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Fig. 9-1. Fotomicrografía de tejido adiposo co- mún (uni locular). Los adipocitos uni loculares aparecen vacros, porque los l ípidos se disuelven durante la preparación. Corte coloreado con he- matoxilina-eosina x27 5. El tejido adiposo se considera hoy un ór- gano difuso de gran actividad metabóiica. Alrededor del 20% del peso corporal de una peÍsona adulta normal es tejido adipo- so que. en consecuencia. representa una importante reserva energética. Los lípidos están especialmente capacitados para alma- cenar energía, dado que poseen más enla- ces de energía química por unidad de peso o de volumen que los hidratos de carbono y Ias proteÍnas. EI tejido adiposo también tie- ne otras funciones (véase más adelante). Histología del teiido adiposo En los mamíferos existen dos tioos de te- j ido adiposo. que se diferencian por el co- lor, entre otras características. EI tejido adi- poso amarillo o blanco representa la ma- yor parte del tei ido adiposo de la economía en el adulto. También se denomina tej ido adiposo uni locular porque las células sólo contienen una única gota grande de l ípido. El escaso teiido adiposo marrón se en- cuentra sólo en determinados sit ios. Este tipo también se denomina tejido adiposo multilocular Doroue las céluias contienen muchas gotas-pequeñas de lípido. Tejido adiposo común (unilocular) El color del tej ido adiposo depende en parte de la dieta. En 1os primates (el hom- Adipocitos uni loculares Borde citoplasmático Núc leo Tejido adiposo "El hambre es el mejor condimento." Cicerón Fig. 9-2. Dibujo esquemático del aspecto al mi- croscopio electrónico de células adiposas uniloculares. El marco rectangular en el pe- queño dibujo al microscopio óptico del extremo superior izquierdo señala el corte presentado. Casi toda la célula está ocupada por una gran gota l ipídica (1), que empuja al núcleo (2) hacia la peri feria de la célula La gota de l ípidos no está rodeada de membranas, pero a menudo la l imitan f inos f i lamentos (3). Se observa un capi- lar (4) muy relacionado con las células adipo- sas. (Según Krst ió.) bre, los monos y Ios prosimios) es amari- l lo debido a los carotenos, entre otras sus- tancras. Las células adiposas uniloculares varían mucho de tamaño y pueden ser muy Bran- des, con diámetros superiores a 100 ¡rm. Los adioocitos esféricos se deforman entre sÍ cuando se encuentran en pequeños gru- pos y adoptan formas poiiédricas (fig. 9-f ). En los cortes histolósicos habituales a me- nudo las células están deformadas, porque los lípidos se disuelven durante la prepa- C A P I T U L O TEJIDO ADIPOSO 227 ración. Cada célula contiene una única go- ta grande central y el citoplasma se reduce a un fino reborde que sólo representa un porcentaje mínimo del volumen celular (fig. 9-r). El núcleo está desplazado hacia una zona periférica, algo engrosada, del ci- toplasma y adopta forma oval aplanada. El núcleo sólo se distingue en algunos de los adipocitos seccionados, debido al tamaño excepcional, respecto del espesor del cor- te histológico. Los l ípidos son, casi en su totalidad, triacilgliceroles y se preservan por medio de cortes por congelación, colo- reados después con colorantes Sudán (véase f ig. 2-30) Con microscooia electrónica se dist in- guen escasas organelas en el citoplasma que rodea el núcleo: algunas mitocon- drias, algo de retículo endoplasmático ru- goso (RER) y un pequeño complejo de Golgi (f ig. 9-2). Es más característ ica la presencia de retículo endoplasmático l iso (REL) en el ci toplasma que rodea la gota de Iípido central, Además, especialmente en el tej ido adiposo activo en la sÍntesis de l ípido, se dist inguen numerosos ele- mentos del REL junto a pequeñas gotas de lípido. Es posible que sean l ípidos recién sintet izados, que luego se incorporan a Ia gran gota lipídica central, que no está ro- deada por membrana, sino en contacto di- recto con el citoplasma circundante. Cada célula adiposa está rodeada por una lámina externa, alrededor de Ia cual hay una fina red de fibras reticulares. EI tej ido adiposo posee r ica vascularización pese a que el ci toplasma con actividad metabólica sólo representa un porcentaje muv baio del volumen celular. En loi si t ios donde el tej ido adiposo t ie- ne función amort iguadora de golpes, por ejemplo en Ia región glútea, la grasa está dividida en cámaras por gruesos tabiques de tej ido conectivo, que se extienden en- tre Ia oiel v las fascias musculares. En ól ayuno prolongado, los adipocitos Iiberan gradualmente los lípidos almace- nados y la vacuola central disminuye de tamaño. Es reemplazada por numerosas pequeñas gotas de lípido en el citoplasma. Por últ imo, si se movil iza todo el l Ípido almacenado, Ias células se asemejan a fi- broblastos. El telido adiposo unilocular común fie- ne amplia distribución, en parte como grasa subcutánea, en el panículo adiposo, en el mesenterio o en la zona retrooerito- n e a l . L a c a n t i d a d d e g r a s a s u b c u t á ñ e a e n exceso varía de una zona a otra, de acuer- do con la edad, el sexo y el estado nutri- cio. En los niños, una capa grasa bastante uniforme cubre todo el cuerno. mientras que en los adu l tos se acumul i en a lgunas zonas. Estas zonas de preferencia son dis- tintas en el hombre y en la mujer, y esta 228 TEJIDO ADIPOSO *ñ. distribución diferencial constituve uno de los caracteres sexuales secundar ios. En la mujer se ubican en las mamas, las cade- ras, las nalgas v los muslos, mientras que en el hombre, las zonas más importantes son la nuca, ia parte inferior del vientre y Ia espalda v los flancos. Ei ciertás zonas de acumulación de grasas las células adiposas no l iberan el lí- pido almacenado en caso de ayuno. Son ejemplos las acumulaciones grasas que ro- dean Ios riñones, las órbitas oculares, Ias rodil las, las palmas de las manos y las plantas de los pies; en los lactantes tam- bién Ias mejil las. En estas regiones, la fun- ción principal de Ios lípidos parece ser de tipo mecánico, es decir, de absorción de golpes y de sostén. Tejido adiposo marrón (multilocular) El tejido adiposo marrón (o grasa par- da) varía en color del dorado al marrón ro1ízo. Las células son poligonales y bas- tante grandes, pero más pequeñas que las células del teiido adiposo blanco. El cito- plasma es más abundante y más granula- do, y contiene numerosas pequeñas gotas de lípido de distinto tamaño (fig. 9-3). El núcleo es redondeado con gránulos de cromatina gruesos. En el citoplasma se distinguen grandes mitocondrias redon- das, y con el microscopio electrónico crestas muy juntas (figs. 9-a y 9-5). Las demás organelas están poco desarrolla- das. Las gotas de lípido no están l imita- das por membrana v a menudo están ro- deadas en forma totál o parcial por mito- condrias. EI tejido adiposo marrón se caracteriza por estar lobulado; por su aspecto se aseme- ja a una glándula. En el escaso tejido conec- tivo se distinguen muchos más capilares Adipocitos mult i loculares ** r * I , / Tejido ad-iposo marron Fig. 9-3. Folor de tejido adip rrón (multiloc región interesc una ratita. Se r numerosas go sa de distinto I el citoplasma r las. Corte colo hematoxi l ina-e x44O. ' ; ! _ : d t ü t C A P I T I Fig. 9-4. lmagen captada con microscopio electróni- co de un adipocito multi- locular de tejido adipo- so marrón de rata. Nó- tense las gotas de lípidos de distintos tamaños y la gran cantidad de mitocon- drias. x6.500. (Cedida por T. Barnard.) que en el tejido adiposo blanco, dado que la irrigación sanguínea en muy rica. Además se puede demostrar la presencia de nume- rosas fibras nerviosas entre las células. Tras un a¡runo prolongado las células adoptan un aspecto similar a un epitelio, por 1o que se acentúa Ia semejanza con una glandula. Al igualque en el tej ido adiposo blan- co, los l ípidos de las gotas de grasa del te- j ido adiposo marrón son tr iaci igl iceroles. La causa del color marrón es. sobre todo, el elevado contenido de citocromos de las mitocondrias. Fig. 9-5. lmagen captada con microscopio electrónico de mitocondrias de una célula adiposa multilocular. Nótese la gran cantidad de crestas paralelas que se extienden por todo el ancho de la célula. x35.000. (Cedida por T. Barnard ) 1 ¡ l Gotas l Íp ido Como se vio antes, el tejido adiposo marrón es muy escaso en personas adul- tas; está muy desarrollado en el feto y en recién nacidos, donde representa alrede- dor del 2 al 5% del peso corporal y se en- cuentra entre las escópulas, en Las axilas, en la región de Ia nuca y a 1o largo de los grandes vasos sanguíneos, A medida que transcurren los años, se transforma en te- i ido adiooso bianco. Histogénesis del teiido adiposo EI origen de los adipocitos y las líneas de diferenciación han sido objeto de in- tensos debates y no están definitivamente aclarados en todos sus detalles, pero hay acuerdo generalizado (sobre la base de ex- haustivas investigaciones experimentales en cultivos celulares con demostración de distintas enzimas marcadas) en que célu- Ias mesenquimáticas multipotentes indi- ferenciadas dan origen, por diferencia- ción, a células madre unipotentes, deno- minadas adipoblastos, y de que existen dos categorías de estas células, con una lí- nea de diferenciación para los adipocitos uniloculares del tejido adiposo blanco y otra Dara los adipocitos multiloculares del tejidó adiposo marrón. EI tejido adiposo unilocular se comien- za a formar en el quinto mes de vida fetal, dado que a partir de células mesenquimá- J rr3. \l 't ';i. \ 'F, , l ff; C A P í T U t O TEJIDO ADIPOSO 229 Fig. 9-6. Dibujo esquemático de la histogéne- sis del tejido adiposo. ticas que rodean pequeñas vénulas se co- mienzan a diferenciar adipoblastos. Estos no se pueden diferenciar, por la morfolo- gía, de fibroblastos (que también se desa- rrollan a partir de células mesenquimáti- cas), pero se diferencian a los estadios an- teriores a adipocitos unipotentes, por lo que se han comprometido en la línea de diferenciación de los adipocitos (fig. 9-6). Los adipocitos proliferan, pero en deter- minado momento prosiguen Ia diferencia- ción a preadipocitos, que tampoco se di- ferencian por su morfología de los fibro- blastos ni de los adipoblastos, dado que aún no acumulan triacilgliceroles (los preadipocitos contienen los denominados marcadores tempranos de adipocitos, en- tre ellos Ia enzima lipoproteinlipasa). Los preadipocitos se diferencian a adipocitos inmaduros que tienen todo el aparato en- zimático necesario para Ia síntesis y la de- gradación de triacilgliceroles. Los adipo- citos inmaduros acumulan cantidades crecientes de gotas de lÍpido, que aumen- tan de tamaño hasta fusionarse en una única gran vacuola lipídica, por Io que el núcleo adopta una posición cada vez más excéntrica. Al mismo tiempo Ia célula cre- ce en tamaño y se transforma en adipoci- to maduro. La diferenciación terminal de preadipocito a adipocito (inmaduro) de- pende de Ia presencia de hormona del cre- cimiento, glucocorticoides y triyodotiro- nina (véase más sobre estas hormonas en el cap. 21), lo cual no ocurre con los pasos previos. Sólo se producen adipocitos nue- vos Dor esta diferenciación terminal de preadipocitos a adipocitos (inmaduros), dado que los adipocitos (inmaduros y ma- duros) carecen de capacidad para dividir- c o n n r m i f n c i q El crecimiento posnatal del tejido adi- poso puede tener lugar por diferenciación de los preadipocitos en adipocitos, deno- minada crecimiento hiperplásico, pero también puede aumentar la cantidad de tejido adiposo por crecimiento hipertrófi- co, es decir, por aumento de tamaño de ca- da una de las células adioosas como con- secuencia del almacenamiento intracelu- lar de lípidos. Se cree que los preadipoci- tos sólo proliferan en Ia infancia, en apa- riencia sólo en los primeros años de vida, tras lo cual los preadipocitos formados permanecen en estado latente hasta que eventualmente son estimulados a la dife- renciación terminal a adipocitos. Se cree que en la infancia el crecimiento del teji- do adiposo únilocular es hiperplásico e hipertrófico al mismo tiempo, pero que el primero disminuye en forma gradual y só- 230 TEJIDO ADIPOSO I Célula mesenouimática (multipotente) Proliferación v diferenciación Diferenciación Adipocito ¡nmaduro Diferenciación Adipocito maouro Histogénesis del tejido adiposo Io se observa en la edad adulta en grados severos de obesidad (véase más adelante). El tejido adiposo multilocular maruón se forma también cuando células mesenoui- máticas mult iDotentes indiferenciadas^ se diferencian a adipoblastos unipotentes, que representan otra línea celular distinta Diferenciaciór( l Ínea mult i locul Adi¡ (un¡ Ac mu V v C A P I T I Obesidad y leptina El mecanismo de crecimiento del te- j ido adiposo común o unilocular revis- te gran interés debido a la importancia que tiene en la obesidad (lat. obesus, grasa), es decir, la condición con au- mento dei peso corporal por incremen- to anormal de Ia cantidad de grasa, da- do que grados severos de este trastorno puede generar diabetes no insulino de- pendiente y patologías cardíacas y vas- cuiares. Se cree que la forma hipercelu- Iar de obesidod que, como se vio se en- cuentra sobre todo en los grados seve- ros de obesidad, es consecuencia de Ia sobrealimentación temprana de los ni- ños ( inc luso desde la iactancia) l se ha demostrado que esto causa incremento de Ia producción de preadipocitos, por lo que el individuo en cuestión los po- seerá en cantidades excesivas. La canti- dad aumentada de preadipocitos y los adipocitos generados después en rela- ción con Ia obesidad se mantiene sin modificaciones durante toda Ia vida del individuo, dado que los adipocitos no desaparecen una vez /ormados. Se ha demostrado que la pérdida ponderal prolongada y destacada no disminuye la cantidad de adipocitos, sino tan sólo el tamaño de los va existentes. Hasta el momento, este tipo de obesidad ha sido muy difíci l de manejar, si bien en apa- riencia existen perspectivas promiso- rias a la luz de los últ imos resultados experimentales (véase más adelante). La forma hipertrófica de obesidad se debe a sobrealimentación en Ia edad adulta y se caracteriza por aumento del tamaño de los adipocitos, sin incre- mento de la cantidad. Por Io general, esta forma de obesidad es más accesibie al maneio con dieta. La investigación de Ia obesidad se caracterizó por mostrar un gran impul- so en los últ imos años, con Ia demos- tración de que los adipocitos secretan una proteína, denominada leptina (gr. leptos, delgado), cuya concentración en plasma es expresión del conjunto de la masa de tejido adiposo. La leptina se une a un receptor de leptina identifica- do sobre las células netviosas de los centros cerebrales reguladores del ape- tito en el hipotálamo. La leptina es pro- ducida sólo por los adipocitos, y el gen que codifica la leptina se ha designado ob (ing. obese, obeso). Se ha logrado clonar el gen y se ha identif icado y clo- nado el gen del receptor de leptina. Además. en ratones con síndrome de obesidad condicionados genéticamente (autosómico recesivos) se han demos- trado mutaciones del gerr ob, por lo que los ratones Beneran un producto genéti- co anormal o nada. Mediante la inyec- ción intraperitoneal diaria de leptina (el producto del gen ob) a estos ratones se regulariza el peso corporal y la in- gesta alimentaria. Además, la adminis- tración de este tratamiento con leptina a ratones de peso normal causó pérdi- das ponderales menores, pero sosteni- das. En consecuencia,la leptina parece ser un "factor de saciedad". Los experi- mentos mencionados y otros muchos llevados a cabo en ratones y, reciente- mente, en humanos han despertado ex- pectativas sobre la posibil idad de con- trolar Ia obesidad humana. No obstan- te, hasta el momento no se han demos- trado mutaciones en los genes ob y del receptor humanos, si bien en varias si- tuaciones se probó la expresión en ex- ceso significativa del Ben en obesos. Es posible que la obesidad se deba a una disminución de Ia sensibil idad a la lep- tina, dado que existe una clara correla- ción entre la leptina plasmática y el contenido porcentual de grasa corporal (es deci r , n ive les e levados de lept ina con obesidad severa). En algunos rato- nes de los experimentos mencionados se demostraron mutaciones del gen re- ceptor, por lo que una eventual dismi- nución de Ia sensibil idad a la leptina en obesos podría deberse a un funcio- namiento defectuoso de los receptores de Ieptina hipotalámicos. Probablemente, eI papel normal de Ia ieptina en el organismo sea mantener la masa grasa dentro de los valores constantes que se observan en indivi- duos adulto! normales, a través de la regulación de la ingesta calórica y qui- zá también de la ingesta directa de gra- sas. De acuerdo con los experimentos efectuados en animales , el efecto de Ia leptina sobre el hipotálamo parece ser una inhibición de Ia sÍntesis del neuro- péptido Y (NPY) hipotalámico. En con- secuencia, se postula que el NPY de- sempeña un papel destacado en el con- trol cerebral de Ia ingesta de alimentos. La producción y la importancia de los receptores de leptina son objeto de intensas investigaciones y se considera que aún resta mucho por desentrañar de los mecanismos mediados por la leptina para Ia regulación de Ia canti- dad de tejido adiposo C A P í T U t O TEJIDO ADIPOSO 231 de la de las células adioosas uniloculares habituales, y el proceso iambién es diferen- te (fig. 9-6). Las células adoptan un aspecto epitelioide y el tejido se hace lobulado y adopta un aspecto semejante a una glándu- la. Recién entonces comienzan a aDarecer las gotas de l ípido en las célu las. por lo que el tejido se transforma en tejido adiposo multilocular. Este desarrollo sólo tiene lu- gar en el feto y en determinados sitios. Co- mo se vio antes, el tej ido adiposo mult i lo- cular marrón se transforma gradualmente en tejido adiposo con el mismo aspecto que el tejido adiposo unilocular blanco. Histofisiología del tejido adiposo La aplicación reciente de isótopos en las investigaciones sobre la histofisiología del tejido adiposo demostraron qlue e} Lípido de los depósitos grasos se recambia de no- do constante, incluso en individuos en equilibrio calórico. Estos experimentos de- mostraron que los tr iaci lgi iceroles de los adipocitos se renuevan cada 2-3 semanas. Los tr iaci lgl iceroles de los adipocitos se sintetizan en parte a partir de ácidos gra- sos que l legan a los adipocitos por el to- rrente sanguíneo, y que provienen del con- tenido de grasa de la dieta y son transpor- tados como quilomicrones hasta los capi- lares del tej ido adiposo, o de la produc- ción de ácidos grasos por el hígado y trans- portados como VLDL (ing. very low den- sity lipoproterns, lipoproteínas de muy ba- ja densidad) (véase con mayor detal le en el cap. 1B). En ambos casos, la enzima l ipo- proteinl ipasa de ia superf icie iuminal de las células endotel iales escinde los ácidos grasos, que son captados por los adipoci- tos. Estas células también oueden sintet i- zar t r iac i lg l i cero les a par t i r de la captac ión de glucosa, que a la vez entrega glicerol para la síntesis de ácidos grasos. La hidró- lisis de los triacilgliceroles es catalizada por una lipasa del tejido adiposo. El mantenimiento del eouilibrio normal en t re e l depós i to y la mov i l i zac ión de los tr iaci lgl iceroles en el tej ido adiposo es re- gulada por vías hormonal y nerviosa. La regulación hormonal más importan- te del metabolismo de los tr iaci lgl iceroles del tej ido adiposo es ejercido por la insu- lina, que estimula con fuerza la captación de glucosa por los adipocitos. Dentro de la célula, la glucosa es rápidamente degrada- da por glucól isis, por lo que se forma gran cantidad de alfa glicerofosfato, que ingre- sa a la síntesis de tr iaci lel iceroles. La in- s u l i n a i n h i b e a d e m á s l a ñ t i v i d a d d e l a I i - pasa del tej ido adiposo y, en consecuen- cia, la hidról isis de los tr iaci lgl iceroles. La adrenalina y la noradrenalina activan la l ipasa del tej ido adiposo y estimulan así la hidról isis de tr iaci lgl iceroles, con la consecuente l iberación de ácidos srasos ai to r ren te sanguÍneo ( los ad ipoc i to iu t i l i zan mu\¡ poco los ácidos grasos para obtener energía, debido a Ia escasa cantidad de mitocondrias). La lipasa del tejido adipo- so desempeña, por lo tanto, un papel cen- tral en la regulación de la cantidad de áci- dos grasos que se liberan a Ia sangre y, en consecuencia, a los metabolismos de los demás órganos y tej idos, por lo que inf lu- ye sobre el metabolismo de ácidos grasos de toda la economía. La regulación nerviosa del tej ido adipo- so es e je rc ida por e l s is tema nerv ioso s im- pático (parte del sistema nervioso autóno- mo). El tej ido adiposo t iene abundante inervación, en especial el tej ido adiposo marrón. El transmisor químico noradrena- l ina (media la transr.r.r isión de impulsos en Ias te ¡minac iones nen, iosas . véase con El mecanismo para la producción de calor en el teiido adiposo multilocular La capacidad de producción de calor en el tejido adiposo marrón o multilocu- lar se debe a que las mitocondrias de es- te tipo de adipocitos no pueden realizar la fosforilación oxidativa y las mitocon- drias carecen de partículas elementales (ATPsintasa) en Ia membrana intema, o su número estó. muy disminuido. Por eI contrario, el tejido adiposo marrón con- tiene gran cantidad de la enzima citocro- mooxidasa, de acuerdo con el gran nú- mero de mitocondrias con crestas largas, densamente agrupadas, Estas mitocon- drias pueden así realizar una activa oxi- dación, pero la energía liberada no se fi- 232 TEJIDO ADIPOSO ja por fosforilación oxidativa, sino que se emplea para la producción de calor. Además, se ha demostrado que la mem- brana interna de las mitocondrias del te- jido adiposo marrón contiene una proteí- na que transporta los iones H* extraídos por bombeo nuevamente a Ia matriz mi- iondrial, sin intervención de Ia ATPsin- tasa, es decir, del acoplamiento quimios- mótico lvéase además mitocondrias en el cap. 3, pág. 87). Esta proteína se denomi- na UCP (ing. uncoupling protein, proteí- na no acoplada) y es la causa de Ia falta de producción de ATP relacionada con la oxidación de los ácidos srasos. C A P i T U mayor detalle en el cap. 14) de los nervios autónomos al tej ido adiposo, ejerce su ac- ción reguladora por el efecto estimulante sobre la l ipasa del tej ido adiposo, con la consecuente hidról isis de los tr iaci lgl ice- roles, como se vio antes. Producción de calor en el tejido adiposo marrón La grasa parda es capaz de producir gran cantidad de calo¡ por oxidación de los ácidos grasos, con incremento del con- sumo de oxígeno, y el calor generado se transfiere a la sangre circulante, que man- tiene la temperatura del organismo. Así, los recién nacidos utilizan la grasa parda para Ia producción de calor. La estimula- ción del tel ido adiposo ocurre por vía de las terminaciones nerviosas autónomas, donde la noradrenalina liberada, como se vio antes, causa aumento de la hidrólisis de los tr iaci lgl iceroles de los adipocitos, que luego son oxidados. Cuestionario sobre teiido adiposo 1. ¿Cómo se denominan los dos tipos principales de tejido adiposo? 2. Describa el aspectode un adipocito unilocular común. 3. ¿Porqué no se distingue la grasa de los adipocitos en los preparados his- tológicos comunes? 4. ¿Cuáles son las funciones del tejido adiposo? 5. Nombre algunas localizaciones de te- j ido adiposo en el organismo. 6. Describa el aspecto de un adipocito ma¡rón multilocular. 7. ¿Las gotas de IÍpido en los adipo- citos están limitadas por mem- brana ? B. ¿Cuál de Ios dos tipos de tejido adi- poso es más abundante en el ser hu- mano? 9. ¿En qué estadio de la vida es más abundante la grasa parda? 10. Intente nombrar los tipos celulares de Ia línea de diferenáiación desde Ia célula mesenquimática primitiva, no diferenciada hasta el adipocito unilocular maduro. 11. Los desarrollos de los adipocitos uniloculares y multi loculáres ¿son dos líneas de diferenciación distin- tas? 1.2. ¿Qtté se entiende por crecimiento hipercelular del tejido adiposo? 13. ¿Qué se entiende por crecimiento hipertrófico del tejido adiposo? 14. En los adultos ¿se dividen los prea- dioocitos? rs. ¿Qué función tiene el tejido adiposo marrón? Lecturas adicionales sugeridas Ailhaud G, Grimaldi P, Négrel R. Hor- monal regulation of obese differentia- Iion. TEM. 1994;5:L 32-136. Campfield LA, Smith Ff, Burn P. 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