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1 TEXTO DE "MEDICINA CARDIOVASCULAR DE PEQUEÑOS ANIMALES” DISPLASIA DE LA VÁLVULA TRICÚSPIDE La displasia de la válvula tricúspide (DVT) se define como una malformación congénita de las valvas de la válvula tricúspide, las cuerdas tendinosas y/o los músculos papilares. Es una enfermedad cardiaca congénita poco común, que se observa tanto en perros como en gatos. Patología La DVT no es una lesión única. Más bien, pueden ocurrir numerosas anomalías. Estas anomalías casi siempre dan como resultado regurgitación de la válvula tricúspide. Las lesiones descritas en humanos incluyen engrosamiento focal o difuso de las valvas de la válvula, subdesarrollo de las cuerdas tendinosas y músculos papilares, separación incompleta de los componentes de la válvula de la pared ventricular y agenesia focal del tejido valvular. En perros y gatos, las cuerdas tendinosas suelen estar ausentes o son muy cortas. En consecuencia, los músculos papilares a menudo se unen directamente a las valvas de la válvula. Las valvas a menudo están irregularmente engrosadas y pueden contener fenestraciones. Estas valvas, especialmente la valva del tabique o septal, pueden adherirse directamente a la pared ventricular. Otros defectos cardiacos congénitos pueden estar presentes. Estos pueden incluir displasia de la válvula mitral, defectos de los tabiques, estenosis subaórtica y estenosis pulmonar. Prevalencia La DVT ha sido reportada en numerosas razas de perros, incluyendo pastores ingleses viejos, grandes daneses, pastores alemanes y setters irlandeses. En nuestra clínica, hemos visto una preponderancia de perros labradores con esta malformación. Entre el 8/1/86 y el 8/1/96, se identificaron 62 perros con displasia de la válvula tricúspide. De estos, 16 (25,8%) fueron Labradores Retrievers. La mayoría de los perros con esta anomalía eran de raza pura. Sólo ocho perros mestizos fueron identificados. La gran mayoría de los perros de talla grande (>20 kg). En el mismo período diagnosticamos displasia de la válvula tricúspide en 23 gatos. La mayoría de estos gatos eran mestizos. Hallazgos clínicos La DVT en perros y gatos se puede detectar inicialmente porque se identifica un soplo cardiaco. El soplo cardiaco es sistólico y generalmente más fuerte en el vértice derecho del corazón. Sin embargo, en muchos casos, la primera pista de que el paciente tiene DVT es la presencia de ascitis. En el momento en que se descubre la ascitis, todos los perros y la mayoría de los gatos tienen un soplo cardiaco. No obstante, algunos gatos, aparentemente, tienen un orificio tricúspide tan grande que el flujo regurgitante es de tipo laminar y no existe soplo cardiaco. La mayoría de los perros y gatos son jóvenes (<2 años de edad) cuando llegan a la consulta. Sin embargo, hemos identificado DVT en gatos de 12 años y en perros de 5 años.
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