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1 LÍDER UNIVERSITARIO, HABILIDADES Y COMPETENCIAS Módulo 3 – Unidad 3 2 UNIDAD 3. LÍDER UNIVERSITARIO, HABILIDADES Y COMPETENCIAS. ......................................... 3 3.1. HABILIDADES SOCIALES Y COMPETENCIAS PARA LA VIDA .................................................... 3 3.1.1. CREATIVIDAD ..................................................................................................................... 4 3.1.2. INNOVACIÓN ....................................................................................................................... 6 3.1.3. PENSAMIENTO CRÍTICO ........................................................................................................ 7 3.1.4. SOLUCIÓN DE PROBLEMAS ................................................................................................... 9 3.1.5. COMUNICACIÓN ................................................................................................................ 10 3.1.6. COLABORACIÓN ................................................................................................................ 12 3.1.7. PENSAMIENTO LÓGICO ...................................................................................................... 13 3.1.8. PENSAMIENTO ANALÍTICO ................................................................................................. 14 3.1.9. PENSAMIENTO SISTÉMICO .................................................................................................. 15 3.1.10. METACOGNICIÓN ............................................................................................................ 16 3.1.11. FLEXIBILIDAD Y ADAPTABILIDAD .................................................................................... 17 3.1.12. INICIATIVA, AUTODIRECCIÓN Y AUTONOMÍA .................................................................... 18 3.1.13. EMPATÍA ........................................................................................................................ 19 3.1.14. TOMA DE DECISIONES ...................................................................................................... 20 3.1.15. HABILIDADES PARA LA INTERCULTURALIDAD .................................................................. 22 3.1.16. LIDERAZGO Y RESPONSABILIDAD ..................................................................................... 23 3.1.17. RESILIENCIA ................................................................................................................... 24 3.1.18. PLANIFICACIÓN ............................................................................................................... 25 3.1.19. HABILIDADES DE ORGANIZACIÓN ..................................................................................... 25 3.1.20. TRABAJO EN EQUIPO ........................................................................................................ 26 3.1.21. MANEJO DEL IDIOMA INGLÉS ........................................................................................... 27 3.1.22. HABILIDADES DE PRESENTACIÓN ..................................................................................... 29 3.1.23. MANEJO DEL TIEMPO ....................................................................................................... 30 3 Unidad 3. Líder universitario, habilidades y competencias. 3.1. Habilidades sociales y competencias para la vida Las habilidades y competencias para la vida representan un conjunto de conocimientos, destrezas y valores que constituyen el potencial de cada sujeto para llevar a cabo relaciones interpersonales, resolver problemas, proponer soluciones innovadoras, ser líder y desarrollar el pensamiento crítico, entre otras habilidades. Estas actitudes y aptitudes son necesarias tanto en el ámbito personal como profesional y cada día son más requeridas para tener alta competitividad en un mundo globalizado y para contribuir eficazmente a los propósitos del desarrollo sostenible. De forma general, la Organización Mundial de la Salud (OMS), citada en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF] (2017), afirma que las habilidades para la vida o competencias psicosociales se definen como: Las habilidades de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y desafíos de la vida diaria. Estas habilidades, se adquieren en el trayecto de nuestras vidas a través de la experiencia directa, por medio de un entrenamiento intencional, mediante el modelado o la imitación. (p. 2) Para UNICEF (2017), esto significa que las habilidades para la vida pueden considerarse herramientas para alcanzar el éxito y mantener un estilo de vida saludable mediante destrezas clave, tales como comunicación asertiva, innovación, manejo adecuado de las emociones, construcción del proyecto de vida y resolución de conflictos. En efecto, estas habilidades permiten un bienestar integral, el cual se evidencia a través del mantenimiento de la salud mental y de un comportamiento adecuado hacia la sociedad y el ambiente (pp. 2-3). 4 A manera de clasificación, UNICEF (2017) tipifica las habilidades para la vida en tres grupos globales: • Habilidades cognitivas: Implica que podamos conocer las alternativas que se nos presentan, sus ventajas y desventajas para escoger la más adecuada a nuestra salud y desarrollo humano, con una visión crítica e integral de la realidad y saber asumir las consecuencias de las decisiones tomadas. • Habilidades emocionales: Ningún sentimiento es malo, depende de la forma como se exprese, puede enriquecernos y ayudarnos a establecer relaciones positivas. Es importante aprender a expresar nuestras emociones, identificando los factores que nos producen tensión. • Habilidades sociales: Son aquellas destrezas que nos llevan a resolver problemas, a comunicarnos efectivamente y poder expresar nuestros sentimientos, pensamientos y acciones de forma acertada, para poder garantizarnos relaciones estables y duraderas. (p. 4) En síntesis, las habilidades para la vida determinan el comportamiento, el control de las emociones y los pensamientos. Dependiendo de las competencias sociales que un individuo posea y demuestre, se dará su bienestar personal y social. Por tanto, a medida que se desarrolla un proceso de aprendizaje, como en el caso de los estudios universitarios, el sujeto debe procurar constantemente mejorar dichas habilidades y fortalecer las competencias positivas que le garanticen un desempeño personal, laboral o académico efectivo y competitivo. 3.1.1. Creatividad La creatividad es una de las habilidades fundamentales que se requieren en todos los planos de la vida. Esta puede asociarse con la capacidad de generar soluciones, objetos, diseños o planes novedosos y valiosos. Debido a que la creatividad es un proceso que parte de una idea, puede considerarse una competencia psicosocial que les facilita a los seres 5 humanos crear en distintos campos a través del uso de un lenguaje específico, de símbolos o de un conjunto de elementos que haga posible la cristalización del pensamiento. En palabras de Crea Business Idea (CBI, 2020), “la generación de ideas y su utilización en forma de innovación, sigue un proceso cuyo análisis y aplicación facilita la solución de problemas y la formulación de estrategias de cambio que nos permita adaptarnos a una nueva situación” (p. 8). Este proceso está constituido por las fases esquematizadas en la imagen 1. Imagen 1. Proceso creativo de generación de ideas Fuente: CBI (2020, p. 8). Por otra parte, CBI (2020) indica los siguientes aspectos fundamentales para fortalecer la actitud creativa: • Mantener un espíritu de búsqueda continua de nuevas soluciones y alternativas. • Motivación intrínseca por realizar un avance significativo,por superar un reto del trabajo en sí, no sujeta a estímulos externos. • Originalidad a la hora de utilizar nuevos enfoques y nuevos métodos, relacionando elementos sin aparente relación. • Voluntad y flexibilidad para adaptarse a las necesidades del entorno. • Individualismo, determinación por el éxito y confianza en uno mismo. • Inconformismo con la situación existente y ansias por encontrar vías de mejora. 6 • Formación profunda en un área de conocimiento. • Optimismo, incluso convirtiendo las situaciones de crisis en oportunidades de mejora. (p. 10) De esta forma, la creatividad implica el empleo de métodos y procedimientos no convencionales, los cuales hagan posible la producción de nuevas ideas y respuestas ante las demandas de la sociedad. La actitud creativa es esencial para el desarrollo trascendental de cada ser humano. De forma natural, todos los individuos tienen determinado potencial creativo, aunque este sea mayor o menor en diferentes ámbitos, sin embargo, esta capacidad puede fomentarse y mejorarse con la práctica y consideración de los factores antes mencionados. 3.1.2. Innovación El término innovación se ha convertido en uno de los tópicos más importantes en el ámbito mundial, en todas las áreas (educación, tecnología, sociedad, política y economía), concibiéndose como la manera de pensar y actuar de forma novedosa. Por lo tanto, la capacidad de innovación es una de las habilidades más demandadas desde la educación y el desarrollo comunitario hasta el nivel profesional en cualquier tipo de organización. De forma general, Barba (2011) define la innovación como: Una nueva manera de hacer las cosas que resulta en un cambio positivo para la empresa y para sus clientes. La innovación sería todo cambio basado en conocimiento que generara valor, tanto de la propia empresa como de su oferta. En el primer caso contribuiría a mejorar la cuenta de resultados y, como producto final, su valor de empresa; en el segundo, aumentaría la cuota de mercado o los precios de venta. (pp. 24-25) De acuerdo con la definición anterior, la innovación está estrechamente relacionada con la creatividad, y en ocasiones suelen confundirse. Para distinguir ambos términos, se debe reconocer que la creatividad se refiere a la habilidad para generar ideas y la innovación 7 expresa la capacidad para hacer realidad dichas ideas. Por lo tanto, ser creativo no implica necesariamente llegar a la innovación, y se puede ser innovador partiendo de una idea adquirida, por ejemplo, al emplear mecanismos novedosos para materializar la idea de otra persona. De forma categórica, Barba (2011) clasifica la innovación en función del tipo de conocimiento en las clases siguientes: Las innovaciones tecnológicas se basan en la utilización de nuevo conocimiento tecnológico y/o de nuevas tecnologías, o en nuevos usos o combinaciones de conocimiento o tecnologías ya existentes. Estas innovaciones se materializan en productos y servicios tecnológicamente nuevos o mejorados con nuevas funciones que logran éxito en el mercado, así como en procesos novedosos que se incorporan a la producción y/o a la logística de modo eficiente. Las innovaciones gerenciales u organizativas se basan en conocimiento gerencial y consisten en la implantación de nuevas formas de organización de los procesos de negocio en la empresa; en el reparto de responsabilidades o reestructuración de actividades; y en la manera de gestionar las relaciones externas de la empresa con proveedores y clientes. […] Las innovaciones comerciales se basan en conocimientos de marketing, para usar nuevos métodos de comercialización, en sus canales de venta, en su promoción o en la asignación de precios. (pp. 25-26) Independientemente del tipo de innovación, todas las empresas requieren de esta habilidad para mejorar sus procesos y promover los cambios necesarios para progresar de forma técnica y financiera. Por lo tanto, siempre hay que estar dispuesto a innovar, es decir, a pensar y a actuar de forma diferente, a fin de lograr nuevos productos y servicios novedosos que conduzcan a incrementar la competitividad comercial, el bienestar social y la satisfacción personal. 3.1.3. Pensamiento crítico El pensamiento crítico es una de las habilidades más complejas y difíciles de encontrar. Este procede de la mente y está asociado con la resolución de problemas, la toma de 8 decisiones, el aprendizaje, los juicios, las evaluaciones técnicas y el análisis de casos, entre otros aspectos. En efecto, el pensamiento crítico representa la base de otras habilidades y es una de las principales competencias que debe desarrollar un investigador justo y responsable. Según Ennis, citado en Bezanilla, Poblete, Fernández, Arranz y Campo, (2018), el pensamiento crítico es: Un proceso cognitivo complejo que implica disposiciones y capacidades con tres dimensiones básicas: la lógica (juzgar, relacionar palabras con enunciados), la criterial (utilización de opiniones para juzgar enunciados) y la pragmática (comprensión del juicio y la decisión para construir y transformar el entorno). Se centra en lo que la persona puede decidir, creer o hacer algo de forma reflexiva, razonable y evaluativa. Asimismo, implica un análisis, buscar la verdad a través de criterios y evidencias, así como llegar a un juicio de valores. Este proceso se evidencia en situaciones problemáticas en las que hay que adoptar una posición y llevar a cabo una actuación. (p. 92) Por otra parte, Bloom (citado en Bezanilla et al., 2018) plantea un proceso de pensamiento crítico basado en seis niveles jerarquizados en función de su complejidad creciente, los cuales están íntimamente relacionados con el proceso de aprendizaje. Esta taxonomía va de menor a mayor nivel, desde la recopilación de la información hasta emitir un juicio sobre el resultado, tal como se presenta en la imagen 2 (p. 93). 9 Imagen 2. Taxonomía de Bloom Fuente: Elaboración propia a partir de Bloom (citado en Bezanilla et al., 2018, p. 93) Con base en las premisas anteriores, el pensamiento crítico es una habilidad para abordar una situación, procesar la información, resolver el caso y juzgar la solución. Por lo tanto, en los procesos de enseñanza aprendizaje, los estudiantes desarrollan su pensamiento crítico a partir de aspectos, tales como identificación de conocimientos, selección la información, alternativas de solución, comparación de posturas teóricas, indagación sobre hechos reales y emisión de juicios, entre otros. 3.1.4. Solución de problemas La resolución de problemas es una habilidad que los seres humanos emplean prácticamente todos los días, ya que los conflictos, las fallas u otras situaciones adversas ocurren constantemente en todos los ámbitos. Por lo tanto, esta competencia es una de las herramientas fundamentales que toda persona debe poseer, con la finalidad de encontrar la solución más adecuada ante los problemas diversos de la vida cotidiana y del plano empresarial o profesional. 10 De forma descriptiva, Bados y García (2014) relacionan los conceptos de problema y solución de la siguiente manera: El problema es una transacción persona-ambiente en la cual hay una discrepancia o desequilibrio percibido entre las exigencias y la disponibilidad de respuesta. La persona en dicha situación percibe una discrepancia entre “lo que es” y “lo que debería ser” en condiciones donde los medios para reducir la discrepancia no están inmediatamente patentes o disponibles. La solución es una respuesta de afrontamiento o pauta de respuesta que es eficaz en alterar una situación problemática y/o las reacciones personales ante la misma de modo que ya no es percibida como un problema, al mismo tiempo que maximiza otros beneficios y minimiza los costos. (p. 2) De manera articulada, D’Zurilla, Nezu y Maydeu-Olivares(citados en Bados y García, 2014) indican que el proceso de resolución de problemas integra dos elementos: orientación hacia los problemas y habilidades para la resolución de problemas. La actitud hacia los problemas implica un conjunto de acciones, pensamientos y emociones sobre el conflicto y su posible solución. Por otro lado, la solución del problema en sí requiere la búsqueda lógica, analítica y sistemática de las alternativas de solución, mediante la integración de cuatro habilidades: formulación del problema, propuesta de alternativas de solución, toma de decisiones, implementación de la solución y comprobación de su efectividad (p. 5). En conclusión, para resolver problemas de manera efectiva y eficiente se deben integrar otras habilidades, tales como flexibilidad, para adaptarse a situaciones no convencionales; manejo del tiempo, para tomar el lapso necesario para analizar el caso y pensar en las posibles soluciones; pensamiento crítico, para interpretar el problema desde diferentes enfoques; creatividad, para formular alternativas óptimas de solución, e innovación, para llevar a cabo una solución vanguardista. 3.1.5. Comunicación La comunicación es la herramienta principal que las personas utilizan para compartir información, expresar emociones, describir pensamientos y crear contenidos. De forma 11 técnica, Álvarez y Martínez (citados en Guardia, 2009) definen la comunicación como el “proceso mediante el que un mensaje emitido por un individuo, llamado emisor, es comprendido por otro llamado receptor o destinatario, que es la persona o entidad a quien va dirigido el mensaje, gracias a la existencia de un código común” (p. 16). En relación con el aprendizaje, Díaz (citado en Guardia, 2009) establece: La comunicación, ya sea interpersonal o intragrupal es un aprendizaje, "procedimental" y "actitudinal" y por ello creemos que toda situación de enseñanza-aprendizaje es un acto comunicativo y todo acto comunicativo es una situación de enseñanza- aprendizaje. Para que este aprendizaje sea más efectivo se deben reconocer otras etapas como la "motivación", la "intención sociocomunicativa" y la "construcción del texto", en las cuales participa el trabajo mental y cognitivo del emisor y del receptor. Este receptor también realiza etapas, como la "deconstrucción o descodificación", la "interpretación" y la "reacción"; una reacción que puede ser contraria, si el mensaje no posee ciertas cualidades. Por ello, se recomienda enseñar la claridad que debe poseer el mensaje, característica que se logra con los patrones lingüísticos pertinentes, con un vocabulario preciso y la corrección idiomática. (p. 30) De forma moderna, British Council (2016) afirma que “la comunicación requiere una escucha efectiva y una capacidad para comunicarse en diferentes modelos (oral, escrito, no verbal) para una variedad de propósitos, trabajando confidentemente en ambientes diversos incluyendo contextos multilingües y utilizando la tecnología de manera efectiva” (p. 11). En todos los niveles de la vida, la comunicación es esencial para producir, compartir, divulgar y transferir información, conocimientos, sentimientos, opiniones y pensamientos. Así mismo, la comunicación es una habilidad fundamental para afrontar los problemas, generar soluciones y promover cambios que satisfagan las demandas sociales u organizacionales y mejoren las relaciones interpersonales. 12 3.1.6. Colaboración Según British Council (2016), “la colaboración es la capacidad de trabajar responsable y voluntariamente en diversos equipos para lograr metas comunes, demostrando respeto por las contribuciones de cada miembro del grupo, así como la capacidad de ser flexible y hacer compromisos cuando sea necesario” (p. 11). Esto indica que la colaboración es una habilidad indispensable en todas las áreas donde se desenvuelve el ser humano, ya que esta permite integrarse de forma respetuosa, voluntaria y responsable en un equipo para trabajar mancomunadamente hasta alcanzar los objetivos propuestos. En el contexto educativo, Acedo y Hughes (citados en British Council, 2016) señalan que la comunicación y la colaboración constituyen uno de los pilares para el modelo de “aprender a vivir juntos”, el cual plantea que los objetivos de la educación deben enfocarse hacia la resolución de problemas, tales como la desigualdad, la falta de recursos, la pobreza y la ciudadanía (p. 11). En consonancia, British Council (2016) afirma que “la comunicación y colaboración son el centro de esa educación, así como las áreas de ciudadanía, liderazgo y pensamiento crítico” (p. 11). Por otra parte, Enríquez, Bras, Bucio y Rodríguez (2017) establecen que “la comunicación antecede a la colaboración y, por lo tanto, es la base para la construcción de redes y comunidades de aprendizaje” (p. 128). De acuerdo con las premisas anteriores, la colaboración va de la mano con la comunicación, y en conjunto permiten el desarrollo de actividades grupales con metas compartidas que son acordadas entre los diferentes integrantes a través de un compromiso mutuo, el uso de recursos comunes y el apoyo constante, la motivación permanente, con la finalidad de lograr un resultado colectivo que resuelva el problema abordado de una forma más efectiva que la acción individual. 13 3.1.7. Pensamiento lógico Antes de definir al pensamiento lógico, Jaramillo y Puga (2016) plantean que “la lógica se refiere a poner en juego procesos lineales hasta conseguir resultados de acuerdo a un formato secuencial” (p. 38). Bajo este concepto, la lógica es una destreza que se aplica diariamente para deducir soluciones y obtener conclusiones, sobre todo en el campo educativo, cuando los estudiantes se enfrentan a actividades de resolución de problemas y análisis de contenido, entre otras. Al respecto, Oliveros (citado en Jaramillo y Puga, 2016) afirma que el pensamiento lógico es “eminentemente deductivo, incluso algunos autores lo definen como tal, mediante este razonamiento se van infiriendo o asegurando nuevas proposiciones a partir de proposiciones conocidas, para lo cual se usan determinadas reglas establecidas o demostradas” (p. 39). Al concebir el pensamiento como una habilidad para la vida, Jaramillo y Puga (2016) indican: El pensamiento lineal o lógico, es la manera en la cual las personas con especial énfasis los estudiantes, aprenden a pensar desde edades tempranas o a inicios de la vida escolar, que al ser adecuadamente aplicados desde las aulas permiten llegar a una reflexión significativa. Este tipo de pensamiento se desprende de las distintas relaciones que surgen en el cerebro ante la necesidad de encontrar razonamientos lógicos en el accionar diario, cuyo fin es llegar a la construcción de conocimientos y reflexiones que sirvan a lo largo de la vida. (p. 38) Por otra parte, Jaramillo y Puga (2016) señalan que “para complementar este tipo de pensamiento es importante relacionar con el pensamiento creativo, que aporta con varias características y atributos relevantes que fortalecerán el análisis, la síntesis, argumentos de saberes, y abstracción de conclusiones en forma fácil y oportuna” (p. 40). Dichos pensamientos pueden distinguirse o compararse según las características presentadas en el cuadro 1. 14 Pensamiento lógico Pensamiento creativo Selectivo Productor de ideas Exacto y racional Intuitivo Lógico, matemático Espontáneo, artístico Ordenado Desordenado Parcializado Totalizado Secuencial Globalizado Cada paso debe ser correcto El resultado debe ser correcto Deductivo Inductivo Demostrable Original Lenguaje verbal Lenguaje no verbal Cuadro 1. Comparación entre el pensamiento lógico y el pensamiento creativo Fuente: Carbó, E., citado en Jaramillo y Puga (2016, p. 40). Con base en lo anteriormente expuesto, el pensamiento lógico es una habilidadclave que debe desarrollarse desde temprana edad para responder a las exigencias del mundo y para cumplir con los propósitos de la educación contemporánea, la cual se basa en la transformación de la sociedad. Para tal fin, el pensamiento lógico debe emplearse para llevar a cabo procesos ordenados, abstractos y deductivos para construir y reconstruir conocimientos en diversas áreas, de forma tal que se pueda relacionar la teoría con las experiencias de la vida diaria. 3.1.8. Pensamiento analítico Según Viña y Poblete, citados en Cañete (2010), el pensamiento analítico se define como “el comportamiento mental que permite distinguir y separar las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos. El pensamiento analítico es el pensamiento del detalle, de la precisión, de la enumeración y de la diferencia” (p. 327). En cuanto a la evaluación del pensamiento analítico, se pueden utilizar los indicadores propuestos por Viña y Poblete (citados en Cañete, 2010), los cuales se seleccionan de acuerdo con las competencias a evaluar y se agrupan en tres niveles de dominio: ontología, referido a la clasificación de los componentes del sistema; relaciones, basado en el ordenamiento de los elementos para identificar relaciones de estructura y patrones de diseño o comportamiento; y relaciones causa efecto, en el que se elaboran conceptos a 15 partir del análisis causa – efecto y las posibles tácticas para solucionar el problema (pp. 328- 329). En este sentido, el pensamiento analítico es fundamental para la toma de decisiones en todas las áreas educativas, empresariales y de la vida cotidiana, ya que consiste en analizar detalladamente el problema o el caso por resolver, a través de la interpretación, la comprensión, la relación de causas y efectos y la síntesis, hasta construir un panorama preciso y cabal de las características, ventajas y desventajas de la situación en estudio. 3.1.9. Pensamiento sistémico De acuerdo con O´Connor y McDermott (citados en Muñoz, 2017): El pensamiento sistémico es un método de identificar algunas reglas, algunas series de patrones y sucesos para prepararnos de cara al futuro e influir sobre él de alguna medida, nos aporta cierto control. El pensamiento sistémico contempla el todo y las partes, así como las conexiones entre las partes, y estudia el todo para poder comprender las partes. Es lo opuesto al reduccionismo, es decir, la idea de que algo es simplemente la suma de sus partes. (p. 130) Considerando que, en todas las áreas, los procesos, los objetos, los productos y los servicios están constituidos por un todo, es decir, por un sistema; el pensamiento sistémico es fundamental para considerar las interrelaciones y configuraciones de las distintas partes de un sistema y su entorno. Por lo tanto, este tipo de pensamiento es esencial para la resolución de problemas, ya que está orientado a la integración de las partes y a la explicación de principio a fin de las propiedades del sistema como un todo. En todos los ámbitos, a través del pensamiento sistémico se pueden entender mejor los distintos temas, visualizados como un todo, donde cada parte tiene articulaciones con otros elementos. De esta forma, se pueden establecer las relaciones causa – efecto y analizar los distintos procesos para la implementación de estrategias que conduzcan a mejores interrelaciones en el ambiente social y a procesos innovadores en el contexto institucional. 16 3.1.10. Metacognición Con base en Flavell (citado en Jaramillo y Simbaña, 2014), la metacognición se define como la “cognición acerca de la cognición. El desarrollo de las habilidades metacognoscitivas desempeña un papel importante en muchos tipos de actividad cognoscitiva como: persuasión oral, comprensión lectora, la recepción, la atención, la solución de problemas y diversas formas de autocontrol” (p. 301). Para desglosar este concepto, es necesario comprender la relación entre cognición y metacognición. Según Cendemarin (citado en Jaramillo y Simbaña, 2014), la cognición es “el desarrollo de la mentalidad humana, a través de procesos como recordar, procesar información, la atención y la percepción” (p. 4). Por su parte, en palabras de Brown (en Cendemarin, citado en Jaramillo y Simbaña, 2014), la metacognición es “el conocimiento y regulación al control consciente y deliberado de la actividad cognoscitiva” (p. 301). A manera de ejemplo, Jaramillo y Simbaña (2014) presentan la metacognición como el proceso cognitivo que un estudiante realiza mediante la lectura, elaborando síntesis, análisis e inferencias. Para retener los conocimientos el estudiante podría usar técnicas como tomas de notas, cuadros, esquemas y grabaciones, entre otros. Así se estaría ayudando a recordar, reforzando su metamemoria, es decir, su conocimiento sobre los procesos de la memoria (p. 301). El ejemplo antes descrito se realiza mediante dos procesos básicos que constituyen la metacognición, los cuales son descritos por Kaufman y Vadillo (citados en Jaramillo y Simbaña, 2014) de la siguiente manera: El primero se refiere al conocimiento que una persona tiene frente a una situación determinada, se entiende que la persona debe hacer uso de sus propios recursos cognitivos para resolver una tarea con efectividad; el segundo se refiere a la habilidad de maniobrar, regular o controlar los recursos o estrategias cognitivas, con el propósito de asegurar el éxito de una tarea o solución del problema; además incluye, entre otras, las actividades de planeación, monitoreo, revisión y evaluación. (p. 302) 17 En síntesis, la metacognición es un proceso cognitivo que el individuo realiza sobre sus propios conocimientos a través de la ejecución de la actividad a desarrollar como tal (memorizar, recordar, clasificar, entre otras) y a la regulación de dicha actividad, mediante el control y la evaluación de las técnicas, recursos y estrategias que se emplean para el desarrollo del proceso cognitivo. 3.1.11. Flexibilidad y adaptabilidad Según la Real Academia Española (RAE), citada en Selva y Tresserra (2015), “la flexibilidad es la cualidad de ser flexible. Entendiendo ser flexible como la no sujeción a normas estrictas, dogmas o trabas, o aquello susceptible de cambios o variaciones según las necesidades del momento o situación” (p. 198). Debido a la amplitud de este concepto, la flexibilidad es aplicable a nivel educativo, profesional, laboral, organizacional, personal y social, entre otros. Al respecto, Silva y Tresserra (2015) resaltan la flexibilidad como una habilidad en distintos ámbitos que: Lleva implícita la idea de cambio, de transformación, respecto a aquello que fue y que ya no es; tradicionales esquemas normativos del trabajo asalariado sustentados en la estabilidad y la permanencia que ahora se ven sacudidos por nuevas formas de entender, relacionarse y seguir presentes. (p. 199) En cuanto a la adaptabilidad, Pérez (citado en Garzón, 2018) indica que la capacidad dinámica de adaptación es: “un proceso de aprendizaje continuo y de ajuste que permite gestionar la complejidad de los procesos, lo cual se debe manifestar en flexibilidad estratégica entendida como la elasticidad para gestionar las disponibilidades de recursos, así como para aplicar dichos recursos” (p. 115). Desde el punto de vista estratégico, para Hamel y Valikangas (citados en Garzón, 2018), la capacidad dinámica de adaptación: No consiste en responder a una crisis ocasional. No se trata de rehacerse de un contratiempo. Se trata de anticiparse y adaptarse continuamente a tendencias 18 profundas y seculares que pueden obstaculizar permanentemente el poder de generar beneficios de un negocio básico. Se trata de tener la capacidad de cambiar antes de que la necesidad de cambio sea desesperadamente obvia. (p. 117) Con base en las premisasanteriores, la flexibilidad y la adaptabilidad están totalmente vinculados, ya que para adaptarse a los cambios y a las diferentes interrelaciones que puedan darse en el entorno, es necesario ser flexibles. En cualquier ámbito, la flexibilidad y adaptabilidad permitirán fortalecer los valores de respeto, empatía y tolerancia, entre otros, promoviendo así mejoras en la comunicación, la colaboración, el bienestar y el rendimiento productivo. 3.1.12. Iniciativa, autodirección y autonomía La autonomía e iniciativa son competencias básicas contempladas prioritariamente en los modelos educativos modernos, que tienen como propósito el desarrollo de competencias por parte de los estudiantes, las cuales no solo se van a requerir durante la etapa escolar o carrera universitaria, sino que se convertirán en herramientas para contribuir a una realización sana y exitosa a nivel personal, profesional y social. Sin embargo, estas competencias no se limitan al nivel educativo, ya que, debido al dinamismo del entorno, las organizaciones necesitan trabajadores capaces de actuar con autodirección e iniciativa propia. En este sentido, Gobierno Vasco (2012) afirma: Aprender a ser una persona autónoma supone aprender a desenvolverse a nivel personal, profesional y social en un mundo cada vez más complejo. Desde el nuevo planteamiento educativo competencial esto requiere el desarrollo de una serie de conocimientos, habilidades y destrezas (para afrontar problemas y tomar decisiones, para trabajar en equipo), actitudes y valores (perseverancia, solidaridad, creatividad), que no se forman ni espontáneamente ni a través de la mera adquisición de informaciones o conocimientos. (p. 5) De forma esquemática, Gobierno Vasco (2012) caracteriza la autonomía e iniciativa en seis aspectos clave (imagen 3): son términos asimétricos, debido a que no significan lo 19 mismo ni tienen igual dimensión, la autonomía engloba a la iniciativa. Tienen carácter sistémico y holístico porque se relacionan con otras competencias, es decir, forman parte de un sistema. Implican aprender a pensar, comunicar y a relacionarse. No se refieren a una disciplina específica, sino que se relaciona con cualquier disciplina. Es emocional y social porque el individuo autónomo se reconoce a sí mismo y conoce su responsabilidad social. Es una competencia para la vida porque afecta al desarrollo personal y social. Imagen 3. Aspectos clave de la autonomía e iniciativa Fuente: Gobierno Vasco (2012, p. 6). 3.1.13. Empatía El término empatía tiene origen en el concepto de Lipps (citado en López, Filippetti y Richaud, 2014), quien afirma que “la empatía es la tendencia natural a sentirse dentro de lo que se percibe o imagina, tendencia que permite, en primer lugar, reconocer la existencia de otro” (p. 38). En este sentido, la empatía es una competencia que abarca todos los campos, ya que en cualquier área las personas no se encuentran aisladas, sino en contacto con otros sujetos que tienen diferentes formas de actuar, pensar, sentir y comunicarse. 20 Para comprender el proceso de empatía humana, Decety y Jackson (citados en López et al., 2014) proponen un modelo conformado por tres componentes: (a)Emoción compartida entre el observador y el observado, proceso que explican por medio del modelo de Percepción/Acción que ya se ha expuesto; (b) Autoconciencia y Conciencia del otro, que impide la confusión entre el self y el otro a pesar de cierta identificación temporal; y (c) Flexibilidad Cognitiva para adoptar la perspectiva del otro, que necesita de procesos de regulación. (p. 42) Como es evidente, la empatía es una habilidad indispensable para la vida, considerando que toda la existencia se desarrolla en contextos sociales diversos y complejos. Esta complejidad social implica la identificación y la comprensión de las acciones, los pensamientos y las emociones de los demás. Además, la empatía implica no solo comprender la forma de ser y pensar de otros, sino la capacidad para responder a las diferencias de forma adecuada, evitando conflictos y procurando una convivencia con valores de paz y respeto. 3.1.14. Toma de decisiones La Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental (FUNDESYRAM, 2011) define la toma de decisiones como “un proceso de aprendizaje natural o estructurado mediante el cual se elige entre dos o más alternativas, opciones o formas para resolver diferentes situaciones o conflictos de la vida, la familia, empresa, organización” (p. 16). Al respecto, Betancur (citado en FUNDESYRAM, 2011) afirma que cuando se toman decisiones: Estamos asumiendo el compromiso con los resultados que se quieren alcanzar, mientras que al no decidir demostramos estar interesados en que las cosas sucedan, pero sin hacer nada para lograr los resultados deseados. Lo que nos lleva a una u otra cosa, son nuestros modelos mentales y es por ello que debemos analizar los procesos de toma de decisiones a partir de estos. Normalmente se decide para alcanzar el éxito y se eluden las decisiones cuando se desea evitar el fracaso. (p. 17) 21 Para tomar decisiones acertadas, se deben considerar determinados aspectos, los cuales dependen del tipo de sujetos involucrados y de las características de la situación por resolver, además del contexto de las posibles alternativas de solución. De acuerdo con FUNDESYRAM (2011), “las condiciones en las que se toman las decisiones pueden clasificarse en términos generales como certidumbre, riesgo e incertidumbre” (p. 22). Estas condiciones se esquematizan en la imagen 4. Imagen 4. Condiciones para la toma de decisiones Fuente: FUNDESYRAM (2011, p. 22). Según FUNDESYRAM (2011), la certidumbre se refiere al hecho de informar a las personas cuando las alternativas de solución son claras y se pueden prever los resultados de cada opción de respuesta. El riesgo está relacionado con la probabilidad que tiene cada alternativa para generar los resultados o cambios deseados. Por su parte, la incertidumbre es la condición dada cuando no se dispone de información para estimar los riesgos de cada alternativa (pp. 23-25). De forma procedimental, FUNDESYRAM (2011) plantea un proceso para la toma de decisiones, constituido por seis etapas: “identificación y diagnóstico del problema, generación de soluciones alternativas, selección de la mejor alternativa, evaluación de alternativas, evaluación de la decisión e implementación de la decisión” (p. 31). 22 Como es notorio, cada día las personas se enfrentan a la toma de decisiones. Antes de seleccionar una alternativa, se deben reconocer los riesgos de cada una de ellas, considerando los efectos e impactos, tanto negativos como positivos de cada opción. A nivel personal, no hay un método que garantice que la decisión que se tomará sea la mejor, sin embargo, existen modelos y procesos para organizar la información, aplicar los conocimientos, reflexionar sobre las experiencias, emitir los juicios y finalmente tomar una decisión. 3.1.15. Habilidades para la interculturalidad Según Antón, Aranguren y Sáez, (en García, citado por Higuera y Castillo, 2015), la interculturalidad es definida como: El conjunto de procesos políticos, sociales, jurídicos y educativos generados por la interacción de culturas en una relación de intercambios recíprocos provocados por la presencia, en un mismo territorio, de grupos humanos con orígenes e historias diferentes. Ello implicará el reconocimiento y comprensión de otras culturas, su respeto, el aumento de la capacidad de comunicación e interacción con personas culturalmente diferentes y el fomento de actitudes favorables a la diversidad cultural. (p. 151) En el ámbito educativo, García y Kowii (en García, citado en Higuera y Castillo, 2015) destacan: Debemos educar a los ciudadanos en el convencimiento de quelas culturas no se contraponen, sino que se complementan y se enriquecen mutuamente. El sistema educativo juega un papel crucial para lograr el encuentro entre las culturas mayoritarias y las minoritarias, colaborar en la lucha contra el racismo y la xenofobia y contra cualquier tipo de discriminación. (p. 152) Dados los enfoques anteriores, queda claro que la interculturalidad integra diversos procesos que van más allá de un contexto geográfico, se refiere a la integración de diferentes culturas en un sistema en el que se desarrollan procesos de diversas áreas. Por lo tanto, para la práctica de la interculturalidad, se debe considerar una serie de valores que 23 permitan reconocer con respeto la existencia de creencias, conocimientos, experiencias, leyes y tradiciones distintas, las cuales pueden coexistir en una misma sociedad. 3.1.16. Liderazgo y responsabilidad De acuerdo con González, Urdaneta y Muñoz (2017), un líder responsable se caracteriza por: Asumir un compromiso con su entorno incluido en este el ambiente, debe garantizar en las decisiones que tome para el accionar de su organización, un bajo impacto al ambiente, la mejora de la calidad de vida de la población donde se desarrolla la empresa que dirige y llevar indicadores de impacto social, que permitan medir si sus decisiones y operaciones de negocio comprometen a las generaciones futuras y si tienen un impacto positivo en la dimensión económica de la sustentabilidad, originando no solo crecimiento económico sino desarrollo, ya que el crecimiento no necesariamente está ligado al desarrollo. (p. 16) De forma análoga, Maestres (citado en González et al., 2017) expresa que “la principal función de un líder es asegurar que la organización se conozca a sí misma y cree esta visión compartida, lo cual asegurará mejorar participación en el mercado, desarrollo, crecimiento y no afectación del entorno” (p. 20). Las consideraciones anteriores indican que los líderes actuales tienen la responsabilidad de lograr los cambios que el mundo exige, con base en las vertientes de desarrollo sostenible (sociedad, ambiente y economía). Por lo tanto, el líder contemporáneo debe asumir el desafío de preservar el ambiente y procurar el máximo bienestar social, sin descuidar la rentabilidad de su organización o negocio. Esto indica que la responsabilidad del líder se enfoca en mantener el equilibrio entre salvaguardar la salud, proteger los ecosistemas y propiciar el crecimiento económico de la entidad donde se encuentre inmerso. 24 3.1.17. Resiliencia Según HeartMath (2014), la resiliencia es: La energía que tienes disponible para usar, no solo físicamente, sino también mental y emocionalmente. Cuando tienes un nivel alto de resiliencia o una batería interna completamente cargada, tienes mayor capacidad para mantener la calma, pensar claramente y estar en control de tus emociones para no reaccionar de forma exagerada. En otras palabras, puedes “afrontar los golpes” más fácilmente y fluir mejor ante los retos en lugar de estresarte, lo que drena aún más tus reservas de energía. (p. 2) Para explicar las diferencias y el desempeño de la resiliencia, HeartMath describe cuatro dimensiones básicas: física, emocional, mental y espiritual, las cuales se afectan unas a otras, tal como se muestra en la imagen 5. Imagen 5. Dimensiones de la resiliencia Fuente: HeartMath (2014, p. 4). Respecto a las dimensiones anteriores, HeartMath (2014) destaca: Algunas personas son naturalmente más resilientes en una dimensión que en otra. Se considera que tienen más resiliencia emocional aquellas personas que pueden controlar mejor sus emociones y mantener la calma y compostura bajo presión. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que personas que son más resilientes en una dimensión, pueden encontrarse bajas en su estado general de resiliencia si permiten que su energía o batería interna se drene en alguna de las otras dimensiones. (p. 5) 25 A partir de lo anterior, se puede deducir que la resiliencia es una capacidad controlable y mejorable. Cada ser humano debe identificar sus niveles de energía y reconocer cuando hay pérdidas de esta debido a ciertas situaciones conflictivas o agotadoras. En este sentido, para mejorar la resiliencia se debe iniciar un proceso de preparación antes de un evento negativo, estar dispuesto a cambiar patrones de comportamiento y tratar de mantener la calma durante la adversidad. 3.1.18. Planificación De acuerdo con Armijo (citado en Walter y Pando, 2014), la planificación se concibe como: Una herramienta de gestión que permite apoyar la toma de decisiones de las organizaciones en torno al quehacer actual y al camino que deben recorrer en el futuro para adecuarse a los cambios y a las demandas que les impone el entorno y lograr la mayor eficiencia, eficacia, calidad en los bienes y servicios que se proveen. Consiste en un ejercicio de formulación y establecimiento de objetivos de carácter prioritario, cuya característica principal es el establecimiento de los cursos de acción (estrategias) para alcanzar dichos objetivos. (p. 10) La planificación es un proceso necesario tanto a nivel personal como profesional. Para alcanzar resultados trascendentales se debe formular un plan que integre objetivos, metas, actividades, recursos y responsabilidades en función del tiempo. Dicho plan debe monitorearse y evaluarse continuamente, a través de un conjunto de indicadores adecuados, los cuales permitan verificar el grado de alcance de los objetivos, reformular las acciones y plantear estrategias según los escenarios reales y que se recorran durante el transcurso del plan. 3.1.19. Habilidades de organización Con base en International Labour Organization (ILO), citado en Moreno, Blanco, Aguirre, De Rivas y Herrero (2014), las organizaciones actuales enfrentan seis cambios básicos: “El desarrollo organizacional, la transformación tecnológica, la liberalización mundial de los 26 mercados, la presencia masiva de las multinacionales, el predominio de los mercados financieros y los nuevos roles de los mercados y los estados” (p. 586). Debido a estos cambios, European Agency for Safety and Health at Work (EU-OSHA), citado en Moreno et al. (2014), destaca siete habilidades organizacionales principales: “trabajo centrado en grupos, integrado en sistemas de gestión, descentralizado en la toma de decisiones, basado en el trabajo del conocimiento, con desarrollo del trabajo virtual, con nuevas y flexibles relaciones de contratación y con nuevos patrones flexibles de horarios” (p 586). De forma general, Moreno et al. (2014) establecen cuatro factores básicos para delimitar las habilidades organizacionales: Astucia social, influencia interpersonal, habilidad en las redes sociales y transmisión de sinceridad y honestidad, el panorama que refleja esta competencia social es mucho más amplio e incluye aspectos como la aceptación y promoción de las diferencias, el desarrollo de la confianza en las relaciones, el cultivo de la influencia, la eficacia social y la flexibilidad de juicio en situaciones particulares. (p. 587) Dependiendo del tipo de organización, el nivel de requerimiento de las habilidades variará. Por ejemplo, en una institución educativa son prioritarias las habilidades de pensamiento, comunicación y planificación, entre otras; en una empresa de publicidad son más importantes las habilidades de creatividad e innovación y en una empresa reparadora de equipos son fundamentales las competencias de solución de problemas, toma de decisiones y pensamiento. 3.1.20. Trabajo en equipo El trabajo en equipo es una habilidad fundamental que todas las personas deben desarrollar y mejorar, debido a que la mayoría de las acciones a nivel educativo y organizacional se realizan en grupos. Por lo tanto, los integrantes delequipo deben tener capacidad para comunicarse, cooperar y solucionar problemas en conjunto, de forma tal 27 que puedan mejorarse los índices de productividad, efectividad y competitividad del equipo y, por ende, de la organización donde este se sitúe. Para Druskat y Wolff (citados en Moreno et al., 2014), la habilidad para trabajar en grupo puede evaluarse según el asertividad del equipo, la cual se refiere a: Garantizar que los conocimientos, habilidades, ideas u observaciones de cada uno de los miembros son reconocidos como recursos disponibles para el equipo. Esto envuelve un amplio rango de conductas grupales que incluyen: darse feedback entre los miembros, reconocer y valorar potencialidades dentro del grupo, evaluar problemas o ambigüedades percibidas, manifestar y mantener opiniones grupales frente a otros equipos, iniciar acciones como grupo y proporcionarse apoyo instrumental y emocional entre ellos. (p. 591) Cabe destacar que el trabajo en equipo es una competencia interpersonal, es decir, una habilidad grupal más que individual. Para potenciar esta habilidad, Ballenato (citado en Pacios y Bueno, 2013) afirma que “es necesario desarrollar otras habilidades tan diversas como la comunicación, la motivación, el liderazgo, la delegación, el asertividad y la solución de problemas” (p. 114). Aunque existe una estrecha relación entre trabajo en equipo y liderazgo, Gil, Rico y Sánchez (citados en Pacios y Bueno, 2013) diferencian estas dos habilidades considerando que “el liderazgo es la habilidad de guiar y promover el trabajo en equipo, intentando la colaboración de todos los que forman parte de un grupo” (p. 114). 3.1.21. Manejo del idioma inglés Según Fiszbein, Cosentino y Cumsille (citados en Cronquist y Fiszbein, 2017), “a medida que las naciones latinoamericanas buscan aumentar su competitividad y posibilidades de crecimiento económico, surgen brechas en materia de habilidades de diversos tipos, las cuales representan potencialmente graves obstáculos” (p. 9). Entre estas habilidades se encuentra el manejo del idioma inglés. De acuerdo con Neeley (citado en Cronquist y Fiszbein, 2017): 28 La comunidad de negocios internacional reconoce la importancia creciente del dominio del inglés para la colaboración internacional y el éxito en la economía global. Muchas compañías multinacionales exigen que el inglés sea el idioma corporativo común, lo que demuestra que el inglés se ha establecido como la lengua franca en el mundo de los negocios. (p. 9). A nivel político, Cronquist y Fiszbein (2017) declaran: Los gobiernos latinoamericanos reconocen la necesidad de la comunidad empresarial de tener una fuerza laboral que domine el inglés. Los objetivos de las estrategias nacionales en cuanto a la enseñanza del inglés en tres países (Colombia, Chile y Perú) son buenas ilustraciones de que ese idioma es importante para la productividad nacional, la integración en la economía global y la competitividad internacional en general. (p. 11) En relación con el dominio del inglés, English First (EF), citado en Cronquist y Fiszbein (2017), afirma que ningún país de América Latina presenta alto dominio de dicho idioma, a excepción de Argentina, que se ubica con un porcentaje cercano a 60%, similar a naciones como Alemania, Filipinas y República Checa (p. 13). Los porcentajes obtenidos en el referido estudio se muestran en la imagen 6. Imagen 6. Dominio del inglés en América Latina (2014-2015) Fuente: EF citado en citado en Cronquist y Fiszbein (2017, p. 13). 29 3.1.22. Habilidades de presentación De forma general, la presentación se considera una habilidad para hablar en público, la cual es esencial para los estudiantes universitarios. Al respecto, Bados (citado en Becerra, 2017) manifiesta: Esta competencia transversal de hablar en público no solo se desarrolla en este momento clave de los estudios universitarios del alumnado, sino que se puede presentar en algún momento de su vida. Ya sea para presentar un trabajo en clase ante el profesor y los compañeros, dar una opinión en una reunión de empresa o realizar una ponencia en un congreso científico. No obstante, aunque a muchas personas les gustaría dar su opinión o expresarse en público, su falta de habilidades o su miedo le cohíbe a la hora de hacerlo. (p. 118) Para explicar esta habilidad y las dificultades que pueden surgir en el momento de una presentación, Bang‐Rouhet (citado en Becerra, 2017) expresa que “escuchando a un orador se puede descubrir su historia personal a través de los gestos, la mirada, el volumen de voz y las entonaciones” (p. 118). Entre las dificultades para la presentación, Becerra (2017) señala las siguientes: evitar el contacto visual, temblores en manos y piernas, sudoración de las palmas de las manos, falta de aire, rostro sonrojado, pérdida de la concentración, voz temblorosa o sequedad en la boca. Estos síntomas suelen ser consecuencia del miedo que les puede causar ser evaluados negativamente, no ser escuchados o valorados, quedarse en blanco y/o a la vergüenza que se pueda pasar frente a un posible fracaso. (p. 118) En este sentido, Marshall (citado en Becerra, 2017) define el miedo de presentarse como: “un déficit de habilidades para hablar en público” (p. 118). Así mismo, Puchol (citado en Becerra, 2017) afirma que: “el éxito o fracaso para hablar en público depende fundamentalmente de la autoconfianza que tenga uno mismo, de la habilidad para comunicarse oral y gestualmente y de la confianza y simpatía que se transmita a la audiencia” (p. 119). En función de las afirmaciones anteriores, las habilidades de presentación son requeridas por todas las personas, principalmente por los estudiantes universitarios o profesionales 30 como los docentes que diariamente deben exponer sus ideas o conocimientos ante un público. Para mejorar esta habilidad, es recomendable que las instituciones educativas en todos los niveles implementen talleres de autoconfianza, manejo del miedo y prácticas de exposiciones, donde se refuercen las competencias comunicativas y se proporcionen herramientas para elaborar materiales de apoyo adecuados que sustenten diferentes tipos de presentaciones. 3.1.23. Manejo del tiempo El manejo del tiempo es una habilidad crucial para la aplicación efectiva de otras competencias, ya que todas las acciones que se llevan a cabo requieren un lapso de planificación y ejecución. En referencia a este tema, Tracy (2016) plantea: El tiempo es un recurso indispensable e insustituible para el logro. Es tu bien más preciado. No se puede guardar, ni puede ser recuperado una vez perdido. Todo lo que tienes que hacer requiere tiempo, y cuanto mejor utilices tu tiempo, más lograrás y mayor será tu recompensa. La gestión del tiempo es esencial para la salud máxima y la eficacia personal. El grado en el que te sientes al control de tu tiempo y tu vida es un determinante importante de tu nivel de paz interior, armonía y bienestar mental. La sensación de estar «fuera del control» de tu tiempo es la principal fuente de estrés, ansiedad y depresión. (p. 6) Así mismo, Tracy (2016) destaca que el manejo del tiempo es “una habilidad empresarial, y todas las habilidades de negocios se pueden aprender. La gestión del tiempo es como andar en bicicleta, escribir en un teclado o practicar un deporte. Se compone de una serie de métodos, estrategias y técnicas” (p. 7). Para una óptima gestión del tiempo, Tracy (2016) explica: Es necesario un mínimo de sesenta a noventa minutos para lograr cualquier cosa que valga la pena. Se tarda unos treinta minutos solo para entrar mentalmente en una tarea compleja, tal como la preparación de una propuesta, informes o incluso la planificación de un proyecto importante. Una vez que estés dentro de la tarea, puedes concentrarte con firmeza, a un alto nivel de conciencia y creatividadpara los siguientes sesenta minutos o más de trabajo serio y centrado. (p. 58) 31 Por otra parte, Tracy (2016) recomienda las siguientes estrategias para mejorar la eficacia y eficiencia en el manejo del tiempo: no realizar simultáneamente actividades operativas y creativas, ya que estas requieren distintos tipos de pensamiento. Crear bloques de tiempo, considerando que en la mañana puede haber mayor productividad debido a la energía del cuerpo y a la frescura de los pensamientos. Apagar el celular o desconectarse de internet, cuando sea necesario. Informar con claridad “no molestar” para evitar interrupciones. Ganar horas extras, trabajando antes del horario de entrada o durante horas de descanso (pp. 58-60). Al aplicar las técnicas recomendadas, se podrá administrar mejor el tiempo y de esa forma será más fácil tener control sobre las actividades planificadas. Además, una buena gestión del tiempo se traduce en beneficios integrales, tales como mayor aptitud física, dormir mejor, menores preocupaciones, mejores relaciones personales, mayor número de acciones y satisfacción personal por cumplir eficazmente con las responsabilidades adquiridas.
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