Si cada efecto tiene una causa (esto se llama el Principio de Razón Suficiente), estamos ante un problema, que se conoce como el trilema de Munchhausen.
Un trilema es un problema que admite sólo tres soluciones, todas las cuales parecen inaceptables. El argumento discurre así: cualquier efecto tiene una causa, pero podemos seguir inquiriendo por la causa de la causa, y así sucesivamente. Esta simple observación conduce sin escape a una de las siguientes tres alternativas (los tres cuernos del trilema):
Las regresiones infinitas repugnan a la mente humana y se desechan siempre, además no podemos ver cómo si la regresión fuera infinita, hemos podido llegar hasta el estado actual. La justificación circular es una porquería porque incurre en lo que se denomina una petición de principio (Petitio principii), que parte de aquello a lo que quiere llegar. Así, sólo nos queda la segunda: interrumpimos el asunto en un punto.
Esto es profundamente insatisfactorio también, porque es una arbitrariedad, y sobre todo porque si lo hacemos estamos renegando de que todo tenga una causa (al menos una causa ajena a sí mismo), con lo que se nos desmorona el razonamiento desde el inicio, y no tenemos ni trilema ni Cristo que lo fundó.
Yo solo veo una salida: admitir que no todo tiene una causa.
Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta
Compartir