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La_Necropolis_del_Puente_Revision_cronol

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ANAS 
 
 
Revista de periodicidad bianual publicada por el Museo Nacional de Arte Romano 
de Mérida, bajo los auspicios de la Asociación de Amigos del Museo. 
 
 
Directora: T. Nogales Basarrate 
Secretario de Redacción: José L. de la Barrera Antón 
 
 
Consejo de Redacción: 
J. de Alarçao 
M. Alba Calzado 
M. Bendala Galán 
P. Caldera de Castro 
M. Cruz Villalón 
L. García Iglesias 
P. León Alonso 
T. Nogales Basarrate 
E. Sánchez Salor 
J. C. Saquete Chamizo 
A. Velázquez Jiménez 
 
 
Editor científico del presente volumen: J.M. Murciano Calles 
 
 
Administración, correspondencia e intercambios: Museo Nacional de Arte 
Romano; c/ José Ramón Mélida s/n. 06800 Mérida (Badajoz), España. 
 
Esta revista mantiene intercambio con otras publicaciones de su carácter y 
especialización. 
 
Esta publicación no se compromete a editar los originales no solicitados y no se 
hace responsable necesariamente de las opiniones expresadas por sus autores ni de la 
autoría de las imágenes incluidas en sus artículos. 
MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE 
 
Depósito Legal: BA-604-2014 
ISSN: 1130 – 1929 
 
Fotocomposición e Impresión: 
ARTES GRÁFICAS REJAS 
Avda. Sta. Teresa Jornet - Mérida
Redacción e Intercambio: 
Revista ANAS 
Museo Nacional de Arte Romano 
C/ José Ramón Mélida, s/n 
06800 Mérida (Badajoz) 
Tfno.: +34 924 31 16 90 
 +34 924 31 19 12 
Fax: +34 924 30 20 06 
http://www.culturaydeporte.gob.es/mnromano 
MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO DE MÉRIDA 
José R. Mélida s/n. 06800 Mérida
ANAS
Mérida (Badajoz) - ISSN: 1130-1929
7
ANAS 
SUMARIO
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES 
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 
ÁREAS FUNERARIAS 
 
JUANA MÁRQUEZ PÉREZ 
Las áreas funerarias de Augusta Emerita. Estado de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13-27 
FERNANDO SÁNCHEZ HIDALGO 
La arquitectura funeraria de un área extramuros al Noreste de Augusta Emerita: 
recintos funerarios, mausoleos y su organización entre el Alto y Bajo Imperio. 
Excavación arqueológica realizada en el Antiguo Cuartel Militar de Artillería 
Hernán Cortés de Mérida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29-52 
CARLOS CÁCERES-PUERTO, JESÚS GARCÍA SÁNCHEZ 
El uso funerario en Augusta Emerita, siglos I a. C. - III d. C. Una propuesta de 
empleo de modelos probabilísticos y su repercusión espacial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53-67 
ANA Mª BEJARANO OSORIO 
El área funeraria oriental de Augusta Emerita: 
los solares de la “La Antigua Campsa” y “El Sitio del Disco” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69-96 
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES 
La Necrópolis del Puente. Revisión cronológica de un área funeraria poco 
conocida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97-111 
EULALIA GIJÓN GABRIEL 
Augusta Emerita. Documentación arqueológica sobre el cambio en la topografia 
funeraria. La destrucción de un importante monumentum a consecuencia de la 
reforma de la fachada norte del circo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113-127 
JUAN JOSÉ CHAMIZO DE CASTRO 
Área funeraria de San Agustín, espacio jerarquizado en un suburbio noreste de 
Augusta Emerita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .129-153 
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES, RAFAEL SABIO GONZÁLEZ 
El área funeraria del MNAR. Secuencia evolutiva y monumentalización . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155-181 
FILIPA CORTESÃO SILVA 
Una mirada bioantropológica sobre el funus acerbum: El caso de Augusta Emerita 
en época altoimperial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .183-200 
FRANCISCO JAVIER HERAS MORA, ANA BELÉN OLMEDO GRAGERA 
Novedades en la necrópolis tardorromana de Mérida. Las princesas bárbaras . . . . . . . . . . . .201-218 
MONUMENTALIZACIÓN 
 
RAFAEL SABIO GONZÁLEZ 
Columbaria. El MNAR como paradigma de un problema conceptual y museográfico . . .221-239 
EMILIO GAMO PAZOS, ANA GRACIA RIVA, JOSÉ M. MURCIANO CALLES 
Estudio de algunas inscripciones funerarias latinas del MNAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241-256 
LUIS HIDALGO, GUADALUPE MÉNDEZ 
Inscripción edilicia tardorromana hallada en contexto funerario (Mérida) . . . . . . . . . . . . . . . . . .257-265 
MIGUEL ALBA 
Sobre la amortización de las necrópolis paganas de Mérida (s. V) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267-295 
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 
 
CARLOS MÁRQUEZ 
Reseña del libro: MURCIANO CALLES, José María, Monumenta. Tipología 
monumental funeraria en Augusta Emerita. Origen y desarrollo entre los siglos 
I a. C. y IV d. C. (Monografías Emeritenses 12). Mérida, 2019. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299-302 
HELENA GIMENO PASCUAL 
Reseña del libro: HIDALGO MARTÍN, Luis Ángel, EDMONDSON, Jonathan, 
MÁRQUEZ PÉREZ, Juana, RAMÍREZ SÁDABA, José Luis, Nueva epigrafía 
funeraria de Augusta Emerita. Tituli sepulcrales urbanos (ss. I-VII) y su contexto 
arqueológico (NEFAE)(Memoria. Monografías Arqueológicas de Mérida, 1). 
Mérida, 2019. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .303-305 
 
 
 
Anas 31-32 (2018/2019) pp. 97-111 ISSN:1130-1929 97
LA NECRÓPOLIS DEL PUENTE. REVISIÓN 
CRONOLÓGICA DE UN ÁREA FUNERARIA 
POCO CONOCIDA 
THE NECROPOLIS OF THE BRIDGE. CHRONOLOGICAL 
REVIEW OF A LITTLE-KNOWN FUNERAL AREA 
 
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES*
RESUMEN 
Se revisa la documentación existente en el Museo Nacional de Arte Romano 
relativa a dos campañas de excavación realizadas por Antonio García y Bellido en la 
prolongación del Puente Romano, en el área extramuros de Augusta Emerita, al otro 
lado del río Guadiana. Se interpretan documentos fotográficos inéditos y se actualiza 
la información contextual y cronológica que aportan los depósitos funerarios y la 
cultura material relacionada con las estructuras exhumadas. 
 
PALABRAS CLAVE: Necrópolis a la Salida del Puente Romano, depósitos 
funerarios, cronología. 
 
SUMMARY 
Herein, a documentation, located at the National Museum of Roman Art, 
regarding two excavation campaigns carried out by Antonio García and Bellido near 
the roman bridge, outside Augusta Emerita on the other side of the Guadiana River, is 
reviewed. Unpublished photographic documents are interpreted and the contextual 
and chronological information, provided by the funerary deposits and the related 
material culture, is updated. 
 
KEYWORDS: Necrópolis a la Salida del Puente Romano, grave goods, 
chronology. 
 
 
1. Introducción 
 
Se presenta en estas líneas una revisión de la documentación existente en el MNAR 
relativa a las dos campañas de excavación efectuadas por Antonio García y Bellido en 
los años 1961-1963 en la entonces conocida como Cuesta del Tiro de Pichón, llamada 
así por la cercaníaa dicha pendiente de un club social dedicado a ese deporte, y que se 
prolongaba después formando la carretera a Sevilla. Se localizaba en la continuación 
(*) MNAR. jmaria.murciano@cultura.gob.es
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES98
del Puente Romano de la ciudad de Mérida, por lo que también es denominada la 
“Necrópolis a la salida del Puente Romano”. Dicha cuesta corresponde en la 
actualidad a la Avenida de Portugal, y hoy está urbanizada, plenamente integrada en la 
ciudad de Mérida. En el momento de la excavación de García y Bellido, y a juzgar por 
la documentación examinada, el área se caracterizaba por una escasa densidad 
poblacional, limitándose solo a la carretera y a un poblamiento rural muy disperso. De 
hecho, las excavaciones que se presentan aquí son el fruto de la creación de la 
infraestructura necesaria para dicha urbanización. 
 
Estas campañas fueron publicadas en dos artículos1 en los años siguientes a las 
mismas. Los volúmenes se conservan en la biblioteca del MNAR, con el interés 
añadido de que contienen anotaciones manuscritas del que fue director del centro, José 
Álvarez Sáenz de Buruaga, que incrementan su valor, desde nuestro punto de vista, 
como fondo bibliográfico. Estas anotaciones han resultado ser valiosas a la hora de 
organizar la información de esta excavación, y por ello deben ser citadas aquí. 
 
La primera de las campañas aconteció en las Navidades de 1961-1962; la segunda en 
diciembre de 1963, tal y como informa en esas publicaciones el arqueólogo. Debemos 
valorar en su justa medida estas dos campañas: desde nuestro punto de vista, y teniendo 
en cuenta los recursos disponibles, estas excavaciones deben considerarse modélicas para 
la época, especialmente desde un punto de vista documental. Por contra, hay que men-
cionar que la excavación se limitó a la exhumación de las estructuras y a hacer varios 
sondeos a modo de zanjas, ya que según García y Bellido las intervenciones tenían un 
mero carácter “prospectivo” y “exploratorio”. En la primera intervención de 1961, lo no 
excavado se marca en los planos aportados en la publicación mediante una superficie ra-
yada; en la segunda se limitaron a documentar los recintos que ya debían ser visibles y a 
hacer una serie de trincheras exploratorias entre ellos. 
 
Desconocemos si el equipo técnico tenía intención de finalizar las excavaciones, 
pero lo cierto es que no fue así y quedaron sin documentar sectores importantes, 
especialmente el interior de los recintos, que es donde presumiblemente habrían 
estado situadas las sepulturas que hubieran ayudado a comprender la evolución del 
área. Sólo el interior del Edificio C, el de mayores dimensiones, fue excavado 
parcialmente gracias a dos trincheras que recorrieron en forma de X la zona. 
 
Los materiales, por su parte, fueron ingresados en el entonces Museo Arqueológico 
de Mérida en dos lotes en 1963, y hasta hoy siguen custodiándose en el MNAR. 
Además, este museo cuenta con varias fotografías tomadas por Álvarez Sáenz de 
Buruaga2, que se distribuyen en tres grupos de imágenes, según su cronología. Dos de 
estos tres grupos aportan el estado previo de las estructuras que se excavarían una 
década después, ya que son fotografías realizadas unas en febrero de 1950 y otras en el 
10 de septiembre de 1952. Sin duda, Álvarez conocía la importancia de los restos3, así 
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(1) GARCÍA Y BELLIDO, Antonio, Mérida: la gran necrópolis romana de la salida del puente (Excavaciones 
arqueológicas en España, 11). Madrid, 1962 y GARCÍA Y BELLIDO, Antonio, Mérida: la gran necrópolis romana de la 
salida del puente (Memoria segunda y última) (Excavaciones arqueológicas en España 45). Madrid, 1966. 
(2) Algunas de ellas ya publicadas en MURCIANO CALLES, José María, Historiografía de los aspectos funerarios de 
Augusta Emerita (siglos I-IV) (Cuadernos Emeritenses 36). Mérida, 2010. 
(3) De hecho, los menciona en ÁLVAREZ SÁENZ DE BURUAGA, José, “Museo Arqueológico de Mérida”, Memorias de 
los Museos Arqueológicos Provinciales, Vol. 11-12, 1950-1951 (1953), págs. 1-2. En esa publicación se publica el ingreso 
de cuarenta y ocho ladrillos, una teja, cuatro losas de mármol, dos fragmentos de pequeños fustes y un fragmento de 
La Necrópolis del Puente. Revisión cronológica de un área funeraria poco conocida 99
como el riesgo que sufrían de desaparición al acometer las obras de parcelación 
urbana, y seguramente las excavaciones de García y Bellido provengan de su propia 
iniciativa, ya que este arqueólogo visitaba periódicamente el museo para preguntar 
novedades4. El tercer grupo son dos fotografías datadas el 21 de septiembre de 1969, y 
muestran el destino final de las estructuras tras la urbanización de la zona, con 
crestones de hormigón amontonados sin ninguna atención. 
 
En estas líneas describiremos y analizaremos estos datos, con el objetivo último 
de aportar un acercamiento cronológico a los restos exhumados. Este estudio 
complementa al ya publicado por nosotros mismos en 20195, en el que se analizaba el 
área funeraria desde el punto de vista arquitectónico y tipológico. En él citábamos las 
conclusiones cronológicas que expondremos aquí, pero no su desarrollo lógico 
porque quedaba fuera de los límites marcados para dicho estudio. 
 
2. Identificación de los restos conservados en la documentación gráfica del 
Archivo Fotográfico del MNAR 
 
García y Bellido documentó 14 estructuras arquitectónicas que tituló con letras 
desde la A hasta la N. Los Edificios A-G se excavaron en el lado norte de la carretera, 
en la campaña de 1961-1962, mientras que al año siguiente aparecieron, en el lado 
sur, los nombrados con las letras desde la H a la N (figura 1)6. Por lo descrito, parece 
que todas las estructuras estaban realizadas en opus caementicium y se conservaban a 
nivel de cimentación. Pese a que su técnica constructiva era idéntica y su 
implantación topográfica parecía regular, hechos que inclinaban a pensar en una 
misma fase de uso, variaban entre sí en las plantas, con una casuística bastante 
variada7, entre las que destacaba la planta del Edificio C, con una suerte de “exedra 
inversa” que ha llamado la atención de los especialistas8, y que tuvo que tener cierta 
ascendencia en Augusta Emerita, puesto que se ha localizado otro edificio de idéntica 
planta en la zona sur de la colonia9. 
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pilastra visigoda que quedaron consignados en los Libros de Registro con los números 7842-7897. Pese a que Álvarez no 
pudo ver la procedencia exacta de los objetos, sí que pudo averiguar la pertenencia tanto de ladrillos como de losas a 
tumbas, algo que como veremos va acorde al ambiente funerario observable en la posterior excavación de García y 
Bellido, que es el objeto de estudio de este artículo. 
(4) Fruto de esas visitas son los innumerables artículos que publicó en el Archivo Español de Arqueología dando noticias 
de nuevas piezas arqueológicas, especialmente aquellos titulados “Viaje arqueológico por Extremadura y Andalucía” y 
“Novedades epigráficas”. 
(5) MURCIANO CALLES, José María, Monumenta. Tipología monumental funeraria en Augusta Emerita. Origen y 
desarrollo entre los siglos I a. C. y IV d. C. (Monografías Emeritenses 12). Mérida, 2019. En concreto, en las páginas 74-
75 y los n.º 16, 27, 28, 29, 41, 42, 43, 46, 61, 62 y 63 de Estructuras Arquitectónicas. En la nota 323 evocábamos una 
futura publicación que ahora, con estas líneas, se efectúa. 
(6) Para la elaboración de la planimetría hemos usado la aplicación QGis, dibujando los monumentos sobre la lámina ya 
realizada en MURCIANO CALLES, José María, Op. cit., 2019, lám. 28. En la nota 294 de la misma publicación se 
expone la metodología utilizada a la hora de transportar las plantas de García y Bellido sobre el callejero actual. 
(7) Tema ya tratado en MURCIANO CALLES, José María, Op. cit., 2019. 
(8) HESBERG, Henner von, “Römische Grabbauten in den hispanischen Provinzen”,en TRILLMICH, Walter y 
HESBERG, Henner von (eds.), Hispania Antiqua. Denkmäler der Römerzeit. Mainz am Rhein, 1993, pág. 169 y 
KOBUSCH, Philipp, Die Grabbauten im römischen Hispanien: zur kulturellen Prägung der Sepulkralarchitektur. 
(Tübinger archäologische Forschungen 14). Rahden/Westf, 2014, kat. 12C. 
(9) MÁRQUEZ PE ́REZ, Juana, “Documentación de un tramo nuevo de la vía romana identificada como camino 7 y de la 
temprana área funeraria generada en torno a su trazado. Intervención arqueológica realizada en el antiguo solar de 
Confederación Hidrográfica del Guadiana, Avda. Reina Sofía s/n, Mérida”, Mérida. Memoria de Excavaciones 
Arqueológicas, Vol. 12, 2006– 2008 (2017), págs. 187–203 y PICADO PÉREZ, Yolanda, “Más datos acerca de las áreas 
funerarias en torno a la vía de Augusta Emerita a Metellinum. Intervención arqueológica realizada en el solar de la Nueva 
Sede de Confederación Hidrográfica del Guadiana en la Avenida Reina Sofía de Mérida”, Mérida. Memoria de 
Excavaciones Arqueolégicas, Vol. 12, 2006–2008 (2017), págs. 205–223. 
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES100
Uno de ellos, el llamado Mausoleo N, pudo ser re-excavado con metodología 
moderna en los años 90 del siglo XX10, documentándose fehacientemente la 
información aportada por García y Bellido. 
 
Como hemos dicho en el apartado introductorio, parte de estas estructuras eran 
visibles previamente a su excavación, quedando testimoniadas gráficamente en las 
fotografías conservadas en el MNAR. En concreto, se almacenan 17 clichés de acetato 
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(10) SÁNCHEZ BARRERO, Pedro Dámaso, “Trabajo desarrollado por el equipo de seguimiento de obras durante el año 
1996”, Mérida. Memoria de Excavaciones Arqueológicas, Vol. 2, 1996 (1998), págs. 272–277. 
Fig. 1. Localización de los mausoleos en el plano de Mérida (elaboración propia usando datos del IGN y del 
CCMM).
La Necrópolis del Puente. Revisión cronológica de un área funeraria poco conocida 101
de 35 mm, de algunos de los cuales 
están extraídos 11 positivos en blanco y 
negro que también se guardan en el 
archivo. De ellas, solo hemos podido 
identificar cuatro de los edificios. Dos 
aparecen en la fotografía 22-III-129 
(que es idéntica a 22-III-130). En ella, 
por la forma y posición de la estructura 
que se ve en primer plano, podría 
observarse el Edificio H. Al fondo, 
entre los árboles y tras la carretera, se 
ve otra estructura, que podría ser por su 
localización el Edificio D (figura 2). 
 
Sobre los restos de la foto 22-III-
122 (figura 3) se afirma en la Ficha de 
Archivo Fotográfico del Museo que se 
hallan a la derecha del camino. 
Suponemos que es la derecha con 
respecto a la salida de la población, es 
decir el lado sur de la carretera. Su 
cercanía a ella y el formato alargado de 
los muros nos hace sospechar que se 
trate de algún recinto de los nombrados 
con J-K-L, que formaban un conjunto 
compacto de tres estancias adosadas, y 
que se encontraban cortadas longi -
tudinalmente por la carretera de 
entonces, quedando sólo las paredes 
traseras (una de las cuales debe ser la 
que se ve en la foto) y una pequeña 
porción de las paredes laterales. 
 
La otra estructura identificada en 
fotografías es el Edificio C. La 
nombrada con 22-III-125 (figura 4) es 
la imagen más interesante. Se observa, 
aunque muy desfigurada por la 
perspectiva, la estructura en forma de 
exedra invertida siendo visible también 
posiblemente un contrafuerte interior 
del interpretado como arcosolio 
central. En otra, la 22-III-127 (figura 
5), se muestran tres muros de una 
estructura que por su tamaño debe 
tratarse nuevamente del Edificio C. Por 
último, los positivos 22-III-123, 22-III-
124, 22-III-126 y 22-III-128 (figura 6) 
Anas 31-32 (2018/2019) pp. 97-111 ISSN:1130-1929
Fig. 2. Fotografía 22-III-129 (Archivo Fotográfico 
MNAR/José Álvarez Sáenz de Buruaga).
Fig. 3. Fotografía 22-III-122 (Archivo Fotográfico 
MNAR/José Álvarez Sáenz de Buruaga).
Fig. 4. Fotografía 22-III-125 (Archivo Fotográfico 
MNAR/José Álvarez Sáenz de Buruaga).
3. Cultura material conservada en la colección del MNAR 
 
Los objetos exhumados en estas dos campañas se ingresaron en dos momentos de 
1963: los de la primera campaña el 17 de julio de 1963, quedando consignados con 
los números de inventario 8922-8961. Los de la segunda campaña entraron 
oficialmente unos meses después, el 27 de diciembre del mismo año, y tomaron los 
números de inventario 9235-9242. Sus fichas de catalogación están cumplimentadas 
de forma ejemplar, incorporando fotografías en casi todas ellas, y añadiendo 
información descriptiva de gran valía. También se transcriben datos de contexto 
arqueológico bien desarrollados, a veces incluso añadiendo algunos que no aparecen 
en la publicación, por lo que es obvia la importancia de estas fichas, que son 
consideradas hoy por hoy por el Departamento de Documentación del MNAR como 
verdaderos documentos históricos con valor patrimonial. Además, como queda dicho 
en la presentación, esta información se complementa con las anotaciones de Álvarez 
Sáenz de Buruaga al margen de las dos publicaciones de García Bellido, que ayudan 
a la identificación sin problemas de las piezas. 
 
Veremos a continuación la cultura material asociada a cada estructura, 
catalogándola con criterios actuales para poder aportar una cronología. 
 
3.1. Edificio B 
 
Sobre el muro meridional de la cámara más occidental se halló una lápida 
epigráfica (n.º inv. 8922) con la siguiente lectura11: ]ma / [3] f(aciendum) c(uravit) / [ . 
Según Haley12, sus interpunciones triangulares con vértices hacia arriba indican una 
fecha pre-flavia. Sin embargo, y siguiendo a Ramírez Sádaba13, los pies tan marcados 
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES102
son varias vistas de una misma estructura que podría ser de nuevo el mismo Edificio 
C, aunque con dudas. 
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(11) GARCÍA IGLESIAS, Luis, Epigrafía romana de Augusta Emerita (tesis doctoral inédita de la Universidad 
Complutense de Madrid). Madrid, 1973, n.º 497. 
(12) HALEY, Evan W., Migration and economy in Roman Imperial Spain. Barcelona, 1991, pág. 130. 
(13) RAMÍREZ SÁDABA, José Luis y GIJÓN GABRIEL, Eulalia, “Las inscripciones de la Necrópolis del Albarregas 
(Mérida) y su contexto arqueológico”, Veleia, Vol. 11 (1994), págs. 117-168. 
Fig. 5. Fotografía 22-III-127 (Archivo Fotográfico 
MNAR/José Álvarez Sáenz de Buruaga).
Fig. 6. Fotografía 22-III-123 (Archivo Fotográfico 
MNAR/José Álvarez Sáenz de Buruaga).
La Necrópolis del Puente. Revisión cronológica de un área funeraria poco conocida 103
Anas 31-32 (2018/2019) pp. 97-111 ISSN:1130-1929
(14) GARCÍA Y BELLIDO, Antonio, Op. cit., 1962, figura 5. 
(15) GARCÍA IGLESIAS, Op. cit., 1973, n.º 420. 
(16) HALEY, Evan W., Op. cit., 1991, pág. 127. 
de las letras son característicos de la época flavia e inicios del siglo II. Por ello, y 
teniendo en cuenta la escasa información disponible en el fragmento, una cronología 
altoimperial en general es aceptable. 
 
Junto a la cara interna de la pared norte de la estancia oriental y según información 
de García y Bellido apareció una moneda con emperador de cabeza radiada mirando a 
derecha, característica del siglo III. Sin embargo, en la actualidad no está identificada 
en la colección del MNAR, por lo que poco más podemos decir sobre ella. 
 
Por tanto, si confiamos la cronología al fragmento epigráfico, único elemento 
hallado y sin saber su relación estratigráfica con la estructura, debemos situarnos en 
época altoimperial. El uso en el siglo III podría estar confirmado por la aparición de 
la moneda. 
 
3.2. Edificio C 
 
Al igual que ocurría con su 
documentación fotográfica, este 
recinto está bien representado con 
una cultura material abundante y bien 
contextualizada gracias al plano 
aportado por García y Bellido14, en el 
que se van marcando cada uno de los 
enterramientos y hallazgos. Hemos 
tomado este plano, y para clarificar 
su indicación,los señalamos con 
números y letras. 
 
Junto al muro interior oriental 
(figura 7, letra A), a dos metros de la 
fachada se encontró un árula (n.º inv. 
8923), cuya lectura según García 
Iglesias15 sería: [D(is)] M(anibus) 
[s(acrum)] / [3]orian[3] / [3] vixit 
ann[os 3] / [3 m]emoria[m. 
 
Podría datarse a partir del siglo II 
hasta el siglo III, por la presencia de 
la fórmula DMS y la expresión “vixit annos”, que se extiende en Hispania según 
Haley16 a partir de época adrianea. Además, en el ángulo NO de la cara interior del 
muro de la fachada apareció un cimacio lésbico (de tipo scherenkymation 
esquemático) (figura 7, letra B), el cual, por su escasa conservación, es difícil de 
encuadrar cronológicamente, aunque por su mala factura quizás podríamos suponer 
relativamente tardío, no antes seguro del siglo II. 
Fig. 7. Figura 5 de GARCÍA Y BELLIDO, A., Op. cit., 
1962, con referencia a las tumbas citadas (Archivo 
Fotográfico MNAR).
Ya en el interior, junto al muro oriental y a 3,6 m del muro posterior, se halló una 
sepultura de inhumación (figura 7, nº 1) que contenía al menos un ungüentario Isings 
28b (n.ºinv. 8925), cuyas cronologías generales parecen centrarse desde época 
claudio-neroniana hasta inicios del siglo II17. 
 
Otra sepultura de inhumación, ésta junto al muro interior O (figura 7, nº 2), estaba 
cubierta por seis tegulae, dos de las cuales presentaban la controvertida marca CIAE18. 
Parece que en el museo decidieron conservar sólo estas últimas con marca, inventariadas 
con los números 8926 y 8927. Su depósito funerario (figura 8) estaba formado por ocho 
clavos (n.º inv. 8928-8935) y un cáncamo (n.º inv. 8939) de hierro19, una vasija (n.º inv. 
8936) y una jarra (n.º inv. 8937), ambas en cerámica común y un ungüentario de vidrio 
Isings 28b (n.º inv. 8938). La forma de la jarra es característica de la segunda mitad del 
siglo I e inicios del II según Bustamante20, mientras que el tipo de ungüentario según 
Isings parece emplearse desde los reinados de Claudio y Nerón hasta inicios del siglo II. 
 
Una tercera sepultura de inhumación (figura 7, nº 3) se halló junto al muro interior 
O, más al Sur que la anterior. Contenía una lucerna Bussiére D X 10 (n.º inv. 8940), 
decorada con pámpanos de uva, de finales del siglo II e inicios del III21. 
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(17) ISINGS, Clasina, Roman glass from dated finds. Groningen, 1957. Usamos la tipología de esta autora para aportar 
cronologías a las formas de recipientes vítreos. No continuaremos citándola por facilitar la lectura. 
(18) Leída como C(olonia) I(ulia) A(ugusta) E(merita) o como Ci(vitas) A(ugusta) E(merita). La primera opción en 
BUSTAMANTE ÁLVAREZ, Macarena, y PIZZO, Antonio, El opus testaceum en Augusta Emerita: producción y uso 
(Hispania Antigua. Serie arqueológica 8). Roma, 2018, págs. 169-170. La segunda en SABIO GONZÁLEZ, Rafael, “La 
propaganda augustea a través de los nombres de las ciudades hispanas”, Anas, n.º 24, 2011 (2016), pág. 164. 
(19) Publicados previamente por SABIO GONZÁLEZ, Rafael, Catálogo de la colección de hierros del Museo Nacional de 
Arte Romano (Cuadernos Emeritenses 37). Mérida, 2012, n.º cat. 61.32 (conjunto de clavos) y 64.4 (cáncamo). 
(20) BUSTAMANTE ÁLVAREZ, Macarena, “Las cerámicas comunes altoimperiales de Augusta Emerita”, en BERNAL 
CASASOLA, Darío y RIBERA I LACOMBA, Albert (eds.), Ceramicas hispanorromanas II: Producciones regionales. 
Cádiz, 2012, fig. 10, nº 1. 
(21) BUSSIÈRE, Jean, Lampes antiques d’Algérie (Monographies instrumentum 16). Montagnac, 2000. Al igual que con 
Isings, no seguiremos citando a este autor a pesar de haberlo usado en más de una ocasión. 
Fig. 8. Depósito proveniente de la tumba n.º 2 (Archivo Fotográfico MNAR/Lorenzo Plana).
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(22) BUSTAMANTE ÁLVAREZ, Macarena, Op. cit. 2012, pág. 416; el tipo es similar a fig. 12, 8. 
(23) Publicada en RODRÍGUEZ MARTÍN, Francisco Germán. Lucernas romanas del Museo Nacional de Arte Romano 
(Mérida)(Monografías Emeritenses 7). Madrid, 2002, pág. 25. 
(24) SABIO GONZÁLEZ, Rafael, Op. cit., 2012, n.º cat. 61.33. 
(25) RODRÍGUEZ MARTÍN, Francisco Germán, Op. cit., 2002, págs.74 y 162 y fig.VI, n.º 76. 
Pudo haber en el interior del edificio otros dos posibles enterramientos, que se 
encontrarían muy alterados: uno, alineado con las anteriores tumbas descritas hacia la 
fachada (figura 7, nº 4), contenía (figura 9) dos ungüentarios incompletos Isings 28 
(n.º inv. 8942 y 8943) y una botella mercurial Isings 84 (n.º inv. 8941), esta última 
con unas cronologías generales desde posiblemente la dinastía flavia hasta siglo III, 
aunque con un fuerte floruit en el siglo II. También había una jarrita biansada de 
pasta clara (nº inv. 8944). Esta tiene una aguada blanca, característica, según 
Bustamante22, del reinado de Trajano. 
 
La otra (no localizada en plano), hallada en el centro de la estructura, contenía 
restos de una olla (n.º inv. 8946) y una lucerna23 Bussière B III (n.º inv. 8945), 
decorada con un gladiador y datada desde época de Augusto hasta inicios del siglo II 
(figura 10). 
 
En otro enterramiento excavado en la roca natural y circundado de ladrillos (figura 
7, nº 5) a 6,4 m al Sur del machón izquierdo de la fachada se hallaron (figura 11) dos 
clavos de hierro24 (n.º inv. 8947 y 8948), fragmentos de ungüentario (n.º inv. 8950) y 
una lucerna Bussière D X 5 (n.º inv. 8949)25, datada entre el segundo cuarto y 
mediados del siglo III (circa 225-250/275). Esta última se encuentra decorada con 
una Victoria y muestra en el margo los característicos pámpanos de vid, y en su base 
la marca incisa de GES con una palma, que se adscribe a talleres emeritenses. 
Fig. 9. Depósito proveniente de la tumba n.º 4 (Archivo Fotográfico MNAR/Lorenzo Plana).
Observando todos estos materiales, podríamos centrar la cronología del 
monumento en torno al siglo II-III, con una fase inicial de uso en torno a los inicios 
del siglo II (o época flavia, si aceptamos la cronología temprana de los ungüentarios 
de tipología Isings 28), que englobaría las sepulturas 1, 2, 4 y la no localizada en 
plano, y otra desde finales del siglo II (sepultura 3) a mediados del III (sepultura 5). 
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Fig. 10. Depósito proveniente de tumba no identificada (Archivo Fotográfico MNAR/Lorenzo Plana).
Fig. 11. Depósito proveniente de la tumba n.º 5 (Archivo Fotográfico MNAR/Lorenzo Plana).
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(26) RODRÍGUEZ MARTÍN, Germán, Op. cit., 2002, pág. 48. 
(27) RODRÍGUEZ MARTÍN, Germán, Op. cit., 2002, págs. 160-161. 
Fig. 12. Objetos provenientes de los denominados edificios D e I, con representación ambos de un haz de 
rayos de Júpiter (Archivo Fotográfico MNAR/Lorenzo Plana).
3.3 Edificio D 
 
Se hallaron en el ángulo externo suroeste dos lucernas: una de ellas es un 
fragmento de disco con la característica pasta emeritense de paredes finas (n.º inv. 
8953)26, por lo que podría tener una cronología entre época flavia y el siglo II. Se 
halla decorado con el busto de Júpiter, teniendo a un lado el haz de rayos 
característico de su iconografía (figura 12, izquierda). 
 
La otra (n.º inv. 8952), completa aunque fragmentada, es tipo Bussière D II 1, con 
el disco con la figura de un jabalí, y con la marca GABINIA, datada desde época de 
Nerón hasta inicios del siglo III, con floruit en la primera mitad del siglo II27, lo cual 
coincidiría con la cronología que ofrece la tipología morfológica. 
 
En el ángulo opuesto, al Noroeste, aparecieron otros fragmentos de lucerna tipo 
Bussière D X 5 (n.º inv. 8954), consistentes en margos con pámpanos de vid, datados 
entre el segundo cuarto y mediados del siglo III.Por tanto, la única cronología que podemos extraer de este edificio proviene de 
objetos fragmentados y descontextualizados, por lo que hay que tomarla con cautela. 
Todos los fragmentos de lucernas se mueven en el arco cronológico del siglo II y 
mediados del III. 
 
3.4 Edificio I 
 
Vinculados a este edificio aparecieron nuevamente materiales descontextualizados, 
y además en este caso, fragmentados y con unas cronologías demasiado amplias como 
para tenerlas en cuenta, si bien no dejan de llamar la atención por las razones que 
expondremos. 
Por un lado, en el exterior de la pared occidental del recinto, se recuperó la base 
(n.º inv. 9238) fragmentada de una jarra (descrita en la publicación como “cuenco”) 
cuya característica más llamativa es la incisión de un grafito en forma de haz de 
rayos (figura 12, derecha), muy similar al observado en la lucerna de Júpiter descrita 
en el Edificio D. Es bastante llamativa la alusión a este dios en dos ocasiones y dos 
contextos aparentemente distintos. 
 
El otro objeto recuperado, en este caso junto a la cara externa de la pared norte, 
consistía en un fragmento de arita (n.º inv. 9242) con la siguiente inscripción28: 
Petron[3] / [1]XII[. La escasa preservación de su superficie, que ha perdido todo el 
pulimento, hace imposible aventurar una datación concreta, si bien este tipo de árulas 
son muy características de la Augusta Emerita de los siglos II-III. 
 
3.5 Edificio N 
 
En la excavación de García y Bellido se encontró un as republicano con el anverso 
representando a Jano y el reverso una proa, que según Agustín Velázquez, a quien 
agradecemos su catalogación, podría haber sido emitida en torno al 50 a.C., aunque 
se encuentra muy rodada. 
 
La presencia de una moneda todavía de época republicana alerta de una posible 
ocupación bastante temprana, fundacional, del sector, aunque también podría 
interpretarse como parte de un depósito funerario, a modo de amuleto29. Está 
plenamente atestiguado el uso de la moneda con fines mágico-supersticiosos, muy 
especialmente vinculada al mundo funerario30. 
 
 En la excavación de Sánchez Barrero31 se hallaron cuatro fragmentos de una 
misma lápida32, y otro fragmento aislado de otra33, que pueden datarse (así lo hicieron 
los autores citados) en época flavia o inicios del siglo II. Además, en dicha 
intervención se documentó una incineración con un depósito de segunda mitad del 
siglo I d.C., que coincide por tanto con la fecha de la epigrafía. 
 
Son estos materiales los más tempranos de las intervenciones en el sector, los que 
hacen que retrocedamos el inicio del área funeraria a la segunda mitad del siglo I. A 
continuación expondremos las implicaciones que esto tiene, analizando las relaciones 
de esta zona con la topografía general de la ciudad y su evolución. 
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(28) GARCÍA IGLESIAS, Op. cit., 1973, n.º 440; HAE, n.º 2578. 
(29) Su pertenencia a un depósito funerario ya era sugerida por SÁNCHEZ BARRERO, Pedro Dámaso, Op. cit., 1998, 
pág. 275. 
(30) CECI, Francesca. «L’interpretazione di monete e chiodi in contesti funerari: esempi dal suburbio romano», en 
HEINZELMANN, Michael (ed.), Actas del Coloquio Internacional Römischer Bestattungsbrauch und Beigabensitten in 
Rom, Norditalien und den Nordwestprovinzen von der späten Republik bis in die Kaiserzeit = Culto dei morti e costumi 
funerari romani in Roma, Italia settentrionale e province nord-occidentali dalla tarda Repubblica all’età imperiale (Roma, 
1998). Wiesbaden, 2001, págs. 87-97. 
(31) SÁNCHEZ BARRERO, Pedro Dámaso, Op. cit. 
(32) SÁNCHEZ BARRERO, Pedro Dámaso, Op. cit.; MURCIANO CALLES, José María, Op. cit., 2019, pág. 336, n.º 
101 (lám. 97, n.º 2); HIDALGO MARTÍN, Luis, EDMONDSON Jonathan, MÁRQUEZ PÉREZ Juana, y RAMÍREZ 
SÁDABA José Luis. Nueva epigrafía funeraria de Augusta Emerita: Tituli sepulcrales urbanos (ss. I-VII) y su contexto 
arqueológico: NEFAE (Memoria. Monografías Arqueológicas de Mérida 1). Mérida, 2019, págs. 417-418, n.º 125. 
(33) HIDALGO MARTÍN, Luis, EDMONDSON Jonathan, MÁRQUEZ PÉREZ Juana, y RAMÍREZ SÁDABA José Luis, 
págs. 418, n.º 126. 
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(34) MA ́RQUEZ PE ́REZ, Juana, Op. cit., págs. 200-203. PÉREZ, Yolanda, Op. cit. En ambas intervenciones no se pudo 
documentar adecuadamente, por ausencia de material, la datación exacta de la construcción del recinto, sino que se dio una 
cronología general en base a las relaciones estratigráficas y las dataciones de los depósitos funerarios. 
(35) MÁRQUEZ PE ́REZ, Juana, Op. cit., págs. 203. En esta página la arqueóloga se decide por su fecha de construcción 
en el siglo II. Previamente, en la pág. 200, se había comentado que la cronología podría ser entre fines del siglo I e inicios 
del siglo II. En PÉREZ, Yolanda, Op. cit., pág. 218 las sepulturas exhumadas se databan en torno al siglo III. 
4. Propuesta cronológica general 
 
Observando lo registrado, es prudente considerar que existen pocos datos que 
confirmen de una forma clara la datación general del sector. De todas las estructuras 
excavadas sólo podemos extraer elementos de datación de cinco de ellos (Mausoleos 
B, C, D, I y N), y la mayoría son materiales de los que no tenemos un conocimiento 
preciso de su contexto arqueológico. 
 
Desde nuestro punto de vista, sólo el Mausoleo N aporta una datación segura, 
gracias a la excavación con metodología moderna de una incineración en su interior 
con un depósito fechable en la segunda mitad del siglo I d.C. También coincide con 
esa cronología los restos epigráficos hallados en su interior, con bastantes 
posibilidades de que formaran parte del propio monumento, dejados en él una vez 
desmantelado en su fase de abandono. De los recintos excavados por García y 
Bellido, sólo el C posee elementos cronológicos estables, puesto que aparecieron 
sepulturas con depósitos funerarios fechables, lo que supone un contexto 
arqueológico cerrado, permitiendo por ello extraer dataciones ciertas. La cultura 
material en relación con dichos depósitos parece desarrollarse desde el siglo II, o 
quizás ya incluso en época flavia, hasta mediados del siglo III. 
 
Estas cronologías parecen coincidir con la otra estructura de una planta idéntica 
que se ha documentado recientemente en Mérida34. En este caso no se pudo concretar 
la fecha de construcción del recinto, en cualquier caso entre los siglos I y II y quizás 
en este último siglo35, mientras que las tumbas instaladas en su interior se databan en 
los siglos II-III. 
 
En segundo lugar, por orden de fiabilidad cronológica, tendríamos el Mausoleo D, 
con elementos de datación que coinciden entre ellos en un arco cronológico más o 
menos cerrado, pero que aparecieron descontextualizados, pese a que presumiblemente 
su formato (todos ellos lucernas) hace que la posibilidad de que pertenecieran a 
mobiliario funerario sea alta. Estos materiales tienen una cronología general muy 
parecida a la del anterior edificio, es decir, desde el siglo II hasta mediados del siglo 
III. 
 
Por último, el Mausoleo B tiene elementos de datación claramente 
descontextualizados y mal conservados, por lo que su fiabilidad es escasa, si bien lo 
poco conservado sigue estando en ese arco cronológico, desde época flavia hasta el 
siglo III. 
 
Teniendo en cuenta todo ello, un hecho que es claro es que la mayoría de los 
fósiles guía se mueven entre segunda mitad del siglo I y mediados del III: parece que 
es en este período cuando las estructuras funerarias están en su mayor uso 
(especialmente las sepulturas 3, 5 y la no localizada en plano del Mausoleo C y los 
restos del Mausoleo D). Elementos de datación con inicios de ciclos de producción y 
consumo más tempranos (fragmento epigráfico del Mausoleo B, materiales de 
sepulturas 1 y 2 del Mausoleo C) son los que marcan el inicio de la fase deuso de las 
estructuras en época flavia, que queda clara por la incineración hallada en el 
Mausoleo N, e incluso una época cercana a la fundación, si confiamos en el as 
republicano, lo cual confirmaría las cronologías establecidas por García y Bellido, si 
bien hay que reconocer que un sólo artefacto, muy erosionado y descontextualizado, 
es escaso para fijar una datación. 
 
Con todo, el uso funerario del sector en época fundacional, o cerca de ella, sería 
lógico debido a la cercanía con el principal valedor arquitectónico de ese momento, 
como es el puente sobre el Guadiana, que vertebra todo el urbanismo colonial desde 
sus inicios36. A ello se une la topografía del terreno, ya que esa vía que sale del 
puente remonta una suave loma natural (de ahí la denominación popular de Cuesta 
del Tiro de Pichón), que hacía que los monumentos localizados allí fuesen 
observables desde varios puntos de la ciudad, algo que en la actualidad todavía 
ocurre con los edificios localizados en el lugar. 
 
Por contra, un uso tan temprano, fundacional, se opone al hecho de que ninguna 
estructura funeraria construida se ha podido fechar en esos momentos: todas ellas 
arrancan como mínimo en el siglo I d.C. No obstante, nosotros pensamos que la 
inexistencia de esas estructuras in situ no invalida la presencia de arquitectura 
funeraria, puesto que existen indicios secundarios para pensar así37: esos primeros 
monumentos han podido ser arrasados y no haber dejado huellas en el registro 
arqueológico. Aún así, suponemos una actividad edilicia funeraria poco intensa hasta 
al menos mediados del siglo I d.C., cuando la ciudad y sus principales edificios y 
plazas públicas están ya funcionando con normalidad. 
 
La lógica inclina a pensar, por tanto, en que esa moneda republicana pertenezca, 
como queda dicho, a un depósito funerario en calidad de objeto mágico-supersticioso. 
Tampoco es descartable, su procedencia de contextos antiguos, previos a la instalación 
de las estructuras construidas: nos informa de un uso temprano de la zona, aunque 
desconocemos su carácter (funerario, industrial…). 
 
No obstante, llama la atención que el Mausoleo N, el que mejor está fechado y el 
que tiene una cronología más temprana, se encuentra en un área ya bastante alejada 
del puente, y no es descabellado pensar que todo ese espacio entre el puente y dicho 
recinto estuviera ocupado de forma temprana por otros edificios o sepulturas hoy 
perdidos, bien porque fueron arrasados por los que García y Bellido excavó, bien 
porque este arqueólogo no pudo finalizar adecuadamente el registro, permaneciendo 
sólo en la fase más tardía del área funeraria. 
 
Por otro lado, los recintos excavados por García y Bellido parecen pertenecer a 
una misma fase funeraria, algo que va acorde a la idea de un segundo momento en 
esa área, sobre otros edificios ya abandonados. Al hecho de una similitud en la 
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(36) ÁLVAREZ MARTÍNEZ, José María, El puente romano de Mérida (Monografías Emeritenses 1). Badajoz, 1983, pág. 
13 y ss. 
(37) MURCIANO CALLES, José María, Op. cit., 2019, pág. 379 
La Necrópolis del Puente. Revisión cronológica de un área funeraria poco conocida 111
cultura material asociada a ellos, se suma la circunstancia del parecido de sus 
fábricas, que podrían apoyar una creación más o menos simultánea, dentro de unos 
mismos talleres y de unos mismos formatos, que evidenciarían un único momento. 
Su ubicación en torno a la vía parece orgánica, y por tanto planificada y estructurada, 
lo que nuevamente vuelve a apoyar la idea de una misma fase funeraria. 
 
En cuanto a sus límites cronológicos finales, no parece existir ningún uso del área 
más allá del siglo III, sin llegar quizás a sobrepasar su último cuarto, lo cual parece 
estar también confirmado mediante las sepultura 3 y 5 del Mausoleo C y los 
materiales del Mausoleo D. Aunque nuevamente hay que recordar la escasez de 
materiales hallados y el arrasamiento de estructuras, es también un planteamiento 
lógico considerar un abandono de la función funeraria a partir de esa fecha, ya que el 
otro lado del río era una zona escasamente poblada, más en esa época, y debía de 
tener una fuerte impronta agrícola. 
 
No tenemos ningún dato en la actualidad sobre la existencia de un hábitat en 
época bajoimperial avanzada. Para época visigoda, conocemos la noticia de la 
localización en las inmediaciones del puente de la iglesia de Santa Lucrecia38. De 
hecho, algunos de los materiales que se ingresaron en 1950 (véase la nota 3) tenían 
una cronología tardoantigua, y es fácil relacionarlos con ella. Aún así, no debió tener 
un espacio funerario asociado, al menos no con la intensidad de otras áreas como la 
de la basílica de Santa Eulalia. De hecho, los posibles restos de la iglesia de Santa 
Lucrecia han podido ser excavados recientemente39, con todas las salvedades que 
entraña su interpretación debido a su mala conservación, y no se localizaron 
asociados a ellos elementos funerarios. Con todo, la ausencia de ellos puede deberse 
a otras razones. La más evidente es el fuerte arrasamiento de los restos de la fase 
tardoantigua localizada en el sector excavado, pero también podríamos pensar en un 
emplazamiento del cementerio asociado a lugar de culto en un solar aledaño no 
intervenido. 
 
Esta despoblación posterior justificaría la conservación de los restos romanos, que 
serían observables todavía a mediados del siglo XX, cuando D. José Álvarez Sáenz 
de Buruaga reparó en ellos. A él, y a D. Antonio García y Bellido, debemos hoy la 
documentación de este área funeraria, perdida hoy irremediablemente por el progreso 
urbano. 
Anas 31-32 (2018/2019) pp. 97-111 ISSN:1130-1929
(38) FRANCO MORENO, Bruno, De Emerita a Marida: el territorio emeritense entre la Hispania gothorum y la 
formación de Al-Andalus (ss. VII-X): transformaciones y pervivencias (tesis doctoral inédita de la Universidad Nacional de 
Educación a Distancia), Madrid, 2008, pág. 274. 
(39) BEJARANO OSORIO, Ana María, HERAS MORA, Francisco Javier, SÁNCHEZ BARRERO, Pedro Dámaso y 
SÁNCHEZ CAPOTE, Nuria, “El área alfarera de la margen izquierda del río Guadiana. Intervención arqueológica 
realizada en el solar de la Escuela de Hostelería de Mérida”, Mérida. Memoria de Excavaciones Arqueológicas, n.º 13, 
2009-2011 (2019), págs. 661-662. Fueron excavados por uno de los autores, Javier Heras, quien para desarrollar su 
interpretación llama a una futura publicación todavía hoy en prensa.

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