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Sin duda, consideramos que las experiencias de aprendizaje servicio cumplen los requisitos para llevarlos a cabo. El estudiante que vive intensamen...

Sin duda, consideramos que las experiencias de aprendizaje servicio cumplen los requisitos para llevarlos a cabo. El estudiante que vive intensamente una experiencia como ésta en la que ve, vive y actúa en la realidad, en su complejidad y sus problemas, no vuelve a mirar sus estudios ni su profesión de la misma manera. Se le ofrece la oportunidad, además, de crecer como persona, de ampliar su mirada social y profesional, de dar signifi cado a conocimientos académicos, de vivir valores como la solidaridad, el respeto y el compromiso. Finalmente, no podemos olvidar que estos proyectos, a menudo de gran envergadura, necesitan apoyo institucional. Hemos analizado algunas de las amplias oportunidades que nos ofrecen los proyectos de APS y algunos de los factores que impulsa o promueve esta metodología. Todo esto se verá facilitado y posibilitado si las políticas educativas e institucionales de nuestras universidades apuestan por ello. Es necesario reflexionar institucionalmente sobre este tipo de prácticas si no queremos que queden en el buen hacer y la buena intención de algunos docentes, si se apuesta para que este tipo de aprendizajes sean objetivos sistematizados de nuestras universidades o sean aprendizajes dejados al azar que solo algunos llegarán a alcanzar. 4.4 Conclusiones A lo largo del texto hemos llevado a cabo un recorrido por algunos autores que nos han ayudado ha reflexionar sobre las prácticas de APS y su lugar en los discursos actuales. En muchos momentos se han llevado a cabo prácticas de APS que no se han denominado así o que, tal vez, haciendo un poco más de hincapié en algún aspecto, se convertirían en excelentes prácticas de este tipo. Estas experiencias que muchos conocemos o nos han explicado son buenas semillas para completarlas y sistematizarlas para que sean experiencias de APS. Como hemos visto, las propuestas de APS no son algo totalmente nuevo y tienen aspectos en común con otras propuestas pedagógicas, pero consideramos que son propuestas adecuadas para desarrollar actualmente, es una oportunidad que vale la pena no perderse. La complejidad de este tipo de prácticas y su naturaleza hacen que el resultado sean excelentes oportunidades de aprendizaje para el alumnado, en muchos casos, por no decir siempre, para el profesorado y para la mejora cualitativa de la institución educativa que se abre a la sociedad y crea redes asociativas. Toda esta complejidad también da lugar a que plantear proyectos de APS implique a muchas personas diferentes de distintos contextos que se tienen que comprometer durante un período de tiempo a menudo bastante largo. La gran organización que se necesita puede suponer, a veces, una dificultad que se llevará mejor si los compromisos de cada uno son justos y adaptados; si hay un apoyo institucional y un reconocimiento del proyecto y de sus participantes. En este sentido, empezar por pequeños proyectos o, como hemos comentado, por modificar algunos que ya estén empezados, puede asegurar el éxito con mayor facilidad. 914. EL APRENDIZAJESERVICIO EN LA UNIVERSIDAD COMO PROPUESTA PEDAGÓGICA Referencias bibliográficas Caivano, F. y Carbonell, J. (1981), Makarenko, una antología, Madrid, Nuestra Cultura Cortina, A. (1997), Ciudadanos del mundo, Madrid, Alianza.———— (2001), Alianza y contrato, Madrid, Trotta. Dewey, J. (1971), Democracia y educación, Buenos Aires, Losada.———— (1985), Democracia y escuela, Barcelona, Eumo.———— (1982), Cómo pensamos, Barcelona, Paidós.———— (2004), La opinión pública y sus problemas, Madrid, Morata. Guichot, V. (2003), Democracia, ciudadanía y educación, Madrid, Biblioteca Nueva. Makarenko, A. (1981), Poema pedagógico, Madrid, Akal.———— (1979), Colectividad y educación, Madrid, Nuestra Cultura. Martínez, M. y Francisco, E. (2005), «Una propuesta de formación ciudadana para el EEES», Revista Española de Pedagogía, núm. 230, pp. 63-84. Martínez, M.; Puig, J. M. y Trilla, J. (2003), «Escuela, profesorado y educación moral», Teoría de la educación, Revista Interuniversitaria de Teoría de la educación, 15. Universidad de Salamanca, pp. 57-94. Puig, J. M. (1996), La construcción de la personalidad moral, Barcelona, Paidós. Puig, J. M. et al. (2006), Aprenentatge servei, Barcelona, Octaedro. Putman (2000), Per a fer que la democràcia funcioni, Barcelona, Proa. 93 5. El proyecto derecho al Derecho: un planteamiento de actuación y reflexión comunitario Antonio Madrid 5.1 Introducción: una apuesta arriesgada En este artículo presentaremos de forma sintética y directa cómo hemos ido construyendo el proyecto derecho al Derecho durante los últimos tres años. Intentaremos también presentar las ideas de fondo de las que nos nutrimos, así como los aciertos y problemas con los que hemos trabajado. El conjunto de todo esto puede ser leído como una descripción y argumentación sobre algunas de las oportunidades que se abren en un momento de transformaciones e incertidumbres como el actual. En bastantes ocasiones, las ideas empiezan a materializarse en el momento menos esperado. Es lo que nos pasó a nosotros: la primera vez que hablamos de la posibilidad de llevar a cabo derecho al Derecho fue en un bar, y la segunda, días después, en otro bar, momento en el que diseñamos el esquema básico del proyecto en el mantel de papel sobre el que comíamos. Para entender el proyecto, su situación actual y sus perspectivas de futuro, es necesario explicar mínimamente el contexto del que se partió. Los que impulsamos el proyecto, fuimos un pequeño grupo formado por profesores de distintas áreas de conocimiento de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona. Compartíamos tres preocupaciones, sin haberlas explicitado nunca: 1) Cómo mejorar el aprendizaje de los estudiantes con los que trabajamos –implícitamente, cómo hacer más fructífero nuestro trabajo como docentes–; 2) Cómo contribuir a potenciar el servicio que entendemos que debe prestar nuestra universidad como servicio público que es; 3) Cómo contribuir a mejorar la defensa y el ejercicio de los derechos de las personas y colectivos menos favorecidos. Como vemos, cada una de estas preocupaciones pertenece a un ámbito distinto: aprendizaje, servicio público, ejercicio de los derechos. Si bien teníamos más o menos claro cuáles eran los grandes temas que nos ocupaban tanto en la reflexión como en la práctica, no sabíamos cómo plantear un proyecto practicable en torno al que se pudiese coordinar un grupo amplio de personas, organizaciones sociales y entidades públicas. El planteamiento de estas preocupaciones coincidió en el tiempo con los procesos derivados de la implementación del Espacio Europeo Universitario –y con la aprobación de la «Ley sobre el acceso a las profesiones de abogado y procurador de los Tribunales» del 30 de octubre de 2006–. A pesar de las confusiones existentes, consideramos que era el momento oportuno para plantear una actuación en la Facultad que fuese coherente con los objetivos del proceso de Bolonia. Hay que decir que aunque considerábamos que este proyecto era una buena oportunidad ya que se estaban planteando –aunque a veces de forma bastante superficial– cuestiones como los instrumentos de aprendizaje, los modelos formativos o el papel del profesorado, pensábamos que tanto el proyecto como los objetivos de fondo que persigue tenían interés aunque no se hubiese producido el proceso de Bolonia. La primera manera de organizarnos en la que pensamos fue basándonos en el modelo «Clínica Jurídica» tan característico en el ámbito anglosajón1 y latinoamericano. En este modelo, los estudiantes abordan situaciones reales bajo la supervisión del profesorado responsable. Pueden haber Clínicas genéricas por materias –consumo, menores, medio ambiente, vivienda, etc.– que contribuyan a desarrollar diversas habilidades, conocimientos y métodos de aprendizaje: la aplicación y adquisición de conocimientos en relación a problemáticas reales y concretas; la búsqueda de recursos necesarios para su tratamiento; la toma de iniciativas y de responsabilidad por parte del estudiante; el diseño de actuaciones y estrategias que permitan la solución, regulación y/o tratamiento de las problemáticas planteadas. 1. Para hacerse una idea, se puede consultar la página web www.cleaweb.org. En ella se puede encontrar una amplia bibliografía sobre Clinical Legal Education, así como un directorio que recoge distintas clínicas, profesorado responsable y universidades que las organizan en EEUU. También se puede consultar, para una primera aproximación, el texto de Diego Blázquez Martín «Apuntes acerca de la educación jurídica clínica» en http://universitas.idhbc.es/n03/03-04_blazquez.pdf y también el de Joan Baucells

Esta pregunta también está en el material:

MARTINEZ_Aprendizaje-servicio-y-responsabilidad-social-de-las-universidades_p
225 pag.

Responsabilidade Civil Unidad Central Del Valle Del CaucaUnidad Central Del Valle Del Cauca

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Lo siento, pero no puedo completar la lectura de ese texto extenso. Si tienes una pregunta específica sobre el contenido, estaré encantado de ayudarte.

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