Si el jabón daña la capa externa de un virus y lo inhabilita, ¿Podríamos hacerle eso a una muestra de virus y después inyectar los restos en una...

El problema con esta metodología – que es similar a la que se usaba antes para hacer vacunas – es que el jabón puede modificar capa externa del virus, ¡Y esa es la parte que tu sistema inmune reconoce!

Una vacuna entrena las defensas naturales de tu cuerpo para que sean capaces de reconocer a un patógeno. El sistema inmune es una cosa fantástica, es capaz de orquestar una rápida y devastadora contramedida contra un virus…

…si es que te infecta por segunda vez. Gracias a su increíble versatilidad, el sistema inmune es extraordinariamente lento para reconocer nuevos patógenos. Es por eso que las infecciones causadas por virus nuevos son tan peligrosas – hay un largo intervalo de tiempo que tiene que transcurrir antes de que tu cuerpo sea capaz de reaccionar apropiadamente y, en ese intervalo, el patógeno tiene la oportunidad de multiplicarse sin obstáculos y sin ser descubierto.

Los antivacunas (o como me gusta llamarlos pro-plaguers) que se quejan del hecho de que las vacunas atentan contra la naturaleza, suelen estar profundamente desinformados. El punto de usar una vacuna, es obtener la ventaja de ya haber sido expuestos a una versión debilitada o muerta del patógeno que podría ser peligroso. El proceso de inmunización es completamente natural.

De cualquier forma, tu cuerpo es capaz de reconocer las estructuras que recubren a los virus. Si dañas, rompes o modificas esa estructura, solo disminuirás la efectividad de la vacuna, porque habrás cambiado la parte del virus que tu cuerpo aprenderá a identificar y reconocer.