Logo Studenta

Etica En Los Negocios-páginas-52

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

102	 PrinciPios	básicos
compañía apoye a las personas mientras no trabajan y no parece requerir que la fábrica se 
reconstruya para ellos. De hecho, siendo imparciales, entonces, parece más justo mover la 
fábrica a un país en desarrollo donde las personas están más necesitadas que mantener los 
trabajos en Estados Unidos, donde las personas están relativamente bien.
Parcialidad y cuidado
Los enfoques de la ética que se han visto, suponen que debe ser imparcial y que, en con-
secuencia, cualesquiera relaciones especiales que se tengan con individuos en particular, 
como parientes, amigos o los empleados, deben hacerse a un lado para determinar qué 
se debe hacer.111 Algunos utilitarios, de hecho, afirman que si un extraño y alguno de 
sus padres estuvieran ahogándose y usted sólo pudiera salvar a uno de ellos y si salvar 
al extraño produjera más utilidad (tal vez el extraño es un brillante cirujano que salvará 
muchas vidas), entonces, usted tendrá una obligación moral de salvar al extraño y dejar 
que su padre muera.112 Muchos alegan que tal conclusión es perversa y equivocada.113 
En esa situación, la relación especial de amor y cuidado que tiene con sus padres le da 
una obligación especial de cuidar de ellos en una forma que invalida las obligaciones que 
tenga hacia los extraños. De manera similar, en el incidente de Malden Mills, Feuerstein 
tenía una obligación especial de cuidar de sus trabajadores, precisamente porque eran sus 
empleados y habían desarrollado una relación especial con él, ayudándolo a construir su 
negocio y creando las revolucionarias nuevas telas que dieron a Malden Mills su asombrosa 
ventaja competitiva en la industria textil. Esta obligación hacia sus trabajadores, que en un 
alto grado dependían de su compañía, invalidó otras obligaciones que hubiera podido tener 
hacia los extraños del tercer mundo.
Este punto de vista —que tenemos la obligación de ejercer un cuidado especial 
hacia las personas en particular con quienes tenemos relaciones cercanas valiosas, en 
especial las de dependencia— es un concepto clave en la “ética del cuidado”, un enfoque 
de la ética que muchos éticos feministas han propuesto recientemente. Se hizo una presen-
tación breve de este enfoque en el primer capítulo, cuando se observó el nuevo enfoque 
al desarrollo moral de la psicóloga Carol Gilligan. Una moralidad del cuidado “se apoya 
en una comprensión de las relaciones como respuesta a otro en sus términos”.114 Según 
esta perspectiva de “cuidado” de la ética, la tarea moral no es seguir principios morales 
imparciales y universales, sino atender y responder por el bien de personas concretas, en 
particular, aquellos con quienes tenemos una relación cercana y valiosa.115 La compasión, 
la preocupación, el amor, la amistad y la bondad son sentimientos o virtudes que suelen 
manifestar esta dimensión de la moralidad. Así, una ética del cuidado resalta dos demandas 
morales:
1. Cada uno de nosotros existe en una red de relaciones y debemos preservar y 
alimentar aquellas relaciones concretas y valiosas que tenemos con personas 
específicas.
2. Cada uno de nosotros debe poner un cuidado especial en aquellos con quienes 
tenemos una relación concreta atendiendo a sus necesidades, valores, deseos 
y bienestar concreto, según se ve desde su propia perspectiva y respondiendo 
positivamente a estas necesidades, valores, deseos y bienestar, en particular, 
de aquellos que son vulnerables y dependen de nuestro cuidado.
Por ejemplo, la decisión de Feuerstein de permanecer en la comunidad de Lawrence y 
cuidar de sus trabajadores continuando el pago de su salario después del incendio fue una 
respuesta al imperativo de preservar las relaciones concretas que había formado con sus 
empleados y de ejercer el cuidado especial por las necesidades específicas de estos indivi-
duos en particular que dependían económicamente de él. Este requerimiento de cuidar de 
este grupo específico de individuos es más significativo que cualquier requerimiento moral 
de cuidar de los extraños en los países en desarrollo.
ética del cuidado Una	
ética	que	hace	hincapié	
en	cuidar	el	bienestar	con-
creto	de	aquellos	que	están	
cerca	de	nosotros.
Repaso breve 2.10
Una ética del cuidado
• Alega que la ética debe 
ser imparcial
• Hace hincapié en pre-
servar y nutrir relaciones 
valiosas concretas
• Dice que debemos cuidar 
de quienes dependen y 
están relacionados con 
nosotros
Vela�squez 02.indd 102 24/5/06 08:40:06
	 PrinciPios	éticos	en	los	negocios	 103
Es importante no restringir la noción de una relación concreta a las relaciones entre 
dos individuos o a las relaciones entre un individuo y un grupo específico. Los ejemplos de 
relaciones dados hasta ahora son de este tipo. Muchos defensores de la ética del cuidado 
han observado que también debe abarcar los sistemas más grandes de relaciones que cons-
tituyen las comunidades concretas. Por lo tanto, se puede ver que una ética del cuidado 
engloba los tipos de obligaciones que defiende la llamada ética comunitaria. Una ética co-
munitaria es la que ve a las comunidades concretas y las relaciones comunales con un valor 
fundamental que se debe preservar y mantener.116 Lo importante en una ética comunitaria 
no es el individuo aislado, sino la comunidad dentro de la cual los individuos descubren 
quiénes son al verse como parte integral de una comunidad más grande con sus tradiciones, 
cultura, prácticas e historia.117 Entonces, la amplia red de relaciones concretas que con-
forman una comunidad en particular debe preservarse y nutrirse tanto como las relaciones 
interpersonales más limitadas que surgen entre las personas.
¿Qué tipo de argumento puede darse en apoyo de una ética del cuidado? Una ética del 
cuidado se apoya en la afirmación de que la propia identidad —quién soy— se basa en las 
relaciones que la persona tiene con otras. El individuo no existiría, ni siquiera sería quien 
es, en el aislamiento de las relaciones de cuidado con otros.118 Yo necesito a otros para ali-
mentarme y cuidarme cuando nazco; necesito a otros para educarme y cuidarme mientras 
crezco; necesito a otros como amigos y amantes para cuidarme cuando maduro, y siempre 
debo vivir en una comunidad de cuyo lenguaje, tradiciones, cultura y otros beneficios de-
pendo y que ayudan a definirme. Es en estas relaciones concretas con otros que obtengo mi 
comprensión de quién y qué soy. Por lo tanto, en el grado que sea, la persona tiene valor, 
en ese mismo grado las relaciones que son necesarias para que el ser exista y sea lo que debe 
ser también tienen valor y deben mantenerse y nutrirse. El valor del ser, entonces, se deriva 
en el último punto del valor de la comunidad.
También es importante en este contexto distinguir tres formas diferentes de cuidado, 
el cuidado de algo, el cuidado de alguien y el cuidado para alguien.119 El tipo de cuidado 
que demanda una ética del cuidado es el expresado por la frase “cuidado de alguien”. Los 
éticos han sugerido que el ejemplo del paradigma de cuidado de alguien es el tipo de cui-
dado que una madre da a su hijo.120 Ese cuidado se enfoca en personas y su bienestar, no 
en cosas; no busca fomentar la dependencia, sino que promueve el desarrollo de la persona 
de manera que sea capaz de tomar sus decisiones y vivir su propia vida. No es aislado sino 
que se “absorbe” en la persona e intenta ver el mundo a través de los ojos y los valores 
de ésta. Por el contrario, el cuidado por algo es el tipo de preocupación e interés que se 
puede tener por las cosas o las ideas cuando no hay una segunda persona en cuya realidad 
subjetiva uno crece. Este cuidado por los objetos no es el tipo de cuidado que demanda una 
ética del cuidado. Uno también se ocupa de cuidar de personas en una forma que cumpla 
sus necesidades, pero se queda objetivo y distante de ellos, como ocurre con frecuencia en 
las instituciones de servicio, como el postal o el de bienestar social. Cuidar de las personas 
de esta manera, aunque con frecuencia es necesario,no es el tipo de cuidado que demanda 
una ética del cuidado.
Es importante observar dos aspectos adicionales. Primero, no todas las relaciones tie-
nen valor y, entonces, no todas generarán las obligaciones del cuidado. Las relaciones en 
las que una persona intenta dominar, oprimir o dañar a otra, las relaciones que se caracte-
rizan por odio, violencia, falta de respeto y crueldad, y las relaciones que se definen por in-
justicia, explotación y lesión a otros son faltas del valor que requiere una ética del cuidado. 
Una ética de este tipo no nos obliga a cuidar y nutrir esas relaciones. Sin embargo, las 
relaciones que muestran virtudes de compasión, preocupación, amor, amistad y lealtad sí 
tienen el tipo de valor que una ética del cuidado requiere y esto implica que esas relaciones 
deben mantenerse y atenderse.
Segundo, es importante reconocer que las demandas del cuidado algunas veces están 
en conflicto con las demandas de justicia. Considere dos ejemplos. Primero, suponga que 
una de las empleadas que una administradora supervisa es su amiga. Suponga que un día la 
ética comunitaria Una	
ética	que	ve	a	las	comuni-
dades	concretas	y	las	rela-
ciones	comunales	con	un	
valor	fundamental	que	se	
debe	preservar	y	mantener.
Vela�squez 02.indd 103 24/5/06 08:40:06

Continuar navegando