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Etica En Los Negocios-páginas-17

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2� PRinciPios básicos
Etapa	dos:	Orientación	instrumental	y	relativa	 En esta etapa las accio-
nes correctas se convierten en aquellas que sirven como instrumento 
para satisfacer las necesidades del niño o las de otros a quienes él 
quiere. Ahora está consciente de que otros tienen necesidades y de-
seos similares a los suyos y comienza a intentar que los otros hagan lo 
que él quiere.
NIVEL DOS: ETAPAS CONVENCIONALES
Ahora, cumplir las expectativas de la familia, los pares o la nación se ve 
como valioso por sí mismo, sin importar las consecuencias. La persona en 
este nivel de desarrollo no sólo cumple las expectativas, también muestra 
lealtad al grupo y sus normas. si se pregunta a un adolescente en este nivel 
por qué algo está mal o por qué es correcto, por ejemplo, tal vez responda en 
términos de “mis amigos piensan”, “mi familia me enseñó”, “lo que cree-
mos los estadounidenses” o, incluso, “la ley dice que”. El adolescente en 
esta etapa es capaz de ver situaciones desde el punto de vista de otros, pero 
las únicas perspectivas que puede tomar en cuenta son los puntos de vista 
que le son familiares de las personas que pertenecen a sus grupos socia-
les: familia, pares, organizaciones, país y clase social, y supone que todos 
son como éstos. La persona está motivada para cumplir con las normas del 
grupo, al cual subordina sus propias necesidades.
Etapa	tres:	Orientación	de	concordancia	interpersonal	 El buen com-
portamiento en esta etapa convencional temprana es vivir de acuerdo 
con las expectativas de aquellos a quienes se tiene lealtad, cariño y con-
fianza, como la familia y los amigos. La acción correcta es la que cumple 
con lo que se espera, en general, en el rol de buen hijo, hija, hermano, 
amigo, etcétera. Hacer lo correcto está motivado por la necesidad de 
verse como buena persona a los propios ojos y a los de los demás.
Etapa	cuatro:	Orientación	de	ley	y	orden	 Lo correcto e incorrecto en 
esta etapa convencional más madura está determinado por la lealtad 
a una sociedad más amplia o al país. Las leyes deben respetarse, ex-
cepto cuando están en conflicto con otros deberes sociales estableci-
dos. Ahora, la persona es capaz de ver a los otros como parte de un 
sistema social más grande que define los papeles y las obligaciones 
individuales, y separar las normas generadas por este sistema de las 
relaciones y los motivos interpersonales.
NIVEL TRES: ETAPAS POSCONVENCIONALES, 
AUTÓNOMAS O DE PRINCIPIOS
En estas etapas, la persona ya no acepta simplemente los valores y las nor-
mas de los grupos a los cuales pertenece. Ahora trata de ver las situaciones 
desde un punto de vista que toma en cuenta, de manera imparcial, los inte-
reses de todos. La persona cuestiona las leyes y los valores que ha adoptado 
la sociedad y los redefine en términos de principios morales elegidos por ella 
misma, que pueden ser justificados en términos racionales. si se pregunta 
a un adulto en esta etapa por qué algo está mal, la persona responderá en 
términos de lo que se ha decidido a través de procesos que son “justos para 
todos” o en términos de “justicia”, “derechos humanos” o “bienestar social 
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 ética y negocios 2�
global”. Las leyes y los valores adecuados son los que están de acuerdo con 
los principios que cualquier persona razonable estaría motivada a cumplir.
Etapa	cinco:	Orientación	de	contrato	social	 En esta primera etapa pos-
convencional, la persona está consciente de que la gente tiene una va-
riedad de puntos de vista y opiniones en conflicto que hacen hincapié 
en maneras justas de llegar a consensos mediante acuerdos, contratos 
y procesos debidos. La persona cree que todos los valores y las nor-
mas son relativos y que, además de este consenso democrático, todos 
deben tolerarse.
Etapa	seis:	Orientación	de	principios	éticos	universales	 En esta etapa 
final, la acción correcta se define en términos de principios morales 
elegidos por su amplitud, universalidad y congruencia. Estos princi-
pios éticos no son concretos, como los 10 mandamientos, más bien, 
son principios generales abstractos que manejan la justicia, el bienes-
tar social, la igualdad de los derechos humanos, el respeto por la dig-
nidad y la idea de que las personas son fines en sí mismas y deben ser 
tratadas como tales. Las razones personales para hacer lo correcto se 
basan en un compromiso con estos principios morales, los cuales son 
vistos por la persona como los criterios para evaluar el resto de las re-
glas morales y los acuerdos, incluyendo los consensos democráticos.
La teoría de Kohlberg es útil porque ayuda a entender el desarrollo de las capacidades 
morales y revela cómo podemos convertirnos en seres más cultos y críticos en el uso y la 
comprensión de los estándares morales que tenemos. La investigación de Kohlberg y otros 
ha mostrado que, aunque generalmente las personas pasan por las etapas en la misma se-
cuencia, no todos las recorren todas. Kohlberg encontró que muchas personas se quedan 
en alguna de las primeras etapas toda su vida. Para quienes permanecen en el nivel precon-
vencional, lo correcto e incorrecto siempre estará definido en los términos egocéntricos de 
evitar el castigo y hacer lo que dicen las figuras de autoridad y poder. Para quienes llegan al 
nivel convencional pero nunca avanzan más, lo correcto e incorrecto continuará definido 
en términos de las normas convencionales de sus grupos sociales o de las leyes de su país 
o sociedad. Sin embargo, para quienes llegan al nivel posconvencional y reflexionan con 
ánimo crítico sobre los estándares morales que les fueron inculcados, el bien o el mal moral 
están definidos en términos de principios morales que eligieron por sí mismos como los 
más razonables y adecuados.
Es importante observar que Kohlberg implica que el razonamiento de quienes están 
en las últimas etapas del desarrollo moral es mejor que el de los que están en las primeras. 
En primer lugar, las personas en las últimas etapas tienen la habilidad de ver las cosas desde 
una perspectiva más amplia y completa que los que están en las primeras. Una persona 
en el nivel preconvencional vería situaciones sólo desde su propio y egocéntrico punto de 
vista; los individuos en el nivel convencional pueden ver las situaciones sólo desde enfoques 
que le son familiares a las personas en su propio grupo social, y la persona con un punto de 
vista posconvencional puede ver las situaciones desde una perspectiva que intenta tomar en 
cuenta a todos los afectados por la decisión. Segundo, alguien en las últimas etapas tiene 
mejores formas de justificar sus decisiones ante otros, que la gente en las primeras etapas. 
La persona en el nivel preconvencional sólo justifica sus decisiones en términos de cómo 
quedarán afectados los interese propios y, por tanto, las justificaciones son persuasivas sólo 
para la persona. Un individuo en el nivel convencional justificaría sus decisiones en térmi-
nos de las normas del grupo al que pertenece, y por ello las justificaciones son concluyentes 
sólo para los miembros de ese grupo. Por último, la persona en el nivel posconvencional 
justificaría lo que hace con base en principios morales que son imparciales y razonables y, 
por tanto, que serían atractivos para cualquier individuo razonable.
Repaso breve 1.5
Los tres niveles de 
Kohlberg del desarrollo 
moral
• Preconvencional (castigo 
y obediencia; instrumen-
tal y relativo)
• Convencional (concor-
dancia interpersonal; 
leyes y orden)
• Posconvencional (con-
trato social; principios 
universales)
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