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(2010, en SUEIRO JUSTEL, J.; CUEVAS ALONSO, M.; DACOSTA CEA, V.; PÉREZ, M. R. 
(eds.) Lingüística e Hispanismo, Lugo, Editorial Axac, pp. 283-298.)
GRAMÁTICA EN INTERACCIÓN: UNA PROPUESTA DESDE LA GRAMÁTICA DE 
CONSTRUCCIONES1
Pedro Gras Manzano
Universitat de Barcelona
pedrogras@ub.edu
RESUMEN
Una descripción adecuada de muchas estructuras gramaticales propias de la interacción requiere tomar en 
consideración, además de herramientas propias de la Gramática, información asociada a diversas 
disciplinas lingüísticas (Fonética y Fonología, Semántica y Pragmática). Esta situación, contraria a las 
expectativas de un acercamiento modular al lenguaje, está en consonancia con los presupuestos de 
Gramática de Construcciones. El objetivo de este trabajo es mostrar la adecuación de un acercamiento 
construccional al lenguaje para lograr una comprensión global de las estructuras gramaticales propias de 
la interacción. En primer lugar, se presentan los principios básicos de la Gramática de Construcciones. A 
continuación, se aplican estos principios a la descripción de una construcción propia del español 
coloquial: la construcción “mira que si + proposición”.
ABSTRACT
Linguists interested in the grammatical analysis of structures used by speakers in spontaneous 
communication need to enrich their analyses with concepts from other language areas (i. e., intonation, 
semantics and pragmatics). This situation, contrary to a modular approach to language, seems natural to a 
Construction Grammar approach. The aim of this paper is to show the adequacy of using Construction 
Grammar as a framework to describe and explain oral spontaneous language. First, the basic aspects of 
Construction Grammar will be introduced. Then, the Spanish colloquial construction “mira que si + 
clause” will be analysed from this approach.
PALABRAS CLAVE: GRAMÁTICA DE CONSTRUCCIONES, GRAMÁTICA E INTERACCIÓN, PRAGMÁTICA, 
ESPAÑOL ORAL
KEYWORDS: CONSTRUCTION GRAMMAR, INTERACTION AND GRAMMAR, PRAGMATICS, SPOKEN SPANISH
1 Este trabajo se enmarca en el proyecto Nuevas Aportaciones al Diccionario de partículas discursivas 
del español (Referencia: HUM2004-01453/FILO), financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, 
así como por los fondos FEDER. La siguiente investigación retoma algunas cuestiones tratadas en un 
trabajo anterior realizado conjuntamente con la Dra. Estrella Montolío [E. MONTOLÍO & P. GRAS 2005], a 
la que quisiera agradecer ideas, sugerencias y discusiones de las que se ha beneficiado el presente trabajo. 
También quisiera extender mi agradecimiento a diferentes compañeros de la Universitat de Barcelona con 
los que he tenido la ocasión de discutir algunas de las cuestiones aquí tratadas: Susana Catalán, Anna 
García Marín, Fernando Polanco y Marisa Santiago. Evidentemente, los errores o imprecisiones que el 
trabajo pueda contener son de mi entera responsabilidad.
1. Una gramática de la interacción
El análisis de conversaciones reales ha abierto nuevas perspectivas para la investigación 
gramatical. De acuerdo con E. SCHEGLOFF, E. OCHS y S. THOMPSON [1996: 10]:
Si tomamos en serio la reivindicación de que la función del lenguaje 
como herramienta de la comunicación humana es la motivación 
central de los patrones gramaticales observados, entonces el estudio 
de la gramática supone tanto partir de datos procedentes del discurso 
real, como relacionar explícitamente la estructura del lenguaje con la 
estructura del discurso. 
La Gramática en Interacción [E. OCHS, E. SCHEGLOFF & S. THOMPSON 1996; C. FORD; B. 
FOX & S. THOMPSON 2002a, 2002b] se propone descubrir el intrincado complejo de 
relaciones entre las estructuras gramaticales, las unidades prosódicas y las estructuras 
discursivas, que los hablantes ponen en marcha en sus intercambios comunicativos. Este 
objetivo tiene dos consecuencias básicas en la definición del objeto de estudio de la 
Gramática en Interacción. Por una parte, estructuras gramaticales bien conocidas por la 
tradición, como las causales, finales o condicionales, deben ser analizadas, en el 
discurso conversacional, atendiendo a nuevos criterios: su relación con las unidades 
entonativas, su ubicación en el intercambio conversacional y su relación con las 
intenciones comunicativas, principalmente2. Por otra, los corpus conversacionales 
descubren al gramático un numeroso conjunto de formas lingüísticas escasa o 
nulamente tratadas por la tradición. Se trata en muchos casos de partículas discursivas, 
como y nada, a lo que iba o de entrada, cuyo estudio no puede ser abordado desde una 
perspectiva oracional.3 Pero también forman parte de ese grupo de ciertas estructuras 
gramaticales vinculadas a la interacción, como la construcción “(pero) si + proposición 
[SV indicativo]” [E. MONTOLÍO, 1999b], que se ejemplifica a continuación:
(1) - ¿Por qué has abierto la ventana?
- Pero si no he sido yo. [Ejemplo de E. MONTOLÍO, 1999b: 53]
2 C. FORD [1993] analiza desde la Gramática en Interacción el funcionamiento de las subordinadas 
adverbiales en un corpus de conversaciones de inglés americano; E. MONTOLÍO [1996], desde 
presupuestos similares, lleva a cabo un análisis de ciertas prótasis condicionales suspendidas en 
situaciones de interacción.
3 Muchas de estas partículas están siendo descritas en el Diccionario de partículas discursivas del 
español [A. BRIZ (en línea)]. 
Un análisis estrictamente gramatical pone de relieve que la construcción exhibe rasgos 
no predecibles a partir de principios generales de la gramática o de la organización 
general de las oraciones condicionales: ausencia sistemática de apódosis, rechazo del 
subjuntivo e imposibilidad de coordinación [E. MONTOLÍO, 1999b: §3], como muestran los 
ejemplos de (2). 
(2) - ¿Por qué has abierto la ventana?
- *Pero si no la hubiera abierto yo.
- *Pero si no he sido yo y si la ventana está cerrada.
Sin embargo, el conocimiento que posee el hablante de esta construcción no se agota en 
el ámbito gramatical. Cabe añadir que los hablantes emplean sistemáticamente esta 
construcción con una entonación determinada (no declarativa), con una función 
pragmática precisa (añadir una premisa que el interlocutor no ha tenido en cuenta y que 
señala la inadecuación de algún elemento de la intervención anterior) y, generalmente, 
con una ubicación discursiva concreta (un turno de respuesta despreferida) [E. MONTOLÍO, 
1999b: §3.1, §4].
Ahora bien, esta amalgama de rasgos idiosincrásicos, tanto de forma como de 
contenido, no se agota en unos pocos ejemplos. Una observación atenta de los corpus 
orales disponibles del español pone de manifiesto la existencia de un nutrido y 
heterogéneo grupo de construcciones en las que una forma lingüística (fonético-
fonológica, morfológica y sintáctica) está convencionalmente ligada a un significado 
(semántico, pragmático y discursivo). En la siguiente tabla se recogen algunos ejemplos 
más:
CONSTRUCCIÓN GRAMATICAL SIGNIFICADO/FUNCIÓN EJEMPLO
Yo que tú + [SV condicional] Recomendación. Yo que tú se lo diría.
¿SV [infinitivo] + SN [nominativo]? Negación y extrañeza. ¿Decírselo yo?
¿Por qué no + SV [presente indicativo]? Propuesta. ¿Por qué no se lo dices?
La descripción de los rasgos propios de ciertas construcciones no parece estar en 
consonancia con los intereses de la lingüística formal, especialmente la de orientación 
chomskyana. De acuerdo con el modelo generativista de Principios y Parámetros y su 
continuación en el Programa Minimista [N. CHOMSKY 1981, 1995], el análisis detallado 
de las construcciones gramaticales debe revelar principios más generales del 
funcionamiento del lenguaje. En otros términos, las construcciones particulares deben 
poder reducirse a los principiosgenerales del lenguaje sumados a los parámetros de 
cada lengua. De acuerdo con el interés básico de este tipo de enfoques, la explicación de 
los mecanismos abstractos que operan en el sistema computacional del lenguaje 
humano, el análisis de patrones más o menos idiosincrásicos y sus relaciones con la 
entonación o con las intenciones de los hablantes carece de interés, puesto que se trata 
de fenómenos ligados a la actuación y no a la competencia lingüística.
Ahora bien, otros acercamientos al lenguaje no aceptan una división tan estricta entre 
competencia y actuación. Para muchos lingüistas de orientación cognitivo-funcional, el 
conocimiento del lenguaje es, en realidad, un conocimiento acerca de cómo se usa el 
lenguaje (TOMASELLO, M. [1998], BERLOW, M. & S. KEMMER [2000], BYBEE, J. & P. 
HOPPER [2001]). Entre este tipo de acercamientos, es posible ubicar la Gramática de 
Construcciones.4 De acuerdo con este marco teórico, el conocimiento lingüístico de un 
hablante puede ser descrito como una compleja red de construcciones, entendidas como 
aparejamientos estables de rasgos formales y funcionales de diverso grado de 
complejidad estructural (de la morfología a la sintaxis, e incluso al discurso) y 
esquematicidad (de la sintaxis a la fraseología y al léxico). 
La concepción holística de las construcciones, que permite un tratamiento conjunto de 
rasgos lingüísticos pertenecientes a diferentes niveles de análisis, junto con la 
conceptualización gradual de la oposición entre léxico y la sintaxis, ha despertado el 
interés de lingüistas de tradición funcional. Así, autores como Sandra Thompson han 
señalado en trabajos recientes la conveniencia de adoptar una acercamiento 
construccionista a la gramática para explicar el funcionamiento de estructuras en corpus 
de interacciones reales [FOX & THOMPSON 2007].
El objetivo de este trabajo es mostrar la adecuación de la Gramática de Construcciones 
como marco teórico para el análisis de las estructuras gramaticales propias de la 
interacción. Para ello, en la sección 2, se expondrán sucintamente los principios de la 
Gramática de Construcciones y, en el apartado 3, se aplicarán a la descripción de una 
construcción propia del español oral espontáneo. 
2. La Gramática de Construcciones: principios básicos
La Gramática de Construcciones no es una teoría lingüística unificada, sino un conjunto 
de acercamientos teóricos que intentan explicar el conocimiento lingüístico de los 
4 Hay que señalar, no obstante, que la versión de la Gramática de Construcciones desarrollada a partir de 
los trabajos de Charles J. Fillmore y Paul Kay (FILLMORE, C. J., P. KAY & M. C. O’CONNOR [1988], 
FILLMORE, C. J. & P. KAY [1993], KAY, P. [1997], KAY, P. & C. J. FILLMORE [1999]) sí acepta la división 
entre competencia y actuación, y se define como un modelo de la competencia [W. CROFT & A. CRUSE 
2004: 291, n. 1].
hablantes a partir del concepto de construcción gramatical.5 Los acercamientos 
construccionistas forman parte de la Lingüística Cognitiva; en palabras de W. CROFT & 
A. CRUSE [2004: 225], “the cognitive linguistic approach to syntax goes under the name 
of construction grammar”. Los orígenes de la Gramática de Construcciones deben 
buscarse en la teorización de dos lingüistas procedentes de la extinguida Semántica 
Generativa: George Lakoff y Charles J. Fillmore, autores de gran trascendencia en la 
configuración de la Lingüística Cognitiva. Suelen citarse como textos fundacionales de 
la Gramática de Construcciones dos trabajos de estos lingüistas: por una parte, el 
análisis de las estructuras con there en inglés como una familia de construcciones, 
incluido en la influyente monografía Women, fire and dangeous things [LAKOFF 1987]; 
por otra, el análisis de las estructuras en las que interviene la conjunción let alone en 
inglés [C. J. FILLMORE, P. KAY & M. C. O’CONNOR 1988]. Asimismo, cabe hacer 
referencia a un estudio algo posterior, que ha tenido una gran repercusión en la 
extensión y el reconocimiento de la Gramática de Construcciones: el trabajo de A. 
GOLDBERG [1995], que analiza desde una perspectiva construccionista la estructura 
argumental del inglés. Como señala la autora: 
This monograph thus represents an effort to bring constructions back 
the rightful place on center stage by arguing that they should be 
recognized as theoretical entities. Single-clause pattern hold a special 
interest because these cases clearly lie at the heart of any theory of 
grammar. If it can be shown that constructions are essential to a 
description of the domain of simple clauses, then it must be 
recognised that constructions are crucial to the description of 
language. [GOLDBERG, 1995: 2]
Como se ha señalado, el concepto clave de los acercamientos construccionistas es el de 
construcción gramatical. A pesar del papel central que ocupa este concepto (o debido 
precisamente a ello), existe aún un debate intenso acerca de su delimitación. No 
obstante, la siguiente definición de W. CROFT [2004: 274] podría ser aceptada por la 
mayoría de autores construccionistas: “The general definition of a construction in 
cognitive linguistics is as a conventional symbolic unit, using those terms in 
5 A pesar de que no existe una tipología unánimente aceptada de las versiones de la Gramática de 
Construcciones, siguiendo a GOLDBERG [2006: 213-214], es posible identificar, fundamentalmente, cuatro 
versiones: la Gramática de Construcciones de Unificación (C. J. FILLMORE & P. KAY, 1993), la Gramática 
de Construcciones Cognitiva [A. GOLDBERG, 1995, 2006], la Gramática Cognitiva [R. W. LANGACKER, 
1987] y la Gramática de Construcciones Radical [W. CROFT, 2003]. A estas, deberíamos sumar, por una 
parte, los acercamientos construccionistas al procesamiento del lenguaje natural (Embodied Construction 
Grammar [B. BERGEN & N. CHANG 2005] y Fluid Construction Grammar [L. STEELS & J. DE BEULE 
2006] y los numerosos trabajos que no se enmarcan explícitamente en ninguna de estas teorías.
Langacker’s meaning [LANGACKER 1987: 57-63]”. Una construcción gramatical se 
define como una unidad puesto que se trata de una rutina almacenada en la mente del 
hablante; es convencional, dado que su valor viene dado por el consenso de una 
deteminada comunidad de habla; y es simbólica, ya que consiste en la asociación 
sistemática de una representación formal con una representación semántica.
La Gramática de Construcciones constituye un intento de describir el conocimiento 
lingüístico de los hablantes en su totalidad a partir del concepto de construcción 
gramatical. Para ello, es necesario replantear muchos de los principios manejados 
habitualmente en la teoría lingüística actual. En los epígrafes siguientes, se desarrollarán 
los tres principios básicos que definen a los acercamientos construccionistas, siguiendo 
a W. CROFT [2004: 274-277], y que constituyen una alternativa a la visión de la 
Gramática propugnada por las teorías generativistas.
2.1. Principio 1: Todas las unidades gramaticales son construcciones
Generalmente, se asume que el léxico y las reglas o principios de la sintaxis constituyen 
dos tipos de conocimientos lingüísticos bien diferenciados. En palabras del psicólogo S. 
PINKER [1999: 2]: “There are two tricks: words and rules. They work by different 
principles, are learned and used in different ways and may even reside in different parts 
of the brain”. Por el contrario, la Gramática de Construcciones, siguiendo la concepción 
más extendida en la Lingüística Cognitiva, considera que léxico y sintaxis constituyen 
dos extremosde una misma línea. 
En uno de los trabajos pioneros de la Gramática de Construcciones, C. J. FILLMORE, P. 
KAY & M. C. O’CONNOR [1988: 505, n.3] señalan que la diferencia entra las expresiones 
sustantivas (fraseología) y las esquemáticas (sintaxis) es solo una diferencia de grado. 
Junto a las unidades fraseológicas totalmente sustantivas (3), se hallan unidades en las 
que alguna posición está abierta (4)6, hasta llegar a unidades totalmente esquemáticas, 
pero idiosincrásicas en algún aspecto (5)7. 
(3) a. Pepe estiró la pata ayer
b. Pepe estirará la pata el día menos pensado
(4) a. No me la des con queso
b. Nos la dio con queso
(5) a. Llover llover, no llovió, pero cayeron algunas gotillas
b. Estudiar estudiar, no estudié, pero fui a todas las clases
6 Locución analizada por L. RUIZ GURILLO [2001: 16-17].
7 Acerca de las construcciones de tópico reduplicado desde una perspectiva construccionista, véase J. 
VALENZUELA, J. HILFERTY & M. GARACHANA [2005].
También las reglas de la sintaxis pueden ser consideradas construcciones. De acuerdo 
con A. GOLDBERG [1995, 2006], las distintas configuraciones de estructura argumental 
pueden ser tratadas como construcciones. Así, por ejemplo, la estructura ditransitiva 
consiste en la asociación de un patrón formal (SUJETO + V + OD + OI) con una 
representación semántica (AGENTE + ACCIÓN + TEMA + DESTINATARIO). 
Generalmente, la estructura argumental de la construcción coincide con los papeles 
temáticos especificados por el verbo, como sucede en (6a). Sin embargo, en muchas 
ocasiones, las oraciones incluyen participantes no exigidos por el verbo, como sucede 
en (6b, c). 
(6) a. Juan le dio los papeles a María
b. María le ha pintado la casa a Juan
c. Te lloré todo un río, ahora llórame un mar (Maná, “Te lloré todo un río”, en el disco Luna, 
2003)
Este fenómeno puede explicarse, según Goldberg, a la existencia de una construcción 
ditransitiva, que junto con el verbo determina la forma y el significado de la oración 
resultante.8
La noción de construcción también se extiende a la morfología y al léxico. Las palabras 
morfológicamente complejas se analizan como construcciones cuyos constituyentes 
están ligados; las palabras simples, las unidades léxicas, son construcciones 
estructuralmente simples.
En definitiva, todas las unidades lingüísticas pueden ser analizadas mediante el mismo 
constructo teórico: la construcción gramatical. Las diferencias existentes entre unidades 
lingüísticas pueden explicarse a partir de la aplicación de tres rasgos, generalmente de 
carácter gradual: esquemático/sustantivo, simple/complejo, libre/ligado. El siguiente 
cuadro explica en términos construccionistas las diversas unidades lingüísticas 
consideradas tradicionalmente: 
TIPO DE CONSTRUCCIÓN
DENOMINACIÓN 
TRADICIONAL
EJEMPLOS
Compleja y (mayoritariamente) esquemática Estructura sintáctica V + CD
Compleja y (mayoritariamente) sustantiva Unidad fraseológica estirar-FLEXIÓN la pata
Compleja y ligada Palabra compleja coche-s, NOMBRE-NÚMERO
Atómica y esquemática Categoría gramatical V, N, A
8 Una aplicación del tratamiento construccionista de la estructura argumental al español, puede verse en el 
volumen colectivo M. MARTÍNEZ VÁZQUEZ [2003] y en los trabajos llevados a cabo desde el proyecto 
ADESSE de la Universidad de Vigo, que se pueden consultar en la siguiente dirección: 
http://webs.uvigo.es/adesse/index.html.
Atómica y sustantiva Palabra simple estirar, coche, alto
El continuum entre el léxico y la sintaxis (adaptado de Croft y Cruse, 2004: 255)
2.2. Principio 2: Las construcciones son unidades simbólicas
En consonancia con el principio anterior, la Gramática de Construcciones considera que 
todas las unidades son simbólicas; es decir, son asociaciones de una forma y un 
significado/función. Esta propuesta, que se corresponde con la noción de signo 
lingüístico de Saussure, se asume generalmente para el léxico. La Gramática de 
Construcciones, por su parte, extiende el principio simbólico más allá del léxico. Así, 
las estructuras sintácticas, tratadas generalmente como combinaciones puramente 
formales, se consideran una amalgama de rasgos formales, que también incluyen rasgos 
fonológicos como la entonación, y funcionales, como se ilustra a continuación:
Figura: La estructura simbólica de una construcción (adaptado de W. CROFT & A. CRUSE [2004: 258])
Una de las ideas más innovadoras de este marco teórico es que la forma lingüística 
posee significado por sí misma, independientemente de las palabras que instancien la 
construcción9. Es decir, se postula que los aspectos formales de los enunciados poseen 
algún tipo de significado (semántico, pragmático o discursivo). Así, por ejemplo, la 
construcción “SV [infinitivo] SN [nominativo]”, de la que supone un ejemplo el 
enunciado “¿Fumar yo?”, contiene un valor semántico de extrañeza o desacuerdo ante 
una afirmación anterior que depende directamente de los rasgos formales de la 
construcción (forma verbal en infinitivo, modalidad interrogativa, frecuente posposición 
del sujeto).
9 KAY [2004] explora los aspectos pragmáticos de las construcciones gramaticales.
rasgos fonológicos
rasgos morfológicos
rasgos sintácticos
rasgos semánticos
rasgos pragmáticos
rasgos discursivos
FORMA
FUNCIÓN
2.3. Principio 3: Las construcciones se organizan en redes
El conjunto de construcciones que constituye la competencia de un hablante se organiza 
en forma de red. La relación básica que se establece entre construcciones es la de 
esquema-instancia; de modo que una construcción (parcialmente) esquemática tiene 
como instancia diversas construcciones (parcialmente) especificadas, que heredan 
rasgos de la construcción más esquemática. Así, por ejemplo, estirar la pata es una 
instancia de la construcción [SUJETO + estirar + COMPLEMENTO DIRECTO], que, a su 
vez, es un esquema de la construcción [SUJETO + VERBO TRANSITIVO + COMPLEMENTO 
DIRECTO].
La posibilidad de ubicar las construcciones en diversas posiciones dentro de la red 
permite explicar el diverso grado de productividad de las expresiones lingüísticas: una 
construcción muy productiva estrá ubicada en una posición muy alta de la red de 
construcciones y tendrá múltiples instancias, como [SUJETO + VERBO TRANSITIVO + 
COMPLEMENTO DIRECTO]; mientras que una construcción poco productiva se situará en 
un lugar inferior de esta red, como estirar la pata. 
Además de la relación entre esquema e instancia, diferentes versiones de la Gramática 
de Construcciones han propuesto otras relaciones. Por ejemplo, la Gramática de 
Construcciones Cognitiva [G. LAKOFF 1987; A. GOLDBERG, 1995, 2006) considera, 
asimismo, las relaciones metafóricas y metonímicas, así como la relaciones de subparte 
(una construcción está compuesta por partes de otras construcciones)10. 
3. Aproximación a la construcción “mira que si + proposición” desde una 
perspectiva construccional
Un acercamiento a la gramática como el que se ha descrito en la sección anterior 
permite resolver algunos de los problemas que plantea el análisis de las estructuras 
observadas en la interacción. Para ilustrar los principios de un acercamiento 
construccional a la gramática, en esta sección se presenta una propuesta de análisis de 
una construcción propia del español oral espontáneo. Se trata de la construcción “mira 
que si + proposición”, que se ejemplifica a continuación:
(7) – La policía nos ha dado una carta. Lleva tantos sellos que parece un cartón de bingo.
- Mira que si es del banco. Lo mismo es que te han echado.
10 Sobre las diferencias entre las versiones de la Gramática de Construcciones en cuanto a las relaciones 
entre construcciones, puede consultarse W.CROFT & A. CRUSE [2004:§10.2] y V. EVANS & M. GREEN 
[2006: §20].
(MENDIZÁBAL, Rafael (1980): De cómo Antoñito López, natural de Játiva, subió a los cielos, 
CREA)
(8) – Tú preséntate [a la oficina del INEM] que no te cuesta ná.
[...]
- Mira que si me sale ahora un trabajo que me interesa, ¿no?
(BRIZ y VAL.ES.CO (2002): 82)
A partir de la observación de estos ejemplos, pueden señalarse una serie de rasgos:
1. Se trata de una construcción dirigida a un destinatario, lo que la hace 
característica de registros informales de la lengua y favorece su aparición en 
discursos dialogales, o, en menor medida, en discursos monologales que 
presupongan un destinatario, como los artículos de opinión, por ejemplo.
2. La construcción posee una función pragmática que oscila entre la expresión de 
temor (como sucede en (1)) o sorpresa (como sucede en (2)).
3. No presenta una apódosis a pesar de la presencia de si.
3.1. La construcción “mira que si + proposición”: entre el léxico y la sintaxis
Uno de los primeros problemas que plantea el análisis de esta construcción es su 
categorización como estructura sintáctica: el hecho de que parte de sus constituyentes 
esté fijada puede conducir a que se considere una unidad fraseológica y no una 
estructura gramatical. De hecho, la construcción cumple dos de los requisitos que se 
suponen a una unidad fraseológica: fijación e idiomaticidad. Como puede observarse a 
partir de los ejemplos, la construcción presenta un alto grado de fijación, que se 
concreta en tres rasgos: (i) no se puede prescindir de ninguno de los tres elementos que 
la introducen sin cambiar la construcción (9a), (ii) estos deben aparecer en un orden fijo 
(9b) y (iii) la forma mira, a diferencia de lo que sucede en otros contextos11, ha perdido 
su capacidad de flexión12 (9c).
(9a) Que si es del banco (construcción ecoica)
11 Sobre el funcionamiento de mira como marcador discursivo, puede consultarse S. PONS [1998] y M. A. 
MARTÍN ZORRAQUINO Y J. PORTOLÉS [1999: §63.6.4.4].
12 La búsqueda en el Corpus de referencia del español actual (CREA) de la Real Academia Española da 
como resultado solo tres ocurrencias. Dos de ellas son ejemplos claros de construcciones condicionales, 
puesto que presentan una apódosis explícita; la tercera parece ser una instancia de la construcción 
analizada:
- Anda algo maganta ésta, don Dimas. Alguno la ha trastornado, eso no se me quita a mí de la cabeza; 
¡mire que si es un casado! Usted, ¿malicia de alguno? (BERLANGA, Andrés (1984): La gaznápira, 
CREA).
Teniendo en cuenta que se trata de una sola ocurrencia, en un texto literario que pretende reflejar el estilo 
castizo, escrito, además, hace más de dos décadas, no consideramos que la capacidad de flexión de 
persona forme parte del conocimiento de la construcción que los hablantes muestran en la actualidad.
Mira si es del banco (construcción imperativa)
Mira que es del banco (construcción de intensificación)
(9b) *Mira si que es del banco
*Que si mira es del banco
(9c) ?Mire que si es del banco.
*Mirad que si es del banco.
En cuanto a la idiomaticidad, a pesar de que el significado de la construcción no se basa 
en relaciones metafóricas o metonímicas, las nociones de temor o sorpresa que forman 
parte de su significado no se relacionan directamente con ninguno de los constituyentes 
de la construcción. Además, la construcción presenta otros rasgos como la afectividad o 
la informalidad, generalmente relacionados con las expresiones idiomáticas.
Sin embargo, es también cierto que la construcción da lugar a un conjunto 
potencialmente ilimitado de enunciados, puesto que una parte de sus elementos 
constituyentes no está fijada. Por eso, si un aprendiz de español como lengua extranjera 
quisiera aprender la construcción, no podría memorizar cada una de sus ocurrencias 
(una tarea imposible), sino que debería abstraer su funcionamiento a partir de las 
distintas ocurrencias.
Esta aparente contradicción entre la fijación y la productividad que muestra la 
construcción no supone ningún problema para un análisis construccionista: la estructura 
analizada es una construcción compleja, cuyas partes constituyentes están parcialmente 
especificadas.
3.2. La construcción “mira que si + proposición” como unidad simbólica
Como se ha señalado, el funcionamiento de la construcción forma parte de la gramática 
de los hablantes de español. Ahora bien, un análisis estrictamente gramatical resulta 
insuficiente. Ciertos aspectos de esta pueden explicarse mediante conceptos propios de 
la Gramática, como la selección de formas verbales o los procedimientos de expansión 
(coordinación y subordinación). Sin embargo, el conocimiento de los hablantes incluye 
también propiedades entonativas, por una parte, así como rasgos semántico-
pragmáticos, por otra. Por ello, una descripción exhaustiva del conocimiento que los 
hablantes exhiben al emplear dicha construcción en sus producciones lingüísticas 
requiere considerar que la construcción es una unidad simbólica, que apareja una serie 
de rasgos formales (fonético-fonológicos, morfológicos, sintácticos) con una serie de 
rasgos funcionales (semánticos, pragmáticos, discursivos). A continuación, se detallan 
algunas de las propiedades que un análisis completo de la construcción debería tener en 
cuenta.
3.2.1. Rasgos formales
a) Entonación
La construcción posee un patrón entonativo característico13. Este patrón, de tipo 
expresivo o pragmático, se caracteriza por una elevación tonal inicial (que coincide con 
la secuencia conectiva mira que si) y un tonema final ligeramente ascendente14. 
b) Selección de formas verbales
Tal como suele señalarse, las prótasis de las oraciones condicionales prototípicas 
admiten la presencia de tres formas verbales: presente de indicativo, con valor de 
probabilidad; imperfecto de subjuntivo, con valor de improbabilidad (orientado al 
futuro) o irrealidad (orientado al presente); y pluscuamperfecto de subjuntivo, con valor 
de irrealidad en el pasado [E. MONTOLÍO 1999: §57.2]. 
(10) (Llaman a la puerta) Mira que si es tu padre.
(11) (Llaman a la puerta) Mira que si fuera tu padre.
(12) Hoy Pepe no ha venido. Mira que si hubiera venido ayer.
Como muestran los ejemplos, las construcciones con mira que si admiten estas tres 
formas; sin embargo, su valor no coincide con el que dichas formas poseen en las 
condicionales prototípicas. Por una parte, el pluscuamperfecto de subjuntivo –tiempo no 
documentado en el corpus- no tiene valor de irrealidad en pasado, sino de 
improbabilidad en pasado. Así, el enunciado (12) no niega la posibilidad de Pepe 
hubiera ido a un lugar el día anterior. Este mismo hecho se extiende al uso del 
imperfecto, que pierde la posibilidad de expresar irrealidad en el presente. Así, el 
enunciado (11) expresa la probabilidad baja de que la persona que llama a la puerta sea 
el padre del destinatario, pero no niega esa posibilidad. 
Por otra parte, no resulta claro que la oposición entre presente de indicativo e 
imperfecto de subjuntivo para diferenciar grados de probabilidad funcione de forma 
sistemática, tal como sucede en las condicionales prototípicas. De hecho, en los 
ejemplos procedentes de corpus se observa un progresivo descenso de la frecuencia del 
13 Se trata de un acercamiento provisional. Actualmente, estamos llevando a cabo un análisis entonativo 
de la construcción en el Laboratori de Fonètica de la Universitat de Barcelona, con la inestimable ayuda 
de la Dra. Anna Maria Fernández Planas.
14 El tonema final ascendente, propio de las interrogativas totales en español, hace que, en el momento de 
la transcripción, el hablante dude entre lossignos de interrogación y los de exclamación. 
imperfecto de subjuntivo desde 1975 a la actualidad, hecho que puede relacionarse con 
el valor arcaizante que algunos informantes han observado. 
Además, el corpus recoge numerosas ocurrencias de la construcción con una forma 
verbal de pretérito perfecto, como muestra (13). Y, a pesar de no estar documentado en 
el corpus, también son posibles el resto de formas de pasado del indicativo: pretérito 
indefinido, imperfecto y pluscuamperfecto, como muestra la gramaticalidad de los 
ejemplos de (14)15:
(13) - Este es mi cuarto, ¿verdad que sí? Mira que si me he equivocado y me he metido en un 
orfanato... (MENDICUTTI, Eduardo (1991): El palomo cojo, CREA)
(14) - Luis no se pasó por la fiesta, ¿no?
- Yo diría que no. Mira que si se confundió de día / mira que si estaba enfermo / mira que si 
había salido cuando le llamamos.
c) Rasgos sintácticos
El carácter idiosincrásico de la construcción se extiende al ámbito de la sintaxis. En 
primer lugar, resulta difícil proponer un análisis de sus constituyentes: ¿funciona mira 
como un predicado cuyo complemento es la proposición introducida por que?, 
¿funciona que como un complementante que selecciona una construcción condicional? 
Igualmente, si se acepta que la proposición que encabeza si es una condicional, la 
apódosis de dicha condicional se omite sistemáticamente. Por todo ello, resulta difícil 
adscribir la construcción a uno de los patrones oracionales del español.
En cuanto a los procedimientos de expansión, resulta imposible coordinar dos 
construcciones introducidas por mira que si mediante la conjunción y, como muestra la 
imposibilidad de (15). En cambio, sí resulta posible coordinar dos o más proposiciones 
que quedan bajo el dominio de mira que si, como demuestran numerosos ejemplos del 
corpus (16-17).
(15) *Mira que si es tu padre y mira que si nos pilla.
(16) - Este es mi cuarto, ¿verdad que sí? Mira que si me he equivocado y me he metido en un 
orfanato... (MENDICUTTI, Eduardo (1991): El palomo cojo, CREA)
(17) Mira que si me echo a bailar y me ven, y en recompensa echan a mi Juan de donde lo 
han metido. (MARTÍN RECUERDA, José (1981): El engañao, CREA)
Ahora bien, desde el punto de vista semántico, la construcción favorece una 
interpretación secuencial de las proposiciones, y no una mera relación de adición. La 
segunda proposición se interpreta como posterior a la segunda, e incluso adquiere un 
15 No tenemos en cuenta el pretérito anterior, puesto que es una forma en claro retroceso.
cierto matiz consecutivo. De hecho, la segunda proposición es informativamente más 
relevante que la primera.
3.2.2. Rasgos funcionales
La caracterización funcional de la construcción resulta aún más compleja, puesto que el 
significado de la construcción parece oscilar entre la expresión del temor y la sorpresa 
y, además, resulta difícil explicar estos valores desde la modalidad o la ilocución. Todas 
las ocurrencias de la construcción analizadas expresan un valor modal epistémico. 
Mediante esta construcción, el hablante introduce en el universo de creencias del 
interlocutor un supuesto que, pese a ser evaluado como poco probable, no deja de ser 
posible. Muy frecuentemente el supuesto introducido es evaluado como negativo para el 
hablante, el destinatario o ambos, como se observa en los siguientes ejemplos.
(18) Y los mendigos, no digamos: a este cabrón parece que le han dado cuerda, no para de 
pedir. Tengo miedo. ¡Mira que si se cabrea y me da un navajazo! Estoy por darle cinco duros 
para que me deje en paz. (El Mundo, 01/03/1994, CREA)
(19) Seguro que a Priscila no la mareabas tanto como a mí... Y ahora que la nombro: ¿cómo 
es que tarda tanto? ¡Mira que si te está poniendo los cuernos con Roberto...! (SANCHÍS 
SINISTERRA, José (1994): El cerco de Leningrado, CREA)
El valor pragmático de temor se mantiene incluso en ausencia de contenido 
proposicional, en aquellos casos en los que la construcción se suspende desde el inicio.
(20) ¿Qué habrá pasado en todo este tiempo? Que hayamos estado incomunicados durante 
tantos días ha sido, por un lado, una tranquilidad, pero... esta llamada me aterroriza. ¡Mira que 
si...! (PARDO DE SANTAYANA, José Ignacio (2001): El beso del chimpancé, CREA)
(21) Mira que si... No quiero ni pensarlo. (HIDALGO, Isabel (1988): Todas hijas de su 
madre, CREA)
En muchos casos, el valor de temor se concreta en actos de habla de advertencia. En el 
siguiente diálogo, tras conocer que la hablante A no ha pagado las tasas 
correspondientes a su certificado de matrimonio, el hablante B le advierte de que el 
matrimonio podría no ser válido. La elección de la construcción con mira que si 
determina la fuerza pragmática del enunciado: se trata de un acto de habla de 
advertencia, aunque posee una escasa fuerza argumentativa determinada por el valor 
epistémico débil que la construcción asigna al supuesto.
(22) A: Ahí me casé yo y como me cambié de iglesia tenía que pagar.
B: Ahí hice yo la comunión. y todavía no ¿Y todavía no has pagado? 
A: Todavía no he pagado 
B: Pues te tendrán por el cambio de iglesia te tendrán apuntadita ahí. Mira que si no te vale mi 
mira que si no te vale la boda (Conversación 1. Universidad de Alcalá de Henares, CREA)
Puede suceder, asimismo, que el supuesto no sea evaluado negativamente. En esos 
casos, el valor pragmático de la construcción consiste en señalar el carácter de sorpresa 
o extrañeza de la situación que se describe. Así, en el siguiente ejemplo, la hablante 
expresa su sorpresa ante la posibilidad de que una bebida alcohólica pueda ser un 
remedio eficaz para la lepra, con las consecuencias que ello le acarrearía.
(23) Pero tonta de mí, en qué estaría pensando yo, en vez de darle el puré con el masticador 
de metal, que era lo que tenía que hacer, le di un cuba libre que me estaba tomando yo, que era 
lo que no tenía que hacer, y yo, inocente de mí, me tomé el puré de zanahorias del niño leproso... 
Entonces el pobrecito, como no tenía costumbre de beber ginebra, con la borrachera empezó a 
dar saltos y a gritar: ¡Estoy curado! ¡Ya no soy un niño leproso!... Y yo me dije para mí: mira 
que si la ginebra cura la lepra... y ahora resulta que me dan el premio Nobel... (VALLEJO, 
Alfonso (1980), Cangrejos de pared, CREA)
3.3. Las construcciones con mira que si en una red de construcciones
Como se señaló en §2.3, las construcciones no se almacenan de forma aleatoria en la 
mente de los hablantes. De acuerdo con la Gramática de Construcciones, el conjunto de 
construcciones que constituye el conocimiento lingüístico de un hablante conforma una 
red de construcciones o constructicón. En la organización de dicha red, intervienen 
diversos tipos de relaciones, especialmente relaciones de herencia entre esquemas e 
instancias, pero también relaciones metafóricas y metonímicas, y relaciones entre partes 
de construcciones. Estas últimas resultan de especial interés para la explicación de la 
construcción que nos ocupa.
La construcción “mira que si + proposición” se relaciona con dos construcciones 
existentes en español: por una parte, con las construcciones en las que interviene el 
marcador apelativo mira16; y, por otra, con las construcciones condicionales. Esta 
relación se pone de relieve en el siguiente ejemplo, fragmento de una conversación en 
que una mujer cuenta un sueño. Tras introducir en el relato su temor a volar empleando 
la construcción con mira que si, la hablante inicia una reformulación explicativa que se 
abre con el marcador apelativo mira e incluye también una construcción condicional 
con si.
(24) Y me asomo me voy a asomar a una ventana, pero resulta que es que era la ventana del cuarto de 
baño del otro piso. Ydigo: "pues no me voy a echar a volar porque mira que si estoy despierta y 
me mato, porque porque mira, estoy en el otro piso y si estoy despierta y me caigo me 
espachurro. No, no me echo a volar, cualquier se arriesga porque sí" y no me eché a volar. Luego 
16 Acerca de construcciones con verbos de percepción, véase J. M. GARCÍA-MIGUEL [2005].
ya no me acuerdo qué pasó. (Domicilio particular, conversación familiar, Segovia, 19/04/91, 
CREA)
Como se puede comprobar en el ejemplo, la construcción comparte con el marcador 
mira un valor fático, que, en términos relevantistas, puede explicarse como una llamada 
ostensiva hacia la relevancia del enunciado [S. PONS 1998: 217]. Comparte, asimismo, 
un aspecto básico con las construcciones condicionales: el planteamiento de la prótasis 
en términos hipotéticos. Sin embargo, como se ha señalado apartados precedentes, la 
construcción “mira que si + enunciado” no hereda todas las propiedades de las dos 
construcciones preexistentes: por una parte, a diferencia de lo que sucede con el 
marcador discursivo mira, la construcción ha perdido posibilidades de flexión; por otra, 
la distribución de formas verbales y su interpretación en la construcción analizada no 
coincide con el funcionamiento prototípico de las construcciones condicionales.
4. Consideraciones finales
El análisis de estructuras gramaticales en contextos interaccionales plantea una 
dificultad metodológica importante para el lingüista interesado en este ámbito de 
estudio: la necesidad de incorporar a la Gramática tipos de información asociada 
generalmente a otras disciplinas lingüísticas. Con frecuencia, esta dificultad conlleva 
una incomunicación entre los especialistas dedicados al estudio de la lengua oral y los 
gramáticos teóricos, puesto que los problemas que presentan las estructuras 
gramaticales propias de la oralidad no coinciden con los intereses de la mayoría de 
teorías sintácticas actuales.
En esta comunicación, se ha intentado poner de relieve que, lejos de suponer un 
problema, la especial relación que se establece entre entonación, morfosintaxis y 
significado en muchas construcciones interactivas, como la construcción “mira que si + 
proposición”, está en total consonancia con los presupuestos de un acercamiento 
construccional a la gramática.
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