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SEMINARIO INFORMATICA (FERRER)

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Semana 3InformaticaFerrer.doc SEMANA 3
Teórico: El tiempo de la técnica – Racionalidad técnica, modernidad y progreso 
Acompañado de la nueva concepción de tiempo, aparece en la Modernidad la idea de Progreso.
En este período comienza a ser dominante otra concepción del tiempo, que lo concibe como lineal y abstracto. En cierto modo, la linealidad del tiempo garantiza la posibilidad de surgimiento de la idea de progreso. 
BURY, John “Introducción” La idea de progreso, 1971
El señor realiza una investigación histórica minuciosa para determinar cómo pudo haberse dado en Occidente la idea de progreso y por qué no se dio en otros momentos. 
El texto está escrito inmediatamente después de la primera guerra mundial. Da indicios de la inestabilidad posible del concepto de progreso. 
La idea de progreso técnico (historia humana como mejoramiento continuo) y sensibilidad técnica es una noción que se fue gestando muy lentamente en la historia de Occidente. 
La idea no aparece de pronto en el XVIII sino que necesitó de un largo proceso histórico de gestación.
No pudo darse una teoría del progreso en la Antigüedad por dos motivos:
-veneración de los antiguos hacia el pasado, relacionada con la leyenda de la edad de oro. Esto impedía que miraran prioritariamente hacia el futuro en tanto modelo deseable, condición implícita en toda idea de progreso
-tenían una concepción circular del tiempo. Los griegos creían que el tiempo de la humanidad era un tiempo dividido en ciclos, edad de oro sencilla y de decadencia.
Era Cristiana: ya no se trata de un tiempo circular o cíclico. Si bien implica una progresión hacia un fin, remite a un aspecto de la doctrina cristiana que impide pensar que ese fin ´pueda ser cada vez mejor, porque ese fin es final, no hay otro posible. 
En la vida terrena no hay progreso posible. Todos llegaremos de la misma manera el día del Juicio Final y el valor no va a estar dado por lo que suceda en la tierra, sino por lo que acontezca en una historia fuera de tiempo. 
Por otro lado, la idea de pecado capital impide pensar la idea de progreso, como también lo hace la doctrina de la Providencia, que implica la historia humana como una serie de acontecimientos ordenados por la intervención divina. 
La linealidad en contraste con la circularidad generó un cambio. La idea de autosuperación en el tiempo, el imperativo del avance resultan en sí mismos constitutivos de la técnica moderna.
Descartes: a partir de él se darán las dos premisas básicas que hacen posible en Occidente el desarrollo de una idea de progreso: la supremacía de la Razón y la invariabilidad de las leyes naturales, axioma que se opone a la idea de una Providencia activa, esto es, la naturaleza no depende de la Providencia. 
Con Descartes desaparece el recurso a la autoridad de la tradición y el pasado, se da un reconocimiento al valor de la vida terrenal y se constituye un riguroso método analítico aplicable a la historia y al conocimiento físico. 
Idea de progreso dividida en tres etapas:
1-Surgimiento XVII y XVIII, cubre todo el Siglo de las Luces hasta la Revolución Francesa 
2-Positivismo. Mayor exponente: Augusto Comte. 
Considera a la historia humana de acuerdo a una progresión de los estadios religioso, metafísico y positivo o científico. 
En el camino hacia el Positivismo se perdió el hecho de pensar que la sociedad futura y emancipada es una sociedad igualitaria y donde el individuo es libre. La futura sociedad ideal es completamente autoritaria. 
3-Inicia con la teoría de la evolución de las especies de Darwin y todavía lo estamos transitando.
Progreso material. Exposiciones industriales donde se exhibían los avances de la técnica para la producción. Pedagógicamente los instrumentos técnicos ofrecen una imagen del mundo, nos permiten aprehendernos de la realidad. 
Texto termina al final del XIX, cuando está completamente consolidado el espíritu del progreso, que es moneda corriente y acto de fe. 
WEBER, Max “El espíritu del capitalismo” y otros fragmentos de mierda, 1999
Clase
Concepto central: Racionalidad técnica 
¿Acaso la idea de técnica se hizo aliada, en algún momento de la historia, de la dominación?
La respuesta lleva a la concepción moderna de técnica, al modo en que esta razón práctica en la Modernidad está anclada en lo que Weber llamó razón de acuerdo a fines. 
Desde la perspectiva weberiana, la técnica es uno de los modos de la razón de acuerdo a fines en el que priman criterios de eficiencia, éxito, rentabilidad y productividad.
El argumento central para poder pensar por qué el capitalismo se da en la Modernidad de esta manera y no de otra, tiene que ver con una especie de pasaje o de desplazamiento entre una primera acción de acuerdo a valores, que suponía sólo en principio un segundo plano una acción de acuerdo a fines. 
La ética protestante de la profesión y del trabajo estaba ligada a ciertos fines. Pero estos fines estaban sustentados por valores. Con el paso del tiempo, el capitalismo moderno ha devaluado esta acción con respecto a valores y ha dejado del par valores-fines sólo estos últimos. Por tanto ha dado vía libre a especulaciones, lo que posibilita el desarrollo posterior del capitalismo. 
Ya para el XVIII la acción con arreglo a valores, conducta económica del protestantismo, se había diluido considerablemente. 
Cuando explica el nacimiento del capitalismo en función de la ética del trabajo y de la profesión protestante (sobre todo la ética calvinista y metodista) está tratando de mostrar hasta dónde es posible rastrear el origen de un tipo particular de conducta económica. 
En los orígenes del capitalismo esa conducta está basada en algo más que el afán de lucro y rentabilidad, incluye ciertos valores ligados al lugar del hombre en la tierra en tanto “administrador de los bienes de Dios”, valores relacionados con la teoría calvinista y metodista de la predestinación. 
El surgimiento del capitalismo moderno está directamente relacionado con esa racionalización técnico-económica, porque se trataría de un tipo de racionalización particular que no se había dado en otros lugares o en otras épocas. Sostiene, sin embargo, que siempre existieron distintas racionalizaciones, entendiendo por racionalización el hacer ver algo como racional. 
Para el autor todas las esferas de la vida en la Modernidad se han racionalizado y el punto de vista de esta R es la utilidad. A lo largo del texto se habla de U, rendimiento, eficacia, eficiencia: todos criterios que hoy atribuimos a la técnica moderna. 
La ciencia y la técnica sí progresan. En la Modernidad hay una escisión entre las 3 esferas de la cultura: científico-técnica, artística y moral o ética. En este proceso el progreso C-T deja de lado los principios éticos y estéticos que lo acompañaban y la razón se convierte en razón instrumental. 
Texto 
“El espíritu del capitalismo”
Principios de Benjamin Franklin sobre el “espíritu del capitalismo”, 1736:
-Piensa que el tiempo es dinero 
-Piensa que el crédito es dinero
-Piensa que el dinero es fértil y reproductivo. El dinero puede producir dinero, la descendencia puede producir todavía más y así sucesivamente
-Un buen pagador es dueño de la bolsa de cualquiera. El que es conocido por pagar puntualmente en el tiempo prometido, puede recibir prestado en cualquier momento todo el dinero que sus amigos no necesitan. 
-Nada contribuye tanto a hacer progresar en la vida a un joven como la puntualidad y la justicia en todos sus negocios 
-Has de procurar siempre que te acuerdas de tus deudas, has de procurar aparecer siempre como un hombre cuidadoso y honrado, con lo que tu crédito irá en aumento
-Guárdate de considerar como tuyo todo cuanto posees y de vivir de acuerdo a esa idea. Para preservarte de ese peligro, lleva cuenta de tus gastos e ingresos
Lo característico de esta “filosofía de la avaricia” es el ideal del hombre honrado digno de crédito y la idea de una obligación por parte del individuo frente al interés de aumentar su capital. Aquí se enseña una ética peculiar, cuya infracción constituye
no sólo una estupidez, sino un olvido del deber. Se enseña la “prudencia en los negocios”.
Todas las máximas morales de Franklin han sido desvirtuadas en sentido utilitarista: la moralidad es útil porque proporciona crédito; lo mismo ocurre con la puntualidad, la diligencia, moderación. 
Todas aquellas virtudes sólo lo son en cuanto benefician concretamente al individuo. 
La ganancia no es un medio para la satisfacción de necesidades vitales materiales del hombre, sino que más bien este debe adquirir, porque tal es el fin de su vida. Hay una inversión en la relación entre el hombre y el dinero, para el capitalismo esto es algo natural.
La ganancia de dinero representa, dentro del orden económico moderno, el resultado y la expresión de la virtud en el trabajo, y esta virtud constituye el auténtico alfa y omega de la moral de Franklin. 
El orden económico capitalista actual es como un cosmos extraordinario en el que el individuo nace y al que, al menos como individuo, le es dado como un edificio prácticamente irreformable, en el que ha de vivir, y al que impone las normas de su comportamiento económico, en cuanto que se halla implicado en la trama de la economía. 
El empresario que de modo permanente actúa contra estas normas, es eliminado indefectiblemente de la lucha económica; del mismo modo el trabajador que no sabe o no puede adaptarse a ellas, se encuentra arrojado a la calle, para engrosar las filas de los sin trabajo. 
El capitalismo actual, señor absoluto en la vida de la economía, educa y crea por la vía de la selección económica los sujetos (empresarios y trabajadores) que necesita. 
Sin embargo, este espíritu capitalista ha tenido que imponerse en una lucha difícil contra un mundo de adversarios poderosos. No se introdujo de modo pacífico, una ola de desconfianza, odio y de indignación moral envolvió de ordinario a los primeros innovadores. Y no es que en las épocas precapitalistas no se conociera el “impulso adquisitivo”. 
Precapitalismo: se refiere a que todavía la utilización industrial racionalizada del capital y la organización racional del trabajo no eran las fuerzas dominantes que orientaban la actividad económica. Es esta conducta uno de los más potentes obstáculos psicológicos con los que hubo que luchar en todas partes para la adaptación del hombre en los supuestos de una economía capitalista y burguesa ordenada. 
La mentalidad y conducta del precapitalismo se puede designar “tradicionalista”, lo que el hombre quiere por naturaleza no es ganas más y más dinero, sino vivir pura y simplemente, como siempre ha vivido, y ganar lo necesario para seguir viviendo. 
Al hombre precapitalista le resulta inconcebible y misterioso, sucio y despreciable que alguien pase su vida trabajando, guiado por la sola idea de bajar un día a la tumba cargado de dinero. 
La nueva mentalidad es producto de un largo y continuado proceso educativo. Esta mentalidad aspira a obtener un lucro ejerciendo sistemáticamente una profesión y encontró su realización más adecuada en la moderna empresa capitalista. 
Una de las propiedades de la economía privada capitalista es estar racionalizada sobre la base del más estricto cálculo, el hallarse ordenad, con plan y austeridad, al logro del éxito económico, en oposición al estilo de vida del campesino que vive al día. 
No era la afluencia de dinero nuevo lo que provocaba esta revolución, sino el nuevo espíritu que se había introducido. La cuestión acerca de las fuerzas impulsoras de la expansión del capitalismo moderno no versa principalmente sobre el origen de las disponibilidades dinerarias utilizables en la empresa, sino sobre el desarrollo del espíritu capitalista. Cuanto éste despierta y logra imponerse, él mismo se crea las posibilidades dinerarias que le sirven de medio de acción, y no a la inversa. 
Si a estos hombres se les preguntase por el “sentido” de esa actividad incansable, jamás satisfecha de su propia posición, su respuesta sería la de la “preocupación por los hijos y los nietos”. Dirían que el negocio es indispensable para su vida. De hecho, esta es la única motivación de su actividad, actividad irracional, puesto que el hombre existe para el negocio y no a la inversa. 
Actualmente, con nuestras instituciones políticas, civiles y comerciales, con las actuales formas de la industria y la estructura propia de nuestra economía, este espíritu podría explicarse como producto de adaptación. El orden económico capitalista necesita esta entrega a la “profesión” de enriquecerse: es una especie de comportamiento ante los bienes externos. Ya no requiere apoyarse en la aprobación de los poderes religiosos; y considera como un obstáculo toda influencia perceptible sobre la vida económica de las normas eclesiásticas o estatales. La “concepción del mundo” va determinada por la situación de los intereses político-comerciales y político-sociales. 
“Los fundamentos religiosos del ascetismo laico”
La metodización de la vida humana es la base del extraordinario poder liberador del ascetismo. 
Los representantes históricos del protestantismo ascético son el calvinismo, pietismo, metodismo y las sectas nacidas del movimiento bautizante (?).
En todos los grandes espíritus de apasionada y activa religiosidad, el fenómeno del sentimiento religioso de la redención va unido con la seguridad de tener que agradecerlo todo a la acción exclusiva de un poder objetivo y nada al propio valer. Se piensa a las cosas como un obsequio de la gracia que no puede deberse a la propia cooperación, ni que puede ir unido a realizaciones o cualidades del propio creer o querer. 
Calvinismo: El hombre puede asegurarse de su estado de gracia sintiéndose como un instrumento del poder divino, propende al obrar ascético. 
El calvinista crea por sí mismo la seguridad de su salvación, pero esta creación no puede consistir en un incesante acopio de acciones meritorias aisladas, sino que un sistemático control de sí mismo que cada día se encuentra ante esta alternativa: ¿elegido o condenado? 
El Dios del calvinista no exige de sus fieles la realización de tales o cuales “buenas obras”, sino una santidad en el obrar, elevada a sistema. Ya no se habla de la católica oscilación entre el pecado, arrepentimiento, penitencia, descargo y la vuelta a pecar; ya no se establece para la vida un saldo expiable por penas temporales y cancelables por los medios eclesiásticos de la gracia. De este modo perdió la conducta moral del hombre medio su carácter anárquico e insistemático, sustituido ahora por una planificación y metodización de la misma. Para el católico la gracia sacramental de su Iglesia estaba a su disposición como medio de compensar su propia insuficiencia: el sacerdote era el mago que realizaba el milagro del cambio y que tenía en sus manos el poder de las llaves (?)
Su dogma característico era la predestinación. Dios no es por los hombres sino los hombres son por y para Dios, y todo cuanto sucede no tiene sentido sino en calidad de medio para el fin de que la Majestad de Dios se honre a sí misma. 
Ser trascendente e inaccesible a toda humana comprensión, que desde la eternidad asigna a cada cual su destino según designios totalmente inescrutables. 
Desaparece la confesión privada, que se empleaba en el luteranismo. El comercio del calvinista con su Dios se verificaba en el más profundo aislamiento interior, a pesar de la necesidad de pertenecer a la verdadera Iglesia para salvarse. 
Presenta el rasgo del desconocimiento del dualismo entre individuo y la ética (esto es lo de las esferas que se separan, que plantea Kozak) 
Luteranismo: El hombre puede asegurarse de su estado de gracia sintiéndose como recipiente del poder divino. Su vida tenderá a cultivar el sentimiento místico. 
Capítulo IV “Desarrollo de la ideología capitalista” 
El capitalismo creó la empresa duradera y racional, la contabilidad racional, la técnica racional, el Derecho racional, a lo que se añade la ideología racional, la racionalización de la vida y la ética racional en la economía. 
Los gérmenes del capitalismo moderno
deben buscarse en un sector donde oficialmente dominó una teoría económica hostil al capitalismo, distinta de la oriental y de la antigua. 
La aversión profunda de la época católica, y más tarde de la luterana, con respecto a todo estímulo capitalista, reposa esencialmente sobre el odio a lo impersonal de las relaciones dentro de la economía capitalista. 
Esta impersonalidad sustrae determinadas relaciones humanas a la influencia de la Iglesia y excluye la posibilidad de ser vigilada e inspirada éticamente por ella. 
Quebrantar la fuerza de la magia e impregnar la vida con el racionalismo sólo ha sido posible en todos los tiempos por un procedimiento: el de las grandes profecías racionales. Las profecías han roto el encanto mágico del mundo creando el fundamento para nuestra ciencia moderna, la técnica y el capitalismo. 
El alma de los hombres se transforma con la Reforma luterana y sus innovaciones. 
El protestantismo logró crear la ética sacerdotal adecuada para esta ascesis mundanal.
La Reforma rompió con el sistema de la distinción entre una moral que obliga a todos y otra de índole particular y ventajosa, significó la ruina de la doblez ética. Cesó con esto también el ascetismo ultraterreno. 
La palabra “profesión” en el sentido de “vocación” es conocida por los idiomas influidos por la traducción protestante de la Biblia. Expresa la valoración de la actividad lucrativa capitalista, basada en fundamentos racionales, como realización de un objetivo fijado por Dios. 
La Iglesia católica ha cohibido en ocasiones el progreso científico; pero también las sectas ascéticas del protestantismo han tenido poco interés por la ciencia pura. Una de las realizaciones específicas del protestantismo consiste en haber puesto la ciencia al servicio de la técnica y de la economía. 
La raíz religiosa del hombre económico moderno ha muerto. 
La religiosidad ascética quedó suplantada por una concepción pesimista nada espiritual que indica que los vicios individuales pueden ser, en circunstancias, ventajosos para la colectividad. Al desaparecer hasta los últimos vestigios de lo religioso de las sectas, el optimismo que creía en la armonía de los intereses ha trasladado la herencia del ascetismo protestante al sector de la economía. 
La ética económica nació del ideal ascético, pero ahora ha sido despojada de su sentido religioso. Con ello se alcanza el fin del protocapitalismo y se inicia la era de hierro en el XIX.
Práctico: La matriz social de la tecnología
MUMFORD, “Técnicas autoritarias y democráticas”
Es una advertencia sobre lo que puede ocurrir, no una predicción sobre lo que ocurrirá. 
A partir de la época neolítica del Cercano Oriente (?) y hasta nuestros días, han existido una y otra vez dos tecnologías paralelas: una autoritaria y otra democrática.
De no alterar radicalmente nuestro actual curso, nuestras técnicas democráticas supervivientes serán totalmente suprimidas o suplantadas. 
	DEMOCRÁTICA
	AUTORITARIA
	Centrada en el hombre, relativamente débil pero duradera y abundante en recursos. 
	Sistema inmensamente poderoso, inherentemente inestable. 
	Método de producción a pequeña escala, se apoya en la habilidad humana y la energía animal, incluso cuando se emplean máquinas, bajo la. 
Uso discreto de los dones de la naturaleza. 
	Coerción técnica, esclavitud y trabajos forzados. Creó complejas máquinas humanas compuestas de partes especializadas, estandarizadas, sustituibles e interdependientes. 
Crea la primera economía de abundancia controlada.
Elevar al máximo la energía, velocidad, automatización sin reparos en las complejas condiciones que sustentan la vida orgánica.
Con el pretexto de ahorrar mano de obra, la meta última de esta técnica consiste en transferir los atributos de la vida a la máquina y al colectivo mecánico, permitiendo que solamente quede lo que del organismo puede ser controlado y manipulado 
	Primeras utilizaciones de herramientas 
	Nueva configuración de invención técnica, observación científica y control político centralizado, que dio lugar a la civilización 
	Dirección activa del artesano o del agricultor 
	El centro radica en el propio sistema, invisible pero omnipresente. Todos sus componentes humanos se encuentran a su vez atrapados por la misma perfección de la organización que ellos han inventado. No hay presencia visible que de órdenes 
 
Lo que hemos interpretado como la nueva libertad resulta ser una versión mucho más sofisticada de la antigua esclavitud. En el mismo momento en que las naciones occidentales derrocaron el antiguo régimen del gobierno absoluto, estaban restaurando ese mismo sistema de una forma mucho más efectiva en su tecnología. 
El peligro de la democracia no proviene de ningún descubrimiento científico ni de las invenciones electrónicas. El peligro procede de nuestras grandes transformaciones físicas, efectuadas por un sistema que deliberadamente elimina toda personalidad humana, ignora el proceso histórico, abusa del papel de la inteligencia abstracta y hace del control sobre la naturaleza física y del control sobre el propio hombre, la finalidad principal de la existencia. 
La técnica del presente difiere de los brutales y toscos sistemas autoritarios del pasado en que ha aceptado el principio básico de la democracia, según el cual cada miembro de la sociedad debería tener su porción en sus productos. 
Bajo el contrato social democrático-autoritario, cada miembro de la sociedad puede exigir cualquier ventaja material, todo estímulo intelectual y emocional que pueda desear, en cantidades hasta hoy difícilmente obtenibles incluso para una restringida minoría. Todo con la condición de que nadie puede pedir algo que el sistema no facilite y tomar todo lo que se ofrezca, en cantidades exactas que el sistema exije. 
Si uno cede su vida desde un buen principio, los técnicos autoritarios le devolverán todo lo que de ella pueda ser mecánicamente dosificado, cuantitativamente multiplicado y colectivamente manipulado y ampliado. Yo no quiero rebajar ni negar los productos que ha aportado esta tecnología, pero ya es hora de reconocer las desventajas y costos a nivel humano de nuestra aceptación incondicional del propio sistema en sí. 
Lo que deseo hacer es persuadir a aquellos a quienes preocupa el mantener las instituciones democráticas para que procuren que sus esfuerzos constructivos incluyan a la misma tecnología. 
Debemos volver al centro humano, enfrentarnos a este sistema autoritario que ha dado a una ideología y a una tecnología subdimensionadas la autoridad que pertenece a la personalidad humana. La vida no puede ser relegada. 
Propuesta: Reconstitución simultánea de nuestra ciencia y nuestra técnica de modo que podamos insertar las partes repudiadas de la personalidad humana en cada fase del proceso. 
Significa sacrificar la mera cantidad a fin de restablecer la elección cualitativa, desplazar la sede de la autoridad desde el colectivo mecánico hasta la personalidad humana y el grupo autónomo, favoreciendo la variedad y la complejidad ecológica, en vez de propugnar una uniformidad y una estandarización indebidas, reduciendo el insensato impulso tendente a extender el sistema en sí en vez de mantenerlo dentro de unos límites humanos definidos, dejando con ello al hombre en libertad para otros propósitos. 
No debemos preguntarnos lo que es bueno para la ciencia o la tecnología, sino lo que es bueno para el hombre, y no el hombre condicionado por la máquina, regulado por el sistema, sino el hombre en persona, en libre movimiento en todas y cada una de las áreas de la vida. 
Las ventajas genuinas aportadas por nuestra técnica de base científica sólo pueden conservarse si situamos todo el sistema en un punto en el que se permitan alternativas humanas, intervenciones y decisiones humanas para unas finalidades totalmente diferentes de las del propio sistema.
Si la democracia no existiera, tendríamos que inventarla para salvar y volver a cultivar el espíritu del hombre. 
 
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Semana 5InformaticaFerrer.doc SEMANA 5
Teóricos: Heidegger
y la época de la técnica
 Prácticos: Heidegger y la pregunta por la técnica 
Clase
Heidegger está interesado en analizar el modo en que habitamos el mundo y confrontamos con la naturaleza. La historia del ser sería la historia de su tekhné, la historia del modo en que abrimos el mundo y lo hacemos formulable y habitable. Las máquinas serían órganos que dan poder a la existencia.
La técnica (tekhné) es un modo de desocultamiento, no es nada tecnológico en sí mismo. 
Tras la expansión del medio ambiente artificializado, pos bomba de Hiroshima, el autor comienza a pensar el modo acelerado en que los humanos confrontan con la naturaleza. 
El modo dominante de encarar nuestra relación con el mundo sería la “provocación”, una forma de apoderamiento técnico de las cosas y de los paisajes. 
Tekhne, en tanto modo de habitar y de sentir, significa la forma en que desocultamos el mundo a fin de que este se haga presente ante nuestra percepción sensorial y consciente. 
La técnica es primordialmente un modo de vivir, una sensibilidad común. Es el modo en que el mundo surge ante nosotros y se nos impone cada vez que nos despertamos, cada vez lo que lo interpelamos. 
No es un medio para un fin, sino la mirada que tiene del mundo el hombre, porque la tekhné es un modo de aparecer de las cosas, forma en que el mundo se desoculta ante la persona, no una manera de utilizarlas
Forma de hacer comprensible el mundo a través del lenguaje. 
La esencia de la técnica no es algo que sea por sí mismo técnico. Su esencia es desocultar.
“¿Cómo podemos llegar a lo más propio de la técnica moderna? ¿Cómo podemos transformar en el pensamiento la representación corriente de la técnica moderna?
La palabra técnica deriva del griego tekhné. En la antigua lengua griega esta palabra significa lo mismo que episteme, velar por una cosa, comprenderla. Quiere decir conocer en profundidad una cosa, así como su producción. Conocerse en el acto de producir.
El rasgo fundamental del conocer consiste, según la experiencia griega, en abrir, hacer manifiesto lo que se muestra como presente. Poner en lo manifiesto, haciendo venir aquí, algo que antes no se mostraba en la presencia. 
Tekhné no es un concepto que remite al hacer, sino al saber. Significa que algo se pone en lo manifiesto, en lo accesible y en lo disponible, y en cuanto es llevado a su posición.
La técnica es co-determinante en el conocimiento”
La dinamica capitalista destruye todo aquello que antes había sigo intangible (sagrado) Y debe hacerlo, porque su dinámica le exige volver disponible a todo bien y metamorfosearlo en "recurso". La expansión del capitalismo no se debe a que haya cada vez más bienes comercializables, sino a que todo bien humano es transformado en mercancía. 
El "confort" y el "progreso" justifican el precio a pagar.
“La interpelación provocante es el rasgo fundamental de la técnica moderna. Ella impone a la naturaleza la exigencia de suministrar energía. Se trata de producirla, captarla, ponerla a disposición.
La representación corriente de la relación entre la ciencia natural y la T.M debería ser invertida. No es la ciencia natural el fundamento de la técnica, sino la T.M el rasgo esencial de la ciencia natural moderna
”. 
La tehkné provocante o emplazante impone a las cosas un modo de develamiento de índole “contable”, obligándolas a exponerse ante nosotros aptas para ser calculadas, administradas y explotadas. Comprende a la naturaleza únicamente como recurso. 
Se provoca al propio lenguaje a ser un instrumento, cosificación.
Lo que es "provocado" se transforma en un "fondo de reserva disponible", y deviene un proceso igual, constante, en el mundo.
Este tipo de tekhné ha triunfado en la época moderna. Se expone a las cosas como recursos, incluso los hombres. 
Nihilismo: Olvido del ser. La palabra ser elude aquí a nuestra cotidianeidad, sometida a diversos dispositivos de control de la subjetividad. 
Hay diferencias entre el principio de subjetividad de los griegos y el principio de subjetividad cartesiano. Ante un griego, las cosas aparecen, mientras que a un cartesiano las cosas se "le" aparecen antes la vista. 
Un griego no está enfrentado a las cosas, está en tensión con ellas, las cuales se dilatan hacia su presencia, mientras él se dilata hacia la inmediatez de la presencia de las cosas. Esto es entendido como tehkné producente de mundo. Un griego se abre a la presencia de las cosas, aunque esta abertura no es unívoca, y no necesariamente es algo constante y duradero. 
Lo que se problematiza es la forma en que el mundo se hace accesible a nuestra percepción. 
Aletheia: en griego era "poner algo al descubierto", "hacer aparecer lo oculto", "descorrer la cortina que impide el acceso inmediato a las cosas". Equivale a nuestro verbo develar.
Lethe: su compañía doble lingüístico, que se traduce “velar” o “algo que se cierra”
Aletheia-Lethe es el movimiento por el cual la nada envuelve permanentemente al ser. Algo se pone al descubierto y algo tiende a clausurarse. La tekhné poiética, técnica griega, es la tehkné producente-productiva. Los griegos co-producían la realidad junto con la naturaleza, la physis. La poiesis es además del origen de la palabra “producir”, la raíz de la palabra “poesía”. Mundo producido por el lenguaje. 
A diferencia de la técnica moderna, esta no se impone incondicionalmente sobre los entes, sino que los respeta.
El hecho de que la tekhné griega y la nuestra difieran no niega el que ambas sean tekhne, tienen la misma raíz, dos formas de develamiento del mundo, modos de manifestarse del ser. 
Verdad: equivalente a “aparecer del ente”
Ges-tell: disposición, imposición, esencia de la diferencia entre la técnica artesanal y la técnica moderna 
El mundo no es reducible a operaciones de tasación y cálculo: el modo de acceso al mundo cartesiano des-erotiza la relación entre mirada y cosas; y la técnica moderna deteriora la capacidad producente del lenguaje. 
A las cosas no accedemos tanto por pensarlas o reflexionarlas, sino por nombrarlas, sentirlas, palparlas, gustarlas, por una suerte de acceso corporal. 
La cuestión no consiste en confeccionar sino en des-ocultar la esencia de algo que se confecciona.
Lo único que no es constante en el mundo es el ser humano mismo. 
Heidegger plantea la posibilidad de un "giro linguístico" en nuestra forma de confrontar con la naturaleza, un giro de tekhné, de la forma de hacer que el mundo se devele. Hay que llevar el lenguaje de la provocante a la poiética, que las palabras giren en espiral. Hay que volver a la poiética, ahí está la salvación.
Pretende una relación serena con la tecnología a fin de poder comprender su esencia. Esta "relación abierta-libre" con el mundo supone no refugiarse en pasados ideales, nostálgicos y poco vitales, ni en el futuro, sino soportar el presente y experimentar espacios afectivos no matrizados por la técnica. Pensar en lo que nunca tuvo ocasión de existir y en lo que quizás no advenirá jamás. Solo el espacio vital del lenguaje puede lograr esto, evitar que la determinación cotidiana del ser se haga por apoderamiento técnico del mundo. 
Ente y ser – Diferencia ontológica 
Ontología = Parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales
Todos los entes son. Los entes son todas las cosas que hay en el mundo. Ej: cosas audibles, visibles, tangibles, seres imaginarios. 
Los entes pueden ser nombrados y tienen ser, son gracias al ser. Se han olvidado de lo que es el ser. Es finito, aunque se los nombre como eternos. 
El ser no se da completamente en el ente. No se agota, queda como potencia innombrable, permite que nazcan cosas que no tienen ser. 
Si el ser no puede ser nombrado, no es nada. El ser es nada 
El pasaje del ser al mundo se produce en un develamiento, la técnica devela. El modo dominante que tiene para develar es provocante. 
Acevedo: Ser es lo que condiciona decisivamente al hombre, su dimensión histórica más radical, su destino, lo que pone el hombre en un camino del desocultar. El ser se dona, se da
o destina al hombre actual en la figura de la técnica moderna. 
Tenemos acceso a las cosas pero no al ser de ellas. En Grecia no había una dominación, sino un encuentro con el ente. Se delataba (?) sensorialmente a través del lenguaje, a través de la invocación se traían las cosas a la palabra. Creían que los dioses estaban presentes en las cosas. 
El lenguaje siempre afirma la existencia de algo. Es la casa del ser, no es un medio, ni una manera de explicar, es creador del mundo. Se ha convertido en lenguaje técnico en la modernidad, se ha instrumentalizado. Las computadoras prescriben el modo de ser del lenguaje. 
Textos
ACEVEDO, Jorge “Introducción a la pregunta por la técnica”, 1983
-La esencia de la técnica es lo que ella no es. Esencia no es lo general, lo común de una clase de objetos. “El concepto tradicional de esencia nos remite a una esencia inesencial”
-Se accede a la esencia a través de las indicaciones que nos proporciona el lenguaje, el habla 
-La esencia de la técnica no es nada humano, no consiste en un mero instrumento, hecho y manejado a su antojo por el hombre, sino que es una manera de destinarse el ser al hombre, y a la vez, un modo de develar lo que hay
-Estar en la verdad técnicamente significa descubrir lo que hay de cierta manera: de manera provocante. “El desocultar imperante en la técnica moderna es un provocar que pone a la naturaleza en la exigencia de liberar energías, que en cuanto tales, puedan ser explotadas y acumuladas. Para el hombre de la época técnica la naturaleza se convierte en una única y gigantesca estación de servicio, en fuente de energía para la técnica y la industria modernas. 
-El desocultar técnico devela todo como constante y sólo como eso. La palabra C es preciso entenderla en el sentido de objetos de encargo, existencias, sotcks, reservas, fondos, subsistencias. Hoy día ya no hay más objetos, más que ente listo para el consumo. Todo (lo ente en su totalidad) toma lugar de golpe en el horizonte de la utilidad, de lo que es necesario apoderarse.
El bosque deja de ser un objeto y se convierte en “espacio verde” para el hombre desenmascarado finalmente como técnico, para el hombre que considera a lo ente a priori en el horizonte de la utilización. Ya no hay nada más que reservas, fondos. 
La determinación ontológica de lo ente como fondos de reserva no es la permanencia constante, sino la posibilidad constante de ser comandado, de estar permanentemente a disposición.
Lo ente es puesto como fundamental y exclusivamente disponible para el consumo en el cálculo global
-Uno de los momentos esenciales de este modo de ser de lo ente contemporáneo es el hecho de que cada ente deviene esencialmente reemplazable, en un juego generalizado en el que todo puede tomar el lugar de todo. 
Ser hoy en día es ser-reemplazable. La idea misma de reparación ha llegado a ser una idea anti-económica. A todo ente de consumo le es esencial que sea ya consumido y llama a su reemplazo. Tenemos ahí uno de los rasgos de la desaparición total de lo tradicional.
Transportado al tiempo, este carácter da la actualidad. La permanencia no es ya la constancia de lo transmitido, sino lo siempre-nuevo del cambio permanente. Sólo la técnica moderna hace posible la producción de todos esos stocks explotables. Ahí también la naturaleza, en tanto que naturaleza, se retira. 
El hombre mismo pasa a ser comprendido y tratado como material humano, simple mano de obra. Curiosamente en medio de todo esto, el hombre precisamente así amenazado, se pavonea como señor de la Tierra (jaja, un aplauso) 
-El mayor peligro es que el pensar que no mide, que no calcula técnicamente, es echado a un lado y hostilizado; no se le considera genuino pensar ni se le toma en serio; se le llama mera poesía o misticismo de vaguedades. El desocultar técnico, que mide y calcula, se erige como el único, exluyendo todos los demás y ni siquiera viendo que él mismo es un desocultar, y sólo un modo de él- del verificar.
-Destino técnico: La T no es algo que esté en la mano del hombre, de tal modo que este pueda manejarla a su antojo. 
Si la esencia de la técnica, además de hacer posible indudables ventajas para el hombre, conlleva o es el peligro, este peligro no puede ser alejado o conjurado por el hombre atenido sólo a sí mismo. 
La esencia de la técnica es una manifestación del ser. Por tanto, escapa al mero arbitrio humano. Sin embargo, cuando el ser se da en el hombre, este puede y debe cooperar en el advenimiento de un nuevo destino, en que supere el peligro. 
Lo que ahora es está acuñado por el señorío de la esencia de la técnica moderna, señorío que se presenta ya en todos los dominios de la vida a través de rasgos denominables de múltiples maneras, tales como funcionalización, perfección, automatización, burocratización, información. 
El develar técnico no necesita de la adhesión consciente de uno o varios hombres; opera en estratos más radicales que los del a voluntad personal y la autoconsciencia. 
-Salvación: También el provocar en el establecer lo real como lo constante, sigue siendo todavía un destino, que lleva al hombre a un camino del desocultar. 
La esencia de la técnica es ambigua en un sentido elevado. Por una parte constituye el peligro, pero en ella aparece lo salvador. 
El hombre no es el animal de trabajo, sino el que custodia la esencia de la verdad, del desocultamiento. Esta dimensión de lo humano es lo ocultado por la esencia de la técnica al erigirse como único modo de develamiento, no viéndose siquiera como tal, un develar. Así, constituye el peligro. De este modo, dentro del peligro emerge una manifestación de lo salvador. 
-Sin embargo, Heidegger en su tesis no postula la vuelta hacia una etapa pretécnica. El peligro no es la técnica, sino el misterio de su esencia. De ahí que el chabón postule la serenidad ante las cosas y la apertura al misterio, como temples de ánimo o actitudes acorde con la técnica. 
Serenidad ante las cosas: Podemos dar el sí a la ineludible utilización de los objetos técnicos y podemos a la vez decir no en cuanto les prohibimos que exclusivamente nos planteen exigencias, nos deformen, nos confundan y nos devasten. 
Nuestra relación con la T no sería escindida e insegura, sino sencilla y tranquila. Permitimos que los objetos técnicos penetren en nuestro mundo cotidiano, y al mismo tiempo los dejamos afuera, los hacemos consistir en cosas que no son nada absoluto, sino que se hallan dependiente de algo superior. 
Este talante y actitud ante las cosas puede conducirnos hacia la apertura al misterio. 
La serenidad nos permite ver que el sentido del mundo técnico se oculta.
HEIDEGGER, Martin “Lenguaje de tradición y lenguaje técnico”, 1996
Representaciones corrientes de la técnica moderna:
1-Medio imaginado y producido por el hombre, instrumento de realización de los objetivos industriales
2-Aplicación práctica de la ciencia natural moderna
3-Región particular de la civilización moderna 
4-Desarrollo creciente, constante y gradual de las antiguas técnicas artesanales 
5-Reclama ser puesta bajo control humano, que el hombre disponga de ella como su propio producto.
Todas estas definiciones y otras son insuficientes.
La representación fin-medio (relación Weber) no alcanza en general lo más propio de la técnica. Su carácter consiste en el hecho de que en ella se expresa la exigencia de provocar a la naturaleza para que brinde y asegure la energía natural. Esta exigencia es más poderosa que cualquier determinación humana de los fines. 
Esta exigencia se halla más allá del hombre, sus proyectos y sus actividades. Lo más propio de la T.M no es una hechura meramente humana. El hombre actual está él mismo provocado por la exigencia de provocar a la naturaleza para la movilización. El hombre mismo es interpelado, es inmediatamente compelido a corresponder a esta exigencia. 
Lenguaje
El hombre sería el ser que es capaz de lenguaje. Tan sólo el lenguaje permite al hombre ser este ser viviente que es en cuanto hombre. El hombre es en cuanto hablante. 
No es un mero
medio de intercambio, ni un medio de entendimiento. Es precisamente esta representación corriente del lenguaje la que, a través de la dominación de la T.M, experimenta no sólo una reanimación sino un fortalecimiento y un crecimiento unilateral hacia su extremo. 
El lenguaje es información, pero aún así esto queda en la superficie. Debemos preguntarnos en qué medida lo que es propio de la técnica llega a imponerse también y particularmente en la acuñación del lenguaje como mera información, de modo tal que provoca, interpela al hombre a poner a disposición y asegurar la energía natural. 
Nuevamente buscando la etimología de las palabras, explica que decir significa mostrar, dejar ver y dejar oír algo, llevar algo a la apariencia. Lo no dicho es lo aún no mostrado, lo que todavía no ha alcanzado el aparecer. Mediante el decir llega a la apariencia el ente presente, qué y cómo él es presente también, llega a la apariencia en el decir la ausencia como tal. 
Lo importante es que son las posibilidades técnicas de las máquinas las que prescriben cómo el lenguaje puede y debe ser aún un lenguaje. El modo y el carácter del lenguaje se determinan según las posibilidades técnicas de la producción formal de señales que realiza una secuencia continua de decisiones sí-no con la mayor rapidez posible. 
Con la dominación incondicionada de la técnica moderna se acrecienta el poder del lenguaje técnico con arreglo a la información más amplia posible. Dado que ésta se desenvuelve en sistemas de mensajes y emisión de señales formalizadas, el lenguaje técnico es la agresión más penetrante y amenazadora contra el carácter propio del lenguaje: el decir en cuanto mostrar y dejar aparecer lo presente y lo ausente, la realidad en el sentido más amplio. 
La agresión del lenguaje técnico contra el carácter propio del lenguaje es a la vez una amenaza contra la esencia más propia del hombre. 
Lenguaje de tradición: lenguaje “natural”, lenguaje corriente no tecnificado. Tradición no es mera transmisión, es la preservación de lo inicial, la custodia de nuevas posibilidades del lenguaje ya hablado. La tradición del lenguaje es ejecutada por el lenguaje mismo, y de tal modo que plantea al hombre la exigencia de decir nuevamente el mundo a partir del lenguaje conservado, y así, llevar a la apariencia lo aún-no-visto. Pero esta es la tarea del poeta. 
El título hace referencia no sólo a la oposición sino a la advertencia de un peligro, amenaza al hombre en lo más profundo de su esencia, su relación con la totalidad de lo sido, de lo porvenir, de lo que actualmente es.
SOLER, “Prólogo” en Martin Heidegger, 1983 
Hay que invertir lo pensado hasta ahora, no seguir adelante en el alejamiento de la fuente originaria. El Ser no es propiedad de lo ente, por el contrario los entes son lo que son en el Ser, merced y gracias al Ser, que se da, destina, regala en los entes. 
Hay que abrir otra manera de verlo y oírlo que la sida hasta ahora; hay que liberar al pensar del círculo del mundo de los filósofos y hacerlo retornar a su Elemento: el ser. 
El pensar abandonó su casa y se convirtió en teoría de los entes; el Ser fue abandonado y olvidado. De la experiencia del olvido del Ser es que surge el pensamiento de Heidegger. 
Explica luego Aletheia, que se junto con Physis, Logos y Lethe. 
Physis: brotar en ser, surgir, advenir, lo fuerte y potente, que mantiene y retiene y da ser.
Logos: Palabra griega
Tenemos que recuperar nuestro mirar y conducirlo a la capacidad de admiración de los “fenómenos físicos”, las explicaciones de las ciencias nos han arrancado de nuestro lugar en la “naturaleza natural” y nos han descompuesto en una “naturaleza técnicamente domesticada”. 
La propuesta de H es la “vuelta al pensar del alba griega”. Los griegos vivieron en el Logos de la Aletheia: en la poiesis, de lo desvelado, en el traer a arte manifestador lo ya abierto en luz.
Toda cosa, cualquiera que sea, es ella misma, no otra. Ser rosa, por ejemplo, no es serlo de una vez y para siempre, sino estar siendo rosa; ser es un verbo transitivo y activo. Al mismo tiempo, cada cosa tiene pegada a la espalda de su ser la dimensión propia de su no-ser.
El Ser es Nada. Lo que venimos llamando “ser de las cosas” no es una cosa o algo más que cabría enumerar entre las cosas que hay y con lo que se podría tropezar. Todo lo que hay en torno mío en este momento, además de lo propio de cada una, tiene una dimensión “común”, un rasgo o rayo. Su brillar con luz propia en el ámbito de lo luminoso-abierto, al que llamamos Ser. Pero, si trasponemos con la “mirada” el ámbito de las cosas, hacia el Ser, más allá de este no hay nada. 
Ser de los entes, entes en el ser. El ser no es un ente. 
El Ser es:
1- Serea a los entes, es en los entes y los determina, permite ser a los entes el ente que son. Se accede a él desde los entes, pero no cabe pensarlo como un ente más. 
2-No es un ente con el que cabría encontrarse. Es más amplio que todo ente 
3-Visto desde los entes, el Ser no es un ente más. El Ser no es un invento del hombre
4-No es lícito tomar a los entes como medida, ya que lo que ellos son, lo son merced y gracias al Ser. Sin el ámbito luminoso en cuya luz pueden mostrarse como lo que son no se podría decir nada de ellos, ni siquiera qué son; pero ese “ámbito luminoso” es el Ser, en cuya comprensión se mueve siempre el hombre y sin la cual, no sería hombre. 
Aletheia-Lethe: El modo como cada cosa es la cosa que es, es estar-siendo cosa; pero esto implica estar en algún nivel de su desarrollo y este despliegue de la cosa tiene sentido y está determinado por el no-ser de la cosa. Aunque sea al modo concreto que cada cosa realiza, ser tal ente determinado es estar en lucha con el no-ser que atraviesa el propio ser. 
El ser concreto y real de algo no es un estático yacer de una vez por todas, sino tránsito, ser-en-movimiento, aparición fugaz hacia la desaparición. 
En el ser de las criaturas de este mundo hay lados negativos y de nada, que también las constituyen. 
Ser: Nada: Mismo: No podemos pensar a ninguno de ellos por separado, hay que pensarlos en trama, los tres en Uno. El “es” al Ser, a la Nada y al Mismo; se piensa en cómo el Ser “Es”, cómo la Nada “Es” y cómo ambos “son” Mismos.
Hay que olvidar todo lo aprendido. No hay que razonar ni argumentar, sino abrir bien los ojos y los oídos. Tenemos que olvidar todos los supuestos saberes metafísicos sobre el hombre, que siempre parten de una consideración que lo radica en lo animal, a lo que se añade alma, espíritu, razón. Hay que dejar de lado las antropologías, sociologías y psicologías si queremos sumirnos y asumir la esencia del hombre en su dignidad. 
Para descubrir la esencia o ser del hombre lo que no se puede hacer es considerarlo aislado y aparte, por sí y en sí mismo.
El hombre es ser-ahí, ser-en-el-mundo o el ex - sistente. El único privilegiado ente que existe, que es él mismo en el sentido del Ser. 
El hombre es la instancia ex – sistente en la verdad y lucimiento del Ser, verdad y lucimiento que son el Ser mismo. El hombre es la criatura que saca o da a luz la que recibe del ser; está ex – puesto a ser. 
Ninguno de los humanismos sidos hasta ahora ha visto al hombre en la grandeza, dignidad y responsabilidad de su ser.
El Ser se da, dona y destina; en el Ahí-Da-del ser habita el hombre, en cuanto el re-clamado e inter-pelado por el ser. El pensar del hombre no manda en el Ser, sino que perteneciendo al Ser, puede oír la voz del Ser, oír que es un responder. 
El lenguaje es la casa del Ser. Todos los caminos del pensar conducen a través del lenguaje. 
El Ser habla a través de toda lengua, no es el hombre quien habla, sino sobre toda la lengua “materna” en la que habita. 
Impulsado por la interpelación de lo más cercano, ingresa en la “casa del Ser” y Ahí “oye” al Ser que, albergado en el lenguaje: Dice, indica, da indicios. 
Este pensar que ha ingresado en su Elemento y oye es el último paso del pensar que está en camino hacia lo Mismo. Se trata del pensar tautológico. 
Aunados en lo Mismo, donde
pueden diferenciarse, ambos al servicio del lenguaje: el pensador dice el Ser, el poeta nombra lo Sagrado. 
Heidegger oh Dios es el pensador que en lo arcaico ha abierto el Mundo venidero, un nuevo habitar del hombre sobre esta Tierra. En armonía con ese mundo, los hombres de hoy tenemos que ir aportando con nuestro pensar de aprendices un nuevo atenimiento a las cosas y una abierta libertad con nuestros prójimos. Con las cosas, dejándolas ser lo que ellas mismas son; permitirlas brillar en su belleza, abrirnos a su ser acogedoramente y salvarlas en la Palabra. Con los prójimos, no substituirles en su libertad, sino encaminarlos en diálogo hacia la elección de su propio ser. 
La decadencia espiritual de la Tierra ha ido tan lejos que los pueblos están amenazados de perder la última fuerza del espíritu, la que todavía permitiría ver y apreciar la decadencia como tal. 
Y lo más peligroso es que el hombre se instale definitivamente en el modo de pensamiento científico-técnico, cerrándose así a la posible experiencia del lugar del hombre sobre la Tierra. 
Es propio del pensar representativo, que pone a la Naturaleza como almacén de reservas de materias primas, necesarias para la producción continua e ilimitada, ponerse a sí mismo como el único pensar; con ello se ciega y cierra a su proveniencia esencial, el pensar griego mañanero y también todo otro pensamiento posible, más allá del mundo técnico. 
Ciencia y Técnica no son sólo ni principalmente asuntos dependientes el hombre; ambas son un Destino del Ser. 
Con el crecimiento del peligro técnico crece también lo salvador. A lo que mantiene reunidas a las diversas posiciones técnicas, das Gestell – lo dispuesto – Pero el destino técnico tiene una doble faz, donde aparece también el destino venidero, lo salvador: das Ereignis 
Para Heidegger más inquietante que la conquista del espacio, es la posibilidad ya en marcha de que el hombre, con biofísica, se produzca a él a sí mismo, como un objeto técnico más: con ello se haría saltar en pedazos la intimidad del hombre. 
Finalmente, el lenguaje se ha empobrecido y puesta al servicio de la informática y cibernética, con los cuales se decapita a la lengua y se la pone al servicio de la máquina; es decir, se convierte a la lengua Casa del Ser en mero instrumento de información al servicio de una economía, dirigida por una política, que con la ciencia como instrumento de los instrumentos, puesta a su servicio, impone a todo lo que alienta sobre la Tierra su “Voluntad de Poder” total. 
Semana 9InformaticaFerrer.docUnidad 9: Operaciones políticas sobre el cuerpo
FOUCAULT, Michel Conferencias cuarta y quinta “La verdad y las formas jurídicas”
La sociedad contemporánea de finales del XVIII y comienzos del XIX puede ser denominada sociedad disciplinaria, en oposición a las sociedades estrictamente penales. 
La formación de esta sociedad puede ser caracterizada por la aparición de dos hechos contradictorios: la reforma y reorganización del sistema judicial y penal en los diferentes países de Europa y el mundo. 
¿Qué condujo a esta transformación? La nueva distribución espacial y social de la riqueza industrial y agrícola hizo necesarios nuevos controles sociales a finales del XVIII. Los nuevos sistemas de control establecidos por el poder, la clase industrial y propietaria, se tomaron de los controles de origen popular, como el lettre-de-cachet y se organizaron en una versión autoritaria y estatal. A esta idea se le agrega algo en la Quinta Conferencia, ojota. 
Lettre-de-cachet: Bajo el aspecto terrible de la arbitrariedad real, de las consideraciones morales de las clases altas aplicadas sobre las más pobres, se presenta investida de una especie de contrapoder, que bien de abajo y que permite a grupos, comunidades, familias o individuos ejercer un poder sobre alguien. Forma de reglamentar la moralidad cotidiana de la vida social, manera que tenían los grupos de asegurar su propio mecanismo policial y su propio poder. 
Se utilizaba para conductas de inmoralidad, libertinaje, adulterio, sodomía, alcoholismo, conductas religiosas peligrosas y disidentes (hechiceros), conflictos laborales. 
Se colocaba al individuo en prisión y debía permanecer en ella por un tiempo, que no se fijaba previamente. Sólo se dictaba una nueva orden cuando la persona que había pedido la carta afirmaba que el individuo ya se había corregido. 
Autores que reflejan el cambio en la teoría penal son Beccaria, Bentham y Brisson. 
Teoría legalista: subordina el hecho y la posibilidad de castigar a la existencia de una ley explícita, a la comprobación manifiesta de que se ha cometido una infracción a esta ley y a un castigo que tendría por función reparar o prevenir el daño causado a la sociedad por la infracción. 
El crimen no es algo ahora emparentado con el pecado y la falta, sino como algo que damnifica a la sociedad, es un daño social, perturbación, incomodidad para el conjunto.
Hay también una nueva definición del criminal, persona que perturba la sociedad, enemigo social. Es considerado un enemigo interno. Se trata de un individuo que rompe el pacto que teóricamente había establecido con la sociedad. 
A partir de ahora la ley penal sólo debe permitir la reparación de la perturbación causada a la sociedad. Debe reparar el mal o impedir que se cometan males semejantes contra el cuerpo social. 
Si bien había proyectos de penalidad concretos (expulsión-deportación, exclusión-vergüenza, escándalo público, trabajo forzado, pena del Talión-ojo por ojo), es la prisión la que se impone, casi sin justificación teórica.
La prisión no era antes una pena propia del sistema penal. Los juristas de la época afirmaban que cuando la ley sanciona a alguien, el castigo será la condena a muerte, a ser quemado, descuartizado, marcado, desterrado, al pago de una multa; la prisión nunca es un castigo. 
Por otro lado la legislación penal se irá desviando de su utilidad social. No intentará señalar aquello que es socialmente útil sino que tratará de ajustarse al individuo. La penalidad del XIX se propone cada vez menos definir de modo abstracto y general qué es nocivo para la sociedad, alejar a los individuos dañinos o impedir que reincidan en sus delitos. Tiene en vista menos la defensa general de la sociedad, que el control y la reforma psicológica y moral de las actitudes y el comportamiento de los individuos.
Esta forma de penalidad es totalmente diferente a la prevista en el XVIII, puesto que su gran principio era que no habría castigo sin una ley explícita y sin un comportamiento también explícito que violara esa ley. Toda la penalidad del XIX pasa a ser un CONTROL, no tanto sobre si lo que hacen los individuos está de acuerdo o no con la ley, sino más bien al nivel de lo que pueden hacer, son capaces de hacer, están dispuestos a hacer o están a punto de hacer.
La gran noción de la criminología y la penalidad fue el escandaloso concepto de PELIGROSIDAD, la cual indica que el individuo debe ser considerado por la sociedad al nivel de sus VIRTUALIDADES y no de sus actos. No es ya reacción penal a lo que hacen, sino control de su comportamiento en el mismo momento en que se esboza. Ortopedia social, edad del control social.
No se ordena en términos de presencia o ausencia, existencia o no-existencia. Se organiza alrededor de la NORMA, establece qué es normal y qué no, qué cosa es incorrecta y correcta.
Penalidad que no tiene por función responder a una infracción, sino corregir el comportamiento de los individuos, sus actitudes, disposiciones, el peligro que significa su CONDUCTA VIRTUAL.
 
El control de los individuos no puede ser ya ser efectuado por la justicia sino por una serie de poderes laterales: policía, red de instituciones de vigilancia y corrección, esto es instituciones psicológicas, psiquiátricas, criminológicas, médicas y pedagógicas, escuela, asilo.
Eg: Panoptismo. No se trata de reconstituir un acontecimiento, sino de vigilar sin interrupción y totalmente.
“Quinta conferencia”
Panoptismo
-Opuesto a la teoría legalista,
la cual excluye a los individuos del círculo social 
-Forma que se ejerce sobre los individuos a la manera de vigilancia individual y continua, como control de castigo y recompensa y como corrección, método de formación y transformación de los individuos en función de ciertas normas. 
-Los aspectos de vigilancia, control y corrección del P constituyen una dimensión fundamental y característica de las relaciones de poder que existen en nuestra sociedad.
-La vigilancia de los individuos no se ejerce al nivel de lo que se hace sino de lo que se es o de lo que se puede ser.
-Panoptismo a nivel individual
-En las instituciones que se forman en el siglo XIX la condición de miembro de un grupo no hace a su titular pasible de vigilancia. El hecho de ser un individuo indica que la persona en cuestión está situada en una institución, la cual, a su vez, había de constituir el grupo que será vigilado. 
No son formas de vigilancia del grupo al que se pertenece, son la estructura de vigilancia que al convocar a los individuos, los constituirá secundariamente como grupo. 
Las instituciones fábrica, escuela, hospital psiquiátrico, prisión, no tienen por finalidad excluir sino FIJAR a los individuos a un aparato de normalización de los hombres. Ligan al individuo al proceso de producción, formación o corrección de los productores que habrá de garantizar la producción y a sus ejecutores en función de una determinada norma. 
-Reclusión del XVIII dirigida esencialmente a excluir a los marginales o reforzar la marginalidad, opuesta al secuestro del XIX, cuya finalidad es la inclusión y la normalización. 
-Lo nuevo es el hecho de que el Estado y aquello que no es estatal se confunde, se entrecruza dentro de estas instituciones. Más que I estatales o no E habría que hablar de red institucional de secuestro que es infraestatal.
Las instituciones tienen la curiosa propiedad de contemplar el control, la responsabilidad, sobre la totalidad o casi totalidad del tiempo de los individuos. Se encargan de toda la dimensión temporal de la vida de los individuos. 
-La sociedad moderna del XIX es indiferente, no se interesa en absoluto, por el control espacial de los individuos en el sentido de asignarles la pertenencia de una tierra, a un lugar, sino en tanto tiene necesidad de que los hombres coloquen su tiempo a disposición de ella. Es preciso que el tiempo de los hombres se ajuste al aparato de producción, que éste pueda utilizar el tiempo de vida, tiempo de existencia de los hombres. Este es el sentido y la función del control que se ejerce. 
La primera función de estas INSTITUCIONES DE SECUESTRO es la explotación de la totalidad del tiempo, para que este se transformara en tiempo de trabajo. 
La segunda no es controlar el tiempo de los individuos, sino SUS CUERPOS, para que estos se conviertan en fuerza de trabajo. 
-En el XIX el cuerpo adquiere una significación totalmente diferente y deja de ser aquello que debe ser atormentado, para convertirse en algo que ha de ser formado, reformado, corregido, en un cuerpo que debe adquirir aptitudes, recibir ciertas cualidades, calificarse como cuerpo capaz de trabajar.
-3.La forma de poder que se ejerce en estas instituciones es polimorfa, polivalente. El poder político y económico es también judicial. En estas instituciones no sólo se da órdenes, se toman decisiones y se garantizar funciones como la producción o el aprendizaje, también se tiene el derecho de castigar y recompensar, o de hacer comparecer ante instancias de enjuiciamiento.
4.la cuarta característica del poder es la de poder extraer un saber de y sobre estos individuos ya sometidos a la observación y controlados por estos diferentes poderes. Se forma un saber extraído de los individuos mismos a partir de su propio comportamiento. 
Los individuos sobre los que se ejerce el poder pueden ser el lugar de donde se extrae el saber que ellos mismos forman y que será retranscrito y acumulado según nuevas formas; o bien pueden ser objetos de un saber que permitirá a su vez nuevas formas de control.
-En mi opinión la prisión se impuso porque era la forma concentrada, ejemplar, simbólica, de todas estas instituciones de secuestro creadas en el XIX. La prisión es la imagen de la sociedad, su imagen invertida, imagen transformada en amenaza. 
La prisión se absuelve de ser tal porque se asemeja al resto, es una expresión de un consenso social, y al mismo tiempo se absuelve de las demás de ser prisiones porque se presenta como válida únicamente para quienes cometieron una falta. Esta ambigüedad en la posición explica su increíble éxito.
El trabajo no es en absoluto la esencia concreta del hombre. Para que esta pueda presentarse como trabajo se necesita la operación por un poder político microscópico, capilar, capaz de fijar a los hombres al aparato de P, haciendo de ellos agentes productivos, trabajadores. 
Semana 10InformaticaFerrer.docUNIDAD 10: La biopolítica 
FOUCAULT, Michel “Derecho de muerte y poder sobre la vida” 1977
El derecho de vida y muerte es un derecho disimétrico. El soberano no ejerce su derecho sobre la vida sino poniendo en acción su derecho de matar o reteniéndolo; no indica su poder sobre la vida sino en virtud de la muerte que puede exigir. 
El derecho que se formula como “de vida y muerte” es en realidad el derecho de hacer morir o de dejar vivir. 
El derecho de muerte tendió a desplazarse o apoyarse en las exigencias de un poder que administra la vida. 
El poder de muerte parece ahora como el complemento de un poder que se ejerce positivamente sobre la vida, que procura administrarla, aumentarla, multiplicarla, ejercer sobre ella controles precisos y regulaciones generales. 
El viejo derecho de hacer morir o dejar vivir fue reemplazado por el poder de hacer vivir o de rechazar hacia la muerte 
Ahora es en la vida y a lo largo de su desarrollo donde el poder establece su fuerza. La función más alta no es ya matar, sino invadir la vida enteramente; la muerte es su límite, el momento que no puede apresar; se torna el punto más secreto de la existencia, el más “privado”.
-El poder sobre la vida se desarrolló desde el XVII en dos formas principales, no antitéticas: cuerpo como máquina y cuerpo-especie. Las disciplinas del cuerpo y las regulaciones de la población constituyen los dos polos alrededor de los cuales se desarrolló la organización del poder sobre la vida. 
Cuerpo como máquina - Anatomopolítica del cuerpo humano: su educación, el aumento de sus aptitudes, el arrancamiento de sus fuerzas, el crecimiento paralelo de su utilidad y su docilidad, su integración en sistemas de control eficaces y económicos, todo ello quedó asegurado por procedimientos de poder característicos de las disciplinas. 
Toma del poder sobre el cuerpo por medio de la disciplina y la puesta en acción de las instituciones como la escuela, fábrica, cárcel. 
Cuerpo-especie: cuerpo transido por la mecánica de lo viviente y que sirve de soporte a los procesos biológicos. 
Toma del poder sobre la población, en su dimensión biológica, por medio de una política de regulación asegurada por el Estado. 
La proliferación, los nacimientos y la mortalidad, el nivel de salud, la duración de la vida y la longevidad. Todos esos problemas los toma a su cargo una serie de intervenciones y controles reguladores: una bio-política de la población.
El biopoder fue un elemento indispensable en el desarrollo del capitalismo. Este no pudo afirmarse sino al precio de la inserción controlada de los cuerpos en el aparato de producción y mediante un ajuste de los fenómenos de población a los procesos económicos.
Lo que hace entrar a la vida y sus mecanismos en el dominio de los cálculos explícitos y convierte al poder-saber en un agente de transformación de la vida humana.
Otra consecuencia del desarrollo del bio-poder es la creciente importancia adquirida por el juego de la norma a expensas del sistema jurídico de la ley (desarrollado Unidad 9).
En Sibilia: Uno de los fenómenos más significativos de las sociedades industriales fue la adquisición
de poder sobre el hombre en tanto ser vivo: una suerte de “estatización de lo biológico”. Esta especie de secuestro de la vida fue implementada de manera sistemática y racional a través de las biopolíticas.
Las biopolíticas son la manera como se intentó, desde el XVIII, de racionalizar los problemas propuestos a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de un conjunto de seres vivos constituidos en población. 
Todos los estados de la era industrial implementaron sus biopolíticas de planificación, regulación y prevención, con el objetivo de intervenir en las condiciones de vida para imponerles normas y adaptarlas a un determinado proyecto nacional.
Los cambios fueron implementados de forma gradual. Hubo cierta resistencia al cambio, claro.
El objetivo era organizar la vida, cultivarla, protegerla, garantizarla, multiplicarla, regularla: controlar y compensar sus contingencias, delimitando sus posibilidades biológicas al encuadrarlas en un formato preestablecido y definido como normal. De esa manera empezaron a administrarse de manera racional y efectiva todos los procesos inherentes a las poblaciones vivas: natalidad, mortalidad, morbilidad, procreación, lactancia, epidemias, endemias, envejecimiento, incapacidades físicas y efectos del medio ambiente. 
El objetivo era dominar el inefable azar que afecta a toda población de seres vivos. La meta era controlar los diversos factores de sustracción de fuerzas y disminución del tiempo de trabajo de los ciudadanos, además de reducir los costos de los eventuales tratamientos médicos.
Es una transición desde la soberanía sobre la muerte hacia la meticulosa reglamentación de la vida. 
El biopoder es un tipo de poder que apunta directamente a la vida y es fundamental para el desarrollo del capitalismo, ya que su objetivo consiste en producir fuerzas, hacerlas crecer, ordenarlas y canalizarlas, en vez de obstruirlas o destruirlas. 
Esa administración de las fuerzas encontró apoyo en los conocimientos científicos que proyectaron su accionar sobre la materia biológica de los seres humanos.
La meta es potenciar las fuerzas vitales pero evitando que se tornen difíciles de sujetar y convertirlas en recursos útiles para los intereses del capitalismo industrial. 
La función del biopoder no consiste en excluir al criminal o marginar al sujeto que cometió algún delito, sino en incluir, fijar a todos los individuos, amarrarlos al aparato de producción capitalista. Mecanismo que controla lo que es para que ciertos actos nunca lleguen a ser consumados. 
La muerte comenzó a dejar de hostigar directamente a la vida. Pero al mismo tiempo, el desarrollo de los conocimientos relativos a la vida en general, el mejoramiento de las técnicas agrícolas, las observaciones y las medidas dirigidas a la vida y supervivencia de los hombres contribuían a ese aflojamiento. Los procedimientos de saber y poder toman en cuenta los procesos de la vida y emprenden la tarea de controlarlos y modificarlos. Por primera vez lo biológico se refleja en lo político; el hecho de vivir pasa en parte al campo de control del saber y de intervención del poder. 
 
-Sexo: No hay que creer que diciendo sí al sexo se diga que no al poder. 
Sobre esto puede comprenderse la importancia que adquirió dentro del juego político. En la unión del “cuerpo” y la “población”, el sexo se convirtió en blanco central para un poder organizado alrededor de la administración de la vida y no de la amenaza de muerte.
Los mecanismos de poder se dirigen al cuerpo, a la vida, a lo que la hace proliferar, lo que refuerza la especie, su vigor, su capacidad de dominar o su aptitud de ser utilizada. 
El sexo es el elemento más especulativo, más ideal y también más interior en un dispositivo de sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, su maternidad, fuerzas, energías, sensaciones y sus placeres. No hay que imaginar una instancia autónoma del sexo que produjese secundariamente los múltiples efectos de la sexualidad a lo largo de su superficie de contacto con el poder.
El dispositivo de sexualidad permite a las técnicas de poder la invasión de la vida. 
Historia de los cuerpos y de la manera en que se invadió lo que tienen de más material y viviente. 
El sexo es acceso a la vida del cuerpo y a la vida de la especie. 
Está en el cruce de los ejes de las disciplinas del cuerpo y de la regulación de las poblaciones. Da lugar a todo un micropoder sobre el cuerpo y a medidas masivas, estimaciones estadísticas.
Cuatro grandes líneas de ataque, cada una fue una manera de componer las técnicas disciplinarias con los procedimientos reguladores: sexualización del niño, sexualidad precoz, histerización de la mujer, control de los nacimientos y psiquiatrización. 
La sexualidad está del lado de la norma, del saber, de la vida, del sentido, de las disciplinas y las regulaciones. 
Nosotros creemos entonces que hacemos uso del sexo en nuestra independencia y nos creemos soberanos de él pero en realidad estamos trabajados por los mecanismos de poder de la sexualidad. 
La ironía del dispositivo es que nos hace creer que en ello reside nuestra “liberación”
SIBILIA, Paula “Biopoder” 2005
El esquema que combinaba hábilmente biopolíticas y disciplinas con los dolores y delicias del capitalismo industrial reinó sin muchas fisuras hasta mediados del XX. En la actualidad varios factores constitutivos de ese régimen han cambiado. Se trata de un proceso que aún está en pleno desarrollo. 
Deleuze en Sibilia: Las redes de poder fueron adensando su trama en los últimos tiempos, delatando una intensificación y sofisticación de los dispositivos desarrollados en las sociedades industriales. Ahora, pulverizadas en redes flexibles y fluctuantes, las relaciones de poder están irrigadas por las innovaciones tecno-científicas y tienden a envolver todo el cuerpo social sin dejar prácticamente nada fuera de control. 
La empresa “es un alma, un gas”, lo cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo. 
En el nuevo capitalismo de superproducción y marketing saberes y poderes se entrelazan íntimamente con toda una serie de prácticas, discursos y placeres que refuerzan tanto su eficacia como su legitimidad socio-política. 
	ANTES
	AHORA
	Viejos mecanismos de poder: dominio centralizador de los Estados nacionales e instituciones de encierro 
	Nueva gama de tendencias asociadas al nuevo régimen. Descentralización, privatización, virtualización, globalización. Se esparce el modelo de la empresa, papel fundamental en la construcción biopolítica de los cuerpos y modos de ser. Desplega su accionar sobre toda la superficie del planeta y todas las instituciones.
Realizan funciones que antes pertenecían exclusivamente al área pública 
	Biopoder en instituciones y áreas específicas 
	Los tentáculos se amplían y las traspasan, se extienden por todos los espacios, durante toda la vida.
Relajamiento de los lazos con las instituciones públicas y gubernamentales que constituían los principales vehículos de las estrategias biopolíticas en la sociedad industrial. 
	
	Institución omnipresente: el mercado. Soporte que canaliza el control disperso y total. 
	Biopolíticas apuntan a los ciudadanos de Estado. 
	Interés del nuevo capitalismo en producir sujetos consumidores. Ya no están distribuidos en poblaciones nacionales o censos demográficos, sino segmentados en términos mercadotécnicos. 
Sujetos consumidores virtualmente enfermos. Surge la figura del portador asintomático 
	Demanda de mano de obra obrera
	El trabajo se ha vuelto cada vez menos mecánico y más informatizado, dependiente de las tecnologías digitales de base inmaterial. 
	Cuerpos adiestrados de la era industrial 
	Almas capacitadas con cualidades volátiles como creatividad, inteligencia, flexibles habilidades comunicativas 
	
	Instituciones capaces de modificar las esencias orgánicas, alterando los códigos de la vida y reprogramando los destinos biológicos individuales o de la especie. Posibilidad técnica y política de generar algo vivo. 
TECNOCIENCIA:hoy se intensifica
la voluntad de aumentar, prolongar, multiplicar la vida, desviar, corregir o alterar sus deficiencias. Depende fuertemente del mercado. 
Los nuevos saberes privatizados y descentralizados venden la promesa de dominar lo imprevisible. 
Promiscuidad entre el mercado y los laboratorios 
	
	Derechos de propiedad intelectual: La vida pasó a considerarse como un producto o una mercadería, una inversión humana que se puede negociar. Las diversas formas de vida pueden patentarse, comprarse y venderse en el mercado global. Los seres humanos y sus diversos componentes orgánicos están incluidos en el proceso de privatización total de la vida sobre la Tierra. Maniobra jurídica. 
La alteración de un ser vivo efectuada en laboratorio se considera un invento 
	Vieja vigilancia disciplinaria. El biopoder interviene directamente sobre el organismo 
	Ampliación de la biopolítica: los análisis genéticos presintomáticos se usan para evaluar a la gente, como una previsión fiable de las potencialidades y riesgos que una persona podría presentar en el futuro.
Prevención basada en propensiones, tendencias, riesgos y probabilidades.
Tipo de autovigilancia privada: obligación de cada individuo de conocer sus tendencias y administrar sus riesgos 
La producción biopolítica es siempre “imperfecta”, porque las redes de poder están plagadas de resistencia, insurrecciones y líneas de fuga. El formateo de cuerpos y subjetividades es un proceso constante, una batalla sin fin entre fuerzas divergentes. 
El biopoder necesita beber constantemente en la fuente de los nuevos saberes y desarrollos tecnológicos. 
El capitalismo del siglo XXI exhibe una capacidad inaudita de devorar las fuerzas vitales y reciclar las resistencias a toda velocidad, convirtiéndolas en eslóganes publicitarios para venderlas a buen precio en el mercado. 
El imperativo de la salud: la enfermedad como error en el código y prevención de riesgos 
Con el firme impacto que une la tecnociencia con el mercado, se configuran y fortalecen nuevas ramas del saber médico. 
	La sangre aparece como el objeto predilecto de los dispositivos de poder en las sociedades de soberanía 
	En la era moderna el sexo destronó a la sangre y asumió el papel principal en la simbología y los rituales biopolíticos.
A través de él se busca la identidad, la esencia de las almas y los cuerpos 
	Emerge una mística ligada a los genes, que parece capaz de convertir a esos componentes moleculares de los organismos humanos en los nuevos protagonistas del biopoder.
Ahora toda la verdad está inscripta y puede ser descifrada en el código genético 
El pasaje del sexo a los genes se expresa en el debilitamiento del psicoanálisis clásico, a favor de tratamiento ultra rápidos y súper eficaces, basados en la nueva generación de psicofármacos. 
Se busca eliminar químicamente los problemas y esto suele tener efectos inmediatos en la eliminación de los síntomas. Disminuye así la relevancia de la esfera interior. 
-Terapia genética de línea germinal: intervención en el embrión, permite eliminar la propensión en las generaciones presentes y futuras. Se diferencia de todos los dispositivos médicos del pasado. 
Las anormalidades encontradas en el material genético se consideran defectos o errores en la programación, como si fuera un problema informático que puede corregirse con la ayuda de herramientas digitales. 
-Lenguaje: los antiguos pares de oposiciones dicotómicas (patología-normalidad salud-enfermedad) que conformaron la perspectiva dialéctica se están descomponiendo. Ya no existe una línea divisoria que separe nítidamente ambos términos de esos pares. 
Donde impera la lógica digital, las variaciones posibles exceden a los dos integrantes del par dialéctico, de modo que en este nuevo régimen las posibilidades combinatorias son infinitas. 
Se producen importantes redefiniciones de términos como lo normal, saludable, enfermo.
La enfermedad también se redefine: es un error probable en la programación que debe ser corregido, para reactivar la salud del alma y el cuerpo. La meta primordial no es sólo la cura sino la prevención de los riesgos detectados en los análisis informatizados. 
La E se vuelve endémica. No hace falta que se manifieste, ya que se presenta como inherente y constitutiva de la especie humana. Se redefine a los seres humanos como virtualmente enfermos y se apela a ellos como consumidores para ofrecerles la posibilidad de panificar sus vidas potencialmente eternas, administrando constantemente sus riesgos, interviniendo en la fatalidad del código y eliminando el carácter aleatorio del destino. 
La salud se convierte en un capital que los individuos deben administrar, eligiendo consumos y hábitos de vida, haciendo inversiones convenientes y calibrando los riesgos que éstas pueden implicar. 
Vinculación concepto foucaultiano de peligrosidad: La esencia de cada ser humano sería un dato estadístico que alude a su nivel de peligrosidad, a su potencial de desvío, a las tendencias y propensiones de cada sujeto. Todos los miembros de la especie humana tienen probabilidades de enfermarse y morir, todos poseen errores grabados en sus códigos, están virtualmente enfermos. Por eso todos deben someterse a la economía de los riesgos.
He aquí una advertencia de la tecnociencia: aquellos que no logren alcanzar la categoría del posthumano, sellando el pacto de trascendencia con las seductoras promesas y con los arduos imperativos de la tecnociencia contemporánea, estarán condenados a volverse subhumanos. 
FOUCAULT, Michel “Del poder de soberanía al poder sobre la vida”, 1996 
Uno de los fenómenos fundamentales del XIX es aquel mediante el cual el poder se hizo cargo de la vida. Es una toma de poder sobre el hombre en tanto ser viviente. 
El sujeto es simplemente neutro y sólo gracias al soberano tiene derecho a estar vivo o estar muerto. La vida y la muerte de los sujetos se vuelven derechos sólo por efecto de la voluntad soberana. 
No existe una simetría real dado que el derecho de matar contiene en sí la esencia misma del derecho de vida y muerte: el soberano ejerce su derecho sobre la vida desde el momento en que puede matar. 
Si el viejo derecho de soberanía consistía en hacer morir o dejar vivir, el nuevo derecho será el de hacer vivir o dejar morir. 
Siglos XVII y XVIII. Tecnología disciplinaria del trabajo- Anatomopolítica
 
-Se ve aparecer técnicas de poder centradas especialmente en el cuerpo individual. -Procedimientos mediante los cuales se aseguraba la distribución espacial de los cuerpos individuales y la organización de todo un campo de visibilidad. 
-A esto se suman todas las técnicas gracias a las cuales se cuidaba a los cuerpos y se procuraba aumentar su fuerza útil a través del trabajo, su adiestramiento. 
-Toma de poder sobre el cuerpo que se efectuó según la individualización. 
Mediados XVIII. Tecnología no disciplinaria del poder, centrada sobre la vida – Biopoder 
-Aparece con el biopoder, un poder continuo, científico: el de hacer vivir. La soberanía hacía morir o dejaba vivir. Ahora en cambio aparece un poder de regulación, consistente en hacer vivir y dejar morir. 
-Recoge efectos masivos propios de una población específica y trata de controlar la serie de acontecimientos aleatorios que se producen en una masa viviente. 
-Se aplica a la vida de los hombres, no inviste al hombre-cuerpo sino al hombre viviente, inviste al hombre espíritu.
No excluye la técnica disciplinaria, la integra y la modifica. Se coloca en otra escala, tiene otra área de acción y recurre a instrumentos diferentes. 
Segunda toma de poder que procede de la masificación. 
-En esta nueva tecnología del poder no se trabaja exactamente ni con la sociedad ni con el individuo-cuerpo. Lo que aparece es un nuevo cuerpo, múltiple, con una cantidad innumerable, sino infinita de cabezas. Noción de población. 
-La naturaleza de los fenómenos tomados en consideración es colectiva, estos son sólo pertinentes a nivel de la masa. 
-Nuevos mecanismos instaurados por la bio-política:

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