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Historia de pueblo 66

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1. LA HISTORIA DE UN PUEBLO SIN HISTORIA
Esta investigación está realizada en Balalaita', población
situada en el área histórica del Campo de Calatrava2, principal
zona latifundista de la provincia de Ciudad Real. El término muni-
cipal tiene 420 kmZ y una densidad de población de 4 h/km2 (2.000
habitantes). Sus producciones principales son: la ganadería ovina
(la más importante), y la bovina, combinadas con el cultivo de
cereales para pienso en secano. La producción se realiza mayori-
tariamente en grandes explotaciones que ocupan la práctica totali-
dad de las 33 mil Has. de montes públicos (monte alto y bajo y
dehesas de pasto) que fueron puestas en subasta a partir del Decre-
to Desamortizador de los Montes Públicos de 1855. La Desamor-
tización Civil puso a la venta las 13 mil Hás. que poseía la Orden
y unas 25 mil pertenecientes al municipio3, compuestas de dehe-
' Nombre supuesto.
Z Los lectores interesados pueden consultar el trabajo de L.G. de Va^.DEnvEU.n-
[vo (1968) para la historia de las instituciones medievales Españolas. Para conocer
la historia del Campo de Calatrava y de la Orden de Calatrava, me parece más ade-
cuado el trabajo de M. CoRCxnDO SoRU^xo (1982).
' Para antes de iniciarse lás desamortizaciones M.Corchado Soriano ( 1982) pro-
porciona la siguiente distribución de la tierra del municipio: "Encomiendas de la
Orden de Calatrava": 15.125 Has., "Baldíos Concejiles" 25.333 y"Propiedad par-
ticular" 1.600. Estas cifras no coinciden con las de la "Clasificación general de
montes públicos" realizadas en 1859, en la que se contabilizan 21.827 Has, entre
"montes enajenables" y"exentos". La falta de coincidencia en los datos de las dife-
rentes fuentes documentales y bibliográficas es una constante en la información que
he manejado, ni siquiera la extensión del municipio es siempre la misma en todas
las fuentes, por eso a menudo recurro a redondear las cifras cuando no he sido yo
quien las ha elaborado.
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sas de pasto y encinares, y monte bajo. Los compradores fueron
en su inmensa mayoría personas ajenas al pueblo4. El resto de la
tierra del término municipal estaba en manos de los vecinos que
utilizaban, además, algunos montes y dehesas municipales para
pasto, leña y caza, el resto era arrendado por el municipio para
atender a sus gastos. En la actualidad se mantiene una distribución
de la propiedad similar a la . presentada por Pascual Carrión
(19755). Según los datos de este autor el 81% del término munici-
pal estaba distribuido en 29 iincas mayores de 250 Has, cifras que
coinciden con las de la superficie desamortizada. Esta es toda la
historia de Balalaita que ha sido sistematizada y publicadab hasta
el momento'.
La colaboración entre la Historia y la Antropología suele ser fruc-
tífera y en muchas oĉasiones necesaria, pero no es siempre posible.
La Historia Económica y la Historia Agraria tuvieron mucho peso en
los primeros años de mi formación universitaria, de hecho mis pri-
meras indagaciones en Balalaita empezaron en el Archivo Munici-
pal, en el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real y en el Archi-
vo Histórico de la Delegación de Hacienda de Ciudad Real. Con la
documentación accesible en el momento en el que yo .visité esos
archivos es imposible hacer una investigación histórica, de no ser que
ésta se limite a aspectos muy concretos; como las subastas de las
desamortizaciones de 1834 y 1855. Ni siquiera puede hacerse un tra-
° Salvo 3 vecinos que se unieron paza comprar 3.000 Has.
5 Los datos para la provincia de Ciudad Real que utilizó Carrión en 1932 proce-
dían de fuentes de 1919.
6 Simón SeouxA (1973, 1974), sobre todo en el último trabajo maneja fuentes de
la Desamortización y aporta la distribución de la tierra en 1962, que varía muy poco
de la ofrecida por el autor anterior.
' Puede encontrazse también información sobre el pueblo en otros trabajos: Cox-
CHADO SORIANO (19HZ), paza la historia de la Orden de Calatrava y de sus Enco-
miendas; en BAx^DA Forr^s (1980), aparece información sobre distintas eleccio-
nes durante la Restauración. L6rEZ-SALAZAa (1987), nos habla de los conflictos que
tenía el pueblo con el comendador de la Orden por el uso irregulaz de las dehesas
de ésta. LADa6rr DE GuEVAaA (1982) habla de la distribución de la propiedad. Los
trabajos de dos eruditos locales permanecen inéditos e inaccesibles a los investiga-
dores por razones distintas. En cualquier caso, por lo que he podido conocer de
ellos, me parece que pueden aportar poco a una investigación como la que me ocupa
y a una historia social del pueblo. En la actualidad un grupo de niños dirigidos por
su maestro está realizando una investigación sobre la historia de Balalaita, pero aun-
que ya se han publicado unos Apuntes para la historia de..., la información reco-
gida es demasiado dispersa por el momento.
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bajo demográf co riguroso. El Registro Civil de Balalaita fue que-
mado e16 de agosto de 1874 como resultado de una incursión carlis-
ta8, una pazte del Registro Parroquial lo fue al iniciazse la guerra civil
de 1936. Cualquier intento de reconstruir la historia del pueblo
requeriría consultaz diferentes archivos de ámbito estatal, además de
los locales y provinciales, con un esfuerzo comprensible cuando el
objetivo de la investigación sea la historia del pueblo desde una dis-
ciplina histórica. Aunque mi trabajo habla del pasado del pueblo, mis
objetivos están relacionados fundamentalmente con la memoria que
los vecinos tienen de sus vidas y de la historia del pueblo.
Algunos libros que cito en su momento, junto con alguna de la
información que encontré incompleta y sin ordenar en el archivo
local, la documentación sobre las desamortizaciones del siglo XIX
conservadas en el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real y
los relato ĉ de mis informantes más viejos, son los que me han per-
mitido introducir en este trabajo algunas referencias históricas, que
no pretenden de ningún modo pasar por la Historia del pueblo, que
de momento está por escribir. Mi intención es únicamente señalar
aquellos elementos del pasado que me pazecen más significativos
para mis propósitos.
La desamortización supuso que el 81% del término municipal
pasó a manos privadas en forma de grandes fincas. La práctica tota-
lidad fue cómprada por personas ajenas al pueblo, que sólo en algu-
nos casos tuvieron con él una relación que fuera más allá de la que
tenían con sus propiedades. ^
La privatización de las tierras del pueblo y su puesta progresiva
en explotación agrícola a partir de la primera década de este siglo,
supuso la afluencia de mano de obra forastera. La presencia de estos
trabajadores no es nueva en el pueblo, pues ya en el padrón de 1877,
el 67% de la población activa ocupada en las actividades económi-
cas más importantes en ese momento: la ganadería, la agricultura, el
carboneo y la minería, era forastera. La novedad es que con el
aumento de la explotación agrícola, un número importante de los
trabajadores que llegan al pueblo van asentándose definitivamente
en Balalaita
En el padrón de población de 1877 Balalaita tiene una población
"de hecho" de 2.824 personas, el 37% de la cual figura como tran-
8 Según consta en la portada del "Primer Libro de Nacimientos" que se conser-
va en el ayuntamiento.
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seúnte. En el padrón de 19241a población total es de 2.946, y sólo
figura un 14% como transeúntes9.
La explotación de las tierras privatizadas y el asentamiento de
población durante todo el año debió crear dificultades para que los
vecinos del pueblo continuasen utilizando sus recursos, aunque
muchos podían seguir haciéndolo ilegalmente10. Junto a ello el siste-
ma de herencia, igualitario, lleva a que familias que anteriormente
habían podido vivir de lo suyo, tengan que recurrir a las grandes fin-
cas para obtener el trabajo o la tierra que necesitan para ocupar la
mano de obra de que disponen, y en muchos casos para sobrevivir.
Si el número de habitantes "de hecho" no se modificó significa-
tivamente entre las dos fechas, sí lo hizo la estructura social si con-sideramos la población natural de Balalaita. Mientras que en 1877
el 49% de los jornaleros eran nacidos en el pueblo, el 51% eran
forasteros. En 1924 el 81% de los jornaleros son nacidos en Bala-
laita y sólo el 19% proceden de otros pueblos. Las cifras del 24
indican, por un lado, la mayor participación de las familias del pue-
blo en el grupo social que "no podía vivir de lo suyo" y por otro el
asentamiento definitivo en él de familias forasteras desde las pri-
meras décadas del siglo.
En los años 30 la estructura social estaba compuesta por 3 gru-
pos principales (dejo de lado a los grandes terratenientes absentis-
tas, cuya presencia era casi inexistente). Los grupos presentes, tal y
como son denominados por mis informantes, son:
"Los ricos del pueblo" o"labradores acomodados", que estaban
al frente de sus explotaciones, pero tenían gente trabajado para ellos
9 Hice un vaciado completo y un análisis detenido de estos dos padrones. AI
^ hacerlo intentaba contrastar la evolución de la población entre dos momentos que
me parecían significativos en relación con la extensión de la explotación agrícola
del suelo. El padrón de 1877 era el primero que recogía una información completa
sobre la población. Aunque puede encontrar una lista nominal de vecinos de 1875,
esta se limitaba a proporcionar el nombre de los vecinos del pueblo. Elegí el de
1924 porque en esa fecha ya habían nacido prácticamente todos los informantes con
los que hablé en el primer período del trabajo de campo, lo que me permitía poder
hacer un seguimien[o retrospectivo de familias con una cierta seguridad, en esa
fecha, además, ya podían encontrarse las características de explotación del suelo y
de residencia que persistió hasta la época de la emigración de los 50/60.
10 Esta es una hipótesis bastante verosímil a partir de la información que he mane-
jado pero difícil de demostrar al no haber encontrado documentación suficien[e. Los
relatos de mis informantes hablan constantemente del uso ilegal de los recursos de las
fincas: leña, caza y bellotas y de los problemas con los guazdas de las fincas y con la
guazdia civil por esta razón, hasta bien entrados los años 60 de este siglo.
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todo el año; los "labradores" que realizaban el trabajo con la mano
de obra de la familia aunque en ocasiones contrataran mano de obra
ajena; y, el más numeroso, "los que no podían vivir de lo suyo ". Es
en él, en el que fijo mi atención en este trabajo.
El de "los que no podían vivir de lo suyo" era un grupo muy
heterogéneo en el que se integraban los trabajadores fijos de las fin-
cas, los jornaleros que realizaban trabajos estacionales, los desmon-
tadores por cuenta propia y los medianeros (aparceros), que es el
grupo más importante de los que obtenían sus recursos en las gran-
des fincas y estaba formado por campesinos sin tierra o con tierra
insuficiente para aplicar toda la mano de obra de la que disponía el
grupo doméstico. En él podían encontrarse familias de jornaleros o
antiguos jornaleros que tenían una yunta u obtenían un préstamo
para comprarla, frecuentemente del mismo propietario de la finca
que cobraba con una parte de la cosecha. Entre los aparceros se
encontraban también familias que tenían excedente de mano de
obra o pasaban dificultades económicas circunstanciales. Las per-
sonas, y en determinadas épocas las familias o algunos miembros de
ellas, de todos estos subgrupos coincidían en las fincas en determi-
nadas épocas del año, lo que suponía una intensa convivencia entre
ellos, que algunos de mis informantes consideran más importante
que la que mantenían con algunos de sus parientes.
Los trabajadores fijos de las fincas residían permanentemente en
ellas pero, salvo los forasteros que estaban en ellas por cortos periodos
de tiempo, disponían de una casa en el pueblo, o de una habitación en
casa de los padres de alguno de los cónyuges, o alquilada en otras
casas. Esto hace que en el padrón de población de 1924, por ejemplo,
la forma de residencia presente rasgos parecidos entre las familias de
los dos extremos de la estructura social. En ambos casos es frecuente
encontrar varias familias nucleares residiendo en la misma casa. A
pesar de la similitud formal de la residencia, el contenido de las rela-
ciones entre las familias que residen juntas es diferente.
Entre las familias de los ricos del pueblo son el patrimonio y el tra-
bajo en común, los que explicarían la residencia. El trabajo de los hijos
que vivían y trabajaban con los padres era recompensado de distintas
formas por sus familias". En el caso de los más pobres, la residencia
común suele estar relacionada o con la viudedad de uno de los padres
" En algunos casos no obstante, no había ninún tipo de compensanción, salvo,
lógicamente que los padres atendían a los gastos de las familias de los hijos que con-
vivían con ellos.
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(en el caso de mis informantes casi siempre la madre) o con la falta de
recursos para acceder a una vivienda independiente, a veces podían
dazse las dos razones a la vez. Cada familia acostumbraba a tener sus
propios ingresos y se organizaban de forma distinta para compartir los
gastos. En este caso la residencia común solía ser provisional.
LA GUERRA CIVIL DE 1936
La guerra civil tiene una importancia trascendental tanto paza el
grupo que me interesa como para el pueblo, sin embargo hasta los
años 30 no aparece ninguna información sobre organizaciones
sociales de izquierda en el pueblo, aurique había algunas personas
que pertenecían al Partido Socialista. En 1931 se constituye la UGT.
A partir de ese momento, según las informaciones orales, empiezan
a producirse algunos conflictos que van marcandó diferencias y
divisiones dentro del grupo de trabajadores. Uñ momento impor-
tante de división tiene lugar durante la huelga géneral de octubré del
34, que duró menos de un día en el pueblo. Fueron detenidas unas
200 personas, hombres y mujeres. Para algunos de los hombres se
pidió la pena capital pór la muerte de un guardia civil. Alrededor de
una docena de hombres permanecía en la cárcel en febrero del 36.
La guerra civil supone la división definitiva del grupo y del pue-
blo, y la sangría de la guerra y la postguerra, hace que la inmensa
mayoría de las personas que habían tenido alguna participación en
la nueva organización social del pueblo durante la república, desa-
pazecieran para siempre de Balalaita. El pueblo quedó dividido, en
ciertos sentidos, en dos bandos, relacionados con el que pertenecie-
ron las familias durante la guerra, división que perdura en la actua-
lidad, sobre todo entre los más viejos.
LA EMIGRACION
Los años 50 y 60, llevan a la emigración a más de la mitad de
los habitantes del pueblo, que pasa de algo más de 5 mil habitan-
tes, a menos de 2.000 a mediados de los 6012. La emigración res-
'Z Los datos que reflejan los padrones de población que he analizado no siempre
se ajustan a la información que he podido obtener a partir de fuentes orales hacien-
do seguimientos de familias que conozco bien, hay personas que a pesar de no tener
su residencia habitual en el pueblo están empadronados en él, mientras que también
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pondió tanto a un fenómeno de expulsión de los que no podían
obtener trabajo ni tierra en aparcería, como a la atracción de la vida
urbana. En ambos casos los que se iban arrastraban tras ellos a
algunos parientes y vecinos. Todas las familias de Balalaita sobre
las que tengo información tienen algún pariente cercano residien-
do fuera del pueblo.
Actualmente la salida de jóvenes para trabajar fuera del pue-
blo es constante, algunos sólo lo hacen estacionalmente; pero
para la mayoría la salida es definitiva, independientemente de que
puedan disponer de trabajo en el municipio o en otros próximos.
El censo de 1986 recoge 2.098 habitantes, pero, probablemente,
el último censo debe dar un número menor, debido a que muchos
jóvenes aprovecharon las oportunidádes de trabajo que generaron
los acontecimientos de 1992, para salir del pueblo. Durante el tra-
bajo de campo he sido testigo de la marchadefinitiva de jóvenes
trabajadores agrícolas fijos, y otros con trabajos estacionales en
la construcción o en trabajos comunitarios. En algunos casos la
marcha coincidió con su boda con hijas de antiguos vecinos del
pueblo, y en un caso, al menos, con una muchacha vecina del
pueblo.
A lo largo de este trabajo voy a proporcionar diferente infor-
mación sobre el pueblo que, por no repetirme, no voy a recoger
aquí.
se da la situación inversa, personas que residen y trabajan habitualmente en el
pueblo no figuran en el padróa Esto puede constatarse no sólo durante los años
de la emigración masiva sino en la mayor parte de los padrones, incluso en los
actuales.
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