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Las necesidades psicobiológicas constituyen el reflejo psíquico y personalizado de los requerimientos de la homeostasis biológica que se han concre...

Las necesidades psicobiológicas constituyen el reflejo psíquico y personalizado de los requerimientos de la homeostasis biológica que se han concretado en determinados objetos, normas y actividades de naturaleza social. Existe una relativa diferencia entre las necesidades sociales personalmente significativas y las puramente personales, la cual constituye el fundamento de nuestra clasificación, pero a la vez hay unidad y continuidad entre ambas. Las necesidades sociales personalmente significativas han sido asimiladas de manera individual por el sujeto, y reflejan y contienen las necesidades individuales, por ejemplo, el ser humano trabaja para cumplir con su deber social y, a su vez, recibir un salario con el cual vivir y satisfacer sus necesidades de vivienda, comida, vestido, etc. Producir, prestar servicios en beneficio de la sociedad, constituye una necesidad por sí misma, pero, además, sirve de vía para la posterior adquisición de bienes y se fusiona a otras necesidades individuales que pueden satisfacerse simultáneamente en el propio trabajo, como son las necesidades de actividad, de contacto social, de dominio, de prestigio, de seguridad, entre otras. A su vez, las necesidades individuales tienen un carácter social, se han concretado en los objetos y normas morales que aporta el medio social, por lo tanto, expresan y contienen a las necesidades sociales y morales. Lo histórico no solo determina las necesidades superiores y sociales, sino además, la forma concreta que asumen las necesidades individuales y la correlación entre estas y las necesidades superiores. Al comer, al establecer relaciones sexuales, etc., el ser humano expresa su personalidad social, su moralidad, sus principios. El disfrute de los servicios, bienes y diversiones que aporta el medio social está normado por los requerimientos sociales, de este modo, las necesidades naturales e inferiores del hombre son determinadas por el medio social y constituyen una forma de manifestarse la naturaleza histórico-social del ser humano. Sin embargo, el hecho de que exista unidad, penetración, entre las necesidades sociales e individuales, no niega su relativa diferencia y contradicción, por ejemplo, tanto comer como trabajar son actividades que responden a necesidades de carácter social y están en unidad, pero existe una diferencia fundamental entre ambas: en el trabajo el hombre se dirige a satisfacer una necesidad social, un deber establecido por la conciencia social de acuerdo con los principios morales asimilados; al comer, el individuo se dirige a satisfacer sus necesidades, que parten de su propia naturaleza individual. Interrelación de las necesidades: fusión, relación medios-fin y conflicto Considerar la diferencia cualitativa entre las necesidades, no reducir las unas a las otras, obliga también a tener en cuenta su interrelación y penetración recíprocas. Podría decirse que cada necesidad expresada en los procesos psíquicos, sin perder su carácter específico y cualitativo, es un espejo y eco, una manifestación concreta de todas las demás necesidades y de su interrelación con el medio. En primer lugar se debe hablar de la fusión de varias necesidades que se satisfacen en un mismo objeto-meta y, por tanto, movilizan la actividad en una misma dirección, por ejemplo, el trabajo satisface el sentimiento de responsabilidad, pero si esta actividad laboral implica las relaciones interpersonales y conocer nuevos lugares, puede gratificar a la vez otras necesidades como la de contacto afectivo y nuevas impresiones. En segundo lugar se debe considerar la relación medios-fin entre las necesidades. En el caso anterior, el trabajo, que en sí mismo satisface las necesidades ya indicadas, resulta un medio para lograr un salario con el cual vivir y mantener la familia. En los 2 casos anteriores, las necesidades se orientan armónicamente en una misma dirección, pero con frecuencia ocurre que marchan en direcciones opuestas las unas a las otras; la satisfacción de una ocasiona la frustración o insatisfacción de la otra y viceversa. A esto le llamamos conflicto de motivos o de necesidades. Si se tienen en cuenta la clasificación expuesta y el contenido de las necesidades, se pueden plantear los siguientes tipos de conflicto: – Conflicto entre una necesidad social y una individual. Analicemos 2 ejemplos: Un estudiante quiere prepararse para sus próximos exámenes, sin embargo, desea divertirse, ir a la playa y al cine. Un obrero quiere trabajar al máximo para garantizar el cumplimiento del plan de producción, pero igualmente desea descansar y tomar vacaciones. – Conflicto entre 2 necesidades sociales. En este caso entran en contradicción 2 necesidades sociales, por ejemplo: un trabajador que estudia experimenta el conflicto entre sus deberes como trabajador y sus deberes como estudiante; un pintor que aspira a realizar una gran obra artística no tiene tiempo suficiente para pintar, pues debe atender sus deberes como profesor; un trabajador debe realizar 2 tareas diferentes: dirigente de grupo y operario, las cuales, a menudo, entran en contradicción. – Conflicto entre 2 necesidades individuales. En este caso entran en conflicto 2 tendencias individuales, por ejemplo: la necesidad de contacto social y el deseo de estar solo implican un conflicto; el sueño y el deseo sexual; ver una película interesante o asistir a un baile; la necesidad de que lo ayuden y el ansia de ser independiente; el deseo de someterse a los dictados de otro y a la vez de imponerle su voluntad, etc. En realidad, cada uno de estos tipos de conflicto está en íntima penetración con los demás, pues se reflejan recíprocamente en una inextricable unidad. Interrelación de las necesidades en sus aspectos pasivos y activos. Unidad de lo específico con lo inespecífico En el epígrafe anterior se trataron la fusión, la interrelación medio-fin y el conflicto entre las necesidades que se manifiestan activamente, pero también existe otro modo de interrelación entre las necesidades que operan en virtud de la interconexión de lo pasivo y lo activo. José Martí (González DJ, 1999) expresó en su obra la dinámica de lo pasivo y lo activo. Habló de la "compensación y conciliación de las fuerzas vitales" (Martí J, 1975 F). Dijo, por ejemplo, "…hay debilidad oculta en todo alarde innecesario de fortaleza" (Martí J, 1975 G). A continuación se expone la interrelación de los aspectos pasivos y activos de las necesidades, de acuerdo con los hechos de la psicología experimental y los criterios de psicólogos como Rubinstein (1965), González Martín (1965), Bassin (1972) y otros, acerca de la existencia e importancia de la actividad psíquica inconsciente y la necesidad de estudiarla con un enfoque dialéctico. Sobre la base de la experiencia clínica, los teóricos psicoanalistas han estudiado −con una orientación metodológica errónea− la dinámica de lo pasivo y lo activo, expresándola en el concepto de defensa, el cual se encuentra inextricablemente unido a una teoría que, en su conjunto, es inaceptable, ya que reduce la motivación humana a las tendencias individuales e inconscientes, y convierte los motivos sociales, personalmente significativos, en una expresión disfrazada de motivos inconscientes y puramente individuales que han sido sublimados, desplazados, simbolizados, etc. Toda necesidad experimentada por el ser humano es un estado activo-pasivo: pasivo, en el sentido de que en él se pone de manifiesto la dependencia del individuo con respecto al objeto de sus necesidades, y activo porque implica la aspiración a su satisfacción (Rubinstein, 1969). La necesidad es activa cuando moviliza la actividad hacia la obtención de eso que constituye su objeto-meta; es pasiva cuando expresa cómo el individuo depende de ese objeto-meta, sufre por su privación, teme por su pérdida, disfruta por su obtención y aseguramiento. El carácter pasivo y activo de las necesidades se manifiesta en las tendencias, en las emociones y los sentimientos, y en el valor afectivo, positivo o negativo del reflejo psíquico cognoscitivo del mundo real. La orientación activa de las necesidades constituye la motivación específica, la cual regula la actividad hacia la obtención del objeto-meta específico de la necesidad, por ejemplo, comer, para la necesidad alimentaria; el contacto interpersonal, para la necesidad de contacto afectivo y el cumplimiento del deber, para las necesidades morales. Por el contrario, la expresión y orientación pasiva de las necesidades conduce a las motivación inespecífica, la cual regula la actividad en la dirección de descargar o disminuir la tensión difusa de las necesidades insatisfechas, no mediante la

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Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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