En el primero, Eder Romero, nos invita a pasar a su “patio trasero”, al exponer sus experiencias personales como responsable del Programa de Nanome...
En el primero, Eder Romero, nos invita a pasar a su “patio trasero”, al exponer sus experiencias personales como responsable del Programa de Nanomedicinas de la Universidad Nacional de Quilmes. Los nano-objetos aplicados a la medicina con los que trabaja, son ejemplares paradigmáticos de una tecnología de vanguardia en desarrollo que trae consigo una miríada de promesas terapéuticas, entre ellas la posible curación del Mal de Chagas. A pesar de ello, Romero se pregunta por qué motivo no ha logrado despertar el interés sobre ellos para estas aplicaciones. La dificultad de conseguir recursos para investigaciones sobre enfermedades huérfanas (problema al que se refirieron tanto Lacey como Feenberg), la hace reflexionar sobre el circuito del dinero en la ciencia, sobre los valores subyacentes en la promoción de investigaciones y sobre la libertad de la ciencia “auto-gestionada”.
Compartir