políticas económicas no inflacionistas promovieron la expansión sostenida de las actividades productivas y del empleo, así como la mejora de los in...
políticas económicas no inflacionistas promovieron la expansión sostenida de las actividades productivas y del empleo, así como la mejora de los indicadores de educación y salud. Posteriormente, en los ochenta, el deterioro de los términos de intercambio y la ejecución de políticas económicas generadoras de desequilibrios internos y externos, se tradujeron en la necesidad de aplicar políticas de estabilización que redujeron la tasa de crecimiento económico, el salario real y la demanda de mano de obra. Esa inestabilidad económica deterioró la distribución de la renta y empeoró los indicadores de bienestar relacionados con el desarrollo humano. Ese deterioro llevó en los noventa a ejecutar políticas fiscales y monetarias consistentes con la estabilidad de precios y, por lo tanto, con un crecimiento económico sostenible. El resultado ha sido una mejora de los indicadores de bienestar, resaltando principalmente la reducción de los indicadores de pobreza.
Compartir