Logo Studenta

seres humanos actúan movidos y guiados fundamentalmente por principios ideológicos, por concepciones morales clasistas. Ellos hacen la historia, pe...

seres humanos actúan movidos y guiados fundamentalmente por principios ideológicos, por concepciones morales clasistas. Ellos hacen la historia, pero a su vez son un reflejo de ella. En este sentido, Politzer (1966) hizo una crítica co- rrecta a Freud. Señaló cómo la sociología psicoanalítica ha sido dirigida contra la sociología marxista. Freud y sus discípulos fueron llevados a proponer los complejos, en lugar de las fuerzas motrices reales de la historia. Los psicoanalistas culturales dicen que la personalidad es producto de las relaciones interpersonales y de una cultura determinada. Pero este enfoque, aunque se orienta a superar la reducción a los determinantes biológicos, propia del psicoanálisis freudiano, no refleja debidamente la autonomía e importancia fundamental de las necesidades sociales perso- nalmente significativas en la dinámica motivacional del ser humano. La personalidad no es solo un producto de las relaciones interpersonales, ni responde únicamente a una ansiedad básica o a las dicotomías de su existencia. La personalidad es, además y principalmen- te, un producto de determinadas relaciones de clases, de determinada formación socioeconómica, caracterizada por una ideología y moral cla- sista específicas, y su sentido del deber es un factor motivacional autóno- mo y fundamental en la regulación de su conducta. Otro error del psicoanálisis consiste en no apreciar el carácter histó- rico-social de las tendencias individuales, ni su determinación por la interacción individuo-medio, que son diferentes en el niño y el adulto, en el enfermo y en el sano, en hombres de diferentes períodos históricos o contextos sociales, por ejemplo, el ser humano busca la satisfacción de sus necesidades individuales, entre las cuales el sexo cobra una especial importancia. Pero la satisfacción normal no puede ser reducida a las formas patológicas del deseo incestuoso hacia la madre o de las aberra- ciones sexuales. La tendencia del hombre normal a la satisfacción de sus necesidades individuales se ha canalizado en forma adulta y está en armonía con las exigencias sociales y los principios morales. Además, tiene un carác- ter histórico, pues está condicionada por el sistema social en que el individuo vive. En oposición a estos teóricos psicoanalistas, es necesario destacar el carácter histórico-social de las orientaciones motivacionales, pues todas 153 El predominio del indivi- dualismo y a su vez la extrema inseguridad en que la persona vive en el capitalismo explican la gran necesidad existencial señalada por diversos autores y las tendencias neuróticas postuladas por Horney, sin embargo, en otras condiciones en las que en virtud del desarrollo económico, cien- tífico e ideológico de la sociedad imperase la igualdad entre los seres humanos, la personalidad sería otra. Las construcciones teóricas de Freud sobre el complejo de Edipo y de Adier sobre el niño mimado responden a una realidad más profunda: al hecho de la desigualdad social derivada de la propiedad privada, que convierte a los adultos en los propietarios, los cuales se imponen por la fuerza o por la sobreprotección, y a los niños en seres desposeídos, su- bordinados y dependientes. Los criterios de Freud sobre la envidia del pene y los de Adler sobre la protesta masculina en la mujer, reflejan inadecuadamente una realidad más profunda: el predominio económico y social del hombre, así como la posición dependiente y subordinada de la mujer en la vida social. Claro, al enfatizar la naturaleza histórico-so- cial del hombre, no por ello negamos los factores y diferencias individua- les que el psicoanálisis ha pretendido absolutizar. Se puede concluir que el psicoanálisis ha reflejado de manera unilate- ral e inadecuada, como la naturaleza inmodificable del ser humano, de- terminados aspectos reales, pero transitorios (que solo expresan el carácter histórico-social de la personalidad humana). Así, las concepcio- nes psicoanalíticas, aunque aportan penetraciones profundas que deben ser consideradas, tienen serias limitaciones científicas. Las 5 orientaciones motivacionales que expondremos se expresan tanto activamente (dirigen e impulsan la actividad hacia la obtención de su objeto-meta) como pasivamente (se manifiestan en deseos, ilusiones, 154 imaginaciones, sueños, en la manera de reflejar cognoscitivamente el mundo, en vivencias emocionales pasivas y en la desorganización o depresión de la actividad, etc.). Esto, a su vez, engendra sus dos direc- ciones fundamentales: específica e inespecífica, que siendo diferentes, se penetran recíprocamente. La orientación motivacional se dirige de manera específica, pero cuan- do no es posible lograr el objeto o la situación que persigue, entonces su tensión pasiva se descarga de manera inespecífica. Las orientaciones motivacionales se dirigen positivamente al acercarse hacia determinados objetos o situaciones, y también negativamente al evitar estos. Las 5 orientaciones aquí expuestas son diferentes e irreducibles en- tre sí, pero a la vez se contienen y transforman recíprocamente, de ma- nera que son inseparables, forman una estrechísima unidad, por ejemplo, a menudo la satisfacción inmediata se acompaña de un sentimiento de seguridad, a la vez que la insatisfacción engendra una vivencia de insegu- ridad. Por otro lado, la obtención de la seguridad implica una satisfac- ción inmediata. Las unas se transforman en las otras: la satisfacción reiterada y mo- nótona se trueca en insatisfacción y la insatisfacción engendra sufrimien- to o una orientación agresiva. La insatisfacción actual también engendra la orientación a garantizar la satisfacción futura. Resumiendo las características principales de las orientaciones motivacionales, se puede expresar que: – Surgen en la interconexión de las necesidades entre sí y con el medio (fusión, relación medios-fin y entre los aspectos pasivos y activos de las necesidades, etc.), por lo tanto, son orientaciones que expresan y contienen toda la dinámica de la personalidad, pues constituyen diferentes formas de acción y manifestación de las necesidades. – Todas tienen un carácter histórico-social, pues surgen, se canalizan, cambian y desarrollan de acuerdo con la interacción con el medio social. – Todas participan en la dinámica motivacional bajo el control y predominio que ejercen las necesidades sociales y los proyectos del sujeto, los cuales predominan en la regulación de la actividad. – Se expresan tanto pasiva como activamente (unidad de lo específico y lo inespecífico), de manera positiva y negativa. – Son diferentes e irreductibles entre sí, pero a su vez se contienen y transforman recíprocamente, y constituyen una estrecha unidad. – Pueden manifestarse funcionalmente tanto de manera reactiva como adaptativa y autónoma, y transformarse de la una en la otra. 155 A continuación se presenta una idea general de cada una de las orien- taciones motivacionales. Orientación hacia la satisfacción inmediata La orientación hacia la satisfacción inmediata de las necesidades se evidencia en el tiempo que el ser humano dedica a las diversiones, a la satisfacción de las necesidades fisiológicas, al contacto interpersonal y sexual o amoroso, a la realización de aquellas acciones de trabajo que produzcan de inmediato una satisfacción moral y una impresión emocio- nal placentera. En la búsqueda de la satisfacción inmediata de sus necesidades, el individuo se apropia de aquellos bienes, situaciones o servicios que le son necesarios: compañía sexual, comida, muebles, ropa, vivienda, con- tacto interpersonal o afectivo, diversiones, atención médica, instrumen- tos y condiciones de trabajo, etc. Las condiciones sociales (bienes materiales y espirituales, servicios que brinda la sociedad, normas lega- les y morales de su obtención y disfrute, que expresan las relaciones de producción imperantes), así como los requerimientos biológicos y psicofisiológicos del individuo, son los factores últimos, que actuando a través de las condiciones internas y los procesos de la personalidad, de- terminan cómo el individuo se orienta haci su satisfacción. De este modo, la forma concreta en que el individuo se orienta hacia la satisfacción de sus necesidades tiene un carácter histórico-social, es un reflejo persona- lizado de la vida social que, en definitiva, se modifica al cambiar esta. Lo típico de la personalidad adulta, madura, consiste en la orienta- ción hacia el cumplimiento del deber, en el esfuerzo y sacrificio que a menudo esto requiere. El desarrollo de la personalidad supone poder establecer el control sobre la orientación hacia la satisfacción inmediata de las necesidades, para inhibirla o canalizarla adecuadamente, según los deberes asumidos y los esfuerzos que se necesita desplegar. De este modo, muchas necesidades se mantienen privadas, insatisfechas o frustradas. Ocurre, por lo tanto, que la orientación hacia la satisfacción de determi- nadas necesidades expresa la tendencia inespecífica a diluir tensiones provenientes de necesidades frustradas o privadas que, por el momento, no es posible o no es conveniente satisfacer, por ejemplo: En la noche, después de haber asistido a clases, pruebas y seminarios, el estudiante va a buscar a su novia y la lleva al cine. Durante la mañana y la tarde desplegó grandes esfuerzos y en su actuación experimentó fracasos e im- perfecciones que

Esta pregunta también está en el material:

Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

Todavía no tenemos respuestas

¿Sabes cómo responder a esa pregunta?

¡Crea una cuenta y ayuda a otros compartiendo tus conocimientos!


✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Otros materiales