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ETLS Evaluación y manejo del trauma ADIEL GARCÍA CUÉLLAR Copyright©2017 Adiel García Cuéllar Diseñado y producido por: Adiel García Cuéllar / Publicaciones EMS Calle Pascual Orozco No. 19 Colonia Central de Abastos C.P. 87399 Matamoros, Tamaulipas Curso ETLS Evaluación y manejo del trauma Derechos reservados ©2017 por Adiel García Cuellar / Publicaciones EMS Todos los derechos reservados. Está publicación está protegida por los derechos de autor. Ninguna parte de la misma puede reproducirse, almacenarse en ningún sistema de recuperación inventado o por inventarse, ni trasmitirse de ninguna forma ni por ningún medio electrónico o mecánico, incluidas fotocopias sin autorización escrita del autor. ISBN: en trámite ADVERTENCIA: Debido a los rápidos avances en las ciencias médicas, el tratamiento, el tipo de fármaco, la dosis, etc. deben verificarse en forma individual. El (los) autor (es) y los editores no se responsabilizan de ningún efecto adverso derivado de la aplicación de los conceptos vertidos en esta publicación, la cual queda a criterio exclusivo del lector. Reproducir está obra en cualquier formato es ilegal, infórmate es: info@cempro.org.mx Créditos de producción Dirección editorial: Publicaciones EMS Diseño de portada: LDG. Eleazar Maldonado San Germán Diseño de interiores: LDG. Blanca Lydia Sánchez Zamora Coordinador de proyecto: Ma. DPM Cuidado de la edición: Olga Adriana Sánchez N. Impreso en México / Printed in Mexico 2 Editor en Jefe Adiel García Cuéllar Paramédico, Licenciado en Servicios de la Salud y Maestro en Educación, Jefe de Batallón, MED-ACT Emergency Medical Services, Estados Unidos de América Autores y Revisores Andrés Felipe Alegría Vidal Paramédico de Vuelo Instructor Titular, CIE Diancecht, Colombia Jeferson Alexander Caicedo Paramédico y Regente de Farmacia Instructor Titular, CIE DIANCECHT - Docente Universidad Santiago de Cali USC, Colombia Martín Ariel Castaño Paramédico y Profesional en Salud Ocupacional, Universidad del Quindío, Colombia Instructor Titular, CIE DIANCECHT, Colombia Betzabeth Coromoto Orellana Especialista en Anestesiología Instructora Titular, CIE Diancecht, Colombia Pedro Alejandro Elguea Echavarría Médico Especialista en Medicina del Enfermo Adulto en Estado Crítico Hospital Ángeles Pedregal, México Everardo Fernández Rangel Médico Especialista en Medicina Interna y Subespecialista en Medicina del Enfermo en Estado Crítico Jefe de Terapia Intensiva, Hospital Star Médica San Luis Potosí, México Pedro Armando Gutiérrez Álvarez Paramédico Instructor Titular, CIE DIANCECHT - Docente del Instituto de Educación, Cruz Roja Colombiana, Colombia Jorge Liceaga Casas Especialista en Medicina de Urgencias Adscrito al Departamento de Urgencias IMSS HGZ 38 e ISSSTE UMF, México 3 Antonio José Losada Médico de Urgencias Instructor Titular, CIE Diancecht, Colombia Diana Estela Martínez Chávez Licenciado en Enfermería y Especialista en Enfermería Clínica Avanzada en Cuidado Pediátrico Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México Camilo Andrés Moncada Paramédico de Vuelo Instructor Titular, CIE DIANCECHT, Colombia Héctor Manuel Payán Valdez Especialista en Medicina de Urgencias Presidente de la Academia de Medicina de Urgencias, México Alejandro Antonio Rendón Morales Especialista en Urgencias Médico Quirúrgicas Profesor Titular diplomado UMQ Centro Nacional “Dr. Ernesto Giovanni Porras”, México Wilmar D. Riascos Delgado Médico de Urgencias Coordinador Médico, CIE Diancecht, Colombia Johnnathan Rivera Nieto Paramédico de Vuelo Director General, CIE Diancecht, Colombia Víctor H. Rodríguez Botero Paramédico Especialista Aeromédico y en Cuidados Críticos - Diplomado en Docencia Universitaria Director Académico, CIE Diancecht, Colombia Flor Haydeé Sánchez Sandoval Especialista en Urgencias Médico Quirúrgicas Adscrita al Departamento de Urgencias IMSS HGZ 42, México Jefa de Urgencias del Hospital San Javier Marina – México 4 Colaboradores Ricardo Castillo Zavala Licenciado en Psicopedagogía Augusto Flavio Figueroa Uribe Pediatra Urgenciólogo y Toxicólogo I. Gabriela Torruco Domínguez Médico General 5 6 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trauma es un problema de salud que va en incremento significante en todo el mundo, ya que cada día mueren 16 000 personas por trauma y miles más son lesionadas, muchas de ellas con séquelas permanentes. Estas estadísticas, notablemente ocurren en países de bajo estatus socioeconómico. Emergency Trauma Life Support (ETLS) quiere jugar un papel importante en el descenso de la mortalidad y morbilidad por trauma en Latinoamérica, estableciendo un estándar alcanzable y asequible, pero efectivo. Toda la medicina practicada hoy en día debe de ser medicina basada en evidencias; sin embargo, hay que tomar en cuenta que no siempre se cuenta con todas las tecnologías que facilitan el trabajo clínico y por lo que se tiene que practicar la medicina basada en existencias. Los Servicios de Urgencias Médicas (SEM) deben ser sencillos, sustentables, flexibles y eficientes. La OMS declara que un SEM debe tener comunicación, activación y respuesta oportuna para poder evaluar, tratar y transportar a los pacientes y que ‘hay escasa evidencia de que los abordajes más avanzados de la atención prehospitalaria son inherentemente superiores a las intervenciones menos costosas, pero eficaces.’ Hay que no caer en la tentación de importar algún modelo costos de SEM, antes de asegurarnos que el SEM de nuestro país sea oportuno, de calidad y que atiendan lo básico. Aparte, hay que asegurarnos que la educación forme parte del plan del plan estratégico. Emergency Trauma Life Support es recomendado para todos los profe- sionales de urgencias médicas y utiliza conceptos básicos en el manejo del trauma para asegurar el mejor resultado para nuestros pacientes. 7 Introducción 8 Prólogo Después de varios días de congreso, Víctor, Johnnathan y Adiel, se tomaban un café, casi a media noche, en el aeropuerto de Lima, Perú, mientras esperaban sus vuelos de regreso a sus países. La plática los llevó a un análisis de la situación de los países de habla hispana y la necesidad de educación continuada de calidad, y ahí nació el proyecto del programa Emergency Trauma Life Support, el cual es ya una realidad. Este trabajo unió a un gran grupo de personas y profesionales que incansable y desinteresadamente decidieron apoyar en el escrito y en la revisión de cada uno de los capítulos que hoy ven plasmados en este papel y así como en la didáctica del curso; es un logro conjuntar a estos seres extraordinarios con la capacidad de confiar en un nuevo proyecto, y con disposición para hallar el tiempo dentro de sus múltiples ocupaciones para llevarlo a cabo. Les aseguramos que lo que hoy tienen en sus manos se hizo con pasión, dedicación y con la excelencia que usted, profesional en urgencias médicas, merece recibir como información relevante y con la clara visión de que toda esta ciencia médica sea puesta en práctica para ayudar a aquellas personas lesionadas por trauma en pro de alargar su tiempo de vida. Éste es el inicio de una nueva era, de un nuevo programa, de cientos de instructores que serán formados, de miles de proveedores que serán certificados, y de millones de vidas que salvarán en cada país donde llegaremos con nuestro ETLS. 9 10 Dedicatoria Para todos los profesionales de urgencias médicas que día a día combaten contra la misma muerte. Adiel Esto es por Matias, el amor de mi vida; Miriam, la mujer de mis ojos; Lorena, Lizeth, y Cesar, los amo, estoy orgulloso de ustedes y espero que lo esten de mi; Hernando hasta el cielo, se que estas muy orgulloso de cada logro. Víctor 11 Contenido Capítulo 1 Fisiopatología del trauma Leyes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Factores que afectan las fuerzas . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Desaceleración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Compresión y aplastamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Colisión de vehículos automotores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Choques frontales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Choques laterales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Choques posteriores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Choques angulares y volcaduras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Eyecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Atropello de un paciente adulto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Atropello de un paciente pediátrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Colisión de ciclistas y motociclistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Choque frontal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Choque angular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Eyección del paciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Derrapar la motocicleta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Explosiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Caídas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Trauma penetrante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Lesiones por armas de baja energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Lesiones por armas de mediana y alta energía . . . . . . . . . . . . . 35 Capítulo 2 Evaluación de la escena Seguridad de la escena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 Equipo de protección personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Número de pacientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Mecanismo de lesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Recursos adicionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 12 Manual ETLS Capítulo 3 Evaluación del paciente Evaluación inicial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Evaluación rápida o enfocada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Prioridades en el trauma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Historial clínico y examen físico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Colisiones en vehículos automotores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Trauma penetrante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Reevaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Prioridades de transporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Capítulo 4 Vía aérea y ventilación Anatomía y fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Vía aérea superior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Vía aérea inferior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Ventilación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 Evaluación de la vía aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Evaluación de la ventilación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Manejo de la vía aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Dispositivos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Dispositivos supraglóticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Dispositivos avanzados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Intubación asistida por fármacos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Vía aérea quirúrgica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Ventilación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Vía aérea difícil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Trauma craneal cerrado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Trauma de columna cervical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Trauma maxilofacial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Lesiones directas a la vía aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Disrupción de la vía aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 Capítulo 5 Shock y control de hemorragias Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Shock hipovolémico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 Shock cardiogénico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Shock obstructivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Shock distributivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 13 Contenido Signos y síntomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Tratamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 Torniquete . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Hemorragia interna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Reanimación con líquidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Soluciones para infusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Reanimación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Capítulo 6 Traumas craneal, cuello y espinal Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Anatomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 Etiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Lesiones de cabeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Lesiones del cuero cabelludo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Fracturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Lesiones del cerebro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Lesiones extra-axiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 Lesiones intra-axiales . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Evaluación cerebral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Situaciones especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 Tratamiento del trauma craneano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Lesiones del cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 Tratamiento de lesiones no medulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 Lesiones en la columna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 Lesiones de la médula espinal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 Tratamiento de lesiones de la columna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 Técnica de restricción del movimiento espinal . . . . . . . . . . . . . . 145 Lesiones en cara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 Lesión en ojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 Lesión en oídos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 Lesiones periodontales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 Capítulo 7 Trauma de torso Anatomía y fisiología de tórax . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 Lesión por estallido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 Evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158 14 Manual ETLS Neumotórax simple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158 Neumotórax abierto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 Neumotórax a tensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 Tórax inestable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Fractura del esternón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Hemotórax . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164 Taponamiento cardiaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164 Contusión pulmonar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Lesión traqueobronquial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 Contusión cardiaca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 Rotura de miocardio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 Commotio cordis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 Lesiones del diafragma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 Asfixia traumática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 Trauma abdominal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 Evisceración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 Lesión hepática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 Lesión esplénica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174 Lesión pancreática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 Lesión del tracto gastrointestinal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 Lesión renal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177 Lesión vesical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Fracturas pélvicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Ultrasonido de urgencias y cuidados críticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 Capítulo 8 Trauma musculoesquelético Fuerza directa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184 Fuerza indirecta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184 Fracturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 Clasificación de las fracturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 Amputación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186 Lesiones en tejidos blandos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 Luxaciones, subluxaciones y diastásis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 Lesiones en músculos y tendones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 Lesiones vasculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 Evaluación y manejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 Examen físico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191 15 Contenido Síndrome compartimental y síndrome por aplastamiento . . . . . . 194 Tromboembolismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 Manejo del dolor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 Férula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197 Capítulo 9 Trauma por quemaduras Anatomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204 Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 Quemaduras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 Quemadura térmica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 Quemadura de vías respiratorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208 Quemadura química . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Quemadura eléctrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Lesiones por corriente eléctrica (no quemadura) . . . . . . . . . . . 210 Quemadura por radiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210 Quemadura por irradiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Severidad de la quemadura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 Profundidad de la quemadura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Extensión de la quemadura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219 Manejo y tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219 Analgesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . 225 Reevaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 Quemadura superficial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 Quemadura de espesor parcial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 Quemadura de espesor total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 Quemadura eléctrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 Quemadura química . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 Quemadura por radiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Capítulo 10 Trauma ambiental Termorregulación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 Producción del calor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 Efectos fisiológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 Emergencias por calor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236 Manejo general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237 Síncope por calor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238 16 Manual ETLS Calambres por calor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 Agotamiento por calor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 Golpe de calor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 Emergencias por frío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244 Manejo general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246 Pie de trinchera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247 Congelamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247 Hipotermia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250 Emergencia por rayos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 Manejo de lesiones por rayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 Ahogamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 Diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256 Tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 Capítulo 11 Poblaciones especiales Trauma pediátrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 Mecanismos de compensación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 Patrones de lesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268 Evaluación y manejo pediátrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269 Trauma geriátrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272 Patrones de lesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275 Evaluación y manejo geriátrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 Trauma en el embarazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279 Patrones de lesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281 Trauma en el feto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 Evaluación y manejo de la embarazada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 Capítulo 12 Triage Sistemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 Triage START . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288 Triage Jump START . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 Triage MASS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292 Triage SALT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298 17 Contenido Capítul o 1 Saber cuál fue la historia previa y posterior al accidente, calcular la energía involucrada en un accidente, y conocer los daños físicos, son datos clave que nos permiten tener una idea clara sobre lo sucedido y qué lesiones potenciales tiene el paciente. Esa historia debe quedar consignada en la historia clínica, permitiendo que todo el personal de salud que maneje el paciente, desde el accidente hasta su salida del hospital, esté enterado de la evolución detallada del paciente con sólo leer la historia clínica. Conocer las tres etapas en un accidente y cómo afectan directamente al paciente son conceptos básicos que todo profesional en urgencias médicas debe conocer. La primera etapa previa al accidente comprende reconocer cuál fue la causa del accidente y los acontecimientos previos a éste. Cuando los pacientes son de edad avanzada se deben buscar problemas clínicos Fisiopatología del trauma El manejo óptimo de un paciente politraumatizado depen- de de la identificación oportuna de sus lesiones y del tratamiento efectivo proporcionado por Profesionales en Urgencias Médicas (PUM). La identificación de las lesiones depende no sólo de una evaluación física completa, sino de sospechar las lesiones potenciales en el paciente. Para sospechar esas lesiones se debe conocer la fisiopatología del trauma y, con base en esto, buscar las lesiones donde sea posible que puedan estar. como una de las causas del accidente, sin embargo, si el paciente es joven hay que considerar consumo de alcohol y drogas como una de las causas probables, aunque no se debe asociar siempre esta relación, ya que un joven puede tener patologías preexistentes y pacientes de edad avanzada pueden haber consumido drogas y/o licor. Se debe recordar que las causas afectaron previamente el accidente, ya sea por condiciones climáticas, zonas inseguras, entre otras, de la misma forma pueden afectarnos cuando lleguemos a la escena. La segunda etapa del accidente comienza con la descarga y el impacto entre dos objetos, o un objeto y el paciente. La tercera etapa de un accidente comienza inmediatamente después de que se ha transmitido la energía a los cuerpos. Aquí el paciente empieza a presentar el trauma, que es la lesión que ocurre en el cuerpo de un paciente. Algunos cambios sólo se van a notar después de varios minutos u horas. Por eso es muy importante conocer las etapas anteriores y tener un alto índice de sospecha. (Ver cuadro 1) Todas las energías se rigen por varias leyes que son imposibles de romper, y que tienen que cumplir todos los cuerpos. Reconocer estas leyes y conocer la anatomía humana, nos dará las herramientas para conformar un análisis de las escenas de un trauma, conocer qué tanta energía estuvo involucrada en un accidente y tener un alto índice de sospecha acerca de las lesiones que puede tener un paciente. Leyes Antes que nada debemos definir varios conceptos. Uno de ellos, es la velocidad (v), que esla distancia (en metros, kilómetros, etc.) que recorre un objeto en una unidad de tiempo (segundos, minutos u horas). Otro concepto a conocer es la gravedad (g), que es la fuerza de atracción que ejerce el planeta Tierra a cualquier objeto sobre éste. La aceleración es la proporción en la que cambia la velocidad un cuerpo, independiente de la masa de un cuerpo que cae es 9.8 m/s2. 20 Manual ETLS 1 2 3 4 5 6 Cuadro 1. Tipos de energía que generan trauma en el cuerpo Mecánica resulta del movimiento, energía cinética de uno o dos cuerpos, (p. ej., un choque automovilístico). Potencial consiste de un cuerpo que está a punto de comenzar un movimiento, (p. ej., un albañil que está en el techo de una casa a cinco metros de altura, si éste cayera, la gravedad sería su fuente de energía potencial). Térmica resulta de la fricción y cambios de temperatura, (p. ej., las quemaduras). Eléctrica resulta de una electrocución, (p. ej., una descarga de un rayo). Barométrica resulta de un cambio de presión, (p. ej., las que se producen en la inmersión en aguas profundas o cambios atmosféricos por altitud). Química resulta de la reacción de agentes, (p. ej., ácidos o incluso medicamentos). 21 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma Para conocer la energía cinética debemos aplicar esta expresión matemática: Energía cinética (EC) = 0.5 × M × V2 (M = masa del objeto en kilogramos [kg]; V = velocidad del objeto en metros por segundo [m/s]) La unidad estándar para energía cinética son Julios. La Ley de la conservación de la energía nos dice que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Esto sucede en un vehículo en movimiento, si el vehículo se desplaza a una velocidad y va a parar, parte de la energía se disipa en los frenos, donde se transforma en energía térmica, generando calor por la fricción de los frenos. Si toda la energía no se disipa y el vehículo se golpea contra un objeto, la energía se transforma en energía mecánica, dañando la superfice externa del vehículo, y a sus pasajeros. Una mayor velocidad hace que se desprenda más energía en un choque, pero el peso o la masa no incrementa mucho la energía desprendida en un choque. Por ejemplo, en un vehículo en el que viajan 2 pasajeros, uno de ellos pesa 80 kilos y el otro pesa 70 kilos, viajan a una velocidad de 50 kilometros por hora (km/h) y chocan contra una pared. Cuando chocan, el automóvil se detiene pero sus ocupantes siguen viajando a una velocidad de 50 km/h hasta que algún mecanismo de seguridad los detiene (cinturón, bolsa de aire, etc.) o cualquier otro objeto en el vehículo los detiene (volante, tablero, parabrisas, etc.). Si recordamos la fórmula de la energía cinética, EC = 0.5 (masa (kg) × velocidad2 (m/s), y hacemos el ejercicio con este ejemplo, podemos conocer la energía desprendida en Julios en este accidente: • Paciente de 80 kg a 50 km/h, su EC=([0.5 * 80kg] * [13.89m/s]2) = 7,717 Julios • Paciente de 70 kg a 50 km/h, su EC=([0.5 * 70kg] * [13.89m/s]2) = 6,753 Julios 22 Manual ETLS Ahora aumentemos a 70 km/h y vemos que pasa con cada uno de los pacientes: • Paciente de 80 kg a 70 km/h, su EC=([0.5 * 80 kg] * [19.44m/s]2) =15,117 Julios • Paciente de 70 kg a 70 km/h, su EC=([0.5 * 70 kg] * [19.44m/s]2) =13,227 Julios Como vemos, el aumento de la velocidad causa un aumento exponencial en la energía cinética, que tendrá que ser disipada al impacto. Se aumentaron 20 kilómetros por hora y los Julios desprendidos fueron de casi el doble. Sin embargo, si se aumenta un poco el peso la diferencia en Julios no es tan significativa entre los 2 pacientes. Por eso podemos estar seguros de que a mayor velocidad, aumentan proporcionalmente los daños. Las leyes del movimiento también nos dan herramientas para tener en cuenta a la hora de analizar un trauma, y la primera ley del movimiento de Newton (ley de la inercia) nos dice que “si sobre un cuerpo no actúa ningún otro, éste permanecerá moviéndose en línea recta con velocidad constante indefinidamente (incluido el estado de reposo, que equivale a velocidad cero)”. Debemos tener en cuenta la segunda ley de movimiento Newton (ley de la aceleración o de la fuerza) nos dice que “cuando se aplica una fuerza a un objeto, éste se acelera. Dicha aceleración es en dirección a la fuerza y es proporcional a su intensidad y es inversamente proporcional a la masa que se mueve”. Esta ley se manifiesta con la siguiente fórmula: Fuerza = masa (peso) × aceleración (o desaceleración). La tercera ley de Newton (ley de acción y reacción), nos dice que “para cada acción será la misma reacción en sentido opuesto” y esto lo podemos notar cuando un paciente cae al suelo, donde la fuerza aplicada al cuerpo en ese momento está dada por su peso y la velocidad en que cae y la velocidad en sentido opuesto de igual intensidad, es decir, la desaceleración. Teniendo en cuenta dichos conceptos, el profesional de urgencias médicas tiene las herramientas para poder expresar, en el hospital donde reciban el 23 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma paciente, qué fue lo que verdaderamente le ocurrió al paciente y qué tanta fuerza estuvo involucrada en el accidente. Esto debe ir acompañado del análisis de los dispositivos de seguridad que utilizaba o no el paciente y demás datos importantes para el hospital. Factores que afectan las fuerzas Varios factores pueden hacer que la energía se disperse disminuyendo las lesiones que pueden causarse. Uno de estos factores es el cuerpo, porque éste puede hacer movimientos de flexión y extensión, con lo que logra absorber energía. Sin embargo, factores como la edad, la condición física y la posición del cuerpo al momento en que se genera el trauma, pueden jugar a favor o en contra del paciente, pues no es lo mismo que un trauma se genere en un paciente de edad avanzada a que un trauma se genere en un joven atlético. Otro aspecto a tener en cuenta, es el lugar donde se genera la lesión. Si se aplica la misma energía para golpear a un hombre, tanto en el muslo como en la mano, podemos estar seguros que la masa muscular que hay en el muslo dispersará mejor la energía que en la mano, es por eso que podremos encontrar más lesiones en la mano. Hoy existen muchos dispositivos de seguridad para los vehículos, como son las barras laterales, cinturones de seguridad, bolsas de aire, entre otros. Muchos de estos dispositivos ayudan a dispersar la energía en un accidente, sin embargo se debe evaluar la escena para ver cómo se encuentran estos dispositivos. Por lo que es importante saber que el hecho de que éstos se hayan activado, no descarta una lesión en los pacientes. La dirección de la fuerza de aplicación es importante para saber cuál energía se disipó. Por lo tanto, no es lo mismo en un accidente de tránsito, un golpe frontal, a uno lateral o posterior. Asímismo, conocer si un área del cuerpo fue golpeada es importante, pues esto será la diferencia entre un traumatismo contuso a un traumatismo penetrante. En un trauma contuso, la energía a la que es sometido un tejido se dispersa en un área, sin causar penetración del tejido. Al contrario en un trauma 24 Manual ETLS penetrante, la energía no se disipa totalmente, causando que el tejido sea atravesado. Factores más comunes son las heridas por arma de fuego donde actúan mecanismos básicos de intercambios de energía como en la cavitación, o armas punzocortante o corto contundentes. Desaceleración Cuando en un vehículo viajan pasajeros y se detiene abruptamente por otro objeto, el vehículo para su marcha y se disipa la energía cinética. El cuerpo sin embargo, continúa su movimiento, del mismo modo que los órganos internos, hasta que estos últimos son detenidos. Esta desaceleración causa múltiples traumatismos, que tal vez en primera instancia no son vistos por el profesional en urgencias médicas. Entre los traumatismos tenemos cortadas, arrancamientos o roturas de vasos, nervios, tejidos blandosy órganos con sus tejidos de conexión. Una parte del cuerpo que se afecta con frecuencia es el cerebro. En una desaceleración, el cerebro golpea contra el cráneo produciendo múltiples complicaciones, entre las que tenemos aplastamientos, desgarros, contusiones y sangrados. El examen físico inicial no descartará ninguna de estas lesiones. Otra parte del cuerpo que es muy susceptible a las desaceleraciones es la aorta. Este vaso sanguíneo, es el más grande del cuerpo y cuando se desacelera se lesiona porque el corazón se mueve y la estira. Un pequeño corte podría resultar en la pérdida total de volemia del cuerpo. La desaceleración en el abdomen también puede resultar en lesiones fatales. Por ejemplo, el hígado y/o el bazo pueden estallar, desgarrarse o desprenderse, causando hemorragias significativas. El intestino delgado también puede lesionarse y causar sangrados o paso de aire a la cavidad abdominal. Los riñones también se pueden lesionar por la desaceleración, causando desgarros en las arterias renales. 25 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma Compresión y aplastamiento Estas lesiones comienzan en el momento del impacto, cuando algunos tejidos son comprimidos por parte de algunos elementos del vehículo, entre otros el tablero, parabrisas u otro objeto que caiga sobre el paciente. Las compresiones en el tórax aumentan la presión en su interior, lo que causa lesiones directas sobre el corazón, arritmias y daños valvulares. Pueden también presentarse fracturas costales, las cuales resultan en problemas respiratorios para el paciente, así como, neumotórax o hemotórax. La compresión del abdomen en un accidente, por lo general es la consecuencia del uso inadecuado del cinturón de seguridad, aunque también existen otros mecanismos que pueden generar lesiones. Esto causa daño directo sobre los órganos afectados. Los órganos comúnmente afectados son el hígado y el bazo. Además, pueden hacerse evidentes lesiones de páncreas, intestino, desgarramiento de diafragma y lesiones en columna. La compresión de la pelvis puede causar fractura de dicha estructura, lo cual puede ocasionar daños en la vejiga, vagina, recto y plexo lumbar. La fractura de pelvis puede ser grave en un paciente debido al sangrado que puede producir. Los órganos sólidos y densos, como hígado y bazo, pueden romperse y separarse por causa de las fuerzas de compresión. Los vasos sanguíneos y los órganos huecos como pulmones e intestinos se rompen bajo la fuerza de desgarramiento. Las lesiones de aorta pueden producir una muerte rápida. El desgarramiento del peritoneo parietal también puede causar hemorragia intrabdominal. Colisión de vehículos automotores Se debe tener en cuenta las fases de los choques vehiculares, pues en cada una de ellas se presentan diferentes lesiones que afectan al paciente. La primera fase se presenta cuando el vehículo golpea otro objeto haciendo que se presente un intercambio de energía, la cual se va disipando por la deformación del vehículo. 26 Manual ETLS Choques frontales En un choque frontal, el impacto del vehículo contra otro objeto hace que se reduzca su velocidad abruptamente. Cuando esto ocurre los pasajeros que van en el vehículo, seguirán la velocidad que éste lleva, hasta que sea parado por un sistema de seguridad o por el mismo vehículo o hasta salir eyectado. En la escena debemos buscar deformaciones del volante, la huella de la rodilla en el tablero o una diana en el parabrisas, que significa que la cabeza golpeo. Al buscar estos indicios, podemos darnos cuenta del recorrido que presentó el cuerpo al momento del impacto. En el momento del impacto, un paciente puede tener dos trayectorias, la primera es hacia abajo y por debajo, cuando los miembros inferiores son los primeros que reciben el impacto, recibiendo la energía. En estos pacientes podemos sospechar de lesiones en miembros inferiores, tales como: fractura o luxación de cadera, rodilla y tobillo. El paciente puede presentar también una trayectoria hacia arriba y por arriba, donde el torso de paciente se inclina contra el volante o el tablero del vehículo; en algunas ocasiones también la cabeza puede golpear contra el parabrisas, causando traumas craneanos. La columna cervical y el dorso del paciente reciben la mayoría de lesiones entre las que se podría encontrar: fractura de columna cervical, tórax inestable, contusión miocárdica, neumotórax, hemotórax, rotura de aorta, y rotura de hígado. En un choque frontal deben sospecharse las lesiones antes descritas y documentar los daños al vehículo y al cuerpo. Choques laterales Muchas de las lesiones que ocurren en un impacto lateral son parecidas a las del impacto frontal, con la diferencia de que se producen únicamente hacia el lado que es golpeado. En este tipo de impactos la cabeza se mueve, lo que causa que el cuello se doble lateralmente en el momento que el dorso del paciente es desplazado por la energía que está recibiendo. En 27 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma ese momento, el cuello puede presentar una o varias fuerzas como son la rotación, compresión lateral, separación y distracción. Esto puede hacer que los nervios del plexo braquial se lesionen. En los choques laterales debemos sospechar también de lesiones como esguince cervical contralateral, fractura de columna cervical, tórax inestable lateral, neumotórax, hemotórax, rotura de diafragma, rotura de aorta, rotura de hígado o bazo (según el lado del impacto), fractura de pelvis. Choques posteriores El comportamiento biomecánico en un choque posterior es diferente a los anteriores. En el momento que el vehículo es golpeado por la parte posterior, éste y sus pasajeros se desplazan hacia delante. El torso se mueve hacia delante, sin embargo, la cabeza no se mueve con el torso, presentando una hiperextensión del cuello. Tal estiramiento, causa un síndrome llamado latigazo, que causa lesiones por estiramiento de las estructuras que soportan el cuello. Podemos entonces sospechar lesiones de la columna cervical, como fractura de los cuerpos vertebrales a diferentes niveles; además podemos encontrar lesión de tejidos blandos en el cuello. Choques angulares y volcaduras Cuando se presenta un choque angular, el vehículo se moverá en diferentes direcciones. En estos casos, debemos buscar evidencia de las lesiones que encontramos en los choques frontales, laterales y posteriores. Posterior a un volcamiento, los pacientes pueden presentar múltiples lesiones que se consideran graves debido a que los movimientos que se presentan son variados, múltiples y violentos. Si un paciente no lleva cinturón de seguridad agravaría su condición. Eyecciones Cuando un paciente sale del vehículo, tiene exponencialmente más probabilidades de morir que las personas que utilizan dispositivos de seguridad. Las personas que son eyectadas de un vehículo, presentan traumatismos múltiples, porque su trayectoria es incierta. 28 Manual ETLS Cuando se evidencia un paciente sin cinturón de seguridad, en el interior de un vehículo accidentado, nos sugiere que el paciente se volvió un objeto contundente para los demás pasajeros. Por esto debemos sospechar de múltiples traumatismos tanto para él, como para los demás pasajeros, sin tener en cuenta qué tipo de colisión presentó el vehículo. Por lo general ocurre con los pacientes que van en la parte posterior del vehículo sin cinturón de seguridad. Atropello de un paciente adulto Cuando se golpea a un paciente adulto, éste presenta un comportamiento distinto al de un niño. Un adulto presenta tres momentos: en el primer momento el paciente golpea la defensa, en el segundo momento golpea contra el parabrisas y el último momento golpea contra el suelo. En el primer momento, el paciente que está de pie, golpea sus piernas, rodillas y/o la pelvis contra la defensa del vehículo, por lo que puede presentar lesiones en estas áreas, éstas pueden ser desde fracturas, en las que es posible evidenciarsesangrados graves como en la pelvis, luxaciones o contusiones. En este primer momento también debemos considerar la altura del vehículo ya que algunos modelos son muy altos y otros bastante bajos. En el segundo momento, el paciente golpea con su torso y cabeza el parabrisas, causando lesiones en estas áreas. Seguido del tercer momento, donde el paciente golpea el suelo con diferentes partes del cuerpo, y dependiendo de esto pueden presentarse traumas relacionados con los de los anteriores momentos. En un adulto podemos sospechar de lesiones en cabeza, roturas traumáticas de aorta, lesión de vísceras abdominales y fracturas laterales o posteriores de extremidades porque éstos tienden a voltearse de lado o de espalda. Atropello de un paciente pediátrico El paciente pediátrico tiende a voltearse hacia el vehículo y en un primer momento, la defensa del vehículo golpea la pelvis, fémur y abdomen. Posteriormente, la parte inferior del vehículo golpea el tórax y abdomen y en el paciente se podrían encontrar lesiones cerradas en el tórax. Algunos 29 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma de los traumas que se pueden presentar son neumotórax, hemotórax, lesiones miocárdicas, entre otras. Posteriormente la cabeza golpea el suelo, lo cual puede causar fracturas de cráneo y cara, además de presentar abrasiones faciales y lesiones cerradas en la cabeza. Colisión de ciclistas y motociclistas Este tipo de pacientes pueden presentar traumas por compresión, desaceleración, aceleración y por desgarros. Las únicas medidas de seguridad que pueden llegar a tener estos pacientes son los cascos, las botas y la ropa protectora, por eso es importante conocer estos datos para saber la energía que absorbió el paciente durante el impacto. Podemos encontrar diferentes tipos de choques: frontal, lateral, expulsión y la maniobra de acostar o derrapar la motocicleta. Choque frontal En este tipo de choque el ciclista o motociclista es detenido por un objeto, y el cuerpo sigue una trayectoria hacia delante y hacia arriba hasta que otro objeto lo detenga. En este momento el paciente puede presentar dos trayectorias y cada una depende de la posición de los pies al mo- mento del impacto. En el primer caso el paciente puede tener los pies sujetos a los pedales, si esto ocurre el movimiento del cuerpo hacia delante y arriba se verá restringido, lo cual podría causarle lesiones en miembros inferiores, como fracturas de fémur, tibia y lesiones en los pies. El segundo caso que puede presentarse es que el paciente no tenga los pies sujetos en los pedales, esto hace que no haya restricción para seguir su trayecto hacia delante y arriba, donde la cabeza, el tórax y el abdomen pueden golpear el manubrio y el tanque de gasolina (depende de la posición del tanque de gasolina). En aquellos modelos de motocicletas que tienen tanques muy bajos, la pelvis es la que recibiría la energía y las lesiones. En este tipo de choques el paciente también puede presentar expulsiones y durante éstas los miembros inferiores son los que golpean el manubrio dando como resultado fractura bilateral de fémur. 30 Manual ETLS Choque angular En este tipo de choques la motocicleta golpea en un ángulo y el conductor sufre lesiones por aplastamiento en las extremidades inferiores contra el objeto. Aquí podemos encontrar fractura expuesta y conminuta. El cuerpo después de la colisión se puede desplazar hacia el frente de la motocicleta o ser expulsado, presentando otros tipos de lesiones. Eyección del paciente Cuando el conductor y sus pasajeros salen eyectados, viajarán a la velocidad del impacto hasta que sean detenidos por otro objeto y dependerá del sitio donde se golpeen, el tipo de distintos traumas que se encontrarán, por lo general letales. Podemos encontrar lesiones por fricción, algunas de ellas pueden afectar hasta el hueso. Derrapar la motocicleta Esta es una técnica para disminuir la velocidad en un impacto, donde el conductor tira la motocicleta de lado y mientras él se separa de la misma. Aunque muchas veces su pierna puede quedar atrapada, no pudiendo evitar la colisión con resultados fatales en muchas ocasiones. Con el derramamiento se causa fricción y disminución de la velocidad. Con la maniobra de derrapar el paciente puede presentar lesiones de tejidos blandos como abrasiones, contusiones, quemaduras, entre otras. Explosiones Las explosiones pueden presentarse en escenarios distintos; civil o militar. Son muchas cosas las que pueden explotar: industrias, cilindros de gas, minas, entre otras. Es importante saber que se presentan cuatro tipos de lesiones en diferentes fases. La primera fase comienza con la onda de presión que alcanza al paciente. Esta onda puede viajar a una velocidad de hasta más de 3 000 metros por segundo, lo que provoca lesiones en vísceras huecas que contienen aire, como los pulmones, el tracto gastrointestinal y el aparato auditivo. En 31 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma estos órganos pueden producirse daños como desgarros, neumotórax, hemotórax, embolias o perforaciones de los órganos abdominales, pro- vocando sangrado gastrointestinal. El sistema nervioso y pequeños vasos sanguíneos también pueden lesionarse, llegando a causar la muerte de los pacientes sin que haya evidencia externa de traumatismo. Con esta onda llega también el calor, lo que provoca quemaduras en las áreas que esté expuesto el paciente. La segunda fase se produce cuando todos los objetos son expulsados y golpean al paciente en diferentes sitios. Durante la evaluación pueden evidenciarse heridas balísticas penetrantes, contusiones, fracturas, quemaduras, abrasiones, entre otras. En la tercera fase el paciente es expulsado y lanzado como si fuese un proyectil y las lesiones son similares a las caídas y las eyecciones de un vehículo que colisiona. En la cuarta fase las heridas son aquellas que no son debidas a las fases anteriores, como las quemaduras (las temperaturas de los gases explosivos pueden llegar hasta los 3 000 grados centígrados), lesiones por inhalación, incluso la exacerbación de condiciones preexistentes. Durante la evaluación de estos pacientes, no debemos pasar por alto la evaluación de daños de la primera fase ya que los daños de la fase secundaria, terciaria y cuaternaria son mucho más evidentes y por lo tanto son distractores potenciales. Caídas Al valorar un paciente que presentó una caída, es importante conocer la altura de la caída, la superficie sobre cual cayó el paciente y la parte del cuerpo que primero impactó. Estos tres elementos nos brindan una impresión general sobre las posibles lesiones que puede presentar el paciente. • La altura; debemos tener siempre presente que una persona que cae desde una distancia equivalente a tres veces su altura, puede estar gravemente afectada. 32 Manual ETLS • La superficie sobre la que cae el paciente; debemos tener en cuenta que existen ciertas superficies que pueden disipar la energía con la cual cae, como el césped, la nieve o la arena. • La parte del cuerpo que impacta primero nos da información sobre la energía que recibió y sus posibles consecuencias. La valoración deberá enfocarse en ésta zona; sin olvidar llevar a cabo una revisión completa. Cuando un paciente cae sobre sus pies y estos disipan la energía sobre toda su parte esquelética, se pueden provocar fracturas bilaterales de calcáneos, tibia o peroné. Estas fracturas pueden ser las más comunes, sin embargo, también pueden presentarse fracturas de cadera y fracturas por compresión en la espina dorsal, lumbar o torácica. Además, cuando el paciente cae sobre sus pies pero sigue su movimiento hacia delante, puede caer sobre sus manos, provocando fracturas bilaterales de muñecas o fractura de Colles. Las caídas en el agua también se deben valorar, tener en cuenta la forma en que cae el paciente y la parte del cuerpo que impacta. Los clavados sobre aguas poco profundas pueden provocar lesiones cervicalesgraves, ya que la velocidad y el peso de la persona inciden en el área cervical y la cabeza. Es importante considerar la edad del paciente, su estado físico y lo que provocó la caída, ya que es posible que existan causas médicas relacionadas con el origen del trauma. Trauma penetrante Los traumas penetrantes se pueden presentar por cualquier objeto que rompa el tejido y se incruste. El trauma puede producirse por armas de fuego, objetos punzocortantes y objetos cortocontundentes. En cada una de éstas debemos tomar en consideración diferentes factores que determinan el tipo de lesión que se presenta. Lesiones por armas de baja energía Cuando hablamos de armas de energía baja, nos referimos a las armas manuales como los cuchillos, lapiceros, picahielos u otros objetos 33 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma punzocortantes. Las lesiones y la gravedad que causan cada uno de ellos depende de varios factores, entre ellos el tipo de objeto, el género del agresor, el área anatómica implicada, la profundidad del objeto punzocortante y el movimiento del arma dentro del cuerpo. Se debe tener presente el tipo de arma, debido a que algunas tienen mayor longitud de hoja y profundidad. Hay armas que son cortocontundentes, como los machetes. Las heridas cortocontundentes, puede generar heridas, laceraciones, fracturas, lesiones contundentes en tejidos blancos y hasta amputaciones. Conocer el género del atacante nos permite conocer indicios del trayecto de la herida en cuestión. Las mujeres sujetan los cuchillos apuntando hacia abajo, tomando la hoja del lado del dedo meñique, por eso el movimiento del cuchillo cuando atacan tiende a ser en sentido descendente. Por otro lado, los hombres sujetan el cuchillo con la hoja por el lado del pulgar, por eso el ataque casi siempre tiene una trayectoria en sentido ascendente. El objeto punzocortante, también puede moverse dentro del cuerpo causando más daños. Debe realizarse una evaluación cuidadosa, porque a simple vista puede que no haya daños evidentes, pero internamente es posible hallar lesiones de gran magnitud. Lo mismo ocurre con las heridas punzantes como las causadas con un picahielo, a simple vista no se evidencian graves lesiones pero pueden estar ocultas internamente. Otro aspecto a tener en cuenta es el área afectada, una herida en una mano no tendrá tanta gravedad como sí puede tenerla en el abdomen. En ciertas zonas se es necesario prestar especial atención, por ejemplo, la parte inferior del tórax, ya que una herida en esta zona puede implicar daños en el diafragma y en estructuras tanto del tórax como del abdomen. Se deben valorar muy bien las heridas, teniendo en cuenta pulsos distales y signos de hemorragias. 34 Manual ETLS Lesiones por armas de mediana y alta energía Las armas de mediana y alta energía pueden causar lesiones penetrantes, debido a la cavitación que forman en los tejidos. Debemos tener en cuenta algunos aspectos al momento de evaluar lesiones por arma de fuego, por ejemplo, el nivel de energía, a qué velocidad viaja el proyectil, la distancia desde el cañón hasta la víctima y el área de impacto. Es importante considerar la contaminación de estas heridas, pues muchos proyectiles hacen que se incruste ropa, cabello u otros objetos en la herida, lo que puede provocar infecciones. Esto ocurre por lo general en armas de alta energía, o cuando el arma es disparada cerca a la víctima. Un punto a evaluar para determinar las probables lesiones sufridas por un paciente, son las características del orificio de entrada y salida del proyectil, sí se presenta. Sin embargo, en ocasiones es difícil definir la entrada y salida de un proyectil, lo que puede dar a lugar a falsas valoraciones. Por ejemplo: evidenciar 2 heridas en el tórax puede ser el indicativo de que se presentaron 2 disparos o 1 disparo con una entrada y otra salida. Por eso es importante intentar determinar en la escena cuantas detonaciones se presentaron. El orificio de entrada se caracteriza por presentar quemaduras de pólvora alrededor de la herida, dependiendo de la distancia a la que fue disparada, y por tener lesiones donde el proyectil presionó el tejido para ingresar, presentándose una herida uniforme ovalada. El orificio de salida depende de la energía que se haya disipado dentro del cuerpo y por lo general estas heridas son de bordes irregulares y más grandes que las de entrada. Debemos recordar que se pueden presentar heridas por fragmentación, que llegan a involucrar varios perdigones, como las producidas por escopetas o fragmentación al entrar o hacer contacto con la víctima, causando heridas graves al explotar dentro del cuerpo. 35 Capítulo 1: Fisiopatología del trauma Cuando se presenta un impacto en la cabeza, es posible que el proyectil siga la circunferencia del cráneo, dependiendo de la angulación de entrada, con lo que generaría una lesión importante. También un proyectil en la cabeza causaría que el tejido cerebral se comprima contra el cráneo produciendo lesiones mayores a las que se presentarían si el cerebro no estuviera en una bóveda. Cuando un proyectil golpea una superficie ósea, dientes o botones, se generan fragmentos, que se vuelven proyectiles y éstos pueden generar todavía más lesiones en los tejidos circundantes. A la hora de evaluar un paciente que sufrió un traumatismo penetrante se deben tener en cuenta muchos datos importantes y con éstos podemos tener un alto índice de sospecha al evaluar un paciente. 36 Manual ETLS 37 Capítul o 2 Muchos riesgos confrontan al personal de respuesta en los escenarios de sus servicios. Con un buen sentido, desarrollado a través de la experiencia y el estudio, se vuelve más fácil el reconocimiento de tales peligros. Pero la experiencia nunca debe conducir a la complacencia y menos aún a bajar la guardia. El precio de dejar de reconocer los peligros de un escenario inestable puede ser alto para usted, sus compañeros y sus pacientes. Resulta imperativo que usted identifique y preste atención a la evaluación de la escena y las características de todos sus servicios, no sólo de aquellos que aparentan peligro. La evaluación de la escena es la apreciación del escenario a donde ha sido llamado y se tienen algunas metas básicas durante esa valoración. Una de ellas es identificar los peligros potenciales de la escena y garantizar la seguridad personal y de los otros miembros de su equipo, del paciente y de los transeúntes. Enseguida, se debe identificar qué fue lo que produjo que fuese llamado a la escena, puede tratarse de una lesión o un problema médico; esta identificación determinará los pasos que se deberán seguir en la evaluación del paciente y el cuidado de emergencia. En esa misma evaluación podemos hacernos una impresión general del paciente sin necesidad de hacer un contacto físico. ¿Observa sangre o deformidades? Evaluación de la escena La evaluación de la escena en el ámbito prehospitalario es una acción dinámica. El principio fundamental de acceso al lugar de una emergencia es: evitar acciones o situa- ciones que puedan afectar al personal que acude a prestar ayuda, a los lesionados y transeúntes, así como procurar el control de la situación y reducir los riesgos asociados. ¿Cómo está su patrón respiratorio y su actividad neurológica? ¿Me sigue con los ojos al acercarme y responde a mis preguntas? Con ese tipo de observaciones podremos saber si el paciente esta crítico o no-critico, y si es capaz de tomar una decisión, por ejemplo:, ‘me quedo’ o ‘me voy’. También se debe determinar si cualquier factor, como el número de pacientes o las características inusuales de la escena requieren llamar para obtener ayuda adicional. Seguridad de la escena El proceso de garantizar la seguridad de la escena comienza mucho antes de su arribo al escenario. Debe iniciarse al recibir la llamada por parte de la central de despacho. Esta llamada le entrega información que puede ayudarle a visualizarla protección para el aislamiento a sustancias corporales y el equipo que se requerirá en la escena. Seguridad Uso de equipo de protección personal 1 2 3 4 5 Número de pacientes Mecanismo de lesión Necesidad de recursos adicionales Componentes de la evaluación de la escena 40 Manual ETLS Sin embargo, la información del despachador es sólo un punto de partida. Resulta crítico recordar que los despachadores por lo general no tienen la información completa y exacta. La persona que pidió el auxilio pudo haber colgado el teléfono antes de dar mayores detalles. La persona que llama, puede no reconocer una condición médica que requeriría mayores precauciones. Recuerde, utilizar la información del despachador para prepararse ante la escena, pero permanecer alerta a la posibilidad de encontrar circunstancias muy distintas al llegar. La seguridad de la escena significa evaluar la escena para garantizar que no hay riesgos inminentes para los rescatistas, su(s) paciente(s) y cualquier transeúnte. El proceso de garantizar la seguridad de la escena es dinámico y continuo. El personal debe ajustar sus acciones y precauciones conforme se obten- ga más información. La información obtenida de la evaluación se aplica a través de toda la respuesta, el encuentro con el paciente, el tratamiento, transporte y la entrega del mismo al hospital. Usted debe pensar en la seguridad de la escena en todas sus llamadas. Este alerta en todo momento ya que el escenario puede cambiar. Al evaluar los riesgos existentes en el lugar de la emergencia, se debe tener en cuenta tanto el evento en sí mismo, como las condiciones alrededor, por ejemplo, el tráfico, los transeúntes, las vías de acceso, etcétera. La protección personal del profesional de urgencias medicas es de primordial importancia. Un profesional en urgencias médicas lesionado no puede ayudar a un paciente. Además, pueden desviarse la atención y los recursos que estaban destinados al paciente hacia el profesional en urgencias medicas lesionado, lo cual comprometería aún más al paciente. Estudie cuidadosamente la escena y determine si es segura para acercarse al paciente. Esta determinación debe realizarse en todas sus 41 Capítulo 2: Evaluación de la escena llamadas, pero los diferentes escenarios mostrarán distintas carac- terísticas a considerar. Su determinación final debe ser a la medida del escenario específico, manteniendo estos principios fundamentales en mente: 1. Nunca se acerque a escenarios inestables. 2. Tome precauciones extraordinarias en escenarios que involucren multitudes inquietas; espere al arribo de la policía o, si el escenario se torna violento, retírese y espere a que lleguen las fuerzas de la ley. 3. Pida ayuda a las organizaciones apropiadas: policía, bomberos, rescatistas, empresas de electricidad u otras si la condición de la escena sobrepasa su nivel de entrenamiento o experiencia. Algunos riesgos y amenazas Q Químico: presencia de materiales peligrosos. I Incendio o explosión: incendio o municiones o explosión. A Antrópico: peleas o riñas o lugares con presencia de personas armadas. B Biológico: presencia de material biológicopotencialmente infeccioso. C Colapso de estructuras: estructuras que corren peligro de colapsarse. E Eléctrico: caída de cables eléctricos en el escenario de emergencia. 42 Manual ETLS 4. Retírese de la escena si ésta se vuelve peligrosa. En la escena se debe cuidar la seguridad personal y la de sus compañeros, su paciente y los transeúntes. Para llevar a cabo estas responsabilidades, en ocasiones se deben tomar acciones que permitan establecer un ambiente adecuado para el trabajo. Esto puede lograrse mediante una gran variedad de medidas que van desde la provisión de más iluminación y la eliminación del ruido, hasta la movilización del paciente. 5. Proveer iluminación. Es importante contar con iluminación o una linterna disponible tanto de día como de noche. 6. Preste atención a los transeúntes. Si el estado de ánimo de los tran- seúntes se vuelve violento, usted, sus compañeros y su paciente pueden estar en peligro. Recuerde que las personas alteradas repre- sentan un riesgo, pero también las personas preocupadas consti- tuyen un riesgo, aunque menor. Si los testigos o personas cercanas son los padres o familiares del paciente, es apropiado realizar una explicación continua de los procedimientos que se están aplicando. 7. Controle la escena o ésta lo controlará a usted. Manténgase en control y anticipe las cosas antes de que ocurran. Inicie acciones en lugar de responder a las de otros en la escena. 8. Mantenga la calma. De esta forma, otros miembros del equipo de emergencias, el paciente y los transeúntes responderán de manera más positiva. 9. Use tacto y diplomacia. Un tono compasivo y comprensivo puede producir un resultado más positivo que uno demandante y seco. 10. Sea compasivo hacia la gente a la cual ha sido llamado a atender. Trate a todas las personas de la misma manera como usted quisiera que las personas lo trataran en momentos de necesidad. Equipo de protección personal Considere el contacto con cualquier sustancia corporal como un peligro real a su seguridad. Las precauciones apropiadas para el aislamiento a sustancias corporales definitivamente reducirán el riesgo de contraer enfermedades infecciosas en el ámbito prehospitalario. Recuerde usar equipo de protección personal para aislamiento a sustancias corporales mientras se prepara y efectúa la evaluación de la escena. 43 Capítulo 2: Evaluación de la escena Debido a que el ambiente prehospitalario es incontrolable, ocurren con frecuencia exposiciones inesperadas a sangre y sustancias corporales, por lo que los guantes y gafas deben considerarse como un equipo mínimo de protección estándar y deben usarse para el contacto con cada paciente. La cantidad adicional de precauciones que necesitará variará de acuerdo con las circunstancias particulares del contacto. Número de pacientes Determinar el número de pacientes es muy importante para prestar una adecuada atención y no generar retrasos tanto de manejo, como de traslado a un hospital con el nivel adecuado. Un choque que involucra un par de vehículos podría generar múltiples víctimas y la necesidad de clasificar y administrar los recursos en forma adecuada. En zonas rurales, ciudades pequeñas o sistemas establecidos que aún no disponen de los recursos adecuados (como podemos ver en algunos países de Latinoamérica), este tipo de circunstancia generaría un caos y desenlaces no deseados. Por lo tanto, es recomendable tener bien desarrollado un Sistema de Comando de Incidentes, lo cual ayudará a la administración adecuada de los recursos, permitirá generar ahorro de tiempo y atención apropiada, además de permitir la activación pronta de las clínicas y hospitales para que estén a la espera de estos pacientes. Mecanismo de lesión Al arribar a una escena de trauma, deberá buscar el posible mecanismo de lesión. Éste se refiere a la manera como fue lesionado el paciente. Lo que incluye la fuerza y la dirección de la energía que causaron la lesión y es la base para su índice de sospecha. El índice de sospecha es el grado de anticipación ante la probabilidad de que el paciente ha sido lesionado o sufrió una lesión de determinada manera, con base en el conocimiento de que ciertos mecanismos por lo general producen cierto tipo de lesiones. La identificación del mecanismo de lesión en un paciente de trauma puede comenzar con la información del despachador. Si usted es enviado a un choque automovilístico, una balacera, una caída o un apuñalamiento, esto le dará alguna información preliminar sobre el mecanismo de 44 Manual ETLS lesión, considerando siempre que algunas veces la información que se le proporciona al despachador por parte de la persona que llamó solicitando socorro puede ser incorrecta. Una vez que arribe a la escena, es necesario observar más de cerca algunas característicasde la escena, como el daño al automóvil, el uso de mecanismos de sujeción, la distancia que cayó el paciente, el tipo de superficie en que cayó el paciente, la posición en la que quedó el paciente, el objeto que golpeó al paciente, o el calibre del arma de fuego con la que fue lesionado, etc. Tales características le darán pistas sobre la naturaleza de las fuerzas aplicadas al cuerpo y los posibles patrones de lesión que se produjeron como resultado. Una vez que la seguridad de la escena haya sido garantizada, dentro de los siguientes pasos está la determinación de los problemas del paciente, los cuales condujeron a usted a acudir al llamado. Básicamente los motivos se resumen en lesiones por trauma o problemas clínicos. Trauma se refiere a una lesión o herida física causada por una fuerza externa. Las lesiones ocasionadas por fuerzas contusas, penetrantes o explosivas son ejemplos de trauma, al igual que las quemaduras. Por lo regular este tipo de lesiones involucran la piel, músculos, huesos, ligamentos, tendones, vasos sanguíneos y órganos. Un problema clínico es aquel ocasionado por una enfermedad, sustancias o condiciones que afectan el funcionamiento del cuerpo. Un ataque cardiaco, una sobredosis de drogas y un caso de golpe de calor son ejemplos de condiciones clínicas que quizá usted tenga que confrontar al considerar la naturaleza de la enfermedad. La información que el despachador origina el inicio del servicio por lo general le proporcionará datos que pueden ayudarle a categorizar al paciente. Pero, como se ha mencionado antes, esta información puede ser incompleta e inexacta. Usted deberá estar alerta durante la evaluación de la escena ante cualquier indicio físico u otra información que le permitirá comprender mejor el problema. 45 Capítulo 2: Evaluación de la escena Los factores climáticos suponen también riesgos en la escena; las lluvias fuertes, las tormentas eléctricas, la nieve y el frío extremo, que es común en algunas zonas de Latinoamérica, ponen en riesgo al personal del Sistema de Emergencias Médicas, a otros equipos de respuesta, y a las personas y pacientes que estén en la escena. El sol inclemente del mediodía, o el frío de la madrugada supone un factor agresor para una persona que tuvo un accidente y yace en la carretera, provocando quemaduras, insolación o hipotermia, respectivamente. En momentos como esos se debe realizar una evaluación inicial rápida, identificar y tratar las amenazas para la vida y completar su valoración y tratamiento en un ambiente más seguro para usted y su paciente, por ejemplo, dentro de la ambulancia. Recursos adicionales Llame tan pronto como sea posible para solicitar recursos adicionales, sí es necesario, es un valor agregado que puede favorecer su seguridad y la atención oportuna de las víctimas que se encuentran en el lugar. Materiales peligrosos, fuego, cables eléctricos caídos, entre otros, pueden generar un riesgo para su vida, la de su equipo y la de los pacientes. Muchas veces este punto se ha realizado desde la sala de despacho quien fue alertada de esto por la persona que llamó a activar el Sistema de Emergencias Médicas. Pero en caso de que no haya sido así, o si a su llegada detecta la presencia de éstos u otros riesgos, deberá solicitar el apoyo de algunos recursos adicionales tan pronto como le sea posible. 46 Manual ETLS 47 Capítul o 3 La valoración del paciente se lleva a cabo siguiendo un orden, éste inicia por la escena; una vez que pueda garantizar una relativa seguridad para usted y su equipo, procederá al segundo componente, la valoración del paciente. Recuerde que si a su llegada a la escena se observa segura, no debe descuidarse porque es potencialmente dinámica y podría cambiar de un momento a otro. Evaluación inicial La evaluación inicial es la parte fundamental y crítica en la atención de un paciente, ya que permite identificar y plantear el manejo de las amenazas que comprometen la vida en un lapso de 60 a 90 segundos dentro de la evaluación. Al observar, evaluar y hablar con el paciente obtendrá la información necesaria para llegar a ese objetivo. Evaluación del paciente La evaluación del paciente es una de las acciones más importantes que el profesional en urgencias médicas rea- liza durante la atención, de ahí la importancia de analizar cada elemento que conforma la evaluación del paciente. A continuación analizamos cada uno de los componentes de la evaluación del paciente: la información recibida por el despachador del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), ésta es proporcionada por el paciente, y los familiares y amigos del mismo. Así como también la misma escena y los testigos del evento, nos brindarán una información muy valiosa. Todos los datos obtenidos, que sumados a la toma de signos vitales y demás pruebas diagnósticas darán como resultado una impresión diagnóstica y el ini- cio de un tratamiento adecuado. Una evaluación inicial bien efectuada influirá de manera positiva en el resultado general del paciente. A medida que detecte amenazas, trátelas. Decida qué cuidados o maniobras avanzadas se requieren, lo que debe realizar a su paciente en la escena, lo que le hará durante el traslado, y el sitio de atención adecuado y más cercano para el paciente de acuerdo a su gravedad. A: Vía aérea y control de columna cervical La vía aérea es el conducto por medio del cual el cuerpo capta oxígeno del exterior y lo conduce hasta los pulmones para utilizarlo en el metabolismo, y así garantizar el correcto desarrollo de todas las funciones vitales del cuerpo. Una vía aérea que presente amenaza de obstrucción ya sea parcial o total, supone un obstáculo para la función principal de la vía aérea, de ahí la importancia de lograr resolver los problemas o amenazas que se detecten en la evaluación. Al aproximarse a su paciente escuche todo con mucha atención, ¿escucha sonidos anormales al respirar, como ronquidos? Piense en que la hipotonicidad de los músculos causó que la lengua obstruyera la vía aérea en forma parcial; reposicionar la cabeza del paciente teniendo precaución con posibles traumas cervicales es una solución inicial. ¿Escucha gorgoteos? Es muy probable que exista presencia de fluidos como sangre, moco o vómito en la vía aérea, por lo que la succión o desobstrucción manual está indicada como tratamiento inicial. Las respiraciones agónicas o jadeo, los silbidos y demás sonidos de la vía aérea superior son signos claros de una obstrucción completa. Los estridores inspiratorios y disfonía nos hacen sospechar de una lesión en la laringe o tráquea debido a un traumatismo o quemadura por inhalación de gases calientes. Asegure la permeabilización de la vía aérea con métodos manuales como la maniobra de extensión de la cabeza y elevación del mentón, en caso de no sospechar traumar cervical o, en caso de sospechar trauma cervical, use la maniobra de tracción mandibular. Cuando las maniobras manuales no son suficientes, puede utilizar dispositivos mecánicos invasivos como cánulas orofaríngeas y nasofaríngeas, dispositivos supraglóticos y la intubación endotraqueal. Esta última requiere de un equipo adecuado, 50 Manual ETLS conocer la técnica y contar con experiencia suficiente que le permita lograr la intubación de manera ágil. El traslado del paciente y otras maniobras vitales no deben retrasarse por insertar un tubo endotraqueal. Valore si este procedimiento es realmente necesario, porque si usted logra ventilar eficazmente a su paciente solamente con un dispositivo de bolsa-válvula- mascarilla (BVM) y una cánula orofaríngea, y la SpO 2 es mayor o igual a 94%, puede continuar con ese manejo de la vía aérea. B: Ventilación y oxigenación La ventilación y la respiración son procesos distintos pero que tienen en común un mismo objetivo, la oxigenación de los tejidos. La ventilación es el proceso mecánico mediante el cual el cuerpo capta oxígeno del exterior y lo lleva a los pulmones,