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IIDOM MISERICORDIA

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Paz y bien, Familia santarrosina.
Este segundo domingo de Pascua, 
llamado también de la Divina 
Misericordia, y durante mucho tiempo 
el “domingo de quasimodo”, era el día 
en el que en los primeros tiempos de la 
Iglesia los que habían sido bautizados 
en la noche de Pascua concluían la gran 
semana de la fiesta de su bautismo. 
Hoy, aquellos nuevos cristianos dejaban 
los vestidos blancos que habían recibido 
en la Vigilia Pascual y eran considerados 
ya cristianos adultos. También hoy, 
nosotros, con nuestra oración nos 
renovamos como hijos de Dios y nos 
unimos a Cristo resucitado.
Lectura del Evangelio según san Juan
Ocho días después, estaban reunidos los
discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con
ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de
ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego
le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca
tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi
costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás
le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús
añadió: “Tú crees porque me has visto;
dichosos los que creen sin haber visto”.
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de
sus discípulos, pero no están escritos en este
libro. Se escribieron éstos para que ustedes
crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y
para que, creyendo, tengan vida en su
nombre. Palabra del Señor.
Gloria a Tí Señor Jesús
Nos unimos en oración y respondemos a nuestras peticiones diciendo:
1. Para que Cristo resucitado ilumine a nuestra familia santarrosina, y todos demos siempre testimonio de la resurrección con 
valor. Roguemos al Señor.
2. Para que la alegría que nos da Cristo resucitado anime a muchas jóvenes a entregarle su vida por entero en la vida religiosa.
Roguemos al Señor.
3. Para que la Pascua de Cristo transforme a los que ejercen autoridad en el mundo, y los comprometa más en la construcción de 
una sociedad más justa y fraterna. Roguemos al Señor.
4. Para que los que buscan y aún no han llegado a la fe, tengan la dicha de poder creer sin ver. Roguemos al Señor.
5. Para que Jesús sea nuestro Dios y Señor, y nos ayude a tener un solo corazón y una sola alma en el amor. Roguemos al Señor.
OREMOS
Señor, Dios nuestro, que en tu gran
misericordia nos has hecho nacer de
nuevo para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de entre los
muertos; escucha nuestra oración y
acrecienta en nosotros la fe pascual, para
que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo
visto, consigamos, como meta de nuestra
fe, la salvación de nuestras almas. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Yo te saludo ¡Oh colegio Amado! Feliz hogar de amor y de paz. 
En cuyo lábaro por privilegio airosa brilla nuestra Rosa del 
Perú (bis) 
Dentro tus aulas la luz hemos hallado. Que nuestras mentes al 
sol hace brillar. Y tu vida nunca habrá terminado Por donde 
quiera nos toque caminar. Por el saber que tú nos has 
entregado un nuevo mundo debiéramos lograr ¡Oh, colegio sin 
igual! Prometemos llevar muy en alto tu nombre en la verdad. 
(bis) 
Ante la patria nuestro deber sagrado es el aliento que nos 
impulsa a actuar Conservando nuestra alma inmaculada 
Seremos si cristianas de verdad. En un momento tal vez hoy 
ignorado. Tus enseñanzas nos toque practicar y en tu 
recuerdo encontrar, la alegría de vivir, y también la alegría de 
triunfar. (bis)