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(2010, en SUEIRO JUSTEL, J.; CUEVAS ALONSO, M.; DACOSTA CEA, V.; PÉREZ, M. R. (eds.) Lingüística e Hispanismo, Lugo, Editorial Axac, pp. 283-298.) GRAMÁTICA EN INTERACCIÓN: UNA PROPUESTA DESDE LA GRAMÁTICA DE CONSTRUCCIONES1 Pedro Gras Manzano Universitat de Barcelona pedrogras@ub.edu RESUMEN Una descripción adecuada de muchas estructuras gramaticales propias de la interacción requiere tomar en consideración, además de herramientas propias de la Gramática, información asociada a diversas disciplinas lingüísticas (Fonética y Fonología, Semántica y Pragmática). Esta situación, contraria a las expectativas de un acercamiento modular al lenguaje, está en consonancia con los presupuestos de Gramática de Construcciones. El objetivo de este trabajo es mostrar la adecuación de un acercamiento construccional al lenguaje para lograr una comprensión global de las estructuras gramaticales propias de la interacción. En primer lugar, se presentan los principios básicos de la Gramática de Construcciones. A continuación, se aplican estos principios a la descripción de una construcción propia del español coloquial: la construcción “mira que si + proposición”. ABSTRACT Linguists interested in the grammatical analysis of structures used by speakers in spontaneous communication need to enrich their analyses with concepts from other language areas (i. e., intonation, semantics and pragmatics). This situation, contrary to a modular approach to language, seems natural to a Construction Grammar approach. The aim of this paper is to show the adequacy of using Construction Grammar as a framework to describe and explain oral spontaneous language. First, the basic aspects of Construction Grammar will be introduced. Then, the Spanish colloquial construction “mira que si + clause” will be analysed from this approach. PALABRAS CLAVE: GRAMÁTICA DE CONSTRUCCIONES, GRAMÁTICA E INTERACCIÓN, PRAGMÁTICA, ESPAÑOL ORAL KEYWORDS: CONSTRUCTION GRAMMAR, INTERACTION AND GRAMMAR, PRAGMATICS, SPOKEN SPANISH 1 Este trabajo se enmarca en el proyecto Nuevas Aportaciones al Diccionario de partículas discursivas del español (Referencia: HUM2004-01453/FILO), financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, así como por los fondos FEDER. La siguiente investigación retoma algunas cuestiones tratadas en un trabajo anterior realizado conjuntamente con la Dra. Estrella Montolío [E. MONTOLÍO & P. GRAS 2005], a la que quisiera agradecer ideas, sugerencias y discusiones de las que se ha beneficiado el presente trabajo. También quisiera extender mi agradecimiento a diferentes compañeros de la Universitat de Barcelona con los que he tenido la ocasión de discutir algunas de las cuestiones aquí tratadas: Susana Catalán, Anna García Marín, Fernando Polanco y Marisa Santiago. Evidentemente, los errores o imprecisiones que el trabajo pueda contener son de mi entera responsabilidad. 1. Una gramática de la interacción El análisis de conversaciones reales ha abierto nuevas perspectivas para la investigación gramatical. De acuerdo con E. SCHEGLOFF, E. OCHS y S. THOMPSON [1996: 10]: Si tomamos en serio la reivindicación de que la función del lenguaje como herramienta de la comunicación humana es la motivación central de los patrones gramaticales observados, entonces el estudio de la gramática supone tanto partir de datos procedentes del discurso real, como relacionar explícitamente la estructura del lenguaje con la estructura del discurso. La Gramática en Interacción [E. OCHS, E. SCHEGLOFF & S. THOMPSON 1996; C. FORD; B. FOX & S. THOMPSON 2002a, 2002b] se propone descubrir el intrincado complejo de relaciones entre las estructuras gramaticales, las unidades prosódicas y las estructuras discursivas, que los hablantes ponen en marcha en sus intercambios comunicativos. Este objetivo tiene dos consecuencias básicas en la definición del objeto de estudio de la Gramática en Interacción. Por una parte, estructuras gramaticales bien conocidas por la tradición, como las causales, finales o condicionales, deben ser analizadas, en el discurso conversacional, atendiendo a nuevos criterios: su relación con las unidades entonativas, su ubicación en el intercambio conversacional y su relación con las intenciones comunicativas, principalmente2. Por otra, los corpus conversacionales descubren al gramático un numeroso conjunto de formas lingüísticas escasa o nulamente tratadas por la tradición. Se trata en muchos casos de partículas discursivas, como y nada, a lo que iba o de entrada, cuyo estudio no puede ser abordado desde una perspectiva oracional.3 Pero también forman parte de ese grupo de ciertas estructuras gramaticales vinculadas a la interacción, como la construcción “(pero) si + proposición [SV indicativo]” [E. MONTOLÍO, 1999b], que se ejemplifica a continuación: (1) - ¿Por qué has abierto la ventana? - Pero si no he sido yo. [Ejemplo de E. MONTOLÍO, 1999b: 53] 2 C. FORD [1993] analiza desde la Gramática en Interacción el funcionamiento de las subordinadas adverbiales en un corpus de conversaciones de inglés americano; E. MONTOLÍO [1996], desde presupuestos similares, lleva a cabo un análisis de ciertas prótasis condicionales suspendidas en situaciones de interacción. 3 Muchas de estas partículas están siendo descritas en el Diccionario de partículas discursivas del español [A. BRIZ (en línea)]. Un análisis estrictamente gramatical pone de relieve que la construcción exhibe rasgos no predecibles a partir de principios generales de la gramática o de la organización general de las oraciones condicionales: ausencia sistemática de apódosis, rechazo del subjuntivo e imposibilidad de coordinación [E. MONTOLÍO, 1999b: §3], como muestran los ejemplos de (2). (2) - ¿Por qué has abierto la ventana? - *Pero si no la hubiera abierto yo. - *Pero si no he sido yo y si la ventana está cerrada. Sin embargo, el conocimiento que posee el hablante de esta construcción no se agota en el ámbito gramatical. Cabe añadir que los hablantes emplean sistemáticamente esta construcción con una entonación determinada (no declarativa), con una función pragmática precisa (añadir una premisa que el interlocutor no ha tenido en cuenta y que señala la inadecuación de algún elemento de la intervención anterior) y, generalmente, con una ubicación discursiva concreta (un turno de respuesta despreferida) [E. MONTOLÍO, 1999b: §3.1, §4]. Ahora bien, esta amalgama de rasgos idiosincrásicos, tanto de forma como de contenido, no se agota en unos pocos ejemplos. Una observación atenta de los corpus orales disponibles del español pone de manifiesto la existencia de un nutrido y heterogéneo grupo de construcciones en las que una forma lingüística (fonético- fonológica, morfológica y sintáctica) está convencionalmente ligada a un significado (semántico, pragmático y discursivo). En la siguiente tabla se recogen algunos ejemplos más: CONSTRUCCIÓN GRAMATICAL SIGNIFICADO/FUNCIÓN EJEMPLO Yo que tú + [SV condicional] Recomendación. Yo que tú se lo diría. ¿SV [infinitivo] + SN [nominativo]? Negación y extrañeza. ¿Decírselo yo? ¿Por qué no + SV [presente indicativo]? Propuesta. ¿Por qué no se lo dices? La descripción de los rasgos propios de ciertas construcciones no parece estar en consonancia con los intereses de la lingüística formal, especialmente la de orientación chomskyana. De acuerdo con el modelo generativista de Principios y Parámetros y su continuación en el Programa Minimista [N. CHOMSKY 1981, 1995], el análisis detallado de las construcciones gramaticales debe revelar principios más generales del funcionamiento del lenguaje. En otros términos, las construcciones particulares deben poder reducirse a los principiosgenerales del lenguaje sumados a los parámetros de cada lengua. De acuerdo con el interés básico de este tipo de enfoques, la explicación de los mecanismos abstractos que operan en el sistema computacional del lenguaje humano, el análisis de patrones más o menos idiosincrásicos y sus relaciones con la entonación o con las intenciones de los hablantes carece de interés, puesto que se trata de fenómenos ligados a la actuación y no a la competencia lingüística. Ahora bien, otros acercamientos al lenguaje no aceptan una división tan estricta entre competencia y actuación. Para muchos lingüistas de orientación cognitivo-funcional, el conocimiento del lenguaje es, en realidad, un conocimiento acerca de cómo se usa el lenguaje (TOMASELLO, M. [1998], BERLOW, M. & S. KEMMER [2000], BYBEE, J. & P. HOPPER [2001]). Entre este tipo de acercamientos, es posible ubicar la Gramática de Construcciones.4 De acuerdo con este marco teórico, el conocimiento lingüístico de un hablante puede ser descrito como una compleja red de construcciones, entendidas como aparejamientos estables de rasgos formales y funcionales de diverso grado de complejidad estructural (de la morfología a la sintaxis, e incluso al discurso) y esquematicidad (de la sintaxis a la fraseología y al léxico). La concepción holística de las construcciones, que permite un tratamiento conjunto de rasgos lingüísticos pertenecientes a diferentes niveles de análisis, junto con la conceptualización gradual de la oposición entre léxico y la sintaxis, ha despertado el interés de lingüistas de tradición funcional. Así, autores como Sandra Thompson han señalado en trabajos recientes la conveniencia de adoptar una acercamiento construccionista a la gramática para explicar el funcionamiento de estructuras en corpus de interacciones reales [FOX & THOMPSON 2007]. El objetivo de este trabajo es mostrar la adecuación de la Gramática de Construcciones como marco teórico para el análisis de las estructuras gramaticales propias de la interacción. Para ello, en la sección 2, se expondrán sucintamente los principios de la Gramática de Construcciones y, en el apartado 3, se aplicarán a la descripción de una construcción propia del español oral espontáneo. 2. La Gramática de Construcciones: principios básicos La Gramática de Construcciones no es una teoría lingüística unificada, sino un conjunto de acercamientos teóricos que intentan explicar el conocimiento lingüístico de los 4 Hay que señalar, no obstante, que la versión de la Gramática de Construcciones desarrollada a partir de los trabajos de Charles J. Fillmore y Paul Kay (FILLMORE, C. J., P. KAY & M. C. O’CONNOR [1988], FILLMORE, C. J. & P. KAY [1993], KAY, P. [1997], KAY, P. & C. J. FILLMORE [1999]) sí acepta la división entre competencia y actuación, y se define como un modelo de la competencia [W. CROFT & A. CRUSE 2004: 291, n. 1]. hablantes a partir del concepto de construcción gramatical.5 Los acercamientos construccionistas forman parte de la Lingüística Cognitiva; en palabras de W. CROFT & A. CRUSE [2004: 225], “the cognitive linguistic approach to syntax goes under the name of construction grammar”. Los orígenes de la Gramática de Construcciones deben buscarse en la teorización de dos lingüistas procedentes de la extinguida Semántica Generativa: George Lakoff y Charles J. Fillmore, autores de gran trascendencia en la configuración de la Lingüística Cognitiva. Suelen citarse como textos fundacionales de la Gramática de Construcciones dos trabajos de estos lingüistas: por una parte, el análisis de las estructuras con there en inglés como una familia de construcciones, incluido en la influyente monografía Women, fire and dangeous things [LAKOFF 1987]; por otra, el análisis de las estructuras en las que interviene la conjunción let alone en inglés [C. J. FILLMORE, P. KAY & M. C. O’CONNOR 1988]. Asimismo, cabe hacer referencia a un estudio algo posterior, que ha tenido una gran repercusión en la extensión y el reconocimiento de la Gramática de Construcciones: el trabajo de A. GOLDBERG [1995], que analiza desde una perspectiva construccionista la estructura argumental del inglés. Como señala la autora: This monograph thus represents an effort to bring constructions back the rightful place on center stage by arguing that they should be recognized as theoretical entities. Single-clause pattern hold a special interest because these cases clearly lie at the heart of any theory of grammar. If it can be shown that constructions are essential to a description of the domain of simple clauses, then it must be recognised that constructions are crucial to the description of language. [GOLDBERG, 1995: 2] Como se ha señalado, el concepto clave de los acercamientos construccionistas es el de construcción gramatical. A pesar del papel central que ocupa este concepto (o debido precisamente a ello), existe aún un debate intenso acerca de su delimitación. No obstante, la siguiente definición de W. CROFT [2004: 274] podría ser aceptada por la mayoría de autores construccionistas: “The general definition of a construction in cognitive linguistics is as a conventional symbolic unit, using those terms in 5 A pesar de que no existe una tipología unánimente aceptada de las versiones de la Gramática de Construcciones, siguiendo a GOLDBERG [2006: 213-214], es posible identificar, fundamentalmente, cuatro versiones: la Gramática de Construcciones de Unificación (C. J. FILLMORE & P. KAY, 1993), la Gramática de Construcciones Cognitiva [A. GOLDBERG, 1995, 2006], la Gramática Cognitiva [R. W. LANGACKER, 1987] y la Gramática de Construcciones Radical [W. CROFT, 2003]. A estas, deberíamos sumar, por una parte, los acercamientos construccionistas al procesamiento del lenguaje natural (Embodied Construction Grammar [B. BERGEN & N. CHANG 2005] y Fluid Construction Grammar [L. STEELS & J. DE BEULE 2006] y los numerosos trabajos que no se enmarcan explícitamente en ninguna de estas teorías. Langacker’s meaning [LANGACKER 1987: 57-63]”. Una construcción gramatical se define como una unidad puesto que se trata de una rutina almacenada en la mente del hablante; es convencional, dado que su valor viene dado por el consenso de una deteminada comunidad de habla; y es simbólica, ya que consiste en la asociación sistemática de una representación formal con una representación semántica. La Gramática de Construcciones constituye un intento de describir el conocimiento lingüístico de los hablantes en su totalidad a partir del concepto de construcción gramatical. Para ello, es necesario replantear muchos de los principios manejados habitualmente en la teoría lingüística actual. En los epígrafes siguientes, se desarrollarán los tres principios básicos que definen a los acercamientos construccionistas, siguiendo a W. CROFT [2004: 274-277], y que constituyen una alternativa a la visión de la Gramática propugnada por las teorías generativistas. 2.1. Principio 1: Todas las unidades gramaticales son construcciones Generalmente, se asume que el léxico y las reglas o principios de la sintaxis constituyen dos tipos de conocimientos lingüísticos bien diferenciados. En palabras del psicólogo S. PINKER [1999: 2]: “There are two tricks: words and rules. They work by different principles, are learned and used in different ways and may even reside in different parts of the brain”. Por el contrario, la Gramática de Construcciones, siguiendo la concepción más extendida en la Lingüística Cognitiva, considera que léxico y sintaxis constituyen dos extremosde una misma línea. En uno de los trabajos pioneros de la Gramática de Construcciones, C. J. FILLMORE, P. KAY & M. C. O’CONNOR [1988: 505, n.3] señalan que la diferencia entra las expresiones sustantivas (fraseología) y las esquemáticas (sintaxis) es solo una diferencia de grado. Junto a las unidades fraseológicas totalmente sustantivas (3), se hallan unidades en las que alguna posición está abierta (4)6, hasta llegar a unidades totalmente esquemáticas, pero idiosincrásicas en algún aspecto (5)7. (3) a. Pepe estiró la pata ayer b. Pepe estirará la pata el día menos pensado (4) a. No me la des con queso b. Nos la dio con queso (5) a. Llover llover, no llovió, pero cayeron algunas gotillas b. Estudiar estudiar, no estudié, pero fui a todas las clases 6 Locución analizada por L. RUIZ GURILLO [2001: 16-17]. 7 Acerca de las construcciones de tópico reduplicado desde una perspectiva construccionista, véase J. VALENZUELA, J. HILFERTY & M. GARACHANA [2005]. También las reglas de la sintaxis pueden ser consideradas construcciones. De acuerdo con A. GOLDBERG [1995, 2006], las distintas configuraciones de estructura argumental pueden ser tratadas como construcciones. Así, por ejemplo, la estructura ditransitiva consiste en la asociación de un patrón formal (SUJETO + V + OD + OI) con una representación semántica (AGENTE + ACCIÓN + TEMA + DESTINATARIO). Generalmente, la estructura argumental de la construcción coincide con los papeles temáticos especificados por el verbo, como sucede en (6a). Sin embargo, en muchas ocasiones, las oraciones incluyen participantes no exigidos por el verbo, como sucede en (6b, c). (6) a. Juan le dio los papeles a María b. María le ha pintado la casa a Juan c. Te lloré todo un río, ahora llórame un mar (Maná, “Te lloré todo un río”, en el disco Luna, 2003) Este fenómeno puede explicarse, según Goldberg, a la existencia de una construcción ditransitiva, que junto con el verbo determina la forma y el significado de la oración resultante.8 La noción de construcción también se extiende a la morfología y al léxico. Las palabras morfológicamente complejas se analizan como construcciones cuyos constituyentes están ligados; las palabras simples, las unidades léxicas, son construcciones estructuralmente simples. En definitiva, todas las unidades lingüísticas pueden ser analizadas mediante el mismo constructo teórico: la construcción gramatical. Las diferencias existentes entre unidades lingüísticas pueden explicarse a partir de la aplicación de tres rasgos, generalmente de carácter gradual: esquemático/sustantivo, simple/complejo, libre/ligado. El siguiente cuadro explica en términos construccionistas las diversas unidades lingüísticas consideradas tradicionalmente: TIPO DE CONSTRUCCIÓN DENOMINACIÓN TRADICIONAL EJEMPLOS Compleja y (mayoritariamente) esquemática Estructura sintáctica V + CD Compleja y (mayoritariamente) sustantiva Unidad fraseológica estirar-FLEXIÓN la pata Compleja y ligada Palabra compleja coche-s, NOMBRE-NÚMERO Atómica y esquemática Categoría gramatical V, N, A 8 Una aplicación del tratamiento construccionista de la estructura argumental al español, puede verse en el volumen colectivo M. MARTÍNEZ VÁZQUEZ [2003] y en los trabajos llevados a cabo desde el proyecto ADESSE de la Universidad de Vigo, que se pueden consultar en la siguiente dirección: http://webs.uvigo.es/adesse/index.html. Atómica y sustantiva Palabra simple estirar, coche, alto El continuum entre el léxico y la sintaxis (adaptado de Croft y Cruse, 2004: 255) 2.2. Principio 2: Las construcciones son unidades simbólicas En consonancia con el principio anterior, la Gramática de Construcciones considera que todas las unidades son simbólicas; es decir, son asociaciones de una forma y un significado/función. Esta propuesta, que se corresponde con la noción de signo lingüístico de Saussure, se asume generalmente para el léxico. La Gramática de Construcciones, por su parte, extiende el principio simbólico más allá del léxico. Así, las estructuras sintácticas, tratadas generalmente como combinaciones puramente formales, se consideran una amalgama de rasgos formales, que también incluyen rasgos fonológicos como la entonación, y funcionales, como se ilustra a continuación: Figura: La estructura simbólica de una construcción (adaptado de W. CROFT & A. CRUSE [2004: 258]) Una de las ideas más innovadoras de este marco teórico es que la forma lingüística posee significado por sí misma, independientemente de las palabras que instancien la construcción9. Es decir, se postula que los aspectos formales de los enunciados poseen algún tipo de significado (semántico, pragmático o discursivo). Así, por ejemplo, la construcción “SV [infinitivo] SN [nominativo]”, de la que supone un ejemplo el enunciado “¿Fumar yo?”, contiene un valor semántico de extrañeza o desacuerdo ante una afirmación anterior que depende directamente de los rasgos formales de la construcción (forma verbal en infinitivo, modalidad interrogativa, frecuente posposición del sujeto). 9 KAY [2004] explora los aspectos pragmáticos de las construcciones gramaticales. rasgos fonológicos rasgos morfológicos rasgos sintácticos rasgos semánticos rasgos pragmáticos rasgos discursivos FORMA FUNCIÓN 2.3. Principio 3: Las construcciones se organizan en redes El conjunto de construcciones que constituye la competencia de un hablante se organiza en forma de red. La relación básica que se establece entre construcciones es la de esquema-instancia; de modo que una construcción (parcialmente) esquemática tiene como instancia diversas construcciones (parcialmente) especificadas, que heredan rasgos de la construcción más esquemática. Así, por ejemplo, estirar la pata es una instancia de la construcción [SUJETO + estirar + COMPLEMENTO DIRECTO], que, a su vez, es un esquema de la construcción [SUJETO + VERBO TRANSITIVO + COMPLEMENTO DIRECTO]. La posibilidad de ubicar las construcciones en diversas posiciones dentro de la red permite explicar el diverso grado de productividad de las expresiones lingüísticas: una construcción muy productiva estrá ubicada en una posición muy alta de la red de construcciones y tendrá múltiples instancias, como [SUJETO + VERBO TRANSITIVO + COMPLEMENTO DIRECTO]; mientras que una construcción poco productiva se situará en un lugar inferior de esta red, como estirar la pata. Además de la relación entre esquema e instancia, diferentes versiones de la Gramática de Construcciones han propuesto otras relaciones. Por ejemplo, la Gramática de Construcciones Cognitiva [G. LAKOFF 1987; A. GOLDBERG, 1995, 2006) considera, asimismo, las relaciones metafóricas y metonímicas, así como la relaciones de subparte (una construcción está compuesta por partes de otras construcciones)10. 3. Aproximación a la construcción “mira que si + proposición” desde una perspectiva construccional Un acercamiento a la gramática como el que se ha descrito en la sección anterior permite resolver algunos de los problemas que plantea el análisis de las estructuras observadas en la interacción. Para ilustrar los principios de un acercamiento construccional a la gramática, en esta sección se presenta una propuesta de análisis de una construcción propia del español oral espontáneo. Se trata de la construcción “mira que si + proposición”, que se ejemplifica a continuación: (7) – La policía nos ha dado una carta. Lleva tantos sellos que parece un cartón de bingo. - Mira que si es del banco. Lo mismo es que te han echado. 10 Sobre las diferencias entre las versiones de la Gramática de Construcciones en cuanto a las relaciones entre construcciones, puede consultarse W.CROFT & A. CRUSE [2004:§10.2] y V. EVANS & M. GREEN [2006: §20]. (MENDIZÁBAL, Rafael (1980): De cómo Antoñito López, natural de Játiva, subió a los cielos, CREA) (8) – Tú preséntate [a la oficina del INEM] que no te cuesta ná. [...] - Mira que si me sale ahora un trabajo que me interesa, ¿no? (BRIZ y VAL.ES.CO (2002): 82) A partir de la observación de estos ejemplos, pueden señalarse una serie de rasgos: 1. Se trata de una construcción dirigida a un destinatario, lo que la hace característica de registros informales de la lengua y favorece su aparición en discursos dialogales, o, en menor medida, en discursos monologales que presupongan un destinatario, como los artículos de opinión, por ejemplo. 2. La construcción posee una función pragmática que oscila entre la expresión de temor (como sucede en (1)) o sorpresa (como sucede en (2)). 3. No presenta una apódosis a pesar de la presencia de si. 3.1. La construcción “mira que si + proposición”: entre el léxico y la sintaxis Uno de los primeros problemas que plantea el análisis de esta construcción es su categorización como estructura sintáctica: el hecho de que parte de sus constituyentes esté fijada puede conducir a que se considere una unidad fraseológica y no una estructura gramatical. De hecho, la construcción cumple dos de los requisitos que se suponen a una unidad fraseológica: fijación e idiomaticidad. Como puede observarse a partir de los ejemplos, la construcción presenta un alto grado de fijación, que se concreta en tres rasgos: (i) no se puede prescindir de ninguno de los tres elementos que la introducen sin cambiar la construcción (9a), (ii) estos deben aparecer en un orden fijo (9b) y (iii) la forma mira, a diferencia de lo que sucede en otros contextos11, ha perdido su capacidad de flexión12 (9c). (9a) Que si es del banco (construcción ecoica) 11 Sobre el funcionamiento de mira como marcador discursivo, puede consultarse S. PONS [1998] y M. A. MARTÍN ZORRAQUINO Y J. PORTOLÉS [1999: §63.6.4.4]. 12 La búsqueda en el Corpus de referencia del español actual (CREA) de la Real Academia Española da como resultado solo tres ocurrencias. Dos de ellas son ejemplos claros de construcciones condicionales, puesto que presentan una apódosis explícita; la tercera parece ser una instancia de la construcción analizada: - Anda algo maganta ésta, don Dimas. Alguno la ha trastornado, eso no se me quita a mí de la cabeza; ¡mire que si es un casado! Usted, ¿malicia de alguno? (BERLANGA, Andrés (1984): La gaznápira, CREA). Teniendo en cuenta que se trata de una sola ocurrencia, en un texto literario que pretende reflejar el estilo castizo, escrito, además, hace más de dos décadas, no consideramos que la capacidad de flexión de persona forme parte del conocimiento de la construcción que los hablantes muestran en la actualidad. Mira si es del banco (construcción imperativa) Mira que es del banco (construcción de intensificación) (9b) *Mira si que es del banco *Que si mira es del banco (9c) ?Mire que si es del banco. *Mirad que si es del banco. En cuanto a la idiomaticidad, a pesar de que el significado de la construcción no se basa en relaciones metafóricas o metonímicas, las nociones de temor o sorpresa que forman parte de su significado no se relacionan directamente con ninguno de los constituyentes de la construcción. Además, la construcción presenta otros rasgos como la afectividad o la informalidad, generalmente relacionados con las expresiones idiomáticas. Sin embargo, es también cierto que la construcción da lugar a un conjunto potencialmente ilimitado de enunciados, puesto que una parte de sus elementos constituyentes no está fijada. Por eso, si un aprendiz de español como lengua extranjera quisiera aprender la construcción, no podría memorizar cada una de sus ocurrencias (una tarea imposible), sino que debería abstraer su funcionamiento a partir de las distintas ocurrencias. Esta aparente contradicción entre la fijación y la productividad que muestra la construcción no supone ningún problema para un análisis construccionista: la estructura analizada es una construcción compleja, cuyas partes constituyentes están parcialmente especificadas. 3.2. La construcción “mira que si + proposición” como unidad simbólica Como se ha señalado, el funcionamiento de la construcción forma parte de la gramática de los hablantes de español. Ahora bien, un análisis estrictamente gramatical resulta insuficiente. Ciertos aspectos de esta pueden explicarse mediante conceptos propios de la Gramática, como la selección de formas verbales o los procedimientos de expansión (coordinación y subordinación). Sin embargo, el conocimiento de los hablantes incluye también propiedades entonativas, por una parte, así como rasgos semántico- pragmáticos, por otra. Por ello, una descripción exhaustiva del conocimiento que los hablantes exhiben al emplear dicha construcción en sus producciones lingüísticas requiere considerar que la construcción es una unidad simbólica, que apareja una serie de rasgos formales (fonético-fonológicos, morfológicos, sintácticos) con una serie de rasgos funcionales (semánticos, pragmáticos, discursivos). A continuación, se detallan algunas de las propiedades que un análisis completo de la construcción debería tener en cuenta. 3.2.1. Rasgos formales a) Entonación La construcción posee un patrón entonativo característico13. Este patrón, de tipo expresivo o pragmático, se caracteriza por una elevación tonal inicial (que coincide con la secuencia conectiva mira que si) y un tonema final ligeramente ascendente14. b) Selección de formas verbales Tal como suele señalarse, las prótasis de las oraciones condicionales prototípicas admiten la presencia de tres formas verbales: presente de indicativo, con valor de probabilidad; imperfecto de subjuntivo, con valor de improbabilidad (orientado al futuro) o irrealidad (orientado al presente); y pluscuamperfecto de subjuntivo, con valor de irrealidad en el pasado [E. MONTOLÍO 1999: §57.2]. (10) (Llaman a la puerta) Mira que si es tu padre. (11) (Llaman a la puerta) Mira que si fuera tu padre. (12) Hoy Pepe no ha venido. Mira que si hubiera venido ayer. Como muestran los ejemplos, las construcciones con mira que si admiten estas tres formas; sin embargo, su valor no coincide con el que dichas formas poseen en las condicionales prototípicas. Por una parte, el pluscuamperfecto de subjuntivo –tiempo no documentado en el corpus- no tiene valor de irrealidad en pasado, sino de improbabilidad en pasado. Así, el enunciado (12) no niega la posibilidad de Pepe hubiera ido a un lugar el día anterior. Este mismo hecho se extiende al uso del imperfecto, que pierde la posibilidad de expresar irrealidad en el presente. Así, el enunciado (11) expresa la probabilidad baja de que la persona que llama a la puerta sea el padre del destinatario, pero no niega esa posibilidad. Por otra parte, no resulta claro que la oposición entre presente de indicativo e imperfecto de subjuntivo para diferenciar grados de probabilidad funcione de forma sistemática, tal como sucede en las condicionales prototípicas. De hecho, en los ejemplos procedentes de corpus se observa un progresivo descenso de la frecuencia del 13 Se trata de un acercamiento provisional. Actualmente, estamos llevando a cabo un análisis entonativo de la construcción en el Laboratori de Fonètica de la Universitat de Barcelona, con la inestimable ayuda de la Dra. Anna Maria Fernández Planas. 14 El tonema final ascendente, propio de las interrogativas totales en español, hace que, en el momento de la transcripción, el hablante dude entre lossignos de interrogación y los de exclamación. imperfecto de subjuntivo desde 1975 a la actualidad, hecho que puede relacionarse con el valor arcaizante que algunos informantes han observado. Además, el corpus recoge numerosas ocurrencias de la construcción con una forma verbal de pretérito perfecto, como muestra (13). Y, a pesar de no estar documentado en el corpus, también son posibles el resto de formas de pasado del indicativo: pretérito indefinido, imperfecto y pluscuamperfecto, como muestra la gramaticalidad de los ejemplos de (14)15: (13) - Este es mi cuarto, ¿verdad que sí? Mira que si me he equivocado y me he metido en un orfanato... (MENDICUTTI, Eduardo (1991): El palomo cojo, CREA) (14) - Luis no se pasó por la fiesta, ¿no? - Yo diría que no. Mira que si se confundió de día / mira que si estaba enfermo / mira que si había salido cuando le llamamos. c) Rasgos sintácticos El carácter idiosincrásico de la construcción se extiende al ámbito de la sintaxis. En primer lugar, resulta difícil proponer un análisis de sus constituyentes: ¿funciona mira como un predicado cuyo complemento es la proposición introducida por que?, ¿funciona que como un complementante que selecciona una construcción condicional? Igualmente, si se acepta que la proposición que encabeza si es una condicional, la apódosis de dicha condicional se omite sistemáticamente. Por todo ello, resulta difícil adscribir la construcción a uno de los patrones oracionales del español. En cuanto a los procedimientos de expansión, resulta imposible coordinar dos construcciones introducidas por mira que si mediante la conjunción y, como muestra la imposibilidad de (15). En cambio, sí resulta posible coordinar dos o más proposiciones que quedan bajo el dominio de mira que si, como demuestran numerosos ejemplos del corpus (16-17). (15) *Mira que si es tu padre y mira que si nos pilla. (16) - Este es mi cuarto, ¿verdad que sí? Mira que si me he equivocado y me he metido en un orfanato... (MENDICUTTI, Eduardo (1991): El palomo cojo, CREA) (17) Mira que si me echo a bailar y me ven, y en recompensa echan a mi Juan de donde lo han metido. (MARTÍN RECUERDA, José (1981): El engañao, CREA) Ahora bien, desde el punto de vista semántico, la construcción favorece una interpretación secuencial de las proposiciones, y no una mera relación de adición. La segunda proposición se interpreta como posterior a la segunda, e incluso adquiere un 15 No tenemos en cuenta el pretérito anterior, puesto que es una forma en claro retroceso. cierto matiz consecutivo. De hecho, la segunda proposición es informativamente más relevante que la primera. 3.2.2. Rasgos funcionales La caracterización funcional de la construcción resulta aún más compleja, puesto que el significado de la construcción parece oscilar entre la expresión del temor y la sorpresa y, además, resulta difícil explicar estos valores desde la modalidad o la ilocución. Todas las ocurrencias de la construcción analizadas expresan un valor modal epistémico. Mediante esta construcción, el hablante introduce en el universo de creencias del interlocutor un supuesto que, pese a ser evaluado como poco probable, no deja de ser posible. Muy frecuentemente el supuesto introducido es evaluado como negativo para el hablante, el destinatario o ambos, como se observa en los siguientes ejemplos. (18) Y los mendigos, no digamos: a este cabrón parece que le han dado cuerda, no para de pedir. Tengo miedo. ¡Mira que si se cabrea y me da un navajazo! Estoy por darle cinco duros para que me deje en paz. (El Mundo, 01/03/1994, CREA) (19) Seguro que a Priscila no la mareabas tanto como a mí... Y ahora que la nombro: ¿cómo es que tarda tanto? ¡Mira que si te está poniendo los cuernos con Roberto...! (SANCHÍS SINISTERRA, José (1994): El cerco de Leningrado, CREA) El valor pragmático de temor se mantiene incluso en ausencia de contenido proposicional, en aquellos casos en los que la construcción se suspende desde el inicio. (20) ¿Qué habrá pasado en todo este tiempo? Que hayamos estado incomunicados durante tantos días ha sido, por un lado, una tranquilidad, pero... esta llamada me aterroriza. ¡Mira que si...! (PARDO DE SANTAYANA, José Ignacio (2001): El beso del chimpancé, CREA) (21) Mira que si... No quiero ni pensarlo. (HIDALGO, Isabel (1988): Todas hijas de su madre, CREA) En muchos casos, el valor de temor se concreta en actos de habla de advertencia. En el siguiente diálogo, tras conocer que la hablante A no ha pagado las tasas correspondientes a su certificado de matrimonio, el hablante B le advierte de que el matrimonio podría no ser válido. La elección de la construcción con mira que si determina la fuerza pragmática del enunciado: se trata de un acto de habla de advertencia, aunque posee una escasa fuerza argumentativa determinada por el valor epistémico débil que la construcción asigna al supuesto. (22) A: Ahí me casé yo y como me cambié de iglesia tenía que pagar. B: Ahí hice yo la comunión. y todavía no ¿Y todavía no has pagado? A: Todavía no he pagado B: Pues te tendrán por el cambio de iglesia te tendrán apuntadita ahí. Mira que si no te vale mi mira que si no te vale la boda (Conversación 1. Universidad de Alcalá de Henares, CREA) Puede suceder, asimismo, que el supuesto no sea evaluado negativamente. En esos casos, el valor pragmático de la construcción consiste en señalar el carácter de sorpresa o extrañeza de la situación que se describe. Así, en el siguiente ejemplo, la hablante expresa su sorpresa ante la posibilidad de que una bebida alcohólica pueda ser un remedio eficaz para la lepra, con las consecuencias que ello le acarrearía. (23) Pero tonta de mí, en qué estaría pensando yo, en vez de darle el puré con el masticador de metal, que era lo que tenía que hacer, le di un cuba libre que me estaba tomando yo, que era lo que no tenía que hacer, y yo, inocente de mí, me tomé el puré de zanahorias del niño leproso... Entonces el pobrecito, como no tenía costumbre de beber ginebra, con la borrachera empezó a dar saltos y a gritar: ¡Estoy curado! ¡Ya no soy un niño leproso!... Y yo me dije para mí: mira que si la ginebra cura la lepra... y ahora resulta que me dan el premio Nobel... (VALLEJO, Alfonso (1980), Cangrejos de pared, CREA) 3.3. Las construcciones con mira que si en una red de construcciones Como se señaló en §2.3, las construcciones no se almacenan de forma aleatoria en la mente de los hablantes. De acuerdo con la Gramática de Construcciones, el conjunto de construcciones que constituye el conocimiento lingüístico de un hablante conforma una red de construcciones o constructicón. En la organización de dicha red, intervienen diversos tipos de relaciones, especialmente relaciones de herencia entre esquemas e instancias, pero también relaciones metafóricas y metonímicas, y relaciones entre partes de construcciones. Estas últimas resultan de especial interés para la explicación de la construcción que nos ocupa. La construcción “mira que si + proposición” se relaciona con dos construcciones existentes en español: por una parte, con las construcciones en las que interviene el marcador apelativo mira16; y, por otra, con las construcciones condicionales. Esta relación se pone de relieve en el siguiente ejemplo, fragmento de una conversación en que una mujer cuenta un sueño. Tras introducir en el relato su temor a volar empleando la construcción con mira que si, la hablante inicia una reformulación explicativa que se abre con el marcador apelativo mira e incluye también una construcción condicional con si. (24) Y me asomo me voy a asomar a una ventana, pero resulta que es que era la ventana del cuarto de baño del otro piso. Ydigo: "pues no me voy a echar a volar porque mira que si estoy despierta y me mato, porque porque mira, estoy en el otro piso y si estoy despierta y me caigo me espachurro. No, no me echo a volar, cualquier se arriesga porque sí" y no me eché a volar. Luego 16 Acerca de construcciones con verbos de percepción, véase J. M. GARCÍA-MIGUEL [2005]. ya no me acuerdo qué pasó. (Domicilio particular, conversación familiar, Segovia, 19/04/91, CREA) Como se puede comprobar en el ejemplo, la construcción comparte con el marcador mira un valor fático, que, en términos relevantistas, puede explicarse como una llamada ostensiva hacia la relevancia del enunciado [S. PONS 1998: 217]. Comparte, asimismo, un aspecto básico con las construcciones condicionales: el planteamiento de la prótasis en términos hipotéticos. Sin embargo, como se ha señalado apartados precedentes, la construcción “mira que si + enunciado” no hereda todas las propiedades de las dos construcciones preexistentes: por una parte, a diferencia de lo que sucede con el marcador discursivo mira, la construcción ha perdido posibilidades de flexión; por otra, la distribución de formas verbales y su interpretación en la construcción analizada no coincide con el funcionamiento prototípico de las construcciones condicionales. 4. Consideraciones finales El análisis de estructuras gramaticales en contextos interaccionales plantea una dificultad metodológica importante para el lingüista interesado en este ámbito de estudio: la necesidad de incorporar a la Gramática tipos de información asociada generalmente a otras disciplinas lingüísticas. Con frecuencia, esta dificultad conlleva una incomunicación entre los especialistas dedicados al estudio de la lengua oral y los gramáticos teóricos, puesto que los problemas que presentan las estructuras gramaticales propias de la oralidad no coinciden con los intereses de la mayoría de teorías sintácticas actuales. En esta comunicación, se ha intentado poner de relieve que, lejos de suponer un problema, la especial relación que se establece entre entonación, morfosintaxis y significado en muchas construcciones interactivas, como la construcción “mira que si + proposición”, está en total consonancia con los presupuestos de un acercamiento construccional a la gramática. Bibliografía BERGEN, B. & N. CHANG (2004): “Embodied Construction Grammar in simulation- based language understanding”, en ÖSTMAN, J. & M. FRIED (eds.), págs. 147-190. BERLOW, M. & S. KEMMER (eds.) (2000): Usage-Based Models of Grammar, Stanford, CSLI Publications. BOSQUE, I. & V. DEMONTE (dirs.) 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