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Trastornos del sueño mas frecuentes en los niños

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Trastornos del sueño más 
frecuentes en los niños
T r a s t o r n o s d e l s u e ñ o m á s f r e c u e n t e s e n l o s n i ñ o s
Augusto Quevedo Vélez, MD. 
Médico Pediatra 
Profesorde Pediatria 
Facultad de Medicina 
Universidad de Antioquia, Medellin - Colombia Profesor de 
Cuidado Intensivo Pediátrico 
Hospital Universitario San Vicente de Paúl, Medellin. 
1. Generalidades. 
El estudio científico del sueño proviene de 
dos entes principales, por un lado la vertiente 
psicológica que se inicia con la publicación de 
la interpretación de los sueños por Sigmund 
Freud a principios del siglo XX y por otro lado 
la vertiente neurofisiológica a partir de 1953 
cuando Eugene Aserinsky y Nathaniel Kleitman 
descubrieron el sueño de movimientos oculares 
rápidos (MOR). La primera busca dilucidar el 
contenido, el significado y la función psíquica 
de los sueños y la segunda investiga sobre su 
naturaleza y función biológica. Algunos auto-
res marcan las diferencias entre el proceso del 
sueño como elemento biológico y la experiencia 
del sueño como conquista del desarrollo de la 
persona. 
A pesar de tener diferencias conceptuales y 
funcionales importantes ambas corrientes con-
vergen al atribuir al sueño un papel organizador. 
Los métodos de registro polisomnográficos que 
incluyen el electroencefalogramas, electrooculo-
grama, electromiografía, registro de frecuencias 
cardiaca, respiratoria, tensión arterial, presión 
parcial de oxígeno arterial, presión parcial 
de dióxido de carbono arterial y temperatura 
corporal, son útiles no sólo para el diagnóstico 
y la investigación de algunas enfermedades 
neurológicas sino también en la evaluación 
de los trastornos del sueño, las enfermedades 
psiquiátricas y en la evaluación de los efectos 
de algunos fármacos psicotrópicos. 
Entre un 20 y 30% de los niños sufren 
trastornos del sueño de importancia suficiente 
para generar preocupación de los padres y 
consulta médica. 
2. Fisiología del sueño. 
A pesar del reposo aparente que existe durante 
el sueño en éste se produce una gran actividad 
eléctrica cerebral cuyo registro permite dividirlo 
en varios estadios principales: el de movimientos 
oculares rápidos (MOR) y el que no tiene estos 
movimientos (No MOR). 
El sueño No MOR, que usualmente pre-
cede al MOR, se subdivide en cuatro niveles 
dependiendo de la profundidad, graduados 
por la dificultad para despertar al durmiente. 
El nivel 1 se encuentra al inicio del sueño, con 
el adormecimiento ligero o estado hipnagógico, 
dura varios minutos, los pensamientos consisten 
en imágenes sueltas o mini-dramas en los que 
el individuo se puede despertar fácilmente. Los 
registros electroencefalográficos alfa y beta de 
la vigilia desaparecen y son reemplazados por 
actividad de bajo voltaje. El nivel 2 es un poco 
CCAP  Módulo 1 Octubre de 2001  3
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Trastornos del sueño más frecuentes en los niños 
más profundo y se caracteriza por la aparición 
de ondas en huso y ondas trifásicas conocidas 
como complejos k en el vértex con ritmo lento 
de base. Corresponde al 50% del total de sueño 
del adulto. Los niveles 3 y 4 se caracterizan por 
las ondas delta en un 30 hasta más del 50% res-
pectivamente; corresponden al sueño profundo 
y la dificultad para despertar al individuo es 
mayor. Las fases 4 y 5 se denominan sueño de 
ondas lentas por su baja frecuencia. También 
se ha llamado sueño delta. 
Posteriormente al sueño No MOR se pasa al 
MOR que lleva su nombre por que se producen 
movimientos oculares rápidos, irregulares y 
esporádicos. También se ha llamado sueño 
paradójico porque a pesar de la gran relajación 
muscular los ritmos electroencefalográficos se 
parecen a los de la vigilia. Corresponde al20 a 
25% del total de sueño del adulto. Su registro 
electroencefalográfico se asemeja más al de 
vigilia que al de cualquier otra fase o nivel. En 
este momento la respiración se hace irregular, 
hay taquicardia, se eleva la presión arterial, 
aumenta el consumo de oxígeno, disminuye 
la sensibilidad del centro respiratorio al C02 y 
también se producen erección peneana y lubri-
cación vaginal. Es característica la relajación 
muscular marcada interrumpida ocasional-
mente por movimientos mioclónicos de corta 
duración sobre todo de los músculos de la cara y 
las manos. Las ensoñaciones vívidas e intensas 
aparecen principalmente durante esta fase. Se 
debe destacar la similitud de los registros elec-
troencefalográficos durante el sueño MOR con 
los de la vigilia, especialmente el ritmo theta. 
Este último aparece durante la vigilia y se ori-
gina en la corteza temporal, fundamentalmente 
en el hipocampo. Aparece cuando se asumen 
conductas no instintivas que sean cruciales 
para la supervivencia como son las respuestas 
elaboradas frente a la información procedente 
del medio. En 1969 se descubrió otro momento 
en el que aparecía este ritmo: el sueño MOR. El 
hipocampo y el neo córtex son las estructuras 
nerviosas básicas para el almacenamiento de la 
memoria. Existe una relación estrecha entre la 
duración y la cantidad del sueño MOR con el 
proceso de aprendizaje durante la vigilia y con 
la memorización. 
El sueño cursa con ciclos repetidos durante 
la noche de aproximadamente 90 minutos de 
duración. Se inicia con el No MOR 1, Y progresa 
hasta el sueño profundo, fase 4, para llegar pos-
teriormente al MOR. Aparecen 4 a 6 ciclos de 
sueño durante la noche y la duración del sueño 
MOR se incrementa a lo largo de ésta con cada 
ciclo, en el primero es de 10 minutos y en el 
último es de 40 (véanse la figura 1). 
Figura 1. Patrón de sueño normal
3. Diferencias entre el sueño 
del niño y el del adulto. 
Los niños no sólo duermen más sino de modo 
diferente a como lo hacen los adultos. En el 
feto no se encuenta período de vigilia hasta la 
semana 32 de gestación y antes de ésta el feto se 
encuentra en un estado de sueño permanente. 
Desde la semana 12 de vida intrauterina se 
diferencian dos estados diferentes de sueño fetal: 
el primero se caracteriza por tener movimientos 
oculares, respiración irregular y contracciones 
musculares, ocupa el 50% del sueño fetal y 
parece corresponder a un MOR primitivo; el 
segundo es más tranquilo, sin movimientos 
oculares y sugiere ser un sueño delta embrio-
nario. El MOR diferenciado aparece primero, 
en la semana 29 de gestación y el No MOR en 
las semanas 32 a 35. 
El recién nacido sano duerme en promedio 16 
horas de las 24, de 12 a 20, sin diferenciar día y 
noche ye150% del sueño es MOR. La estructura 
del sueño también es diferente pues se llega 
directamente del estado de vigilia al MOR, sin 
pasar por el de ondas lentas, esto continúa así 
hasta los 3 a 5 meses de vida cuando el sueño 
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Augusto Quevedo Vélez
Figura 2. Evolución de las fases del sueño con la 
edad 
empieza por el No MOR 1. Los ciclos son más 
cortos con un promedio de duración de 20 
minutos. Esto significa que el recién nacido 
puede despertarse frecuentemente, gemir o 
tener actividad muscular pero si el ambiente es 
tranquilo, cómodo y no se le molesta, vuelve a 
dormirse fácilmente. 
A los 3 meses de edad el lactante duerme 
más tiempo durante el día pero todavía puede 
despertarse varias veces en la noche. En este 
momento ya hay diferencias entre las cuatro 
fases del sueño No MOR en el EEG y el niño 
puede permanecer en etapa 2 entre un 0% y un 
40% del tiempo de su sueño. 
los 6 meses la mayoría de los n1nos duermen 
un promedio de 15 horas diarias y se establece 
el patrón diurno nocturno. Por lo expuesto es 
mejor esperar hasta esta edad antes de empren-
der alguna acción con los lactantes que tienen 
alteración del sueño. 
La cantidad de veces que el lactante se 
despierta en la noche es función de su edad 
cronológica y tiene tendencia a disminuir entre 
los tres y los seis meses de vida para luego vol-
ver a incrementarse entre los nueve y los doce 
meses. Este aumento coincide con el período 
del desarrollo psico-social en el que seproduce 
la angustia de separación. 
A los 14 meses el niño duerme principal-
mente en la noche pero por lo común necesita 
una siesta en el día. A partir del segundo año de 
vida ya está bien establecido que el sueño delta 
aparezca principalmente en la primera mitad de 
la noche y el MOR en la segunda, patrón que 
se conserva hasta la edad adulta. 
Alrededor de los 5 años de edad el niño 
pasa 12 horas en vigilia incluso sin necesidad 
de siesta. En el período escolar el promedio de 
sueño es de 10 horas y durante la adolescencia, 8 
a 9 horas. Desde los 6 años de edad hasta los 12 
el porcentaje de sueño MOR permanece estable 
entre un 20 a un 22%, el mismo del adulto, pero 
el No MOR disminuye a expensas de la etapa 
4, la cual en promedio constituye un 18% entre 
los 6 a 7 años y un 14% a los 11 años. Durante 
la infancia los ciclos del sueño se modifican y 
se prolonga su duración hasta 90 minutos cada 
uno y la proporción de sueño MOR se reduce 
gradualmente hasta los 6 a 7 años cuando se 
alcanza el porcentaje correspondiente a los 
adultos.(Figura 2) 
4. Insomnio en los niños 
Existe una gran diferencia entre el insomnio 
de los niños pequeños y el de los adultos. Un 
adulto insomne permanece despierto a pesar 
de sus propios deseos de dormir. El lactante o 
el preescolar permanecen despiertos pero en 
este caso a pesar de los deseos y esfuerzos de 
sus padres para que se duerma. La forma de 
insomnio de los adultos probablemente no ocurra 
en los niños antes de la edad escolar. 
En el lactante y el preescolar el insomnio 
generalmente es secundario al condicionamien-
to y a la formación de hábitos inadecuados. 
También son importantes en estas etapas de la 
vida la angustia de separación, las pesadillas y 
los terrores nocturnos. El insomnio por hábitos 
inadecuados de sueño se presenta casi todas las 
noches y a veces incluso en varias oportunidades 
en la misma noche mientras que las pesadillas 
y los terrores por lo regular son ocasionales. La 
formación de hábitos inadecuados se expresa en 
la clínica con trastornos como la alimentación 
nocturna condicionada, el llanto nocturno 
condicionado, el llanto nocturno por temor, la 
oposición a ir a la cama y la necesidad condi-
cionada de dormir con los padres. 
6  Precop SCP
Trastornos del sueño más frecuentes en los niños 
Aquellos niños con inicio agudo de llanto 
nocturno deben ser evaluados para descartar 
alguna causa de dolor agudo. 
Existe otra diferencia importante entre la 
infancia y la vida adulta en cuanto a las conse-
cuencias de la privación del sueño: los niños que 
no duermen bien y están fatigados, paradójica-
mente pueden estar excitados y activos, lo que 
les dificulta conciliar el sueño, mientras que los 
adultos disminuyen su actividad física y mental 
notoriamente. El insomnio en el niño no sólo 
lo afecta a él sino también a su familia, la vida 
de pareja de sus padres e incluso el desempeño 
laboral de los mismos lo que puede modificar la 
conducta de los padres y la expresión del amor 
hacia el niño e incluso precipitar el maltrato 
al menor. 
Incidencia. El llanto y la alimentación 
nocturna condicionados ocurren aproximada-
mente en un 30% de los niños. La frecuencia 
de la oposición a ir a la cama y del hábito de 
dormir con los padres es de un 35%. Mansky 
y Edelbrock estudiando poblaciones de niños 
de 2 y 3 años encontraron que la frecuencia 
de compartir la cama ocasionalmente con los 
padres era de 55%, que sucedía en épocas de 
estrés menor o de alteración de la rutina familiar 
y que los niños que lo hacen frecuentemente, 
más de una vez a la semana, tienen mayor inci-
dencia de trastornos del sueño Se cree que este 
hábito favorece algunos trastornos del sueño 
por reforzar conductas inadecuadas, retardar 
la búsqueda de soluciones a los problemas de 
base y por que altera la capacidad del niño de 
autorregular su sueño. 
Evaluación. Para evaluar los niños con 
trastornos del sueño hay que hacer una historia 
clínica completa y hacer hincapié en algunos 
aspectos especiales. El lugar donde duerme el 
niño es importante, si es en cuna o cama pues 
para los que duermen en cama sin baranda y 
con la puerta abierta es más fácil salirse de la 
habitación y pasarse a la cama de los padres. 
Se deben evaluar las condiciones para dormir: 
si se duerme con la luz apagada, si la puerta 
permanece abierta y si comparte la habitación 
con otras personas. Hay que preguntar a los 
padres cómo hacen dormir al niño, si lo mecen, 
le cantan o lo alimentan para inducir el sueño. 
Si lo colocan en la cuna despierto o dormido. 
Como los trastornos más frecuentes son los 
condicionados, es necesario saber qué conductas 
adoptan los padres cuando su hijo se despierta 
a media noche: retirarlo de la cama, mecerlo, 
pasarlo a la cama de ellos o quedarse en el cuarto 
del niño. La edad de inicio del problema puede 
dar una orientación general sobre su causa. Los 
que aparecen en el primer mes de vida tienen 
relación con el síndrome comúnmente llamado 
cólico del lactante. Los que se inician luego del 
cuarto mes de vida se asocian con el condicio-
namiento inadecuado de-hábitos alimentarios 
nocturnos. Los que se inician entre los 6 y 18 
meses tienen íntima relación con la angustia de 
separación. Siempre que el inicio del llanto sea 
agudo se debe descartar un trastorno orgánico. 
Indagar con el niño y sus padres si los temores 
se relacionan con sucesos del día, estrés, con 
eventos familiares recientes, problemas de la 
pareja o de la familia. Los tratamientos previos 
con sedantes, hipnóticos u otros fármacos se 
deben registrar ya que pueden modificar o 
empeorar el trastorno. 
Por último, hay que preguntar acerca de lo 
que los padres piensan sobre el problema del 
niño, si creen que el llanto sea nocivo o peligroso 
y como toleran el llanto nocturno. 
5. Alimentación nocturna 
condicionada 
Los niños con este trastorno se alimentan en 
varias oportunidades, de 1 a 4 veces, entre 
la medianoche y la madrugada. A los cuatro 
meses el 95% de los niños duermen 6-8 horas 
continuas durante la noche sin necesitar la ali-
mentación de las 2 amo Todo niño mayor de 4 
meses que pida alimentación a las 2 am sugiere 
tener una alimentación nocturna condicionada. 
La causa más frecuente de este problema es 
la alimentación frecuente durante el día que 
origina dificultad para aumentar los intervalos 
durante la noche. Es más frecuente en niños 
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Augusto Quevedo Vélez
que reciben alimentación materna, sobre todo 
cuando existe la costumbre de ofrecer pecho 
cada vez que lloran. Existe la creencia de que 
si el niño se alimenta muchas veces durante 
el día y está lleno, va a dormir mejor, cuando 
realmente ocurre lo contrario, mientras más 
veces se alimente en el día más veces va a pedir 
en la noche. 
Tratamiento. Definitivamente hay que 
prolongar los intervalos de la lactancia mater-
na durante el día, ojala que sean mayores de 
4 horas. La introducción de la alimentación 
complementaria a partir de los cuatro meses 
también disminuye la incidencia de este pro-
blema al introducir alimentos más ricos en 
calorías a la dieta. A medida que los intervalos 
de alimentación se aumentan en el día la petición 
nocturna disminuye. 
Algunos recomiendan que los n1nos mayores 
de 4 meses alimentados al pecho que no ganen 
peso adecuadamente y que se despierten con 
deseo de comer en la noche, además de los 
cambio dietarios en el día, reciban un cereal 
a la 11 pm pues las calorías extras alivian su 
hambre y le permiten dormir mejor. 
Se debe evitar la práctica de dar tetero para 
dormir a los niños pues favorece la caries, la 
otitis media y los condicionamientos dietarios 
inadecuados. Los niños que duermen con el 
tetero en la cama, además de los problemas 
anteriores, se despiertan frecuentemente en la 
noche y piden que se les llene. Si el niño tiene 
necesidad de succionar a la hora de dormir se 
le puede ofrecer un chupo. 
Durante el proceso de tratamiento, cuandoel 
n1no, mayor de cuatro meses, se despierte en la 
noche pidiendo alimento, se le debe ofrecer pero 
cada vez en menor cantidad. Si recibe tetero, 
disminuir una onza cada dos noches y si recibe 
alimentación materna, reducir gradualmente el 
tiempo de la amamantada e idealmente ofrecerle 
sólo una vez en la noche. La mayoría de los niños 
se mejoran en una o dos semanas. 
6. Llanto nocturno 
condicionado. 
Se presenta en niños mayores de 4 meses y su 
característica es que a pesar de la alimentación 
de la media noche se despiertan llorando, pero 
se calman rápidamente cuando se cargan. 
Sucede cuando los niños obtienen algún tipo 
de ganancia secundaria durante la noche al 
cargarlos, cantarles o jugar con ellos. A menudo 
son arrullados, aun cuando no estén llorando, 
se duermen fuera de la cuna y por eso nunca 
asocian el sueño con ésta. Cuando se despiertan 
esperan que su madre les ayude a dormir de 
nuevo y la convierten en su objeto transaccional. 
Algunas veces se inicia a partir de una enferme-
dad aguda en la que las atenciones nocturnas 
se incrementan o luego de un cambio en el 
ambiente del sueño como sucede luego de un 
cambio de residencia o un viaje. 
Tratamiento. El niño debe acostumbrarse 
a dormir en su cama o cuna en las siestas y en 
la noche. Cuando esté somnoliento debe ser 
colocado allí. Si se duerme arrullado ocasio-
nalmente, no hay problema, pero ésta no debe 
ser la norma. 
Es imposible pensar que los padres no inter-
vengan cuando el niño llora en la noche pero 
sí debe recomendarse que la intervención sea 
mínima. Si llora más de cinco minutos los padres 
pueden visitarlo pero sin encender la luz ni reti-
rarlo de la cama ni tampoco lIevárselo rutinaria 
mente a su propia cama. Se verifica que esté bien, 
se acompaña por un corto tiempo, se tranquiliza 
y se motiva para que se duerma. Cuando esté 
parado en la cama no debe esperarse a que se 
acueste, sino que luego de la corta compañía se 
deja pues el niño debe ser capaz de acostarse 
solo. El sucede nada malo, tranquiliza al niño 
y no refuerza las conductas demandantes. Si 
continúa llorando pueden visitarlo por períodos 
cortos cada veinte minutos. El llanto puede 
durar de media a dos horas pero si los padres 
limitan su intervención el problema disminuye 
en varias noches. En ocasiones puede funcionar 
una orden firme de irse a dormir. 
8  Precop SCP
Trastornos del sueño más frecuentes en los niños 
Los padres deben saber que el manejo impli-
ca un poco de llanto, aclararles que este no es 
dañino y que si el problema no se trata adecua-
damente puede persistir hasta los 3 o 4 años. 
La revisión periódica y el apoyo permanente a 
la familia es fundamental porque además del 
problema del niño, frecuentemente se producen 
dificultades en la pareja y aun laborales. 
7. Llanto nocturno por temor. 
Los niños con esta clase de llanto se ven teme-
rosos y ansiosos al estar solos en su cuarto. La 
mayoría tienen entre 6 y 18 meses de edad. Por 
lo general es un trastorno transitorio que dura 
de una semana a un mes y se resuelve espontá-
neamente. Los episodios son de corta duración 
demorándose entre uno y cinco minutos. La 
causa más frecuente es la angustia de separa-
ción, que se manifiesta también durante el día 
con ansiedad y llanto al ver extraños o cuando 
dejan de ver a su madre. Se puede desencadenar 
a partir de un estrés que refuerce la angustia de 
separación, como cambio de niñera, retorno de 
ja madre al trabajo, enfermedad en la familia o 
problemas de pareja. Los casos más difíciles de 
manejar son los que están asociados con el llanto 
nocturno condicionado y de allí la importancia 
del abordaje preventivo y lél terapia precoz antes 
de los 6 meses de edad. 
Tratamiento. La angustia de separación es 
real y los padres deben acompañar a sus hijos 
en esos momentos. Hay varias cosas que pueden 
disminuirla como son dejar la puerta abierta y la 
luz encendida mientras se corrige el trastorno, 
darle al niño algún objeto transaccional como 
un peluche y además un juguete para que juegue 
con él si se despierta. En los casos leves en los 
cuales se encuentra una causa desencadenante, 
basta con tranquilizar a los padres y explicar 
la naturaleza transitoria del problema. En los 
casos severos en menores de 18 meses en los 
que se presenta llanto persistente y vómito, es 
importante que los padres se queden con el niño 
por algún tiempo, retirarse en 15 a 20 minutos 
y volver si es necesario, con lo que gradualmen-
te el niño adquiere tolerancia a la separación, 
comprendiendo que sus padres están ahí, así 
no los vea. Con los niños mayores de 18 meses 
tal vez no sea adecuado quedarse. pues en esta 
edad puede ser una conducta condicionada con 
la cual quieren tener ganancia secundaria. Hay 
que tener en cuenta que la angustia de separación 
puede tener bases reales y que por ejemplo, las 
jornadas laborales de los padres efectivamente 
estén separándolos de sus hijos y por esto es 
tan importante expresarles el amor durante el 
tiempo que se comparta. 
8. El rechazo a la cama y 
la costumbre de dormir 
con los padres. 
Son niños que rechazan ir a la cama y aún 
quedarse en el cuarto: Sin embargo, en la 
forma más común, se quedan en su cuarto 
pero prolongan el tiempo para ir a la cama con 
preguntas persistentes, peticiones poco razona-
bles, protestas, llanto o pataletas. Salen de su 
cuarto en repetidas ocasiones y se pasan al de 
los padres. Se debe aclarar que en este caso no 
hay temores, sino que se trata de una conducta 
manipuladora con la que el niño encuentra la 
manera de posponer la ida a la cama para tener 
actividades extras. 
Tratamiento. Hay que establecer ciertas 
normas con el sueño para poder crear un hábito 
sano. Las peticiones que tengan carácter mani-
pulador se deben ignorar. Si el niño sale de su 
cuarto debe ser devuelto a la cama y advertirle 
enérgicamente que permanezca allí. Si la con-
ducta persiste y el niño es muy pequeño, puede 
ser eventualmente necesario colocar un pasador 
en la puerta sobretodo para evitarle peligros 
como caer por las escaleras, quemarse con el 
agua caliente de los grifos, salir de la casa, usar 
cosas peligrosas como el fuego, la electricidad o 
instrumentos cortopunzantes. Cuando el niño se 
pasa a la cama de los padres debe ser devuelto 
a la suya. Si por alguna causa sé duerme en la 
cama de los padres se debe trasladar a su cuarto. 
Estos casos son más un problema de disciplina 
que un trastorno del sueño propiamente dicho. 
Siempre se debe pensar que puede ser manifes-
tación de un problema de relación subyacente 
y tratar de aclararlo. 
CCAP  Módulo 1 Octubre de 2001  9
Augusto Quevedo Vélez
En los lactantes y preescolares no está indi-
cado el manejo farmacológico con hipnóticos o 
sedantes pues como vimos, la mayor parte de 
los llamados insomnios dependen de conductas 
condicionadas y de hábitos inadecuados. Ade-
más, si bien los fármacos pueden producir una 
mejoría transitoria los estudios muestran poco 
beneficio a largo plazo. Los efectos secundarios 
incluyen tolerancia, dependencia, síndrome de 
abstinencia, efecto paradójico con hiperactivi-
dad e insomnio y sobre todo, oculta la causa 
de base y permite que los hábitos inadecuados 
continúen. 
En circunstancias extremas de desajuste 
personal y familiar generado por el trastorno 
se pueden usar los hipnóticos por 3 o 4 días 
combinados con la terapia correctiva de base. 
persistente, pausas respiratorias durante el 
sueño-, están contraindicados toda clase de 
sedantes o hipnóticos por el riesgo de agravar 
la situación. 
En los niños escolares y en los adolescentes 
hay que buscar cuáles son las causas desenca-
denantes del problema, tales como dificultades 
en la familia, la escuela, con los amigos, en la 
pareja, y siempre tener en cuenta la posibilidad 
de la depresión, el trastorno de pánico, el tras-
torno de estrés post-traumático y el síndrome 
de hiperactividad con déficit de atención. La 
intervención farmacológica es útil cuando selogra identificar alguno de los últimos cuatro 
problemas. 
9. El síndrome de las piernas 
inquietas. 
Ocurre aproximadamente en un 5% de la pobla-
ción y en un tercio de los casos hay historia 
familiar positiva. Entre 30 y 40%de los casos 
ocurren en menores de 15 años. Se caracteriza 
por un conjunto de sensaciones desagradables 
en los miembros inferiores, principalmente en 
las piernas, de las cuales las más frecuentes son 
las parestesias. Aparecen durante el reposo, al 
sentarse y al acostarse, y se alivian al caminar o al 
mover las piernas. El movimiento de las piernas 
se puede volver incontrolable e interferir con el 
sueño y otras actividades en las que se necesite 
permanecer sentado durante algún tiempo como 
ir al cine o en las clases escolares. El trastorno 
se aumenta en las noches y produce insomnio 
con hipersomnolencia diurna. 
Se debe hacer diagnóstico diferencial con 
las neuropatías periféricas y con la acatisia por 
neurolépticos. En las primeras, las parestesias 
no desaparecen con el movimiento y el examen 
neurológico y la electromiografía son anormales. 
En la segunda, el trastorno es fundamentalmente 
motor, no hay parestesias y está la historia de 
ingesta del fármaco. 
La etiología en la mayoría de los casos es 
desconocida. Se asocia en algunos casos con 
anemia ferropénica y exceso de cafeína. Por 
estudios neurofisiológicos se ha encontrado una 
anormalidad de los receptores opiáceos y esto 
explica por que se alivia con la morfina y sus 
derivados y que la naloxona evite la mejoría. 
El tratamiento depende de la severidad del 
síndrome y de la repercusión sobre el sueño y 
el desempeño diurno del niño. Hay que evaluar 
si el trastorno es primario o es secundario a un 
síndrome anémico, exceso de cafeína y tratar 
etimológicamente. En las formas primarias las 
benzodiazepinas y los opiáceos son efectivos 
para controlar los síntomas, pero los efectos 
indeseables como la tolerancia y la dependencia 
los dejan como última opción y sólo para los 
casos severos en los que fallen otras modalidades 
terapéuticas. También son útiles la carbama-
zepina y la levodopa. La estimulación eléctrica 
transcutanea (TENS) es útil y se prefiere como 
terapia inicial.
10. Síndrome de apnea 
obstructiva del sueño 
(SAOS). 
Este síndrome se incluye en la descripción de 
los trastornos del sueño por su importancia 
creciente, la severidad de sus complicaciones 
y la efectividad de su tratamiento. 
Fisiopatología. Los músculos intercostales 
y el diafragma al contraerse originan presiones 
10  Precop SCP
Trastornos del sueño más frecuentes en los niños 
negativas en las vías aéreas e inducen el paso de 
aire hacia los alvéolos. Por su arquitectura, la 
faringe carece de las estructuras cartilaginosas 
u óseas que la mantengan abierta, a diferencia 
de la nariz, la tráquea y los bronquios. Por lo 
anterior, durante la inspiración es necesario que 
también se contraigan los músculos dilatadores 
de la vía aérea. Durante el sueño MOR hay una 
alta vulnerabilidad a la obstrucción, secundaria 
a la disminución marcada del tono muscular. 
En los niños la causa más frecuente del 
síndrome de apnea obstructiva del sueño es 
la obstrucción anatómica, principalmente la 
hiperplasia adeno-amigdaliana. 
Etiología. En la mayoría de los niños se 
encuentra una lesión anatómica que obstruye 
la vía aérea. El tipo de lesión depende de la 
edad del niño pero las más frecuentes son la 
hipertrofia adeno-amigdaliana (60-70%) Y las 
malformaciones maxilofaciales (15-20%). 
Clínica. El diagnóstico se basa en el inte-
rrogatorio de los padres en el que se debe 
preguntar específicamente sobre ronquido noc-
turno, dificultad respiratoria y pausas durante 
el sueño. El ronquido ocasional se presenta en 
9 a 27% de los niños sanos, pero un ronquido 
fuerte, persistente y que interrumpa el sueño, 
es anormal. Se debe preguntar si hay pausas 
respiratorias durante el sueño, a menudo refe-
ridas como la desaparición inquietante de todo 
ruido, seguido de una respiración profunda, 
sueño agitado y gesticulación en la cama. Es 
frecuente la diaforesis nocturna. Los niños se 
despiertan frecuentemente pidiendo agua. En 
la mañana están fatigados, a menudo tienen 
cefalea y hay mal rendimiento escolar. 
Diagnóstico. En la gran mayoría de los casos, 
se basa en el interrogatorio de los padres y en 
el examen clínico del niño. Si se sospecha la 
hiperplasia adenoidea puede ser de ayuda la 
radiografía del cávum. No se puede olvidar que 
una placa normal no descarta la obstrucción pues 
no es un estudio dinámico que reproduzca las 
condiciones de tono muscular que se encuen-
tran durante el sueño. La polisomnografía es el 
método más acertado para valorar y cuantificar 
la apnea del sueño pero su disponibilidad y 
costo la hacen poco práctica. 
Complicaciones. Las mas graves son las car-
diovasculares como el cor pulmonale secundario 
a la hipoxia e hipercarbia crónicas. A pesar de 
su gravedad reveirte al quitar la obstrucción. El 
retardo pondo estatural y los trastornos sico-
motores y neurológicos también desaparecen 
al retirar la obstrucción. 
Tratamiento. Todos los casos deben ser 
tratados. El tratamiento se orienta a corregir 
etiológicamente la causa y retirar quirúrgica-
mente lo que produzca la obstrucción 
11. Las parasomnias. 
El término parasomnia hace referencia a un 
grupo de conductas poco frecuentes que apa-
recen durante el sueño y que pueden originar 
dificultades en quienes las padecen y en sus 
familias. En pediatría las más importantes son 
el sonambulismo, la somniloquia, las pesadillas, 
los terrores nocturnos, la enuresis y el golpeteo 
cefálico (jactatio capitis nocturnus). 
11.1. Sonambulismo. 
Un 15% de los niños han caminado alguna vez 
mientras duermen y un tercio de ellos lo hacen 
regularmente. El sonambulismo se manifiesta 
por conductas inconscientes que se inician con 
actividad motriz repetitiva y automática. El 
niño ejecuta actos sin propósito definido como 
sentarse en la cama ocasionalmente caminan-, 
abrir y cerrar puertas, encender y apagar luces, 
vestirse o desvestirse, comer o ir al baño. Los 
ojos están abiertos pero está inconsciente. La 
actividad motriz es torpe y lo puede exponer 
a peligros. El episodio dura de 5 a 20 minutos 
y en este tiempo es muy difícil despertarlo. Es 
excepcional que el sonámbulo tenga conducta 
agresiva. Si el niño despierta durante el episodio 
está confuso y tiene amnesia de lo sucedido. 
Algunas veces vuelve a la cama y otras se acuesta 
en sitios diferentes. 
Ocurre con más frecuencia en los niños de 4 
a 15 años, hay predominio del sexo masculino 
CCAP  Módulo 1 Octubre de 2001  11
Augusto Quevedo Vélez
y tiene tendencia familiar con un patrón poco 
definido. Por lo general desaparece en la ado-
lescencia y sólo raras veces vuelve a presentarse 
en la tercera o cuarta década de la vida. 
El sonambulismo ocurre durante las fases 
3 y 4 del sueño No MOR -sueño delta-, que 
corresponde al sueño más profundo. Estas fases 
aparecen entre una y tres horas de iniciado el 
sueño y por lo tanto el trastorno se observa en 
las primeras horas de la noche. Tratamiento. El 
niño se debe llevar suavemente a su cuarto y no es 
necesario que se despierte cosa que por lo demás 
es difícil, y que de hacerse sólo le aumentaría 
la confusión. Hay que evitar a toda costa los 
accidentes en el hogar. Está contraindicado que 
el niño duerma en camarotes y se recomienda 
cerrar la puerta del cuarto para prevenir las 
caídas por las escaleras, cerrar bien la puerta 
de la casa para que el niño no se extravíe, o 
sea atropellado por un vehículo o mordido por 
un perro. Las conductas que aparecen durante 
el sueño profundo como el sonambulismo y 
los terrores nocturnos se exacerban cuando 
hay privación del sueño, debido a que en los 
días posteriores aumenta el sueño delta. En 
los sonámbulos se debe evitar el trasnocho y 
recomendar una adecuada rutina de sueño. 
11.2. Pesadillas y terrores nocturnos. 
Las pesadillas son muyfrecuentes en niños y 
adolescentes pero pueden ocurrir durante toda la 
vida. Aproximadamente un 30% de los jóvenes 
reportan por lo menos un episodio en el último 
mes. Se presentan más frecuentemente que los 
terrores nocturnos. Es una vivencia desagradable 
y angustiante que hace despertar al individuo. 
El contenido de las pesadillas depende del 
momento del desarrollo del niño. Se especula 
mucho sobre este contenido antes de aparecer el 
lenguaje verbal. Los lactantes tienen pesadillas 
relacionadas con la separación de sus padres, 
en los preescolares aparecen los monstruos 
imaginarios y en los escolares se incluyen los 
peligros reales y la muerte. 
Los episodios ocurren durante el sueño MOR 
y se ven con mayor frecuencia en la segunda 
mitad de la noche. El niño se despierta del todo, 
súbitamente, angustiado, pero está alerta y con 
mucha frecuencia describé detalles del sueño 
desagradable. Si se trata de un preescolar puede 
ser difícil que vuelva a conciliar el sueño, pero 
los mayorcitos ya pueden ser conscientes de la 
naturaleza onírica del fenómeno y se duermen 
espontáneamente. Es común que los niños 
recuerden y comenten lo sucedido al otro 
día. Las pesadillas no siempre se asocian con 
problemas de conducta ni con vivencias des-
agradables. Las formas persistentes son raras 
pero también se ven. Hay que buscar eventos 
estresantes durante el día como la violencia en 
él televisión o en películas de video grabadora, 
experiencias familiares o personales traumáticas, 
disfunción de los vínculos afectivos familiares y 
en los casos severos trastornos psicopatológicos 
como el trastorno de angustia o el síndrome de 
estrés postraumático. El manejo debe ser etio-
lógico, identificando la causa que lo origina y 
sintomático en el manejo de la situación aguda. 
En el momento del episodio se debe tranquilizar 
al niño, aclarándole que sólo es un mal sueño 
y ya pasó. Si no se tranquiliza, se le acompaña 
un poco y le puede dar algo de seguridad dejar 
la puerta abierta mientras pasa la crisis. Puede 
ayudar en el manejo que el niño hable de sus 
sueños durante el día. 
Los terrores nocturnos ocurren en un 5% de 
los niños, principalmente entre los 4 y 7 años de 
edad. En algunos niños se han reportado desde 
los 6 meses de edad y un reducido número conti-
núan con ellos hasta la vida adulta. Se presentan 
en promedio a los 90 a 100 minutos de iniciado 
el sueño. Su iniciación es súbita, con gran ansie-
dad y síntomas del sistema nervioso autónomo 
como taquicardia, taquipnea, midriasis, palidez y 
sudación. El niño tiene los ojos abiertos pero está 
en un sueño profundo. Se acompaña de gritos, 
llanto y gesticulación. Hay actividad motriz; el 
niño se sienta, se puede parar, y como incluye 
imágenes del medio en su terror, puede haber 
reacción de huida. El episodio dura entre 10 Y 
30 minutos y los intentos por despertar al niño 
son infructuosos. Los afectados se despiertan 
espontáneamente muy confusos y con amnesia. 
Los terrores nocturnos se ven durante el sueño 
12  Precop SCP
Trastornos del sueño más frecuentes en los niños 
delta ( fase 4 No MOR) Y por eso aparecen en 
el primer tercio de la noche. La privación del 
sueño, que induce aumento compensatorio del 
delta, aumenta la frecuencia de los episodios. 
Con frecuencia aparecen en el niño pequeño 
cuando deja de hacer la siesta diurna porque 
al prolongarse el período de vigilia se aumenta 
la profundidad del sueño nocturno. 
El trastorno se produce por una tendencia 
familiar a tener ensoñaciones durante el sueño 
profundo, pero se puede exacerbar por priva-
ción del sueño u otros trastornos como la apnea 
obstructiva. También hay factores psico-sociales 
desencadenantes que se deben evaluar adecua-
damente. El tratamiento incluye la promoción 
de los hábitos adecuados de sueño, sicoterapia 
en quienes se encuentren situaciones psico-
sociales que estén influyendo, buscar y tratar 
los otros trastornos del sueño concomitantes 
y tranquilizar a la familia sobre la naturaleza 
benigna del problema. La farmacoterapia está 
reservada sólo para aquellos casos severos, 
que interfieran de una manera importante en 
la vida de los niños y sólo como coadyuvante 
transitorio de la terapia etiológica. Se usan los 
medicamentos que disminuyen el sueño delta 
y los fenómenos de despertar parcial como los 
antidepresivos tricíclicos y las benzodiazepinas. 
Para el manejo del episodio agudo lo primero 
es tratar de calmar al niño pero sin intentar 
despertarlo porque el sueño es muy profundo y 
al hablarle duro o sacudirlo puede aumentar la 
ansiedad y la tendencia a huir; se le debe hablar 
lentamente y con baja intensidad y encender la 
luz de la habitación para que no confunda las 
imágenes. Si al acariciar al niño se agita más, es 
mejor no hacerla. Se debe explicar a los padres 
que no hay manera de acortar los episodios. 
Proteger de los peligros como ya se explicó en el 
apartado de sonambulismo y advertir a quienes 
cuidan a estos niños qué hacer en el caso de 
que los padres no estén. 
11.3. Golpeteo cefálico o jactatio 
capitis nocturnus. 
Este trastorno se observa con alguna frecuencia 
y se caracteriza porque el niño golpea con su 
cabeza repetidamente la almohada o la cama a 
la hora de dormir. Se manifiesta en los niños de 
6 a 30 meses de vida y en algunos puede llegar 
a convertirse en un problema. Las causas más 
frecuentes son una conducta de autoestimu-
lación, aburrimiento, una forma de llamar la 
atención; puede hacer parte de una pataleta o 
ser una sensación placentera ya que se liberan 
endorfinas. Si se le presta atención exagerada 
puede convertirse en un hábito condicionado 
con posible consecuencia de manipulación de 
los padres. El manejo consiste en no prestar 
atención y evitar intervenir, colocar un protector 
de tela o caucho en la cabecera de la cama y como 
último recurso colocar el colchón en la mitad 
del cuarto. Si este es caliente y seguro.
12. Conclusiones y 
recomendaciones. 
1. Existen diferencias cuantitativas y cualitativas 
importantes entre el sueño de los niños y el 
de los adultos y el personal de salud debe 
conocerlas. 
2. El sueño no sólo es un proceso fisiológico 
complejo sino también una vivencia y un 
hábito, y está influido por el momento del 
crecimiento y desarrollo del niño, su per-
sonalidad y sus vínculos con los padres, la 
familia y la cultura. 
3. Las clasificaciones internacionales de los 
trastornos del sueño y del despertar son 
básicamente de adultos y tienen grandes limi-
taciones para su aplicación en pediatría. 
4. La puericultura debe ser la actividad central 
del quehacer pediátrico con miras a tener 
niños sanos, creativos, inteligentes, autóno-
mos, solidarios y felices. 
5. Los trastornos del sueño más comunes en 
pediatría tienen que ver con la formación 
de hábitos condicionados y se pueden pre-
venir con una orientación adecuada de los 
padres. 
6. En todo trastorno del sueño se debe tener en 
cuenta la posibilidad de la apnea obstructiva 
y buscar sus síntomas y signos. 
CCAP  Módulo 1 Octubre de 2001  13
Augusto Quevedo Vélez
13. Lecturas recomendadas. 
1. Winson, J. El significado de los sueños. Investigación y ciencia. 
Barcelona: 1991, 172: 44¬51. 
2. Aserinsky, E., Kleitman, N. Regularly ocurring periods of eye 
movements and concomitant fenomena during sleep. Science 
(118)4; 1953: 273¬274. 
3. Houzel, D. Trastornos del sueño del niño y del adolescente 
En: Levobici, S., Diatkine, R. y Soule, M. Tratado de siquiatria 
del niño y el adolescente, Tomo IV. Madrid (Esp.), Ed. Cast. 
1997: 162-183. 
4. Smith, S. Sleep disorders in children In: Swaiman, K. Pediatric 
Neurology. Vol 1. Mosby Company, 2000: 149-156. 
5. Guzmán, E. Sueño, sueños y aprendizaje. Acta Médica Colom-
biana. Ju11999. (17) 4: 258-265. 
7. Lingappa, VR Farey K. Physiological Medicine. NewYork, 
McGraw-Hill, 2000. 
8. Wise, MS. Parasomnia in children. Pediatr Ann 1997;26:427. 
9. Hay WW, Hayward AR, Levin M, Sondheimer JM. CurrentPediatrics Diagnosis and Treament. New York, Lange medical 
books, 2001. 
14  Precop SCP
Trastornos del sueño más frecuentes en los niños 
ex
am
en
 c
on
su
lt
ad
o
1 . Señale la respuesta correcta 
sobre los trastornos 
 del sueño:
a. Son raros en los niños 
b. Se presentan en menos de un 20% de los 
niños 
c. Se presentan entre un 20 al 30% de los 
niños 
d. Sólo se presentan a partir de la pubertad 
e. Rara vez generan consulta médica 
2. Señale la aseveración 
incorrecta sobre los terrores 
nocturnos: 
a. Aparecen en la fase 4 del sueño No Mor 
b. El niño suele tener síntomas autonómicos 
c. Suceden en la fase de sueño MOR 
d. Suceden en las primeras horas luego de 
dormirse 
e. El niño está agitado con los ojos abiertos 
pero en sueño profundo 
3. Señale la aseveración 
correcta sobré las pesadillas: 
a. El niño mayor suele recordar lo que soñaba 
al despertarse 
b. Ocurren durante el sueño No MOR 
c. El niño no se despierta a pesar de sus 
esfuerzos 
d. Aparecen principalmente en los lactantes 
e. Necesitan tratamiento con benzodiazepinas 
CCAP  Módulo 1 Octubre de 2001  15
Augusto Quevedo Vélez
ex
am
en
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on
su
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ad
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4. La terapia para los sonámbulos 
incluye lo siguiente excepto: 
5. Hace parte de la prevención 
de los trastornos del sueño lo 
siguiente excepto: 
a. Medidas de protección como cerrar puertas 
de los cuartos y del baño 
b. Acompañarlos a la. cama durante el evento 
agudo 
c. Difenilhidantoína a la hora de acostarse 
d. Evitar la privación del sueño pues se exacerba 
e. Explicar a la familia la naturaleza transitoria 
en la mayoría de los casos 
a. Tener un lugar propio para dormir luego de 
los 4¬5 meses de edad 
b. Promover en los niños un horario regular de 
sueño 
c. Retirar de la cama a los niños que se des-
piertan llorando en la noche y acostarlos 
con lo padres 
d. No ofrecer bebidas con4cafeína en horas de 
la tarde y en la noche 
e. Evitar la lactancia excesiva durante el día. 
f. Evitar la lactancia excesiva durante el día.

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