¿Por qué los gatos son tan geniales?

Me declaro incondicional de la especie animal. Una vez rescaté furtivamente una gaviota de un pescador asesino que dijo que iba para la paella. En el proceso la gaviota no solo no me lo agradeció sino que me hizo una herida en la mano con el pico serrado que tiene, pero me sentí feliz de haberla salvado.

Los perros son geniales, da igual si te conocen o no, son capaces de seguirte y hacerse esclavos tuyos solo con que les acaricies un poco.

Hasta he visto un pez como seguía a su amo por la pecera, supongo que esperando alguna recompensa en forma de comida.

Pero un gato… un gato callejero no te va a seguir sino todo lo contrario, son ariscos, independientes, desconfiados y con muy malas pulgas. Hasta que un día tienes la suerte de criar a uno y convertirte en su ídolo.

Precisamente el carácter independiente y autónomo de los gatos es lo que los hace tan maravillosos. Ese peluche con ojitos de pena y garras escondidas anulará tus sentidos antes de caer rendido a sus zarpas. Esa cosita tan pequeña que ya usa su cajón de arena sin haberle enseñado, que juega con todo lo que se mueve, que te busca para acurrucarse encima tuya y dormir a pierna suelta, te absorberá el seso haciéndote que estés pendiente de la máxima comodidad y confort de tu mascota.

Porque un gato cuando está a gusto con sus amos se vuelve confiado y cariñoso, hasta el punto que le verás hacer tonterías, posturas, maullidos y actitudes y comportamientos que solo los poseedores de felinos saben! Es como una sesión privada de cine solo para tus ojos.

Pasan los meses, los años y te das cuenta que tu gato es TU gato, y que él te ha elegido a ti y a otros de tu familia para que disfrutes de su compañía en la intimidad de tu hogar, pero que no pretendas que nadie más si quiera le toque! ¡Es algo que el reserva exclusivamente para ti!

El sentimiento que tiene el dueño de un gato es como la de alguien que tiene un tesoro pero no puede ni decirlo ni compartirlo.

Por eso los gatos son tan geniales, porque te hacen sentir como ninguna otra mascota sabe hacerlo.