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Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 1 
 
 
 
 
 
 
 
FISIOLOGÍA DEL SISTEMA 
CARDIOVASCULAR DURANTE EL EJERCICIO 
Mg. David Poma 
04/05/2023 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 2 
 
REPASO 
 El aparato cardiovascular está formado por: sangre, corazón y vasos sanguíneos (venas y 
arterias). 
 Las arterias siempre transportan sangre oxigenada (excepto la pulmonar) y las venas siempre 
transportan sangre carbooxigenada (excepto por las venas pulmonares). 
 El miocardio es del tipo de músculo estriado involuntario. 
 El corazón se compone de cuatro cavidades, dos denominadas aurículas (superiores) y dos 
denominadas ventrículos (inferiores). 
 La arteria aorta, lleva sangre oxigenada del corazón hacia todo el cuerpo. 
 La arteria pulmonar lleva sangre carboxigenada hacia los pulmones para la hematosis. 
 Tenemos dos tipos de circulación 
 Mayor o sistémica (mayor recorrido): Corazón – organismo – corazón 
 Menor o pulmonar (menor recorrido): Corazón – Pulmones – corazón 
 En el tejido óseo esponjoso, encontramos la médula ósea roja (hematopoyesis). 
 
 
COMPOSICIÓN LÍQUIDA DEL ORGANISMO 
El agua corporal, representa del 50% al 75% de la masa corporal. La edad y el género, son los 
principales determinantes de la composición de agua corporal; así el contenido total de agua 
de un recién nacido, es del 75%, el de un adolescente, es del 60% y el de un anciano es del 
50%. Pasada la pubertad, los hombres presentan entre un 2% y un 10% más de agua que las 
mujeres por la mayor proporción de masa muscular y menor proporción de masa grasa que 
tiene el hombre en comparación con la mujer (puesto que la masa grasa es casi totalmente 
libre de agua). El contenido total de agua del cuerpo, se encuentra dividido en 3 regiones o 
compartimentos principales; el 65% del líquido corporal, se encuentra dentro de las células, 
como líquido intracelular y el 35% restante, se encuentra fuera de las células, llamándose 
líquido extracelular. A su vez el líquido extracelular, se subdivide en líquido intersticial 
(líquido que rodea a las células y sobre el que flotan las mismas), el cual representa el 25% 
del agua corporal total y el líquido intravascular (liquido dentro de los vasos sanguíneos y 
linfáticos), el cual representa el 10% del líquido corporal total (Ruiz & Martínez 2007), (Bianchetti 
et. al. 2009), (Saladín 2013) y (Halder & Daw 2020). 
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FUNCIONES GENERALES DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR 
 Transporte y Distribución: Distribuye y administra oxígeno (a través de los GR) y nutrientes 
(glucosa, proteínas, lípidos, minerales, etc.) a todas las células del organismo. También 
transporta hormonas hasta sus células blanco, plaquetas hasta las zonas de lesión (para la 
regeneración) y glóbulos blancos hacia las zonas de infección. 
 Eliminación: Toma los desechos que liberan las células y los envía a los riñones (para ser 
filtrado y eliminado por orina) y a las zonas de hematosis de los pulmones, para expulsar los 
gases desechos por las células (como el Co2). 
 Mantenimiento: Mantiene la temperatura corporal a través de la redistribución de la sangre 
(bomba sectorial) y mantiene el PH sanguíneo 
(Wilmore & Costill 2004). 
 
Otras curiosidades del sistema cardiovascular 
Son conocidas las válvulas que se encuentran en el corazón: Válvula aórtica, válvula 
pulmonar, válvula bicúspide y válvula tricúspide, pero además de ellas, conectando la vena 
cava inferior con la aurícula derecha se encuentra también la válvula de Eustaquio. A 
diferencia de la vena cava inferior, la vena cava superior no presenta válvula en su 
desembocadura en la aurícula derecha; lo mismo ocurre con las venas pulmonares, las cuales 
no presentan válvula en su desembocadura en la aurícula izquierda. Por último, tener en 
cuenta que el corazón se irriga a sí mismo a través de las arterias coronarias, las cuales luego 
de descargar el oxígeno y nutrientes en el miocardio, regresan a la aurícula derecha por el 
seno venoso coronario, conectándose con dicha aurícula a través de la válvula de Thebesio 
(Tresguerres et. al. 2009). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 4 
 
La vena cava inferior, presenta válvula en su desembocadura en el corazón, pero la vena cava 
superior y las venas pulmonares no. Pero, independientemente de que presenten o no 
válvula, durante la contracción auricular, la sangre no fluirá por dichos vasos sanguíneos a 
causa de las válvulas venosas, las cuales impiden el reflujo de la sangre a favor de la 
gravedad. 
 
Durante la sístole auricular, la presión en las aurículas supera a la presión en los ventrículos, 
por lo tanto, la sangre pasa de las aurículas a los ventrículos. Durante la sístole ventricular, 
la presión en los ventrículos supera a la de las aurículas, pero la sangre no fluye de los 
ventrículos a las aurículas porque las válvulas auriculoventriculares se cierran y se mantienen 
cerradas gracias a la tensión de los tendones de los músculos papilares (Tamargo & Delpón 2010). 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 5 
 
VASOCONSTRICCIÓN Y VASODILATACIÓN 
La vasodilatación, es el aumento de la luz arterial, es decir, aumento del diámetro del vaso 
sanguíneo (se dilata o agranda el vaso sanguíneo) y la vasoconstricción, es la reducción de la 
luz arterial, o diámetro del vaso sanguíneo (se constriñe o achica el vaso sanguíneo). 
El flujo sanguíneo a las distintas partes del cuerpo, es regulado por el sistema nervioso 
simpático, el cual inerva a los músculos de las paredes de los vasos sanguíneos; los cuales, al 
ser estimulados por dicho sistema nervioso, se contraen, constriñendo el vaso sanguíneo, 
reduciendo la cantidad de sangre que puede pasar por el mismo; mientras que si la 
estimulación simpática se reduce, la musculatura de los vasos sanguíneos se relaja, 
dilatándose los mismos (vasodilatación), permitiendo el paso de mayor cantidad de sangre. 
En reposo, el sistema nervioso simpático, mantiene una estimulación constante a la 
musculatura de los vasos sanguíneos, manteniendo una tensión arterial constante, a lo que 
se le denomina “tono vasomotor”. En general, en todos los vasos sanguíneos del cuerpo, la 
estimulación por parte del sistema nervioso simpático produce vasoconstricción, pero en los 
vasos sanguíneos coronarios, produce vasodilatación y el parasimpático produce 
vasoconstricción Además, existe un tipo de fibra nerviosa simpática especial, que inerva 
también los músculos esqueléticos, que estimula la vasodilatación, es el tipo de fibra que se 
activa durante el mecanismo de “lucha o huida” en momentos de crisis (Wilmore & Costill 2004). 
Por otra parte, los músculos al contraerse, liberan una sustancia llamada óxido nítrico, el cual 
inhibe la vasoconstricción, permitiendo que los vasos sanguíneos de los músculos en 
actividad, se mantengan dilatados (Sartori et al. 2005) y (Thomas & Victor 1998). 
En el bulbo raquídeo (parte del tronco encefálico, que forma parte del sistema nervioso 
central), se encuentra el centro de control cardiovascular, dentro del cual, una parte 
denominada “centro vasomotor” es quien se encarga de controlar la dilatación o 
constricción de los vasos sanguíneos mediante la estimulación por parte del sistema nervioso 
simpático (Alfonso & Báez 2008) y (Tórtora & Derrickson 2011) 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 6 
 
Factores que estimulan la Vasodilatación 
 Disminución de la presión de O2 en el músculo 
 Aumento de la presión de Co2 en el músculo 
 Disminución del PH (acidificación) 
 Aumentode la temperatura corporal de dicha zona 
(Wilmore & Costill 2004) 
Así mismo, estos factores se producen durante la actividad física, ya que, durante la actividad 
física, el músculo consume oxígeno para producir energía, libera Co2, la ruptura del ATP 
produce calor y la liberación de hidrógenos durante la hidrólisis del ATP provoca acidez del 
músculo, la cual se transmite luego a la sangre (Busa & Nuccitelli 1984) citados por (Robergs et al. 
2004) y (Haff y Triplett 2015) 
 
ESTIMULACIÓN INTRÍNSECA 
(automatismo) 
 
El automatismo, es la capacidad que tiene el corazón de generar sus propios impulsos 
eléctricos para estimular su propia contracción. 
 
Sistema de autoconducción cardíaco 
Este sistema, es el que se encarga de generar y transmitir el impulso eléctrico por todo el 
miocardio; el sistema de autoconducción cardíaco está conformado por las siguientes partes: 
 
El músculo cardíaco tiene la capacidad única de generar su propia señal eléctrica, llamada 
autoconducción, lo que le permite contraerse rítmicamente sin estimulación neural. Sin 
estimulación hormonal, la frecuencia cardíaca intrínseca efectúa entre 70 y 80 latidos 
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(contracciones) por minuto, pero en las personas que siguen entrenamientos de resistencia 
puede descender a niveles inferiores (Wilmore & Costill 2004) y (Choudhury et. al. 2015). 
En reposo, la frecuencia cardíaca se mantiene entre 60 y 80 latidos por minuto gracias a un 
predominio de la estimulación vagal (sistema nervioso parasimpático) sobre el corazón. Es 
decir que, si se cortaran los nervios parasimpáticos que inervan al corazón, la frecuencia 
cardíaca de reposo se mantendría en unas 100 ppm (porque dependería solo del estímulo 
del nódulo sinusal) (Brubaker & Kitzman 2011) y (Saladin 2013). 
Esta propiedad de automatismo, está a cargo del nódulo sinusal (marcapasos), quien genera 
un impulso eléctrico que estimula la contracción auricular, pasa por el nódulo 
auriculoventricular donde se retrasa 0,13 a 0,15 seg y luego estimula a los ventrículos a 
través de las fibras de Purkinge (esto permite el llenado ventricular previo a su contracción) 
(Wilmore & Costill 2004), (Tamargo y Delpón 2012) & (Rhoades & Bell 2018). 
 
 
ESTIMULACIÓN EXTRÍNSECA 
Además de la regulación autonómica (estimulación intrínseca) de la frecuencia cardíaca, esta 
puede ser regulada también por medios extrínsecos (que no pertenecen al corazón) como 
ser… 
 
1) Sistema Nervioso Autónomo 
Sistema Nervioso Simpático (+ la FC) 
El sistema nervioso simpático (parte del sistema nervioso autónomo) posee neuronas que, 
naciendo desde la médula espinal, inervan al nódulo sinusal y al nódulo auriculo-ventricular 
del corazón y descargan en ellos moléculas de noradrenalina (NA), produciendo un aumento 
de la frecuencia cardíaca (taquicardia) y aumento de la fuerza de contracción del miocardio 
(Torrijos 2006), (Alfonso & Báez 2008), (Chicharro y Mojares 2008), (Martini et al. 2009) y (Minuchin 2008). 
 
Sistema Nervioso Parasimpático (- la FC) 
El Sistema nervioso parasimpático (parte del SNA), al igual que el sistema nervioso simpático, 
inerva (a través del nervio vago) al nódulo sinusal y al nódulo auriculo-ventricular del corazón 
y descarga sobre el mismo moléculas de acetilcolina (Ach), disminuyendo la frecuencia 
cardíaca (bradicardia) y la fuerza de contracción (Vived 2005), (Torrijos 2006), (Alfonso & Báez 2008), 
(Minuchin 2008) y (Martini et al. 2009). 
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2) Sistema endócrino 
De acuerdo con Fox (2011) y Vived (2005), con la realización de actividad física 
(principalmente si la intensidad es elevada), la médula adrenal (glándula suprarrenal) 
estimulada por el sistema nervioso simpático, secreta adrenalina y noradrenalina 
(catecolaminas), ambas hormonas estimulan al sistema cardiovascular generando: 
 Aumento de la frecuencia cardíaca (Prada Pérez 2018). 
 Aumento del volumen sistólico (+ fuerza de contracción) (Wilmore & Costill 2004). 
 Aumento de la tensión arterial (Prada Pérez 2018), (Haff & Triplett 2015) y (Wilmore & Costill 2004). 
 Aumento del flujo sanguíneo muscular (por vasodilatación) (Haff & Triplett 2015) y (Wilmore & 
Costill 2004). 
El efecto que provoca el sistema nervioso sobre la frecuencia cardíaca, es rápido (aumenta 
o reduce la FC rápidamente), pero dicho efecto dura poco tiempo, por el contrario, el efecto 
que provoca la liberación hormonal, es más lento (demora más en hacer efecto), pero su 
efecto es más duradero (Vived 2005). 
Se debe tener en cuenta que, a mayor edad, menor es la respuesta del corazón ante la 
liberación de catecolaminas, y por eso es menor la frecuencia cardíaca máxima en los más 
viejos. Esto hace al adulto mayor, menos apto para el rendimiento aeróbico, ya que el 
corazón, al no poder aumentar su frecuencia de latidos, no puede satisfacer las demandas 
de oxígeno con suficiencia (Heinsimer & Lefkowitz 1985), (Green & Crouse 1993), (Stratton et al. 1994), 
(Ocampo & Gutiérrez 2005), (Brubaker & Kitzman 2011) y (Vigorito & Giallauria 2014). A pesar de ello, el 
mismo entrenamiento aeróbico, permite aumentar la sensibilidad del miocardio a la 
liberación de catecolaminas (Spina et al. 1998). 
Al inicio de un ejercicio, la estimulación del sistema nervioso simpático al corazón, es 
inmediata, por esa razón, apenas comenzamos un ejercicio, la frecuencia cardíaca aumenta 
inmediatamente. 
 
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3) Estimulación mecánica 
El corazón, puede ser estimulado de forma mecánica mediante la maniobra de RCP. Durante 
dicha maniobra, lo que se hace, es comprimir el pecho, para lograr comprimir así el corazón. 
Esta compresión del corazón, permitirá la expulsión de la sangre que se encuentra dentro 
del corazón, manteniendo de esta manera la circulación activa ante un eventual paro 
cardíaco. En este caso, el rescatista (quien ejecuta el RCP), suple la función del miocardio, 
músculo que queda sin actividad durante el paro cardíaco (Peralta). 
Por otra parte, las insuflaciones, permitirán llenar de 
oxígeno los pulmones para la posterior hematosis, 
oxigenando así la sangre. 
De esta manera, se logra que sangre oxigenada, siga 
fluyendo por el cuerpo a pesar de que el corazón no 
esté latiendo y que el sujeto haya dejado de respirar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Centro de control cardiovascular (CCC) 
En el bulbo raquídeo, una parte del tronco cerebral, que a su vez forma parte del encéfalo 
(sistema nervioso), se encuentra el centro de control cardiovascular, el cual recibe señales 
de diferentes receptores, los cuales le informan del estado del cuerpo. En base a la 
información que recibe el CCC, el mismo envía estímulos de excitación (a través del sistema 
nervioso simpático) o de inhibición (a través del sistema nervioso parasimpático) hacia el 
marcapasos del corazón (nódulo sinusal). 
Los tres receptores principales que informan de manera constante al CCC, son los 
propioceptores (mecanorreceptores), los barorreceptores y los quimiorrecepores. Los 
propioceptores, se encuentran en lo músculos y articulaciones (huso neuromuscular, órgano 
tendinoso de Golgi y receptores articulares) y detectan los movimientos del cuerpo; este es 
el primer estímulo que rápidamente llega al CCC para que el mismo estimule al nódulo 
sinusal del corazón, aumentando la FC y la fuerza de contracción del miocardio. Los 
quimiorreceptores, se encuentran en el arco de la arteria aorta y en las arterias carótidas, y 
detectan cambios en las concentraciones de O2, Co2 y cambios en el PH (acidez), informando 
de manera constante al CCC. Si las concentracionesde O2 en sangre se reducen, las de Co2 
aumentan o si el PH se reduce, el CCC provocará taquicardia. Por último, los barorreceptores, 
se encargan de detectar cambios en la presión de los vasos sanguíneos, los mismos, al igual 
que los quimiorreceptores, se encuentran en el arco de la aorta y en las carótidas. Cuando la 
presión arterial decae, los barorreceptores informan al CCC para que el mismo estimule (a 
través del sistema nervioso simpático) la vasoconstricción de los vasos sanguíneos y 
viceversa; pero durante la actividad física, el umbral de excitación de los barorreceptores 
aumenta, por lo que los mismos no responden al aumento de presión arterial (Wilmore & Costill 
2004), (Chicharro & Vaquero 2006), (Lahera & Cachofeiro 2010), (Tórtora & Derrickson 2011), y (Tarantino 
2017). 
 
 
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En conclusión, durante la actividad física, los propioceptores son los primeros en estimular 
al centro cardiovascular para que aumente la frecuencia cardíaca y la contractilidad del 
miocardio a través de su estimulación por el sistema nervioso simpático (noradrenalina); 
luego serán los quimiorreceptores quienes detectando aumento de PCo2 y de temperatura 
y disminución de PO2 y PH colaborarán estimulando al centro cardiovascular para aumentar 
la FC y la fuerza de contracción. Por último, durante la actividad física, los barorreceptores 
no cumplen su función, ya que su umbral de activación se eleva, lo que puede evidenciarse 
por la elevada tensión arterial durante el ejercicio. 
 
MECANISMOS DE RETORNO VENOSO AL CORAZÓN 
Un latido del corazón, nunca tendrá la suficiente fuerza como para enviar la sangre hasta la 
punta del pie y de vuelta al corazón. El corazón, late con una fuerza suficiente como para 
enviar la sangre hasta parte más distal de las extremidades, pero luego ¿Cómo hará la sangre 
para retornar al corazón?; de eso se encargan los mecanismos de retorno venoso o retorno 
sanguíneo al corazón. 
El sistema cardiovascular posee 5 mecanismos (o tal vez mas) de retorno sanguíneo al 
corazón. 
 Válvulas venosas: 
Las venas, presentan en su interior, una serie de válvulas que se abren solo permitiendo el 
flujo de sangre en dirección al corazón, es decir en sentido anti-gravitatorio (si estamos de 
pie), y se cierran cuando la sangre intenta moverse en dirección opuesta al corazón, es decir 
a favor de la gravedad. De esta manera, estas venas, denominadas por lo general como 
“venas safenas”, evitan el reflujo de sangre gracias a las válvulas que presentan (Wilmore y 
Costill 2004), (Thibodeau & Patton 2007), (Marieb 2008), (Tresguerres et. al. 2009), (Moore et. al. 2013) y 
(Tansey et. al. 2019). 
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 Compresión de la suela venosa de Lejars: 
Se trata del primer mecanismo de retorno venoso del cuerpo. En la planta del pie, se 
encuentran numerosos vasos sanguíneos, que contienen unos 25 ml de sangre, los cuales, al 
pisar, se ven aplastados por el peso del cuerpo, enviando la sangre en dirección al corazón 
gracias a las válvulas venosas. En reposo, el bombeo de sangre por parte de la suela venosa 
de Lejars se encuentra inactivo (Tituana & Milena 2011), (Uhl & Guillot 2010) y (Uhl & Guillot 2012). 
 
 Bomba muscular: 
Tanto en la planta de los pies, como en las piernas, muslos, pelvis y demás partes del cuerpo, 
encontramos músculos rodeando a los vasos sanguíneos. Los músculos, cumplen la función 
de presionar o masajear las venas (al contraerse), obligando a la sangre a fluir en dirección 
al corazón (gracias a las válvulas venosas). Análogamente, es como si los músculos al 
contraerse “ordeñaran” a las venas, empujando la sangre hacia el corazón. Cuando una 
persona pasa mucho tiempo de pie sin moverse, la alta presión de sangre en la zona del 
tobillo (90 mmhg), provoca la extravasación (traspaso) de la sangre de los vasos sanguíneos 
hacia el espacio intersticial, favoreciendo edemas e hinchazón de la zona; pero si la persona 
camina, la presión se reduce (hasta 20 mmhg) porque la sangre fluye en dirección al corazón. 
Por otra parte, si el sujeto pasa de posición bípeda (parado) a posición decúbito (acostado), 
la presión de la sangre en la zona de miembros inferiores también se reduce (Pollack & Wood 
1949), (Wilmore y Costill 2004), (Thibodeau & Patton 2007), (Marieb 2008), (Tresguerres et. al. 2009), (Lindsay 
et. al. 2013), (Moore et. al. 2013), (Patton & Thibodeau 2013) y (Tansey et. al. 2019). 
 
 La respiración (bomba respiratoria): 
Durante la inspiración: El descenso del diafragma, aumenta la presión intraabdominal, 
aumentando la presión sobre las venas de las vísceras (intestinos delgado y grueso, 
estómago, hígado, etc.), comprimiéndolas y haciendo fluir su contenido de sangre hacia la 
vena cava inferior. A su vez, durante la inspiración, la vena cava inferior de la zona 
infradiafragmática (abdominal) también se ve presionada, obligándola a empujar su sangre 
hacia la zona supradiafragmática de la vena cava inferior. También durante la inspiración, la 
presión intratorácica se reduce, por lo que la zona supradiafragmática de la vena cava 
inferior y la aurícula derecha se distienden, provocando un un efecto de succión, que atrae 
la sangre de la zona inferior de la vena cava abdominal. Durante la Exhalación: Durante esta 
fase, la presión intrapulmonar (o intratorácica) aumenta, presionando el tramo 
supradiafragmático de la vena cava inferior y también a la vena cava superior, favoreciendo 
el flujo de sangre hacia la aurícula derecha (NORDENSTRÖM & NORHAGEN 1965), (NAKHJAVAN et. al. 
1966), (Barbany 2002), (Wilmore y Costill 2004), (Fernández-Tresguerres Hernández et. al. 2005), (Hüter-Becker 
et al. 2006), (Marieb 2008), (Tresguerres et al. 2009) y (Patton & Thibodeau 2013). 
 
 Bomba cardíaca: 
Durante la sístole auricular, la presión en la aurícula derecha aumenta, por lo que la sangre 
de la misma pasa al ventrículo derecho, pero durante la diástole auricular, la aurícula 
derecha se distiende, su presión interna se reduce alcanzando una diferencia de 7 mmhg con 
respecto a las venas cavas, generando un efecto de succión de sangre desde las mismas, 
favoreciendo el retorno venoso (Guyton et. al. 1957), (Tamargo y Carrón 2005) y (Tamargo & Delpón 
2012). Este mecanismo se asimilaría a la función que cumple un cuentagotas al “succionar” el 
líquido luego de presionar y soltar la perilla de goma. 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 13 
 
Durante la diástole auricular, la aurícula derecha succiona sangre de las venas cavas, y 
durante la sístole, la sangre succionada anteriormente, se traslada al ventrículo derecho; ya 
que no puede volver por las venas cavas (reflujo) a causa de las válvulas venosas. 
 
Cuando realizamos actividad física, los músculos se contraen con más frecuencia y con más 
intensidad (bomba muscular), el volumen inspiratorio y la frecuencia respiratoria (bomba 
respiratoria) aumentan, la frecuencia cardíaca (y por tanto la frecuencia de diástole y 
succión) aumenta, y si el ejercicio implica marcha, entonces la frecuencia de pasos 
(mecanismo de Lejars) también aumenta en comparación con el reposo. Todos estos 
cambios, promueven un aumento de la velocidad de retorno venoso durante la práctica de 
actividad física (Barbany 2002), (Tresguerres et al. 2009) y (Lindsay et. al. 2013). 
 
 
 
 
 
 
En la imagen, de la izquierda, una 
vena con su válvula, la cual permite 
el flujo de sangre hacia el corazón 
(dirección anti-gravitatoria) pero 
impide el flujo de sangre a favor de 
la gravedad. 
En las imágenes de abajo, la 
compresión de la suela venosa de 
Lejars y la bomba muscular, 
trabajando en conjunto con las 
válvulas venosas para permitir el 
retorno de sangre al corazón.Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 14 
 
 
 
 
 
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VOLUMEN Y COMPOSICIÓN DE LA SANGRE 
El volumen total de sangre de una persona, varía dependiendo del tamaño de su cuerpo y 
de su nivel de entrenamiento; cuanto más grande sea el cuerpo del sujeto y cuanto mayor 
sea su nivel de entrenamiento en resistencia aeróbica, mayor será su volumen total de 
sangre. Una persona promedio, con un tamaño corporal promedio y sin entrenamiento, 
presenta en total, unos 5 a 6 litros de sangre en el caso de los hombres y unos 4 a 5 litros de 
sangre en el caso de las mujeres (Wilmore y Costill 2004). 
La sangre está compuesta por una parte sólida (las células sanguíneas), llamada también 
“fracción corpuscular” y una parte líquida (en la cual flotan las células sanguíneas), llamada 
plasma. La fracción corpuscular o parte sólida de la sangre, representa el 45% del total de la 
sangre, y se conforma de las células de la sangre, las cuales son: glóbulos rojos, glóbulos 
blancos y plaquetas. Los glóbulos rojos, se encargan de transportar O2, los glóbulos blancos, 
se encargan de proteger al cuerpo (eliminando cualquier virus) y las plaquetas se encargan 
de coagular la sangre (para cerrar heridas). El 99% de las células sanguíneas están 
representadas por los glóbulos rojos (la célula sanguínea más grande), el 1% restante por 
glóbulos blancos y plaquetas. La parte líquida de la sangre o plasma, representa el 55% del 
total de la sangre, pero la misma puede reducirse con la deshidratación y puede aumentar 
(a largo plazo) con el entrenamiento de resistencia aeróbica (Wilmore y Costill 2004). 
 
 
 
HEMATOCRITO 
A la cantidad de glóbulos rojos en 
relación al plasma que se 
encuentran en sangre, se le 
denomina “hematocrito”; cuando 
la cantidad de glóbulos rojos en 
relación al plasma aumenta, se 
dice que el hematocrito aumenta. 
Si nos deshidratamos, el volumen 
de plasma en sangre se reduce, y 
el hematocrito aumenta. Si 
aumenta la cantidad de plasma en 
relación a los glóbulos rojos o si se 
reduce la cantidad de glóbulos 
rojos (por anemia), entonces el 
hematocrito se reduce y la sangre 
será menos viscosa (Wilmore y 
Costill 2004). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 17 
 
 
 
 
 
 
 
A diferencia de la hemoglobina, que transporta el O2 en sangre, la mioglobina, es la proteína 
que se encarga de transportar y almacenar el O2 dentro de la fibra muscular (McArdle et. al. 
2015a). 
 
 
 
 
 
 
Un glóbulo rojo, contiene 
unas 250 millones de 
moléculas de hemoglobina. La 
hemoglobina contiene hierro 
(4 moléculas), al cual se 
adhieren las moléculas de O2. 
Cada molécula de 
hemoglobina puede unirse a 4 
moléculas de O2 para 
transportarlas. Por lo que un 
glóbulo rojo, puede 
transportar un total de 1 
billón de moléculas de O2 
(Wilmore y Costill 2004). 
El hematocrito, aumenta durante el ejercicio, no 
solo por la deshidratación causada por el sudor, 
sino también por la pérdida de líquido 
intravascular, el cual se transfiere hacia el 
espacio intersticial. Durante el ejercicio físico, la 
circulación se acelera, y la intensa transferencia 
de nutrientes, oxígeno y agua entre la sangre y 
las células musculares (pasando entre medio por 
el espacio intersticial), provoca el estancamiento 
de una parte de este líquido en el espacio 
intersticial. Por otra parte, esta intensa 
circulación generada por el ejercicio físico, 
provoca una extravasación (traspaso) del líquido 
intravascular al líquido intersticial a través de las 
paredes de los vasos sanguíneos, reduciéndose 
aún más el plasma sanguíneo (Barbany 2002) y 
(Wilmore y Costill 2004). 
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SISTEMA LINFÁTICO 
 
Este es un sistema de vasos (no vasos sanguíneos), que tiene como función, recolectar el 
líquido del espacio intersticial y transportarlo hacia los vasos sanguíneos. 
Como se ha descrito recién, la intensa circulación de la sangre por los vasos sanguíneos 
cuando aumenta el gasto cardíaco, produce un traspaso de plasma desde el espacio 
intravascular al espacio intersticial (por los poros de los vasos sanguíneos), quedando en 
muchos casos, varado el plasma en este espacio intercelular (Wilmore & Costill 2004) y (Rhoades 
& Bell 2018). 
Así también, cuando pasamos mucho tiempo de pie sin movernos, tiende a acumularse 
sangre en los pies y piernas, aumentando mucho la presión hidrostática (presión de la sangre 
sobre los capilares), obligando a que parte del plasma sanguíneo se filtre por los poros de los 
vasos sanguíneos y quede varado en el espacio intersticial (Fernández-Tresguerres et. al. 2005). 
Cuando esto sucede, el sistema linfático, es el que se encargará de tomar el plasma perdido 
en el líquido intersticial, y devolverlo a los vasos sanguíneos (Wilmore & Costill 2004) y (Rhoades & 
Bell 2018). 
 
 
 
MECANISMOS DE PÉRDIDA DE CALOR 
 
El cuerpo humano es un organismo homeotermo, es decir, que siempre debe mantenerse a 
una misma temperatura (Del Rosso 2007); como la temperatura del cuerpo se ve influenciada 
por la actividad física y por la temperatura ambiente (Baker et. al. 2019), el organismo cuenta 
con 4 mecanismos de pérdida de calor. 
 
Nótese en la figura, que cuanto mas abajo se 
encuentre la sangre en relación al corazón, 
mayor será la presión hidrostática (mmHg), por 
lo tanto, mayor la extravasación de plasma 
sanguíneo al líquido intersticial si nos 
mantenemos de pie sin movernos (Fernández-
Tresguerres et. al. 2010) 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 19 
 
 Conducción 
Es el intercambio calórico entre objetos o sustancias con temperaturas diferentes, cuando 
están en contacto mutuo. El grado de calor transferido es proporcional a la diferencia 
térmica entre los objetos en contacto (gradiente térmico) (Barrett 2013) y (Tansey & Johnson 2015). 
 
 Convección 
La convección, supone la transferencia de calor de un lugar a otro, por rozamiento de un 
fluido (gas o líquido) a través de la superficie de distinta temperatura (la piel). Cuanto mayor 
es el movimiento del fluido, mayor es el ritmo de eliminación de calor por convección 
(Wilmore & Costill 2004) y (Tansey & Johnson 2015). Por ejemplo, si la piel se encuentra caliente por 
transferencia de calor desde la sangre a la piel, y si el aire del ambiente es más frío que la 
piel, entonces las masas de aire frío que entran en contacto con la piel, se llevan el calor de 
la piel. Así, van pasando distintas masas de aire frío, que al rozar con la piel se llevan su calor 
enfriándola. 
Durante la práctica de actividad física, la ropa, cumple en el cuerpo una función aislante, 
atrapando el aire entre la piel y la ropa, aire que se mantendrá caliente (por la alta 
temperatura de la piel), evitando la pérdida de calor corporal por convección (Yousef & 
VARCALLO 2020). 
 
 Radiación 
En reposo, la radiación es el método principal de pérdida de calor corporal. A temperatura 
ambiente normal, el cuerpo desnudo pierde alrededor del 60% de su exceso de calor por 
radiación. El calor es liberado en forma de rayos infrarrojos, que son un tipo de ondas 
electromagnéticas (Wilmore & Costill 2004) y (Tansey & Johnson 2015). La pérdida de calor por 
radiación solo puede realizarse si el entorno es más frío que nuestro cuerpo (Berglund & 
Gonzales 1977) y (Del Rosso 2007). 
 
 Evaporación 
La evaporación es el camino más importante para la disipación del calor durante el ejercicio. 
Representa alrededordel 80% de la pérdida total de calor cuando estamos físicamente 
activos, pero sólo aproximadamente el 20% en reposo (Wilmore & Costill 2004). La evaporación, 
hace referencia a la pérdida de calor por transpiración. 
Sobre este mecanismo de pérdida de calor se hablará en detalle más adelante. 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 20 
 
Si bien el cuerpo tiene todos estos mecanismos de pérdida de calor; existen dos 
componentes corporales modificables, que pueden dificultar la pérdida de calor, estos son 
la masa adiposa (grasa) y la masa muscular. 
Tanto la masa adiposa como la masa muscular, cumplen una función aislante en el cuerpo, 
es decir, obstaculizan en el intercambio de temperatura entre el cuerpo y el ambiente, 
dificultando la pérdida de calor (lo que es beneficioso en climas fríos, pero desfavorable en 
ambientes calurosos); además, ambos tejidos, aumentan la producción de calor metabólico 
(Wilmore & Costill 2004), (Chudecka et. al. 2014), (Osayande et. al. 2016) y (Payne et. al. 2018). Por esta 
razón, las personas con mayor masa muscular o mayor masa grasa, tienden a sudar mas (Vived 
2005) y (Osayande et. al. 2016). Si bien las mujeres presentan naturalmente una mayor 
proporción de grasa corporal en comparación con los hombres, las últimas, tienen menor 
masa muscular que el hombre (Wilmore & Costill 2004), lo que equilibra medianamente la 
capacidad de ambos sexos para mantener la temperatura corporal y soportar el frío. 
 
 
 
 
Ritmo circadiano de la temperatura corporal 
 La temperatura del cuerpo, va variando a lo largo de un día, alcanzando su punto más bajo 
cerca de las 04:00 o 05:00 hs (madrugada), en donde la temperatura corporal es de 36ºC, y 
su punto más alto cerca de las 18:00 hs, donde la temperatura corporal alcanza los 37ºC 
(Refinetti & Menaker 1992) y (Maughan 2010). 
 
Tasa de sudoración en 
mujeres de peso bajo, 
normopeso, sobrepeso y 
obesidad (Osayande et. al. 
2016). 
Se videncia claramente 
que, cuanto mayor es la 
masa grasa corporal, 
mayor es la tasa de 
sudoración. 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 21 
 
 
 
Estas modificaciones en la temperatura corporal durante el transcurso del día, tiene 
implicaciones en el rendimiento deportivo; ya que, cuanto mayor es la temperatura corporal, 
mayores resultados deportivos se obtienen. Es así, que se ha comprobado, que el 
rendimiento deportivo para casi todas las cualidades físicas (fuerza, potencia, resistencia 
aeróbica, velocidad de reacción, flexibilidad, etc.) y para todos los tipos de ejercicio 
(ejercicios anaeróbicos alácticos, lácticos y aeróbicos) es mayor por la tarde que por la 
mañana (alcanzando el pico de rendimiento cerca de las 18:00), porque dicho rendimiento 
depende directamente de la temperatura corporal. Esta mejora del rendimiento deportivo 
con el aumento de la temperatura corporal, se explica por el aumento del flujo sanguíneo a 
los músculos, aumento de la elasticidad muscular y mayor velocidad de conducción nerviosa 
(entre otros) obtenidos gracias al aumento de la temperatura del cuerpo (Shellock & Prentice 
1985), (Atkinson & Reilly 1996), (Souissi et al. 2002), (Drust et. al. 2005) y (Hayes et. al. 2010). 
 
 
GLÁNDULAS SUDORÍAPARAS Y ACTIVIDAD FÍSICA 
 
A grandes rasgos, existen dos tipos de glándula sudorípara, un tipo son las glándulas ecrinas, 
las cuales son pequeñas, pero las mismas son muy numerosas, y se encuentran tanto en la 
piel lampiña (como palmas de manos o plantas de pies) como en la piel con pelo. La mayoría 
de las glándulas sudoríparas ecrinas, se encuentran en palmas de manos, planta de pies, 
espalda y frente, y las mismas responden a estímulos emocionales y térmicos. El otro tipo de 
glándula sudorípara, es la apocrina, las cuales se encuentran en axilas, mamas, cara, cuero 
cabelludo y periné (zona genital) (Van De Graaff 1999) y (Baker et. al. 2019). Las glándulas 
sudoríparas ecrinas, presentan un tubo que se conecta directamente con la superficie de la 
piel, a través del cual excretan el sudor fuera del cuerpo. Las glándulas apocrinas, conectan 
su tubo excretor con los folículos pilosos (conducto desde el cual nace el pelo), por los cuales 
sale el sudor hacia la superficie de la piel (Tresguerres et. al. 2009), (Rizzo 2011) y (Baker et. al. 2019). 
Las glándulas ecrinas, se encuentran en personas de todas las edades, pero las apocrinas, se 
forman recién a partir de la adolescencia, por lo que los niños no presentan este tipo de 
glándula. Por otra parte, las glándulas apocrinas, tienen una capacidad 7 veces mayor de 
excretar sudor en comparación con las glándulas ecrinas (Tresguerres et. al. 2009), (Rome & 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 22 
 
Blackburn 2011) y (Baker et. al. 2019). Esta particularidad, hace que los niños preadolescentes, 
sean más susceptibles al sobrecalentamiento corporal (ya sea por alta temperatura 
ambiental como por actividad física), ya que no presentan estas glándulas extras (apocrinas), 
que le permitirán al adolescente y adulto perder calor con mayor facilidad a través de una 
mayor transpiración (Correa Bautista 2007), (Rome & Blackburn 2011) y (Gomez et. al. 2013). 
 
 
 
 
 
REDISTRIBUCIÓN SANGUÍNEA EN RELACIÓN CON LA TEMPERATURA 
CORPORAL 
 
El humano, es un ser homeotermo, y si bien la temperatura corporal normal del humano es 
de 37ºC, el cuerpo puede tolerar reducir su temperatura hasta unos 34ºC (punto en el cual 
ya se ralentiza el metabolismo y se altera el ritmo cardíaco) o puede tolerar un aumento en 
el cual llegue a 45ºC (por encima de la cual, las enzimas comienzan a destruirse) (Del Rosso 
2007), (Tansey & Johnson 2015) y (Yousef & VARCALLO 2020). 
Cuando la temperatura corporal aumenta, el hipotálamo (parte del sistema nervioso 
autónomo), estimula (por vía nerviosa) a las glándulas sudoríparas a que liberen sudor, y 
estimula también la vasodilatación en los vasos sanguíneos de la piel, aumentando la 
circulación en esta zona (circulación periférica). En la periferia de la piel, se encuentran las 
glándulas sudoríparas, las cuales toman líquido del espacio intersticial; al pasar la sangre 
caliente por los vasos sanguíneos cerca de las glándulas sudoríparas, la parte líquida de la 
sangre (plasma), se filtra, atravesando el espacio intersticial e ingresando a la glándula 
sudorípara, luego atraviesa la misma hasta salir excretada fuera de la piel como sudor; de 
esta manera, se logra perder calor corporal mediante la transpiración o evaporación (Wilmore 
y Costill 2004), (Del Rosso 2007) y (Rhoades & Bell 2018). 
Durante la práctica de actividad física, se pueden llegar a perder hasta 2,5 litros de agua 
corporal en forma de transpiración (Brown 2010). 
Al salir excretada la transpiración fuera de la piel, la misma se evapora, pasando de estado 
líquido a gaseoso, por lo que la transpiración caliente se convierte en aire caliente, logrando 
así el cuerpo, perder su calor, transfiriéndoselo al ambiente. 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 23 
 
Además de ello, al pasar la sangre por los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel, 
la sangre transmite su calor a dicha superficie, la cual pierde este calor por rozamiento con 
el aire fresco del ambiente (convección) (Del Rosso 2007) y (Tansey & Johnson 2015). 
En contrapartida, cuando la temperatura corporal se reduce, el hipotálamo (sistema 
nervioso autónomo), estimula la vasoconstricción de los vasos sanguíneos de la piel 
(periféricos) y estimula la vasodilatación en los vasos sanguíneos de los órganos del tronco, 
es decir del centro del cuerpo (Del Rosso 2007). Además, ante una reducción de la temperatura 
corporal, los músculos piloerectores (involuntarios), estimulados por el sistemanervioso 
autónomo, se contraen, parando los pelos del cuerpo; este mecanismo, permite retener el 
aire entre los pelos, formando una masa de aire inmóvil (que se calienta en contacto con la 
piel) que funciona como aislante, para mantener la constante temperatura de la piel (Barbany 
2002), (Chaplin et. al. 2014) y (Tansey & Johnson 2015). En este caso, la piloerección, cumple una 
función similar a la ropa, intentando retener el aire cerca de la piel. 
Por último, cuando la vasoconstricción periférica y la piloerección no son suficientes para 
mantener la temperatura corporal, el sistema nervioso autónomo recurre a la actividad 
muscular (Tansey & Johnson 2015). Como el 70% de la energía provista para la contracción 
muscular se disipa en forma de calor (y solo el 30% se utiliza para dicha contracción) (Baker 
et. al. 2019); ante una evidente reducción de la temperatura corporal, el cuerpo reacciona 
provocando “temblor muscular”, es decir, contracciones involuntarias, de músculos 
esqueléticos (estriados voluntarios), lo que nos hace “tiritar” con el fin de generar calor y así 
mantener la temperatura corporal estable (Del Rosso 2007), (Tortora & Derrickson 2011) y (Tansey & 
Johnson 2015). 
Se debe tener en cuenta también, que en ambientes fríos, la frecuencia cardíaca durante el 
ejercicio tiende a ser menor, lo que podría reducir el Q y por lo tanto el rendimiento 
(Deligiannis et. al. 1993). 
 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 24 
 
 
 
 
REDISTRIBUCIÓN SANGUÍNEA EN RELACIÓN CON LA INGESTA DE 
ALIMENTOS 
 
A consecuencia de la ingestión de alimentos, el flujo sanguíneo al sistema digestivo 
(perfusión esplácnica) aumenta (Sidery et. al. 1994), esto permite que llegue más oxígeno para 
y nutrientes para la digestión de los alimentos. 
 
 
COMPETENCIA DE SANGRE 
 
Cuando más de un sistema requiere sangre para su funcionamiento, se produce una 
“competencia” entre los sistemas por la sangre; porque los sistemas precisan de suministro 
de sangre, para recibir el oxígeno y nutrientes que necesitan para producir energía (ATP) y 
funcionar eficientemente. 
Competencia de sangre entre músculos y piel: 
Durante la práctica de actividad física, la temperatura corporal aumenta unos 3ºC, y se 
mantiene elevada incluso durante varias horas luego de finalizar la actividad (McArdle et. al. 
2015b) y (Yousef & VARCALLO 2020), por lo que será necesaria la redistribución de la sangre hacia 
la piel para perder el exceso de calor corporal. Además, si el ambiente de por sí ya es 
caluroso, entonces la temperatura corporal se eleva todavía más, y la distribución sanguínea 
hacia la piel deberá incrementarse para intensificar la pérdida de calor por evaporación 
(transpiración). 
Durante la actividad física, los músculos precisan de un importante suministro de sangre, 
para poder producir energía para el movimiento. Siendo que la piel también demanda gran 
cantidad de sangre durante el ejercicio (más si se trata de un ambiente caluroso y húmedo), 
se producirá entre los músculos y la piel, una competencia por la sangre. En consecuencia, 
como ambos sistemas requieren gran cantidad de sangre, en ambientes calurosos y 
húmedos en los que se realiza ejercicio (más aún si el ejercicio es intenso o prolongado), el 
suministro de sangre tanto a los músculos como a la piel, será ineficiente, reduciéndose el 
rendimiento en el ejercicio, y corriendo peligro de sobrecalentarse el cuerpo (Wilmore y Costill 
2004), (Del Rosso 2007) y (Tansey & Johnson 2015). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 25 
 
 
Competencia de sangre entre músculos y sistema digestivo: 
Se ha comprobado que, durante la realización de ejercicio, la irrigación al sistema digestivo 
y excretor se reducen (hipoperfusión esplácnica) (Van Wijck et. al. 2011), (Hayashi et. al. 2012), (De 
Olivera et. al. 2014), (Costa et. al. 2017); se considera que esto se produce para permitir una mayor 
perfusión de sangre a los músculos y piel (De Olivera et. al. 2014). A su vez, se ha comprobado 
que la ingesta de alimentos previo a la realización de actividad física, suprime la 
hipoperfusión esplácnica que se evidencia durante el ejercicio; es decir que, a pesar de 
realizar ejercicio físico, los vasos sanguíneos que irrigan a los órganos del sistema digestivo 
se mantienen dilatados, enviando sangre para la digestión. Esto se produce para mantener 
las funciones digestivas y de absorción de nutrientes, lo que produce una competencia de 
sangre entre los músculos y el sistema digestivo (Hayashi et. al. 2012). 
Además de ello, el ejercicio físico llevado a cabo luego de la ingesta de alimentos, tiende a 
provocar reflujo gastrointestinal; principalmente cuando el ejercicio implica agitación o 
sacudidas del cuerpo (como es el caso de la carrera o los saltos) (Clark et. al. 1989). 
 
 
La figura, muestra la redistribución sanguínea durante la realización de ejercicio intenso 
(Wilmore & Costill 2004). 
 
 
 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 26 
 
TRANSPIRACIÓN Y PÉRDIDA ELECTROLÍTICA 
 
Cuando el cuerpo transpira para perder calor, no solo pierde agua, sino que, junto con el 
agua, excreta también minerales, principalmente sodio, y también un poco de potasio, 
magnesio y cloro (Shirreffs et al. 2004), (Gil 2005), (Procopio 2006), (Brown 2010), (José et al. 2014) y 
(Aguilera et. al. 2016). Mientras el sudor atraviesa el tubo de la glándula sudorípara, esta 
reabsorbe el sodio que contiene dicho sudor (para que no se pierda tanto sodio), pero 
cuando la velocidad de transpiración se acelera, el sudor pasa más rápidamente por el ducto 
de la glándula, dejando menos tiempo para la reabsorción, lo que resulta en un sudor con 
mayor concentración de sodio (y por ende más salado). Por lo tanto, la concentración de 
sodio en el sudor, es directamente proporcional a la velocidad de sudoración; la cual se 
acelera más, cuanto mayor es la temperatura corporal (ya sea por un ambiente muy caliente 
o por una actividad física de muy alta intensidad) (Brown 2010). 
Por otra parte, una pérdida significativa de sodio a causa del sudor, no solo depende de la 
velocidad de sudoración, sino también del tiempo que se pasa sudando; ya que, si se trata 
de competencias deportivas que duran varias horas, los largos períodos que se pasa 
sudando, conllevan una pérdida importante de sodio, el cual debe reponerse junto con el 
agua (Brown 2010). 
Por último, el entrenamiento habitual en ambientes calurosos, provoca adaptaciones en las 
glándulas sudoríparas; desarrollando en las mismas una mayor capacidad de reabsorción de 
sodio. Esto implica una menor pérdida de sodio por sudor en sujetos entrenados y 
aclimatados en ambientes calurosos (Ruiz et. al. 2002), (Buono et. al. 2007) y (Brown 2010). 
Teniendo en cuenta esto, será importante que, cuando la actividad física realizada sea de 
larga duración, y/o la velocidad de sudoración sea significativa, no se reponga solamente 
agua al organismo, sino también minerales, los cuales se pierden junto con el sudor 
(principalmente sodio) (Halder & Daw 2020). 
 
 
HUMEDAD, CALOR Y TERMORREGULACIÓN 
 
Se debe recordar, que el agua, puede hallarse en 3 estados diferentes, líquido, sólido y 
gaseoso. El aire, está compuesto de moléculas de agua (H2O) entre otros elementos, y este 
aire ambiental, puede aumentar o reducir su contenido de agua (humedad del aire) 
dependiendo de diversos factores (Vived 2005) y (Fox 2011). El agua, puede pasar del estado 
líquido al gaseoso al evaporarse (se transfiere de un líquido, al aire ambiental), esto ocurre 
por diferencia de presión, es decir, diferencia de concentración de agua entre un medio 
(zona) y otro. 
Cuando la humedad del aire del ambiente es alta, este aire ya contiene muchas moléculas 
de agua(H2O), por lo que difícilmente pueda aceptar más moléculas de agua provenientes 
de cualquier medio líquido o sólido. Esto hace que la evaporación del sudor se vea dificultada 
(el agua del sudor no puede transferirse al ambiente); y al no evaporarse el sudor, este 
líquido caliente se acumula sobre la piel, dificultando la pérdida de calor. Cuando la 
acumulación de sudor sobre la piel es muy alta, este tiende a gotear. En cambio, un ambiente 
con poca humedad, significa un mayor gradiente de presión (diferencia de concentración) 
de agua entre el ambiente y el sudor, lo que facilitará la evaporación (Wilmore & Costill 2004), 
(Moyen et. al. 2014), (Tansey & Johnson 2015) y (Baker et. al. 2019). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 27 
 
Al evaporarse el sudor, este líquido caliente se convierte en aire caliente (la temperatura se 
transfiere al aire), y el cuerpo se enfría. 
 
 
 
FACTORES DE LOS QUE DEPENDE LA SUDORACIÓN 
(Benardot 2020) 
 
Temperatura ambiente: Las temperaturas más altas causan mayores índices de sudoración. 
Humedad ambiental: La mayor humedad causa mayores índices de sudoración. 
Vestimenta/equipo: La ropa que atrapa la humedad contra la piel produce una evaporación 
ineficaz y mayores índices de sudoración, y también puede disminuir la pérdida de calor por 
convección a través del aumento del flujo sanguíneo hacia la piel. 
Área de superficie corporal: Se observa una mayor capacidad de producción de sudor en 
adultos con áreas de superficie corporal más grandes. 
Acondicionamiento: Los atletas bien acondicionados tienen una mejor capacidad de 
sudoración (pueden sudar un mayor volumen por unidad de tiempo para mejorar el 
enfriamiento por evaporación). Esto se da a causa de una hipertrofia de las glándulas 
sudoríparas. 
Equilibrio hídrico (nivel de hidratación): El equilibrio hídrico se relaciona con mayores 
índices de sudoración. La deshidratación reduce la tasa de sudoración en ~15% y este puede 
regresar a lo normal mediante la restauración del equilibrio hídrico. 
Intensidad de la actividad: Las actividades de mayor intensidad se relacionan con una mayor 
utilización de energía por unidad de tiempo, con una mayor producción de calor metabólico, 
lo que requiere mayores índices de sudoración para disiparlo. 
Sexo: Las mujeres no solo tienen índices de sudoración más bajos que los hombres, sino que 
también tienen tasas de gasto energético más bajas debido a su (típicamente) menor masa 
muscular y, posiblemente, alguna variabilidad específica del sexo en las glándulas 
sudoríparas y la adaptación al ejercicio. 
Edad: Los niños tienen menos glándulas sudoríparas y producen menos sudor por medio de 
estas que los adultos. Por lo tanto, están en mayor riesgo de estrés por calor. 
 
 
 
DESHIDRATACIÓN 
 
A medida que el cuerpo transpira, va perdiendo su contenido de agua. Como el 50% de la 
sangre es agua, al transpirar, la sangre pierde contenido líquido, quedando más 
concentradas las células sanguíneas (aumenta el hematocrito), volviéndose la sangre más 
densa, espesa o viscosa. Al aumentar la densidad de la sangre, se reduce la fluidez de la 
misma, pues el rose de la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos, tiende a 
ralentizar su velocidad de circulación. Esta mayor resistencia al paso de la sangre por los 
vasos sanguíneos, dificulta el trabajo del corazón, el cual debe contraerse con más fuerza 
para empujar una sangre muy densa (Sawka et al. 1984), (González-Alonso & Coyle 1998), (Wilmore y 
Costill 2004), (Vived 2005), (Torrijos 2006) y (Haff & Triplett 2015); esto podría asemejarse a tener que 
“remar en dulce de leche”. 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 28 
 
Al perder la sangre parte del plasma a causa del sudor, se reducirá la volemia (contenido 
total de la sangre en todo el cuerpo), lo que se traducirá en un menor volumen sistólico y 
menor presión arterial. En un primer momento, este menor volumen sistólico, se 
compensará con un aumento de la frecuencia cardíaca (para mantener constante el gasto 
cardíaco) (Montain & Coyle 1992), (Coyle & Montain 1992), (José et. al. 1997) y (González-Alonso & Coyle 
1998), pero si la deshidratación sigue en aumento, también se reducirá el gasto cardíaco 
(González-Alonso & Coyle 1998) así, al reducirse el gasto cardíaco máximo, se reduce también el 
flujo sanguíneo a las distintas partes del cuerpo, entre ellos a los músculos, con la 
consecuente reducción del rendimiento deportivo (González-Alonso 2007). Además, un aumento 
de la densidad de la sangre, reduce el retorno venoso, lo que también provoca reducción del 
volumen sistólico y por lo tanto del gasto cardíaco máximo y del rendimiento deportivo (Del 
Rosso 2007). Registros en deportistas, muestran pérdidas de sudor de 1,5 litros a 2,25 litros 
por cada hora de ejercicio (Brown 2010). 
 
 
 
El cuerpo transpira para perder el calor corporal y evitar la hipertermia; cuando se ha perdido 
gran cantidad de agua por transpiración, y la misma no se repone (no se toma agua), el 
cuerpo estimula la liberación de la hormona antidiurética, la cual inhibe la pérdida de agua 
por orina. Esto es favorable para preservar el agua corporal (González-Alonso & Coyle 1998), (Van 
De Graaff 1999) y (Wilmore y Costill 2004). 
Como la pérdida significativa de agua representa un estímulo estresante para el organismo, 
ante un estado de deshidratación, se liberan otras hormonas (cortisol y adrenalina), las 
cuales estimulan la glucólisis y glucogenólisis (degradación de la glucosa) 
independientemente de la intensidad del ejercicio realizado (Jeukendrup 2003), (Del Rosso 2007) y 
(José et al. 2014). 
Será importante que, al momento de reponer líquido, ingerir no solo agua, sino agua con 
cloruro de sodio (sal), ya que el cloruro de sodio, permite retener el agua en el organismo 
(Firman 2000), y cumple otras funciones vitales. 
Por último, tener en cuenta que la sensación de sed, se presenta cuando el cuerpo ya ha 
perdido un 1% a 2% del total del agua corporal, es decir, cuando el organismo ya se 
encuentra deshidratado, por lo que será necesario, comenzar a hidratarse antes de sentir 
sed (José et al. 2014). 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 29 
 
 
 
 
 
¿COMO CONOCER EL NIVEL DE HIDRATACIÓN? 
 
Un método sencillo y práctico para conocer el nivel de hidratación del cuerpo, es a través de 
la orina, pues, cuanto más oscura es la orina, mayor es el nivel de deshidratación (porque 
mayor es la concentración de desechos por volumen de orina), a la inversa, cuanto más clara 
es la orina, mayor es el nivel de hidratación (porque los desechos se encuentran más 
diluidos) (Urdampilleta et al. 2013) y (Porte Pineda & Valero Peña 2016). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 30 
 
INCONTINENCIA URINARIA AL ESFUERZO 
 
Ha quedado claro que, durante la práctica de actividad física, se pierde sudor, por lo cual nos 
deshidratamos, y al deshidratarnos, el cuerpo libera una hormona llamada antidiurética, la 
cual reduce el flujo sanguíneo a los riñones (González-Alonso & Coyle 1998), (Van De Graaff 1999) y 
(Wilmore y Costill 2004). Además, durante el ejercicio, la actividad renal (de los riñones), se 
reduce (por inhibición del sistema nervioso), por lo tanto, la filtración de la sangre también 
se reduce (Poortmans 1984). Si el flujo sanguíneo a los riñones se reduce, y la actividad renal 
también, entonces la producción de orina será menor. Siendo este el caso, sería ilógico que, 
durante la práctica de actividad física, las ganas de orinar aumenten. De ser así, nos 
encontramos ante un caso de incontinencia urinaria al esfuerzo. 
Es que, durante ejercicios que implican un aumento de la presión intraabdominal (comocuando hago fuerza con los abdominales, toso, estornudo, etc) o ejercicios que implican 
saltos, golpes o sacudidas del cuerpo, las personas con una musculatura del piso pélvico 
debilitada, tenderán a perder orina durante dicho ejercicio (Carlos 1999), (Martín et al. 2005), 
(Robles 2006), (Townsend et al. 2008) y (Ibiricu Lecumberri & Escolar Castellón 2016). Esta incontinencia 
urinaria al esfuerzo, es más común en mujeres que en hombres, y más común en mujeres 
mayores que en las más jóvenes, especialmente luego de la menopausia (Ibiricu Lecumberri & 
Escolar Castellón 2016). Incluso la misma práctica deportiva que implica impactos repetitivos, es 
un generador de incontinencia urinaria en mujeres deportistas (Martín et al. 2005) y (Guerra 2006). 
El tratamiento conservador para la incontinencia urinaria, implica el fortalecimiento de la 
musculatura del piso pélvico, con los ejercicios de Kegel (Martín et al. 2005) y (Carneiro et al. 2010). 
 
 
 
TRANSTORNOS POR CALOR 
 
Las temperaturas ambientes muy elevadas, pueden traer consecuencias para el organismo 
 
Calambres por calor: Un aumento pronunciado de la temperatura corporal, produce 
lógicamente un aumento del sudor, lo que provocará no solo pérdida de agua, sino también 
de electrolitos (principalmente sodio). 
Tanto la reducción del agua corporal (deshidratación) como la reducción del sodio, son 
factores que provocan calambres musculares (Ladell 1957), (Procopio 2006), (Eichner 2008), (Del 
Rosso 2007) y (Pfeiffer & Mangus 2007). 
 
Síncope o desmayo por calor Golpe de calor 
Fatiga Fatiga 
Jadeo (frecuencia respiratoria 
acelerada) 
Jadeo (frecuencia respiratoria 
acelerada) 
Vértigo y vómito Confusión e inconsciencia 
Desmayo Cese de la sudoración 
Hipotensión Hipertensión 
Piel fría y húmeda Piel caliente y seca 
No aumenta la temperatura 
corporal 
Aumenta la temperatura corporal 
(40º C) 
 (Del Rosso 2007) 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 31 
 
Se debe tener especial cuidado con los niños, ya que, los mismos no presentan la misma 
capacidad de transpiración (y por tanto de pérdida de calor), que un adolescente o adulto. 
Esto se debe a su menor desarrollo de glándulas sudoríparas. 
 
 
LEY O MECANISMO DE FRANK-STARLING 
 
Mecanismo por el cual, un mayor llenado ventricular, genera en consecuencia una mayor 
fuerza de contracción ventricular y por lo tanto un mayor volumen sistólico. Este mecanismo, 
se da a consecuencia de la acumulación de fuerza elástica reactiva (durante la diástole), la 
cual produce luego un retroceso elástico del tejido muscular del corazón (durante la sístole), 
aumentando esto la fuerza de contracción; es decir, el aumento del llenado ventricular 
durante la diástole, distiende las fibras musculares del miocardio, las cuales se estiran (como 
un elástico), acumulando fuerza para provocar luego una sístole más fuerte y en 
consecuencia un mayor vaciado del corazón. Cuanto mayor es la cantidad de sangre que 
llega al corazón por el retorno venoso, más se llenan los ventrículos, más se estiran y con 
más fuerza se contraen luego (pero solo hasta un cierto límite fisiológico) (Wilmore & Costill 
2004), (Vived 2005), (Torrijos 2006), (Marieb 2008), (Pancorbo 2008), (Chan-Dewar 2012) y (Tansey et. al. 2019). 
Esta propiedad elástica de las fibras musculares del miocardio, se dan gracias a la titina, una 
proteína que cumple una función elástica en el sarcomero (Helmes et al. 2003), (Shiels & White 
2008) y (Tamargo & Delpón 2010). 
 
 
IRRIGACIÓN CORONARIA 
Las arterias coronarias, nacen como pequeñas ramificaciones de la arteria aorta (justo donde 
comienza la aorta). Estas arterias coronarias, irrigan a todo el corazón llevándole sangre 
oxigenada y nutrida de combustibles para la producción de energía. Con la contracción del 
ventrículo izquierdo (sístole ventricular), la válvula aórtica se abre, tapando las entradas de 
las arterias coronarias, impidiendo que la sangre proveniente de la sístole ventricular 
izquierda ingrese a dichas arterias. Pero luego de que la sístole ventricular cesó, la válvula 
aortica se cierra, destapando la entrada a las coronarias, y por la arteria aorta se produce un 
reflujo de sangre, que ingresa a las arterias coronarias, irrigando al miocardio (Wilmore & Costill 
2004) y (Marieb 2008). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 32 
 
 
 
 
 
MODIFICACIONES DEL VOLUMEN SISTÓLICO DURANTE EL EJERCICIO 
 
El volumen sistólico en reposo suele ser de 70 ml en una persona sedentaria, y de 125 ml en 
una persona entrenada, pero estos valores cambiarán al momento de hacer ejercicio. 
Durante el ejercicio, el volumen sistólico en el sedentario, aumenta a 125 ml y el del 
entrenado, aumenta a 170 ml o incluso más (hasta 230 ml) (Firman 2000), (Wilmore y Costill 2004), 
(Vived 2005) y (Tamargo & Delpón 2012). 
Este volumen sistólico, aumenta progresivamente con el ejercicio, hasta alcanzar las 120 
ppm (40-60% del Vo2 Máx), punto en el cual el mismo comienza a estabilizarse, y deja de 
aumentar a pesar de que la intensidad del ejercicio siga en aumento (Gledhill et al. 1994), 
(Rowland et. al. 2002), (Rowland & Roti 2004), (Wilmore y Costill 2004) y (Cordero et al. 2014). 
Incluso, cuando la intensidad de ejercicio es muy alta (alcanzando las 160 ppm), el volumen 
sistólico se reduce, porque a altas intensidades, la frecuencia cardíaca está tan acelerada, 
que el corazón bombea su contenido antes de poder llenarse completamente; es decir, a 
altas intensidades, la fase de diástole se acorta, por lo tanto, el volumen diastólico final 
(precarga o llenado) también se reduce y en consecuencia el volumen sistólico también 
(Higginbotham et al. 1986), (Turkevich et. al. 1988), (Wilmore y Costill 2004) y (Vived 2005). 
Si bien se sabe que la frecuencia cardíaca máxima no puede modificarse con el 
entrenamiento, en atletas de élite de resistencia aeróbica se ha evidenciado una pequeña 
reducción de la frecuencia cardíaca máxima, lo que consideran que podría evitar reducir 
excesivamente el tiempo de diástole, y así prevenir la reducción del volumen sistólico 
(Wilmore y Costill 2004). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 33 
 
 
 
A diferencia de la mayoría de los deportes, aquellas disciplinas en las que el cuerpo se 
encuentra en posición decúbito (supino o prono), el volumen sistólico será mayor, porque el 
retorno venoso se ve facilitado al anularse el efecto de la gravedad. Por esta razón, durante 
la realización de ejercicios en posición horizontal, la frecuencia cardíaca es de 3 a 17 ppm 
menor que durante ejercicios en posición bípeda. Ejemplo de estas disciplinas es la natación 
o el Pilates reformer (Wilmore & Costill 2004), (de la Torre Ledesma et al. 2009) y (Pérez Soriano & Llana 
Belloch 2015). 
 
Modificaciones del ciclo cardíaco con el ejercicio 
 
Las dos fases del ciclo cardíaco son la sístole (contracción) y la diástole (relajación). En estado 
de reposo, a 80 ppm, la duración total del ciclo cardíaco es de 0,80 segundos, de los cuales, 
la diástole representa la mayor parte, 0,50 segundos (62%), mientras que la sístole 
representa una menor fracción de tiempo, solo 0,30 segundos (38%) (Wilmore y Costill 2004) y 
(Tamargo y Delpón 2012). 
Durante la realización de ejercicio, la frecuencia cardíaca se acelera, y por lo tanto, la 
duración del ciclo cardíaco se reduce, equiparándose además la relación entre el tiempo de 
sístole y diástole (e incluso invirtiéndose). Por ejemplo, a 180 ppm (alta intensidad), la 
duración total del ciclo cardíaco se reduce a 0,33 segundos, y la duración de la sístole (0,18 
segundos), supera a la de la diástole (0,15 segundos) (Wilmore y Costill 2004). 
Esta importante reducción del tiempo de diástole, acorta el tiempo de llenado del corazón, 
reduciéndose enconsecuencia el volumen sistólico. 
 
 
Cambios en el 
volumen sistólico 
con intensidades 
crecientes de 
esfuerzo (Wilmore 
y Costill 2004). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 34 
 
¿POR QUÉ AUMENTA EL VOLUMEN SISTÓLICO AL REALIZAR 
EJERCICIO? 
 
 Por mayor estimulación del sistema nervioso simpático sobre el nódulo sinusal, lo que 
aumenta la fuerza de contracción ventricular (Firman 2000). 
 Por aumento del retorno venoso al corazón (lo que aumenta el llenado ventricular) (Wilmore 
y Costill 2004), (Marieb 2008) y (Tamargo & Delpón 2012). 
 Por efecto de la ley de Frank-Starling (precarga) que aumenta con el mayor llenado 
ventricular (Wilmore y Costill 2004) y (Tamargo & Delpón 2012). 
 
El VS es mayor cuando nos encontramos en posición supina (acostados) que cuando estamos 
en posición bípeda, esto se debe a que en posición bípeda, la sangre tiende a acumularse en 
las extremidades inferiores dificultando el retorno venoso. Esta complicación disminuye en 
posición supina ya que el retorno venoso se ve facilitado al no tener que luchar contra la 
fuerza de gravedad. En posición supina el VS es mayor por lo que la FC será menor, al 
pararnos, el VS decae y la FC aumenta para compensar dicho efecto (Wilmore & Costill 2004). 
 
 
 
ALGUNOS CONCEPTOS 
 
 Volumen diastólico final (VDF) o telediastólico: es la cantidad de sangre que queda en el 
ventrículo luego de una diástole, es decir, el nivel de llenado ventricular. El volumen 
diastólico final, es de 110 a 130 mlts; el mismo, aumenta a 150-180 ml durante el ejercicio 
(Wilmore y Costill 2004) y (Marieb 2008) y (Tamargo & Delpón 2012). 
 Gasto Cardíaco (Q): Es la cantidad de sangre que sale del corazón en el lapso de un minuto. 
También se le denomina volumen minuto cardíaco (VMC). El Q es de unos 5 lts 
aproximadamente en reposo. El mismo depende tanto del volumen sistólico como de la 
frecuencia cardíaca y se calcula con la sencilla fórmula: VS x FC (Torrijos 2006). De 5 Lts en 
reposo, el Q puede aumentar hasta unos 24 Lts en sujetos normales, y hasta 40 Lts en atletas 
de fondo (Fernández-Tresguerres Hernández et. al. 2005). El Q aumenta con el ejercicio a expensas 
del aumento de VS, pero solo hasta llegar al 40-60% del Vo2 Máx, a partir de ese punto el VS 
se estanca (no aumenta) y el Q aumentará solo a expensas de la Fc. 
 Fracción de Eyección: Es lo que conocemos como volumen sistólico. Es la cantidad de sangre 
que es expulsada del corazón en una sístole ventricular y corresponde al 60% del volumen 
diastólico final (unos 70 ml en reposo) (Wilmore y Costill 2004) y (Marieb 2008). 
 Volumen Residual o volumen sistólico final (VSF): es la cantidad de sangre que queda en el 
corazón, luego de una sístole y corresponde a unos 40 a 60 mlts, es decir, el 40% del volumen 
diastólico final (Tamargo & Delpón 2012). 
 
 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 35 
 
VS, FC y Q en reposo y en ejercicio máximo 
 
 VS FC VMC (Q) 
Reposo sedentario 70 ml 70 ppm 4900 ml 
Reposo entrenado 125 ml 40 ppm 5000 ml 
Ejercicio sedentario 125 ml 190 ppm 23,7 lts 
Ejercicio entrenado 170 ml 190 ppm 32,3 lts 
 
Tener en cuenta, que el volumen sistólico puede modificarse con el entrenamiento (y en 
consecuencia la frecuencia cardíaca de reposo), pero la frecuencia cardíaca máxima es un 
parámetro que no puede ser modificado mediante el entrenamiento (Firman 2000). 
 
 
Ejemplo de un caso 
Juan es corredor de fondo y tiene un volumen sistólico de 125 mlts. 
Pedro es oficinista y sedentario y tiene un volumen sistólico de 70 mlts. 
Juan y Pedro tienen un volumen de sangre similar, y como ambos son amigos, Juan invita a 
Pedro a salir a correr. 
Al salir a correr ambos corren a 8 km/hs, el VS de Juan se eleva a 160 mlts y el VS de Pedro 
se eleva a 125 mlts pero a pesar de correr a la misma velocidad, ambos experimentan efectos 
diferentes sobre su corazón. 
Pedro a esos 8 km/hs tiene un Q de 20 litros y una FC de 200 ppm. 
Juan a esos 8 km/hs tiene un Q de 20 litros y una FC de 156 ppm. 
 
Pedro: 200 ppm x 125 mlts = 25000 mlts = 25 lts 
Juan: 156 ppm x 160 mlts = 25000 mlts = 25 lts 
 
 
 
FRECUENCIA CARDÍACA Y SU PROPORCIONALIDAD CON LA 
INTENSIDAD DE EJERCICIO 
 
Hasta ahora, entendemos que la frecuencia cardíaca, mantiene una relación lineal con la 
intensidad de ejercicio, siendo estos dos parámetros directamente proporcionales. Por lo 
tanto, se considera que, a mayor intensidad de ejercicio, mayor será la frecuencia cardíaca. 
Pero está relación directamente proporcional entre la frecuencia cardíaca y la intensidad de 
ejercicio, se pierde cuando la intensidad de ejercicio alcanza y/o supera las 164 a 180 ppm. 
A partir de esta intensidad, se evidencia lo que se conoce como “punto de inflexión de la 
frecuencia cardíaca”, ya que, aunque la intensidad de ejercicio siga aumentando, la 
frecuencia cardíaca no aumenta paralelamente a esta, sino que tiende a estabilizarse (Conconi 
et al. 1982), (Weineck 2005), (Chicharro & Vaquero 2006) y (Vasquez Gómez 2012). 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 36 
 
 
 
Además, se debe tener en cuenta que, a medida que nos ejercitamos, si no reponemos el 
líquido perdido (deshidratación), el volumen sistólico se reduce, y la frecuencia cardíaca 
aumenta para compensar esta reducción; aumentando 8 ppm por cada litro de sudor que se 
pierde y no se repone (González-Alonso & Coyle 1998). Teniendo en cuenta esto, será importante 
mantener una buena hidratación durante el ejercicio, para evitar que nuestro único 
parámetro fisiológico para medir la intensidad del ejercicio (la FC) no se distorsione. 
 
 
Frecuencia cardíaca y volumen sistólico en distintas situaciones (Wilmore & Costill 2004). 
 
 
Punto de inflexión de la 
frecuencia cardíaca. Se le 
denomina también “principio 
de Conconi”, ya que fue 
quien descubrió este punto 
de inflexión, el cual coincide 
con el umbral anaeróbico de 
entrenamiento (Conconi et. al. 
1982) y (Weineck 2005). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 37 
 
100 
¿CÓMO CALCULO LA INTENSIDAD A LA QUE DESEO ENTRENAR? 
 
El parámetro más práctico y económico para monitorear la intensidad de un ejercicio, es la 
frecuencia cardíaca. Pero para calcular la intensidad a la que deseo realizar un ejercicio, debo 
calcular el “porcentaje de frecuencia cardíaca de reserva” (%FCRes), la cual me indica las 
pulsaciones por minuto a la que debo entrenar, para mantenerme a una intensidad de 
ejercicio determinada. Esta fórmula fue elaborada por Karvonen en 1988, por lo que también 
se la suele llamar “fórmula de Karvonen”. 
Pero para calcular la fórmula de Karvonen, primero es necesario conocer la frecuencia 
cardíaca de reposo y la frecuencia cardíaca máxima. 
La fórmula para el cálculo de la FCM es “220 – edad (años)”, utilizándose el 226 en lugar del 
220 cuando se trata de mujeres (Alemán et. al. 2014), y la frecuencia cardíaca de reposo, se debe 
tomar sentado, y relajado. 
 
Fórmula de Karvonen 
(Karvonen & Vuorimaa 1988) citados por (Earle & Baechle 2008), (Casajús, J. A., & Vicente-Rodriguez, G. 
2011),, (Chicharro 2013), (Rosa 2013), (Bazan 2013), (Alemán et. al. 2014) y (Haff & Triplett 2015). 
 
%FCRes = ([FCM - FCR] x intensidad) + FCR 
 
 
Por ejemplo 
Juan tiene 20 años y una FCR de 60 ppm 
FCM = 220 - 20 = 200 ppm 
Si quiero que juan trabaje al 80% de su FCM entonces… 
 
%FCRes = ([200 - 60] x 0,80) + 60 
%FCRes = (140 x 0,80) + 60 
%FCRes = 112 + 60 
%FCRes = 172 ppm 
 
Es decir que, si quiero que Juan trabaje al 80% de su %FCRes, entonces debe entrenar a 
una intensidad de 172 ppm. 
 
 
FACTORES QUE PUEDEN MODIFICAR LA RESPUESTA DE LA FC ANTE 
UN ESFUERZO 
 
 Edad (a mayor edad, menorFC). 
 Grado de entrenamiento (a mayor entrenamiento aeróbico, menor FC). 
 Tipo de ejercicio (cantidad de masa muscular implicada). 
 Condiciones ambientales (temperatura, humedad y altitud o presión atmosférica). 
 Nivel de hidratación. 
 Patologías. 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 38 
 
 
 
 
 
 
El cuadro anterior, deja en evidencia, que el entrenamiento, no puede modificar la FCM, y 
que este valor, depende exclusivamente de la edad del sujeto. 
 
 
 
PRESIÓN ARTERIAL Y TENSIÓN ARTERIAL 
 
Conceptos 
Presión arterial: fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias (Isidro et. al. 2007), 
(Tortora & Derrickson 2011) y (Prada Pérez 2018). 
Tensión arterial: es la resistencia que ofrecen las arterias al paso de la sangre por su interior 
(Anderson et. al. 2003) y (Vived 2005). Se le suele denominar también “resistencia periférica”. 
 
La presión arterial, depende de directamente del gasto cardíaco y de las resistencias 
periféricas (Lahera & Cachofeiro 2010), (Alemán et. al. 2014) y (Rubio Guerra & Narváez Rivera 2017). 
 
La presión arterial se clasifica en 
Presión arterial sistólica (PAS): Es la presión de sangre contra las paredes internas de las 
arterias durante la sístole ventricular (Isidro et. al. 2007). El valor normal en reposo es de 120 
mm hg (Miyai et. al. 2002). 
 
Presión arterial diastólica (PAD): Es la presión de sangre contra las paredes internas de las 
arterias durante la diástole ventricular (Isidro et. al. 2007). El valor normal en reposo es de 80 
mm hg (Miyai et. al. 2002). 
 
 
 
 
El cuadro muestra a 3 
grupos de mujeres, 
realizando ejercicio a la 
misma intensidad 
(submáxima) durante 15 
min.: mujeres jóvenes 
(triangulo negro), mujeres 
mayores (círculo negro) y 
mujeres mayores 
entrenadas (círculo blanco). 
Se evidencia una diferencia 
significativa en la FCM 
alcanzada entre mujeres 
jóvenes y mujeres mayores, 
pero no hay significativa 
diferencia entre mujeres 
mayores entrenadas o 
desentrenadas 
(Traustadóttir et. al. 2004). 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 39 
 
MODIFICACIONES DE LA PRESIÓN ARTERIAL DURANTE EL EJERCICIO 
 
Durante la realización de ejercicio aeróbico de moderada a baja intensidad, la presión 
arterial sistólica aumenta, mientras que la diastólica se mantiene invariable (Rasmussen et. al. 
1985), (Argemí), (Miyai et. al. 2002) y (Chicharro & Mojares 2008). 
Durante la realización de ejercicios estáticos intensos, como el levantamiento de peso, 
principalmente los que implican retención de la respiración (Valsalva), aumentan 
significativamente tanto la PAS como la PAD (MacDougall et. al. 1985), (Peidro 2003) y (Miyai et. al. 
2002). 
 
 
 
La tabla, tomada del estudio de (Miyai et. al. 2002), donde se puede evidenciar la PAS (SBP), la 
PAD (DBP) y la FC (HR) en diferentes grupos de edad, en reposo, y a distintas intensidades 
de ejercicio ergométrico. 
Nótese que, por ejemplo, en el grupo de 20 a 29 años de edad, a medida que aumenta la 
intensidad de ejercicio, la frecuencia cardíaca y la PAS aumentan progresivamente, pero la 
PAD se mantiene invariable, y se modifica recién al alcanzar una intensidad de 130 a 140 
ppm. Del cuadro anterior, puede evidenciarse también, que cuanto mayor es la edad del 
sujeto normotenso, mayor es el aumento tanto de la PAS como de la PAD durante el ejercicio 
de intensidad incremental (Miyai et. al. 2002). 
 
 
En el grupo de sujetos de 20 a 29 años, recopilamos los siguientes datos: 
 FC PAS PAD 
REPOSO 74 ppm 125 mm hg 76 mm hg 
EJERCICIO 142 ppm 180 mm hg 79 mm hg 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 40 
 
ADAPTACIONES DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR ANTE EL EJERCICIO 
 
Antes de estudiar las adaptaciones del sistema cardiovascular al ejercicio, primero debemos 
distinguir los dos tipos de adaptación anatómico-fisiológicas que existen: 
 
Adaptación aguda (momentánea): es aquella que tiene lugar durante la realización del 
ejercicio, e inmediatamente luego de finalizado el ejercicio y que dura poco tiempo (lo que 
dura el ejercicio o un poco más) (García & Rubio 2014). Ejemplos de estas adaptaciones 
momentáneas al ejercicio son: aumento de la frecuencia cardíaca, aumento del riego 
sanguíneo muscular, etc. 
 
Adaptación crónica: es aquella que se logra a largo plazo, con el acúmulo de entrenamientos, 
y que perdura en el tiempo (García & Rubio 2014). Ejemplos de este tipo de adaptación, son la 
hipertrofia muscular, el aumento de la fuerza, etc. 
 
 
 
Las adaptaciones del sistema cardiovascular al ejercicio son las 
siguientes: 
 
 
 Aumento del volumen total de sangre 
Con el entrenamiento de resistencia aeróbica, se logra aumentar tanto la cantidad de plasma 
sanguíneo, como la cantidad de glóbulos rojos en sangre. Es decir, el volumen total de sangre 
(volemia) aumenta. Pero de estos dos aumentos, el aumento de plasma, es más significativo 
que el de los glóbulos rojos, por lo que el hematocrito de un sujeto entrenado se ve reducido, 
presentándose lo que se conoce como “pseudoanemia del deportista”. El aumento de la 
cantidad de glóbulos rojos, aumentará la capacidad de transporte de oxígeno en sangre, 
mejorando la oxigenación a las células y por lo tanto la producción de energía aeróbica. El 
aumento del plasma sanguíneo, reducirá la viscosidad de la sangre, facilitando la fluidez de 
la misma; por otra parte, una mayor concentración de plasma, aumentará la capacidad del 
cuerpo para transpirar y por lo tanto para perder calor (Convertino et. al. 1980), (Convertino 1991), 
(Bonilla Briceño 2005), (Vived 2005), (Convertino 2007) y (Wilmore & Costill 2004). 
Además, el aumento de la volemia, implica un mayor retorno venoso, lo que conlleva a un 
mayor volumen diastólico final y un mayor volumen sistólico (por ley de Frank Starling) 
(Hagberg et al. 1998) y (Wilmore & Costill 2004). 
 
 
 Reducción de la coagulabilidad de la sangre 
El entrenamiento de resistencia aeróbica, tiene el potencial de reducir la coagulabilidad de 
la sangre; este efecto, previene enfermedades cardiovasculares (Suzuki et al. 1992), (Sasaki et al. 
1995), (Womack et al. 2003) y (Córdova Martínez 2013). 
 
 
 
 
 
 Fisiología del Ejercicio I.S.A.R.M. 41 
 
 Hipertrofias cardíacas 
 
 Hipertrofia cardíaca concéntrica 
Consiste en un aumento del grosor de las paredes del corazón. Esta adaptación, se produce 
principalmente en sujetos que realizan ejercicios contra resistencia (fuerza), es decir, donde 
predominan las contracciones mantenidas de alta intensidad; aunque también se ha 
evidenciado en deportistas de resistencia aeróbica (MORGANROTH et al. 1975), (Landry et. al. 1985), 
(Fleck 1988), (Milliken et. al. 1988), (Stone et. al. 1991), (Spirito et al. 1994), (Fagard 1996), (Pluim et al. 2000), 
(Neri Serneri et al. 2001), (Peidro 2003), (Dorn 2007), (Villalón & López 2009), (Cordero et al. 2014), (Haff & 
Triplett 2015) y (Lovic et. al. 2017). 
Durante las contracciones musculares isométricas intensas (como las realizadas en 
halterofilia), los vasos sanguíneos se ven presionados, reduciéndose el calibre o luz arterial 
de los mismos (incluso obstruyéndose por completo el de algunos), aumentando la 
resistencia periférica al paso de la sangre, lo que obliga al miocardio a contraerse con más 
fuerza para poder bombear la sangre por unos vasos sanguíneos estrechados (Chicharro y 
Vaquero 2006), (Rivas Borbón & Sánchez Alvarado 2013) y (Haff & Triplett 2015). En consecuencia, como 
todo músculo que hace fuerza, el miocardio se hipertrofia, aumentando el grosor de sus 
paredes. 
Se han documentado aumentos del grosor de la pared ventricular en atletas de hasta el 15% 
(Lovic et. al. 2017). Esta mayor masa muscular que

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