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www.futboldelibro.com www.futboldelibro.com 1ª edición: Febrero 2013 © Javier Mallo © FutbolDLibro (Futbol de libro, S.L.) © Fotografías: Archivo FDL Departamento FDL (www.futboldelibro.com) Analista de Texto: Javier Mallo y Departamento FDL Correcciones: Javier Mallo y Departamento FDL Maquetación: FútbolDLibro Diseño de cubierta: FútbolDLibro ISBN: 978-84-940984-5-1 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. El autor y la editorial donarán el 1% de los beneficios del libro a fines benéficos. www.futboldelibro.com “La preparación (física) para eL fútboL basada en eL Juego” Javier Mallo Sainz Un futbolista es más que la suma de sus capacidades Un equipo es más que la suma de sus futbolistas “La única verdad absoluta es que no hay verdades absolutas” (Paul Feyerabend) www.futboldelibro.com índice próLogo de chema sanz 7 próLogo de Javier sampedro 9 introducción 13 capítuLo 1. La organización deL proceso de entrenamiento 19 1.1 Toma de decisión del enTrenador respecTo a aspecTos fundamenTales del rendimienTo de un equipo 19 1.2 dimensiones del enTrenamienTo 26 capítuLo 2. La sesión de entrenamiento coLectivo en campo 37 2.1 la parTe inicial de la sesión 38 2.1.1 Fases del calentamiento 39 2.1.2 Tipos de calentamiento 41 2.2. la parTe principal de la sesión 47 2.2.1 La complejidad de las tareas 48 2.2.2 La dinámica de los esfuerzos de las tareas 53 2.2.3 Organización de las tareas de entrenamiento 63 Tareas Condicionales 64 www.futboldelibro.com Tareas Técnicas 70 Tareas Tácticas 73 Tareas Competitivas 80 2.3. la parTe final de la sesión 83 capítuLo 3. La periodización deL entrenamiento 85 3.1 macro-esTrucTura de la periodización 88 3.2 micro-esTrucTura de la periodización 99 3.2.1 Distribución de las cargas durante los microciclos 102 epíLogo 115 bibLiografía 117 6 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com 7 Javier Mallo www.futboldelibro.com próLogo Muchas cosas han cambiado en el deporte en general y en el futbol en particular a lo largo de las ultimas décadas. Durante el siglo XX han surgido nuevas teorías que han provocado un cambio sustancial en nuestra manera de entender el entrenamiento en los deportes colectivos. El futbol como deporte colectivo y el futbolista como ser vivo forman parte de lo que las nuevas teo- rías llaman sistemas complejos. Un sistema complejo es un conjunto de elemen- tos que interaccionan entre sí con el fin de alcanzar un objetivo concreto. De esta afirmación se desprende que el cambio experimentado en uno de ellos repercute y afecta inevitablemente al resto. Para comprender su comporta- miento será necesario conocer, además de sus componentes, las relaciones que se establecen entre ellos. No lo deberemos analizar en partes aisladas y si como un fenómeno interdependiente. Las propiedades de un equipo de fútbol y su entrenamiento forman parte de un todo que ninguna de sus partes por si solas posee. El jugador logrará un rendimiento diferente en función del contex- to en el que se encuentre. El autor a lo largo de este libro nos ayudará a profundizar de una forma práctica en el conocimiento del fútbol, sugiriéndonos un cambio de perspectiva a la hora de observar los acontecimientos que intervienen en el proceso de entrenamiento del futbol. Desde estas páginas nos expone que la dificultad que entraña la preparación y optimización de las capacidades y potenciali- dades de un equipo de fútbol determina la necesidad de que el entrenador tenga una perspectiva sistémica e integradora de todos los acontecimientos que influyen en el rendimiento. La organización del proceso de entrenamiento debe tener un carácter Holístico (la observación de algo desde el punto de vista funcional a partir de todas sus partes e interrelacionarlas unas con otras como un todo) y por ende más acertada, de los fenómenos que tratamos de observar y conocer. Esta es la línea adoptada por el autor, que observando las propiedades del equipo desde la globalidad y la interacción de sus componentes, bucea en los acontecimientos que intervienen en el desarrollo del proceso de entre- namiento de un equipo de fútbol, haciendo un gran esfuerzo por estudiar su carácter sistémico. 8 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com Esta nueva visión ha permitido a la metodología del entrenamiento del fút- bol, dar un salto cualitativo, teniendo como principal objetivo el entrenamiento de la organización táctica del equipo. El entrenamiento nace desde el juego y para el juego, desde las necesidades que tiene el futbolista para jugar al futbol. El cuidadoso estudio de este excelente trabajo nos permitirá desarrollar nuestras capacidades para diseñar de forma óptima aquellas tareas que me- jor se ajusten a la realidad competitiva de nuestro equipo. Se trata de un libro fácil de leer, ameno y que te ayudará a comprender un poco más la organiza- ción de los distintos elementos que intervienen en el proceso de entrenamiento haciendo de la reflexión un ejercicio permanente Javi es un hombre de futbol que posee la ventaja de haber visto este juego desde varios ángulos. Como toda persona inquieta y entusiasta ha sabido es- tar en constante evolución, creciendo y madurando a lo largo de su recorrido como Técnico. El libro es una invitación para seguir adelante, para revisar el conocimiento adquirido y para embarcarse en la construcción de nuevo conocimiento, en definitiva; para seguir creciendo y dar un salto cualitativo como entrenadores. Además su lectura nos enriquecerá con un abanico de interesantes sugerencias, que nos facilitaran sobremanera nuestros intereses a la hora de tomar decisio- nes y resolver problemas en nuestros equipos. Si algo me gustaría destacar de esta minuciosa y detallada obra es su absoluta utilidad práctica, aunando el rigor teórico y las implicaciones prácticas y lo que es más importante; usando el contexto propio del futbol para desarrollar su entrenamiento. Para finalizar quiero expresar mi más sincero agradecimiento al autor, por haber dedicado su pensamiento y su esfuerzo a brindarnos esta oportunidad de conocer a pie de campo este maravilloso juego llamado fútbol. El proceso de formación no descansa, abre las 24 horas del día y los 365 días del año Chema Sanz Ex-Preparador Físico, entre otros, del Deportivo de la Coruña, Almería, Tenerife, Real Madrid Castilla, Terrasa, Ciudad de Murcia, Oviedo y Levante. 9 Javier Mallo www.futboldelibro.com próLogo “La táctica consiste en saber qué hacer cuando hay algo que hacer, y la estrategia en saber qué hacer cuando no hay nada que hacer” de otra forma, “la táctica es un movimiento a corto plazo que permite tomar una posición, y estrategia la forma de ganar el juego”. El ocho. S.Tarta Kowe. (1887–1956). Gran maestro polaco de ajedrez.1 Se me solicita que realice un corto preámbulo al libro que tenéis en las manos y para mí es un auténtico placer y también una respon- sabilidad. Conozco al autor desde sus comienzos de estudiante en el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid, donde ya atisbaba tener curiosidad y reflexionar de todo aquello que le interesaba, y precisamente era de fútbol. Más adelante participó en los cursos de postgrado y doctorado junto a su inseparable compañero Abra- ham García (hijo del exitoso entrenador y mejor persona Juanjo García, que llevó al Castilla a la final de Copa y a Europa). Tuve el privilegio de ser presidente del tribunal en su defensa de su tesis doctoral, la cual, cabe decir, hizo de forma brillante. Posteriormente desempeñó tareas de profesor asociado, pero yo yasabía que lo que pretendía Javier era el estar a pie de obra o el del día a día del entreno y la competición. Su inquietud constante por saber y su valentía académica le llevan a escribir este libro, titulado de forma muy parecida al clásico manuscrito de 1985 (editado por Gymnos) de nuestro inolvidable Carlos Álvarez del Villar, profesor de INEF y preparador del Rayo Vallecano, Selección Española de fútbol, Se- villa C.F., etc. obra magistral e innovadora en su tiempo cuyo título “La preparación física basada en el atletismo” fue un rotundo éxito. En la presente obra el autor ha querido sustituir el “atletismo” por el “juego”, testimonio claro que la percepción de entender el fútbol ha evolucionado. Y dejando ya los datos biográficos y más personales nos aden- tramos en los detalles de la presente obra. Crear o hacer ciencia no es fácil, pero el autor lo consigue debido a que cumple tres condi- 1. Los conceptos de táctica y estrategia del ajedrez no son completamente adaptables al fútbol. No existe una terminología común de estos conceptos validos para todos los deportes. 10 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com ciones necesarias para ello: tener un objeto de estudio claro, tener un área de conocimiento donde aplicarlo, y utilizar una metodología científica apropiada. Y lo hace desde una perspectiva o naturaleza propia del análisis del juego notacional y down/up, es decir, utili- zando la metodología observacional que parte de la realidad de la acción del juego, desde la práctica a la teoría, y no al revés. La interpretación del fútbol se debe realizar considerándolo desde una perspectiva ecológica, como un sistema, con no pocas interacciones entre los elementos internos y externos del juego, de cierta comple- jidad, que habrá que ordenar desde la teoría del Caos y de los Sistemas Complejos. Se debe utilizar una definición del juego como dinámico y cambiante, donde cualquier cambio que se produce en una situación, por mínimo que sea, modifica a la siguiente, y nace una nueva situación cada una con sus propiedades e identidad pro- pia. Coincido con el autor en esta consideración o interpretación del fútbol actual y moderno en que la matematización de los patrones de juego nos va a permitir y ayudar a interpretarlo. La validez de un texto y el peso científico, como éste del cual hablamos, lo da, en cierta manera, las continuas citas y referencias que el autor utiliza, que a su vez consideramos que son pertinentes y adecuadas. No podemos olvidar mencionar que el autor tiene un C.V. con numerosos artículos indexados internacionalmen- te que le avalan como conocimiento previo, y lo equilibra con la práctica de su ejercicio profesional, como la actual en el Manchester City, para la cual tuvo que pasar un largo y difícil pe- riodo de selección entre muchísimos candidatos. Después de leer detenidamente el libro considero que la introducción está perfec- tamente justificada y hace un posicionamiento de su concepción del análisis del juego actual y muy medido, que le permite tener una idea muy clara de su consideración del fútbol como tal, alejándose de afirmaciones como: “El fútbol es fútbol”, “está todo inventado”, “explicitar una teoría es imposible en el fútbol”, “el fútbol es dife- rente”.. y así, podríamos seguir con falsos tópicos, aunque también apostillamos que el contenido de azar es a veces el elemento per- turbador que en ocasiones nos lleva a no justificar y racionalizar cada situación. Compartimos la idea de que de la reflexión, de las dudas que emerge del análisis del juego y la constante búsqueda de certezas necesarias de demostrar nos deben de mover para ir de la mano de la teoría y de la práctica utilizando un lengua- je comprensible para todos independientemente del origen de su conocimiento previo. El autor utiliza un discurso dialéctico oportuno 11 Javier Mallo www.futboldelibro.com intentando dar soluciones a su trabajo diario en el campo de juego. El libro es original y sus gráficos y esquemas propios surgen de su hacer cotidiano en el entrenamiento y de la observación realista de cada partido siendo esas sus armas nunca mejor elegidas. El prepa- rador físico cada vez utiliza más ejercicios del propio juego buscan- do desarrollar las cualidades físicas y el pensamiento táctico (toma de decisiones) de forma simultánea. La lógica interna del juego la desarrolla poniendo orden metodológico al describir cada ejercicio sin alejarse un ápice del juego real. El contenido del libro es corto y reducido a tres capítulos, un epílogo y un excelente último capítulo de referencias como ya apuntamos muy actuales validadas por la base de datos de las revistas que incluye. Hemos de agradecer a la editorial deportiva Fútbol de Libro, especializada en fútbol, la publicación de este libro en momentos actuales tan difíciles dando oportunidad a jóvenes valores. Mayoritariamente coincidimos con el autor en los aspectos expuestos con el libro y las pequeñas diso- nancias quedarán para el debate particular entre el autor y el que realiza el prólogo. Y como nos pasa a todos los investigadores la duda siempre está presente y lo que hoy es un constructor y paradigma firme y segu- ro a lo largo del tiempo nos damos cuenta que ha evolucionado y necesitamos adaptarnos a la situación nueva, sólo así con la mente abierta entenderemos los caminos de la ciencia del fútbol. Sé que en este deporte sobre todos, el proclamarse investigador tiene a veces lecturas de cierta arrogancia e inoportunidad, pero soy de los que piensa que sería el único área de conocimiento que la entrada de la investigación científica tuviera sus puertas cerradas y de ver- dad que ante esa exclusividad me niego a aceptarlo. En los equipos que ha colaborado el autor ha dejado impron- ta de conocimiento y lo que es más importante eficiencia sabiendo aplicar competencias generales y específicas que le hacen resolver las situaciones prácticas por muy complejas que sean que por otro lado es de lo que se trata. Por todo ello Javier, te deseo lo mejor, que como no puede ser de otra manera, te llevará siempre a buen puerto. Javier Sampedro Molinuevo. Decano de la FCCAFyD-INEF de Madrid. Catedrático de la U.P.M. 12 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com 13 Javier Mallo www.futboldelibro.com introducción ¿Existe la preparación física en el fútbol? Esta repentina pregunta torpe- dea el murmullo del auditorio y durante unos segundos el silencio se apodera de la sala. En algunos lugares la simple formulación de esta cuestión resultó ser un sacrilegio y rápidamente se precipitaron las contestaciones. En otros ambientes las respuestas no fueron tan concluyentes, lo que permitió que se es- tableciesen nuevos caminos para el debate. De un modo casi paralelo, a cien- tos de kilómetros, otras personas reflexionaban en voz alta sobre los mismos aspectos (Pol, 2011). Sin dudar sobre el conocimiento previo, resulta imposible avanzar en el mismo. ¿Existirá la preparación física en el fútbol dentro de 10 años? El silencio ahora es más duradero e impenetrable. Las afirmaciones ya no pueden ser tan categóricas como antes. El fútbol es una entidad en permanente dinamismo y resulta arriesgado concretar certezas en cuanto a su evolución. Es posible que en el futuro exista un apartado del entrenamiento que se denomine prepara- ción física, pero lo que unos y otros profesionales entiendan por ello podrá ser muy distinto. Se trata siempre de un mismo deporte, el fútbol, pero la manera de jugarlo ofrece muchas posibilidades, tantas como la forma de enfocar su entrenamiento. Este libro nace como un intento por ordenar las reflexiones surgidas tras vivir el fútbol desde distintos ámbitos durante algo más de una década. Es por ello que en él confluyen los conocimientos de carácter más teórico adquiridos en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de laUniver- sidad Politécnica de Madrid (primero como alumno de la Licenciatura, más tarde como Becario de Investigación de Doctorado y por último como Profesor Asociado impartiendo la asignatura “Fútbol”) con las experiencias profesio- nales de tipo práctico acumuladas durante el mismo período desarrollando principalmente la labor de preparador físico y entrenador auxiliar en distintos equipos. Son muchas, por lo tanto, las influencias recibidas a lo largo de este período que han llevado a un replanteamiento continuo de los aprendizajes anteriores, siempre buscando el enriquecimiento de las propuestas planteadas a los futbolistas durante las sesiones. 14 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com Asumiendo el riesgo que conlleva citar referencias, con el agravio com- parativo que resulta dejarse en el tintero otras aportaciones con semejante relevancia, tres grandes corrientes ideológicas han tenido un peso sustancial en la elaboración de la filosofía de entrenamiento que se expone en este libro. La fase inicial se relaciona estrechamente con el acopio de información relati- va al componente bio-energético o condicional del rendimiento del futbolista. Posiblemente, esta aproximación primitiva esté inconscientemente vinculada a la necesidad de racionalizar lo que sucede dentro del deporte. Estudios clá- sicos que ilustran esta rama del pensamiento se ciñen a la aplicación de la Fisiología del Ejercicio al fútbol, como sería el caso de los trabajos publicados por el autor danés Jens Bangsbo, o la integración de información de materias que pueden influir en la prestación del deportista en el llamado “Performance Analysis” (Análisis del Rendimiento; Barlett, 2001). Son muchas las corrientes de entrenamiento que se han que- dado ancladas en este estadio primitivo y pragmático del aná- lisis, que choca frontalmente con la frase “el fútbol es un deporte acientífico” atribuida al entrena- dor español Juanma Lillo. Sin ne- cesidad de llevar esta sentencia al extremo, puesto que la aplica- ción del método científico puede reducir la demagogia que mu- chas veces rodea al entrenamien- to, sí que recuerda la necesidad de respetar el contexto único e irrepetible que representa el juego del fútbol. Es por ello que para adentrarse en su conocimiento resulta conveniente atender a una diversidad de ciencias empíricas, a partir de las cuales cobra especial relevancia la Teoría General de los Sistemas propuesta por Ludwig von Ber- talanffy en 1945. Por fortuna, este tipo de nociones fueron abriéndose poco a poco paso en las Facultades de Ciencias del Deporte. El profesor Javier Sampedro del INEF de Madrid ayudó a profundizar en la complejidad del estudio de los deportes de equipo bajo una perspectiva praxiológica, donde la esencia ya no es el comportamiento del deportista de manera aislada, sino dentro de una acción de juego (Mahlo, 1969). A nivel práctico, puede consi- derarse a Paco Seirul·lo como uno de los primeros preparadores físicos que rompió con la línea tradicional de pensamiento fundamentada en el plagio de 15 Javier Mallo www.futboldelibro.com los contenidos de los deportes individuales e introdujo un enfoque conceptual diferenciador al entrenamiento de los deportes de equipo. La trilogía ideológica la cierra, de manera momentánea pues se trata de un proceso en continua evolución, las ideas extraídas de la corriente intelectual generada en la Facultad de Ciencias del Deporte de Oporto, cuyo máximo exponente sería el profesor Vitor Frade. Esta línea transgresora se sustenta en el pensamiento sistémico (Tamarit, 2007) para proporcionar un salto cua- litativo en la metodología del entrenamiento del fútbol, en el cual el modelo de juego del equipo se convierte en el eje referencial del proceso. Es por ello que la locución latina “citius, altius, fortius” (más rápido, más alto, más fuerte), utilizada por el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en Atenas en el año 1896, resulte ana- crónica al enumerar los requisitos que, hoy en día, debe reunir un futbolista de élite. La integración de todas estas líneas de pensamiento y acción muestra una evolución del entrenamiento en el fútbol en el que la preparación física ya no puede ser entendida como un compartimento estanco, sino como un área eco- lógica y cambiante sobre la cual investigar para intentar dar mejor solución a los problemas que plantea el juego. Por lo tanto, la preparación (física) debe ir encaminada a provocar adaptaciones específicas para jugar al fútbol y nunca deberá ser tratada como una entidad independiente del mismo. En el momento que se separa del propio fútbol pierde todo su valor. Sucede que, en ocasiones, la propia termino- logía puede llevar al equívoco y se ha identificado lo “físico” con tareas condicionales alejadas del balón. Si el debate filosófico sobre la dua- lidad entre cuerpo y alma ha sido ya ampliamente superado, debería suceder lo mismo con la concepción del futbolista. El futbolista es una unidad funcional que se comporta como un todo por lo que no se pue- de descomponer su rendimiento en pequeñas parcelas independientes unas de otras. La fórmula clásica del entrenamiento basado en la su- 16 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com cesión de un contenido condicional, otro de índole técnico y la conclusión de la sesión con un partido, la conocida “pachanga”, se antoja obsoleta ante la perspectiva holística que exige hoy en día el proceso. Este cambio sustancial requiere al preparador físico un profundo conocimiento del juego, puesto que todas las tareas planteadas durante la sesión deben confluir en un ideario co- mún amparado en la organización (táctica) del equipo. Es posible que incluso en los próximos años el término preparador físico pierda su sentido y no se use como tal, sino que sean denominados como técnicos auxiliares o entrenadores ayudantes. Ante esta nueva concepción del entrenamiento al preparador físico tradicional se le abren dos caminos distintos, bien ligar su actividad al trabajo en campo como un miembro más del cuerpo técnico, o bien enfocar su labor al trabajo fuera del campo con unas responsabilidades más cercanas al área médica. ¿Campo o gimnasio? ¿Cuerpo técnico o departamento médico? Son decisiones que cada profesional debe elegir en función del rol que quiera desempeñar dentro del equipo. Si uno se decanta por profundizar en el análisis del fútbol siempre hay dos variables que tarde o temprano aparecen en todos los postulados: el espacio y el tiempo. Al avanzar en los niveles de competición los espacios y el tiempo para actuar se reducen para los futbolistas. No es de extrañar, por lo tanto, que la velocidad sea una cualidad fundamental del fútbol de élite puesto que esta variable plasma la relación entre el espacio y el tiempo. Cada futbolista tiene una velocidad de actuación, pero esta velocidad no debe interpretarse únicamente desde la perspectiva de los desplazamientos sino de una manera mucho más global. Son numerosos los ejemplos de futbolistas que compensa- ron sus carencias condicionales a través de una resolución más rápida de los problemas propios del juego, desarrollando la llamada inteligencia táctica. A medio-largo plazo, cada futbolista acaba acomodándose en un nivel de com- petición donde su velocidad de actuación le permite ser eficaz. En cierto modo sucede como en el automovilismo, sólo los pilotos que son capaces de conducir más rápidamente su máquina pueden participar en la Fórmula 1. 17 Javier Mallo www.futboldelibro.com La interrelación entre espacio y tiempo también es fundamental para los técnicos a la hora de diseñar los contenidos de los entrenamientos: • ¿Es mejor hacer una tarea de conservación del balón 6 contra 6 a me- dio campo o a un cuarto de campo? • ¿Es más adecuado plantear una tarea de fútbol reducido durante 12 o18 minutos? Las respuestas serán siempre específicas a los objetivos del entrenamiento y al contexto de cada situación. El mismo contenido de entrenamiento puede tener unos efectos diferentes variando el espacio y el tiempo en que se rea- licen. En cualquier caso, la intención de este libro más que proporcionar respues- tas dogmáticas es plantear preguntas. Cuestiones que cada técnico debe ha- cerse a sí mismo cuando se sienta delante de una hoja en blanco y se dispone a diseñar su sesión de entrenamiento. No existe una solución única para cada situación que plantea el deporte y la Historia del fútbol nos permite recordar entrenadores que han logrado el éxito en la competición a través de fórmulas muy variadas, incluso antagónicas. Entrenadores que han logrado la victoria buscando que su equipo anote más goles que el rival y entrenadores que se han preocupado de encajar menos tantos que el contrario. De hecho, lo que en un equipo ha dado resultado puede no ser válido para otro equipo o, más aún, un mismo equipo tratado de la misma manera durante dos temporadas con- secutivas por entrenadores diferentes no suele alcanzar los mismos resultados. Lo que aparentemente podría representar un problema no es sino un desafío y un halo de esperanza para los técnicos. El día que las recetas para entrenar vengan escritas en los libros los entrenadores serán sustituidos por ordena- dores, que son más eficientes. Por fortuna, las relaciones interpersonales que se establecen durante el proceso de entrenamiento acaban siendo un factor cualitativo que determina el rendimiento final de un equipo e impiden que las computadoras se pongan a los mandos de las operaciones. En el transcurso de las siguientes páginas se invita al lector a la reflexión continua sobre el proceso de entrenamiento para intentar enriquecer así su experiencia. Aunque pueda parecer contradictorio se pretende, dentro de la anarquía epistemológica que circunscribe al fútbol, racionalizar en la medida de lo posible la organización metodológica del entrenamiento. En el deporte estratégico por excelencia, el ajedrez, los Grandes Maestros se caracterizan por ir un elevado número de jugadas por delante de sus oponentes. En el fút- 18 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com bol el entrenamiento debe ayudar a predecir el rendimiento del equipo en la competición, tratando de limitar la influencia de las fuentes de incertidumbre que pueden existir (adversarios, terreno de juego, público, árbitro, azar, etc.). Esto exige a los técnicos elevadas dosis de creatividad para poder plantear tareas que favorezcan el conocimiento del juego por parte de los futbolistas y el desarrollo de un pensamiento autónomo para solventar los problemas que acontecen durante la competición. Al final, cuando el espacio y el tiempo se reducen, siempre gana el que da con una solución que los demás no habían alcanzado a pensar aún. 19 Javier Mallo www.futboldelibro.com capítuLo 1. La organización deL proceso de entrenamiento 1.1 Toma de decisión del enTrenador respecTo a aspecTos fundamenTales del rendimienTo de un equipo A la hora de iniciar la labor de entrenar a un equipo de fútbol son muchos los interrogantes que se requieren definir con precisión. Una de las primeras cuestiones a solventar implica identificar qué es lo que se pretende lograr con el equipo. La respuesta inmediata en este punto suele ser tajante: ganar. Algún entrenador más osado puede añadirle una connotación: ganar jugando bien. Limitarse al resultado de un momento puntual lleva implícito vivir en el alam- bre, puesto que la victoria en la competición es un producto final que puede estar afectado por multitud de variables. Al ser el fútbol un deporte en el que el componente de azar puede tener una elevada incidencia, en ocasiones los equipos consiguen la victoria sin haber hecho más merecimientos que los rivales. Por ello, ganar un partido es un hecho aislado; lo verdaderamente importante para el entrenador es ser capaz de desarrollar un modelo de juego que ayude a ordenar y estabilizar las conductas de los futbolistas en el campo y aumente las posibilidades de salir victorioso en el mayor número de encuentros. Esta idea de juego debe reflejar de manera teórica los aspectos esenciales que caracterizan la organización del equipo y que deberán ser patrimonio de todos los futbolistas en la búsqueda del éxito colectivo. De esta manera se pretende “operacionalizar” (Mourinho, en Oliveira et al., 2007) los compor- tamientos requeridos en cada uno de los cuatro momentos o fases del juego: ataque, defensa y transiciones ataque-defensa y defensa-ataque. Aún siendo un ente dinámico y adaptable a las características de los jugadores y a su evolución durante la temporada, supone una declaración de intenciones para plasmar la identidad grupal sobre el campo. El modelo de juego se desinte- gra en una serie de principios y sub-principios para facilitar el desarrollo de las estrategias de entrenamiento (Frade, en Díaz, 2012). A modo de ejemplo, la Figura 1 esquematiza los rasgos esenciales del modelo de juego de un equipo 20 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com de fútbol de Segunda División “B” en la temporada 2008-2009. Este patrón fue desarrollado de manera conjunta con el entrenador del equipo, Abraham García, en un intento por sintetizar los conceptos básicos que debían regir el funcionamiento táctico del equipo. Figura 1. Modelo de Juego para un equipo de fútbol profesional El punto de partida del modelo fue el establecimiento de la organización teórica del equipo en función de si se dispone o no de la pelota y de las ac- ciones a realizar cuando se recupera o se pierde la posesión del balón. Cada una de estas fases del juego se dividió a su vez en una serie de categorías en función del tipo de ataque (posicional o combinativo, directo o mediante balo- nes largos y las reanudaciones del juego, ya sea mediante saques de esquina o de banda, libres directos o indirectos, etc.), transiciones (ataque-defensa y viceversa) o tipo de defensa (siguiendo el razonamiento inverso al ataque). A partir de estos cuatro momentos del juego se puede empezar a desarrollar los principios y sub-principios que deben regir el comportamiento colectivo del 21 Javier Mallo www.futboldelibro.com equipo durante los mismos. Este tipo de planteamientos teóricos no dejan de ser una reconstrucción estática de la realidad. La complejidad del problema es mucho mayor cuando el balón y los jugadores están en movimiento. Es por ello que los modelos de juego están siempre sujetos a una retroalimentación permanente para favorecer sucesivas adaptaciones. Se tratará siempre de un continuum sobre el cual el equipo evoluciona en el transcurso de una tempora- da, sometido al influjo que la participación de cada uno de los futbolistas (y adversarios) ejerce sobre la prestación colectiva. Para facilitar su comprensión, la Figura 1 muestra únicamente dos ideas fundamentales a dominar en cada una de las categorías establecidas. No cabe duda que son muchos más los principios que deben regir la organización del juego de cada equipo, tal y como determina con precisión Cano (2009) al analizar al Fútbol Club Barcelona. En el caso del juego de ataque el entre- nador siempre suele decantarse por una dirección prioritaria, aunque el tener alternativas trabajadas enriquece la cultura táctica del equipo y permite res- ponder a situaciones imprevistas durante la competición. Es por esto que algu- nos de los principios que aparecen en el esquema serían aplicables en más de una categoría. Así, aspectos como circular el balón con pocos toques, moverse continuamente para dar soluciones al poseedor de la pelota, jugar los balones a los espacios y no al pie del compañero, abrir el campo para dar amplitud, dar profundidad mediante los movimientos de los delanteros al tiempo que se genera espaciointerior, jugar al tercer hombre, incorporar a los laterales para crear situaciones de superioridad numérica, vencer la primera línea de presión rival mediante la conducción del balón, alternar el juego corto con el juego largo, llevar el balón hacia una banda y buscar cambios de orientación, variar los tipos de desmarques: de apoyo y de ruptura, tener variantes en la finalización de las jugadas incluyendo los tiros desde fuera del área, etc., son principios fundamentales para conseguir un buen juego ofensivo. El mismo procedimiento se puede seguir para el juego defensivo del cual se podrían señalar los siguientes enunciados característicos: ocupar una correcta y rápi- da posición cuando el contrario recupera la pelota, presión de los jugadores adelantados tras pérdida, cerrar las líneas de pase interiores para llevar al atacante hacia las posiciones donde se puede robar el balón más fácilmente, coberturas y permutas tras ser superadas las líneas de presión, correcto posi- cionamiento en los envíos frontales y diagonales al área, marcaje a los juga- dores que se incorporan al remate en los centros laterales, salida rápida tras despeje encimando al oponente si no se coge el rechace, utilización del fuera de juego como recurso, etc. 22 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com Una vez definidos todos los principios básicos que cada entrenador de- cide que deben regir el comportamiento colectivo en cada uno de los cuatro momentos del juego, se pueden ampliar los mismos en categorías de menor entidad: sub-principios, sub-principios de los sub-principios, etc. (Mourinho, en Oliveira et al., 2007). El objetivo de todo ello es identificar de manera clara las conductas colectivas a desarrollar para poder diseñar tareas de entre- namiento que favorezcan la ocurrencia de determinados comportamientos y faciliten su asimilación, evitando ofrecer a los futbolistas estímulos lineales a lo largo de sesiones sucesivas. Así, por ejemplo, sobre un principio defensivo como la cobertura podría plantearse una progresión metodológica para el proceso de enseñanza-aprendizaje. La primera de las tareas podría ser una situación en la que 3 atacantes se enfrentan a 2 defensores en un espa- cio reducido y deben llegar a la línea de fondo rival. Sobre esta estructura sencilla se pueden ir añadiendo más elementos: 4 atacantes, 3 defensores, portero, zonas prefijadas de defensa, etc., hasta acabar en situaciones más semejantes a la competición. De este modo se pretende lograr un aprendi- zaje por descubrimiento guiado (Ruiz Pérez, 1994), para que el futbolista averigüe e interiorice los principios trabajados adaptándolos a su esque- ma cognitivo. En cualquier caso, trazar sobre un papel las señas de identidad que debe tener un equipo resulta una labor de relativa sencillez para cualquier técnico titulado. El salto cualitativo lo marcan los entrenadores que son capaces de llevar con éxito a la práctica sus planteamientos teóricos. Es aquí donde, pro- bablemente, mejor se pueden apreciar las diferencias entre los entrenadores y los “alineadores” de futbolistas. No vale ya con quedarse en el paso –fun- damental por otra parte- de saber quiénes son los mejores y peores jugadores del equipo, sino que es necesario estructurar conductas cooperativas entre los futbolistas en todos los momentos del juego y en todas las circunstancias que puedan darse en el transcurso de un partido. Este aspecto se conseguiría me- diante la definición del estilo de entrenamiento a emplear, es decir, el proceso para lograr los resultados pretendidos. Mediante esta filosofía de entrena- 23 Javier Mallo www.futboldelibro.com miento se pretende reflejar la forma de gestionar las relaciones interperso- nales entre el técnico y los jugadores dentro y fuera del campo, así como la implantación de una metodología de trabajo que lleve a todos los jugadores a adoptar como propio el modelo de juego del equipo. La dirección de grupos en el fútbol de élite representa uno de los grandes desafíos para los entrenadores por los, en muchos casos, desmesurados egos de los futbolistas que comprometen el objetivo de buscar una unidad funcional grupal. Han sido muchos los estudios realizados durante los últimos años que han concluido que la emoción es un importante catalizador de la conducta (Damasio, 2005; Punset, 2010). Este tipo de trabajos basados en la inteligen- cia emocional puede proporcionar información muy valiosa a los técnicos de cara a la gestión de grupos humanos, ayudando a elaborar estrategias para atraer al futbolista hacia la actividad a realizar y aislándole de los múltiples factores externos que suelen contaminar su salud mental. Para conseguir que el futbolista acuda con una actitud positiva a la sesión debe recobrar el pla- cer originario por el juego y el deseo por aprender y mejorar a través del entrenamiento. Una vez que el futbolista tiene la capacidad de controlar sus emociones y liberar su mente, le resultará más fácil ser creativo en el campo. El abuso de los entrenamientos tediosos o la repetición sistemática de tareas no significativas conllevarían un efecto contrario, alejando al futbolista de las emociones primitivas que le llevaron a elegir dicha profesión. Así mismo, el aprendizaje de técnicas para la mejora de la interacción social puede resultar primordial para los futbolistas al favorecer la adopción de conductas de em- patía y cooperación con los compañeros (Punset, 2011). En cualquier caso, la dificultad que este tema entraña requiere una aproximación tan minuciosa que se escapa de los objetivos del presente libro. A pesar de que el entrenador puede tener claramente definido su modelo de juego y su estilo de entrenamiento, existen numerosos condicionantes que pueden incidir en los resultados finales. Sin duda, el que mayor relevancia pre- senta es el nivel de los jugadores que forman el equipo, puesto que la materia prima influye decisivamente en la calidad de la obra. La situación ideal sería aquella en la que el entrenador tiene plena capacidad de decisión respecto a qué jugadores incorporar al equipo en base a su forma de jugar y entrenar, aunque este factor de incuestionable trascendencia no siempre queda a su alcance. Al analizar la evolución del fútbol a lo largo de los años se puede observar que el criterio para la selección de los futbolistas se ha ido modifi- cando. Posiblemente fue Rinus Michel el primer revolucionario con su concep- ción de fútbol total o “pressing football” (Batty, 1980). Esta idea fue mejorada 24 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com e introducida en España años más tarde por Johan Cruyff, en la que primaba la involu- cración de todos los jugado- res en las tareas ofensivas y defensivas del equipo, ejecu- tando las acciones técnicas a una elevada velocidad. A fi- nales de los años ochenta fue Arrigo Sacchi el que dotó de un nuevo componente cualitativo a los equipos: la organización táctica (Ac- came, 1995). Aspectos como el desarrollo de los sistemas defensivos zonales y la presión sobre el adversario para reducir el espacio y el tiempo para operar, obligaron a los futbolistas a agilizar los procesos cognitivos, ya que debían dar solución a los problemas que el rival les planteaba con una mayor premura temporal. Los entrenadores de mayor prestigio en la actualidad han optimizado los bagajes anteriores dotando a los equipos de un carácter extre- madamente competitivo mantenido durante períodos prolongados de tiempo, tal y como exige el actual calendario de competiciones. El tradicional período preparatorio ha ido paulatinamente desapareciendo y la competición apare- ce desde casi el inicio de los entrenamientos hasta el final de la temporada. Por lo tanto, no es de extrañar que cualquier entrenador quiera para su equi- po jugadores que manejan todos los componentes anteriormente enunciados: velocidad, técnica, inteligenciatáctica y competitividad. Son éstos, criterios fundamentales a la hora de reclutar jugadores jóvenes para el fútbol base de los grandes clubes. Además de la plantilla de futbolistas puesta a disposición del entrenador, resulta necesario acotar otra serie de factores externos que condicionan el sistema. Formar un cuerpo técnico en el que todos sus integrantes comparten y respetan una misma filosofía de trabajo estructurada en torno al modelo de juego del equipo se antoja fundamental. La disociación longitudinal de las tareas en la sesión, siendo el preparador físico el responsable de las activi- dades sin balón y el entrenador de la introducción de los contenidos con la pelota ha quedado obsoleta, dando paso a una perspectiva más transversal donde todos los técnicos deben tener una actuación coordinada durante la sesión transmitiendo mensajes inequívocos a los jugadores. Para poder cumplir este propósito resulta fundamental que el entrenador se rodee de personal cualificado y pro-activo a su alrededor (Espar, 2010), pues ello revertirá a 25 Javier Mallo www.futboldelibro.com la larga en una mejora de la calidad del entrenamiento y en unas mayores posibilidades de éxito para el equipo y, por consiguiente, para el entrenador. Conviene definir también las estrategias de comunicación con el resto de personal de apoyo que rodea el día a día del equipo. A medida que el fútbol se ha ido globalizando los clubes han ido incorporando a su estructura más personal con distintas funciones, lo que ha incrementado la complejidad de las redes de intercambio de información. Dos frecuentes áreas de conflicto para los entrenadores suelen venir representadas por la dirección deporti- va y el departamento médico, en especial cuando las responsabilidades de cada sección no están claramente definidas de antemano. Punset (2011) se- ñala la capacidad para resolver conflictos como uno de los conocimientos más importantes para la supervivencia en el siglo XXI. Por ello, debe existir una adecuada jerarquización del proceso de toma de las decisiones finales para evitar los conflictos de intereses, por lo que cuanto antes sean identificadas las líneas maestras de actuación, mayor probabilidad habrá de disminuir los malos entendidos. Los recursos materiales de los que el club dispone (campos de fútbol, gim- nasio, clínica, autobuses, hoteles, etc.) deben ser inventariados y puestos al servicio del beneficio colectivo. Así mismo, resulta imprescindible conocer el entorno socio-económico del club antes de iniciar la travesía. Es una realidad del fútbol profesional que la inmediatez del resultado se antepone al proceso que lleva su consecución. De este modo, si un entrenador pretende desarrollar una filosofía de entrenamiento a largo plazo y va a un club con una elevada presión social y premura por los resultados, o se adapta a la exigencia tem- prana o tendrá muchas probabilidades para su partida rápida. Por ello, en ocasiones, es mejor no aceptar la propuesta de un equipo si éste no cumple con unos requisitos mínimos que hagan viable el objetivo. Por último, los facto- res culturales de cada entorno pueden limitar la aplicación de determinados modelos de juego. Cada club, y sus aficionados, suelen tener sus rasgos futbo- lísticos característicos y el entrenador debe ser consciente de ellos para no ver comprometida la aplicación de su idea de juego. La Figura 2 resume de manera esquemática el proceso de toma de deci- sión inicial del entrenador respecto a los aspectos más relevantes que condi- cionan el entrenamiento de un equipo de fútbol. Cuanto mayor sea el poder del entrenador en este proceso de decisión, más garantías tendrá de dirigir deportivamente el equipo según sus ideas. Quizás el paradigma de este plan- teamiento sea el modelo tradicional del fútbol inglés, en el que la figura del entrenador-mánager abarca no sólo la labor de entrenamiento diario del 26 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com equipo, sino la capacidad para opinar y decidir respecto a todos los aspectos esenciales que rodean el funcionamiento del club. A medida que el entrena- dor ha ido perdiendo su cuota de poder dentro del organigrama del club, su responsabilidad en la toma de decisión ha disminuido casi de modo inverso al aumento de su inestabilidad laboral, siendo habitualmente la primera persona prescindible en cuanto los resultados deportivos no acompañan. Figura 2. Proceso básico de toma de decisión del entrenador al iniciar el trabajo en un equipo 1.2 dimensiones del enTrenamienTo Partiendo de las ideas esbozadas en el apartado anterior, podrían seña- larse dos herramientas de extrema importancia a manejar por los entrena- dores: la capacidad para diseñar un modelo de juego que optimice las ca- racterísticas de los futbolistas que forman parte de la plantilla y la habilidad para desarrollar un estilo de entrenamiento que permita obtener el máximo rendimiento colectivo en la competición. A su vez, este estilo de entrenamiento a adoptar debe conjugar la manera de dirigir el equipo fuera, ocupándose de los aspectos relativos a la gestión de las relaciones interpersonales, y dentro del terreno de juego. Cada uno de estos conceptos da lugar a un análisis muy profundo, por lo que el presente libro se ha centrado únicamente en la parte relativa a la metodología de trabajo en campo, concibiendo el entrenamiento del fútbol como un sistema dinámico y ecológico, en el cual existe una continua 27 Javier Mallo www.futboldelibro.com interacción con el entorno. Las propuestas no son únicas e irreversibles sino que son sometidas a un permanente análisis y ajuste dependiendo de cada momento. De este modo, el sistema está siempre en evolución y se enriquece a partir de las interrelaciones surgidas entre los jugadores. El punto de partida del proceso radica en establecer dos dimensiones cla- ramente diferenciadas: el entrenamiento colectivo del equipo y el entrena- miento individual del futbolista (Figura 3). La concepción reduccionista tradi- cional ha llevado a parcelar y tratar de manera aislada los componentes del rendimiento del futbolista buscando un efecto sumatorio final. La grandeza del fútbol impide la consecución de este presupuesto teórico puesto que el todo es mucho mayor que la suma de las partes, más aún cuando son once jugadores los que participan por equipo, lo que incrementa exponencialmente la comple- jidad de las redes de interacción en la acción de juego (Sampedro, 1999). Por ello, la esencia del trabajo debe estructurarse en torno a aspectos colectivos de la organización del equipo, ya que es esta especificidad la que relaciona al futbolista con el fútbol. Cada sesión en campo debe partir de unos objetivos tácticos a alcanzar, jerarquizados en principios y sub-principios (Mourinho, en Oliveira et al., 2007) y conjugados con una dinámica de los esfuerzos: más lar- gos o más cortos, con mayor o menor recuperación, en función del momento de Figura 3. Dimensiones del entrenamiento 28 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com la semana o mes de la temporada en el que se encuentre el equipo. No existe una regla estándar que delimite la duración de una sesión en campo. Los técni- cos deben desarrollar una aguda capacidad de observación para determinar en qué momento las tareas planteadas dejan de ser efectivas para lograr el propósito pretendido. Este tiempo variará de unos jugadores a otros según su capacidad para asimilar los conceptos. El objetivo de los técnicos debe ser optimizar los tiempos de trabajo y la energía de los jugadores, consiguiendo los mayores efectos empleando el menor tiempo posible. El entrenamiento individual del futbolista no puede entenderse como un fin en sí mismo, ya que el objetivo final ha de ser siempre integrar la prestación de cada jugador al servicio del equipo. Esta noción resulta crucial para no confundir la dirección del proceso.De tomar erróneamente este camino las ciudades deportivas de los clubes de fútbol acabarán siendo gimnasios para clientes exclusivos y actividades como el yoga o el pilates acabarán siendo más importantes que el propio juego. Como sabiamente señala Seirul·lo (en Pol, 2011), este tipo de actividades complementarias pueden ser beneficiosas para la salud, pero su entorno descontextualizado no implica una mejora de las cualidades futbolísticas. Es por ello que este entrenamiento individual no forma parte de la sesión propiamente dicha sino que tiene una entidad inde- pendiente que se puede realizar antes y después de la misma (Figura 4). Figura 4. Estructura del entrenamiento 29 Javier Mallo www.futboldelibro.com El trabajo previo a la sesión debe tener como objetivo preparar al futbo- lista para las actividades a realizar en el terreno de juego, de ahí que se le pueda dar el nombre de pre-entrenamiento o pre-activación. La duración pue- de oscilar entre los 15 y 30 minutos y nunca debe conllevar el desarrollo de fatiga, puesto que el objetivo es precisamente el opuesto. Los ejercicios a rea- lizar deben partir de un estudio pormenorizado del futbolista y de sus reque- rimientos, primando siempre la calidad sobre la cantidad en las ejecuciones. Resulta primordial para el entrenador contar con el mayor número posible de futbolistas a la hora de afrontar cada partido de competición. Esta eleva- da disponibilidad de jugadores favorece la gestión de los recursos humanos e incrementa las posibilidades de éxito. El desarrollo de programas individuali- zados orientados hacia la prevención de lesiones es un aspecto muy importan- te a incluir en la rutina diaria de pre-entrenamiento para lograr este objetivo, aunque siempre deben llevarse a cabo respetando la peculiaridad del propio deporte. En ocasiones, el excesivo enfoque hacia las tareas preventivas hace que pueda perderse de vista la finalidad principal, que es que el futbolista compita. El fútbol es un deporte de rendimiento y en el alto nivel los futbolistas deben ser llevados a las cotas más altas de exigencia. Es importante, por lo tanto, ajustar el balance entre rendimiento y salud. De nada servirá contar con una incidencia de lesiones muy baja si el equipo no es capaz de rendir en la competición. De hecho, un índice de lesiones extremadamente reducido podría deberse a un excelente trabajo preventivo, aunque también podría plantearse si los futbolistas se han quedado lejos de su límite potencial de adaptación. De nuevo se impone la reflexión continúa, para elevar al máximo estos umbrales teóricos de rendimiento de los deportistas sin aumentar su riesgo de lesión. Estudios llevados a cabo con futbolistas profesionales suecos han revelado que aquellos jugadores que durante la temporada anterior habían sufrido lesiones en los músculos isquio-peronéo-tibiales (en adelante isquiotibiales), en la ingle y lesiones traumáticas en la articulación de la rodilla tenían entre dos y tres veces más riesgo de sufrir el mismo tipo de lesión durante la siguien- te temporada (Hägglund et al.,2006). Por ello, un análisis detallado de la historia clínica del futbolista complementado con una exploración funcional, puede aportar datos que ayuden a prescribir protocolos de ejercicios preven- tivos individualizados. Así, aspectos como la estabilidad y movilidad articular (principalmente en tobillo, rodilla y cadera para los jugadores de campo), alteraciones de la pisada, dismetrías de los miembros inferiores, posición de la pelvis en relación al eje transversal, falta de tono en la musculatura lumbo- abdominal, problemas para disociar los movimientos entre la zona superior e 30 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com inferior de la espalda, etc., pueden requerir de un tratamiento especial para evitar futuras lesiones. Además del riesgo de lesión que presenta cada futbolista por su historial médico y sus características biomecánicas, existe un riesgo poblacional asocia- do a la práctica del fútbol. A raíz de la publicación por parte del Centro de Evaluación e Investigación Médica de la FIFA (F-MARC) de un protocolo unifi- cado para la definición y registro de las lesiones (Hägglund et al., 2005; Fuller et al., 2006), han sido varios los estudios que han tratado de recoger la epide- miología de los futbolistas profesionales. Este tipo de investigaciones (Waldén et al., 2005) ha permitido concluir que los futbolistas participantes en la Liga de Campeones de la UEFA presentaban un índice de 9,4 lesiones por cada 1000 horas de exposición al fútbol, siendo más alto el riesgo de lesionarse en el transcurso de un partido (30,5 lesiones por 1000 horas) que durante un entrenamiento (5,8 lesiones por 1000 horas). A partir de los estudios publica- dos en la bibliografía internacional no se puede concluir que exista una única causa responsable de las lesiones sino que éstas pueden deberse a aspectos como la existencia de lesiones previas (Hägglund et al., 2006), al género de los futbolistas (Hägglund et al., 2009), la superficie de juego (Ekstrand et al., 2006), la región donde se disputa la competición (Hägglund et al, 2005; Wal- dén et al., 2005; Eirale et al., 2012), la densidad del calendario competitivo (Ekstrand, 2008; Dupont et al., 2010; Dvorak et al., 2011) e incluso factores como el puesto específico ocupado por los futbolistas dentro del sistema de juego del equipo (Dadebo et al., 2004; Fuller et al., 2004; Morgan y Ober- lander, 2004; Woods et al., 2004) o el momento de la temporada en las que ocurren (Waldén et al. 2005; Ekstrand et al., 2011) podrían tener también una influencia. En estudios personales llevados a cabo durante los últimos años con futbolistas españoles de Segunda División “B” se pudo determinar cómo el riesgo de sufrir una lesión era prácticamente idéntico al de los jugadores de alto nivel: 9,3 lesiones por cada 1000 horas, aunque la incidencia de las mis- mas era 10 veces mayor durante los partidos que en los entrenamientos (Mallo et al., 2011; Mallo y Dellal, 2012). A pesar de que el riesgo de padecer una lesión parece ser muy semejante entre distintas poblaciones, más importante que determinar la frecuencia con que éstas ocurren resulta concretar su repercusión en cuanto a los días de baja deportiva que conllevan (San Román, 2003). En este sentido, sí parece que el nivel de la competición incide en esta variable puesto que el número de días de baja era casi un 30% mayor en los futbolistas de la Primera y Segunda División “A” española (909 días de baja por equipo por temporada; Noya y 31 Javier Mallo www.futboldelibro.com Sillero, 2012) que en aquéllos de Segunda División “B” (704 días de baja por equipo por temporada; Mallo, 2012a). De un modo similar, la severidad de las lesiones también guardaba relación con el nivel de la competición, ya que la incidencia de episodios de moderada gravedad (períodos de baja entre 8 y 28 días) fue superior en los jugadores participantes en la Champions League (Waldén et al., 2005) que en los de Segunda División “B” (Mallo, 2012a): 2,8 frente a 2,3 lesiones por cada 1000 horas de práctica, respectivamente. Más aún, este riesgo era prácticamente tres veces mayor (1,4 frente a 0,5 lesiones por cada 1000 horas) cuando se comparaba el índice de lesiones graves (más de 28 días de baja) entre los anteriores niveles de competición (Waldén et al., 2005; Mallo, 2012a). 32 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com Una vez conocidos los factores de riesgo individuales y poblaciones de los futbolistas, resulta conveniente desarrollar una estrategia de trabajo preven- tivo que intente reducir la ocurrencia de los episodios de lesión. Las lesiones musculares localizadas en la parte posterior del muslo han sido descritas como las más frecuentes en los futbolistas (Waldén et al., 2005; Ekstrand et al., 2011; Mallo, 2012a; Noya y Sillero, 2012) y por ellorequieren de medidas profilácticas en un intento por disminuir su incidencia. Diversos estudios se han ocupado en los últimos años de analizar cómo la ganancia de fuerza excén- trica puede contribuir a disminuir el riesgo de padecer este tipo de lesión (As- kling et al., 2003; Mjolnes et al., 2004; Árnason et al., 2008). Existe una gran variedad de ejercicios que pueden solicitar a la musculatura isquiotibial la realización de este tipo de contracciones excéntricas, pasando desde ejercicios que no requieren material auxiliar, como los denominados “nórdicos” (Mjolnes et al., 2004), al empleo de balones suizos, tablas deslizantes, tirantes muscula- res o sistemas inerciales más complejos como las máquinas yo-yo (Askling et al., 2003) o las poleas cónicas. La selección de los contenidos debe realizarse de forma minuciosa adaptándose siempre a las necesidades de cada jugador y respetando la correcta ejecución técnica del ejercicio. Tal y como se indicó con anterioridad, la calidad debe primar sobre la cantidad y en ningún caso el futbolista debe arrastrar una fatiga que comprometa su rendimiento posterior en campo. Otro elemento que puede ayudar a la prevención de las lesiones de la musculatura isquiotibial es la activación de los glúteos. Se trata éste de un gran grupo muscular que, debido a la actividad diaria sedentaria, permanece durante largos períodos de tiempo en un estado de “desconexión”, sin ape- nas ser solicitado. Su activación en la fase previa al trabajo en campo puede revertir en mejoras funcionales al incidir en una mayor eficiencia muscular de los isquiotibiales. Por último, la mejora de la flexibilidad de los músculos de la cara posterior del muslo también se ha mostrado como una medida efectiva para reducir su riesgo de lesión (Witvrouw et al., 2003). 33 Javier Mallo www.futboldelibro.com La musculatura aductora de la cadera resulta ser también una zona procli- ve a la lesión en el futbolista (Ekstrand et al., 2011; Mallo, 2012a), de ahí que requiera un tratamiento específico. De nuevo, la realización de contenidos su- pervisados que impliquen contracciones excéntricas mediante ejercicios asisti- dos, balones suizos, tablas deslizantes, poleas cónicas, etc. pueden servir para intentar disminuir su riesgo de lesión. Complementariamente, los desequilibrios entre los pares de fuerza que rodean la cintura pélvica pueden dar lugar a patologías como la osteopatía dinámica de pubis, que conllevan períodos de baja prolongada. La combinación de ejercicios para el fortalecimiento y coor- dinación de los músculos que rodean la pelvis han contribuido a prevenir este tipo de lesiones (Holmich et al., 1999). Los músculos del tríceps sural y del cuádriceps completan la localización de las lesiones musculares más frecuentes de los futbolistas (Ekstrand et al., 2011). De especial interés resulta la observación realizada por Noya y Sillero (2012) respecto a las lesiones sufridas en el recto femoral, que fue el tipo de lesión muscular que más días de baja provocó en equipos profesionales españoles. Al estar este músculo, que actúa sobre la articulación de la cadera y de la rodilla, continuamente solicitado en acciones del juego como los golpeos, saltos o para frenar y cambiar de dirección, requiere una específica consideración a la hora de realizar los programas preventivos. De manera adicional a las lesiones musculares, las patologías articulares presentan también un gran impacto en la no disponibilidad de los futbolistas para la competición (Waldén et al., 2005; Mallo, 2012a; Noya y Sillero, 2012). Descartando aquellas lesiones que son producto de traumatismos di- rectos y por tanto difíciles de evitar, la potenciación de la musculatura peri- férica articular y los trabajos de reeducación sensitivo-perceptivo-motriz (los llamados ejercicios de propiocepción) se han mostrado efectivos para prevenir las lesiones de tobillo y rodilla (Caraffa et al., 1996; Junge et al., 2002), lo que ha derivado en una reducción del 50% en el riesgo de los futbolistas de experimentar esguinces de tobillo (Ekstrand, 2008). Además de la prevención de lesiones, otra orientación del trabajo en el período previo a la sesión en campo puede consistir en la introducción de ejercicios destinados a la mejora de las distintas manifestaciones de fuerza del futbolista. En este caso, el tratamiento de la fuerza debe seguir un enfoque funcional dirigido al desarrollo de la fuerza aplicada a los movimientos pro- pios del deporte y nunca hacia los músculos en sí. Es por ello que los ejercicios clásicos tomados del “body-building”, basados en las máquinas de muscula- ción, y las series prolongadas de ejercicios de abdominales concéntricos, no 34 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com parecen ser el sustrato adecuado para el futbolista. Los ejercicios a plantear deben respetar la actividad del futbolista y el tiempo disponible para apli- car la fuerza dentro del deporte, de modo que aspectos como los apoyos monopodales, la coordinación intra e intermuscular y los “pilares de fuerza” (Athletes Performance, 2011) cobran una especial relevancia. Estos contenidos deben ajustarse a la competencia motriz de cada deportista, estructurándose progresiones metodológicas dentro de los mismos. Es fundamental asegurar la correcta biomecánica durante los ejercicios, con una posición (neutra) de la columna vertebral y con los vectores de fuerza dirigidos en las direcciones adecuadas, incluyendo no sólo movimientos lineales sino también manifesta- ciones de la fuerza en rotación, que es como muchas veces se ejerce la fuerza en el fútbol. Dentro de este apartado se podrían incluir también ejercicios ejecutados a una alta velocidad y con una corta duración, como los clásicos pliométricos de bajo impacto, orientados hacia la activación neuromuscular para facilitar la actividad posterior en campo. Aunque la mayoría de las actividades planteadas en los equipos previas a la sesión van enfocadas hacia el componente condicional, no se debe pasar por alto la posibilidad de introducir aspectos de índole psicológico (entrena- miento mental) o técnico-táctico. En este caso, la pre-activación iría ligada al componente cognitivo. Este tipo de trabajos puede servir para anticipar tareas o situaciones que se van a plantear en la sesión en campo para facilitar su posterior desarrollo. El uso de medios audiovisuales puede favorecer estas actividades encaminadas a conseguir un efecto de “feedforward”, es decir, alimentar la actividad posterior a realizar. El entrenamiento a efectuar a la conclusión de la sesión en campo guarda una estrecha relación con el realizado precediendo a la misma, aunque en este caso la finalidad del mismo se dirige a acelerar los proceso de recupe- ración. El rendimiento se puede descomponer de una manera teórica en los efectos causados por el entrenamiento y en la fatiga que su realización ha producido. Si los efectos del entrenamiento son grandes pero la fatiga acumu- lada es elevada, el futbolista tendrá poco margen de progresión y dificultad para tener un máximo rendimiento al día siguiente. Es por ello que ambos as- pectos deban conjugarse, buscando la consecución de los mayores efectos con la menor acumulación de fatiga. En esta fase post-sesión pueden incluirse ejercicios de fuerza complementa- rios, así como estiramientos y trabajos de flexibilidad, aunque buena parte de este período debe estar ocupado por los medios de fisioterapia, principalmen- te mediante la terapia manual. Todas aquellas estructuras acortadas o daña- 35 Javier Mallo www.futboldelibro.com das por el entrenamiento deben ser tratadas para intentar que el futbolista afronte la siguiente sesión de entrenamiento en un estado óptimo. De modo complementario, la hidroterapia (bañeras de hielo, contrastes) adaptada al tipo de contenido previo puede ser un medio auxiliar para completar este pro- ceso. Asegurar la adecuada reposición hídricay de nutrientes a la conclusión del entrenamiento es otro objetivo fundamental. En caso de que sea necesario, el empleo de ayudas ergogénicas puede facilitar al deportista optimizar los procesos de recuperación y prevenir la aparición de estados deficitarios. Tampoco se puede desdeñar la realización de trabajos de análisis táctico a la conclusión del trabajo en campo. En este caso, la finalidad sería evaluar la actividad realizada ejerciendo una acción de retroalimentación o “feedback”. De nuevo, el empleo de sistemas de análisis de vídeo puede ser una ayuda inestimable para lograr que el futbolista asimile mejor los contenidos, con ex- plicaciones adaptadas al ritmo de aprendizaje individual de cada persona. Por último, el entrenamiento psicológico del futbolista también puede ocupar un lugar importante a la conclusión de la sesión colectiva. 36 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com 37 Javier Mallo www.futboldelibro.com capítuLo 2. La sesión de entrenamiento coLectivo en campo Tomando como referencia el esquema de la Figura 3 (pág.27), este capítu- lo tiene como objetivo presentar una metodología para estructurar las tareas en campo en el entrenamiento del fútbol. El enfoque puede resultar ser algo diferente al de otros libros con similar propósito, puesto que en el caso actual se pretende integrar los aspectos relacionados con la organización táctica del equipo, que suelen ser patrimonio del entrenador, con aquéllos relativos a la dinámica de los esfuerzos, que suelen corresponder al preparador físico. De este modo se busca respetar la concepción holística del entrenamiento expues- ta en las páginas anteriores y la necesidad de que todos los integrantes que forman el cuerpo técnico de un equipo de fútbol sean capaces de trabajar sobre un ideario común. La sesión colectiva representa el núcleo del entrenamiento ya que son los “debe- res” diarios que el futbolista debe realizar para llegar al “examen” (partido) con un abanico amplio de respuestas para dar solución a todos los tipos de problemas que la competición le pueda suscitar. El hablar de sesión colectiva no quiere nece- sariamente implicar que todos los jugadores tengan que recibir los mismos tipos de estímulos, pero sí que todos los estímulos planteados deben ir en la misma dirección. Es por ello que el diseño de las tareas debe arrancar del modelo de juego seleccio- nado, a partir del cual se trabajan los principios del juego y cualquier sub-categoría establecida en base a los mismos (Frade, en Díaz 2012). La manera en que esto se lleve a la práctica diferirá de unos técnicos a otros en función de su estilo de entrena- miento, ya que a cada ejercicio el técnico le da su visión particular para adueñarse del mismo y aplicarlo a sus jugadores. Como se indicó con anterioridad, no existe una única vía para alcanzar cada uno de los objetivos sino que, partiendo de unos parámetros que contextualizan la situación, cada técnico puede plantear multitud de variantes en fun- ción de su creatividad. Por todo lo anterior, el entrenamiento diario debe integrar tareas confeccionadas en base a los aspectos esenciales del funcionamiento del equipo, pudiéndo- se secuenciar cronológicamente en las tres fases que se abordarán con mayor extensión a lo largo de los siguientes apartados (Figura 5). 38 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com Figura 5. Estructura de la sesión de entrenamiento colectivo en campo 2.1 la parTe inicial de la sesión El inicio de toda actividad física exigente va precedido de una puesta en acción progresiva que se conoce habitualmente como calentamiento. El calen- tamiento puede considerarse como una fase de transición en la que es necesa- rio conocer de dónde viene el jugador (de casa, del fisioterapeuta, del gimna- sio, de trabajar si no vive exclusivamente del fútbol) y hacia dónde va a ir (cuál es la parte fundamental de la sesión). Los beneficios fisiológicos conseguidos a través del calentamiento han sido detallados en numerosos textos, destacan- do el favorecer la adaptación paulatina al esfuerzo de todos los sistemas y órganos del deportista intentando evitar la ocurrencia de lesiones (Weineck, 1988). Pero no hay que quedarse únicamente en este nivel de actuación puesto que, al mismo tiempo, se requiere conseguir una activación mental adecuada para que el jugador sea capaz de aprovechar la sesión desde el inicio de la misma. Es por ello que el calentamiento no deba únicamente ceñirse a estímulos condicionales sino que los contenidos específicos a la motricidad básica del de- porte tienen que ser complementados con otros de tipo cognitivo, planteando actividades que impliquen la resolución de pequeños problemas. 39 Javier Mallo www.futboldelibro.com Al no presentar un fin en sí mismo podría realizarse siempre el mismo tipo de puesta en acción en las sesiones. Limitar esta parte inicial del entrenamien- to a la repetición siempre de un mismo tipo de estímulo puede llevar a los jugadores a una adaptación al mismo y, con el tiempo, la respuesta acabará siendo menos efectiva. Para evitar esta acomodación perceptiva es interesante variar las propuestas para exigirles una alerta cognitiva. Tampoco es conve- niente ir al extremo contrario, planteando calentamientos con multitud de acti- vidades y gran variedad de estímulos que conllevarían una sobre-solicitación sensorial de los futbolistas. El calentamiento debe ser preparatorio y no una interferencia para la parte principal de la sesión. Para poder llevar a cabo calentamientos variados y dinámicos resulta fun- damental la educación de los jugadores. Si un grupo está acostumbrado a realizar siempre calentamientos muy organizados sin balón y un día se intro- duce un calentamiento creativo con balón, posiblemente no todos los jugadores interioricen la modificación y no se consigan los objetivos básicos de esta parte inicial. Por ello, se requiere una adecuada progresión en los estímulos que se proporcionan a los jugadores a lo largo de la temporada. Si se quiere tener jugadores rápidos, técnicos y con autonomía en la toma de decisión, se debe intentar que estas cualidades se plasmen en todas las partes de la sesión, por lo que los calentamientos no deben abusar de situaciones cerradas y estereo- tipadas ejecutadas a una baja intensidad. 2.1.1 Fases del calentamiento La Figura 5 sintetiza tres fases en que, de manera teórica, se puede dividir la parte inicial de la sesión: calentamiento general, calentamiento específico y activación. Esta estructura no tiene que seguirse literalmente en todos los entre- namientos sino que es una forma de secuenciar los objetivos a conseguir. Como sucede muchas veces, al adentrase en la práctica los límites entre cada una de las fases no quedan tan claramente marcados, por lo que hay contenidos que podrían emplearse en más de una. Tampoco existe una duración exacta para cada fase sino que éstas se deben ajustar a los condicionantes de cada mo- mento. Una situación meteorológica desapacible con frío y viento requiere de un calentamiento más estructurado y sencillo; condiciones ambientales más fa- vorables permiten generar mayor variedad de propuestas. En cualquier caso, cada técnico es el gestor de la organización de los contenidos respetando siempre una concordancia con las tareas a realizar durante la parte principal de la sesión. 40 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com El calentamiento general tiene como propósito aumentar la respuesta de los distintos sistemas (cardiovascular, respiratorio) que se encargan del apor- te del oxígeno para su utilización a nivel muscular al tiempo que se eleva la temperatura corporal. Esta fase puede incluir carrera continua, ejercicios implicando grandes grupos musculares (brazos, tronco, piernas), estiramientos dinámicos y ejercicios de movilidad articular. El trabajo con balón, a una bajaintensidad, no tiene que estar necesariamente excluido de esta fase del calen- tamiento. No conviene alargarse en demasía en esta fase de ahí que en futbo- listas profesionales de alto nivel apenas 5 minutos son necesarios para cumplir los objetivos pretendidos, siempre y cuando desde el inicio los jugadores estén mentalmente concentrados en el trabajo. La segunda de las fases, el calentamiento específico, incluye patrones mo- trices más propios del deporte (cambios de dirección, saltos, aceleraciones) sin o con el balón, que pueden ser realizados con las interacciones de compañeros e incluso adversarios, como podría ser el caso de los rondos. Los contenidos de esta fase deben guardar una mayor relación con la parte principal de la sesión, facilitando una transición hacia la misma para lograr un óptimo apro- vechamiento del tiempo efectivo. Por último, el calentamiento puede concluirse con una activación, que enca- dena la parte inicial con la principal de la sesión. Los contenidos a emplear pueden enfocarse hacia el sistema nervioso central solicitando respuestas cog- nitivas durante la actividad. El volumen de estímulos no debe ser elevado, ase- gurando la recuperación completa entre los mismos, para no arrastrar fatiga a la siguiente parte de la sesión. Incluso algunas de las tareas tácticas que más tarde se expondrán en detalle pueden incluirse en esta fase adaptando la intensidad al momento de la sesión. Aunque, como se señaló previamente, cada situación requiere su conside- ración individual, 15 minutos debe ser tiempo suficiente para completar el calentamiento. Puede ser adecuado dejar siempre 1-2 minutos al final del mismo, o entre la fase específica y la de activación, para que los futbolistas se hidraten y para que hagan algún tipo de actividad por iniciativa propia, ya que siempre hay algún jugador que prefiere realizar rutinas de ejercicios espe- cíficas por su cuenta a lo largo de esta parte inicial. A no ser que sea por causas justificadas, calentamientos de 25-30 minutos no hacen sino crear una fatiga mental y física adicional al futbolista y limitar el tiempo para desarrollar las tareas de la parte principal de la sesión. 41 Javier Mallo www.futboldelibro.com 2.1.2 Tipos de calentamiento No necesariamente todos los jugadores tienen que hacer el mismo tipo de calentamiento en una sesión. Si, por ejemplo, en la parte principal de la sesión el bloque ofensivo del equipo va a realizar finalizaciones y el bloque defen- sivo va a trabajar la salida del balón, se puede partir de un calentamiento general para luego cada bloque realizar un calentamiento específico y una activación diferente relacionados con la tarea posterior. El calentamiento no debe ser patrimonio exclusivo del preparador físico sino que deben estable- cerse relaciones de colaboración entre los técnicos para ofrecer propuestas cualitativas a los jugadores. Un calentamiento en dos grupos de 10 jugadores dirigido por dos técnicos tendrá más calidad que un calentamiento realizado por un solo técnico a un grupo de 20 jugadores mientras el otro entrenador está contemplando su ejecución. A efectos del presente texto se ha establecido una sencilla clasificación de los tipos de calentamiento tomando como referencia una premisa principal: si se utiliza o no el balón (Figura 6). A partir de esta clasificación se pueden ela- borar progresiones en cada categoría para adaptarlos a las distintas fases iniciales o bien realizar combinaciones para cumplir con los objetivos previstos. Figura 6. Tipos de Calentamiento 42 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com La primera de las categorías vendría representada por los calentamientos sin balón, dentro de los cuales la organización en oleadas agrupa todas las formas de calentamiento bajo la forma de desplazamiento simultáneo de los jugadores en una sola dirección (Figura 7). Se trata de una forma muy básica como podría ser mediante la realización de vueltas al campo de fútbol o so- bre espacios más limitados: a lo ancho, a lo largo de medio campo, etc. Figura 7. Calentamiento sin balón: Oleadas Figura 8. Calentamiento sin balón: Cuadrados 43 Javier Mallo www.futboldelibro.com La Figura 8 ilustra gráficamente un tipo de calentamiento sin balón en cua- drado. Aunque la forma de agrupar a los jugadores puede incluir toda forma de polígonos (rectángulos, círculos, etc.) la diferencia respecto a la categoría anterior viene producida porque los futbolistas se desplazan siguiendo distin- tas trayectorias elegidas de manera libre dentro del espacio acotado. La agrupación en filas es uno de los tipos de calentamiento más tradicio- nales en el ámbito de la Educación Física. A pesar de ser una organización sencilla puede permitir múltiples variantes introduciendo figuras o añadiendo acciones en los desplazamientos (Figura 9), yendo más allá del habitual ejer- cicio a la ida y vuelta trotando. Figura 9. Calentamiento sin balón: Filas. Se desarrolla partiendo de dos filas, ejercicio coordinativo sobre escaleras, desplazamiento con cambios de dirección entre picas y vuelta trotando al final de la fila contraria. La última de las categorías de calentamiento sin balón vendría formada por los juegos. En este apartado se recogen todas las actividades con un componente de tipo lúdico cuyo adecuado empleo puede servir como un gran elemento dinamizador en los futbolistas (Figura 10). La segunda categoría de tipos de calentamientos se caracteriza por la presencia del balón. La introducción temprana del balón no debe llevar consi- go elevar el riesgo de lesión en los futbolistas. Puesto que en el fútbol resulta fundamental la relación del jugador con la pelota, combinaciones sencillas de pases con la mano o fundamentos de la técnica individual, como el dominio o la conducción del balón, pueden emplearse desde el inicio de la sesión ya que 44 La preparación (física) para el fútbol basada en el Juego www.futboldelibro.com son un elemento motivador y facilita la transición hacia las tareas de la parte principal. Partiendo de la organización de los jugadores en grupos reducidos (parejas, tríos, cuartetos, etc.), se pueden diseñar todo tipo de ejercicios que incluyan elementos básicos de la técnica individual y colectiva (Figura 11). Al igual que sucedía en los contenidos sin balón, la categoría de cuadrados integra todo tipo de polígonos en los cuales el desplazamiento de los futbolis- tas y la circulación del balón se realiza siguiendo distintas trayectorias dentro del espacio (Figura 12). Figura 10. Calenta- miento sin balón: Jue- gos. Se desarrolla con un rectángulo central y cuatro cuadrados pe- queños en los lados. El jugador que la liga debe dar con la mano a cualquiera de los juga- dores, salvo a aquellos que están en los cua- drados exteriores, don- de sólo puede haber un jugador a la vez. Si un segundo jugador se si- túa en el cuadrado exte- rior, el que más tiempo llevaba debe salir. Figura 11. Calentamiento con balón: Grupos redu- cidos (Técnica en tríos con 1 balón). a.- El ju- gador del medio apoya a cada lado y distribuye el balón a los fondos; b.- El jugador del medio apoya a los extremos, gira y dis- tribuye: c.- Alternar un pase corto con el jugador del medio y un pase largo con el lado contrario. El del medio apoya a cada lado; d.- Más cerca, pa- ses con la cabeza. Los de fuera juegan con el fron- tal y el del centro hace prolongación y gira 180º. 45 Javier Mallo www.futboldelibro.com Figura 12. Calentamiento con balón: Cuadrados. En dos grupos. La mitad de los jugadores con balón por fuera del espacio y la otra mitad por dentro. Los jugadores de fuera pasan el balón y los de dentro devuelven de primeras y se mueven hacia otro balón. Variantes: los de fuera pasan con la mano y los de dentro devuel- ven con el pie, la cabeza, a 2 toques; doble pase cada vez que se juega fuera; los de dentro conducción y cada vez juegan con uno distinto fuera;