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Liderazgo y habilidades competitivas

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LÍDER UNIVERSITARIO, 
HABILIDADES Y 
COMPETENCIAS 
Módulo 3 – Unidad 3 
 
 
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UNIDAD 3. LÍDER UNIVERSITARIO, HABILIDADES Y COMPETENCIAS. ......................................... 3 
3.1. HABILIDADES SOCIALES Y COMPETENCIAS PARA LA VIDA .................................................... 3 
3.1.1. CREATIVIDAD ..................................................................................................................... 4 
3.1.2. INNOVACIÓN ....................................................................................................................... 6 
3.1.3. PENSAMIENTO CRÍTICO ........................................................................................................ 7 
3.1.4. SOLUCIÓN DE PROBLEMAS ................................................................................................... 9 
3.1.5. COMUNICACIÓN ................................................................................................................ 10 
3.1.6. COLABORACIÓN ................................................................................................................ 12 
3.1.7. PENSAMIENTO LÓGICO ...................................................................................................... 13 
3.1.8. PENSAMIENTO ANALÍTICO ................................................................................................. 14 
3.1.9. PENSAMIENTO SISTÉMICO .................................................................................................. 15 
3.1.10. METACOGNICIÓN ............................................................................................................ 16 
3.1.11. FLEXIBILIDAD Y ADAPTABILIDAD .................................................................................... 17 
3.1.12. INICIATIVA, AUTODIRECCIÓN Y AUTONOMÍA .................................................................... 18 
3.1.13. EMPATÍA ........................................................................................................................ 19 
3.1.14. TOMA DE DECISIONES ...................................................................................................... 20 
3.1.15. HABILIDADES PARA LA INTERCULTURALIDAD .................................................................. 22 
3.1.16. LIDERAZGO Y RESPONSABILIDAD ..................................................................................... 23 
3.1.17. RESILIENCIA ................................................................................................................... 24 
3.1.18. PLANIFICACIÓN ............................................................................................................... 25 
3.1.19. HABILIDADES DE ORGANIZACIÓN ..................................................................................... 25 
3.1.20. TRABAJO EN EQUIPO ........................................................................................................ 26 
3.1.21. MANEJO DEL IDIOMA INGLÉS ........................................................................................... 27 
3.1.22. HABILIDADES DE PRESENTACIÓN ..................................................................................... 29 
3.1.23. MANEJO DEL TIEMPO ....................................................................................................... 30 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Unidad 3. Líder universitario, habilidades y competencias. 
3.1. Habilidades sociales y competencias para la vida 
Las habilidades y competencias para la vida representan un conjunto de conocimientos, 
destrezas y valores que constituyen el potencial de cada sujeto para llevar a cabo relaciones 
interpersonales, resolver problemas, proponer soluciones innovadoras, ser líder y 
desarrollar el pensamiento crítico, entre otras habilidades. Estas actitudes y aptitudes son 
necesarias tanto en el ámbito personal como profesional y cada día son más requeridas 
para tener alta competitividad en un mundo globalizado y para contribuir eficazmente a los 
propósitos del desarrollo sostenible. 
De forma general, la Organización Mundial de la Salud (OMS), citada en el Fondo de las 
Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF] (2017), afirma que las habilidades para la vida o 
competencias psicosociales se definen como: 
Las habilidades de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y 
desafíos de la vida diaria. Estas habilidades, se adquieren en el trayecto de nuestras 
vidas a través de la experiencia directa, por medio de un entrenamiento intencional, 
mediante el modelado o la imitación. (p. 2) 
 
Para UNICEF (2017), esto significa que las habilidades para la vida pueden considerarse 
herramientas para alcanzar el éxito y mantener un estilo de vida saludable mediante 
destrezas clave, tales como comunicación asertiva, innovación, manejo adecuado de las 
emociones, construcción del proyecto de vida y resolución de conflictos. En efecto, estas 
habilidades permiten un bienestar integral, el cual se evidencia a través del mantenimiento 
de la salud mental y de un comportamiento adecuado hacia la sociedad y el ambiente (pp. 
2-3). 
 
 
 
 4 
 
A manera de clasificación, UNICEF (2017) tipifica las habilidades para la vida en tres 
grupos globales: 
• Habilidades cognitivas: Implica que podamos conocer las alternativas que se nos 
presentan, sus ventajas y desventajas para escoger la más adecuada a nuestra salud y 
desarrollo humano, con una visión crítica e integral de la realidad y saber asumir las 
consecuencias de las decisiones tomadas. 
• Habilidades emocionales: Ningún sentimiento es malo, depende de la forma como se 
exprese, puede enriquecernos y ayudarnos a establecer relaciones positivas. Es 
importante aprender a expresar nuestras emociones, identificando los factores que nos 
producen tensión. 
• Habilidades sociales: Son aquellas destrezas que nos llevan a resolver problemas, a 
comunicarnos efectivamente y poder expresar nuestros sentimientos, pensamientos y 
acciones de forma acertada, para poder garantizarnos relaciones estables y duraderas. 
(p. 4) 
 
 
En síntesis, las habilidades para la vida determinan el comportamiento, el control de las 
emociones y los pensamientos. Dependiendo de las competencias sociales que un individuo 
posea y demuestre, se dará su bienestar personal y social. Por tanto, a medida que se 
desarrolla un proceso de aprendizaje, como en el caso de los estudios universitarios, el 
sujeto debe procurar constantemente mejorar dichas habilidades y fortalecer las 
competencias positivas que le garanticen un desempeño personal, laboral o académico 
efectivo y competitivo. 
3.1.1. Creatividad 
La creatividad es una de las habilidades fundamentales que se requieren en todos los 
planos de la vida. Esta puede asociarse con la capacidad de generar soluciones, objetos, 
diseños o planes novedosos y valiosos. Debido a que la creatividad es un proceso que parte 
de una idea, puede considerarse una competencia psicosocial que les facilita a los seres 
 
 
 5 
humanos crear en distintos campos a través del uso de un lenguaje específico, de símbolos 
o de un conjunto de elementos que haga posible la cristalización del pensamiento. 
En palabras de Crea Business Idea (CBI, 2020), “la generación de ideas y su utilización 
en forma de innovación, sigue un proceso cuyo análisis y aplicación facilita la solución de 
problemas y la formulación de estrategias de cambio que nos permita adaptarnos a una 
nueva situación” (p. 8). Este proceso está constituido por las fases esquematizadas en la 
imagen 1. 
 
Imagen 1. Proceso creativo de generación de ideas 
Fuente: CBI (2020, p. 8). 
 
Por otra parte, CBI (2020) indica los siguientes aspectos fundamentales para fortalecer 
la actitud creativa: 
• Mantener un espíritu de búsqueda continua de nuevas soluciones y alternativas. 
• Motivación intrínseca por realizar un avance significativo,por superar un reto del 
trabajo en sí, no sujeta a estímulos externos. 
• Originalidad a la hora de utilizar nuevos enfoques y nuevos métodos, relacionando 
elementos sin aparente relación. 
• Voluntad y flexibilidad para adaptarse a las necesidades del entorno. 
• Individualismo, determinación por el éxito y confianza en uno mismo. 
• Inconformismo con la situación existente y ansias por encontrar vías de mejora. 
 
 
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• Formación profunda en un área de conocimiento. 
• Optimismo, incluso convirtiendo las situaciones de crisis en oportunidades de mejora. 
(p. 10) 
 
De esta forma, la creatividad implica el empleo de métodos y procedimientos no 
convencionales, los cuales hagan posible la producción de nuevas ideas y respuestas ante 
las demandas de la sociedad. La actitud creativa es esencial para el desarrollo trascendental 
de cada ser humano. De forma natural, todos los individuos tienen determinado potencial 
creativo, aunque este sea mayor o menor en diferentes ámbitos, sin embargo, esta 
capacidad puede fomentarse y mejorarse con la práctica y consideración de los factores 
antes mencionados. 
3.1.2. Innovación 
El término innovación se ha convertido en uno de los tópicos más importantes en el 
ámbito mundial, en todas las áreas (educación, tecnología, sociedad, política y economía), 
concibiéndose como la manera de pensar y actuar de forma novedosa. Por lo tanto, la 
capacidad de innovación es una de las habilidades más demandadas desde la educación y 
el desarrollo comunitario hasta el nivel profesional en cualquier tipo de organización. 
De forma general, Barba (2011) define la innovación como: 
Una nueva manera de hacer las cosas que resulta en un cambio positivo para la 
empresa y para sus clientes. La innovación sería todo cambio basado en conocimiento 
que generara valor, tanto de la propia empresa como de su oferta. En el primer caso 
contribuiría a mejorar la cuenta de resultados y, como producto final, su valor de 
empresa; en el segundo, aumentaría la cuota de mercado o los precios de venta. (pp. 
24-25) 
 
De acuerdo con la definición anterior, la innovación está estrechamente relacionada con 
la creatividad, y en ocasiones suelen confundirse. Para distinguir ambos términos, se debe 
reconocer que la creatividad se refiere a la habilidad para generar ideas y la innovación 
 
 
 7 
expresa la capacidad para hacer realidad dichas ideas. Por lo tanto, ser creativo no implica 
necesariamente llegar a la innovación, y se puede ser innovador partiendo de una idea 
adquirida, por ejemplo, al emplear mecanismos novedosos para materializar la idea de otra 
persona. 
De forma categórica, Barba (2011) clasifica la innovación en función del tipo de 
conocimiento en las clases siguientes: 
Las innovaciones tecnológicas se basan en la utilización de nuevo conocimiento 
tecnológico y/o de nuevas tecnologías, o en nuevos usos o combinaciones de 
conocimiento o tecnologías ya existentes. Estas innovaciones se materializan en 
productos y servicios tecnológicamente nuevos o mejorados con nuevas funciones que 
logran éxito en el mercado, así como en procesos novedosos que se incorporan a la 
producción y/o a la logística de modo eficiente. 
Las innovaciones gerenciales u organizativas se basan en conocimiento gerencial y 
consisten en la implantación de nuevas formas de organización de los procesos de 
negocio en la empresa; en el reparto de responsabilidades o reestructuración de 
actividades; y en la manera de gestionar las relaciones externas de la empresa con 
proveedores y clientes. […] 
Las innovaciones comerciales se basan en conocimientos de marketing, para usar 
nuevos métodos de comercialización, en sus canales de venta, en su promoción o en la 
asignación de precios. (pp. 25-26) 
 
Independientemente del tipo de innovación, todas las empresas requieren de esta 
habilidad para mejorar sus procesos y promover los cambios necesarios para progresar de 
forma técnica y financiera. Por lo tanto, siempre hay que estar dispuesto a innovar, es decir, 
a pensar y a actuar de forma diferente, a fin de lograr nuevos productos y servicios 
novedosos que conduzcan a incrementar la competitividad comercial, el bienestar social y 
la satisfacción personal. 
3.1.3. Pensamiento crítico 
El pensamiento crítico es una de las habilidades más complejas y difíciles de encontrar. 
Este procede de la mente y está asociado con la resolución de problemas, la toma de 
 
 
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decisiones, el aprendizaje, los juicios, las evaluaciones técnicas y el análisis de casos, entre 
otros aspectos. En efecto, el pensamiento crítico representa la base de otras habilidades 
y es una de las principales competencias que debe desarrollar un investigador justo y 
responsable. 
Según Ennis, citado en Bezanilla, Poblete, Fernández, Arranz y Campo, (2018), el 
pensamiento crítico es: 
Un proceso cognitivo complejo que implica disposiciones y capacidades con tres 
dimensiones básicas: la lógica (juzgar, relacionar palabras con enunciados), la criterial 
(utilización de opiniones para juzgar enunciados) y la pragmática (comprensión del 
juicio y la decisión para construir y transformar el entorno). Se centra en lo que la 
persona puede decidir, creer o hacer algo de forma reflexiva, razonable y evaluativa. 
Asimismo, implica un análisis, buscar la verdad a través de criterios y evidencias, así 
como llegar a un juicio de valores. Este proceso se evidencia en situaciones 
problemáticas en las que hay que adoptar una posición y llevar a cabo una actuación. 
(p. 92) 
 
Por otra parte, Bloom (citado en Bezanilla et al., 2018) plantea un proceso de 
pensamiento crítico basado en seis niveles jerarquizados en función de su complejidad 
creciente, los cuales están íntimamente relacionados con el proceso de aprendizaje. Esta 
taxonomía va de menor a mayor nivel, desde la recopilación de la información hasta emitir 
un juicio sobre el resultado, tal como se presenta en la imagen 2 (p. 93). 
 
 
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Imagen 2. Taxonomía de Bloom 
Fuente: Elaboración propia a partir de Bloom (citado en Bezanilla et al., 2018, p. 93) 
 
Con base en las premisas anteriores, el pensamiento crítico es una habilidad para 
abordar una situación, procesar la información, resolver el caso y juzgar la solución. Por lo 
tanto, en los procesos de enseñanza aprendizaje, los estudiantes desarrollan su 
pensamiento crítico a partir de aspectos, tales como identificación de conocimientos, 
selección la información, alternativas de solución, comparación de posturas teóricas, 
indagación sobre hechos reales y emisión de juicios, entre otros. 
3.1.4. Solución de problemas 
La resolución de problemas es una habilidad que los seres humanos emplean 
prácticamente todos los días, ya que los conflictos, las fallas u otras situaciones adversas 
ocurren constantemente en todos los ámbitos. Por lo tanto, esta competencia es una de las 
herramientas fundamentales que toda persona debe poseer, con la finalidad de encontrar 
la solución más adecuada ante los problemas diversos de la vida cotidiana y del plano 
empresarial o profesional. 
 
 
 
 10 
 
De forma descriptiva, Bados y García (2014) relacionan los conceptos de problema y 
solución de la siguiente manera: 
El problema es una transacción persona-ambiente en la cual hay una discrepancia o 
desequilibrio percibido entre las exigencias y la disponibilidad de respuesta. La persona 
en dicha situación percibe una discrepancia entre “lo que es” y “lo que debería ser” en 
condiciones donde los medios para reducir la discrepancia no están inmediatamente 
patentes o disponibles. La solución es una respuesta de afrontamiento o pauta de 
respuesta que es eficaz en alterar una situación problemática y/o las reacciones 
personales ante la misma de modo que ya no es percibida como un problema, al mismo 
tiempo que maximiza otros beneficios y minimiza los costos. (p. 2) 
 
De manera articulada, D’Zurilla, Nezu y Maydeu-Olivares(citados en Bados y García, 
2014) indican que el proceso de resolución de problemas integra dos elementos: 
orientación hacia los problemas y habilidades para la resolución de problemas. La actitud 
hacia los problemas implica un conjunto de acciones, pensamientos y emociones sobre el 
conflicto y su posible solución. Por otro lado, la solución del problema en sí requiere la 
búsqueda lógica, analítica y sistemática de las alternativas de solución, mediante la 
integración de cuatro habilidades: formulación del problema, propuesta de alternativas de 
solución, toma de decisiones, implementación de la solución y comprobación de su 
efectividad (p. 5). 
En conclusión, para resolver problemas de manera efectiva y eficiente se deben integrar 
otras habilidades, tales como flexibilidad, para adaptarse a situaciones no convencionales; 
manejo del tiempo, para tomar el lapso necesario para analizar el caso y pensar en las 
posibles soluciones; pensamiento crítico, para interpretar el problema desde diferentes 
enfoques; creatividad, para formular alternativas óptimas de solución, e innovación, para 
llevar a cabo una solución vanguardista. 
3.1.5. Comunicación 
La comunicación es la herramienta principal que las personas utilizan para compartir 
información, expresar emociones, describir pensamientos y crear contenidos. De forma 
 
 
 11 
técnica, Álvarez y Martínez (citados en Guardia, 2009) definen la comunicación como el 
“proceso mediante el que un mensaje emitido por un individuo, llamado emisor, es 
comprendido por otro llamado receptor o destinatario, que es la persona o entidad a quien 
va dirigido el mensaje, gracias a la existencia de un código común” (p. 16). 
En relación con el aprendizaje, Díaz (citado en Guardia, 2009) establece: 
La comunicación, ya sea interpersonal o intragrupal es un aprendizaje, "procedimental" 
y "actitudinal" y por ello creemos que toda situación de enseñanza-aprendizaje es un 
acto comunicativo y todo acto comunicativo es una situación de enseñanza-
aprendizaje. Para que este aprendizaje sea más efectivo se deben reconocer otras 
etapas como la "motivación", la "intención sociocomunicativa" y la "construcción del 
texto", en las cuales participa el trabajo mental y cognitivo del emisor y del receptor. 
Este receptor también realiza etapas, como la "deconstrucción o descodificación", la 
"interpretación" y la "reacción"; una reacción que puede ser contraria, si el mensaje no 
posee ciertas cualidades. Por ello, se recomienda enseñar la claridad que debe poseer 
el mensaje, característica que se logra con los patrones lingüísticos pertinentes, con un 
vocabulario preciso y la corrección idiomática. (p. 30) 
 
De forma moderna, British Council (2016) afirma que “la comunicación requiere una 
escucha efectiva y una capacidad para comunicarse en diferentes modelos (oral, escrito, no 
verbal) para una variedad de propósitos, trabajando confidentemente en ambientes 
diversos incluyendo contextos multilingües y utilizando la tecnología de manera efectiva” 
(p. 11). 
En todos los niveles de la vida, la comunicación es esencial para producir, compartir, 
divulgar y transferir información, conocimientos, sentimientos, opiniones y pensamientos. 
Así mismo, la comunicación es una habilidad fundamental para afrontar los problemas, 
generar soluciones y promover cambios que satisfagan las demandas sociales u 
organizacionales y mejoren las relaciones interpersonales. 
 
 
 
 
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3.1.6. Colaboración 
Según British Council (2016), “la colaboración es la capacidad de trabajar responsable y 
voluntariamente en diversos equipos para lograr metas comunes, demostrando respeto por 
las contribuciones de cada miembro del grupo, así como la capacidad de ser flexible y hacer 
compromisos cuando sea necesario” (p. 11). Esto indica que la colaboración es una 
habilidad indispensable en todas las áreas donde se desenvuelve el ser humano, ya que esta 
permite integrarse de forma respetuosa, voluntaria y responsable en un equipo para 
trabajar mancomunadamente hasta alcanzar los objetivos propuestos. 
En el contexto educativo, Acedo y Hughes (citados en British Council, 2016) señalan que 
la comunicación y la colaboración constituyen uno de los pilares para el modelo de 
“aprender a vivir juntos”, el cual plantea que los objetivos de la educación deben enfocarse 
hacia la resolución de problemas, tales como la desigualdad, la falta de recursos, la pobreza 
y la ciudadanía (p. 11). 
En consonancia, British Council (2016) afirma que “la comunicación y colaboración son 
el centro de esa educación, así como las áreas de ciudadanía, liderazgo y pensamiento 
crítico” (p. 11). Por otra parte, Enríquez, Bras, Bucio y Rodríguez (2017) establecen que “la 
comunicación antecede a la colaboración y, por lo tanto, es la base para la construcción de 
redes y comunidades de aprendizaje” (p. 128). 
De acuerdo con las premisas anteriores, la colaboración va de la mano con la 
comunicación, y en conjunto permiten el desarrollo de actividades grupales con metas 
compartidas que son acordadas entre los diferentes integrantes a través de un compromiso 
mutuo, el uso de recursos comunes y el apoyo constante, la motivación permanente, con la 
finalidad de lograr un resultado colectivo que resuelva el problema abordado de una forma 
más efectiva que la acción individual. 
 
 
 
 13 
3.1.7. Pensamiento lógico 
Antes de definir al pensamiento lógico, Jaramillo y Puga (2016) plantean que “la lógica 
se refiere a poner en juego procesos lineales hasta conseguir resultados de acuerdo a un 
formato secuencial” (p. 38). Bajo este concepto, la lógica es una destreza que se aplica 
diariamente para deducir soluciones y obtener conclusiones, sobre todo en el campo 
educativo, cuando los estudiantes se enfrentan a actividades de resolución de problemas y 
análisis de contenido, entre otras. 
Al respecto, Oliveros (citado en Jaramillo y Puga, 2016) afirma que el pensamiento lógico 
es “eminentemente deductivo, incluso algunos autores lo definen como tal, mediante este 
razonamiento se van infiriendo o asegurando nuevas proposiciones a partir de 
proposiciones conocidas, para lo cual se usan determinadas reglas establecidas o 
demostradas” (p. 39). 
Al concebir el pensamiento como una habilidad para la vida, Jaramillo y Puga (2016) 
indican: 
El pensamiento lineal o lógico, es la manera en la cual las personas con especial énfasis 
los estudiantes, aprenden a pensar desde edades tempranas o a inicios de la vida 
escolar, que al ser adecuadamente aplicados desde las aulas permiten llegar a una 
reflexión significativa. Este tipo de pensamiento se desprende de las distintas 
relaciones que surgen en el cerebro ante la necesidad de encontrar razonamientos 
lógicos en el accionar diario, cuyo fin es llegar a la construcción de conocimientos y 
reflexiones que sirvan a lo largo de la vida. (p. 38) 
 
Por otra parte, Jaramillo y Puga (2016) señalan que “para complementar este tipo de 
pensamiento es importante relacionar con el pensamiento creativo, que aporta con varias 
características y atributos relevantes que fortalecerán el análisis, la síntesis, argumentos de 
saberes, y abstracción de conclusiones en forma fácil y oportuna” (p. 40). Dichos 
pensamientos pueden distinguirse o compararse según las características presentadas en 
el cuadro 1. 
 
 
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Pensamiento lógico Pensamiento creativo 
Selectivo Productor de ideas 
Exacto y racional Intuitivo 
Lógico, matemático Espontáneo, artístico 
Ordenado Desordenado 
Parcializado Totalizado 
Secuencial Globalizado 
Cada paso debe ser correcto El resultado debe ser correcto 
Deductivo Inductivo 
Demostrable Original 
Lenguaje verbal Lenguaje no verbal 
Cuadro 1. Comparación entre el pensamiento lógico y el pensamiento creativo 
Fuente: Carbó, E., citado en Jaramillo y Puga (2016, p. 40). 
 
Con base en lo anteriormente expuesto, el pensamiento lógico es una habilidadclave 
que debe desarrollarse desde temprana edad para responder a las exigencias del mundo y 
para cumplir con los propósitos de la educación contemporánea, la cual se basa en la 
transformación de la sociedad. Para tal fin, el pensamiento lógico debe emplearse para 
llevar a cabo procesos ordenados, abstractos y deductivos para construir y reconstruir 
conocimientos en diversas áreas, de forma tal que se pueda relacionar la teoría con las 
experiencias de la vida diaria. 
3.1.8. Pensamiento analítico 
Según Viña y Poblete, citados en Cañete (2010), el pensamiento analítico se define como 
“el comportamiento mental que permite distinguir y separar las partes de un todo hasta 
llegar a conocer sus principios o elementos. El pensamiento analítico es el pensamiento del 
detalle, de la precisión, de la enumeración y de la diferencia” (p. 327). 
En cuanto a la evaluación del pensamiento analítico, se pueden utilizar los indicadores 
propuestos por Viña y Poblete (citados en Cañete, 2010), los cuales se seleccionan de 
acuerdo con las competencias a evaluar y se agrupan en tres niveles de dominio: ontología, 
referido a la clasificación de los componentes del sistema; relaciones, basado en el 
ordenamiento de los elementos para identificar relaciones de estructura y patrones de 
diseño o comportamiento; y relaciones causa efecto, en el que se elaboran conceptos a 
 
 
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partir del análisis causa – efecto y las posibles tácticas para solucionar el problema (pp. 328-
329). 
En este sentido, el pensamiento analítico es fundamental para la toma de decisiones en 
todas las áreas educativas, empresariales y de la vida cotidiana, ya que consiste en analizar 
detalladamente el problema o el caso por resolver, a través de la interpretación, la 
comprensión, la relación de causas y efectos y la síntesis, hasta construir un panorama 
preciso y cabal de las características, ventajas y desventajas de la situación en estudio. 
3.1.9. Pensamiento sistémico 
De acuerdo con O´Connor y McDermott (citados en Muñoz, 2017): 
 
El pensamiento sistémico es un método de identificar algunas reglas, algunas series de 
patrones y sucesos para prepararnos de cara al futuro e influir sobre él de alguna 
medida, nos aporta cierto control. El pensamiento sistémico contempla el todo y las 
partes, así como las conexiones entre las partes, y estudia el todo para poder 
comprender las partes. Es lo opuesto al reduccionismo, es decir, la idea de que algo es 
simplemente la suma de sus partes. (p. 130) 
 
Considerando que, en todas las áreas, los procesos, los objetos, los productos y los 
servicios están constituidos por un todo, es decir, por un sistema; el pensamiento sistémico 
es fundamental para considerar las interrelaciones y configuraciones de las distintas partes 
de un sistema y su entorno. Por lo tanto, este tipo de pensamiento es esencial para la 
resolución de problemas, ya que está orientado a la integración de las partes y a la 
explicación de principio a fin de las propiedades del sistema como un todo. 
En todos los ámbitos, a través del pensamiento sistémico se pueden entender mejor los 
distintos temas, visualizados como un todo, donde cada parte tiene articulaciones con otros 
elementos. De esta forma, se pueden establecer las relaciones causa – efecto y analizar los 
distintos procesos para la implementación de estrategias que conduzcan a mejores 
interrelaciones en el ambiente social y a procesos innovadores en el contexto institucional. 
 
 
 16 
 
3.1.10. Metacognición 
Con base en Flavell (citado en Jaramillo y Simbaña, 2014), la metacognición se define 
como la “cognición acerca de la cognición. El desarrollo de las habilidades 
metacognoscitivas desempeña un papel importante en muchos tipos de actividad 
cognoscitiva como: persuasión oral, comprensión lectora, la recepción, la atención, la 
solución de problemas y diversas formas de autocontrol” (p. 301). 
Para desglosar este concepto, es necesario comprender la relación entre cognición y 
metacognición. Según Cendemarin (citado en Jaramillo y Simbaña, 2014), la cognición es “el 
desarrollo de la mentalidad humana, a través de procesos como recordar, procesar 
información, la atención y la percepción” (p. 4). Por su parte, en palabras de Brown (en 
Cendemarin, citado en Jaramillo y Simbaña, 2014), la metacognición es “el conocimiento y 
regulación al control consciente y deliberado de la actividad cognoscitiva” (p. 301). 
 A manera de ejemplo, Jaramillo y Simbaña (2014) presentan la metacognición como el 
proceso cognitivo que un estudiante realiza mediante la lectura, elaborando síntesis, 
análisis e inferencias. Para retener los conocimientos el estudiante podría usar técnicas 
como tomas de notas, cuadros, esquemas y grabaciones, entre otros. Así se estaría 
ayudando a recordar, reforzando su metamemoria, es decir, su conocimiento sobre los 
procesos de la memoria (p. 301). 
El ejemplo antes descrito se realiza mediante dos procesos básicos que constituyen la 
metacognición, los cuales son descritos por Kaufman y Vadillo (citados en Jaramillo y 
Simbaña, 2014) de la siguiente manera: 
El primero se refiere al conocimiento que una persona tiene frente a una situación 
determinada, se entiende que la persona debe hacer uso de sus propios recursos 
cognitivos para resolver una tarea con efectividad; el segundo se refiere a la habilidad 
de maniobrar, regular o controlar los recursos o estrategias cognitivas, con el propósito 
de asegurar el éxito de una tarea o solución del problema; además incluye, entre otras, 
las actividades de planeación, monitoreo, revisión y evaluación. (p. 302) 
 
 
 
 17 
En síntesis, la metacognición es un proceso cognitivo que el individuo realiza sobre sus 
propios conocimientos a través de la ejecución de la actividad a desarrollar como tal 
(memorizar, recordar, clasificar, entre otras) y a la regulación de dicha actividad, mediante 
el control y la evaluación de las técnicas, recursos y estrategias que se emplean para el 
desarrollo del proceso cognitivo. 
3.1.11. Flexibilidad y adaptabilidad 
Según la Real Academia Española (RAE), citada en Selva y Tresserra (2015), “la flexibilidad 
es la cualidad de ser flexible. Entendiendo ser flexible como la no sujeción a normas 
estrictas, dogmas o trabas, o aquello susceptible de cambios o variaciones según las 
necesidades del momento o situación” (p. 198). Debido a la amplitud de este concepto, la 
flexibilidad es aplicable a nivel educativo, profesional, laboral, organizacional, personal y 
social, entre otros. 
Al respecto, Silva y Tresserra (2015) resaltan la flexibilidad como una habilidad en 
distintos ámbitos que: 
Lleva implícita la idea de cambio, de transformación, respecto a aquello que fue y que 
ya no es; tradicionales esquemas normativos del trabajo asalariado sustentados en la 
estabilidad y la permanencia que ahora se ven sacudidos por nuevas formas de 
entender, relacionarse y seguir presentes. (p. 199) 
 
En cuanto a la adaptabilidad, Pérez (citado en Garzón, 2018) indica que la capacidad 
dinámica de adaptación es: “un proceso de aprendizaje continuo y de ajuste que permite 
gestionar la complejidad de los procesos, lo cual se debe manifestar en flexibilidad 
estratégica entendida como la elasticidad para gestionar las disponibilidades de recursos, 
así como para aplicar dichos recursos” (p. 115). 
Desde el punto de vista estratégico, para Hamel y Valikangas (citados en Garzón, 2018), 
la capacidad dinámica de adaptación: 
No consiste en responder a una crisis ocasional. No se trata de rehacerse de un 
contratiempo. Se trata de anticiparse y adaptarse continuamente a tendencias 
 
 
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profundas y seculares que pueden obstaculizar permanentemente el poder de generar 
beneficios de un negocio básico. Se trata de tener la capacidad de cambiar antes de 
que la necesidad de cambio sea desesperadamente obvia. (p. 117) 
 
Con base en las premisasanteriores, la flexibilidad y la adaptabilidad están totalmente 
vinculados, ya que para adaptarse a los cambios y a las diferentes interrelaciones que 
puedan darse en el entorno, es necesario ser flexibles. En cualquier ámbito, la flexibilidad y 
adaptabilidad permitirán fortalecer los valores de respeto, empatía y tolerancia, entre 
otros, promoviendo así mejoras en la comunicación, la colaboración, el bienestar y el 
rendimiento productivo. 
3.1.12. Iniciativa, autodirección y autonomía 
La autonomía e iniciativa son competencias básicas contempladas prioritariamente en 
los modelos educativos modernos, que tienen como propósito el desarrollo de 
competencias por parte de los estudiantes, las cuales no solo se van a requerir durante la 
etapa escolar o carrera universitaria, sino que se convertirán en herramientas para 
contribuir a una realización sana y exitosa a nivel personal, profesional y social. Sin 
embargo, estas competencias no se limitan al nivel educativo, ya que, debido al dinamismo 
del entorno, las organizaciones necesitan trabajadores capaces de actuar con autodirección 
e iniciativa propia. 
En este sentido, Gobierno Vasco (2012) afirma: 
Aprender a ser una persona autónoma supone aprender a desenvolverse a nivel 
personal, profesional y social en un mundo cada vez más complejo. Desde el nuevo 
planteamiento educativo competencial esto requiere el desarrollo de una serie de 
conocimientos, habilidades y destrezas (para afrontar problemas y tomar decisiones, 
para trabajar en equipo), actitudes y valores (perseverancia, solidaridad, creatividad), 
que no se forman ni espontáneamente ni a través de la mera adquisición de 
informaciones o conocimientos. (p. 5) 
 
De forma esquemática, Gobierno Vasco (2012) caracteriza la autonomía e iniciativa en 
seis aspectos clave (imagen 3): son términos asimétricos, debido a que no significan lo 
 
 
 19 
mismo ni tienen igual dimensión, la autonomía engloba a la iniciativa. Tienen carácter 
sistémico y holístico porque se relacionan con otras competencias, es decir, forman parte 
de un sistema. Implican aprender a pensar, comunicar y a relacionarse. No se refieren a una 
disciplina específica, sino que se relaciona con cualquier disciplina. Es emocional y social 
porque el individuo autónomo se reconoce a sí mismo y conoce su responsabilidad social. 
Es una competencia para la vida porque afecta al desarrollo personal y social. 
 
Imagen 3. Aspectos clave de la autonomía e iniciativa 
Fuente: Gobierno Vasco (2012, p. 6). 
 
3.1.13. Empatía 
El término empatía tiene origen en el concepto de Lipps (citado en López, Filippetti y 
Richaud, 2014), quien afirma que “la empatía es la tendencia natural a sentirse dentro de 
lo que se percibe o imagina, tendencia que permite, en primer lugar, reconocer la existencia 
de otro” (p. 38). En este sentido, la empatía es una competencia que abarca todos los 
campos, ya que en cualquier área las personas no se encuentran aisladas, sino en contacto 
con otros sujetos que tienen diferentes formas de actuar, pensar, sentir y comunicarse. 
 
 
 20 
 
Para comprender el proceso de empatía humana, Decety y Jackson (citados en López et 
al., 2014) proponen un modelo conformado por tres componentes: 
(a)Emoción compartida entre el observador y el observado, proceso que explican por 
medio del modelo de Percepción/Acción que ya se ha expuesto; (b) Autoconciencia y 
Conciencia del otro, que impide la confusión entre el self y el otro a pesar de cierta 
identificación temporal; y (c) Flexibilidad Cognitiva para adoptar la perspectiva del otro, 
que necesita de procesos de regulación. (p. 42) 
 
Como es evidente, la empatía es una habilidad indispensable para la vida, considerando 
que toda la existencia se desarrolla en contextos sociales diversos y complejos. Esta 
complejidad social implica la identificación y la comprensión de las acciones, los 
pensamientos y las emociones de los demás. Además, la empatía implica no solo 
comprender la forma de ser y pensar de otros, sino la capacidad para responder a las 
diferencias de forma adecuada, evitando conflictos y procurando una convivencia con 
valores de paz y respeto. 
3.1.14. Toma de decisiones 
La Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental 
(FUNDESYRAM, 2011) define la toma de decisiones como “un proceso de aprendizaje 
natural o estructurado mediante el cual se elige entre dos o más alternativas, opciones o 
formas para resolver diferentes situaciones o conflictos de la vida, la familia, empresa, 
organización” (p. 16). 
Al respecto, Betancur (citado en FUNDESYRAM, 2011) afirma que cuando se toman 
decisiones: 
Estamos asumiendo el compromiso con los resultados que se quieren alcanzar, 
mientras que al no decidir demostramos estar interesados en que las cosas sucedan, 
pero sin hacer nada para lograr los resultados deseados. Lo que nos lleva a una u otra 
cosa, son nuestros modelos mentales y es por ello que debemos analizar los procesos 
de toma de decisiones a partir de estos. Normalmente se decide para alcanzar el éxito 
y se eluden las decisiones cuando se desea evitar el fracaso. (p. 17) 
 
 
 
 21 
Para tomar decisiones acertadas, se deben considerar determinados aspectos, los cuales 
dependen del tipo de sujetos involucrados y de las características de la situación por 
resolver, además del contexto de las posibles alternativas de solución. De acuerdo con 
FUNDESYRAM (2011), “las condiciones en las que se toman las decisiones pueden 
clasificarse en términos generales como certidumbre, riesgo e incertidumbre” (p. 22). Estas 
condiciones se esquematizan en la imagen 4. 
 
Imagen 4. Condiciones para la toma de decisiones 
Fuente: FUNDESYRAM (2011, p. 22). 
 
Según FUNDESYRAM (2011), la certidumbre se refiere al hecho de informar a las 
personas cuando las alternativas de solución son claras y se pueden prever los resultados 
de cada opción de respuesta. El riesgo está relacionado con la probabilidad que tiene cada 
alternativa para generar los resultados o cambios deseados. Por su parte, la incertidumbre 
es la condición dada cuando no se dispone de información para estimar los riesgos de cada 
alternativa (pp. 23-25). 
De forma procedimental, FUNDESYRAM (2011) plantea un proceso para la toma de 
decisiones, constituido por seis etapas: “identificación y diagnóstico del problema, 
generación de soluciones alternativas, selección de la mejor alternativa, evaluación de 
alternativas, evaluación de la decisión e implementación de la decisión” (p. 31). 
 
 
 22 
 
Como es notorio, cada día las personas se enfrentan a la toma de decisiones. Antes de 
seleccionar una alternativa, se deben reconocer los riesgos de cada una de ellas, 
considerando los efectos e impactos, tanto negativos como positivos de cada opción. A nivel 
personal, no hay un método que garantice que la decisión que se tomará sea la mejor, sin 
embargo, existen modelos y procesos para organizar la información, aplicar los 
conocimientos, reflexionar sobre las experiencias, emitir los juicios y finalmente tomar una 
decisión. 
3.1.15. Habilidades para la interculturalidad 
Según Antón, Aranguren y Sáez, (en García, citado por Higuera y Castillo, 2015), la 
interculturalidad es definida como: 
El conjunto de procesos políticos, sociales, jurídicos y educativos generados por la 
interacción de culturas en una relación de intercambios recíprocos provocados por la 
presencia, en un mismo territorio, de grupos humanos con orígenes e historias 
diferentes. Ello implicará el reconocimiento y comprensión de otras culturas, su 
respeto, el aumento de la capacidad de comunicación e interacción con personas 
culturalmente diferentes y el fomento de actitudes favorables a la diversidad cultural. 
(p. 151) 
 
En el ámbito educativo, García y Kowii (en García, citado en Higuera y Castillo, 2015) 
destacan: 
Debemos educar a los ciudadanos en el convencimiento de quelas culturas no se 
contraponen, sino que se complementan y se enriquecen mutuamente. El sistema 
educativo juega un papel crucial para lograr el encuentro entre las culturas 
mayoritarias y las minoritarias, colaborar en la lucha contra el racismo y la xenofobia y 
contra cualquier tipo de discriminación. (p. 152) 
 
Dados los enfoques anteriores, queda claro que la interculturalidad integra diversos 
procesos que van más allá de un contexto geográfico, se refiere a la integración de 
diferentes culturas en un sistema en el que se desarrollan procesos de diversas áreas. Por 
lo tanto, para la práctica de la interculturalidad, se debe considerar una serie de valores que 
 
 
 23 
permitan reconocer con respeto la existencia de creencias, conocimientos, experiencias, 
leyes y tradiciones distintas, las cuales pueden coexistir en una misma sociedad. 
 
 
3.1.16. Liderazgo y responsabilidad 
De acuerdo con González, Urdaneta y Muñoz (2017), un líder responsable se caracteriza 
por: 
Asumir un compromiso con su entorno incluido en este el ambiente, debe garantizar 
en las decisiones que tome para el accionar de su organización, un bajo impacto al 
ambiente, la mejora de la calidad de vida de la población donde se desarrolla la 
empresa que dirige y llevar indicadores de impacto social, que permitan medir si sus 
decisiones y operaciones de negocio comprometen a las generaciones futuras y si 
tienen un impacto positivo en la dimensión económica de la sustentabilidad, 
originando no solo crecimiento económico sino desarrollo, ya que el crecimiento no 
necesariamente está ligado al desarrollo. (p. 16) 
 
De forma análoga, Maestres (citado en González et al., 2017) expresa que “la principal 
función de un líder es asegurar que la organización se conozca a sí misma y cree esta visión 
compartida, lo cual asegurará mejorar participación en el mercado, desarrollo, crecimiento 
y no afectación del entorno” (p. 20). 
Las consideraciones anteriores indican que los líderes actuales tienen la responsabilidad 
de lograr los cambios que el mundo exige, con base en las vertientes de desarrollo 
sostenible (sociedad, ambiente y economía). Por lo tanto, el líder contemporáneo debe 
asumir el desafío de preservar el ambiente y procurar el máximo bienestar social, sin 
descuidar la rentabilidad de su organización o negocio. Esto indica que la responsabilidad 
del líder se enfoca en mantener el equilibrio entre salvaguardar la salud, proteger los 
ecosistemas y propiciar el crecimiento económico de la entidad donde se encuentre 
inmerso. 
 
 
 24 
 
3.1.17. Resiliencia 
Según HeartMath (2014), la resiliencia es: 
La energía que tienes disponible para usar, no solo físicamente, sino también mental y 
emocionalmente. Cuando tienes un nivel alto de resiliencia o una batería interna 
completamente cargada, tienes mayor capacidad para mantener la calma, pensar 
claramente y estar en control de tus emociones para no reaccionar de forma 
exagerada. En otras palabras, puedes “afrontar los golpes” más fácilmente y fluir mejor 
ante los retos en lugar de estresarte, lo que drena aún más tus reservas de energía. (p. 
2) 
 
Para explicar las diferencias y el desempeño de la resiliencia, HeartMath describe cuatro 
dimensiones básicas: física, emocional, mental y espiritual, las cuales se afectan unas a 
otras, tal como se muestra en la imagen 5. 
 
Imagen 5. Dimensiones de la resiliencia 
Fuente: HeartMath (2014, p. 4). 
 
Respecto a las dimensiones anteriores, HeartMath (2014) destaca: 
Algunas personas son naturalmente más resilientes en una dimensión que en otra. Se 
considera que tienen más resiliencia emocional aquellas personas que pueden 
controlar mejor sus emociones y mantener la calma y compostura bajo presión. Sin 
embargo, es importante tomar en cuenta que personas que son más resilientes en una 
dimensión, pueden encontrarse bajas en su estado general de resiliencia si permiten 
que su energía o batería interna se drene en alguna de las otras dimensiones. (p. 5) 
 
 
 25 
A partir de lo anterior, se puede deducir que la resiliencia es una capacidad controlable 
y mejorable. Cada ser humano debe identificar sus niveles de energía y reconocer cuando 
hay pérdidas de esta debido a ciertas situaciones conflictivas o agotadoras. En este sentido, 
para mejorar la resiliencia se debe iniciar un proceso de preparación antes de un evento 
negativo, estar dispuesto a cambiar patrones de comportamiento y tratar de mantener la 
calma durante la adversidad. 
3.1.18. Planificación 
De acuerdo con Armijo (citado en Walter y Pando, 2014), la planificación se concibe 
como: 
Una herramienta de gestión que permite apoyar la toma de decisiones de las 
organizaciones en torno al quehacer actual y al camino que deben recorrer en el futuro 
para adecuarse a los cambios y a las demandas que les impone el entorno y lograr la 
mayor eficiencia, eficacia, calidad en los bienes y servicios que se proveen. Consiste en 
un ejercicio de formulación y establecimiento de objetivos de carácter prioritario, cuya 
característica principal es el establecimiento de los cursos de acción (estrategias) para 
alcanzar dichos objetivos. (p. 10) 
 
La planificación es un proceso necesario tanto a nivel personal como profesional. Para 
alcanzar resultados trascendentales se debe formular un plan que integre objetivos, metas, 
actividades, recursos y responsabilidades en función del tiempo. Dicho plan debe 
monitorearse y evaluarse continuamente, a través de un conjunto de indicadores 
adecuados, los cuales permitan verificar el grado de alcance de los objetivos, reformular las 
acciones y plantear estrategias según los escenarios reales y que se recorran durante el 
transcurso del plan. 
3.1.19. Habilidades de organización 
Con base en International Labour Organization (ILO), citado en Moreno, Blanco, Aguirre, 
De Rivas y Herrero (2014), las organizaciones actuales enfrentan seis cambios básicos: “El 
desarrollo organizacional, la transformación tecnológica, la liberalización mundial de los 
 
 
 26 
 
mercados, la presencia masiva de las multinacionales, el predominio de los mercados 
financieros y los nuevos roles de los mercados y los estados” (p. 586). 
Debido a estos cambios, European Agency for Safety and Health at Work (EU-OSHA), 
citado en Moreno et al. (2014), destaca siete habilidades organizacionales principales: 
“trabajo centrado en grupos, integrado en sistemas de gestión, descentralizado en la toma 
de decisiones, basado en el trabajo del conocimiento, con desarrollo del trabajo virtual, con 
nuevas y flexibles relaciones de contratación y con nuevos patrones flexibles de horarios” 
(p 586). 
De forma general, Moreno et al. (2014) establecen cuatro factores básicos para delimitar 
las habilidades organizacionales: 
Astucia social, influencia interpersonal, habilidad en las redes sociales y transmisión de 
sinceridad y honestidad, el panorama que refleja esta competencia social es mucho 
más amplio e incluye aspectos como la aceptación y promoción de las diferencias, el 
desarrollo de la confianza en las relaciones, el cultivo de la influencia, la eficacia social 
y la flexibilidad de juicio en situaciones particulares. (p. 587) 
 
Dependiendo del tipo de organización, el nivel de requerimiento de las habilidades 
variará. Por ejemplo, en una institución educativa son prioritarias las habilidades de 
pensamiento, comunicación y planificación, entre otras; en una empresa de publicidad son 
más importantes las habilidades de creatividad e innovación y en una empresa reparadora 
de equipos son fundamentales las competencias de solución de problemas, toma de 
decisiones y pensamiento. 
3.1.20. Trabajo en equipo 
El trabajo en equipo es una habilidad fundamental que todas las personas deben 
desarrollar y mejorar, debido a que la mayoría de las acciones a nivel educativo y 
organizacional se realizan en grupos. Por lo tanto, los integrantes delequipo deben tener 
capacidad para comunicarse, cooperar y solucionar problemas en conjunto, de forma tal 
 
 
 27 
que puedan mejorarse los índices de productividad, efectividad y competitividad del equipo 
y, por ende, de la organización donde este se sitúe. 
 Para Druskat y Wolff (citados en Moreno et al., 2014), la habilidad para trabajar en grupo 
puede evaluarse según el asertividad del equipo, la cual se refiere a: 
Garantizar que los conocimientos, habilidades, ideas u observaciones de cada uno de 
los miembros son reconocidos como recursos disponibles para el equipo. Esto envuelve 
un amplio rango de conductas grupales que incluyen: darse feedback entre los 
miembros, reconocer y valorar potencialidades dentro del grupo, evaluar problemas o 
ambigüedades percibidas, manifestar y mantener opiniones grupales frente a otros 
equipos, iniciar acciones como grupo y proporcionarse apoyo instrumental y emocional 
entre ellos. (p. 591) 
 
Cabe destacar que el trabajo en equipo es una competencia interpersonal, es decir, una 
habilidad grupal más que individual. Para potenciar esta habilidad, Ballenato (citado en 
Pacios y Bueno, 2013) afirma que “es necesario desarrollar otras habilidades tan diversas 
como la comunicación, la motivación, el liderazgo, la delegación, el asertividad y la solución 
de problemas” (p. 114). 
Aunque existe una estrecha relación entre trabajo en equipo y liderazgo, Gil, Rico y 
Sánchez (citados en Pacios y Bueno, 2013) diferencian estas dos habilidades considerando 
que “el liderazgo es la habilidad de guiar y promover el trabajo en equipo, intentando la 
colaboración de todos los que forman parte de un grupo” (p. 114). 
3.1.21. Manejo del idioma inglés 
Según Fiszbein, Cosentino y Cumsille (citados en Cronquist y Fiszbein, 2017), “a medida 
que las naciones latinoamericanas buscan aumentar su competitividad y posibilidades de 
crecimiento económico, surgen brechas en materia de habilidades de diversos tipos, las 
cuales representan potencialmente graves obstáculos” (p. 9). Entre estas habilidades se 
encuentra el manejo del idioma inglés. 
 De acuerdo con Neeley (citado en Cronquist y Fiszbein, 2017): 
 
 
 28 
 
La comunidad de negocios internacional reconoce la importancia creciente del dominio 
del inglés para la colaboración internacional y el éxito en la economía global. Muchas 
compañías multinacionales exigen que el inglés sea el idioma corporativo común, lo 
que demuestra que el inglés se ha establecido como la lengua franca en el mundo de 
los negocios. (p. 9). 
 
A nivel político, Cronquist y Fiszbein (2017) declaran: 
Los gobiernos latinoamericanos reconocen la necesidad de la comunidad empresarial 
de tener una fuerza laboral que domine el inglés. Los objetivos de las estrategias 
nacionales en cuanto a la enseñanza del inglés en tres países (Colombia, Chile y Perú) 
son buenas ilustraciones de que ese idioma es importante para la productividad 
nacional, la integración en la economía global y la competitividad internacional en 
general. (p. 11) 
 
En relación con el dominio del inglés, English First (EF), citado en Cronquist y Fiszbein 
(2017), afirma que ningún país de América Latina presenta alto dominio de dicho idioma, a 
excepción de Argentina, que se ubica con un porcentaje cercano a 60%, similar a naciones 
como Alemania, Filipinas y República Checa (p. 13). Los porcentajes obtenidos en el referido 
estudio se muestran en la imagen 6. 
 
Imagen 6. Dominio del inglés en América Latina (2014-2015) 
Fuente: EF citado en citado en Cronquist y Fiszbein (2017, p. 13). 
 
 
 
 29 
3.1.22. Habilidades de presentación 
De forma general, la presentación se considera una habilidad para hablar en público, la 
cual es esencial para los estudiantes universitarios. Al respecto, Bados (citado en Becerra, 
2017) manifiesta: 
Esta competencia transversal de hablar en público no solo se desarrolla en este 
momento clave de los estudios universitarios del alumnado, sino que se puede 
presentar en algún momento de su vida. Ya sea para presentar un trabajo en clase ante 
el profesor y los compañeros, dar una opinión en una reunión de empresa o realizar 
una ponencia en un congreso científico. No obstante, aunque a muchas personas les 
gustaría dar su opinión o expresarse en público, su falta de habilidades o su miedo le 
cohíbe a la hora de hacerlo. (p. 118) 
 
Para explicar esta habilidad y las dificultades que pueden surgir en el momento de una 
presentación, Bang‐Rouhet (citado en Becerra, 2017) expresa que “escuchando a un orador 
se puede descubrir su historia personal a través de los gestos, la mirada, el volumen de voz 
y las entonaciones” (p. 118). 
Entre las dificultades para la presentación, Becerra (2017) señala las siguientes: evitar 
el contacto visual, temblores en manos y piernas, sudoración de las palmas de las 
manos, falta de aire, rostro sonrojado, pérdida de la concentración, voz temblorosa o 
sequedad en la boca. Estos síntomas suelen ser consecuencia del miedo que les puede 
causar ser evaluados negativamente, no ser escuchados o valorados, quedarse en 
blanco y/o a la vergüenza que se pueda pasar frente a un posible fracaso. (p. 118) 
 
En este sentido, Marshall (citado en Becerra, 2017) define el miedo de presentarse como: 
“un déficit de habilidades para hablar en público” (p. 118). Así mismo, Puchol (citado en 
Becerra, 2017) afirma que: “el éxito o fracaso para hablar en público depende 
fundamentalmente de la autoconfianza que tenga uno mismo, de la habilidad para 
comunicarse oral y gestualmente y de la confianza y simpatía que se transmita a la 
audiencia” (p. 119). 
En función de las afirmaciones anteriores, las habilidades de presentación son requeridas 
por todas las personas, principalmente por los estudiantes universitarios o profesionales 
 
 
 30 
 
como los docentes que diariamente deben exponer sus ideas o conocimientos ante un 
público. Para mejorar esta habilidad, es recomendable que las instituciones educativas en 
todos los niveles implementen talleres de autoconfianza, manejo del miedo y prácticas de 
exposiciones, donde se refuercen las competencias comunicativas y se proporcionen 
herramientas para elaborar materiales de apoyo adecuados que sustenten diferentes tipos 
de presentaciones. 
3.1.23. Manejo del tiempo 
El manejo del tiempo es una habilidad crucial para la aplicación efectiva de otras 
competencias, ya que todas las acciones que se llevan a cabo requieren un lapso de 
planificación y ejecución. En referencia a este tema, Tracy (2016) plantea: 
El tiempo es un recurso indispensable e insustituible para el logro. Es tu bien más 
preciado. No se puede guardar, ni puede ser recuperado una vez perdido. Todo lo que 
tienes que hacer requiere tiempo, y cuanto mejor utilices tu tiempo, más lograrás y 
mayor será tu recompensa. La gestión del tiempo es esencial para la salud máxima y la 
eficacia personal. El grado en el que te sientes al control de tu tiempo y tu vida es un 
determinante importante de tu nivel de paz interior, armonía y bienestar mental. La 
sensación de estar «fuera del control» de tu tiempo es la principal fuente de estrés, 
ansiedad y depresión. (p. 6) 
 
Así mismo, Tracy (2016) destaca que el manejo del tiempo es “una habilidad empresarial, 
y todas las habilidades de negocios se pueden aprender. La gestión del tiempo es como 
andar en bicicleta, escribir en un teclado o practicar un deporte. Se compone de una serie 
de métodos, estrategias y técnicas” (p. 7). 
Para una óptima gestión del tiempo, Tracy (2016) explica: 
Es necesario un mínimo de sesenta a noventa minutos para lograr cualquier cosa que 
valga la pena. Se tarda unos treinta minutos solo para entrar mentalmente en una tarea 
compleja, tal como la preparación de una propuesta, informes o incluso la planificación 
de un proyecto importante. Una vez que estés dentro de la tarea, puedes concentrarte 
con firmeza, a un alto nivel de conciencia y creatividadpara los siguientes sesenta 
minutos o más de trabajo serio y centrado. (p. 58) 
 
 
 
 31 
Por otra parte, Tracy (2016) recomienda las siguientes estrategias para mejorar la 
eficacia y eficiencia en el manejo del tiempo: no realizar simultáneamente actividades 
operativas y creativas, ya que estas requieren distintos tipos de pensamiento. Crear bloques 
de tiempo, considerando que en la mañana puede haber mayor productividad debido a la 
energía del cuerpo y a la frescura de los pensamientos. Apagar el celular o desconectarse 
de internet, cuando sea necesario. Informar con claridad “no molestar” para evitar 
interrupciones. Ganar horas extras, trabajando antes del horario de entrada o durante 
horas de descanso (pp. 58-60). 
Al aplicar las técnicas recomendadas, se podrá administrar mejor el tiempo y de esa 
forma será más fácil tener control sobre las actividades planificadas. Además, una buena 
gestión del tiempo se traduce en beneficios integrales, tales como mayor aptitud física, 
dormir mejor, menores preocupaciones, mejores relaciones personales, mayor número de 
acciones y satisfacción personal por cumplir eficazmente con las responsabilidades 
adquiridas.

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