Logo Studenta
¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Los lunares de la Chinita
Este era un bosque muy hermoso, lleno de la más bella flora y fauna que
jamás se podría imaginar. Allí vivía Margarita, una chinita que tenía tres
hijitos a quienes protegía muchísimo. Ella vivía feliz, pero tenía una gran
preocupación: no le gustaban los lunares de su espalda. Todos los días
miraba sus lunares y decía: “¡Qué horrible soy! Un buen día decidió ir con
el mejor pintor del bosque, el escarabajo Leonardo. Antes de salir les dijo a
sus tres hijitos que no debían por nada del mundo abrir la puerta a algún
desconocido, solo a mamá que los amaba. Fue así como salió de casa y fue
a buscar a Leonardo el escarabajo pintor. “Don Leonardo – dijo Margarita la
chinita – Vine hasta su casa porque sé que usted puede hacer el milagro,
fíjese que no soporto estos horribles lunares de mi espalda y como usted
es un gran pintor, sé que solucionará mi problema”, “Mmmm” – dijo Leonardo el escarabajo –
“¿Por qué quiere cambiar si usted es tan hermosa así?… “No, no, no, no – dijo Margarita – le
pagaré todo lo que haya que pagar” Y así fue. Leonardo dio pinceladas en la espalda de la
Chinita Margarita, hasta dejarla sin ningún lunar. Feliz se fue a su casa: “¡Niñoooooos….
Mamá ya llegó!” Los niños se asomaron por un agujero de su puerta y vieron a una señora sin
lunares en la espalda. “Tú no eres nuestra madre, ella tiene hermosos lunares en su espalda.
¡Vete de aquí!” –Gritaron a una voz los niños- Margarita la chinita se entristeció muchísimo y
les rogó a los niños que la dejaran entrar, pero ellos habían sido obedientes e hicieron todo lo
que mamá les había dicho. Margarita se dio cuenta del grave error que había cometido, así que
fue a casa del pintor Leonardo, y le dijo: “Quiero mis lunares de vuelta, me he dado cuenta de
mi grave error. Soy hermosa, jamás cometeré un error tan absurdo. Así que devuélvame mis
lunares” Leonardo aceptó y movió su pincel, hasta dejar a margarita con sus bellos lunares.
“¡Gracias don Leonardo!” Al volver a su casa, se asoman sus hijos y se lanzan sobre ella para
decirle: “Mamita, mamita amada, te esperábamos. Fíjate que hace un rato vino una señora,
con una espalda roja sin lunares, diciendo que eras tú y nosotros hicimos lo que nos
enseñaste: no le abrimos la puerta. Pero qué bueno que estés aquí, te amamos”
A partir del cuento, comenten en familia: 
1. ¿Qué enseñanzas nos deja el cuento? Reflexionen.
2. Pídeles a tus papás que te cuenten alguna situación en la que hayan cometido algún error con otra
persona. 
3. Con respecto a la situación que te contaron, pídeles que te respondan las siguientes preguntas: ¿Qué
los hizo darse cuenta que se habían equivocado?, ¿qué hicieron para reparar su error?, ¿qué fue lo
que más les costó para reconocer su error?, ¿Qué creen que habría pasado si no hubiesen reconocido
que se equivocaron?
4. Cuéntales a tus papás si alguna vez has cometido un error con algún/a compañero/a del colegio y
qué hiciste para repararlo.