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nexos reales existentes entre las cosas del mundo exterior. Con ayuda de este principio, Reymond trató de superar las marcadas líneas de separación...

nexos reales existentes entre las cosas del mundo exterior. Con ayuda de este principio, Reymond trató de superar las marcadas líneas de separación entre las ciencias, que establecía Comte, y reflejar la relatividad y movilidad de sus fronteras, como uno de los rasgos más importantes de las ciencias actuales, lo que le condujo al relativismo y formalismo más puros. El fundador del neotomismo, J. Maritain, basa su clasificación en la concepción de tres grados de abstracción: el primero (conocimiento de la naturaleza sensorial, o física en el amplio sentido de la palabra, es decir, ciencia natural) se refiere a un objeto que no puede existir sin materia y cualidades ni ser comprendido sin ellas; el segundo (el conocimiento de la cantidad como tal, o matemática) corresponde a un objeto que no puede existir sin materia, pero que puede ser comprendido sin ella; y el tercero (el conocimiento de lo supranatural, o 'metafísica') se ocupa de un objeto que puede ser comprendido y existir sin materia ('Dios', 'espíritus puros' y conceptos generales abstractos). Después de la Segunda Guerra Mundial aumenta extraordinariamente en Europa la influencia no sólo del neotomismo en las ciencias y en su clasificación, sino también del idealismo objetivo (con su 'metafísica'), a expensas del idealismo subjetivo (por ejemplo, N. Hartmann, que interpreta desde estas posiciones la interrelación entre las ciencias). El filósofo germano-occidental F. Schneider (1955) mostró que la relación entre ellas, sobre la base del subjetivismo filosófico y el agnosticismo, es imposible. El neotomismo y el clericalismo tratan de utilizar para sus fines las clasificaciones de las ciencias. Pío XII escribió acerca de los tres instrumentos de la verdad (la ciencia, la filosofía y la revelación), al último de los cuales, como al más elevado, deben adaptarse los otros dos. Lo mismo dicen los neotomistas (por ejemplo, E. Gilson y su discípulo M. de Wulf, que construye una pirámide de tres pisos: abajo las ciencias particulares, en el centro las generales o la filosofía y en la parte superior la teología). En el XI Congreso Internacional de Filosofía, celebrado en Bruselas en 1953, se realizaron intentos para fundamentar la teoría de las ciencias, incluyendo la clasificación de las mismas, desde el punto de vista del idealismo objetivo (Izay) y del neotomismo (Eby, Brinkmann y Van Laer). La clasificación de Eby culmina con 'la plenitud de la vida, la santidad', lo que, según él, constituye la finalidad máxima de la existencia del hombre, y corona el 'sistema natural de las ciencias'. Van Laer divide las ciencias según su objeto 'material' y formal, incluyendo entre los primeros a Dios, en calidad de objeto especial. Por consiguiente, el principio, aparentemente 'objetivo', de clasificación de las ciencias acaba convirtiéndose, a través de una serie de manipulaciones, en puro teologismo. Merecen especial atención las investigaciones lógicas y lógico-matemáticas en el campo de la estructura de las ciencias y de los conocimientos científicos (por ejemplo, las de Bertalanffy), que, aunque de por sí no constituyen una clasificación de las ciencias, se hallan estrechamente ligadas a este problema y le sirven de fundamento lógico desde las posiciones de tal o cual filosofía. El fin que persiguen es el de encontrar una salida del caos originado por las corrientes dispersas, con frecuencia estructuralmente empíricas y descriptivas, de la ciencia de Europa occidental. CLASIFICACIÓN MARXISTA DE LA CIENCIA (DESPUÉS DE ENGELS). En su obra Materialismo y empiriocriticismo muestra Lenin cómo hay que desarrollar el fundamento objetivo de la ciencia, al generalizar los resultados de la 'novísima revolución en las ciencias naturales', sobre todo en lo que se refiere a la doctrina de la estructura de la materia. En Cuadernos filosóficos y en Otra ves sobre los sindicatos, Lenin desarrolla los principios de la lógica dialéctica marxista, los cuales se hallan directamente relacionados con el problema de la clasificación de las ciencias. Son de gran importancia para la ciencia las indicaciones de Lenin sobre la necesidad de conservar la unidad de lo histórico y lo lógico, de tener en cuenta el desdoblamiento del todo en partes contradictorias, las transiciones y los nexos que tienen lugar entre los fenómenos y la interacción entre la teoría y la práctica. En los primeros años del poder soviético se difundieron en Rusia clasificaciones de las ciencias, cuyos autores seguían aferrándose de una u otra forma a los esquemas y principios de las clasificaciones formales corrientes (B. P. Guschin y V. N. Ivanovski, etc.). Son una excepción los trabajos de K. A. Timiriázev, en los que la clasificación de las ciencias parte de un fundamento ampliamente histérico-evolutivo, próximo a la posición marxista. Solamente en 1925, gracias a la publicación de la Dialéctica 'de la naturaleza, se (lio a conocer la clasificación de las ciencias de Engels. Un gran impulso para su ulterior desarrollo lo constituyó la edición en 1930 de los cuadernos de Lenin sobre filosofía. Sin embargo, los primeros intentos de apoyarse en las ideas de Marx, Engels y Lenin para clasificar las ciencias fracasaron con frecuencia, ya que sus autores adoptaron de hecho posiciones mecanicistas (N. M. Sómov). Otro autor, N. V. Rózhitsin, se situó en un plano próximo al hegelismo. La solución del problema de clasificar las ciencias se vio precedida y facilitada por las investigaciones que se realizaron para determinar el papel de las ciencias específicas dentro del sistema general de la ciencia y para establecer cuál era su contenido (por ejemplo, la de N. N. Semiónov sobre las fronteras entre la física y la química, desde el punto de vista de la definición de estas ciencias dada por Engels). Las ciencias naturales las clasificó O. Y. Shmidt en el artículo 'Ciencias Naturales' de la Gran Enciclopedia Soviética (1ª ed.), en el cual trató de aplicar la tesis leninista del movimiento de la inteligencia desde la contemplación activa al pensamiento abstracto y desde él a la práctica. Shmidt se detuvo especialmente en la esfera de contacto entre las ciencias naturales y la técnica, y mostró que la frontera entre ellas se va borrando. También aplicaron las líneas de la clasificación marxista B. Barkash y S. Turetski (en la misma edición de la Gran Enciclopedia Soviética). En toda una serie de trabajos se pudo observar una aplicación dogmática de la clasificación dada por Engels, ya que los autores trataban de conservar su esquema sin tener en cuenta los cambios que se habían {froducido en las ciencias. Por el contrario, otras publicaciones (E. Kolman, M. N. Rutkévich, V. M. Bukanovski, etc.) subrayaron la necesidad de modificar el esquema concreto de Engels, sobre todo en la parte referente a la física subatómica, conservando y desarrollando los principios generales dialéctico-materialistas establecidos por él en su clasificación. Algunos autores (Struomilin y otros) orientaron sus esfuerzos hacia la idea del carácter cíclico de la clasificación de las ciencias. Un intento de basarse en las posiciones del materialismo dialéctico fue el realizado por el científico yugoslavo M. Milankóvich. También fue grande la labor llevada a cabo por los bibliotecarios, al objeto de fundamentar la clasificación bibliográfica en los principios de la ciencia marxista (E. I. Shamurin, Z. N. Ambartsumián, O. P. Teslenko, etc.). CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS CIENCIAS. En la actualidad, la clasificación general de las ciencias se basa en el descubrimiento de las interrelaciones entre tres grandes sectores del saber científico: las ciencias naturales, las ciencias sociales y la filosofía, cada uno de los cuales abarca todo un grupo (complejo) de ciencias. El cuadro núm. 1 muestra el fundamento ('esqueleto') de la clasificación general de las ciencias. Las líneas más gruesas señalan los nexos de 1er grado (entre los tres apartados fundamentales de las ciencias). La comparación de las partes derecha e izquierda del cuadro aclara el significado dé los principios de la objetividad y del desarrollo aplicados a la clasificación de las ciencias. El orden de distribución de las ciencias refleja directamente la sucesión histórica en la aparición y la interconexión de las fases de desarrollo del mundo, así como la interdependencia entre sus leyes más generales (dial

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La ciencia-K
117 pag.

Ciências Biológicas / SaúdeBiológicas / Saúde

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