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Gude, Antonio - La guia del perfecto tramposo

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PERFECTO 
TRAMPOSO ... 
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· ANTONIO GUDE 
TUTOR 
Director Editorial: Miguel Saugar 
Coordinación Editorial: Isabel Merino 
Diseño de cubiertas: Artigenia 
No está permitida la reproducción total o parcial de este lib ro, ni su tratamiento informático, 
ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, 
por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito 
de los titulares el Copyright. 
© 1992 by Antonio Gude Fernández 
© 1992 Ilus.traciones by MATT 
© 1992 by EDICIONES TUTOR, S. A. Sebastián Elcano, 30 - 28012 MADRID 
ISBN: 84-7902-070-9 
Depósito Legal: M. 6.369/ 1992 
Impreso en Fernández Ciudad, S. L. Catalina Suárez, 19. MADRID 
Impreso en España - Printed in Spain 
A Ina. 
CONTENIDO 
CAPÍTULO PRIMERO 
UN POCO DE HISTORIA 11 
Sissa y el grano de trigo 
El Harshacharita 12 
11 
Chatrang, Shatranj 13 
Mansuba 15 
El Ajedrez en Europa 16 
Italia y Francia 18 
Morphy 19 
Steinitz 20 
CAPÍWLO SEGUNDO 
LA MAGIA DE LAS PIEZAS 22 
El humilde peón 22 
El peligroso caballo 25 
Sesgo alfil 29 
Torre certera 32 
La todopoderosa dama 34 
Matriarcado 38 
El Rey 40 
Problemas de fantasía 43 
CAPÍTULO TERCERO 
DE REGLAMENTOS, CELADAS Y CONSEJOS 48 
El Reglamento 48 
El antirreglamento o reglamento matizado 49 
La apertura imposible 53 
Gambitos 53 · 
Celadas 54 
Las tablas más atípicas de la historia 58 
El reloj, instrumento de medida 60 
Los sabios consejos de Lucena y Ruy López 64 
7 
CAPÍTULO CUARTO 
GALERÍA DE TRAMPOSOS 66 
Duz Jotimirsky 66 
Bemard de Bruycker 68 
Van Bardeleben 68 
Nirnzovich 70 
Reshevsky 7 3 
Mecking y Medina 73 
Najdorf 74 
Marcel Duchamp, Raymond Roussel 76 
CAPÍTULO QUINTO 
EL AJEDREZ QUE NUNCA EXISTIÓ 78 
Partidas apócrifas de Napoleón, Stalin y Einstein 78 
Napoleón contra Wellington 82 
Una partida que nunca se jugó 85 
¿Ajedrez en el Más Allá? 86 
Bronstein contra Bronstein, o los sueños sueños son 88 
La carta de Olga Capablanca 90 
Fersbery en acción 91 
¿Impostor o mago? 92 
CAPÍTULO SEXTO 
ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO 95 
En la Edad Media 95 
El truco del Turco 96 
Un neurótico 98 
La fina psicología de Reuben Fine 
El gesto de Carlos Torre 100 
Grob y los «basmaníacos» 101 
El cazador cazado 
99 
Situaciones en espiral 103 
CAPÍTULO SÉPTIMO 
EN EL RUEDO INTERNACIONAL 107 
La jugada secreta de Rubinstein 107 
A vueltas con el aplazamiento 110 
La catástrofe de Góteborg 112 
8 
La solución de Simagin 115 
Dos monstruos frente a frente 116 
Tahl. el hipnotizador 118 
Provocación en la cúspide 119 
Parafernalia química y alta tensión 120 
CAPÍTULO OCTAVO 
EL UBRO DE ORO DEL PERFECTO TRAMPOSO 125 
Anderssen. parada y fonda 126 
Un tramposo elegante 126 
Un tramposo de cine 128 
Con quién no debe jugar al ajedrez 129 
Cómo jugar al ajedrez con su vecino 130 
Cómo jugar al ajedrez con sus amigos 133 
Cómo jugar al ajedrez con su máquina 134 
Como comportarse en los torneos 136 
EPÍLOGO 141 
9 
UN POCO DE HISTORIA 
«El ajedrez es un lago en el que un 
mosquito puede nadar y un elefante 
ahogarse.» 
Proverbio hindú. 
SISSA Y EL GRANO DE TRIGO 
El ajedrez está manchado de impostura desde su propio na-
cimiento, o al menos eso se desprende de la leyenda. que 
atribuye a Síssa. hijo del astrónomo Daher, la invención del 
ajedrez. para distraer a un rey de sus ansías guerreras. Mara-
villado por el juego. quiso el rey recompensar a su ingenio-
so súbdito. dándole a elegir lo que quisiese. Sissa pidió un 
modesto grano de trigo por la primera casilla del tablero. dos 
por la segunda. cuatro por la tercera. etc. El rey se sorpren-
dió muclio por tan humilde petición, ordenando a sus sa-
bios que efectuasen el cálculo pertinente para satisfacer la de-
manda. Cuando conoció el resultado se quedó perplejo. pues 
la «sencilla» progresión geométrica arrojaba la fabulosa cifra 
de 18.446.744.073.709.551.615 granos. es decir, una cantidad 
de trigo que la tierra aún no había producido y que. tradu-
cida a dimensiones palpables. resultó ser. según la impresio-
nante descripción de uno de los sabios: 
«Soberano. a pesar de todo tu poderío y tu riqueza. no está en 
tu mano suministrar tal cantidad de trigo. pues ésta se sitúa más 
allá del conocimiento y del uso que tenemos de los números. 
Habrás de saber que incluso si vaciaras todos los graneros de 
tu reino. el resultado que podrías conseguir sería insignificante 
11 
en comparación con esta enorme cantidad. Por otra parte, ésta 
no se conseguiría ni siquiera reuniendo el contenido de todos 
los graneros de la tierra. Si te empeñaras en cumplir tu prome-
sa, tendrías que empezar por ordenar que se desec.asen ríos. la-
gos, mares y océanos; derretir luego las nieves y los hielos que 
recubren las montañas en dertas regiones del mundo, y por fin 
transformarlo todo en campos de trigo. Y después de haber 
sembrado setenta y tres veces seguidas el conjunto de esa su-
perfide es cuando podrías saldar tu inmensa deuda. Pero para 
tal cantidad tendrías que almacenar el trigo en un volumen de 
cerca de doce billones tres mil millones de metros cúbicos y 
construir para ello un granero de cinco metros de ancho. diez 
metros de alto y 300.000 kilómetros dé fondo, es decir, una dis-
tancia igual a dos veces la de la Tierra al Sol.» 
La sutil burla de Síssa estuvo. por tanto, a la altura de su 
invención. La trampa era insoluble, pero el rey, que no se re-
signaba aperder esta otra partida. urgió a sus sabios para 
que le hallasen una salida aígna, y he aquí la recomenda-
ción del cónclave: 
«Haz que ese astuto brahmán caiga en su propia trampa. Di 
que cumplirás su petición, pero propónle que venga él mismo 
a contar. grano por grano. toda la cantidad de trigo que ha te-
nido la osadía de pedirte. Aunque trabajara sin parar. día y no-
che, a razón de un grano por segundo. sólo recogería un metro 
cúbico a los seis meses, unos veinte metros cúbicos a los diez 
años y... ¡una parte insignificante del total durante el resto de 
su vida!» 
EL HARSHACHARIT A 
Este libro. atribuído a Bana. recoge la historia de los reyes 
en el área meridional de la India. Se supone q_ue está escrito 
en el siglo VII y contiene seguramente las referencias escri-
tas más antiguas al ajedrez. En el reinado de Sriharsha. en 
época de paz, el autor escribe: 
12 
«Bajo este monarca las abejas sólo luchan por absorber el ro-
cío; sólo se cortan los píes del metro poético: sólo las ashtapa-
das muestran las posiciones del chaturanga.» 
Los ashtapadas eran los tableros en los que se desarrolla-
ba el juego y la palabra chaturanga (que significa cuatro cuer-
pos de ejército) hace una referencia directa al ajedrez. 
A finales del siglo VI el ajedrez se introdujo en Persia y lue-
go en el Imperio Bizantino. En Persia se le dio el nombre de 
Chatrang, y en Bizancio, el de Zatrikion. 
CHATRANG, SHATRANJ 
Hay dos referencias literarias en Persia acerca del ajedrez. En 
la J2rimera. el Karnamak. se habla de Ardashir, hijo de Papak. 
el fundador de la dinastía sasánida. En él se dice de Ardas-
hir que era «más hábil que otros en el juego de pelota. en 
equitación, en el chatrang. en la caza y en otras actividades». 
El Chatrang-namak se estima ahora que debió escribirse en 
el siglo VII, a finales del período sasánida. Se trata del único 
texto preislámico en el que se detallan los nombres de las 
piezas. así como la descripción de que el ajedrez se disputa-
ba entre dos jugadores. sobre un tablero de sesenta y cuatro 
casillas. Dos referencias literarias al ajedrez no parecen gran 
cosa. pero ha de tenerse en cuenta que sólo se han rescata-
do cinco obras persas seculares. 
Shatranjfue · el nombre que los árabes dieron al ajedrez. 
cuando lo conocieron por los persas. en el siglo VIL Las re-
glas coincidían con las actuales. a excepción de las posicio-
nes iniciales de rey y dama. que el jugador de mayor cate-
goría podía situar como desease. en las dos casillas centrales 
(o sea, dl yel en notación algebraica; 1 ~y 1 ~. en descrip-
tiva), que su oponente debía imitar. Las piezas coincidían con 
las del chatrang. con nombres J>rocedentes del persa: 
Shah = rey; firz = dama; fil = alfil; Jaras= caballo; baí-
dao= peón. 
13 
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MANSUBA 
El mansuba es una historia narrada de viva voz, de gran arrai-
go en la tradición verbal de los países árabes. en la que el 
protagonista se ve obligado a matar para no ser muerto. Algo 
así como una trama de serie negra con defensa propia. El 
mansuba pasó al ajedrez en los mansubat o colecciones de 
problemas en los que un bando amenazado de un mate en 
apariencia irremediable, debe y consigue ejecutar mate a ul-
tranza a su enemigo. 
En los dos diagramas siguientes tenemos sendos ejem-
plos de mansuba: 
1 
El diagrama 1 muestra una composición de As-Suli, que 
data del siglo IX. Las blancas juegan y dan mate en seis. Hay 
que tener presente que el alfil juega conforme a las normas 
de la época, es decir, de dos en dos casillas, aunque puede 
saltar por encima de otra pieza. Las negras amenazan mate 
con I;I a8 ó I;I a2, lo que obliga a las blancas a buscar un mate 
expeditivo: l. I;Ih8+! <tt>xh8, 2 . .if5+ I;Ih2, 3. I;I xh2+ \t>g8, 
4. I;Ih8+! \t>xh8, 5. g7+!, \t>g8, 6. lbh6++. 
Este problema ilustra la historia El Mate de Dílaram. en la 
gue un apostador impenitente juega a su favorita Dilaram. 
Esta. jugaaora más experta que su amante, le aconseja: «Sa-
15 
crifica las torres, ¡oh!, príncipe, y salva así a Dilaram; mueve 
tu alfil y tu peón y entonces alcanzarás el mate.» 
Si el alfil moviese de acuerdo a las normas actuales, se pro-
duciría un mate en cuatro jugadas: l. I!h8+! ~xh8, 2 . .tg2+ 
~g8. 3 . .td5+ ~g8, 4. I!h8++. 
2 
También en el diagrama 2 hay una posición que respon-
de al espíritu del mansuba y que se presta admirablemente 
para arropar una narración verbal. Por un lado, la inminente 
amenaza al rey blanco (mates en g7 o h8) confiere drama-
tismo a la situación y. por otro, la existencia de idéntico ma-
terial en cada bando aporta esteticismo al remate, por la efi-
ciencia requerida: l. ttJh5+! J::ixh5, 2. J::Ixg6+! ~xg6, 
3. I!e6++. 
La composición se atribuye a Abu'n-Na'am, también del si-
glo IX. 
EL AJEDREZ EN EUROPA 
Es generalmente aceptado que el ajedrez penetró en Europa 
a través de los árabes, que lo introdujeron en la península 
ibérica,_ y ya en el siglo XIII debía tener cierta popularidad, 
pues Alfonso X el Sabio, rey de Castilla entre 1251 y 1284, 
16 
ADUANA 
mandó compilar un libro titulado juegos de axedrez; dados 
y tablas (en la hoja de guarda, juegos diversos de axedrez, 
dados y tablas con sus explicationes, ordenados por manda-
do del rey don Alfonso el Sabio). En esta obra, en la que los 
compiladores nos muestran diversos oficios y religiones, 
pues judíos, árabes y cristianos están perfectamente repre-
sentados, el ajedrez aparece en su forma medieval, con algu-
nas variantes que ya bosquejan la forma moderna. 
En la crónica sobre los Reyes Católicos, escrita por Hernan-
do del Pulgar, se indica que el rey Fernando era un gran afi-
cionado al ajedrez. 
Luis de Lucena publica en Salamanca, en 1497. el libro Re-
petición de Amores e Arte de Axedres con CL juegos de Par-
tido. 
En 1561 Ruy López de Segura, un clérigo de Zafra, publica 
Libro de la Invención Liberal y Arte del juego del Axedrez. 
Ruy López. inventor de la apertura de su nombre (hoy lla-
mada Española), fue considerado el mejor jugador mundial 
de su tiempo, pero en 1575, en la corte de Felipe 11, fue de-
rrotado en un torneo en el que se enfrentó a los italianos 
Leonardo da Cutri y Paolo Boi. 
ITALIA Y FRANCIA 
Italia tomó el relevo de la península ibérica en la hegemo-
nía ajedrecística, con figuras como Ercole del Río y Ponziani. 
además de los ya mencionados Paolo Boí y Leonardo da 
Cutri. 
En el siglo XVIII Francia recogió el testigo en el liderazgo 
de ajedrez, siendo sus primeras figuras Kermur, seíior de Lé-
gal, cuyo pintoresco mate todavía hoy impresiona en las par-
tidas de café, aunque. naturalmente, se trate de una peque-
ña celada. Se produce así: l. e4 e5, 2. 4Jf3 d6, 3. i.c4 g6, 
4. 4Jc3 i.g4, 5. 4Jxe5! i_xdl, 6. i_xf7+ rJ;;e7, 7. 4Jd5++. 
18 
Véase la posición final en el diagrama 3. 
3 
Surge luego una gran figura, Jean-Fran~ois-Danican Philí-
dor { 1726-1795), compositor musical, aprendiz de filósofo y 
admirador de los enciclopedistas. Phílídor fue el primero que 
estableció premisas válidas para la estrategia. Se le atribuye 
un lema que todavía hoy condiciona el pensamiento de los 
grandes ajedrecistas: «Los peones son el alma del ajedrez.» 
MORPHY 
La supremacía francesa, con Philídor primero, y luego con 
Deschapelles, La Bourdonnais y Saint Amant es firme, con 
la única objeción del escocés McDonnell. 
Saint Amant es derrotado en 1843 por el inglés Howard 
Staunton en un famoso encuentro que se disputa en París y 
que marca la decadencia del ajedrez galo. 
Precisamente para enfrentarse a Staunton, viaja a Europa 
el norteamericano Paul Morphy, que había hecho su apari-
ción en escena como niño prodigio, al derrotar a Lowenthal 
¡a los doce años! En 1857 consigue el título oficioso de cam-
peón norteamericano, al imponerse en el primer congreso 
de su país, celebrado en Nueva York. En Europa vence en 
19 
rnatches sucesivos a Lówenthal. Owen. Harrwitz y Mongre-
dien. Se enfrenta a Anderssen. el autor de las dos partidas 
inmortales. al que también vence. por 7-2 y 2 tablas. Staun-
ton se excusa una y otra vez. con la impresión generalizada 
de que rehúye a Morphy. quien, desilusionado. regresa a 
América. donde le espera una nueva decepción. ahora sen-
timental. 
Se le incluye en un libro entre los diez hombres más cé-
lebres de Louisiana. corno el maestro de ajedrez más desta-
cado del mundo. lo que despierta su ira. Se apresura a acla-
rar que él no es un _profesional del ajedrez. ya que su padre 
le había dejado. al fallecer. la suma de 46.162.54 dólares. 
Se aparta del ajedrez. sufre obsesiones de todo tipo y em-
prende. por oscuras razones. pleitos contra su cuñado. En rea-
lidad. emprende pleitos contra sus propios fantasmas, que le 
sumen en delirios persecutorios. 
Morphy disputó un total de 407 partidas de competición 
(muchas de ellas con pieza de ventaja para sus contrincan-
tes). de las que ganó 295. entabló 43 y perdió 69. Pasa por 
ser el hombre que incubó los principios del rápido desarro-
llo y las deslumbrantes operaciones cornbinativas. pero aca-
so habría que remover en el profundo sur para descubrir al 
Morphy profundo. al estratega. 
STEINITZ 
Wilhelrn Steinitz (1836-1900) nació en Praga. de familia ju-
día. Estudió en Viena y representó a Austria en el torneo in-
ternacional de Londres. 1862. Años después se le considera-
ba ya uno de los mejores jugadores mundiales. por lo que 
se concertó un match con Anderssen. a quien derrotó por 
8-6. sin tablas. en 1866. Desde entonces. hasta 1894, conser-
vó el título de campeón del mundo, defendiéndolo con éxi-
to ante Zukertort y Chigorin en diversos rnatches. 
20 
Steinitz aportó al ajedrez una consistencia estratégica de la 
que carecía, pues en su época hacían furor los impulsivos (y 
a menudo catastróficos) ataques al rey. Steinitz enseñó que 
había que jugar con una actitud más profesional y científica, 
es decir, algo que se podría resumir. con cierta simpleza, 
como el saoer nadar y guardar la ropa. 
Tras su encuentro con el joven Lasker. con quien perdió 
de forma estrepitosa, tuvo que ser internado en un sanato-
rio psiquiátrico del que nunca saldría. Se pasó el resto de sus 
días cori un tablero en su mesita de noche y las piezas dis-
puestas en la posición iniciaL mascullando entre dientes: «A 
Dios puedo darle peón y salida de ventaja.» 
21 
LA MAGIA DE LAS PIEZAS 
Tenue rey. sesgo alfll. encarnizada 
Reina. torre directa y peón ladino 
Sobre lo negro y blanco del camino 
Buscan y libran su batalla armada. 
JORGE LUIS BORGES.Ajedrez. 
EL HUMILDE PEÓN 
Se atribuye a Napoleón la frase «todo soldado lleva en su mo-
chila el bastón de un mariscal». que ha debido servir de buen 
argumento para más de una arenga. pero cuya veracidad na-
die ha podido comprobar hasta la fecha. 
En ajedrez, sin embargo. el modesto peón sí está destina-
do a jugar un papel importante. pues de alcanzar la octava 
casilla de su columna puede transformarse en cualquiera de 
las piezas. con la única excepción del rey. En las posiciones 
que siguen veremos cómo el peón interpreta ese papel de-
cisivo para inclinar la balanza de la lucha. 
4 
Afirmar que uno de los bandos pueda ganar, en el diagra-
ma 4, parece desafiar todas las leyes de la lógica. habida cuen-
ta de la simetría existente. Pero así sucede si las negras jue-
gan, ganando con l. ... g3!, 2. hg3 (2. fg3 h3!) 2 .... f3!, 3. 
gf3 h3, y uno de los peones negros corona. El hecho de que 
la falange de peones negros haya superado la primera mi-
tad del tablero es motivo suficiente para la victoria. Aquí ha 
de verse, una vez más. el enorme dinamismo que el ajedrez 
contiene latente. 
5 
La posición del diagrama 5 corresponde a una partida de 
simultáneas del «Genio de Riga», Mijail Tahl (campeón del 
mundo en 1960), quien conduce blancas. Su contrario es 
mano y juega l. ... la x hl, encontrándose con la sorprenden-
te respuesta 2. gf6!! Siguió: 2 . ... Jaxdl+, 3. etJxdl!! 'fi'xd2, 
4. fg7! y las negras debieron abandonar, pues no puede evi-
6 
24 
tarse la promoción del peón blanco, que ha traspasado im-
punemente las líneas enemigas. 
El diagrama 6 refleja la sorprendente posición que se pro-
dujo en la partida entre Larsen y Spassky. en el match 
URSS/Resto ael mundo (Belgrado. 1970). correspondiéndole 
jugar a las negras. que impresionaron a propios y extraños 
con el espectacular movimiento l . ... l::thl!!, planteando un 
test a la seguridad del rey blanco. Ante la obligada respues-
ta 2. l::t x hl, el peón infiltrado de g3 alcanzó su máxima po-
tencia: 2 .... g2, 3. l::tfl (3. l::tgl ~h4+, 4. ~dl ~hl) 3 .... 
~h4+, 4. ~dl gfl=~+ y Larsen, el primer tablero de la se-
lección mundial. se rindió, sufriendo una espantosa derrota. 
pues si 5. i_xfl. 5 . ... .tx g4+, 6. ~el ~el+ y mate. 
EL PELIGROSO CABALLO 
El caballo es la única pieza del ajedrez actual que puede sal-
tar por encima de las otras, y su curioso movimiento, en for-
ma de L deformada. ocasiona no pocos quebraderos de ca-
beza a los debutantes. Sus peligrosos jaques dobles son el 
rompecabezas auténtico de quien se inicia en ajedrez. Los sa-
jones llaman a esta pieza knight(caballero) y aquí habría que 
pensar en la influencia del Rey Arturo y sus caballeros de la 
Tabla Redonda. Ciertamente es más lógica que nuestra de-
nominación, pues es difícil imaginar a un caballo que tome 
sus propias riendas. También los franceses. con su estricta ló-
gica cartesiana. se han sentido obligados a llamar a esta pie-
za cavalier. Cavalier (jinete) se desvía de chevalier (caballe-
ro). pero cavalier podría ser una forma arcaica de chevalier. 
En el libro de Lucena se incluye una posición que ha dado 
lugar a todos los temas combinativos relacionados con el 
mate ahogado (vulgarmente llamado «de la coz»). en el que 
el caballo fuerza el autobloqueo del rey enemigo. asestando 
un inapelable mate. Veamos: 
25 
7 
l. ~eó+ ~h8, 2. liJf7+ ~g8, 3. liJhó+ ~h8, 4. ~g8+! :8: x g8 
(autobloqueo o bloqueo táctico) 5. liJf7++. 
Esta figura se ha retomado en numerosas composiciones 
artísticas y combinaciones latentes del tablero magistral. 
En la Defensa Caro-Kann hay una celada que se produce 
en seis jugadas y en donde las blancas llegan al mate gra-
cias a un mate ahogado, por descuido de las negras. Des-
pués de l. e4 có, 2. d4 d5, 3. llJc3 de4, 4. liJxd4 liJd7, 
5. ~e2?! llJgfó??, 6. ct:Jdó++. 
8 
Naturalmente, las negras han jugado en forma descuida-
da al permitir este jaque, porque el peón «e» queda clavado 
por la dama blanca en su misma columna, pero este ejem-
plo sirve para ilustrar la fuerza del corcel ajearecístico ... 
27 
9 
En la posición que refleja el diagrama 9 podem9s obser-
var que el caballo negro ha cargado con toda la responsabi-
lidad de la defensa del punto f6. al que. de poder llegar su 
homónimo blanco. surgiría la tragedia. ¿Hay alguna posibili-
dad de eliminar el caballo negro? ¡Ciertamente. la hay! Así 
pues. l. ¡yx d7 y las negras deben abandonar, pues de cap-
turarse la dama, serían mate en una, con 2. tt:Jf6++. Se pro-
dujo en una partida entre Schale y un aficionado. en 1934. 
10 
El diagrama 10 muestra el momento crítico de la partida 
entre Igor Zaitsev y Skotorenko (URSS, 1970). Las blancas de-
ben ganar en cualquier caso. pero lo hacen aquí de la forma 
más elegante que imaginarse pueda: l. ¡ya4+ ti:Ja5, 2. 
¡yb5+!! ti:Jxb5, 3. ti:Jb4+ ~b6, 4. ti:Ja4++! La curiosa posición 
final produce una intensa sensación estética. con los cuatro 
caballos en un pañuelo. 
28 
SESGO ALFIL 
El alfil voz de origen árabe que significa lugarteniente o al-
férez. desempeña su función y no parece inadecuada. Los in-
gleses lo llaman bíshop (obispo). lo que significa que la je-
rarquía eclesiástica reclama un lugar de honor al lado de la 
pareja real. Los franceses lo llaman fou, cuya primera acep-
ción (loco) no es la adecuada. que en el contexto cortesano 
corresponde a bufón. una denominación injusta para una 
pieza cuya oblicuidad ha dado mucha belleza al rey de los 
juegos. 
11 
En el diagrama 11 tenemos la posición resultante de una 
partida del siglo pasado. cuyo desarrollo fue: l. d4 f5, 2 . .tg5 
h6, 3 . .th4 g5?, 4 . .tg3 f4 (las negras se han obcecado con 
12 
\. ( 
la ganancia de una pieza). 5. e3 h5, 6 . .td3 :t{hó?, pero aho-
ra el otro alfil adquiere un papel decisivo: 7. '1Wxh5+! :t{ xh5, 
8 . .igó++. 
El diagrama 12 refleja una posición que se produjo duran-
te una exhibición de simultáneas del gran Pillsbury, quien. 
correspondiéndole mover. jugó l. ... 'i'fl+, 2 . .igl '1!ff3+!!, 
3 . .txf3 J.xf3++ (1899). En este remate es visible 1a tremen-
da fuerza de alfil. en paradójica contraposición al alfil blanco 
que bloquea el posible escape de su rey. 
13 
También en el diagrama 13 podemos ver la fuerza de un 
alfil en determinadas posiciones: l. b4! 'i'd8, 2. '1!fxf6+!! 
~xfó (2 .... ~g8. 3 . .ib2) 3 . .ib2++ (Vanka/Scala, 1960). 
Finalmente, en esta composición de Troitzky (1896) podre-
mos ver la dominación que ejercen un rey y un alfil en una 
14 
posición en que la victoria casi parece cosa de magia: l. 
i.h6+ ~g8, 2. g7 (única, si queremos ganar ha de conser-
varse el peón) 2 .... ~f7, 3. g8=~+f! ~xg8, 4. ~e6! ~h8, 
5. ~f7 e6(e5), 6. i.g7++. 
TORRE CERTERA 
La torre, que en la antigüedad era un elefante, se llamó ladía 
(barca) en ruso, mientras que en el resto de los idiomas adop-
tó la denominación de torre. En castellano antiguo se llama-
ba roque. de donde procede la expresión enroque, enrocar. 
El antecedente se encuentra en Persia, donde se le llamaba 
rukh, y_ de ahí pasó al árabe. ruk. Es una pieza importante de 
la artillería ajearecística. que puede ejercer su efecto devas-
tador sobre filas o columnas. Precisamente su gran potencia 
de juego le permite ejecutar golpes de suma efectividad. 
15 
En el diagrama 15 jugó Alekhine l. ... :14 e8!, creando un 
colapso definitivo en la posición blanca. Siguió 2. ~dl, y 
después de 2 . ... ~xf3+! las blancas debieron abandonar. 
(Opocensky/ Alekhine, 1925.) 
La posición del diagrama 16 fue incluida en el libro del ju-
gador sirio Stamma (1734), catalogada con la etiqueta «blan-
32 
16 
cas juegan y ganan». lo que sucede así: l. ~g2+ ~f8, 2. 
ttJd7+!! ~ xd7, 3. ~e8+! ~xe8, 4. ~g8++. 
17 
En el diagrama 17 brilla con especial fulgor la capacidad 
de las torres. Se trata de una posición de la partida Alekhi-
ne/Reshevsky (Kemeri, 1937). El gran Alekhine jugó l. 
~xb8+!! ~xb8, 2. ~xe5+! y Reshevsky abandonó, pues si 
2 .... fe5, 3. ~ f8+ y mate. 
LA TODOPODEROSA DAMA 
Los países eslavosconservan un término de origen árabe, 
ferz, para denominar a la dama. Ferz significa consejero (¿vi-
34 
sir?) y en un momento dado adquirió el derecho a mover 
en todas las direcciones. en línea recta. · el número de casillas 
que desease. En otras épocas no fue así, ya que la dama sólo 
podía mover una casilla en cualquier dirección. El ajedrez al-
Tamma (con las nueve reglas) se transformó en castellano 
en axedrez-atama. conocido en los ambientes caballerescos 
como juego de dama. En Francia la pieza comenzó llamán-
dose Fers. más tarde Fiers y luego Vierge. 
En un libro de G. Lolli (1763) se incluye la siguiente posi-
ción, en la que las blancas ganan gracias a una maniobra tí-
pica que evidencia la destreza ajedrecística de la dama: 
18 
l. 'i'f6+ ~h6 (1. ... ~g8. 2. 'i'e6+ ~g7. 3. 'i'e5+ y mate en 
dos) 2. 'i'h4+ ~g7. 3. 'i'd4+ ~h6, 4. 'i'f4+ ~g7, 5. 'i'e5+ 
~h6. 6. Iih5+f gh5. 7. 'i'f6++. 
19 Posición final 
36 
El protagonismo de la dama queda bien reflejado en lapo-
sición del diagrama 20, que corresponde a la partida entre 
Alekhine y Freyman. de 1925: 
20 
l. lie8+ tt:Jf8, 2. tt:Jh6+f ~xh6, 3. :§: xf8+ ~xf8, 4. ~d8++. 
Y otro tanto puede decirse de la posición que ahora vere-
mos, correspondiente a una sesión de simultáneas de An-
derssen (negras), en 1872 (diagrama 21): 
21 
l. ... i,xg2+f!, 2. :§:xg2 ~fl+, 3. ligl tt:Jg3+f, 4. hg3 
~h3++. 
37 
MATRIARCADO 
Entre los casos. escasísimos. en que en un tablero real co-
existen más de una dama por bando. se cuenta la confron-
tación entre Fischer y Petrosian. que tuvo lugar en el torneo 
de aspirantes al título mundial. disputado en Yugoslavia. en 
1959. Después de 36 . ... 'iWd6 se llegó a la posición que mues-
tra el diagrama 22: 
22 
Las blancas coronaron su segunda dama. 37. h8=D, a lo 
que siguió 37 .... 'iWa7, 38. g4 (Fischer va camino de su ter-
cera dama) 38 .... ®c5, 39. 'iWf8? (39. 'iWh2!) 39 .... 'iWae7, 40. 
'iWa8 ®b4!, 41. 'iWh2 ®b3!, 42. 'iWal 'iWa3 (única. para evitar 
el mate) 43. 'iWxa3+ ®xa3, 44. 'iWh6 'iWf7!, 45. ®g2 ®b3, 
46. 'iWd2 'iWh7!, 47. ®g3 'iWxe4! 48. 'iWf2? (48. g5!) 48 .... 'iWhl! 
Tablas. 
Hay una partida «de las cinco damas». disputada entre dos 
jugadores holandeses del siglo pasado: 
O TRESLING 
e BENIMA 
Winschoten. 1896 
l. e4 e5, 2. lbf3 lbc6, 3. i.b5 a6, 4. i.a4 ttJf6, 5. ltJc3 i.e7, 
6. 0-0 b5, 7. i.b3 d6, 8. d3 i.e6, 9. 'iWe2 'iWd7, 10. li:Jd5 
38 
.txd5, 11. ed5 'Lla5, ll. d4 li:Jxb3, 13. ab3 e4, 14. 'Lldl 
0-0, 15. c4 Iífe8, 16. li:Jxe4 li:Jxe4, 17. ~xe4 i.f6, 18. ~d3 
~g4, 19. i.e3 b4, lO. f4 h5, ll. h3 ~d7, ll. f5 ~e7, l3. 
I:íael a5, l4. whl ~e4, l5. ~dl c5, l6. dc5 .txbl, l7. 
I:íf4 ~e7, l8. ~xh5 i.f6, l9. cd6 ~xd6, 30. ~f3 Iíe5, 31. 
I:íe4 I:!xe4, 3l. ~xe4 ~g3, 33. i.f4, ~xb3, 34. d6 Iíf8, 
35. c5 a4, 36. c6 a3, 37. i.e5 i_xe5, 38. ~xe5 al, 39. d7 
'i'a3, 40. c7 b3, 41. d8=~. 4l. c8=~ bl=~. 
23 
En la posición del diagrama 23 las blancas dan mate en 
tres jugadas: 43. ~xf8+ ~xf8. 44. ~xf8+ wxf8. 45. ~e8++ . 
Pero aún hay una partida con mayor número de damas. 
Se trata de 
O SUMPTER 
e KING 
Australia. 1965 
l. e4 c5, l. 'Llf3 'Llc6, 3. d4 cd4, 4. li:Jx d4, e6, 5. 'Llc3 ~c7, 
6. i.el a6 7. O.() b5, 8. whl lt:lf6, 9. f4 b4, 10. e5 bc3, 11. 
ef6 cbl, ll. fg7 bal=~. 13. gh8=~ ~xal, 14. ~xh7 a5, 
15. h4 a4, 16. h5 a3, 11. h6 ~bl, 18. ~g8 al, 19. h7 al=~. 
lO. h8=~ ~b4, ll. i.e3 ltJxd4, ll. i_xd4 ~ala3, l3. i.h5 
d5, l4. f5 i.a6, l5. fe6 0-0-0, l6. I:í xf7 ~c7a5, l7. c3 ~d6, 
l8. i.g4 I:í e8, l9. e7+ wb8, 30. ef8=~ (1:0). 
39 
24 
Nada menos que jsiete damas!. ¿se habrá jugado realmen-
te esta partida? Australia es un país muy grande, para no ha-
ber mayores precisiones de lugar. En cualquier caso. imagi-
naria o no, esta partida constituiría la apoteosis del matriar-
cado ajedrecístico. 
EL REY 
En el chaturanga el rey simbolizaba la figura del rajá, señor 
de la guerra y poderoso dominador del tablero de la reali-
dad. Al pasar a Persia. el rey se denominó shah. nombre que 
conservó entre los árabes, con las mismas características de 
movimiento. En Europa se le llamó rey, korol en Rusia, pa-
labra que parece derivarse de Carlomagno (Carolus Magnus). 
En el siglo XIII se introdujo el enroque, aunque de forma 
distinta y variable, fijándose definitivamente su forma actual 
en el siglo XVI. 
El rey es la pieza capital del ajedrez. No es la más fuerte, 
pero de ella depende la suerte de la partida. En la apertura 
y el medio juego debe protegerse, como ansiado blanco del 
enemigo. En el finaL cuando el material es escaso, adquiere 
potencia de pieza fuerte, levemente superior al alfil o el ca-
ballo. El rey ha intervenido decisivamente en famosos fina-
40 
les. demostrando la eficiencia de su marcha, en pos de se-
ñalados objetivos. pero no es este el lugar propicio para ex-
playarnos acerca de las habilidades de su majestad. Bastará 
con aportar un par de ejemplos: 
25 
El diagrama 25 muestra una vieja posición, de autor des-
conocido, donde las blancas juegan y dan mate en diecio-
cho jugadas. No es muy difícil. pero el procedimiento preci-
so para ganar es divertido y produce la sensación de quien 
saca, por primera vez. un conejo de la chistera. 
26 
En este estudio de C. S. Kipping son mano las blancas y 
dan mate en cincuenta jugadas. Realmente, es impresionan-
te este esqueleto de peones doblados y hasta triplicados, que 
conceden suficiente tarea para realizar en casa. Si el amable 
lector se dispone a ello. no lo haga sin antes armarse de pa-
~ ~ ~ 
42 
ciencia y de sus mejores dotes lógicas y lúdicas (soluciones, 
al final del capítulo). 
El gran maestro húngaro Gedeon Barcza tenía una concep-
ción absolutamente científica del ajedrez. Sus apreciaciones 
técnicas, que rayaban a menudo en lo abstracto. solían con-
fundir a sus más lúcidos colegas. En una ocasión, ante las rei-
teradas objeciones de su contrincante (en pleno análisis, des-
pués de la partida) que no veía por ningún lado en qué con-
sistía la ventaja de Barcza, éste, muy serio, le explicó: «Como 
puede usted ver, mí rey es más fuerte que el suyo.» 
PROBLEMAS DE FANTASÍA 
La magia del ajedrez es terreno abonado para que el inge-
nio de muchos jugadores se dispare en las creaciones de fan-
tasía. siendo la mayoría de estas creaciones el resultado de 
muchas horas de gabinete y reflexión. A veces la obra crea-
da suele ser notable por los excepcionales conceptos que 
contiene y el efecto que produce en el potencial solucionís-
ta. Veamos algunas muestras: 
27 
En el diagrama 27 nuestro compositor Tolosa y Carreras 
nos propone, con un guiño, una posición en la que se da 
43 
mate en ¡menos de una jugada! Nadie encontrará la solución 
sin recurrir a las malas artes: suspéndase el rey blanco en la 
misma casilla en que se encuentra. lo justo para que el alfil 
aseste mate al monarca enemigo. Ingenioso. ¿no les parece? 
28 
En esta composición de Shinkrnan podemos observar que 
ninguna pieza negra puede mover. Deberá usted hallar un 
movimiento único que permita jugar a todas las piezas 
negras. 
29 
Esta posición también es producto de la fantasía de Shink-
man. cuya propuesta es. sabiendo que las negras disponen 
de 49 jugadas legales posibles. hallar una de las blancas que 
deje a sus rivales sin jugada reglamentaria posible. en situa-
ción de tablas por ahogado. 
44 
- o 
D 
30 
Otra curiosa concepción es este hallazgo de Reichely, en 
donde se nos pide que hallemos una jugada (única) que dé 
mate a los diez reyes negros. 
Soluciones: 
DIAGRAMA 25 
l. f3! ef3. 2. ~fl. f2. 3. e4 de4, 4. ~xf2 e3+, 5. ~el e2, 6. 
d5! cd5, l. ~xe2 d4. 8. ~d2 d3, 9. c6! bc6. 10. ~xd3 ~bl, 11. 
~c4. ~a8, 12. ~c5 ~bl, 13. ~d6 c5, 14. a8=~! ~xa8, 15. 
~el y mate en tres. 
DIAGRAMA 26 
Las blancas tienen ventaja decisiva porque el rey negro no 
puede mover más que b8-al, mientras que su colega blanco 
puede desplazarse con plena libertad: un monarca promis-
cuo y archilaborioso que acaba apoyando la coronación de 
un peón (¿cuál?, momentáneo suspense), que consu trans-
formación en dama ejecuta un impecable mate. Veamos 
cómo: 
l. ~el ~b8, 2. ~di ~al, 3. ~el ~b8, 4. ~b2 ~al. 5. ~a3 
~b8, 6. ~a4 ~al. l. ~xa5 ~b8, 8. ~a4 ~al, 9. ~a3 ~b8, 
10. ~b2 ~al, 11. ~el ~b8. 12. ~dl ~al, 13. ~el ~b8, 14. 
~fl ~al, 15. ~gl ~b8, 16. ~h2 ~al. ll. ~h3 ~b8, 18. ~g4 
~al, 19. ~xf3 ~b8, 20. ~g2 ~al, 21. ~fl ~b8, 22. ~gl 
~al. 23. ~dl ~b8. 24. ~el ~al. 25. ~b2 ~b8, 26. ~a3 ~al, 
46 
27. \?ta4 ~b8, 28. \?ta5 \?tal, 29. \?tb5 \?tb8, 30. \?ta6 f3, 31. 
\?tb5 \?tal, 32. \?tb4 \?tb8, 33. \?tb3 \?tal, 34. \?tb2 \?tb8, 35. \?tcl 
\?tal, 36. \?tdl \?tb8, 31. \?tel \?ta7, 38. \?tfl \?tb8, 39. \?tgl \?tal, 
40. \?th2 \?tb8, 41. \?tg3 \?tal, 42. \?txf3 \?tb8, 43. \?tg4 \?tal, 44. 
f4 ef4, 45. e5 \?tb8, 46. e6 \?tal, 41. el \?tb8, 48. e8=~+ \?tal, 
49. ~a8++ . El tiempo menos se justifica por un avante in-
termedio del peón f, que es capturado. 
DIAGRAMA 28 
l. tLJbxc2! 
DIAGRAMA 29 
l. .t x e3! 
DIAGRAMA 30 
l. 'Lie5++ (x 10). 
47 
DE REGLAMENTOS, 
CELADAS Y CONSEJOS 
... y de ahí juego de gambito, que quiere 
decir juego de ardides y celadas. 
RUY LóPEZ. 
EL REGLAMENTO 
El Reglamento de ajedrez pretende establecer normas preci-
sas por las que ha de regirse el juego. Además de los movi-
mientos prescritos de las piezas, hay en esencia algunas re-
glas fundamentales que contienen por sí solas todo el espí-
ritu del juego de reyes, como 
- pieza tocada, pieza jugada; 
- ninguna jugada puede modificarse; 
- la¿·ugada finaliza cuando la mano del jugador haya de-
ja o la pieza sobre la casilla. 
Además de estas normas, se añaden otras para la práctica 
de una competición específica, como el uso del reloj, el apla-
zamiento de la partida, etc. 
El reglamento es anualmente revisado y actualizado por 
la comisión de reglamento de la Federación Internacional de 
Ajedrez (FIDE), en cuyos congresos se modifican algunas pre-
visiones que fundamentalmente afectan a finales que por su 
complejidad no pueden cumplir la regla «de las cincuenta ju-
gadas». Esta regla establecía que cualquier posición ha de ga-
narse en el margen máximo de cincuenta jugadas, sin que 
intervenga captura de pieza o movimiento de peón. Ahora 
48 
hay determinadas posiciones en las que se amplía ese nú-
mero de jugadas. como en los finales de dos caballos contra 
peón. 
EL ANTIRREGLAMENTO O REGLAMENTO 
MATIZADO 
Resulta sorprendente la cantidad de fisuras que el lenguaje 
permite. sobre todo en las reglamentaciones y otros códigos 
de comportamiento. 
Ya en el artículo 1 contiene una falsedad: «El juego de aje-
drez se juega entre dos adversarios ... » ¿Por qué dos? ¿Acaso 
no hay partidas en consulta, en equipo. en las que cada ban-
do es defendido por dos o doscientas personas? 
Artículo 2: «El tablero se compone de 64 casillas cuadra-
das iguales, alternativamente claras (casillas blancas) y oscu-
ras (casillas negras).» Esto tampoco es rigurosamente cierto. 
Entre los árabes las casillas «negras» eran de color rojo. y ni 
siquiera puede aceptarse la expresión casillas claras y oscu-
ras. porque basta con que sean de distinto color. Una buena 
prueba ae ello la constituyen los videojuegos o programas 
informáticos de ajedrez. donde el tablero puede adoptar una 
infinita gama de colores. ¿Impide eso la práctica del ajedrez? 
Artículo 7. Ejecución de las jugadas. «La ejecución de una 
jugada está concluida: ... En el enroque, cuando la mano del 
jugador ha soltado la torre en la casilla franqueada por el 
rey; cuando el jugador ha soltado de su mano el rey. la ju-
gada aún no está ejecutada. pero el jugador ya no tiene de-
recho a realizar otra jugada que el enroque.» 
Esta forma de expresar el movimiento del enroque asu-
me que su ejecución correcta es tomar primero el rey y lue-
go la torre. lo que ciertamente es preceptivo. En la práctica. 
sin embargo. hay numerosos jugadores que toman primero 
la torre y luego el rey. o ambos a la vez (cada uno con dis-
49 
tinta mano) de modo que el enroque se efectúa, en muchos 
casos, cuando el rey se asienta en la casilla, pues la torre ha 
sido movida previamente, y nadie lo cuestiona como válido. 
Muy interesante es el tema de la anotación (art. 13). Se-
gún el reglamento, todo jugador está obligado a anotar sus 
jugadas en una planilla al efecto, que se entregará al árbitro 
al final de la partida, y cuyo texto es fundamental para com-
probar cualquier eventual reclamación. Ahora bien, el regla-
mento se sume en la ambigüedad cuando establece: «En el 
caso de un jugador, extremadamente apurado de tiempo, 
que se encuentre en la imposibilidad evidente de cumplir 
las obligaciones indicadas en el apartado 1, habrá de esfor-
zarse, no obstante, en marcar en la planilla el número de ju-
gadas efectuadas.» 
¡Habrá de esforzarse! Esto significa que en la práctica buen 
número de jugadores apurados por el reloj ni anotan las ju-
gadas y ni siquiera llevan el control de las jugadas efectua-
das. Y esto me trae a la memoria la partida de un campeo-
nato soviético en que uno de los jugaaores, muy apurado de 
tiempo, se fijaba en la planilla de su adversario para saber 
en qué número de jugada se hallaban, hasta que su contrin-
cante. harto de llevar «el peso» de la anotación, escondió su 
planilla, dejando al otro en la incertidumbre de saber si ha-
bría llegado o no al control de tiempo. 
Otro artículo interesante es el19 (Conducta de los jugado-
res). Veamos: 
«l. a. Durante el juego está prohibido a los jugadores ser-
virse de notas manuscritas o impresas o analizar la partida 
en otro tablero; está igualmente prohibido recurrir a los con-
sejos o avisos de terceros, solicitados o no. 
b. Durante el juego, así como durante un aplazamiento, 
no se permitirá ningún análisis en la sala de juego. 
c. Está prohibido distraer o molestar al adversario, de cual-
quier forma que sea. 
2. Las infracciones a las reglas indicadas en el apartado 1 
pueden llevar consigo sanciones que signifiquen incluso la 
pérdida de la partida.» 
50 
El tema de las «chuletas», bien conocido a todo estudian-
te, tiene vida propia en el ajedrez y más,de un jugador ha 
llegado incluso a ca:rppeonatos nacionales provisto de diver-
sas variedades de las mismas. En un Campeonato de Espa-
ña recuerdo que los padres de dos jugadores participantes 
eran tan celosos de la buena observación de esta regla que 
se multiplicaban vigilando a los adversarios de sus vástagos. 
siguiéndoles hasta los servicios, para ver si observaban algún 
movimiento sospechoso. La persecución, por lo general. era 
inocua, pero seguramente pensaban que de esa forma los po-
tenciales delincuentes se sentirían presionados. Lo malo era 
que en su celo llegaban hasta a perseguir, por iniciativa pro-
pia, ¡hasta a los oponentes de los amigos de sus hijos! 
¿Solicitar consejos de terceros? El pan nuestro de cada día. 
También está prohibido hablar en la sala de juego y no re-
cuerdo que ningún árbitro haya hecho otra cosa, en el me-
jor de los casos, que amonestar verbalmente a los infracto-
res. Todo el mtmdo habla en las salas de juego de cualquier 
torneo y a veces los torneos de ajedrez se parecen más a un 
mercado persa que a una biblioteca. No tenemos más que 
leer las biografías de los grandes maestros para darnos cuen-
ta de todos los comentarios que realizan con sus colegas, 
mientras su adversario está reflexionando. ¿Qué no sucede-
rá en torneos de rango menor? 
¿Prohibido distraer o molestar al adversario? También for-
ma parte de la práctica habitual de torneo. No sólo se hace 
sino que se procura hacer. Hasta en los matches de candida-
tos llegaba a interrumpir continuamente Korchnoi a Petro-
sian, diciéndole que estaban «jugando al ajedrez. no al fút-
bol>>, aludiendo a la costumbre de Petrosian de mover ner-
viosamente las piernas. 
Sobre las infinitas variedades de mala conducta ante el ta-
blero podría escribirse todo un tratado. En el reglamento no 
escrito se establece que no pueden golpearse las piezas. ni 
situarse éstas de forma equívoca sobre las casillas. Los juga-
dores,no obstante, que colocan sus piezas en las esquinas 
de la casilla forman legión. También son numerosos los que 
51 
desconocen .(o deliberadamente desprecian) las más elemen-
tales normas del fairplay. Por ejemplo, experiencia personal. 
un match por equipos en el Campeonato ae Bélgica. Mi con-
trario me ofrece tablas en posición muy inferior para él. Mi 
negativa se ve que le irrita tanto que a partir de ese momen-
to decide repetir su oferta en cada turno de juego. acompa-
ñada de un sonoro golpe con la pieza que mueve. Al repe-
tirlo. me quejo al árbitro, que como es local. poco más hace 
que amonestarlo prudentemente. El jugador. ni corto ni pe-
rezoso. sigue com2ortándose del mismo modo. haciendo su-
bir la presión ambiental al rojo vivo. Mis compañeros de 
equipo se quejan igualmente. pero todo es inútil. ¿Qué ha-
cer? La partida. por fin. termina ¡en tablas!. como premio y 
colofón a la labor del tramposo de turno: ¡el arte de la astu-
cia triunfa sobre el ajedrez! 
A propósito de hablar durante la partida. comenta Duz Jo-
timirsky. que en su juego con Alapin, del torneo internacio-
nal de Praga. 1908, se llegó a la siguiente posición: 
31 
En este momento, con la partida completamente ganada. Ala-
pin jugó l. ... d2, exclamanao al mismo tiempo: «¡Pronto le lle-
ga su fin!» Se hicieron los movimientos 2. l:!a4 dl=~. 3. l:!a5 
y aquí. yo. imitando la facundia de mi adversario y tomándole 
el pelo. le repliqué con viveza: «¡conque yo tengo que abando-
nar. eh! ¿será usted capaz de comerme también el Qeón?» Ala-
pin. después de lanzarme una mirada suspicaz y reflexionar 
unos segundos. acabó por decir: «Pues sí. señor, el peoncito me 
52 
lo como» y acto seguido jugó 3 .... ~xf3??, a lo que respondí, 
ni qué decirlo. 4. :§: a3+, mientras Alapin empezaba a gesticu-
lar con los brazos, dio un grito, palideció y ... ¡definitivamente. 
se calló! 
LA APERTURA IMPOSIBLE 
La posibilidad de que el peón. situado en su casilla inicial, 
pueda avanzar dos pasos, ha dado lugar a no pocos equívo-
cos y no poca dialéctica de café. Hay quienes se han creído 
con derecho a avanzar dos peones un paso, lo que compen-
saría esa posibilidad. Un amigo se había especializado en re-
plicar a tales avezados especímenes con una respuesta «equi-
valente». moviendo ¡sus dos caballos en una sola jugada! 
GAMBITOS 
Esta pintoresca palabra ejerce cierta fascinación sobre los 
principiantes y profanos. La palabra deriva del italiano gam-
ba (pierna). En el siglo XVI los luchadores italianos crearon 
el término gambitare para designar la acción de dejarse co-
ger una pierna, con ol:>jeto de hacer caer al contrario en una 
trampa. 
Los amantes del fútbol saben que en el Río de la Plata. don-
de tan alto nivel ha experimentado el balompié y su técnica, 
la expresión gambeta o gambetear es equivalente a quiebro 
o regate. Y en el rico idioma portugués aún subsiste la ex-
presión estícar o gambito, que traducido crudamente signifi-
ca ni más ni menos que estirar la pata, morir. 
El gambito en ajedrez es una entrega de material (gene-
ralmente. un peón o peones) con la que pretende dinami-
zarse el juego del bando «generoso», dando lugar a un juego 
53 
vivaz de líneas abiertas y la búsqueda de posibilidades acti-
vas. El gambito es hoy sinónimo de romanticismo en aje-
drez. más propio del siglo pasado que del actual. puesto que 
ahora los gambitos que subsisten son más o menos entre-
gas encubiertas o pseudoentregas de material. en general re-
cuperable a corto _plazo. Hay gambitos que han dado su nom-
bre a aperturas famosas, que permanecen en el repertorio 
del ajedrecista actual. como el Gambito de Rey (1. e4 e5. 2. 
f4). el Gambito de Dama (l. d4 d5. 2. c4). el Gambito Escocés 
(1. e4 e5. 2. tt:lf3 tt:lc6. 3. d4 ed4. 4. i.c4). el Gambito Buda-
pest (l. d4 tt:lf6. 2. c4 e5) y muchos otros. 
CELADAS 
La celada en ajedrez es una trampa con graves consecuen-
cias para la partida. Plantear celadas supone, a menudo. em-
peorar la propia posición, pero los teóricos consideran que 
es obligatorio conocer las celadas de apertura para evitarlas. 
como una herramienta imprescindible para desenvolverse 
en la jungla inicial ·de la partida. Consignaremos. a continua-
ción, algunas de las más conocidas: 
32 
En el diagrama 32 se refleja una posición citada en el tra-
tado de Greco (siglo XVII), después de l. e4, e5, 2. tt:lf3 tt:lc6, 
54 
3 . .tc4, .tc5, 4. 0-0 lL:lf6, 5. lle1 0-0, 6. c3 'f/e7, 7. d4 ed4, 
8. e5 lL:lg4 9. cd4. 
Ahora .las negras están en condiciones de ganar rápida-
mente: 9 . ... tiJxd4J, 10. tiJxd4, 'f/h4f, 11. lLlf3 'f/xf2+, 12. 
~ h1 'f/g1 +f, 13, ll X g1 tiJf2++, 
33 
La posición del diagrama 33 se produjo en la partida Von 
der Lasa/Janisch, de 1842. La última jugada blanca ha sido 
12. d4, con lo que las negras pueden elegir entre capturar el 
alfil y el peón d4. Se decidieron por tomar el alfil (¡esa fue 
la celada!) y perdieron rápidamente: 12 . ... ~x c4?, 13. 'f!e8+ 
~d6, 14. ~x e5+ ~c6, 15. lLla3J (incorporación decisiva) 15 . 
... d6, 16. d5+ ~c5, 17 . .te3+ ~b4, 18. c3+ ~a4, 19. b3+ 
~xa3, 20. i.cl++. 
34 
Un caso increíble de autocelada se produjo en una sesión 
de simultáneas del doctor Perlis. quien jugando con blancas, 
llegó a la desafortunada posición del diagrama 34. cuando 
las negras jugaron l. ... ttJh3, y después de 2. i,xh3 se les 
ocurrió, como es «lógico». proseguir con 2 .... "i'x h3+, y ante 
tamaña ventaja se le ocurrió pregunt~r al doctor Perhs si pen-
saba rendirse en algún momento ... Este, sin inmutarse, res-
pondió: «Lo siento, pero es usted quien recibirá mate.» En 
efecto, entreguen o no la dama las negras, se verán. antes o 
después, obligadas a avanzar el peón «Ó», con lo que las blan-
cas coronarán su peón de a6 y darán mate al rey negro. ¡Sor-
presas que parecen desafiar las leyes de la lógica! 
35 
La posición del diagrama 35 se produjo en la partida Ban-
nik/Tahl, Campeonato de la URSS de 1957. El último moví-
miento ha sido 25. ~d2, que plantea una celada. Comen-
tando esta partida, el ex campeón del mundo, Mijaíl Tahl, 
dice: «El último movimiento de las blancas, 25. ~ dl-d2, me 
hizo poner alerta. ¿Por qué Bannik invita a las negras a que 
hagan el avance 25 .... e3, aparentemente tan favorable? Des-
pués de 26. fe3 "i'x e3+, las blancas, al parecer. no pueden 
continuar con 27. "i'f2. por 27 .... ltJxe2+, con la ganancia de 
calidad. ¡No puede ser que semejante golpe no haya sido pre-
visto por mi experimentado rival! 
Poniendo en duda las intenciones de las blancas, logré adi-
vinar sin grandes dificultades su trampa, encontrando un 
57 
movimiento que la desbarataba. ¡Ahora ya podía meter la ca-
beza dentro de las redes! Siguió: 28. IIxe2 'ilixcl+, 29 ilel. 
36 
Tanto la dama como el alfil de las negras se ven amena-
zados y ya no les salva ni 29 .... Ildl. 30. 'i!ixf6 IIxel+, 31. 
wh2, con mate garantizado al rey negro, pero sí vale 29 . ... 
i. x c31, 30. il x el i.d4, y el resto de la partida carece de in-
terés. pues las blancas quedan con pieza y peón de menos.» 
Un caso que podríamos tipificar como «el cazador cazado». 
LAS TABLAS MÁS ATÍPICAS DE LA HISTORIA 
Sobre las tablas hay toda una serie de normas que se han 
ido perfeccionando (?) y modificando a lo largo de los tiem-
pos. Se estima que la propuesta de tablas debe ir acompaña-
aa de la correspondiente jugada por parte de quien la pro-
pone. 
También está establecido un número mínimo de jugadas 
de común acuerdo. A la hora de la verdad. sin embargo. na-
die puede impedir que dos jugadores decidan tablas en la 
jugada diez, en las tres, antes de la partida, antes del torneo 
y_ aun dos años antes de que el mismo comience. ¿Quién po-
dría impedirlo? 
58 
En la época en que se disputó el Interzonal de Amster-
dam (1964), por ejemplo, la FIDE establecía que en las parti-
das no podrían acordarse tablas de común acuerdo antes de 
las treinta jugadas, de modo que cuando Bronstein y Res-
hevsky se enfrentaron, con el claro propósito de empatar. 
desde la jugada15 se limitaron a repetir posiciones hasta lle-
gar al «prescrito» número de las 30 jugadas. 
El caso más escandaloso*. con todo, relacionado con lasta-
blas «tempranas» se produjo durante la Olimpiada Universi-
taria de 1972. En la octava ronda tocó enfrentarse a los equi-
pos de Alemania y Estados Unidos. Alemania tenía posibili-
dades de alzarse con el subcampeonato y Hübner. uno de 
los mejores jugadores del mundo por entonces, se enfrenta-
ba. con blancas. al maestro internacional norteamericano Ken 
Rogoff. Hübner realizó una jugada y ofreció tablas. que fue-
ron inmediatamente aceptadas. Cuando el árbitro principal. 
señor Sajtar. vio que se había acordado el empate en un solo 
movimiento. se encolerizó y amonestó a los jugadores. di-
ciéndoles que debían disputar una partida seria. pues de otro 
modo les pondría un cero a ambos. Hübner. que había ju-
gado dos partidas muy duras en las rondas anteriores, no es-
taba con ánimo de lucha. y dijo negarse a «jugar» una parti-
da que de antemano se sabía finalizaría en taolas de común 
acuerdo y que, por tanto. qué necesidad había de interpretar 
esa farsa y de engañar al público, vendiendo apariencia en 
lugar de sustancia. Ante la insistencia de los árbitros, ambos 
jugadores decidieron, no obstante. sentarse a jugar y he aquí 
el desarrollo de su enfrentamiento: 
O HUBNER 
e ROGOFF 
l. c4 ~f6, 2. ~f3 g6, 3. ~gl i.g7, 4. ~a4, 0-0, 5. ~x d7, 
~xd7, 6. g4 ~xd2+, 7. <ifxd2 ~xg4, 8. b4 a5, 9. a4 J.xal, 
10. i.b2 ~c6, 11. i.h8 i.g7, 12. ñ4 cb4. Tablas. 
* Escandaloso precisamente por su honestidad. 
59 
37 
El diagrama 37 representa la posición final de esta singu-
lar fartida. Obsérvese el doble sacrificio simétrico de damas 
y e sutil juego deslizante de los alfiles sobre la diagonal 
al-h8. 
La historia no acaba aquí. Un tribunal de árbitros dispuso 
más tarde que la partida debía jugarse de nuevo. y que am-
bos contendientes deberían disculparse por escrito ante la or-
ganización. Rogoff se presentó a jugar a la hora establecida. 
pero no así Hübner. a quien se le dio el encuentro por per-
dido. 
EL RELOJ, INSTRUMENTO DE MEDIDA 
Imagine el lector una partida de competición sin control de 
tiempo. Inimaginable. Imagine el lector una partida de com-
petición cuyo tiempo se controla con un reloj de arena. Ini-
maginable. Sin embargo. no siempre existieron. en la histo-
ria del ajedrez. sofisticados controles de tiempo. En una épo-
ca ni siquiera los había. Eran los tiempos felices. los tiempos 
de la gentil deferencia y de la caballerosidad. Naturalmente, 
no todo eran modales caballerosos. El más noble de los jue-
gos tiene su historia paralela, una historia por la que desfi-
lan toda una galería de fulleros. de la que parcialrriente nos 
estamos ocupando aquí. 
60 
La medición del tiempo ha torcido el curso de buen nú-
mero de partidas magistrales, pero también ha permitido es-
tablecer una buena dosis de justicia en la competición. pues 
a pesar de que los relojes mecánicos se inventaron hace cua-
tro siglos, en ajedrez sólo se adoptaron en la segunda mitad 
del siglo XIX. Antes, un movimiento podía reflexionarse du-
rante dos horas, como sucedió en el match Anders-
sen/Morphy. por ejemplo, y en el torneo internacional de 
Londres, 1851. el secretario del torneo consigna en sus no-
tas que en una partida ambos contrincantes acabaron dur-
miéndose. 
En el encuentro entre Staunton y Saint Amant disputado 
en 1841. se utilizó un cronómetro para registrar el tiempo em-
pleado por los jugadores, pero liasta 1861 no se estableció 
oficialmente un límite para el tiempo de reflexión, precisa-
mente en el match entre Anderssen y Kolisch. 
En el torneo de París, 1867, se adoptó un reloj de arena 
(!). cuyo contenido se vertía en aproximadamente media 
hora. período en el que los jugadores deberían haber reali-
zado diez jugadas como mínimo. 
El reloj de doble cuadrante, todavía vigente, hizo su apa-
rición en 1894. y fue inventado por Gustav Herzog. 
En un importante torneo internacional los espectadores 
dedicaron una gran ovación a Bronstein, a los veinte minu-
tos de iniciadas las partidas. Todo el mundo se preguntaba 
qué habría pasado: ¿algunas brillantes tablas cortas?, ¿acaso 
una victoria fulgurante? La explicación era más sencilla: 
Bronstein había invertido en la reflexión de su primera ju-
gada nada menos que ¡veinte minutos! 
Hay jugadores lentos. «carne de Zeitnot» (apuros de tiem-
po). como Browne o Reshevsky y jugadores superrápidos 
como el hindú Anand, que pocas veces utiliza más de una 
hora para toda la partida y en muchos casos apenas media 
hora. 
La influencia del aspecto psicológico en el «manejo» del 
reloj tiene su importancia. En 1903 el norteamericano Frank 
63 
J. Marshall se enlrentó en match al polaco-francés David Ja-
nowski. con quien había tenido más de una palabra. Jugan-
do con blancas. el norteamericano decidió aplicar una sutil 
táctica psicológica, invirtiendo nada menos gue media hora 
en su primera salida, l. d4. Su adversario, fácilmente irrita-
ble. cayó en la trampa: se puso sumamente nervioso y per-
dió en pocas jugadas. 
LOS SABIOS CONSEJ9S DE LUCENA Y DE RUY 
LO PEZ 
Luis Ramírez de Lucena, autor de la obra impresa más anti-
gua que se conserva sobre ajedrez. incluye en su libro avie-
sos consejos. como «procura que la partida se celebre poco 
después de que tu oponente haya comido y bebido en abun-
dancia». 
En su tratado de ajedrez, que data de 1561. el clérigo Ruy 
López de Segura, considerado el primer campeón del mun-
do oficioso, desliza algunos astutos consejos, como el de pro-
curar que el enemigo tenga el sol de cara, 
( ... )de modo que no vea bien donde juega las pie~as. Porque 
como este juego sea inuención bélica, como dexamos declara-
do, conuiene buscar más las ventajas que ser pudieran, que no 
en otro. 
También advierte Ruy López gue no debe el jugador con-
fiarse. en vista de la inferioridad material del adversario: 
( .. . )que muchas vezes los que eran menos en número, e in-
feriores en las fuer~as, poniendo a sus enemigos emboscadas 
y assechan~as, teniendo buenos capitanes consiguieron la vic-
toria. 
Sigue el buen clérigo de Zafra recomendando que no hay 
que dar ninguna ventaja al enemigo y que hay que escon-
64 
der, disimular, nunca mostrar las intenciones, modificando 
la táctica de juego: 
( ... ) mudalle la manera de acometelle ( ... ) ningunos consejos 
son mejores que aquellos que ignore tu adversario, antes que 
los hagas: porque después que ya le es manifiesto tu consejo: 
conuiene te mudar de disposición, hoc est, que después que sa-
bes que tu enemigo entiende lo que sueles jugar, te acometas 
por otro modo ... 
Y ya el remate psicológico perfecto, digno del más curtido 
tramposo, se encuentra en su consigna 
(procura) traer a tu enemigo lo más fatigado y affligido que 
se pueda. Porque trayéndole assi apretado, le cansará la fuer<;.a 
de la imaginación, y le hará cometer errores. 
El autor considera imprescindible seguir estos consejos y 
los recomienda encarecíaamente a todos aquellos que quie-
ran iniciarse en el arte del engaño y estén dispuestos a su-
perar ese lastre de la cívílízacíón que da en llamarse «escrú-
pulos morales». 
65 
GALERÍA DE TRAMPOSOS 
Los bienintencionados no deben jugar al 
ajedrez. 
Proverbio francés. 
DUZ JOTIMIRSKY 
Duz Jotimirsky es uno de los personajes más simpáticos de 
la primera mitad de siglo. Ucraniano extrovertido e impulsi-
vo, produjo importantes victorias contra Spielmann. Lasker. 
Nimzovich y Janowski. En Rusia llegó a conocérsele como el 
caza-campeones. 
Cuenta Bronstein cómo en el match Lokomotiv /Dinamo 
(Moscú, 1954) debió enfrentarse al temible veterano, quien 
después de L e4 e5, 2. f4 (llevaba las blancas) le dijo en voz 
tonante: «¡Acepte usted este gambito o no volveré a jugar 
con usted!» Bronstein no podía por menos que aceptar el de-
safío y el juego siguió por sus cauces hasta que en el mo-
mento crítico de la partida y mientras Bronstein reflexiona-
ba. Duz Jotimirskyse lo pensó mejor y decidió volver atrás 
su última jugada. ante la indignación de los árbitros. que le 
amonestaron severamente. «¡Al diablo el reglamento! ¡Aquí 
estamos jugando al ajedrez! Por otra parte. ¿tiene usted algo 
que objetar?», le dijo a su adversario. quien. sin inmutarse, 
negó que tuviese objeción alguna a que corrigiese su juga-
da. Ni corto ni perezoso así lo hizo el veterano. quien, por 
otra parte. perdió en tan sólo 19 jugadas. 
Duz Totimirsky había vencido también a Rubinstein, cam-
peón de todas las Rusias. 
66 
BERNARD DE BRUYCKER 
El maestro flamenco (flamenco de Gante) Bernard de Bruy-
cker siempre se distinguió por un fino humor y una concep-
ción optimista de la vida. En una ocasión debía enfrentarse, 
en partida decisiva. al doctor Limbos. un hombre muy satis-
fecho de sus logros en la realidad y. por tanto, pagado de sí 
mismo. Limbos estaba en muy buena forma y jugaba «en 
casa», es decir. en los confortables salones del Círculo Real 
de Bruselas. donde contaba con todo el apoyo de afición y 
aparato arbitral. De Bruycker se vio, pues. obligado a aportar 
un poco de su chispa habitual, a fin de desordenar un poco 
los esquemas mentales de su imponente adversario. Para 
empezar, permitió que pasasen unos buenos minutos des-
pués de que el árbitro pusiera en marcha su reloj. Al cabo 
de un rato hizo una triunfal aparición en escena, vestido con 
un traje de payaso a cuadros .. tocado de chistera y un bastón 
que completaba la indumentaria. Ni que decir tiene que el 
doctor Limbos, en presencia de tan estrafalario personaje. 
perdió mucho de su aplomo, y al aproximarse los apuros de 
reloj los presentes pudieron percibir el efecto que el atuen-
do de su rival había producido en la química de su aparato 
digestivo, que emitía efluvios muy poco dignos de su perso-
na. Poco a poco y ~as haber vencido la baza psicológica, fue 
haciéndose el ingenioso gantés con la partida, enterrando al 
personaje con un cero en la tabla y una depresión de fín de 
semana. 
VON BARDELEBEN 
La posición del diagrama 38 corresponde a la partida entre 
Steinitz (blancas) y Von Bardeleben. que obtuvo el Pre-
mio de Belleza en el torneo internacional de Hastíngs 1895. 
68 
38 
y que, como indicó el maestro Romanovsky. «la idea que en 
ella se plasma constituye la quintaesencia del espíritu com-
binatorio en la segunda mitad del siglo XIX». Veamos qué su-
cedió: 
22. :a: x e7+!! <t>f8! 
No se podía capturar la torre con la dama (22 .... 'ifx e7, 23. 
:§:xc8+) ni con el rey, por 23. :S: el+ <t>d6, 24. 'iWb4+ <t>c7, 25. 
:8: el+ <t> b8, 26. 'i'f4+ :8: c7, 27. ~e6, ganando. 
La respuesta de Van Bardeleben es la mejor posible, toda 
vez que la dama es tabú, por el mate sobre la primera fila. 
Al mismo tiempo, es curioso observar que quedan atacadas 
las cuatro piezas blancas. 
23. :S:f7+! <t>g8, 24. :S:g7+!! 
Un lance hermosísimo. Está claro que ni la dama ni el rey 
pueden capturar la torre, por lo que el rey está obligado a 
retirarse al rincón. 
24 . ... <t>h8, 25. :S:h7+! 
Resulta increíble esta persecución impune de la torre a lo 
largo de la séptima fila. con cuatro golpes de auténtica maes-
tría, a sendas fugas del rey negro sobre su primera fila. 
En este momento Van Bardeleben se levantó de su silla 
y abandonó la sala del torneo. Steinitz y los espectadores es-
peraron en vano el regreso del maestro alemán, frustrando 
así al gran Steinitz, que debió contentarse con mostrar al pú-
69 
39 
blico de qué modo habría debido terminar la lucha: 25~ ... 
<ifg8, 26. ~g7+ <ifg8 (26 .... <iff8, 27. lt:Jh7+), 27. ~h4+ <ifx g7, 
28. ~h7+ <itf8. 29. ~h8+ <ite7, 30. ~g7+ <ite8, 31. ~g8+! (no 
31. ~el+? <itd8, 32. lt:Je6+ ~xe6!), 31. ... <ite7, 32. ~f7+ <itd8, 
33. ~f8+ ~e8, 34. lt::lf7+ <itd7, 35. ~d6++. Steinitz, por tanto, 
había calculado, con absoluta precisión, una combinación ¡de 
catorce jugadas! El ánimo antideportivo del maestro alemán 
Von Bardeleben, que no soportaba estrechar la mano de su 
adversario, dejó constancia de méritos para esta galería de 
tramposos. 
NIMZOVICH 
Aaron Isaievich Nimzovich nació el 7 de noviembre de 1886 
en Riga, que dicen es el puerto más antiguo de Europa, y 
pasa por ser uno de los ajedrecistas más destacados de la his-
toria, tanto por su fuerza práctica ante el tablero como por 
su capacidad teórica, plasmada en tesis estratégicas tan no-
tables como sus libros Mí Sístema y La Práctica de Mí Síste-
ma. Conceptos como bloqueo y profilaxis, por ejemplo, son 
ineludibles en la teoría de este genial letón. 
Nimzovich era conocido igualmente en su tiempo como 
uno de los jugadores más conflictivos del tablero profesio-
nal que sin parar se quejaba a los organizadores de torneos 
de deficiencias reales e imaginarias. En una ocasión un or-
ganizador puso especial empeño en resolver a entera satis-
70 
facción de Nimzovich todas y cada una de sus quejas, hasta 
tal punto que hizo explotar al gran maestro: «¡Es usted inso-
portable! ¡Desde este momento no dispongo de la menor ex-
cusa para mis derrotas!» 
Nimzovich falleció en 1935. legándonos toda una teoría 
del juego indirecto contra el centro y el dominio de casillas 
clave, haciendo cuerpo teórico con Breyer, Reti y Tartakower, 
que pasaron a ser conocidos como la vanguardia hipermo-
demista en ajedrez, en la segunda década del siglo. en plena 
época del charlestón. Su partida contra Samisch es conocida 
como La Inmortal del Zugzwang* y constituye una espléndi-
da muestra de su estilo: 
O SAMISCH 
e NIMZOVICH 
Copenhague, 1923 
l. d4 lt:Jf6, 2. c4 e6, 3. lt:Jf3 b6, 4. g3 .tb7, 5 . .tg2 .te7, 6. 
lt:Jc3 0·0, 7. 0-0 d5, 8. lt:Je5 c6, 9. cd5 cd5, 10 . .tf4 a6, 11. 
~el b5, 12. 'i'ib3 lt:Jc6, 13. lt:Jxc6 i,xc6, 14. h3 'i'id7, 15. 
~h2 ltlh5. 16 . .td2 f5. 17. 'i'id1 b4, 18. lt:Jb1 i.b5. 19. ~gl 
.td6, 20. e4 
40 
20 .... fe4, 21. 'i'fxh5 :§: xf2, 22. 'ffg5 Iiaf8, 23. ~h1 Ii8f5, 
24. 'i'fe3 ~d3, 25. Iice1 h6 (0:1). 
* Voz alemana incorporada al léxico universal del ajedrez. que signi-
fica que la obligación de jugar hace perder. 
71 
RESHEVSKY 
El 26 de noviembre cumplió Samuel Reshevsky ochenta 
años. Reshevsky. que junto con Morphy. Capablanca y Po-
mar compone un cuarteto mágico de ex niños prodigio aje-
drecistas, nació en Polonia. recorriendo el mundo de exhibi-
ción en exhibición de simultáneas. hasta afincarse en Esta-
dos Unidos. donde, junto con su actividad ante el tablero, 
ejerció la profesión de contable. 
Ganó en diversas ocasiones el campeonato de Norteamé-
rica y se clasificó tercero tanto en el Campeonato Mundial 
de 1948 como en el torneo de Candidatos de 1953. 
Está considerado uno de los jugadores de match más te-
mibles de la historia del ajedrez. Venció, por ejemplo, a Ho-
rowitz, Kashdan, Najdorf. Glígoric y Benl<ó. y en 1961 enta-
bló con Fischer un famoso encuentro (2-2 y 7 tablas), en el 
que se le concedería la victoria, tras lamentable polémica. 
En 1954. con motivo del encuentro entre los equipos de 
Estados Unidos y la URSS, los soviéticos se encontraron, a su 
llegada a Nueva York. con una sorpresa: los periódicos los po-
nían a caldo, lo que extrañó mudio a Geller, amigo personal 
de Reshevsky. Al pedirle explicaciones. éste le aclaró que un 
periodista le había pagado cien dólares por utilizar su nom-
bre y que le tenía sin cuidado lo que escribiera. «Como com-
prenderás. cien dólares no se desprecian así como así.» 
La capacidad de lucha de Reshevsky le honra. Así. en una 
partida importante. su comentario posterior fue: «¡En esta po-
sición tenía que sobrevivir!» 
MECKING Y MEDINA 
En los años setenta el mundo del ajedrez se conmovió con 
la aparición de un prodigio: el brasileiro Henrique da Costa 
Meckíng. alías Mequinho. que llegó a ser el gran maestro de 
73 
ajedrez más joven del orbe y que en su país fue casi tan po-
pular como Pelé y bastante más que los más conocidos in-
térpretes de samba o bossa nova. 
Mecking acudió a Las Palmas para disputar un fuerte tor-
neo internacional. Fue designado director del torneo el ex-perimentado ex campeón de España Antonio Medina, con 
muchos miles de jugadas a sus espaldas. El problema que 
se le planteó a Medina fue que el fenómeno Mecking era 
muy exigente con el asunto de la silla. Medina pidió que le 
trajesen doce modelos diferentes de sillas, para facilitar la 
elección del prodigio. Después de haberlas examinado to-
das. Mequinho, moviendo continuamente la cabeza en claro 
ademán negativo. dijo no estar satisfecho con ninguna. Me-
dina pidió entonces a todos que le dejaran a solas con el 
gran ajedrecista: «Yo te comprendo», le dijo. «Ahora sé lo que 
quieres.» Mecking sonrió. Medina hizo traer una nueva silla 
en la que, con cara de felicidad, se sentó el brasileño, mani-
festando que ésta sí le gustaba, con lo que el incidente que-
dó zanjado, gracias a la experiencia y astucia de Medina, pues 
la silla en cuestión ¡había sido la primera que se le había mos-
trado al joven genio! 
NAJDORF 
Miguel Najdorf ha superado ya los ochenta años de edad, 
pues nació el15 de abril de 1910 en Varsovia. Representó a 
Polonia en las Olimpiadas de 1935. 1937 y 1939. Durante esta 
última, celebrada en Buenos Aires, se produjo la invasión 
nazi a su país, por lo que, con otros muchos maestros cen-
troeuropeos, pidió asilo en Argentina, convirtiéndose así en 
una suerte de ídolo nacional en su país de adopción. 
Consiguió numerosas victorias internacionales y en las 
Olimpiaaas de 1950 y 1952 obtuvo el premio al mejor resul-
tado individual -en el primer tablero, con la selección argen-
tina, a la que representaría en muchas otras ocasiones. 
74 
En un momento ostentó el récord de simultáneas. con 202 
partidas. de las que ganó 182, perdió 9 y entabló 12, en 1943. 
así como de simultáneas a la ciega. en 1947. en Sao Paulo. 
ganando 39. perdiendo 2 y entablando 4. 
Najdorf es un temperamento brillante y extrovertido. de 
un lúcido realismo y sentimental incurable. El juego forma 
parte de su personalidad y es una figura entrañable y cálida 
en los ambientes ajedrecísticos. Su presencia en esta galería 
de tramposos está justificada por su sentido lúdico en la na-
rración ae su propia historia. Es autor de la Inmortal Polaca. 
disputada en 1935. un récord de brillantez que ha merecido 
los elogios de todo el mundo del ajedrez: 
O GLUCKSBERG 
e NAJDORF 
Varsovia, 19 3 5 
l. d4 f5. 2. c4 tt:Jf6, 3. lt:Jc3, e6, 4. tt:Jf3, d5, 5. e3 c6, 6. i.d3 
i.d6, 7. 0-0 0-0, 8. tt:JeZ tt:Jbd7, 9. cg5 i,xhZ+, 10. )Ílh1 
tt:Jg4, 11. f4 ~e8, 12. g3 ~h5 13. )ÍlgZ i.g1, 14. lt:Jx g1 
~hZ+. 15. )ÍlÍ3 e5. 16. de5. 
41 
16 . ... tt:Jdxe5+, 17. fe5 tt:Jxe5+, 18. )ÍlÍ4 tt:Jg6+, 19. )Ílf3 f4, 
20. ef4 i.g4+, 21. )Ílxg4 tt:Je5+, 22. fe5 h5++ (0:1). 
Una maravillosa partida. ciertamente. El tramposo que era 
Najdorf asoma cuando informa all~ctor. comentan_do la r.ar-
75 
tida: «Aquí tenía tablas. pero mis diecisiete años las recha-
zan ... Aunque a esta partida le correspondió el primer pre-
mio de belleza en el torneo, siempre he tenido la duda de 
sí dicho galardón no debió ser para el segundo premio, que 
comentaré próximamente ... » 
Ahora bien, en su libro Los Premíos de Belleza. Fran~oís 
le Líonnaís no menciona esta partida. Además, el Campeo-
nato de Polonia de 1935 distinguió con el premio de belleza 
a la partida Kramer/Kolski. Por otra parte, Najdorf, según él 
mismo manifiesta, aprendió a jugar al ajedrez a los diecisie-
te años y un año después habría producido esta maravilla ... 
Las cuentas están claras y la aritmética no parece fallar: Naj-
dorf. Míguelito. como le llaman en Argentina. tenía 25 años 
y sublima a distancia para impresionar ~1 lector. La partida 
permanecerá eternamente maravillosa. 
MARCEL DUCHAMP, RAYMOND ROUSSEL 
Claro que ha oído usted hablar de Marcel Duchamp: dadaís-
ta, surrealista, uno de los artistas más importantes del siglo. 
Duchamp era también un apasionado jugador de ajedrez. 
que hasta llegó a participar en las olimpíadas con la selec-
ción de Francia. Duchamp, en colaboración con un teórico 
del juego. Vítaly Halberstadt. publicó un tratado técnico de 
gran interés sobre el final de partida. La Oposícíón y las Ca-
síllas Conjugadas se reconcílían, una tesis de alto valor teó-
rico. ¿Cómo un desbordante surrealista pudo trocar su fanta-
sía por la estricta geometría del final? Seguro que ustedes ya 
se lo imaginan, porque más que probablemente Duchamp 
apenas colaboró en el libro: Halberstadt aportó la geometría 
y Duchamp el nombre. 
En cuanto a Raymond Roussel. un extraño escritor francés 
de dudosa filiación surrealista. en su obra Cómo escríbí al-
gunos de mís libros describe un nuevo procedimiento para 
76 
ejecutar el mate más difícil del ajedrez: el de alfil y caballo. 
hasta entonces regido por el mágico triángulo de Délétang. 
El procedimiento de Roussel es interesante y correcto, pero 
el tramposo que había en Roussel asoma cuando afirma que 
su procedimiento -que llama «de la cedilla»- lo ideó a los 
dos meses de aprender a jugar. Vamos. señor Roussel. ¿aca-
so quiere usted hacernos creer que la lucha del tablero da-
masquinado es tan fácil de dominar como para tejer en dos 
meses la sutil filigrana de su cedilla? 
77 
EL AJEDREZ QLIE NUNCA 
EXISTIO 
El engaño no lo es todo: en el ajedrez, 
como en el arte, el engaño es parte de la 
combinación, de las deliciosas 
posibilidades, ilusiones, perspectivas del 
pensamiento que pueden ser. tal vez, 
Yalsas perspectivas. 
VLADIMIR NABOKOV. 
La Defensa Lujin. 
PARTIDAS APÓCRIFAS DE NAPOLEÓN, STALIN 
Y EINSTEIN 
Imagínese usted que alguien le muestra partidas inéditas de 
Capablanca o Fischer. La emoción de descubrir, junto con el 
tesoro oculto, los ramalazos de genio de estos grandes cam-
peones quizá no pueda tanto como la curiosidad. 
La tentación de emparentar a famosos personajes con el 
ajedrez data de mucho tiempo atrás. No es ilógico que los 
fans de tal o cual personaje histórico quieran contribuir a en-
grandecer el mito con esplendorosas victorias en el tablero. 
La realidad, sin embargo. suele ser cruel: la mayoría de esas 
«creaciones» no pasan de ser ingeniosos ardides para plas-
mar otras tantas partidas apócrifas. 
Es el caso, por ejemplo, de Napoleón, a quien un desco-
nocido creador anónimo atribuye dos partidas que desde 
siempre se pasean por las antologías. Se trata de las que el 
ilustre general habría disputado a Madame Rémusat y al ma-
riscal Bertrand. Veámoslas: 
78 
O MME. REMUSAT 
e NAPOLEÓN 
París. 1802 
l. e4 tt:Jf6, 2. d3 lt:Jc6, 3. f4 e5, 4. fe5 lb x e5, 5. lt:Jc3 tt:Jfg4, 
6. d4 'tWh4+ 7. g3 'tWf6, 8. lt:Jh3 lt:Jf3+, 9. ~e2 lt:Jxd4+, 10. 
~d3 lt:Je5+, 11. ~xd4 i.c5+ 12. ~xc5 'tWb6+, 13. ~d5 
'tWd6++ (0:1). 
En esta partida. Napoleón, con negras. adopta una defen-
sa por entonces desconocida, la Defensa Alekhine. que aún 
tardaría un largo siglo en hacer su aparición en escena. Lo 
curioso. además, es que existe otra versión de este encuentro: 
O NAPOLEÓN 
e MME. REMUSAT 
La Malmaison. 1804 
l. lt:Jc3 e5, 2. lt:Jf3 d6, 3. e4 f5, 4. h3 fe4, 5. lt:Jxe4 lt:Jc6, 6. 
tt:Jfg5 d5 7. 'tWh5+ g6, 8. 'tWf3 lt:Jh6, 9. tt:Jf6+ ~e7, 10. 
lt:Jxd5+ ~d6, 11. lt:Je4+ ~xd5 12. i.c4+ ~xc4, 13. 'tWb3+ 
~d4, 14. 'tWd3++ (1:0). 
Como puede verse. el desarrollo de esta partida es el mis-
mo que el de la anterior. con la simple argucia del cambio 
de colores. Napoleón, menos caballeroso. habría aceptado 
aquí las blancas. Resulta vistoso y futurista. a nuestros ojos. 
el hecho de que el emperador haya abierto el juego con su 
pareja de caballos. si bien la partida evoluciona hacia una es-
pecie de Defensa Philidor. El encantador añadido de La Mal-
maison, como variante a París. con dos años de distancia 
temporal. permite a algunos especuladores la filigrana de un 
nuevo hallazgo y la sugerencia velada de que Napoleón tam-
bién cuidaba su prestigio en las guerras de gabinete .. . 
O NAPOLEÓN 
e BERTRAND 
Santa Elena. 1820 
79 
l. e4 e5, 2. ttJf3 ttJc6, 3. d4 lt:)x d4, 4. ttJ x d4 ed4, 5. i.c4 
i.c5, 6. c3 'fi!e7, 7. 0-0 'fi!e5, 8. f4 dc3+, 9. ~hl cb2, 10.i,xf7+ ~d8, 11. fe5 bal='fi!, 12. i,x g8 i.e7, 13. 'fi!b3 a5, 
14. lif8+ i,xf8, 15. i.g5+ i.e7, 16. i,xe7+ ~xe7, 17. 'fi!f7+ 
~d8, 18. 'fi!f8++ (1:0). 
También esta partida tiene su morbo. con el emperador 
consintiendo audazmente la coronación de una segunda 
dama para su rival. en plena apertura, a fin de obtener un 
ataque devastador. De esta partida también existe otra va-
riante, con los mismos contendientes y colores, aunque si-
tuada en 1813, y que comienza por l. ttJf3 (la Apertura Zu-
kertort, treinta años antes del nacimiento de éste) l. ... ttJc6 
2. e4 eS. Fuera de esto. el desarrollo es idéntico. 
En ambos casos, la destreza de Napoleón en el juego con-
trasta con la débil resistencia y aun torpeza de sus enemigos 
de turno. 
O STALIN 
e YEZMOV 
(Año?) 
l. e4 c5, 2. ttJf3 d6, 3. d4 cd4, 4. ttJxd4 ttJf6, 5. ltJc3 ttJbd7, 
6. i.e2 a6 7. 0-0 a6, 8. f4 b5, 9. a3 i.b7, 10. i.f3 'fi!b6, 11. 
i.e3 'fi!c7, 12. 'fi!e2 i.e7, 13. g4 ttJc5, 14. 'fifg2 0-0, 15. liad1 
life8, 16. g5 ttJfd7, 17. iid2 e5, 18. ttJf5 ttJe6, 19. ttJxe7+ 
1i xe7, 20. f5 ttJd4, 21. f6 liee8, 22. i.h5 g6, 23. i,x g6 
hg6, 24. 'fi!h3 ttJe6, 25. 'fi!h6 'fi!d8, 26. lif3 t;Jxf6, 27. gf6 
lic8, 28. iidf2 1,ixf6, 29. 1,ixf6 lic7, 30. tbd5 i,xd5, 31. 
ed5 tbf8, 32. i.g5 tiJh7, 33. lixd6 e4, 34. i.e3 lice7, 35. 
i.d4, f6, 36. i,xf6 ttJxf6, 37. l'idxf5 (1:0). 
Esta partida de Stalin con el jefe de la GPU, Yezmov, pre-
senta más dificultades. Se asegura en los círculos soviéticos 
que es falsa, por cuanto la variante de la Defensa Siciliana 
que en ella se practica no se conocía por la época en que 
pudo disputarse. ¿En qué año fue jugada? Se desconoce. Sor-
prende en este juego que, tras una relativa corrección en la 
primera fase, se produzca un derrum~amiento aparatoso de 
81 
las negras. con un incongruente sacrificio de dama, como lo 
es también proseguir jugando con tal enorme inferioridad 
de material. ¿Quiso aportarse un viso de verosimilitud? Lo 
que. en cualquier caso. parece haberse conseguido es la in-
verosimilitud más absoluta con la incoherencia que refleja 
el medio juego en relación con la apertura. 
Pese a las malas lenguas. que afirman lo contrarío. se dice 
que Einstein nunca fue amante del ajedrez. por su extrema 
competitividad y la agresividad que provocaba en los con-
tendientes. En cualquier caso. en la siguiente partida «liqui-
dó» a uno de sus más pragmáticos seguidores en el terreno 
científico: 
O EINSTEIN 
e OPPENHEIMER 
l. e4 e5. 2. tt.Jf3 tt.Jc6, 3. i.b5 a6, 4. i.a4 b5, 5. i.b3 tt.Jf6, 
6. 0..0 lt.Jxe4, 7. :!lel d5, 8. a4 b4, 9. d3 lt.Jc5, 10. tt.Jxe5 
lt.Je7, 11. ~f3, f6, 12. ~h5+ g6, 13. lt.Jxg6 hg6, 14. ~xh8 
tt.Jxb3. 15. cb3 ~d6, 16. i.h6 ~d7. 17. i_xf8 i.b7. 18. ~g7. 
:!le8, 19. tt.Jd2 c5, 20. :!ladl a5, 21. lt.Jc4 dc4, 22. dc4 ~xdl, 
23. :§:xdl+ ~e8, 24. i,xe7 {1:0). 
NAPOLEÓN CONTRA WELLINGTON 
Volviendo a Napoleón. de quien se decía que ante el plano 
de la batalla solía exclamar: «¡He ahí un hermoso tablero de 
ajedrez!», los concitadores de patrañas (o admiradores del 
emperador corso) sitúan a los dos grandes enemigos en una 
partida simpar. aunque en este caso ambos campeones de 
la historia sean meras marionetas de un concurso. organiza-
do en 1908 por un periódico inglés para premiar a la partida 
imaginaria más brillante. He aquí la que consiguió el premio: 
O NAPOLEÓN 
e WELLINGTON 
82 
l. e4 e5, 2. f4 d5, 3. ed5 e4, 4. d3 ~f6, 5. de4 ~ x e4, 6. 
~f3 i.g4, 7. ~d4 f5, 8. i.b5+ c6, 9. dc6 ~a5+, 10. ~c3 
~xc3, 11. cb7+ 
42 
11 .... ~xb5+, 12. i.d2 ~xd4, 13. i_xa5 ~xf3+, 14. \iJf2 
i.c5+, 15. \iJg3 ~d4, 16. l::l:he1+ rtlf7, 17. ba8=~ ~dc6, 
18. ~b7+ \iJf6, 19. i.c3+ i.d4, 20. i,xd4+ ~xd4, 21. ~e7+ 
\iJg6 
43 
22. l::l:e6+ ~xe6, 23. ~xe6+ rtlh5, 24. h3 (1:0). 
Como puede verse. Napoleón tiene buena prensa y esta 
vez le tocó a él vencer. Auque la partida es. por definición, 
imaginaria, ¿no es la imaginación, en estas creaciones ficti-
cias, una suerte de coqueteo con el fraude? 
84 
UNA PARTIDA QUE NUNCA SE JUGÓ 
Hay una partida relativamente famosa, conocida como «de 
las cinco damas», que en algunos casos se menciona Grigo-
riev/ Alekhine. y otras como NN*/ Alekhine. La partida se ha-
bría disputado en Moscú, en 1915. 
44 
Ahora bien. el diagrama muestra, en realidad, una posi-
ción de análisis a la partida Grigoriev 1 Alekhine, a quien de-
jamos la palabra: «En esta posición el triunfo del blanco, a 
pesar de su dama extra. sólo se consigue con 24. :8: h6H, ya 
que sí. ahora, 24 .... 'i!Uxfl, 25. 'i!Ub4+ 'i!Ub5, 26. 'i!Ud8+ ~a6, 27. 
'i!Uea3+ y mate en dos.» 
El desarrollo de la partida en cuestión fue: l. e4 e6, 2. d4 
d5, 3. ~c3 ~f6, 4. i.g5 i.b4, 5. e5 h6, 6. ef6 hg6, 7. fg7 
i.g8, 8. h4 gh4, 9. 'i!Ug4 i.e7, 10. g3 c5, 11. 0-0-0 ~c6, 12. 
dc5 'i!Ua5, 13. ~bl e5, 14. 'i!Uh5 i.e6, 15. ~xd5 _ixd5, 16. 
:§:xd5 ~b4, 17. :§:xe5 'i!Uxa2+, 18. ~el 0-0-0, 19. i.d3 
'i!Ua1+, 20. ~d2 'i!Uxb2, 21. ~e3 i.f6, 22. 'i!Uf5+ ~b8, 23. 
:!le4 ~xd3, 24. cd3 i.d4+, 25. ~f4 1!Uxf2+ (0:1). 
La desviación de la partida se produciría «sí las blancas ju-
garan 11. gh4, yo -habla de nueyo Ale~ine- pensaba res-
* NN = Desconocido, aficionado. 
85 
ponder 11. ... .1f6. ya que 11. ... cd4 conducía a grandes com-
plicaciones ... ». Esas complicaciones, precisamente. son las 
que nos llevarían al diagrama 44. después de 11. ... cd4, 12. 
liS! dc3. 13. h6 cb2, 14. gb1 ¡¡as+. 1S. we2 ¡¡xa2, 16. h7 
¡¡xbl. 17. hg8=¡¡+ wd7. 18. ¡¡xf7 ¡¡xc2+, 19. wf3 li:Jc6, 20. 
¡¡fxe6+ wc7 21. ¡¡f4+ wb6. 22. ¡¡ee3+ i.cS. 23. g8=¡¡ b1=¡¡. 
El resto forma parte del mito. 
¿AJEDREZ EN EL MÁS ALLÁ? 
En octubre de 1988 la agencia Reuter difundió la siguiente 
noticia, que fue publicada por numerosos diarios de todo el 
mundo: 
Viktor Korchnoí. que nació en la Unión Soviética. pero que 
ahora juega bajo la bandera suiza, admitió ayer estar jugando 
desde 1984 una partida con el gran maestro húngaro Geza Ma-
róczy, que falleció hace 37 años. Korchnoí. en declaraciones al 
diario islandés Tíminn. dijo que la partida se juega utilizando 
a un médium para entrar en contacto con el ajedrecista fallecí-
do en 1951. 
«Me preguntaron si quería hacerlo -dijo Korchnoi-, y la ra-
zón de que haya aceptado es que creo en la vida después de 
la muerte.» Según el diario islandés, Korchnoi utilizó igualmen-
te los servicios del médium para tratar de enfrentarse a José 
Raúl Capablanca, considerado como uno de los jugadores más 
fuertes de la historia. Pero Capablanca no pudo ser localizado 
por el médium. que parece ser el húngaro Robert Rolland, al 
que Korchnoi nunca ha visto en persona. «Creo que Robert Ro-
lland ni siquiera sabe jugar al ajearez», dijo Kordinoi, quien re-
cibe la información de la partida que le envía el médium, a tra-
vés de llamadas telefónicas. Hasta ahora se han desarrollado 
treinta movimientos de la curiosa partida. «Al principio las ju-
gadas eran rápidas -explicó Korchnoi-. Pero Maróczy comen-
zó a tener problemas cuando perdió un importante peón.» 
He aquí el transcurso de la partida hasta ese momento: 
86 
O MARÓCZY 
e KORCHNOI 
l. e4 e6, 2. d4 d5, 3. lbc3 .tb4, 4. e5 c5, 5. a3 .txc5+, 6. 
bc3 lbe7, 7. ~g4 cd4, 8. ~xg7 l:l:g8, 9. ~xh7 fic7, 10. 
\t>d1 dc3, 11. lLlf3 lbbc6, 12 . .tb5 .td7, 13. i,xc6 ,ixc6, 
14 . .tg5 d4, 15. ,ixe7 cj,;>xe7, 16. ~h4+ \t>e8. 17. \t>e2 
,txf3+, 18. gf3 fixe5+, 19. fie4 fixe4+, 20. fe4 f6, 21. 
l:l:ad1 e5, 22. l:l:d3 \t>f7, 23. l:l:g3 l:l:g6, 24. l:l:hg1 l:l:ag8, 25. 
a4 II x g3, 26. fg3 b6, 27. h4 a6. 
45 
El diagrama 45 muestra la posición que conocemos de la 
partida, pues desde entonces no volvieron a tenerse noticias 
sobre su desarrollo. Es preciso creer, como Korchnoí, que más 
allá de la muerte no tiene por qué interrumpirse la actividad 
ajedrecística y que la conexión con el mundo de los vivos 
es posible, en tanto las empresas de telecomunicación sigan 
desarrollando sus sofisticados sistemas. De no ser así. cabe 
sugerir la posibilidad de un fraude juguetón. ¿Qué opina el 
lector? 
BRONSTEIN CONTRA BRONSTEIN, O LOS 
SUEÑOS SUEÑOS

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