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128 El mERcAdo y los nEgocios Las grandes sociedades modernas realizan dos tareas económicas primordiales con dos maneras muy diferentes de organizarse: la autoridad y los mercados.5 En un sistema eco- nómico basado de manera primordial en la autoridad, ésta reside en un gobierno (ya sea una persona o un grupo), que se encarga de tomar las decisiones económicas de qué debe producirse, quién lo producirá y quién lo obtendrá.6 Los recursos productivos, como la tierra y las fábricas, son propiedad del gobierno o están bajo su control y se considera que pertenecen al público o “al pueblo”. Los individuos están motivados a hacer el esfuerzo re- querido por las recompensas y castigos que establece el gobierno y por las exhortaciones a servir a la sociedad. China, Vietnam, Corea del Norte, Cuba, la ex Unión Soviética y otras naciones manejan sus economías primordialmente con base en la autoridad. Por el contrario, en un sistema basado en los mercados, los individuos toman las de- cisiones principales acerca de qué producirán y quién lo obtendrá.7 Los recursos producti- vos, como tierra y fábricas, son propiedad de los particulares y están bajo su administración y, en consecuencia, se consideran “propiedad privada”. Las personas están motivadas a trabajar más que nada por el deseo de obtener un pago por ofrecer de manera voluntaria los bienes que otros están dispuestos a adquirir. Inglaterra en el siglo xix se cita con fre- cuencia como el ejemplo más sobresaliente de una economía basada en su mayor parte en un sistema de mercado. Las economías contienen rasgos de estos tres elementos: tradiciones, autoridad y mer- cados.8 Estados Unidos, por ejemplo, está muy “orientado al mercado”, pero todavía algu- nos estadounidenses consideran ciertos trabajos como propios “de mujer” o “de hombre”; para ellos la “tradición” determina quién realiza esos trabajos, y el gobierno de Estados Unidos no sólo emite “mandatos” que regulan el negocio, la mano de obra y el comercio internacional, sino que también es dueño de varios negocios importantes, como el Ex- port-Import Bank, el servicio postal, unicor, Ginnie Mae, el Tennessee Valley Authority y algunos otros. De hecho, no sería deseable manejar una economía basada por completo en las tradi- ciones, en la autoridad, o en los mercados. Por ejemplo, si una economía fuera un sistema de mercado puro, sin intervenciones económicas del gobierno, no habría restricciones sobre la propiedad o sobre lo que es posible hacer con ella. En la actualidad, incluso los gobiernos de las economías más orientadas al mercado decretan ciertas restricciones a la propiedad (no es posible tener esclavos), determinan que no es permisible realizar cier- tas acciones con la propiedad (como contaminar), que algunos intercambios son ilegales (como hacer uso de la mano de obra de niños) y que algunos intercambios son obliga- torios (como los impuestos). Estas limitaciones sobre los mercados son intrusiones de un sistema de autoridad: la preocupación del gobierno por el bienestar público lleva a la emisión de mandatos respecto a qué bienes está permitido fabricar o intercambiar. De manera similar, incluso en el sistema de autoridad que abarcaba todo en el régimen de Stalin de la ex Unión Soviética, existían mercados locales —muchos de ellos llamados “mercados negros”— donde los trabajadores podían intercambiar sus salarios por los bie- nes que querían. Desde el siglo xviii, ha habido debates acalorados acerca de si las economías deben basarse en la autoridad o los mercados.9 ¿Deberíamos tener más mandatos gubernamenta- les en la forma de reglamentos y más control del gobierno sobre las empresas de negocios, o el gobierno debería retirarse y confiar la economía más al trabajo del “mercado” y las decisiones de los dueños privados de las compañías? Algunas veces estos debates se expre- san en términos de si las actividades económicas deberían estar más o menos “libres” de las “intrusiones” del gobierno y entonces la discusión gira en torno a los “mercados libres” (es decir, “libres” del gobierno) y el “libre comercio”.10 En ocasiones el debate se centra en las políticas de “laissez-faire”, que en francés significa “dejar hacer” o “dejar actuar” sin los controles del gobierno. En la actualidad esos debates continúan en dos niveles: 1. argumentos en favor y en contra de los “mercados libres” dentro de una nación y 2. argumentos en favor y en contra del “libre comercio” entre naciones. El lector no debe confundir los dos niveles diferentes economía de autoridad sistema económico basado principalmente en una autoridad de gobierno (ya sea una persona o un grupo) que toma decisiones económicas de qué se debe producir, quién lo producirá y quién lo obtendrá. economía de mercado sistema económico basado principalmente en individuos que toman las decisiones importantes de qué producirán y quién lo obtendrá. mercados libres mercados en los que cada individuo puede intercambiar los bienes en forma voluntaria con otros y decidir qué se hará con lo que posee sin interferencia del gobierno. Vela�squez 03.indd 128 24/5/06 08:41:14 eL sistema de negocios: gobierno, mercados y comercio internacionaL 129 de estos debates, aunque estén relacionados. El debate en el primer nivel pregunta si el gobierno de una nación debería regular los intercambios de negocios entre sus ciudadanos o permitir que éstos intercambien bienes libremente. El debate en el segundo nivel pre- gunta si el gobierno de una nación debería permitir a sus ciudadanos intercambiar bienes libremente con los ciudadanos de otras naciones o debería imponer aranceles o cuotas sobre los bienes que los extranjeros quieren intercambiar con ellos. Podemos referirnos al primer punto como el debate sobre libre mercado y al segundo como debate sobre libre comercio. En este capítulo, se examinarán los argumentos de ambos lados de estos debates, que versan sobre el papel adecuado de la autoridad y los mercados tanto nacionales como internacionales. Al analizar estos argumentos sobre mercados libres y libre comercio, autoridad y mer- cados, de hecho se analiza lo que los sociólogos llaman ideologías.11 Una ideología es un sistema de creencias normativas que comparten los miembros de un grupo social. La ideo- logía expresa las respuestas del grupo a preguntas acerca de la naturaleza humana (como, ¿sólo se motiva a los seres humanos con incentivos económicos?), el propósito básico de nuestras instituciones (¿cuál es el propósito del gobierno, de los negocios, del mercado?), cómo funcionan las sociedades actuales (¿son los mercados realmente libres? ¿Las grandes empresas controlan al gobierno?) y los valores que la sociedad debe tratar de proteger (como libertad, productividad e igualdad). La ideología de un negocio es, entonces, un sistema normativo de creencias sobre estos asuntos, pero en especial el que sostienen los grupos en los negocios, como los administradores. La importancia de analizar las ideologías de los negocios es obvia: la ideología de una persona de negocios con frecuencia determina las decisiones que se toman; a través de estas decisiones, la ideología influye en el comportamiento de un individuo. La ideología de una persona de negocios, por ejemplo, dará color a sus percepciones de los grupos con los que tiene que tratar (empleados, funcionarios del gobierno, gente de escasos recursos económicos, competidores, consumidores); la alentará a ceder ante ciertas presiones de estos grupos (quizá incluso apoyarlos) y a oponerse a otras; hará que vea algunas acciones como justificadas y legítimas, y otras acciones (tanto de la persona como de otros grupos) como injustificadas e ilegales. Aun cuando la ideología de un individuo nunca se examine, siempre tendrá una influencia profunda y penetrante en sus decisiones, una influencia que quizá pase desapercibida y se derive de lo que en realidad es una ideología falsa y ética- mente objetable. Las ideologíasque sostienen los estadounidenses en la actualidad incorporan ideas del pensamiento de Adam Smith, John Locke, David Ricardo y otros pensadores influyentes cuyas perspectivas normativas se examinan y evalúan en este capítulo. Se analizarán estas ideas no sólo por su influencia significativa en nuestras ideologías, sino porque muchos afirman que éstas deben ajustarse si han de satisfacer las necesidades contemporáneas de los negocios y la sociedad.12 Sería un ejercicio valioso para el lector identificar la ideología que sostiene y examinar y criticar sus elementos al leer este capítulo. Se comenzará por analizar dos argumentos importantes a favor de los mercados libres en las secciones 3.1 y 3.2. El primer argumento, que se examina en la sección 3.1, se deriva del pensamiento de John Locke y se basa en una teoría de derechos morales que incorpora muchos de los conceptos estudiados en la segunda sección del capítulo 2. El segundo argu- mento en favor de los mercados libres, que se examina en la sección 3.2, tiene su origen en el pensamiento de Adam Smith y se basa en los principios utilitarios que se estudiaron en la primera sección del capítulo 2. En la sección 3.3, se dejan a un lado los argumentos del libre mercado para centrarnos en los del libre comercio internacional. Ahí se analizan las ideas de David Ricardo, quien nació cuando Adam Smith estaba en plena madurez y que, al igual que este último, basó sus puntos de vista del libre comercio en ciertos principios utilitarios. Por último, en la sección 3.4, se estudian los importantes argumentos en contra de Karl Marx, quien sostiene que sin controles del gobierno, los sistemas de libre mercado promueven la injusticia tanto nacional como internacional. ideología Un sistema de creencias normativas compartidas por los miembros de algún grupo social. Vela�squez 03.indd 129 24/5/06 08:41:14
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