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El individuo En la organización 381 horas de trabajo, periodos de descanso, organización de las tareas y el alcance de la respon- sabilidad de los trabajadores y los supervisores. Un tercer paso hacia la extensión de los ideales de la democracia al lugar de trabajo permitiría a los trabajadores participar en las decisiones de política importantes que afectan las operaciones generales de la compañía. Por ejemplo, las empresas europeas, especial- mente Alemania occidental, han adoptado el concepto de codeterminación.78 Desde 1951, la ley alemana exige que cada compañía de la industria de productos básicos (carbón, hierro y acero) sea administrada por un consejo de directores con 11 miembros, compuesto por cinco directores elegidos por los accionistas, cinco directores elegidos por los empleados y un director elegido por los otros 10. Una extensión adicional de la ley para compañías con más de 20 trabajadores obligó a que estas empresas cuenten con mesas directivas de 12 miembros, compuestas por ocho directores elegidos por los accionistas y cuatro direc- tores elegidos por los empleados. En el 85% de las compañías alemanas estos “consejos de trabajo” definen cuestiones como el cierre o la reubicación de plantas, fusiones con otras compañías, diversificación sustancial de los productos o la introducción de métodos de trabajo fundamentalmente nuevos. La democracia plena en las organizaciones no ha sido especialmente popular en Es- tados Unidos. Quizás esto se deba en parte a que los empleados no han mostrado gran interés por participar en las decisiones de política general de las compañías. Sin embargo, una razón más importante es que la ideología estadounidense distingue claramente entre el poder ejercido por las organizaciones políticas y el poder ejercido dentro de las organi- zaciones económicas: en las primeras el poder debe ser democrático, mientras que en las segundas el poder debe quedar en manos de los gerentes y los propietarios.79 Usted debe decidir si esta diferencia ideológica es válida. Muchos autores continúan argumentando que, dado el gran y dominante papel que tienen las organizaciones de negocios actual- mente en nuestra cotidianidad, la democracia pronto tocará sólo las áreas periféricas de nuestra vida si continúa restringida a las organizaciones políticas.80 Además, algunas teorías gerenciales recomiendan que los gerentes adopten un estilo de liderazgo descrito como liderazgo participativo, debido a que las razones utilitaristas de éste aumentarán la satisfacción de los trabajadores y afectará de manera favorable la pro- ductividad de la organización. Estas teorías dependen en gran parte de supuestos acerca de la naturaleza y la motivación humanas. Por ejemplo, una de las primeras teorías, la de Douglas McGregor, describe dos conjuntos de supuestos que los gerentes hacen acerca de los empleados.81 En una teoría, la Teoría X, los gerentes asumen que los empleados son indolentes por naturaleza y centrados en sí mismos, que prefieren que los dirijan, que se resisten al cambio y que necesitan ser recompensados, castigados y controlados para hacer que alcancen objetivos organizacionales. Los gerentes que siguen la Teoría X tienden a ser más autoritarios, directivos, controladores y suelen hacer menos consultas. En la otra, la Teoría Y, los gerentes asumen que los empleados desean y tienen el poder para desarrollar la capacidad de aceptar responsabilidades, que tienen una preparación inherente para apo- yar metas organizacionales y que quizá determinen por sí mismos los mejores medios para lograrlas y dirigir sus esfuerzos voluntariamente hacia tales medios. McGregor sostiene que la Teoría Y es una descripción más precisa de la fuerza de trabajo moderna, y que la gerencia según la Teoría Y, implica la delegación de decisiones, el acrecentamiento de las responsabilidades de trabajo, la utilización de un estilo gerencial participativo y consultivo, y permitir que los empleados se evalúen a sí mismos con base en el logro de los objetivos que ellos establecieron como un medio para alcanzar los objetivos más generales de la compañía. McGregor sostiene que el liderazgo de la Teoría Y crea organizaciones más eficaces y a fin de cuentas, más productivas. Una teoría posterior, la de Raymond Miles, coincidía en muchos puntos con la de McGregor, pero fue un paso más allá al distinguir no dos, sino tres “modelos” o conjuntos de supuestos que los gerentes hacen acerca de los empleados.82 El modelo “tradicional” asume que a la mayoría de los empleados no les gusta trabajar, que no desean ni son capaces de ser creativos o dirigirse por sí mismos y que les importa más cuánto ganan que lo que Vela�squez 08.indd 381 24/5/06 08:49:18 382 Los negocios y sus representaciones internas hacen. Bajo estos supuestos, el gerente debe proporcionar toda la dirección, debe supervi- sar y controlar de forma estrecha a los empleados y establecer todas las rutinas y procedi- mientos de trabajo. El segundo y más ilustrado modelo de “relaciones humanas” supone que la mayoría de los empleados desea pertenecer a un grupo y ser reconocido, sentirse útil e importante, y que el hecho de cubrir estas necesidades es más importante para ellos que el dinero que ganan. El gerente de relaciones humanas trata de mantener a los empleados informados, los escucha, les concede cierto grado de autodirección y autocontrol, y trata de hacer que todos se sientan útiles e importantes. El tercero y más progresista de los modelos es el de “recursos humanos”, que asume que la mayoría de los empleados no con- sidera que el trabajo sea inherentemente desagradable, que la gente desea contribuir con las metas significativas que ayudó a establecer, que la mayoría de los empleados son crea- tivos y responsables, y que pueden ser más autodirectivos y autocontrolados de lo que son actualmente. El gerente de recursos humanos trata de crear una atmósfera en la que todos puedan contribuir hasta los límites de su capacidad, fomenta la participación plena del em- pleado en asuntos importantes, amplía continuamente su autodirección y su autocontrol, y trata de utilizar recursos humanos “inexplotados”. Miles sostenía que la satisfacción de los trabajadores y la eficacia y productividad de la organización aumentarían mediante el uso de la administración de recursos humanos. Una teoría más, desarrollada por Rensis Likert, fue un paso más allá de la teoría de Miles, para postular no tres sino cuatro “sistemas de organización”: el sistema 1, el “explo- tador autoritario”; el sistema 2, el “benevolente autoritario”; el sistema 3, el “consultivo”; y el sistema 4, el “participativo”.83 Como sugieren sus títulos, estos sistemas de liderazgo van desde la ausencia de confianza en el sistema 1, hasta la confianza mutua total entre gerente y empleado en el sistema 4; desde la falta de libertad de los empleados para tratar los problemas, hasta la libertad total; desde ningún uso de las ideas de los empleados hasta su uso constante; desde ninguna participación de los empleados en las decisiones hasta una participación total; desde el control gerencial absoluto del trabajo, hasta el autocontrol de los empleados; desde la ausencia de trabajo en equipo, hasta una gran cantidad de trabajo cooperativo en equipo; desde una influencia y decisiones provenientes exclusivamente de la cúspide, hasta la influencia y las decisiones que fluyen hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados. Likert argumenta que el sistema 4, que incorpora los niveles más altos de parti- cipación y autodirección de los empleados, tiene mayores probabilidades de producir los niveles más elevados de eficacia y productividad de la organización. Si los estilos de gerencia participativa, como los que recomiendan de diferentes ma- neras McGregor, Miles y Likert, realmente hacen que las organizaciones sean más eficaces y productivas, entonces, según los principios utilitaristas, los gerentes tendrían la obliga- ción moral de buscarla forma de implementarlos. Sin embargo, las investigaciones que se han realizado acerca de si la gerencia participativa es más eficaz y productiva no ha llegado a conclusiones firmes. En algunos casos, ha sido espectacularmente exitosa, permitiendo que plantas completas pasen de ser “desastres” improductivos a dínamos muy eficientes.84 En otros casos, la gerencia participativa no ha tenido efectos muy positivos sobre el desem- peño la productividad.85 Además, los críticos del enfoque participativo han argumentado que las personas son diferentes y que no todas desean o participan en la toma de decisiones gerenciales, que las organizaciones y las tareas de la organización son diferentes y no todas son adecuadas para la gerencia participativa. Si esto es verdad, entonces, el argumento uti- litarista a favor de la gerencia participativa muestra, a lo sumo, que los gerentes tienen la obligación de usar la participación con la gente adecuada y en los contextos correctos. el derecho a un proceso justo en contraposición con el empleo a capricho Cuando una investigación interna de General Motors reveló lo que la compañía consideró evidencia suficiente de un plan secreto de los empleados para defraudar a la compañía, sin consultar a los que según el equipo estaban involucrados, gm rápidamente aplicó lo que un gerencia participativa estilo gerencial que hace hincapié en la participación de los empleados en los procesos de evaluación y toma de decisiones. Repaso breve 8.11 El derecho a participar • se basa en el derecho a la libertad • Tal vez implique la discusión abierta, consulta o participación en las decisiones sobre las políticas • requiere del liderazgo participativo de McGregor, Miles y Likert Vela�squez 08.indd 382 24/5/06 08:49:18
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