La comunicación en el contexto de salud/enfermedad del paciente tiene varios beneficios. Al comprometerse a entablar una adecuada comunicación con el paciente, se busca mejorar su independencia y autonomía, considerándolo como un ser humano en todos sus aspectos: físicos, psicológicos, de creencias y necesidades. Las fallas en la comunicación aumentan la sensación de aislamiento y de ser "uno más" o "un objeto físico", alejando a los profesionales de la salud de un compromiso humano y ético, así como de comprensión y empatía hacia el paciente. La comunicación de los procedimientos realizados, la información del estado de salud y el contacto empático favorecen la confianza y disminuyen la ansiedad del paciente.
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