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c a P Í T U L o © 2013. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 10 ÍnDice Del capÍtulo Introducción a las cardiopatías 365 Insuficiencia cardíaca 365 insuficiencia cardíaca izquierda 367 insuficiencia cardíaca derecha 368 Cardiopatía congénita 368 cortocircuitos izquierda-derecha 370 cortocircuitos derecha-izquierda 372 lesiones obstructivas 373 Cardiopatía isquémica 374 angina de pecho 376 infarto de miocardio 377 cardiopatía isquémica crónica 384 células madre cardíacas 385 Arritmias 385 Muerte súbita cardíaca 386 Cardiopatía hipertensiva 386 cardiopatía hipertensiva sistémica (del lado izquierdo) 387 cardiopatía hipertensiva pulmonar: cor pulmonale 388 Valvulopatías cardíacas 388 Valvulopatía degenerativa 389 Valvulopatía reumática 391 endocarditis infecciosa 392 Vegetaciones no infectadas 394 enfermedad carcinoide cardíaca 395 Válvulas cardíacas protésicas 395 Miocardiopatías 396 Miocardiopatía dilatada 397 Miocardiopatía hipertrófica 400 Miocardiopatía restrictiva 401 Miocarditis 401 Enfermedad pericárdica 403 pericarditis 403 Derrames pericárdicos 404 Tumores cardíacos 404 Metástasis 404 Trasplante cardíaco 405 corazón El corazón es un órgano muy notable, dado que late más de 40 mi- llones de veces al año y bombea más de 7.500 l de sangre diarios; durante una vida de duración habitual, el volumen acumulado podría llenar tres barcos de tipo «superpetroleros». El sistema cardiovascular es el primero que adquiere funcionalidad completa dentro del útero (aproximadamente a las 8 semanas de gestación), ya que, sin un corazón capaz de latir y el aporte vascular, el resto del desarrollo no se produce y el fallecimiento fetal es inevitable. En caso de un fallo del corazón después del nacimiento, el desen- lace también será extremadamente grave. De hecho, la enfermedad cardiovascular sigue siendo uno de los principales responsables de la mortalidad a escala mundial y se asocia casi al 40% del total de muertes en EE. UU. —lo que aproximadamente se corresponde con una muerte cada 30 s o 750.000 fallecimientos al año (que equi- vale a una mortalidad un 50% superior a la ocasionada por todas las formas de cáncer combinadas)—. La repercusión económica anual de la cardiopatía isquémica, que es la forma más prevalente de cardiopatía, supera los 100.000 millones de dólares. Además, casi un tercio de estas muertes son «prematuras» y afectan a personas menores de 75 años, lo que representa una carga económica adi- cional debido a la pérdida de años de productividad. INTRoDuCCIóN A LAS CARDIoPATíAS Aunque diversas enfermedades pueden afectar al aparato cardiovascular, las vías fisiopatológicas que conducen a la «rotura» del corazón se pueden resumir en seis mecanismos principales: • Fallo de la bomba. En la situación más frecuente, el músculo cardíaco se contrae débilmente y las cavidades no se vacían bien —se registra lo que se conoce como disfunción sistólica—. En algunos casos el músculo no se relaja lo suficiente como para permitir el llenado ventricular y esto se traduce en una disfunción diastólica. • Obstrucción al flujo. Las lesiones que impiden la apertura de la válvula (p. ej., estenosis calcificada de la válvula aórtica) o aumentan las presiones en las cavidades ventriculares (p. ej., hipertensión sistémica o coartación de aorta) pueden provocar un sobreesfuerzo de trabajo para el miocardio, que tendrá que bombear contra la obstrucción. • Regurgitación del flujo. Las lesiones valvulares que permiten el flujo retrógrado de la sangre generan trastornos que sobrecargan de volumen a las cavidades afectadas en cada contracción. • Cortocircuitos del flujo. Los defectos (congénitos o adquiridos) que derivan la sangre de forma inadecuada de una cavidad a otra o de un vaso a otro provocan sobrecargas de presión y volumen. • Trastornos de la conducción cardíaca. Los impulsos cardíacos descoordinados o el bloqueo de las vías de conducción pue- den producir arritmias que reducen la frecuencia de la con- tracción o disminuyen el gasto cardíaco eficaz. • Rotura del corazón o de un gran vaso. La pérdida de la con- tinuidad circulatoria (p. ej., herida por arma de fuego que atraviesa la aorta torácica) hace que el paciente se desangre, lo que lo conduce al shock hipotensivo y a la muerte. INSuFICIENCIA CARDíACA La insuficiencia cardíaca se suele denominar insuficiencia cardíaca congestiva (ICC). Este es el criterio de valoración común de muchas formas de cardiopatía y, típicamente, es un trastorno progresivo que se asocia a un pronóstico muy malo. Solo en EE. UU. afecta a casi cinco millones de personas y es responsable de más de c a P Í T U L o 10366 corazón un millón de ingresos hospitalarios y 300.000 fallecimientos cada año, con una carga económica que supera los 18.000 mi- llones de dólares. La mayor parte de los casos de insuficiencia cardíaca se relacionan con una disfunción sistólica, que es una función contráctil del miocardio inadecuada —normalmente como consecuencia de una cardiopatía isquémica o de la hiper- tensión—. Otra alternativa es que la ICC sea secundaria a una disfunción diastólica —incapacidad del corazón para relajarse y llenarse adecuadamente, como sucede en la hipertrofia masiva del ventrículo izquierdo, la fibrosis miocárdica, el depósito de amiloide o la pericarditis constrictiva—. De hecho, la insuficien- cia cardíaca de las personas de edad avanzada, de los diabéticos y de las mujeres puede atribuirse con más frecuencia a una dis- función diastólica. Diversos estudios indican que el 40-60% de los casos de ICC pueden estar relacionados con una disfunción diastólica. Por último, en ocasiones, la insuficiencia cardíaca se asocia también a una disfunción valvular (p. ej., en el contexto de una endocarditis) o puede afectar a un corazón normal que experimenta de forma súbita una sobrecarga anómala (p. ej., sobrecarga de líquido o de presión). La ICC aparece cuando el corazón no consigue generar un gasto suficiente para satisfacer las demandas metabólicas de los tejidos —o cuando solo consigue satisfacerlas con unas pre- siones de llenado superiores a las normales—; en una minoría de casos la insuficiencia cardíaca puede ser consecuencia de un incremento importante de las demandas de los tejidos, como sucede en el hipertiroidismo, o de una mala capacidad de trans- portar oxígeno, como se observa en la anemia (insuficiencia cardía- ca de alto gasto). La aparición de la ICC puede ser abrupta, como ocurre en un infarto de miocardio extenso o en una disfunción aguda de la válvula. Sin embargo, en muchos casos, el desarrollo de la ICC es gradual e insidioso por los efectos acumulados de una sobrecarga crónica de trabajo o por la pérdida progresiva de miocardio. En la ICC, el corazón que está fallando no consigue bombear de forma eficiente la sangre que recibe desde la circulación venosa. En consecuencia, se produce un aumento del volumen telediastólico ventricular, que causa un incremento de las pre- siones telediastólicas y, por último, de las venosas. Por tanto, un gasto cardíaco inadecuado —lo que se denomina insuficiencia anterógrada—siempre se asocia a un aumento de la congestión de la circulación venosa —es decir, una insuficiencia retrógrada—. Así, aunque la raíz del problema de la ICC típicamente es una deficiencia de la función cardíaca, al final prácticamente todos los órganos resultan afectados por una combinación, variable, de insuficiencia anterógrada y retrógrada. El aparato cardiovascular trata de compensar la menor con- tractilidad miocárdica o el aumento de la carga hemodinámica mediante una serie de mecanismos homeostáticos: • Mecanismo de Frank-Starling. Los volúmenes de llenado tele- diastólicos aumentados dilatan el corazón y determinan una mayor distensión de las miofibrillas cardíacas; estas fibras alargadas se contraen con más fuerza, aumentando así el gasto cardíaco. Si el ventrículo dilatado consigue mantener el gasto cardíaco, se diceque el paciente padece una insuficien- cia cardíaca compensada. Sin embargo, la dilatación ventricular se consigue a expensas de aumentar la tensión de la pared e incrementar las necesidades de oxígeno de un miocardio que ya está comprometido. Con el tiempo, el músculo que está fallando no consigue propulsar suficiente sangre como para satisfacer las necesidades del cuerpo y el paciente desarrolla una insuficiencia cardíaca descompensada. • Activación de los sistemas neurohumorales: La liberación del neurotransmisor noradrenalina por el sis- tema nervioso autónomo aumenta la frecuencia cardíaca, la contractilidad miocárdica y la resistencia vascular. La activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona fomenta la retención de agua y sal (incrementando así el volumen circulatorio) y aumenta el tono vascular. La liberación del péptido natriurético auricular trata de contrarrestar al sistema renina-angiotensina-aldosterona mediante la diuresis y la relajación del músculo liso vascular. • Cambios estructurales del miocardio, incluido el incremento de la masa muscular. Los miocardiocitos no pueden proliferar, pero sí adaptarse a las sobrecargas de trabajo mediante el incremen- to del número de sarcómeros, un cambio que se asocia a un aumento del tamaño del miocito (hipertrofia) (fig. 10-1). En los estados de sobrecarga de presión (p. ej., hipertensión o estenosis valvular), se suelen añadir nuevos sarcómeros en paralelo al eje mayor de los miocitos, adyacentes a los sarcómeros ya existentes. El consiguiente incremento del diámetro de la fibra muscular provoca una hipertrofia con- céntrica —de forma que el grosor de la pared ventricular aumenta sin hacerlo el tamaño de la cavidad—. Figura 10-1 cortes transversales de una hipertrofia ventricular izquierda, asociada o no a dilatación. Si se compara con el corazón normal (centro), el corazón sometido a una sobrecarga de presión (izquierda) muestra un aumento de la masa, una pared engrosada y una luz menor. el corazón con sobrecarga de volumen (derecha) tiene una masa mayor, una luz más grande y un tamaño aumentado, pero el espesor de la pared es normal. (Reproducido con autorización a partir de Edwards WD: Cardiac anatomy and examination of cardiac specimens. In Emmanouilides GC, Allen HD, Riemenschneider TA, Gutgesell HP [eds]: Moss and Adams’ Heart Disease in Infants, Children, and Adolescents: Including the Fetus and Young Adults, 5th ed. Philadelphia, Williams & Wilkins, 1995, p 86.) 367insuficiencia cardíaca © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. En los estados de sobrecarga de volumen (p. ej., insuficiencia valvular o cortocircuitos), los nuevos sarcómeros se aña- den en serie con los que ya existían, de forma que aumenta la longitud de la fibra muscular. En consecuencia, el ven- trículo tiende a dilatarse y el grosor de la pared podrá ser normal, mayor o menor; por tanto, la mejor medida de la hipertrofia en los corazones con sobrecarga de volumen es el peso, no el grosor de la pared. La hipertrofia compensadora se produce a costa del miocardioci- to. Las necesidades de oxígeno del miocardio hipertrófico se am- plifican por el aumento de la masa de células miocárdicas. Como el lecho capilar del miocardio no se expande al mismo ritmo que aumentan las necesidades miocárdicas de oxígeno, el miocardio se hace vulnerable a las lesiones isquémicas. Típicamente, la hipertrofia se asocia también a una alteración de los patrones de expresión génica, que recuerdan a los del miocardiocito fetal, como cambios en la forma predominante de la cadena pesada de la miosina. Estas alteraciones de la expresión génica pueden contribuir a cambios en la función de los miocardiocitos, que causan un incremento de la frecuencia cardíaca y de la fuerza de la contracción, factores ambos que mejoran el gasto cardíaco, pero que también pueden aumentar el consumo cardíaco de oxígeno. Dada la isquemia y el incremento crónico de la carga de trabajo, finalmente, se acaban produciendo una serie de cambios indeseados, como la apoptosis de los miocardiocitos, las alteraciones del citoesqueleto y el aumento en el depósito de matriz extracelular (MEC). La hipertrofia compensadora cardíaca patológica se correla- ciona con un incremento de la mortalidad; de hecho, la hiper- trofia cardíaca es un factor de riesgo independiente de muerte súbita cardíaca. Por el contrario, la hipertrofia por sobrecarga de volumen ocasionada por un ejercicio aeróbico regular (hipertrofia fisiológica) suele acompañarse de un aumento de la densidad capilar, con una reducción de la frecuencia cardíaca en reposo y de la presión arterial. Estas adaptaciones fisiológicas reducen la morbilidad y la mortalidad cardiovasculares globales. En comparación, el ejercicio estático (p. ej., levantamiento de peso) se asocia a una hipertrofia por presión, por lo que es posible que no tenga los mismos efectos beneficiosos. Insuficiencia cardíaca izquierda La insuficiencia cardíaca puede afectar de forma predominante al lado derecho o izquierdo del corazón o, en ocasiones, a ambos lados. Las causas más frecuentes de la insuficiencia cardíaca izquierda son la cardiopatía isquémica (CPI), la hipertensión sistémica, las enfermedades de la válvula aórtica o mitral y los trastornos primarios del miocardio (p. ej., amiloidosis). Los efectos morfológicos y clínicos de la ICC izquierda se deben a una menor perfusión sistémica y al incremento de las presiones retrógradas en el seno de la circulación pulmonar. características clínicas La disnea (falta de aire) de esfuerzo suele ser el síntoma más precoz y significativo de la insuficiencia cardíaca izquierda; la tos tam- bién es frecuente como consecuencia de la trasudación de líquido hacia los espacios aéreos. Conforme progresa la insuficiencia, los pacientes desarrollan disnea cuando están tumbados (ortopnea); esto se debe a que en posición supina se incrementa el retorno venoso desde las extremidades inferiores y se eleva el diafragma. Típicamente, la ortopnea se alivia al sentarse o ponerse de pie, de forma que los pacientes acostumbran a dormir semisentados. La disnea paroxística nocturna es una forma especialmente grave de disnea, que despierta al paciente del sueño con una sensación extrema de falta de aire, que recuerda casi a un ahogamiento. Otras manifestaciones de la insuficiencia ventricular izquierda son el aumento de tamaño del corazón (cardiomegalia), la taqui- cardia, el tercer tono cardíaco (S3) y la presencia de estertores finos en las bases pulmonares, que se producen por la apertura de los alvéolos pulmonares edematosos. Conforme se va dilatando el ventrículo de forma progresiva, los músculos papilares quedan desplazados hacia fuera, lo que ocasiona insuficiencia mitral y un soplo sistólico. La dilatación crónica consiguiente de la aurícula izquierda puede provocar una fibrilación auricular, que se mani- fiesta como un latido cardíaco «irregularmente irregular». Estas contracciones auriculares descoordinadas y caóticas reducen el volumen sistólico ventricular y también pueden dar lugar a estasis. La sangre estancada tiende a formar trombos (sobre todo en la orejuela auricular), que pueden ser fuente de émbolos y ocasionar ictus y manifestaciones asociadas a infarto de otros órganos. A nivel sistémico, la reducción del gasto cardíaco induce una me- nor perfusión renal, que, a su vez, activa el eje renina-angiotensina- aldosterona, incrementando así el volumen y las presiones intravasculares (v. capítulo 3). Por desgracia, estos efectos compen- sadores exacerban el edema pulmonar. Cuando se reduce todavía más la perfusión renal, puede producirse una uremia prerrenal, con alteraciones en la excreción de los desechos nitrogenados e incre- mento de las alteraciones metabólicas. En la ICC grave, la reduc- ción de la perfusión cerebral puede ser causa de una encefalopatía hipóxica con irritabilidad, disminuciónde la capacidad cognitiva e inquietud, que puede progresar hasta el estupor y el coma. MorFologÍa Corazón. los hallazgos macroscópicos en el corazón dependen del proceso patológico de base, ya que puede exis- tir, por ejemplo, un infarto de miocardio o una deformidad valvular. Si se exceptúa la insuficiencia cardíaca secundaria a una estenosis de la válvula mitral o a una miocardiopatía res- trictiva (descritas más adelante), el ventrículo izquierdo estará, en general, hipertrofiado y, tal vez, dilatado, en ocasiones de una forma masiva. la dilatación del ventrículo izquierdo puede producir una insuficiencia mitral con aumento del tamaño de la aurícula izquierda, que se asocia a una elevación de la incidencia de fibrilación auricular. los cambios microscópicos de la insuficiencia cardíaca son inespecíficos y corresponden, funda- mentalmente, a hipertrofia de los miocardiocitos con fibrosis intersticial de una intensidad de grado variable. Sobre esta base pueden aparecer otras lesiones que contribuyen al desarrollo de la insuficiencia cardíaca (p. ej., infarto de miocardio reciente o antiguo). Pulmones. el aumento de presión en las venas pulmonares se acaba transmitiendo de forma retrógrada a los capilares y a las ar- terias pulmonares, lo que provoca edema y congestión, además de derrame pleural, debido al incremento de la presión hidrostática en las vénulas y la pleura visceral. los pulmones están aumentados de peso y tienen un aspecto «pastoso» y, microscópicamente, se reconocen trasudados perivasculares e intersticiales, edema en los tabiques alveolares y acumulación del líquido de edema en los espacios alveolares. además, se produce la extravasación de una cantidad de eritrocitos variable desde los capilares con mayor permeabilidad hacia los espacios alveolares, donde son fagocitados por los macrófagos. la consiguiente degradación de los eritrocitos y la hemoglobina determinan la aparición de macrófagos alveo- lares cargados de hemosiderina —que se corresponden con las denominadas células de la insuficiencia cardíaca—, que son indicativos de episodios previos de edema pulmonar. c a P Í T U L o 10368 corazón Insuficiencia cardíaca derecha La insuficiencia cardíaca derecha suele ser consecuencia de la insuficiencia cardíaca izquierda, dado que cualquier incremento de la presión en la circulación pulmonar acaba sobrecargando de forma inevitable el lado derecho del corazón. En algunas enfer- medades aparece una insuficiencia cardíaca derecha aislada. La más frecuente de las mismas es la hipertensión pulmonar grave, que da lugar a una patología del corazón derecho conocida como cor pulmonale. En este proceso, la hipertrofia y la dilatación del miocardio, en general, se limitan a la aurícula y al ventrículo derechos, aunque la protrusión del tabique ventricular hacia la izquierda puede ser causa de una disfunción ventricular izquier- da. Asimismo, se puede producir una insuficiencia ventricular derecha aislada en pacientes con una enfermedad primaria de las válvulas tricúspide o pulmonar o con una cardiopatía congénita, como los cortocircuitos de izquierda a derecha, que induce una sobrecarga crónica de volumen y presión. Los principales efectos morfológicos y clínicos de la insufi- ciencia cardíaca derecha pura son distintos de los de la izquierda, porque aparece una marcada congestión de los sistemas venosos porta y sistémico con una congestión pulmonar mínima. características clínicas A diferencia de lo que sucede en la insuficiencia cardíaca izquier- da, la derecha suele asociarse a muy pocos síntomas respiratorios. Las manifestaciones clínicas guardan relación, más bien, con la congestión venosa portal y sistémica y entre ellas se encuentran la hipertrofia hepática y esplénica, el edema periférico, el derrame pleural y la ascitis. La congestión venosa y la hipoxia renal y cerebral secundaria a la insuficiencia cardíaca derecha pueden ocasionar deficiencias comparables a las producidas por la hipo- perfusión secundaria a una insuficiencia cardíaca izquierda. Es importante recordar que en la mayor parte de los casos de descompensación cardíaca crónica, los pacientes presentan una ICC biventricular, que incluye los síndromes clínicos de la insuficien- cia cardíaca derecha e izquierda. Conforme progresa la insuficiencia cardíaca congestiva, los pacientes pueden desarrollar cianosis y acidosis francas, como consecuencia de la reducción de la perfusión tisular asociada a la disminución del flujo anterógrado y al aumento de la congestión retrógrada. CARDIoPATíA CoNgéNITA Las cardiopatías congénitas son alteraciones del corazón o de los grandes vasos, que aparecen en el momento del nacimiento. Representan el 20-30% de todas las malformaciones congénitas y entre ellas se encuentra un amplio espectro de malformaciones, que van desde algunas graves e incompatibles con la supervi- vencia intrauterina o perinatal hasta lesiones leves que determi- nan síntomas mínimos en el momento del nacimiento o incluso otras que no se reconocen en toda la vida. Las malformaciones cardíacas congénitas afectan a 6-8 de cada 1.000 recién nacidos vivos y la incidencia es más alta entre los prematuros y los morti- natos; en EE. UU., cada año nacen aproximadamente 40.000 niños con malformaciones cardíacas con repercusión clínica y otros 40.000 presentan una forma subclínica de la enfermedad. Los defectos que permiten la maduración y la supervivencia suelen afectar a cavidades o regiones aisladas del corazón. Doce entidades representan el 85% de los casos de cardiopatías con- génitas; sus frecuencias se recogen en la tabla 10-1. Gracias a los avances quirúrgicos, el número de pacientes con cardiopatías congénitas que consiguen sobrevivir está MorFologÍa Hígado y sistema portal. el hígado suele estar aumentado de tamaño y peso (hepatomegalia congestiva). en el corte transversal se reconoce una llamativa congestión pasiva, que da origen al patrón llamado hígado en nuez moscada (v. capítulo 3); las áreas de congestión centrolobulillar están rodeadas por un parénquima más pálido, no congestivo y periférico. cuando existe también una insuficiencia cardíaca izquierda, la hipoxia central grave da lugar a una necrosis centrolobulillar, además de con- gestión sinusoidal. en los casos de insuficiencia cardíaca derecha grave de larga evolución, las áreas centrales pueden desarrollar fibrosis y aparecer así la denominada cirrosis cardíaca. la insuficiencia cardíaca derecha también provoca un aumen- to de la presión en la vena porta y sus tributarias (hiperten- sión portal), y la congestión vascular determina que el bazo aumente de tamaño y esté tenso (esplenomegalia conges- tiva). la congestión crónica pasiva de la pared intestinal con edema puede alcanzar tal grado de gravedad que interfiera en la absorción de los nutrientes y fármacos. Espacios pleural, pericárdico y peritoneal. la congestión venosa sistémica secundaria a una insuficiencia cardíaca derecha puede ocasionar trasudados (derrames) en los espacios pericárdico y pleural, pero, en general, no provoca edema en el parénquima pulmonar. los derrames pleurales son más intensos cuando aumenta la presión venosa pulmonar, además de la sistémica, como se observa en la insuficiencia cardíaca izquierda y derecha combinada. cuando el derrame pleural es importante (p. ej., 1 litro o más), pueden producir atelectasias y, con muy po- ca frecuencia, unos derrames pericárdicos importantes (superio- res a 500 ml) pueden limitar el llenado cardíaco y ocasionar una insuficiencia cardíaca (en el contexto de un taponamiento). la combinación de congestión hepática (asociada o no a una re- ducción de la síntesis de albúmina) e hipertensión portal produce trasudados peritoneales (ascitis). típicamente, los derrames de las distintas cavidades corporales son serosos, con bajo con- tenido en proteínas y ausencia de células inflamatorias. Tejidos subcutáneos. el edema periférico de las regionesde- clive del cuerpo, sobre todo los tobillos y la región pretibial, es una característica de la insuficiencia cardíaca derecha. en los pacientes RESuMEN Insuficiencia cardíaca • La ICC aparece cuando el corazón no consigue mantener una perfusión adecuada para satisfacer las exigencias meta- bólicas de los tejidos periféricos; la existencia de un gasto cardíaco inadecuado se suele acompañar de un incremento de la congestión de la circulación venosa. • La insuficiencia cardíaca izquierda suele ser secundaria a una cardiopatía isquémica, una hipertensión sistémica, una valvulo- patía aórtica o mitral, o un trastorno primario del miocardio; los síntomas aparecen, fundamentalmente, como consecuencia de una congestión pulmonar con edema, aunque la hipoperfu- sión sistémica puede provocar disfunción renal y cerebral. • La insuficiencia cardíaca derecha se relaciona principalmente con la izquierda y, con menos frecuencia, aparece como consecuencia de algunos trastornos pulmonares primarios; los signos y síntomas guardan relación, sobre todo, con el edema y la congestión visceral. sometidos a encamamiento crónico, el edema puede localizarse principalmente en la región presacra. en los casos más graves, es posible que aparezca un edema masivo generalizado (anasarca). Capítulo 10 - Corazón Introducción a las cardiopatías Insuficiencia cardíaca Insuficiencia cardíaca izquierda Características clínicas Insuficiencia cardíaca derecha Características clínicas Cardiopatía congénita
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