¿La gente supone correctamente su origen étnico basándose en su apariencia?

¿La gente supone correctamente su origen étnico basándose en su apariencia?

Creo que me llevo el gordo con esta pregunta.

No. Nunca. Jamás. No recuerdo a una sola persona que adivinase mi etnia solo por mi apariencia. Un montón de ellas lo han logrado por mi nombre, pero la mayoría tampoco.

Intentad adivinarla.

¿Noruego, tal vez?

Nanay.

¿Sueco?

No, pero os acercáis. Templado…

¿Finlandés?

No. Probablemente cualquiera de vosotres está más cerca de Finlandia que yo.

¡Pero ya casi! A unos 5 600 kilómetros os habéis quedado.

Soy indio. No, ni indígena ni nativo americano: indio. De la India. Del Punyab, más concretamente.

Ninguno de mis padres es blanco. Mi madre nació en la India y mis abuelos paternos también eran de aquí.

Ahora, por supuesto, os habréis quedado muy sorprendides.

Tengo albinismo, una condición que, entre otras cosas, supone escasa pigmentación en mi piel o en mi pelo. Es por eso que, por mi apariencia, me acerco mucho más a alguien escandinavo que indio. Incluso he aprendido un pelín de noruego con el fin de liar a quienes no me conocen tanto como para saber que soy indio.

¡Siempre me divierte ver las expresiones de confusión y asombro de la gente cuando acto seguido me pongo a hablar en hindi!