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Pragmática. Funciones del lenguaje. Cátedra Ex Asti Vera 
 
Funciones del Lenguaje: texto introductorio 
El lenguaje, en su dimensión pragmática, cumple determinadas funciones. Así, cuando nos 
preguntamos para qué usamos el lenguaje, la respuesta supone una práctica, una actividad, 
usamos el lenguaje con un objetivo, pero ese objetivo no consiste sólo en el hecho de comunicar 
algo a alguien mediante una oración, sino que el tipo de oraciones que utilicemos para 
comunicar son decisivas a la hora de saber, tanto del lado del emisor como del receptor, qué es 
lo que se quiere comunicar. No es lo mismo si decimos “Alcanzame por favor el teléfono” que si 
decimos “El teléfono se descompuso” o “¡Este teléfono está bárbaro!” 
En el primer caso le estamos pidiendo algo a alguien mediante un tipo de oración, en definitiva, 
de manera muy general, podríamos decir que estamos dándole una orden, aunque la oración lo 
exprese en términos de amabilidad, aunque el pedido sea con un “por favor” de por medio, la 
oración expresa una orden. Ello no quiere decir que el receptor del mensaje cumpla con esa 
orden, sino sólo que la oración, en su emisión expresa un pedido o una orden, y el receptor la 
recibe como un pedido o una orden, pero en ningún caso la oración exige un cumplimiento 
efectivo. Estamos usando el lenguaje con el fin de ​iniciar o impedir una acción. Las órdenes, las 
preguntas y los pedidos son los casos más usuales de este tipo de función del lenguaje. Pero 
tenemos que tener en cuenta que una oración de este tipo nunca es verdadera o falsa. Una 
oración que expresa una orden como “Cierre la puerta” o como "¿Me podrías decir la hora, por 
favor?" no puede ser ni verdadera ni falsa, y como decíamos antes, que la orden, el pedido o la 
pregunta sea obedecida/respondida o no, no afecta ni determina su valor de verdad, dado que 
no tiene ningún valor de verdad. Este tipo de oraciones cumplen una ​función directiva en el 
lenguaje. 
En el segundo caso, en cambio, con la oración estamos diciendo algo acerca de algo, estamos 
refiriéndonos a algo que le sucedió al teléfono. Esta característica de referencialidad nos permite 
a la vez obtener información, y en este caso, la información obtenida es que el teléfono dejó de 
funcionar. Estamos comunicando información. Este tipo discursivo es utilizado para describir un 
estado de cosas acerca del mundo y para razonar acerca de él. Este tipo de oraciones cumplen 
una ​función informativa ​en el lenguaje, y en tanto nos informa algo acerca de algo, podemos 
decir que esa información puede ser tanto verdadera como falsa. Es muy importante que 
tengamos en cuenta este tipo de oraciones, ya que con ellas construiremos las ​proposiciones 
o enunciados que nos permitirán a la vez, construir los ​argumentos (esto lo veremos más 
adelante). 
El último ejemplo supone la expresión de un sentimiento, el despertar de una pasión. Mediante 
esa oración estamos expresando cierta emotividad respecto del objeto descrito, atribuimos un 
sentir, un parecer subjetivo respecto de ese objeto. El lenguaje emotivo no sólo predica 
cualidades de sentimientos, sino que muchas veces se expresa mediante metáforas. La poesía, 
nos da los mejores ejemplos del lenguaje que cumple esta función. En la poesía no nos 
encontramos con una pretensión de brindar información acerca de hechos, sino con la 
pretensión de comunicar sentimientos. Pero, como decíamos antes, no todo lenguaje expresivo 
es poético. El discurso expresivo, como tal, no es ni verdadero ni falso. Así, el lenguaje cumple 
una ​función expresiva​ cuando se lo usa para transmitir sentimientos y emociones. 
Si quisiéramos decir que los usos del lenguaje se reducen a estas tres funciones, no estaríamos 
considerando la gran variedad de alternativas que nos permite el lenguaje en la práctica. Por ello 
quisiéramos recordar aquí, que estos tres casos de funciones del lenguaje, son más bien tres 
categorías muy generales, pero que no son las únicas, sino quizá las más utilizadas. Por otra 
parte, no sólo podemos encontrar otras clasificaciones de usos del lenguaje, y para ello pueden 
quienes quieran indagar más acerca de las funciones del lenguaje recurrir por ejemplo, entre 
otras obras, al ​Tratado sobre los principios del conocimiento humano de Berkeley, o a las 
Investigaciones filosóficas de Wittgenstein​, sino que también hay funciones mixtas. Los casos 
que hasta ahora habíamos considerado puede decirse que son casos de funciones puras del 
lenguaje, pero muchas veces, cuando no las más de ellas, una oración cumple una o más 
funciones del lenguaje. Por ejemplo, un tipo de discurso expresivo puede contener cierta 
información: “He jurado en el altar de Dios hostilidad eterna a toda forma de tiranía sobre el 
espíritu del hombre”. Aquí, la función informativa y expresiva del lenguaje parecen mezclarse, 
por un lado, la afirmación de haber jurado algo, implica cierta información que puede ser 
verdadera o falsa dependiendo si efectivamente se ha jurado algo o no, pero asimismo, esta 
oración expresa un sentimiento. Lo mismo puede suceder con el lenguaje directivo: “Debemos 
mantenernos todos juntos o seguramente nos colgarán a todos separadamente”. Aquí, si bien la 
función prioritaria es directiva, luego de la disyunción encontramos también una función 
informativa. Ahora, no es siempre el resultado de una confusión del que emite la oración el que 
su lenguaje cumpla una función mixta, sino que, lo que sucede, es que la comunicación misma 
exige muchas veces la combinación de funciones del lenguaje. 
Bien, dejemos ahora esto y pasemos a unos ejemplos: 
“No pisar el césped” 
Esta oración, ¿expresa una orden, un sentimiento o una información? ¿Podemos predicar de 
ella verdad o falsedad? 
Es claro que esta oración no expresa ningún sentimiento, pero ¿es claro que no comunica una 
información? Cuando una oración comunica información, podemos decir de esa información que 
es verdadera o falsa. ¿“No pisar el césped” es verdadera o falsa? ¿Cuándo sería verdadera y 
cuándo falsa? En ningún caso, de ninguna manera esa oración comunica información, sino que 
es una orden, y las órdenes no son ni verdaderas ni falsas, sino que sólo ordenan hacer algo o 
no hacer algo. En este caso ordena no hacer, prohíbe. El cumplimiento o incumplimiento de esa 
orden no afecta en nada el sentido de la oración, porque su sentido radica en que ordena y no 
en su cumplimiento o incumplimiento. 
Veamos otro caso: 
“Florencia y Mara estudian en la misma universidad” 
¿Qué podemos decir de esta oración? Aquí, claramente estamos ante una oración que 
comunica cierta información, ¿cuál? Que Mara y Florencia estudian, y que lo hacen en la misma 
universidad. Dado esto, podemos decir que la información que transmite esa oración bien puede 
ser verdadera, o bien puede ser falsa. Será verdadera cuando Mara y Florencia estudien en la 
misma universidad y será falsa cuando no lo hagan. 
Por último, vemos un caso de una oración que cumple función expresiva, y veamos sus 
particularidades:“La tristeza de la lluvia rozaba nuestras esperanzas” 
Aquí todos podemos acordar que no es una oración expresiva, ¿pero estaríamos tan seguros de 
decir que no es una oración informativa? Para decir que es una oración informativa deberíamos 
poder predicar de ella su verdad o falsedad. ¿Podemos predicar la verdad o falsedad de “rozaba 
nuestras esperanzas” sobre “la tristeza de la lluvia”? ¿Cómo sería una lluvia triste? ¿Cómo se 
podrían rozar las esperanzas? ¿Tiene la lluvia sentimientos como para decir de ella que está 
triste? “Rozar”, ¿no es un predicado que podemos aplicar más bien a algo material, como un 
cuerpo o una parte de un cuerpo, por ejemplo? Así, dado que no podemos rozar lo inmaterial no 
podemos predicar verdad o falsedad de ello. Estos calificativos son más bien, metafóricos, 
formas de decir las cosas de otras maneras. En este sentido, esta oración cumple una función 
expresiva. Ahora, ¿podríamos darle a esta metáfora un significado informativo? Podríamos decir 
que sí, pero para eso deberíamos “traducir” esa oración en otra oración de la que podamos 
predicar verdad o falsedad. Pero como la intencionalidad de esa oración era decir las cosas de 
otra manera, no sabemos con exactitud qué cosas quería decir, y sólo podemos arriesgar cierta 
significación sin tener la certeza que con esta significación estemos reemplazando lo que la 
metáfora expresaba, porque, como Foucault decía, podemos sospechar que el lenguaje no dice 
exactamente lo que dice, y que dice más de lo que dice; que el sentido manifiesto que se atrapa 
no es, sino un sentido menor, que encierra y transmite otro sentido más fuerte.​[1] 
Bueno, es tiempo ahora de ponerse en práctica. Les proponemos aquí que hagan 
algunos ejercicios. 
 
[1]​ Cfr. Foucault, M., Nietzsche, Freud, Marx, Buenos Aires, El cielo por asalto, s/f , p.33-34 
 
https://cbccampusvirtual.uba.ar/course/view.php?id=1488&section=1#_ftn1
https://cbccampusvirtual.uba.ar/course/view.php?id=1488&section=1#_ftnref1

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