del tipo de cambio nominal entre el peso argentino y el real brasilero, 1999-2010 ($ - Real) Enero05 Enero06 Enero07 Enero08 Enero09 brlars=x 2.0 1.8 1.6 1.4 1.2 1.0 Supongamos, por ejemplo, que expresáramos ambos bienes en dólares. En ese caso: El primer paso consistiría en convertir el precio de un Jaguar en libras a un precio en dólares. El precio de un Jaguar en el Reino Unido es de 30.000 libras. Una libra vale 1,95 dólares, por lo que el precio de un Jaguar en dólares es igual a £30.000 x 1,95 = US$58.500. El segundo paso sería calcular el cociente entre el precio del Jaguar en dólares y el Cadillac en dólares. El precio de un Cadillac en Estados Uni- dos es de US$40.000. Por lo tanto, el precio de un Jaguar expresado en Cadillac –es decir, el tipo de cambio real entre Estados Unidos y el Reino Unido– sería igual a US$58.500/US$40.000 = 1,46. El ejemplo es sencillo, pero ¿cómo lo generalizamos? Estados Unidos y el Reino Unido producen algo más que Cadillac y Jaguar y queremos calcular un tipo de cambio real que refleje el precio relativo de todos los bienes pro- ducidos en Estados Unidos expresado en todos los bienes producidos en el Reino Unido. El cálculo que acabamos de realizar nos da una pista de cuál es el proce- dimiento. En lugar de utilizar el precio de un Jaguar y el de un Cadillac, debe- mos utilizar un índice de precios de todos los bienes producidos en el Reino Unido y un índice de precios de todos los bienes producidos en Estados Uni- dos. Eso es exactamente lo que hacen los deflactores del PIB que introdujimos en el Capítulo 2. Estos son, por definición, índices de precios del conjunto de bienes y servicios finales que se producen en una economía. Sean P el deflactor del PIB de Estados Unidos, P* el deflactor del PIB del Reino Unido (por regla general, representaremos las variables extranjeras por medio de un asterisco) y E el tipo de cambio nominal entre el dólar y la libra. La Figura 18.4 muestra los pasos que hay que seguir para calcular el tipo de cambio real. Obsérvese que, si expresára- mos ambos en dólares, obten- dríamos el mismo tipo de cambio real. 533Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Figura 18.4 � El cálculo del tipo de cambio real Precio de los bienes estadounidenses en dólares: P Precio de los bienes británicos en dólares: EP* Precio de los bienes británicos en libras: P* Precio de los bienes británicos expresado en bienes estadouni- denses: EP*/P El precio de los bienes británicos en dólares es EP*. Multiplicando E por P*, obtenemos el precio de los Jaguar en dólares. El precio de los bienes estadounidenses en dólares es P. El tipo de cambio real, que es el precio de los bienes británicos expresado en bienes estado- unidenses, que denominaremos (la letra griega épsilon minúscula), viene dado por: (18.1) El tipo de cambio real se calcula multiplicando el nivel de precios por el tipo de cambio nominal y dividiendo por el nivel de precios (una sencilla extensión del cálculo que hemos hecho en nuestro ejemplo de los Cadillac y los Jaguar). Otro razonamiento simple pero práctico es pensar que, cuando se multi- plica E x P*, estamos expresando los Jaguar en dólares y P, el deflactor de Es- tados Unidos, está expresado también en dólares, con lo cual tenemos todos los bienes en una misma moneda y podemos ver cuántos Cadillac en dólares necesitamos para obtener un Jaguar, también en dólares. En nuestro ejemplo necesitaríamos 1,46, es decir, casi 1½ Cadillac por Jaguar. Una regla simple para saber que se está expresando todo en la misma moneda, es multiplicar (US$/£)x £. Libras que simplificando queda todo en US$. Obsérvese, sin embargo, una importante diferencia entre nuestro ejemplo de los Cadillac y los Jaguar y este cálculo más general. El tipo de cambio real, a diferencia del precio del Jaguar expresado en Ca- dillac, es un número índice. Es decir, su nivel es arbitrario y, por lo tanto, no transmite ninguna información, debido a que los deflactores del PIB utilizados para calcular el tipo de cambio real son números índice; como vimos en el Capítulo 2, son iguales a 1 (o 100) en el año que se elija como año base. ∈: Tipo de cambio real: Precio de los bienes bienes extranjeros expresados en bienes interiores(por ejem- plo, desde el punto de vista de Estados Unidos en rela- ción con el Reino Unido, precio de los bienes británi- cos expresado en bienes estadounidenses; desde el punto de vista de los países de la zona del euro en rela- ción con Estados Unidos, precio de los bienes estado- unidenses expresado en bie- nes europeos). Deprec iac ión rea l Disminución del precio de los bienes interiores expre- sado en bienes extranjeros Subida del tipo de cam- bio real. Apreciación real Aumento del precio de los bienes inte- riores expresado en bienes extranjeros Reducción del tipo de cambio real. 534 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Pero no todo está perdido. Aunque el nivel del tipo de cambio real no transmite ninguna información, no ocurre así con su tasa de variación. Por ejemplo, si el tipo de cambio real entre Estados Unidos y el Reino Unido au- menta un 10%, eso quiere decir que ahora los bienes estadounidenses son un 10% más baratos que antes en relación con los británicos. Los tipos de cambio reales varían, al igual que los nominales, con el paso del tiempo. Estas variaciones se denominan apreciaciones reales o deprecia- ciones reales: Una subida del tipo de cambio real, es decir, una subida del precio relativo de los bienes extranjeros expresado en bienes interiores, se denomina de- preciación real. Una reducción del tipo de cambio real, es decir, una reducción del precio relativo de los bienes extranjeros expresado en bienes interiores, se deno- mina apreciación real. La Figura 18.5 representa la evolucióndel tipo de cambio real entre Esta- dos Unidos y el Reino Unido entre 1970 y 2003 y entre España y Estados Unidos entre 1982 y 2004, calculado utilizando la Ecuación (18.1). Para mayor comodidad, también reproduce la evolución del tipo de cambio nominal. Los deflactores del PIB se han elegido de tal forma que sean iguales a 1 en el pri- mer trimestre de 2000 en el caso de la Figura 18.5 (a) y en el mes de junio de 1995 en el caso de la Figura 18.5 (b), por lo que en esos momentos el tipo de cambio nominal y el real son iguales por definición. 535Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Figura 18.5 � El tipo de cambio real y nominal (a) entre Estados Unidos y el Reino Unido desde 1970, y (b) entre la zona del euro y Estados Unidos desde 1982 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 (b) (a) 1,6 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 Tipo de cambio nominal, E Tipo de cambio real, nominal, Obsérvense las dos principales características de la Figura 18.5: 1. Aunque el tipo de cambio nominal entre Estados Unidos y el Reino Unido subió durante el periodo examinado, el tipo de cambio real bajó. En 1970, el tipo de cambio real era igual a 1,7. En 2003, era de 1,0. Sin embargo, en el caso de España y Estados Unidos, el tipo de cambio nominal era 1,07 tanto en enero de 1982 como en enero de 2003, mientras que el tipo de cambio real subió de 0,76 a 1,15 en el mismo periodo. Para comprender mejor lo que ha ocurrido, volvamos a nuestros turistas estadounidenses que están considerando la posibilidad de visitar el Reino Unido. Observan que pueden comprar más libras por dólar que en 1970 (E ha subido). ¿Significa eso que su viaje será más barato? No. Cuando lleguen al Reino Unido, descubrirán que los precios de los bienes han subido allí mucho 536 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri más que los precios de los bienes en Estados Unidos (P* ha subido más que P, por lo que P/P* ha disminuido), lo cual cancela con creces el aumento del valor del dólar en libras. Observan que su viaje será en realidad más caro (ex- presado en bienes estadounidenses) que en 1970. En otras palabras, observa- rán que ha habido una depreciación real. Lo mismo sucederá si visitan España, ya que la apreciación real de los bienes españoles expresados en bienes esta- dounidenses equivale a una depreciación real desde el punto de vista de los estadounidenses. Este ejemplo permite extraer una lección general. En un largo periodo, las variaciones de los tipos de cambio nominales y reales pueden ser muy distintas debido a las diferencias internacionales entre las tasas de inflación. En el Ca- pítulo 20, volveremos a esta cuestión. 2. Las grandes oscilaciones del tipo de cambio nominal que hemos visto en la Figura 18.2 también se reflejan en el tipo de cambio real. No es sorprendente. Las variaciones interanuales de la relación de precios, P*/P, normalmente son pequeñas en comparación con las fluctuaciones, a menudo bruscas, del tipo de cambio nominal, E. Así, de un año a otro o incluso en un periodo de unos cuantos años, las variaciones del tipo de cambio real, ε, tienden a deberse principalmente a las variaciones del tipo de cambio nominal, E. Obsérvese que, desde principios de los años noven- ta, el tipo de cambio nominal y el real han evolucionado casi al unísono, debido a que, desde mediados de los años ochenta, las tasas de inflación han sido muy parecidas en ambos países (también en España). De los tipos de cambio bilaterales a los tipos de cambio multilaterales Nos queda un último paso. Hasta ahora hemos centrado la atención en el tipo de cambio entre Estados Unidos y el Reino Unido, entre España y Estados Unidos, y entre la Argentina y Brasil. Pero el comercio de estos países no es sólo entre, por ejemplo, la Argentina y Brasil, o Estados Unidos y el Reino Unido. Las Tablas 18.2 (a) y (b) muestran la composición geográfica del comercio de Estados Unidos y de la Argentina en lo que respecta tanto a las exportaciones como a las importa- ciones (las cifras se refieren únicamente al comercio de mercancías, es decir, a las exportaciones y las importaciones de bienes, y no comprenden las exporta- ciones y las importaciones de servicios, como los servicios de viaje y el turismo, de las que no existe la descomposición por países). ¿Puede haber una aprecia- ción real sin una apreciación nominal? ¿Puede haber una aprecia- ción nominal sin una aprecia- ción real? Las respuestas a ambas preguntas son afirma- tivas. Si las tasas de inflación fue- ran iguales, P*/P sería cons- tante, y ε y E variarían exac- tamente al unísono. 537Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Tabla 18.2 (a) La composición por países del comercio de mercancías de Estados Unidos, 2006 Exportaciones a (%) Importaciones de (%) Canadá 22,2 16,0 UE* 20,7 17,7 México 12,9 10,4 Japón 5,8 7,9 China 5,3 15,9 Resto de Asia 15,9 13,5 América Latina 8,5 7,3 Resto 8,7 11,3 * La Unión Europea (UE) incluye a Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa y Suecia. Fuente: elaboración propia, con base en datos de la OMC, International Trade Statistics, 2007. Tabla 18.2 (b) La composición por países del comercio de mercancías de la Argentina, 2007 Exportaciones a (%) Importaciones de (%) Brasil (incluye ZF) 18,8 34,2 Paraguay 1,4 2,4 Uruguay (inclu- ye ZF) 2,1 1,7 Bolivia (incluye ZF) 0,8 0,5 Chile (incluye ZF) 7,5 2,4 Venezuela 2,1 0,1 Total NAFTA* 10,7 17,2 TOTAL UE 17,5 19,6 ASEAN** 3,8 2,4 China 9,3 8,3 Japón 1,2 2,0 Corea Republi- cana 1,2 1,1 India 1,5 0,7 Resto 22,0 7,4 Fuente: elaboración propia, con base en datos del INDEC. * El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (o NAFTA, por sus siglas en inglés) está conformado por Canadá, Estados Unidos y México. ** La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (o ASEAN, por sus siglas en inglés) incluye a Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam. El mensaje más importante de las tablas es que Estados Unidos comercia principalmente con tres grupos de países. El primero está formado por sus vecinos del norte y del sur, Canadá y México. El comercio con Canadá y Méxi- co representa el 35,1% de las exportaciones de Estados Unidos y el 26,4% de sus importaciones. El segundo comprende los 25 países de la Unión Europea, que representan el 20,7% de las exportaciones de Estados Unidos y el 17,7% de sus importaciones. El tercero está formado por los países asiáticos, inclui- dos Japón y China, que juntos representan el 27% de las exportaciones de Estados Unidos y el 37,3% de sus importaciones. 538 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Por lo que se refiere a la Argentina, el comercio de mercancías está mayor- mente concentrado en los países de América del Sur, especialmente las impor- taciones con un 41,3%, mientras que las exportaciones representan el 32,7% del total. Cabe destacar que, del 41,3% de sus importaciones, el 34,2% corres- ponde a compras a Brasil, y del 32,7% de sus exportaciones, el 18,8% son bienes destinados a Brasil. En relación con otras zonas, las exportaciones a la UE representan un 17,5%, mientras que las importaciones de la UE suponen el 19,6% de las importaciones argentinas. Las exportaciones a los países que forman el NAFTA representan un 10,7%, mientras que las importaciones de este bloque suponen el 17,2% de las importaciones argentinas. Respecto de Asia, incluidos Japón y China, el comercio con esta se ha incrementado: las exportaciones representan un 17%, mientras que las importaciones desde Asia suponen el 14,5% de las importaciones argentinas. ¿Cómo pasamos de los tipos de cambio reales bilaterales,como el tipo de cambio real entre Estados Unidos y el Reino Unido, en el que hemos centrado la atención antes, a los tipos de cambio reales multilaterales, que reflejan la composición del comercio? La respuesta es sencilla. Si queremos medir el pre- cio medio de los bienes de los socios comerciales de Estados Unidos en rela- ción con el precio medio de los bienes norteamericanos, debemos utilizar como ponderaciones la proporción del comercio de Estados Unidos con cada uno de esos países. Utilizando las proporciones de las exportaciones, podemos calcular un tipo de cambio real de las exportaciones, y utilizando las propor- ciones de las importaciones, podemos calcular un tipo de cambio real de las importaciones. Como los economistas normalmente no quieren seguir la evo- lución de dos tipos de cambio diferentes, normalmente utilizan un tipo de cambio que es una media de las proporciones de las exportaciones y las impor- taciones. Esta es la variable a la que nos referiremos cuando hablemos del tipo de cambio real multilateral de Estados Unidos o tipo de cambio real de Estados Unidos, para abreviar. La Figura 18.6 muestra: (a) la evolución de este tipo de cambio real multila- teral de Estados Unidos, es decir, del precio de los bienes estadounidenses expre- sado en bienes extranjeros, desde 1973 hasta 2003, y (b) la evolución del tipo de cambio real multilateral de la Argentina, es decir, el precio de los bienes extran- jeros expresado en bienes argentinos, desde 1991 hasta mediados de 2008. 538 Bi- significa dos. Multi- signi- fica muchos. La figura comienza en 1973, ya que sólo existen datos de este tipo de cam- bio real multilateral, que es calculado por la Junta de la Reserva Federal, desde 1973 Se trata de términos todos ellos equivalentes para refe- rirse al precio relativo de los bienes estadounidenses expresado en bienes extran- jeros: El tipo de cambio real • multilateral de Estados Unidos. El tipo de cambio real • ponderado por el comercio de Estados Unidos. El tipo de cambio real • efectivo de Estados Unidos. Tenga en cuenta el lector que el tipo de cambio real multilateral para Es- tados Unidos está visto desde la perspectiva estadounidense, al contrario del utilizado para la Argentina. Al igual que en el caso de los tipos de cambio reales bilaterales que hemos visto antes, es un número índice. Por lo tanto, su nivel también es arbitrario; en este caso, se ha elegido de tal manera que fuera 1 en el primer trimestre de 2000 y en el primer trimestre de 1999, respectivamente. Lo que más llama la atención de esta figura es algo que ya vimos cuando analizamos en la Figura 18.5 el tipo de cambio bilateral entre Estados Unidos y el Reino Unido, y entre España y Estados Unidos, a saber, las grandes fluc- tuaciones que experimentó el tipo de cambio real en la década de 1980 y en la década de 1990 (aunque menores en este caso). Los bienes estadouniden- ses eran alrededor de un 40% más caros en relación con los extranjeros a mediados de los años ochenta que a comienzos o a finales de esa década. En otras palabras, en la primera mitad de los años ochenta se registró una gran apreciación real seguida de una depreciación real aun mayor en la segunda mitad. Esta gran oscilación que, como hemos visto, tiene sus orígenes en la 539Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros 539 Figura 18.6 � (a) El tipo de cambio real multilateral de Estados Unidos desde 1973 y (b) de la Argentina desde 1991 hasta mediados de 2008 evolución del tipo de cambio nominal llama tanto la atención que se le ha dado varios nombres, desde ciclo del dólar hasta el más gráfico de danza del dólar. Obsérvense las variaciones similares, pero más pequeñas, del dólar desde mediados de los años noventa, incluida una subida del 255 entre 1995 y 2001, y un descenso desde entonces. En la Figura 18.6 (b) también pueden verse estas oscilaciones, especialmente el abrupto salto experimentado a co- mienzos del año 2002. Esto significó un abaratamiento de los bienes argenti- nos (o un encarecimiento de los bienes extranjeros) ¡¡¡del 270%!!! Claro que semejante variación sólo puede deberse a una abrupta salida de un sistema de tipo de cambio fijo. Durante la década del noventa, el tipo de cambio real multilateral respondió principalmente a las variaciones de los precios domés- ticos y extranjeros y permaneció en niveles bajos y poco competitivos sin grandes oscilaciones. En los siguientes capítulos, volveremos a examinar estas oscilaciones, para ver a qué se debieron y descubrir cómo afectaron al déficit comercial y a la actividad económica. Al analizar comparativamente ambos gráficos, considerar que tienen diferentes escalas en el eje de abcisas 540 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri 18.2 La apertura de los mercados financieros La apertura de los mercados financieros permite a los inversores financieros mantener tanto activos nacionales como extranjeros, diversificar su cartera, especular sobre las variaciones de los tipos de interés extranjeros frente a los nacionales, sobre las variaciones de los tipos de cambio, etcétera. ¡Y vaya si diversifican y especulan! Dado que la compraventa de activos extranjeros implica la compraventa de monedas extranjeras –llamadas a veces divisas–, el volumen de transacciones realizadas en los mercados de divisas nos da una idea de la importancia de las transacciones financieras internacio- nales. Por ejemplo, en 2001, el volumen mundial diario registrado de transac- ciones de divisas fue de 2,6 billones de dólares, de los cuales el 90% –alrede- dor de 2,4 billones– fue en dólares. Para hacerse una idea de la magnitud de estas cifras, obsérvese que en 2001 la suma de las exportaciones y las importaciones de Estados Unidos fue en total de 2,5 billones al año, es decir, de 7.000 millones al día. Supongamos que las únicas transacciones de dólares que se efectuaron en los mercados de divisas fueron las realizadas, en uno de los lados, por exportadores estadounidenses que vendieron las divisas que obtuvieron por la venta de sus productos, y en el otro, por importadores estadounidenses que compraron las divisas que necesi- taban para adquirir bienes extranjeros. En ese caso, el volumen de transaccio- nes de dólares habría sido de 7.000 millones diarios, es decir, alrededor del 0,3% del volumen diario total real de transacciones (2,4 billones de dólares) realizadas en los mercados de divisas en las que intervienen dólares. Este cál- culo indica que la mayoría de las transacciones no están relacionadas con el comercio, sino con la compraventa de activos financieros. Por otra parte, el volumen de transacciones realizadas en los mercados de divisas no sólo es elevado, sino que también está aumentando rápidamente. Por ejemplo, el vo- lumen de transacciones de divisas que se realizan en Nueva York es actualmen- te alrededor de 25 veces mayor que en 1980. Una vez más, esta actividad se debe principalmente al aumento que han experimentado las transacciones fi- nancieras en los últimos quince años, más que a un incremento del comercio. Por lo que se refiere al país en su conjunto, la apertura de los mercados financieros tiene otra importante implicación. Permite al país incurrir en supe- rávit comerciales y déficit comerciales. Recuérdese que un país que incurre en un déficit comercial está comprando más al resto del mundo de lo que está vendiéndole. Para pagar la diferencia entre lo que compra y lo que vende, debe pedir préstamos al resto del mundo. Pide préstamos haciendo que a los inversores financieros extranjeros les resulte atractivo aumentar sus tenencias de activos nacionales, es decir, concederle préstamos. Comencemos examinando más detenidamente la relación entre los flujos comerciales y los movimientos financieros. Cuando terminemos, examinare- mos los determinantes de estos movimientos financieros. 2001 es el último año del que existen datos.Volumen diario de transac- ciones de divisas con dólares en un lado de la transacción: 2,4 billones de dólares. Volumen diario de comercio de Estados Unidos con el resto del mundo: 7.000 millones de dólares (0,3% del volumen de transacciones de divisas). 541Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros La balanza de pagos Las transacciones de un país con el resto del mundo, incluidos tanto los flujos comerciales como los movimientos financieros, se resumen por medio de una serie de cuentas llamada balanza de pagos. La Tabla 18.3 (a) presenta la balan- za de pagos de Estados Unidos correspondiente a 2007, mientras que la Tabla 18.4 (b) presenta la balanza de pagos de la Argentina para el periodo 1992- 2007. Se componen de dos partes separadas por una línea. Las transacciones se denominan transacciones por encima de la línea o transacciones por deba- jo de la línea. Tabla 18.3 (a) La balanza de pagos de Estados Unidos, 2007 (en miles de millones de dólares estadounidenses) Cuenta corriente Exportaciones 1.646 Importaciones 2.346 Balanza comercial (déficit = −) (1) −700 Renta de inversiones recibida 818 Renta de inversiones pagada 736 Renta neta de inversiones (2) 82 Transferencias netas recibidas (3) −113 Balanza por cuenta corriente (déficit = −) (1) + (2) + (3) −731 Cuenta de capital Aumento de las tenencias extranjeras de activos estadouniden- ses (4) 2.060 Aumento de las tenencias estadounidenses de activos extranje- ros (5) 1.288 Balanza por cuenta de capital (déficit = −) (4) − (5) 772 Discrepancia estadís- tica −41 Fuente: Survey of Current Business, agosto de 2008. 542 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Tabla 18.3 (b) La balanza de pagos de la Argentina, 1992-2007 (en millones de dólares) 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2.003 2.004 2.005 2.006 2.007 Cuenta corriente −5.558 −8.209 −10.981 −5.104 −6.755 −12.116 −14.465 −11.910 −8.955 −3.780 8.767 8.140 3.213 5.102 7.691 7.210 Mercancías −1.396 −2.364 −4.139 2.357 1.760 −2.123 −3.097 −795 2.452 7.385 17.178 16.805 13.265 13.087 13.872 13.340 Exportaciones fob 12.399 13.269 16.023 21.162 24.043 26.431 26.434 23.309 26.341 26.543 25.651 29.939 34.576 40.387 46.456 55.933 Importaciones fob 13.795 15.633 20.162 18.804 22.283 28.554 29.531 24.103 23.889 19.158 8.473 13.134 21.311 27.300 32.585 42.593 Servicios −2.557 −3.326 −3.779 −3.436 −3.547 −4.385 −4.444 −4.111 −4.284 −3.863 −1.460 -1.193 -1.331 -1.208 -798 -861 Exportaciones de servicios 2.984 3.071 3.364 3.826 4.405 4.599 4.854 4.719 4.936 4.627 3.495 4.500 5.288 6.438 7.751 9.904 Importaciones de servicios 5.542 6.396 7.143 7.262 7.952 8.984 9.298 8.830 9.219 8.490 4.956 5.693 6.619 7.646 8.549 10.765 Rentas −2.394 −3.072 −3.561 −4.622 −5.450 −6.123 −7.387 −7.457 −7.522 −7.727 −7.491 -7.975 -9.282 -7.304 -5.872 -5.602 Renta de la inversión −2.405 −3.083 −3.571 −4.635 −5.460 −6.119 −7.383 −7.468 −7.530 −7.731 −7.466 -7.950 -9.243 -7.253 -5.814 -5.528 Intereses −1.480 −1.581 −1.772 −2.541 −3.380 −4.199 −5.090 −5.852 −5.921 −7.473 −7.696 -7.317 -6.956 -3.358 -1.177 -665 Crédito 2.014 2.027 3.002 3.834 3.973 4.627 5.257 5.477 6.431 4.689 2.653 2.615 2.818 3.239 3.981 5.014 Débito 3.494 3.609 4.774 6.375 7.353 8.826 10.347 11.329 12.352 12.162 10.349 9.932 9.774 6.598 5.158 5.679 Utilidades y dividendos −924 −1.501 −1.799 −2.094 −2.080 −1.920 −2.293 −1.616 −1.609 −258 230 -633 -2.286 -3.895 -4.637 -4.863 Crédito 335 489 460 525 461 857 869 598 978 635 350 451 861 1.023 1.340 1.250 Débito 1.259 1.990 2.259 2.619 2.541 2.777 3.162 2.213 2.588 893 120 1.084 3.148 4.917 5.977 6.112 Otras rentas 11 11 11 12 10 −4 −5 11 8 4 −25 -26 -39 -51 -58 -74 Transferencias corrientes 789 552 497 597 482 515 464 453 399 424 540 504 561 527 489 332 Cuenta capital y financiera 9.169 14.196 13.781 7.701 12.249 17.709 18.354 13.772 8.732 −5.442 −11.404 -3.203 1.518 3.412 -5.564 5.627 Cuenta capital 16 16 18 14 51 66 73 149 106 157 406 39 196 89 97 112 Activos no financieros no producidos 16 16 18 14 51 66 73 149 106 157 406 39 196 89 97 112 Cuenta financiera 9.153 14.180 13.764 7.687 12.198 17.643 18.281 13.623 8.626 −5.598 −11.810 -3.243 1.322 3.324 -5.661 5.515 Sector bancario 1.305 −1.695 1.999 4.692 −197 −909 3.505 1.330 67 11.588 −2.573 -3.001 -3.097 -4.356 -10.521 1.468 BCRA 288 −3.064 444 1.922 1.003 −586 −512 −1.033 762 10.743 −1.808 -868 -1.990 -2.922 -10.400 1.394 Otras entidades financieras 1.017 1.369 1.555 2.770 −1.200 −323 4.017 2.363 −695 845 −765 -2.133 -1.107 -1.434 -121 74 Sector público no financiero 796 7.014 3.994 5.855 9.024 8.163 9.361 10.886 8.253 −3.388 3.618 4.641 4.918 3.368 3.132 2.491 543Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Gobierno nacional 1.352 6.376 4.367 6.325 8.755 6.806 9.525 10.108 7.409 −2.926 3.683 4.739 5.043 3.341 2.956 2.245 Gobiernos locales 43 879 190 394 733 1.733 149 1.364 1.276 −59 237 167 191 285 505 466 Empresas y otros −599 −241 −563 −864 −464 −376 −313 −586 −433 −404 −302 -265 -317 -259 -329 -221 Sector privado no financiero 7.053 8.861 7.771 −2.860 3.371 10.389 5.414 1.407 305 −13.798 −12.856 -4.882 -499 4.311 1.728 1.556 Errores y omisiones netos −337 −1.737 −2.118 −2.699 −1.611 −2.321 −451 −662 −216 −2.861 −1.878 -1.356 589 343 1.403 261 Variación de reservas internacionales 3.274 4.250 682 −102 3.882 3.273 3.438 1.201 −439 −12.083 −4.516 3.581 5.319 8.857 3.530 13.098 Reservas internacio- nales del BCRA 3.105 4.480 561 −69 3.782 3.062 3.442 1.093 −424 −12.005 −4.437 3.643 5.527 8.431 3.960 14.139 Ajuste por tipo de pase −169 230 −121 33 −100 −211 4 −108 15 79 79 62 208 -426 430 1.041 Fuente: Estimaciones trimestrales del balance de pagos y activos y pasivos externos, 2007, Dirección Nacional de Cuentas Internacionales, Indec, Ministerio de Economía. La cuenta corriente Las transacciones por encima de la línea registran los pagos efectuados a y por el resto del mundo. Se denominan transacciones por cuenta corriente. Precisamen- te la cuenta corriente refleja todas las transacciones en bienes, servicios, rentas y transferencias corrientes, que tienen lugar entre residentes y no residentes. En ambas tablas, las primeras líneas indican las exportaciones y las impor- taciones de bienes y servicios de cada país. Las exportaciones generan pagos del resto del mundo y las importaciones generan pagos al resto del mundo.3 En 2007, si bien Estados Unidos alcanzó un superávit de 119.000 millones de dólares en la cuenta servicios, dado que las importaciones de bienes fueron superiores a las exportaciones en una cuantía aun mucho mayor (819.000 millones), se produjo un déficit comercial de 700.000 millones de dólares, cifra que representa un 5,1% del PIB. Las exportaciones y las importaciones no son las únicas fuentes de pagos a y del resto del mundo. Los residentes estadounidenses reciben renta pro- cedente de inversiones por sus tenencias de activos extranjeros y los resi- dentes extranjeros reciben renta procedente de inversiones por sus tenen- cias de activos estadounidenses (por ejemplo, utilidades, intereses, alquileres y dividendos). Aquí se restan los intereses de la deuda externa, pero los préstamos que los origina se anotan en la cuenta financiera. En 2007, la renta procedente de inversiones del resto del mundo fue de 818.000 millones de dólares y la renta procedente de inversiones pagada a los extranjeros fue de 736.000 millones, por lo que el saldo neto de la balanza fue de 82.000 millones. Por último, los países conceden y reciben ayuda exterior; su valor neto se registra como transferencias netas recibidas. En este rubro se contabilizan las transacciones que se realizan sin contrapartida de ningún tipo. Son pagos y cobros sin contraprestación, por ejemplo, el monto que giran men- 3 Los bienes, si bien constituyen la partida de cuenta corriente de mayor relevancia y/o magnitud para casi todos los países, con el pasode los años vienen lentamente cediendo terreno frente al rubro servicios, el cual abarca la mayoría de los servicios prestados por residentes a no residentes y viceversa, como por ejemplo los pagos por transportes, viajes, seguros y regalías. 544 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri sualmente a su país de origen los inmigrantes a sus familiares. En 2007, estos pagos ascendieron a −113.000 millones de dólares. Esta cantidad negativa refleja el hecho de que en 2007 Estados Unidos fue (y lo ha sido tradicionalmente) un donante neto de ayuda exterior. La suma de todos los pagos a y del resto del mundo se llama balanza por cuenta corriente. Si los pagos netos del resto del mundo son positivos, el país tiene un superávit por cuenta corriente; si son negativos, tiene un déficit por cuenta corriente. Sumando todos los pagos a y del resto del mundo, en 2007 los pagos netos de Estados Unidos al resto del mundo fueron iguales a −US$ 819 + US$ 119 + US$ 82 − US$ 113 = -US$ 731.000 millones. En otras palabras, en 2007 Estados Unidos incurrió en un déficit por cuenta corriente de 731.000 millones de dólares, lo que representa alrededor de un 5,3% de su PIB. La cuenta de capital El hecho de que Estados Unidos tuviera un déficit por cuenta corriente de 731.000 millones de dólares en 2007 implica que este país tuvo que pedir prestados 731.000 millones de dólares al resto del mundo o, en otras palabras, que las tenencias extranjeras netas de activos estadounidenses tuvieron que aumentar en 731.000 millones. Las cifras por debajo de la línea describen cómo se consiguió este resultado. Las transacciones situadas por debajo de la línea se denominan transacciones por cuenta de capital y financiera. Aquí se registra el intercambio de activos, tanto físicos como financieros, a través de las fronteras (es decir, entre residentes y no residentes). Por ejemplo, cuando una empresa nacional instala una fábrica en el exterior (inversión directa), cuando un residente compra bonos o acciones extranjeras (inversión de carte- ra) o cuando un organismo internacional otorga un préstamo. Por lo tanto, el saldo de la cuenta capital y financiera es un reflejo del saldo de la cuenta corriente. Si la cuenta corriente arroja un déficit, como re- sultado habrá un superávit en la cuenta capital y financiera: se pide prestado al resto del mundo. Si el saldo de la cuenta corriente es positivo, la cuenta capital y financiera es deficitaria: se presta al resto del mundo. El aumento de las tenencias extranjeras de activos estadounidenses fue de 2.060.000 millones de dólares. Pero también se registró un aumento de las tenencias estadounidenses de activos extranjeros de 1.288.000 millones, por lo que el aumento neto del endeudamiento exterior de Estados Unidos (el au- mento de las tenencias extranjeras de activos estadounidenses, menos el au- mento de las tenencias estadounidenses de activos extranjeros), que también se denomina flujos netos de capital hacia Estados Unidos, fue igual a US$ 2.060 − US$ 88 = US$ 772.000 millones. Los flujos netos positivos de capital tam- bién se llaman superávit por cuenta de capital; los flujos netos negativos de capital se llaman déficit por cuenta de capital. En otras palabras, en 2007, Estados Unidos tuvo un superávit por cuenta de capital de 772.000 millones de dólares. Por lo tanto, el resultado de la cuenta capital y financiera refleja cómo evoluciona la situación deudora (o acreedora del país), lo que implica pagos o cobros de divisas en el futuro. Cuando se vea un signo positivo como saldo de cualquier partida de estas cuentas, se habrá incrementado la posición deudora del país (porque ingresan divisas, por ejemplo, por préstamos). ¿No deberían ser los flujos netos de capital (o, lo que es lo mismo, el su- perávit por cuenta capital) iguales al déficit por cuenta corriente? Conceptual- mente, la respuesta es sí, pero en la práctica no. ¿Puede tener un país un défi- cit comercial sin ningún défi- cit por cuenta corriente? ¿Y un déficit por cuenta corriente sin ningún déficit comercial? Las respuestas a ambas pre- guntas son afirmativas. Un país que tiene un déficit por cuenta corriente debe financiarlo por medio de movimientos de capitales netos positivos. En otras pala- bras, debe tener un superávit por cuenta corriente. 545Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros Las cifras correspondientes a las transacciones por cuenta corriente y por cuenta capital y financiera se calculan utilizando fuentes distintas; aunque deberían dar las mismas respuestas, normalmente no ocurre así. En 2007, la diferencia entre las dos, la discrepancia estadística (también denominada cuenta errores y omisiones), fue de 41.000 mil millones de dólares en Estados Unidos, lo que representa alrededor de un 6% de la balanza por cuenta co- rriente. Eso no es más que un recordatorio de que, incluso en países ricos como Estados Unidos, los datos económicos distan de ser perfectos (este pro- blema de medición se manifiesta también de otra forma: la suma de los déficit por cuenta corriente de todos los países del mundo debería ser igual a cero; el déficit de un país debería reflejarse en forma de superávit en los demás consi- derados en su conjunto; sin embargo, no es así en los datos. Si sumamos los déficit por cuenta corriente publicados de todos los países del mundo, ¡parece que el mundo está incurriendo en un gran déficit por cuenta corriente! Algunos economistas dicen en broma que la explicación es el comercio no registrado con los marcianos; casi todos los demás creen que es un error de medición. Una vez examinada la cuenta corriente, podemos volver a una cuestión que no estudiamos en el Capítulo 2: la diferencia entre el PIB, que es el indi- cador de la producción que hemos utilizado hasta ahora, y el PNB, que es otro indicador de la producción agregada. La analizaremos en este capítulo, en el recuadro titulado «El PIB frente al PNB: el ejemplo de Kuwait». La elección entre los activos nacionales y los extranjeros La apertura de los mercados financieros implica que los inversores financieros se enfrentan a una nueva decisión financiera: tener activos nacionales o extranjeros. Tal vez parezca que tenemos que examinar realmente, al menos, dos nue- vas decisiones: la decisión de tener dinero nacional o dinero extranjero y la decisión de tener activos rentables nacionales o activos rentables extranjeros. Pero recuérdese por qué tenemos dinero: para realizar transacciones. Para una persona que viva en Estados Unidos y que, por lo tanto, realice todas o casi todas sus transacciones en dólares, apenas tiene sentido tener divisas. Las di- visas no pueden utilizarse para realizar transacciones en Estados Unidos, y si el objetivo es tener activos extranjeros, las divisas son claramente menos de- seables que los bonos extranjeros, que rinden intereses. Por lo tanto, la única decisión que tenemos que estudiar es la elección entre los activos nacionales que rinden intereses y los activos extranjeros que rinden intereses. Supongamos de momento que son bonos nacionales y extranjeros a un año. Consideremos, por ejemplo, la elección entre los bonos estadounidenses a un año y los bonos británicos a un año desde el punto de vista de un inversor estadounidense. Supongamos que decidimos tener bonos estadounidenses. Sea it el tipo de interés nominal de Estados Unidos a un año. En ese caso, como muestra la Figura 18.7, por cada dólar que invirtamos en bonos es- Dos matizaciones: Los extranjeros que reali-• zan actividades ilegales suelen tener dólares por- que estos pueden cam- biarse fácilmente y no dejan huella. En las épocas en que la • inflación es muy alta, el público utiliza a veces una moneda extranjera, que suele ser el dólar, incluso para realizar algunas tran- sacciones interiores. 546 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • DanielPérez Enrri TEMA CONCRETOTEMA CONCRETO El PIB frente al PNB: el ejemplo de Kuwait ¿Cómo debería definirse el valor añadido de una eco- nomía abierta? ¿El valor añadido interiormente? (es decir, dentro del • país). ¿El valor añadido por los factores de producción de • propiedad nacional? Las dos definiciones no son iguales. Parte de la pro- ducción interior se produce con capital propiedad de extranjeros y parte de la producción extranjera se produ- ce con capital propiedad de ciudadanos nacionales. La respuesta es que ninguna de las dos definiciones es buena, por lo que los economistas utilizan las dos. El producto interior bruto (PIB), que es el indicador que hemos utilizado hasta ahora, corresponde al valor añadido interiormente. El producto nacional bruto (PNB) corresponde al valor añadido por factores de producción de propiedad nacional. Para pasar del PIB al PNB, debemos partir del PIB, añadir los pagos a los factores efectuados por el resto del mundo y restar los pagos a los factores efectuados al resto del mundo. En otras palabras, el PNB es igual al PIB más los pagos netos a los factores efectuados por el resto del mundo. Aunque actualmente el indicador más mencionado es el PIB, el PNB se utilizaba frecuentemente hasta principios de los años noventa, y el lector aún lo encontrará a me- nudo en la prensa y las revistas científicas. En la mayoría de los países, la diferencia entre el PNB y el PIB normalmente es pequeña, ya que los pagos que reciben los factores nacionales del resto del mundo son aproximadamente iguales a los que se realizan a los factores extranjeros. Por ejemplo, en Estados Unidos, la diferencia entre el PIB y el PNB fue de 43.000 millones de dólares en 2003, lo que representa alrededor de un 0,4% del PIB (esta es una cifra excepcionalmente baja para los patrones históricos, pero en Estados Unidos nun- ca ha superado el 1% del PIB). Existen algunas excepciones. Entre ellas se encuen- tra Kuwait. Cuando se descubrió petróleo en Kuwait, su gobierno decidió que una parte de los ingresos deriva- dos del petróleo se ahorraría y se invertiría en el extran- jero en lugar de gastarla, con el fin de proporcionar a las futuras generaciones kuwaitíes renta derivada de in- versiones cuando se acabaran los ingresos generados por el petróleo. Kuwait tuvo grandes superávit por cuenta corriente, acumulando grandes cantidades de activos extranjeros. Como consecuencia, actualmente posee grandes tenencias de activos exteriores y recibe del resto del mundo un gran volumen de renta procedente de in- versiones. La Tabla 1 indica el PIB, el PNB y los pagos netos a los factores de Kuwait correspondientes al perio- do 1989-1994. Obsérvese que el PNB es mucho mayor que el PIB durante todo el periodo. Obsérvese también que los pagos netos a los factores disminuyeron después de 1989, debido a que Kuwait tuvo que pagar a sus alia- dos una parte del coste de la Guerra del Golfo de 1990- 1991 y la reconstrucción llevada a cabo después de la guerra. Lo pagó incurriendo en un déficit por cuenta co- rriente, es decir, reduciendo sus tenencias netas de acti- vos exteriores, lo cual provocó, a su vez, una disminu- ción de la renta procedente de los activos exteriores y, por implicación, de los pagos netos recibidos del extran- jero por los factores. Tabla 1 El PIB, el PNB y los pagos netos a los factores en Kuwait, 1989-1994 Año PIB PIB Pagos netos a los factores 1989 7,143 9,616 2,473 1990 5,328 7,560 2,232 1991 3,131 4,669 1,538 1992 5,826 7,364 1,538 1993 7,231 8,386 1,151 1994 7,380 8,321 941 Fuente: FMI, International Financial Statistics. Todas las cifras se han expresado en millones de dinares kuwaitíes; 1 dinar = 3,3 dólares (2003). 546 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri 547Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros TEMA CONCRETO La balanza de pagos de la Argentina entre 1992 y 2007: la presentación resultado La variación de las reservas internacionales de los ban- cos centrales se registra lógicamente en la cuenta finan- ciera, ya que implican una variación en las tenencias de un país de activos extranjeros. Esta metodología de cons- trucción del balance de pagos, que incluye la variación de reservas internacionales del banco central en la cuen- ta capital y financiera, se denomina presentación balan- ce y sigue el sistema de la partida doble: el saldo debe ser siempre igual a cero. Otra forma de presentar el balance de pagos es considerándolo como una balan- za: el saldo es igual a la variación de reservas. Esta metodología, que deja afuera de la cuenta capital y fi- nanciera a la variación de reservas, que actúa como una variable de ajuste entre las dos cuentas, se conoce como presentación resultado. Probablemente resulte más intuiti- va su comprensión, ya que, al excluir la variación de reservas, se puede hablar de una balanza de pagos deficitaria o superavitaria después de los movimientos de la cuenta corriente y de la cuenta capital y financiera. En esta presentación, tal vez se revelen más claras expresio- nes como crisis de balanza de pagos o fuga de capita- les. La balanza de pagos de la Argentina para el perio- do 1992-2007 que se muestra en la Tabla 18.3 (b) está construida según la presentación resultado. El análisis de las transacciones de los últimos quince años entre la Argentina y el resto del mundo puede servir a una mejor comprensión de la evolución económica del país durante el periodo, así como también de la de otros países de América Latina, ya que varios de los rasgos que caracterizan a la economía argentina aparecen asi- mismo presentes en otros países de la región con mayor o menor intensidad. Mencionamos brevemente algunos de ellos: Si bien la Argentina, como consecuencia de restric-• ciones naturales derivadas, en primer lugar, de los grandes shocks de escala mundial de la primera mitad del siglo XX y, más tarde, debido a políticas de estado proindustriales, logró desarrollar una in- dustria sustitutiva de importaciones, al no estar esta totalmente integrada, debe conseguir buena parte de sus insumos de otros países, por lo que la evolu- ción de las importaciones muestra una elevada pro- ciclicidad, esto es, que son muy sensibles al nivel de actividad interna (cuando la economía entra en una fase expansiva, las importaciones suben rápidamen- te, generando presiones sobre la balanza de pagos y el mercado de divisas). Debido a que es un deudor neto respecto del mun-• do, durante todos los periodos, la cuenta intereses es sistemáticamente deficitaria, generando una sali- da permanente de divisas. Como se puede apre- ciar, en algunos años, el giro neto de intereses se acerca al 30% del monto por exportaciones de bie- nes. Como consecuencia de un elevado grado de extran-• jerización de la economía, el giro de utilidades y dividendos es también un rubro estructuralmente de- ficitario. De lo anterior se desprende que las entradas de di- visas del presente por la cuenta capital y financiera, ya sea por endeudamiento o por inversión extranjera direc- ta, implican déficit por cuenta corriente en el futuro, por lo que, si dicho endeudamiento e inversiones con el co- rrer de los años no se traducen en aumentos de la capa- cidad exportable del país, pueden generar situaciones de crisis sobre la balanza de pagos. Sobre todo, si se tiene en cuenta que las entradas de capitales dependen en buena medida de variables exógenas (como la liqui- dez internacional, por ejemplo), al igual que el desem- peño de las exportaciones de mercancías (que en países en vías de desarrollo dependen, en buena medida, de precios internacionales que le vienen dados, como es el caso de los commodities). 547Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros 548 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri tadounidenses, obtendremos (1 + it) dólares el año que viene(flecha que apunta hacia la derecha en la parte superior de la figura). Figura 18.7 � Rendimientos esperados de la tenencia de bonos estadounidenses o británicos a un año Año t US$1 US$1 Bonos EE.UU. Bonos británicos Año t 1 US$ (1 it) US$ 1/Et(1 + it*) 1/Eet+1) 1/ Et 1/Et(1 + i*) $ 1/Et(1 + i*) Et+1 rendimiento de un dólar colocado en bonos británicos a un año 1/Et(1 + i*) rendimiento de una libra colocada en bonos EE.UU. a un año, expresado en US$ Supongamos que decidimos, por el contrario, tener bonos británicos. Para comprarlos, debemos comprar primero libras. Sea Et el tipo de cambio nominal entre el dólar y la libra. Por cada dólar recibiremos 1/E libras (fle- cha que apunta hacia abajo en la figura). Sea i*t el tipo de interés nominal a un año de los bonos británicos (en li- bras). El año que viene, tendremos 1/Et(1 + i*t) libras (flecha que apunta hacia la derecha en la figura). Entonces tendremos que convertir las libras en dólares. Si esperamos que el tipo de cambio nominal sea Eet + 1 el año que viene, cada libra valdrá 1/ Eet + 1 dólares. Por lo tanto, cabe esperar que, por cada dólar que invirtamos hoy, tengamos 1/Et(1 + i*) x E e t + 1 dólares el próximo año (flecha que apun- ta hacia arriba en la figura). Enseguida analizaremos más detalladamente la expresión que acabamos de obtener. Pero obsérvese ya su implicación básica. Cuando valoramos el atractivo de los bonos británicos en relación con los estadounidenses, no podemos observar simplemente los tipos de interés del Reino Unido y de Estados Unidos; también debemos valorar lo que creemos que ocurrirá con el tipo de cambio entre el dólar y la libra entre este año y el que viene. Partamos ahora del mismo supuesto que postulamos en el Capítulo 14 cuando analizamos la elección entre los bonos a corto y largo plazo o entre los bonos y las acciones. Supongamos que a nosotros y a otros inversores fi- nancieros sólo nos interesa la tasa esperada de rendimiento y, por lo tanto, sólo queremos tener el activo que tiene la tasa de rendimiento más alta esperada. En ese caso, para tener tanto bonos británicos como estadounidenses, estos deben tener la misma tasa esperada de rendimiento. En otras palabras, debe cumplirse la siguiente relación debido al arbitraje: (1 + i ) = 1/Et (1+ i*) Et+1 Reorganizándola, (1 + i ) = (1+ i*) (Et+1/Et) (18.2) La decisión de invertir en el extranjero o en nuestro país depende de algo más que los tipos de interés. También depende de las variaciones que se espera que experimente el tipo de cambio en el futuro. La palabra descubierta se uti- liza para distinguir esta rela- ción de otra llamada condi- ción de la paridad cubierta de los tipos de interés. Esa condi- ción se obtiene examinando la siguiente decisión: comprar y tener bonos estadounidenses a un año o comprar libras hoy, comprar bonos británicos a un año con los ingresos obteni- dos y acordar vender las libras por dólares dentro de un año a un precio predeterminado, llamado tipo de cambio a plazo. La tasa de rendimiento de estas dos opciones, que puede obtenerse sin riesgo alguno hoy, debe ser la misma. La condición de la paridad cubierta de los tipos de interés es una condición de arbitraje sin riesgo. 549Capítulo 18 • La apertura de los mercados de bienes y financieros La Ecuación (18.2) se denomina relación de paridad descubierta de los ti- pos de interés o simplemente condición de la paridad de los tipos de interés. El supuesto de que los inversores financieros sólo tendrán los bonos cuya tasa esperada de rendimiento sea más alta es claramente demasiado restrictivo por dos razones: No tiene en cuenta los costes de transacción. La compraventa de bonos britá- nicos exige tres transacciones distintas, cada una de las cuales tiene un coste. No tiene en cuenta el riesgo. El tipo de cambio de un año a otro es incierto; eso significa que tener bonos británicos es más arriesgado en dólares que tener bonos estadounidenses. Pero no es muy disparatado como caracterización de los movimientos de capitales entre los grandes mercados financieros del mundo (Nueva York, Fran- cfort, Londres y Tokio). Las pequeñas variaciones de los tipos de interés y los rumores de apreciación o depreciación inminente pueden provocar movimien- tos de miles de millones de dólares en unos minutos. En el caso de los países ricos, el supuesto del arbitraje de la Ecuación (18.2) recoge la realidad de una manera bastante aproximada. Otros países, cuyos mercados de capitales son más pequeños y están menos desarrollados o tienen distintos tipos de controles de capitales, tienen más margen para elegir su tipo de interés de lo que implica la Ecuación (18.2). Al final del Capítulo 20, volveremos a esta cuestión. Los tipos de interés y los tipos de cambio Para hacernos una idea mejor de lo que implica la condición de la paridad de los tipos de interés, formulemos la ecuación Eet + 1/E de la manera siguiente: 1 + (E e t + 1 − Et)/Et. Introduciendo este resultado en la Ecuación (18.2), tenemos que (18.3) Esta ecuación indica la relación entre el tipo de interés nominal nacional, it, el tipo de interés nominal extranjero, i*t, y la tasa esperada de depreciación de la moneda nacional, (Eet + 1 − Et/Et). En la medida en que los tipos de interés o la tasa esperada de depreciación no sean demasiado altos –por ejemplo, inferiores al 20% al año–, la siguiente ecuación es una buena aproximación de la (18.3): (18.4) Esta es la forma de la condición de la paridad de los tipos de interés que debe recordar el lector. El arbitraje implica que el tipo de interés nacional debe ser igual al tipo de interés extranjero más la tasa esperada de depreciación de la moneda nacional. Obsérvese que la tasa esperada de depreciación de la moneda nacional también es la tasa esperada de apreciación de la moneda extranjera. Por lo tanto, la Ecuación (18.4) también puede expresarse de la siguiente manera: el tipo de interés nacional debe ser igual al tipo de interés extranjero más la tasa esperada de depreciación (apreciación) de la moneda nacional. Apliquemos esta ecuación a los bonos estadounidenses frente a los britá- nicos. Supongamos que el tipo de interés nominal a un año es del 2% en Esta- dos Unidos y del 5% en el Reino Unido. ¿Deberíamos tener bonos británicos o estadounidenses? Es más arriesgado tener bonos británicos que bonos estadounidenses o al revés, dependiendo de cuáles sean los inversores que estemos considerando. Tener bonos británicos es más arriesgado desde el punto de vista de los inversores estadounidenses. Tener bonos estadounidenses es más arriesgado desde el punto de vista de los inverso- res británicos (¿por qué?). Este resultado se deduce de la Proposición 3 del Apéndice 2. Si se espera que el dólar se aprecie un 3% frente a la libra, entonces se espera que la libra se deprecie un 3% frente al dólar. 550 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri Depende de que esperemos que la libra se aprecie frente al dólar el próximo año en una cuantía mayor o menor que la diferencia entre el tipo de interés estadounidense y el británico, o sea, un 3% en este caso (5% − 2%). Si esperamos que la libra se aprecie más del 3%, entonces, a pesar de que el tipo de interés es más alto en el Reino Unido que en Estados Unidos, invertir en bonos británicos es menos atractivo que invertir en bonos es- tadounidenses. Teniendo bonos británicos, obtendremos más intereses el año que viene, pero la libra valdrá más en dólares el próximo año, por lo que invertir en bonos británicos será menos atractivo que invertir en bo- nos estadounidenses. Si esperamos que la libra se aprecie menos del 3% o incluso que se de- precie, ocurre lo contrario y los bonos británicos son más atractivos que los estadounidenses. En otras palabras, si se cumple la condición de la paridad descubierta de los tipos de interés y si el tipo de interés a
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