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Revolución N 11 10 de Agosto de 1907 Semanario Liberal Los Angeles - Eladio Murgia Mandujano

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««r. sV*^ 
SEMANARIO LIBERAL. 
AÑO 1. LOS ANGELES, CAL., AGOSTO 10 DE 1907. NÚM. 11. 
—u 
SE DESNUDA A PORFIRIO DÍAZ. 
¿Cuanto tiempo logró sustraerse 
á las nliradas del mundo esa llaga 
que lleva el nombre de Dictadura 
porfirista? ¿Quién, fuera de la Pa-
tria, había parado mientes en esa 
úlcera roedora que debilita la» e-
nergías de la nación mexicana? 
Por mucho tiempo, por seis an-
gustiosos lustres, eólo nosotros, los 
mexicanos, supimos que éramos in-
mensamente desgraciados. Mien-
tras agonizábamos bajo la planta 
del (jósar, éste era glorificado, era 
ensalzado, era admirado en el ex-
trangero. Hábil histrión, supo re-
presentar su oomedia de salvador 
de un pueblo, y recibía palmas y 
laureles. El retrato del bandido 
audaz ensució las planas de todos 
los periódicos extranjeros. L o s 
cónsules y los representantes di-
plomáticos compraban plumas, al-
quilaban cerebros, embaucaban al 
mundo entero. El pecho del char-
cal se vio al fin constelado de cru-
ces, de medallas, de cintas, de in-
signias de toda clase. Sobre el bu-
fete del monstruo llovían los títu-
los honoríficos, los diplomas aca-
démicos, universitarios, reales. De 
allende los mares, de allende las 
fronteras un clamoreo de alaban-, 
zas para el verdugo llegaba á nues-
tros oídos haciendo más profunda 
nuestra tristeza. ¡Ni una mirada 
para las víctimas, todas las aten-
ciones y todos los honores para el 
victimario! 
El pueblo desfallecía entregado 
á su propio dolor. La mordaza le 
impedía hacer llegar sus gritos des-
garradores más allá de los mares y 
de las fronteras. Las palabras de 
los apóstoles morían sin eco en las 
sombras de los calabozos. Las ma-
nos dejaban caer las plumas bajo 
«1 filo de los puñales. El veneno 
agostaba vidas fecundas. El láti-
go de las fiebres y la fusta de los 
capataces abrían brecha en las 
compactas filas de los oradores, o-
breros, luchadores que marchaban 
hacia Yucatán y el Valle Nacio-
nal, las odiosas Siberias mexica-
nas. Un cilencio de muerte inva-
día los ámbitos de la Repúlica Me-
xicana, sólo turbado por loe dispa-
ros de los esbirros que aplicaban 
Ja Ley $fuga v 
Parecía que catorce millones de 
mexicanos estábamos condenados 
á morir en silencio, quietamente, 
contemplando la sonrisa .triunfa-
dora del crimen envuelto en nubes 
de inoienso. 
¿Iba á triunfar definitivamente 
la mentira? /El engaño de que se 
hacía víctima al mundo entero no 
p o d r í a ser descubierto al fin? 
¿Hombres degradados como Reyes 
Spiíndola y Juan Sánchez Azcona, 
piratas de la prensa, gusanos naci-
dos para alimentarse en todas las 
llagas, hermafroditas de h o n o r , 
otoñes sociales, hombres de cla-
se, afrenta de la humanidad, opro-
bio de su raza y de cuya vileza se 
han de sentir indignadas las ceni-
zas de sus padres; hombro de tan 
baja estirpe moral seguirían ocul-
tando la verdad oon la mugre de 
sus sesos, con el fango de sus al-
mas? ¿«'El Imparoial," "El Popu-
lar," "El Diario," "La Patria," to-
da esa prensa de zahúrda, hervide-
ro de bribones almacigo de cana-
llas que Porfirio Díaz paga con el 
dinero que le arranca al pueblo, «¡-
cabarían por ahogar la verdad ba-
jo el peso de la mentira? 
Hábil «orno pocos, hipócrita co-
mo ninguno, Porfirio Díaz logró o-
cultar la verdad durante treinta 
años. Los muertos no hablan, ee 
dijo, y mató á todos los que habla-
ban. Unos, murieron á puñaladas, 
á balazos otros. Para los de hoci-
co blando fabricó candados de oro. 
¿Qué podría saberse en el exterior 
de lo* que ocurría en México? 
En el extranjero se veía al Dic-
tador enorme, envuelto en una au-
reola de gloria. Brillaba el grajo 
con las plumas robadas á los pa-
vos. Deslumhraba como uaa sol la 
estopa impregnada de resina. El 
simio disfrazado de hombre adop-
taba las actitudes de un dios. Pe-
ro la llaga ee hizo vieja y comenzó 
á heder. No obstante, los orope-
les brillaban, brillaban hasta ce-
gar. Cargado de afeites como un 
payaso, el Dictador podía engañar 
aún/ 
Y en el interior continuaba la 
enorme sangría. El ruido de los 
cascabeles ahsgaba el estertor de 
u»n pueblo moribuado. En treinta 
años murieron sacrificados á la 
paz fnás hombres que en treinta a-
fios de guerra. [En treinta años 
de paz la poblaoión de México no 
ha podido duplicarse! (Recojan 
ese dato aterrador los sociólogos 
del mundol 
El fraude, al fin, fué descubierto. 
La llaga hedía mas y mas eada 
vez, El a r o m a del incienso no 
bastaba á disimular la pestilencia 
de la Dictadura, y el hedor fran-
quea las fronteras, cruzó los mares, 
salvó montes y ríos y precipicios y 
llegó á extranjeras playas algo así 
como el tufo de un supulcro. 
Las conciencias hanradas se in-
dignaron. ¿Cómo en este siglo de 
indiscutible progreso podía alen-
tar tal barbarie? ¿Cómo fué que 
se a u s e n t a r a la civilización de 
ese desventurado país? ¿Es po-
sible que las sociedades humanas 
puedan regresar á la sociedad de la 
piedra? 
Y la llaga continuó hediendo, 
hediendo más cada vez. 
Los pensadores de la tierra en-
golfados en sus nobles abstraccio-
nes, no se habían dado ouenta de 
hediendo y su hedor se hizo inso-
portable. Entonces se abrieron los 
ojos, inquietos, como cuando se adi-
vina un peligro, y las miradas se 
clavaron en México y se hizo la 
luz y todos retrocedieron espanta-
dos ante el espectáculo que se ofre-
ció é la universal vergüenza. 
¡ Rusia, es libre, Rusia es un pa-
raíso comparado con México! 
Rusia tiene un Domingo Rojo; 
México tiene cien, tiene mili. Ru-
sia tiene una Biberia; México tiene 
dos. 
Contra la Autocracia rusa está 
el Trabajo organizado. Contra la 
Autrocracia mexicana, el Trabajo, 
dividido, aplastado por las heca-
tombes, es una fuerza negativa. 
En Rusia hay periódicos que a-
tacan la Autocracia; ¿que periodo 
eos de México pueden hacer lo que 
hacen esos periódicos de la clásica 
tierra de la tiranía? 
En Rusia no hay Ley Fuga, los 
revolucionarios recorren t o d o el 
país predicando sus doctrinas, se 
reúnen en jelubs, deliberan, obran. 
¿En México pueden reunirse, no 
ya revolucionarios, sino simples y 
pacíficos ciudadanos para tratar a-
suntos püblicos; para formar unio-
nes obreras? 
Se ha hecho la luz. En Europa 
como en EBtados Unidos se desnu-
da al tirano Al golpe de la críti-
ca caen las lentejuelas como las es-
camas de un pez, permitiendo ver 
la sombría armazón de ese castillo 
de naipes que se había dado en lla-
mar el progreso de México. Sor-
prendidos en su cubil las fieras 
aullan de furor. Del hocico del 
César hotentote, como de un alba-
fial, salen volando con sus alas 
membranosas las injurias. 
No os detengáis en vuestra obra 
civilizadora [oh, escritores honra-
dos! Desnudad la horrible bestia, 
mostradla alma al mundo como el 
símbolo de todas las impurezas, de 
todas las infamias. Catorce millo-
nes de esclavos os lo agradecerán. 
"REVOLUCIÓN," 
huérfanos de la vergüenza, deyec-J tanta miseria; pero la llaga seguía 
VOTO DE GRACIAS. 
Por falta de espacio, nos es im-
posible reproducir los brillantes y 
valerosos artíoulos contra la tira-
nía de México que publican en sus 
últimas ediciones, las prestigiadas 
revistas "Tempe Nouveaux" de Pa-
rís, "Motjier E'arth" de N'w York, 
"Tiera y Libertad" de M a d r i d,' 
" ¡Tierra!" de la Habana y "The 
Demonstrator" de Home, Wash. 
Agradecemos á los citados oole-
gas su valiosa cooperación en pro 
dé nuestra causa, que es la causa 
de las libertades humanas, y les a-
seguramos que el Comité encarga-
do de proporcionarles informacio-
nes aceroa de la situación de Méxi-
co, lo hará con diligencia y oportu-
nidad para que puedan ellos, lo mis^ 
mo quo los demás periódicos avan-' 
zados del mundo, seguir adelante 
en la bella cruzada emprendida 
para desprestigiar al monstmioso 
Dictador Porfirio Díaz y al sistema 
que representa. \ 
Contra viento y marea REVO-
LUCIÓN sigue en su puesto. 
Amenazas, injurias, bravatas, to-
da la hojarasca que el turbión 
del odio arremolina y nos arroja 
no han tenido otro efecto que 
vigorizar nuestros propósitos y 
templar nuestrasenergías, No 
hemos cedido una línea al ene-
migo, no hemos vacilado un ins-
tante. ' 
Sabemos que el despotismo ha 
preparado un golpe de mano r)á-
ra aplastarnos, porque obráhdo, 
como obramos, dentro de la ley, 
cualquiera acusación que contra 
REVOLUCIÓN se presentase, no 
prosperaría, y, por lo mismo, 
tiene que recurrir Porfirio Díaz 
á sa viejo expediente : pagar ru-
fianes que nos asesinen. Espe-
ramos serenos lo que nos pueda 
resultar; pero mientras no eaigár 
mos al golpe mercenario, segui-
remos hablando alto, siempre 
alto. 
La revolución se acerca y na-
die debe desmayar. Hoy más 
que nunca todos debemos per-
manecer firmes. Los grandiosos 
ideales de la próxima resolución, 
condensados en el Programa del 
Partido Liberal promulgado1 Jpor 
la Junta de St. Louis el 1' $.Ó,é 
Julio de 1906, son dignos de 
cualquier sacrificio. No se.;tratá 
del encumbramiento de, unos 
cuantos ambiciosos, no se trata 
de una revuelta polítka, poi* po-
líticos fraguada, y sin más objeto 
que destronar á loó bandidos que 
hoy oprimen, para sustituirlos, 
con otros bandidos como ocurre 
en todas las revoluciones dé la 
infortunada America Latina, Se 
trata de hacer aptos á los humil-
des para las graudes conquistas 
del porvenir. ¿Y cómo se ad-
quiere esa aptitw ' Por la> lifofer* 
tad y el bieaesta ? ( . 
Mientras los mexicanos no 
sean libres, mient» is los mexica-
nos no vivan vida de gente ni se 
ilustren, síemj »v un esclavos, 
parias dolientes, ganado de coa-
quista. Es, pues, indispensable, 
sí no queremos rezagarnos "en,la 
evolución de la especie humana, 
que los mexicanos todos sean 
libres y nutran su! cuerpo y nu-
tran su oerebro. j 
Esos son los ideales de la Re-
volución Mexicana. Hay algo 
que se opone á la evolución de la 
sociedad mexicana y ese algo es 
la tiranía. Nuestro deber es 
aplastar la tiranjía, reducirla » 
polvo sin merced y sin vacila-
ciones. J , 
Por eso aconsejamos á tedoa 
los hombres, á los que sean ver-
daderamente hombres, que se 
armen, que procuren ellos mis-
mos abastecerse de parque y de 
todo lo necesario para el gran 
movimiento que se acerca. Ne 
esperemos á que armen nuestros 
brazos los capitalistas : osos, ar-
marán los brazos de los merco» 
narios contra nosotros; pero no 
temamos, somos la inmensa ma-
yoría, somos la gran masa que 
marchará como un puñado do 
hormigas á las hordas de loa 
tiranos. 
En todos los pueblos de la Re-
pública deben formarse guerra 
lias, organizándose con la dis» 
creción y la prudencia que las 
circunstancias exigen para no 
caer en las garras enemigas an-
tes de haber hecho un disparo. 
Si no pueden ponerse esas gue-
rrillas en comunicación oon la 
Junta de St. Louis, por lo pron-
to, ea bueno que estén prepara-
das y listas para seoundar el mo-
vimiento cuando eea iniciado, 
que será dentro de breve tiempo. 
' ' Recomendamos el Winchester 
de bala de acero oomo una arma 
que puede competir con los fusi-
les Mauser de los infelices solda-
dos del tirano; poro, más que 
todo, recomendamos valor. Esta 
es una empresa de valientes. 
Sólo los hombres pueden aspi-
rar á ser héroes y redentores de 
tttí pueblo. Los cobardes no son 
hombres. Los egoístas, los laoa-
yos y .los indiferentes, tampoco 
lo son. 
No hay que desmayar. 
Por lo que á REVOLUCIÓN 
respecta, vemos oon placer que 
al influjo de su propaganda au-
mentan los convencidos de que 
es preciso derribar el despotismo. 
Ojalá que todas las personas 
qu;e reciben el. periódico pagaran 
el importe de la subscripción, 
pues podríamos aumentar el tiro 
con lo que se ensancharía la pro» 
paganda revolucionaria. 
[Adelante! 
LIBROS DE VENTA. 
U/n simpatizador de nuestra cau-
sa, ha donado un gran surtido de 
libros de todas clases, que están de 
venta en nuestra ofioina, y cuyos 
productos se destinarán al fomen-
to ;d© REVOLUCIÓN, 
Novelas de Dumas, Ibson, Car-
lota M. Braeme y libros sociológi-
cos de Tolstoi, Demófilo, B l a s c o 
Ibafi>es y otros autores celebres, lo«i 
ofrecemos á precios muy reduoidos. 
. Para más informaciones, diríjan-
se á Modesto Díaz, 660 San Fer-
nando St.—Loa Angeles, Gal. 
REVOLUCIÓN. 
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KEVOLUOIÓN Re publicará todos 
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Todo pago debe ser precisamente 
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Háganse las remesas de dinero, 
«u Billete» de Banco, por giro pos» 
tal <$ por Express, dirigiéndolas e» 
todo eauo al Editor, 660 San Fer-
nando, 8t» Los Angeles, Cal. Ü. S.A. 
Editor y Propietario; 
M0DBST0 DÍAZ. 
LO QUE V BUCO 
EN FAVOR DE, ESPINOSA. 
No hay que olvidar que víc-
tima de la complicidad del tirano 
Teodoro Roosevelt con el .Dicta-
dor Porfirio Día», «1 luchador 
Tomás D. Espinosa, pre»o desde 
Septiembre del año pasado, es-
pera que todos los hombres hon-
rados lo ayuden para pod#r pa-
gar un abogado que lo deíienda. 
Tomás D. Espinosa está preso 
actualmente en la Penitenciaría 
de Yurna, Territorio de Arissona. 
Luchó como bueno para d«rrí-
bar el despotismo pOrBrista, y 
por ©so/por -eer un hombre va* 
liento y digno, está preso. 
Estamos facultados por la Jun-
ta de St, Louia Missouri para re-
cibir loft donativos que se hagan 
á favor del compañero preso, y 
lo qué hasta la feclia hemos reci-
bido, ha «ido enviado sin tar-
danza á Yuma. 
Esperamos que todos se apre-
euntein á enviar lo que puedan 
para rescatar esa víctima de los 
dos nías grandes tiranos de la 
AnuM'iau 
"LOS BRIBONES/' 
Ámí m IJMJa una novóla históri-
ca, de. tendencias socialista», y tra-
mada sobre lofe Imborrables acon-
tecimientos de Cananea que deli 
nearpn d prólogo emocionante de 
Jas grande» batallas que en México 
van á librarne no muy tarde, entre 
la, fuma» de la explotación y las 
fuer?a? do los explotados 
El hi<\ (¡xutlewiv, de Lar* tuvo 
q{}<> huir al extranjero para eeca 
par Á ím vjjogaoz<i8 de los¡ enemic 
gos i* l'i libertad y m radicó en 
©Ata población, donde escribió m 
libro; del que Devamo» leídas algu 
ñau páginas que nos han agradado 
por el 8 mo criterio <|ue las inspira 
y por la valentía con que. denun-
cian los vicios de la burguesía y 
lo« arímeues del despotismo. 
Al concluir la leofcura de la envía-
eiónada ubi* *, daremos á conocer la 
impresión que no-s <,au»e. 
(iuiene» defeeen obtener "Loe 
Bribones," diüíjan»* á; 31. L. El-
liott, 420 W. 4tb St , Lo» Angele», 
€al , acompañando 75 oro centavos 
por cada ejemplar que m pida. 
Bajo los titules de «PARÍS AL 
D Í A " y "MÉXICO PEQIl QUE 
•RUSIA," Bon&foux escribid en 
su carta al "Heraldo" ,1o siguion-
to; " • 
•"Los mexicano» se quejan de 
que Frangía?, q*û tafyta atención 
dedica, á Jaí* ¿miseria 4 de loa ru-
so*, ho sé entere de ía» que pa-
san ellos. Al efecto, han enviado 
& París, firmada jJOff .personas 
que mereeen to#o crédito una 
exposición1 de desdichas qué oír-
caía en las redacciones parlsien-
808. Deben conocerla los espa 
S3!£S<G3B£ffi!3!S2!!Ifw1 
„ ,' ^ « », i ^ i . leí que los soldados son tratados 
ñoles en general V los erniffrattte» H . . 
' meramente c o m o prisioneros. 
tuowa su labor, á fin. de semana 
tiene que ver su mieerable 'jornal 
disminuido por las multas que 
caprichosamente se le imponen. 
"Para colmo de desgracias, 
los trabajadores no reciben su 
Salario en dinero efectivo, sino 
en "vales," que son recibidos 
únicamente en la tienda dé la 
Compañía, en la odiosa tíen4» 
de raya, donde' los efectos son 
vendidos, por regla genera), al 
doble, del precio que tienen en el 
mercado. La organización de 
Ligas obrera» es muy difícil, 
perqué los que se dedican á e»a 
labor sort luego acusados de agi 
tadores; de sediciosos, y envia-
dos á la prisión ó al Ejército, en 
UN SOC90 DE CREEL 
en particular. , Y diee así : 
"Todos! entornos informados de 
los exoeeo» autoritarios que de 
tan sombría^ fama hanrodeado 
al gobierno de los Zares; pero 
•pocos, muy pocos, son los que 
están al corriente de lo que su-
cede en Módico, y e» necesario 
que el mundo Sepa que en aquel 
país hay «alione» de seres hu-
mano» qü* sufren la m&n cruel, 
la más bárbara tiranía* 
"Como etl todas parte», es en 
México el pueblo trabajador el 
qae fiufre todas las carga»; pero 
de tal modo agravad*» por ran-
chas oirounstahoíae diversa^ que 
no hay otro pueblo que sufra 
una tiranía aerneffttite. El obrero 
•élel campo, peón, es ttn esclavo 
eh lo más amplia acepción del 
vocaMo. NaCe y muere en el 
terruíío regado por su sudor, y 
él y «u mUi&t y sus hijos son 
como el gatiad^ tlel hacendado, 
propiedad del a„mo. Si el amo 
muere, pasa el ganado humano 
á poder d,e }w heredero'?; si el 
amo vende la hacienda, paja el 
gaiaaíjo hümafro á podeí del nue-
vo duefío-
"El peón h.o puede salir de los 
límites de i& Wciehda; pues cu-an-
do tal cosa 0e le ocurre «s llevado 
por la policía & »u lugar de escla-
vitud, deudo ae íe golpea para 
que no reinada. 
"Muchos desgraciados h a n 
fallecidoá eomso^nejacia-del mal-
trato. El «epo y otros aparatos 
son comUfte» en IA-S haciendas 
mexicanas y loa peones trabajíUi 
bajó el látigo. 
•"Lo» obreros de las minas y 
de las. ffibHcás no son más libres 
que lo-á peouee dol oniripo. i Tra-
baj^n dié» 6 doce horas diarias 
por \wnnh ' fue f) s í<i-sn entre 
6Q y'W n-e^ta «WÉ» de moneda me» 
a;Íoanttj q«e vale 1» mitad de la 
americana. í^es son concedidos 
unos ©u&nfcog minutos para co-
mer, y durante las tediosas horas 
de la faena $fyti vigilados ine0. 
santemente pot* capataces crueles 
que lea ímpidert descansar uei 
momento f» los maltratan por 
cualquier pretexto. El sistema 
<!e multas ©s observado rigurosa-
mente, El obrero qu# no se pre* 
seíata al trabajo é Ift hora de 
reglamento ó que, abrumadlo por 
la fjatiga, se entrega ni deseaneo 
breve» ImímMq, é que, á jwoio 
de'fius explotadorfc», h©c« defoe» 
Actualmente, en las cárceles y 
cuarteles hay gran número de 
estos infortunados compañeros 
que no cometieron otro delito 
que el procurar el mejoramiento 
de la clase proletaria, 
"Los obrero» de las fábricas de 
hilados y tejidoi» del Estad© de 
Veracruis se declararon, en huel-
ga. Poca cosa pedían: aumento 
de unos enantes centavos de sa-
lario, la jornada de ocho horas, 
destitución de ciertos odiosos ca-
pataces y "el permiso de leer pe-
riódicos defensores del pueblo," 
etiya lectura está prohibida á ios 
trabajadores. 
"l ía la actualidad hay oente-
nares de obreros presos enf las 
caréeles de México, acusados de 
rebelión por haber intervenido 
en las huelga». 
*'En México no hay periódicos 
que hablen de estos asuntos por-
que el escritor que se atreviera & 
levantar la voz para mostrar las 
llagas de un estado de cosas que 
avergüenza, sería objeto de viles 
atentados. No hay periódicos 
de oposición al Gobierno, porque 
los periodistas han • sido ó asesi-
nados 6 arrojados del territorio 
mexicano, y aúri en el extran-
jero, los periodistas mexicanos 
han sido perseguidos y asesina-
dos, 
«'No es extraño, pues, que poco 
ó ñáda sea lo que se sepa en el 
exterior do asuntos mexicanos; 
sin prensa en el interior y per-
seguidos y asesinados los perio-
distas meKicanos en el exterior, 
sólp.quefdan en el uso.de la pala-
bra los periódicos mercenarios,' 
mexicanos y extranjeros?, que se 
cuidan de hablar mal de sus 
amos." 
• FELICITACIÓN, 
XtO» estimables liberales Srea. 
Modesto G. Ransires! y benjamín 
Canales Garaa, de ilarvis, Tex., 
y José María G, Ramíreíi, do El 
Paso, Tex., nos piden hagamos 
saber al 2 ° Vocal de la Junta de 
St. Louis, Sr. Manuel,Swrabia, 
su congratulación por haber sa-
lido ileso del cobarde plagio de 
que lo hizo víctima Porfirio Díaz 
por medio de su esbirro Antonio 
Mana, Cónsul de México en Doug-
la», Aria. 
Con guato corremos traslado 
de la felicitación al «empanero 
Manuel Sarabía, 
En las puertas del eutaanjero 
y en los preciosos momentos en 
qne fingiendo virtuudes que no 
poseen, nuestros tiranos ee de-
dicaban á contestar á coces loe 
bien fundados cargos que escri-
tores honrados lee hacen en pres-
tigiadas publicaciones de Euro-
p» y los Baíadoia Unidos, se ha ' de este país 
descubierto un enorme fraude 
de muchos miles do pesos lleva-
do á cabo por los hombrea que & 
sí mismos se d a n el título de 
guardianes de los intereses socia-
les, y qoe, cuando s© discuten 
sus" actos, cuándo se exhiben sus 
maldades, cuando la. crítica so-
pla sobre el polvillo de oro con 
que se adornan para brillar esas 
mustias orugas que la ocasión 
ha hecho soberbias, se indignan 
y declaran que son enderezado» 
contra Móxico los ataques á que 
se haeen acreedoras sus negras 
personalidades. 
La prensa americana ha dado 
Cuenta con lujo' dé detalles de 
un productivo "negocio" á que 
sa dedicaba eí tristemente céle-
bre Silvano Montemayor, Jefe 
Político de Ciudad Juárez, gran 
amigo y s o c i o de Enrique C. 
Creel, gran admirador y sostene-
dor de la obra vandálica de Por-
firio Díaz, y gran perseguidor de 
revolucionarios moxícanos. 
' Montemayo'r es socio de Creel, 
el Embajador de ,M ó K i e o en 
Washington, en varios negocios 
y cuenta con caja abierta en to-
doff los jBancos de Ciudad Juárez 
por recomendación del famoso 
Don Enrique. . , 
Puej) bien; sucedió que no sa-
bemos por qué misterio de la 
fangosa política, se echó de ve* 
al cabo de varios años el substan-
cioso negocio de Monlemayor 
consistiendo en introducir de 
Contrabando cantidades fabulo-
sas de efectos americanos. Sola-
mente de un afto á la fecha se 
sabe que ha introducido seiscien-
tos furgones de trigo sin pagar 
ios d e r e c h o s ad uanalos, esos 
monstruosos derechos que nada 
más pagan, los que no son ¡HOCÍOÍS 
de nuestros "honorables" hom-
bres de'Estado. Al ser embar-
gados hace pocos días algunos 
furgones que so decía eontenían 
carbón, se vio quo únicamente 
una delgadísima capa, la supe-
rior, era de > dicho Combustible, 
consistiendo en realidad el car-
gamento de zapato^, telas riquí-
sima» y Otros efectos amorica-
bros del s o c i o del Embajador 
Oree!. Se Sabía de antemano, qu o 
iba á resulta»; Montemayor reo del 
delito de fraude tí la nación, y pa-
ra no tener que encerrarlo on una 
prisión, se le dio anticipadamente 
una lioencia de dos meses. Monte-
mayor salió de la República y ac-
tualmente se encuentra al lado de 
eu socio, en Washington, según di-
cen Jos periódicos de información 
nos. } 
Tan vergonzoso negocio ha es-
candalizado a los periódicos de es-
ta nación, y agente» espeoiajes del 
Dictador se han presentado en la» 
redacciones ofreciendo pagar cuan-
tiosas sumas si no m habla del a-
sunto. J83B importante diario "El 
Paso Times" y otros rechazaron 
indignados á lo» agentes do Díaz. 
Los periódioo» que no hablen del' 
monstruoso fraude, serán los qu»' 
han recibido dinero para callar, 
¿Con qué* máscara eubrirán aho» 
(ra sus rostro» nuestros gobernante» 
para negar que se enriquecen en 
los puesto» públicos? Ya no ea 
en el corazón del p»i» donde puede 
presenciarse la corrupción? ^sta a-
soma su rostro cínico á las puertas 
del extranjero, donde todos pue--
don verla, y todavía así, á pesar 
del crímon evidenciado, ostentado. 
sin pudor, se atreven á negaa los 
tirármelos de Móxico que son la-
drones, bandoleros vulgares y cíni-
cos y »o 11 a m a r A n calumniado» 
cuando a l g ú n honrado escritor, 
como Bonafoüx, diga que IOB moxi-
oanos tenemos un gobierno d© ban-
didos. 
¿Haha>á todavía alguno que orea 
en la honrados do los funcionarios 
mexicanos? ¿Tfabr.í todavía algún 
mentecato, que considere injusta 
una revolución destinada á apla«* 
tar ese enjambro de malhaehoroB 
que n©e cubre á todos de vergüen-
za., porque sólo bestia» ó eunuco» 
pueden soportar la humillación d© 
sei maltratado» por bandoleros? 
Todos los hombres de vergüenza 
deben apresurarwe, á ©star listos' 
para acaba» con tanta deshonra. 
£ • " . ' . ' 
INSULTO POR INSULTO. 
Es inealeulable lo que el socio 
de Oroel haya defraudadoai E-
rario. 
Al descubrirse, mejor dicho, 
al ponerse un freno al enorme 
•*negocío"'para pasárselo induda-
blemente á otro socio de algún 
otro personaje, como oran mu-
chos los que habían visto come-
ter el cuantioso fraude, con el 
fin de dar oierta apariencia de 
moralidad á las turbias manipu-
laoápnes que hacen Mega* á paleta-
das el oro á las cajas de nuestros 
prohombres, se fingió- hacer una pues neeesitamof) presentarlo al 
minuciosa investiK&eión e» loa li-1 administrador da corroo». 
"El iraparcial" y El |>iauo" 
por el pruvito de r.(ú erir al «xi* 
mió e s c r i t o i" Luis Bonafoüx, 
mienten á sabiendas y lo llaman 
hijo de negra. 
jQu^ viles son Beyes Spfndola 
y Sánchez Aaconal ¡Itoourrir & 
esos medio» para que le* numen* 
t/en, la subvención! 
¿Y quienes sutií proceden no 
son más dignos del desprecio 
que el hijo de la saburra más de-
gradada, así sea cata beduina tí 
hotentota* 
¿Pero seres tan repugnantes, 
tan asquerosos cedido Uéyé» Apiri* 
dola y Bánchez Azcona, nacerían 
de mujer, siquiera de la ihtujer 
más abyecta de la tierra? 
Nó. Beyes Spfndola y S>ln-
choiü Azcona debieron naooi de 
cerdas alimentadas en los pan-
tanos. 
Reyes Spíndola y Sánehez 
Aíscona son hijos de marrana. 
A naestro* su»cript.or«s: 
Suplicamom atentamente nos ba* 
gan el favor de llenar el cupón q«e 
les hemos enviado y devolvérnoslo, 
file:///wnnh
¿~ 9 ñ 
7! 
& & M 
o) o \ r ¡J^ M y 1 -/, ",•.!,,..Avj'ii.'taTiniiwis ^O -f 9Xm'w"*f*$!T' ;&> 
PRISIÓN DEL PERIODISTA GUS-
TAVO c. LELEVIER: 
Porfirio Díaz supone equivo-
cadamente que los liberales refu-
giados en los Estados Unidos 
nos asustamos con el fantasma 
de la persecución, con los encar-
celamientos de algunos de núes 
tros compañeros, y que, al con-
trario, nos envalentonamoscuan-
d» se registran incidentes, como 
el de la devolución de Manuel 
Sarabia, que parecen indicar que-
ya principian á tener vergüenza 
ii otra cosa las autoridades de 
Washington; que parecen indi-
. car que ha concluido ó está para 
concluir la época-oprobiosa para 
la civilización, en que los defen-
/ sores de la libertad del. pueblo 
mexicano, no teníamos en la pa-
tria de Jefferson ninguna clase 
de garantías y estábamos á mer-
ced de las sucias combinaciones 
que arreglaban las cancillerías 
ide México y Washington. 
Porfirio Díaz cree que el peli-
gro nos infunde desalientos y 
que el éxito nos presta bríos y 
entusiasmo y por eso se empeña 
en simular que aún su poder no 
reconoce fronteras para aplastar 
á sus enemigos, y por eso, tras el 
i plagio de Manuel Sarabia que le 
fué funesto, quiere mitigar los 
efectos del descalabro sufrido, 
con nuevas persecuciones que en 
su opinión han de amedrentar á 
los revolucionarios mexicanos y 
que en verdad sólo servirán para 
acabar de desprestigiarlo y para 
exacerbar la popular animadver-
sión que se ha concitado. 
Con motivo del plagio de Ma-
nuel ©arabia, el Sr. Gustavo G. 
Lelevier, Director del "Douglas-
Industrial," obró con la virilidad 
que el deber exigía. Denunció 
el crimen por medio de la publi-
cación que dirige y con su ini-
ciativa y su esfuerzo contribuyó 
á «enardecer la indignación po-
' pular que habría de obligará los 
mandatarios do la Casa Blanca, 
á desagraviar lu justicia y á ha-
cer que el liberal plagiado fuera 
devuelto al territorio americano. 
Fué el Sr. Lelevier un soldado 
de la buena causa y su compor-
tamiento' valeroso y digno, le 
conquistó el aplauso público, al 
mismo tiemp© que el encono de 
los mandarinos que estrangulan 
á la nación mexicana. 
/ Los opresores no pueden, disi-
mula* el despecho ni contener 
la rabia que les eausa la altivez 
/¡©"Jos hombre? Ubres y con la 
rMema torpeza y la misma ruin-
<* ad can que han procedido otras 
ocaidones, se lanzan ahora sobre 
el Sr. Lelevier y valiéndose de 
tina trama imbécil, tratan de 
llevarlo á México ó, al menos, 
denigrarlo con calumnias y po-
ner en tela de juicio su reputa-
ción. 
El Gobierno de Díaz ha pedido 
al de Estados Unidos la extradi-
ción del Sr. Gustavo Q,. Lelevier 
y la de su hijo Ivés, un joven de 
veinte años de edad. 
Ambos fueron encarcelados en 
Douglas y conducidos á la cárcel 
de Tuosón, donde, se encuentran 
desde el -27 del mes próximo pa-
sado, 
Se les acusa de haber cobrado 
indebidamente, hace más de dos 
años, en Nogales, población fron-
teriza del lado mexicano, un 
cheque por valor de diez pesos. 
Los hechos ocurrierqn de la 
siguiente manera. Un individuo 
de Nogales, Sonora, tenía un 
cheque cíe diez pesos contra la 
casa Mcntgomery de Chicago. 
Lo mandó allá y se lo devolvie-
ron, indicándole que lo cobrara 
en Douglas, donde e*ra pagadero. 
A diebo individuo le urgía salir 
de Nogales y se echó en busoa de 
comprador de su cheque. Encon-
tró á Ivés Lelevier y se lo vendió 
en tres pesos. Este solicitó y 
obtuvo la firma de su padre para 
eobrar los diez pesos. 
Más tarde se descubrió que el 
cheque era falso y el Sr. Gustavo 
G. Lelevier reintegró el valor 
correspondiente, diez pesos, que-
dando de esa manera arreglado 
el asunto de referencia, del que 
ya nadie se acordaba. 
Pero al Sr. Lelevier se le ocu-
rrió denunciar los crímenes de 
la Dictadura y el incidente del 
cheque fué resucitado como por 
encanto, revestido de importan-
cia que no tiene y traído ante los 
tribunales americanos. 
Es de observar que el Sr. Le-
levier lleva mucho tiempo de re-
sidir en Douglas, sin ocultarse 
d« nadie, estando al frente de su 
periódico "Douglas-Industrial' ' 
que hace más de un ano ha ve. 
nido publicándose semanaria-
mente. 
No tiene responsabilidad al-
gún® en el cargo que se le hace: 
prestó si triplemente su firma para 
que su hijo recogiera el valor de 
un cheque que había comprado. 
Sin embargo, do menos per-
manece) íí en la cárcel los cua-
renta días que la ley de extradi-
ción concede al Gobierno mexi-
cano para que presente Jas prue-
bas que tenga en contra del 
acusado. 
Transcurrido ese tiempo, el 
Sr. Lelevier obtendrá su liber-
tad; pues no es de creerse que los 
agentes de Díaz guedan sostener-
la insensata acusación. 
Ante la gente de criterio sano, 
no sufrirá en su reputación ©1 
periodista Lelevier por el inci-
dente desagradable en que m 
halla envuelto. 
Atraerse las persecuciones de 
i» Dictadura» es un timbr-e de 
legítimo orgullo y no una des-
honra. 
La Dictadura solamente se 
muestra implacable en sus odios, 
contra los hombres de dignidad. 
A los briboaes los favorece, los 
cuida y los aprovecha como esbi-
rros, para conculcar las liberta-
des y escarnecer la justicia, 
¿Habéis oído que el Gobierno 
de México persiga á los Mallón, 
& los Maza; á la caterva de ban-
didos que explotan al erario, 
plagian liberales y deshonran & 
la Patria? 
MALOS MEXICANOS. 
Esa es la muletilla con que 
pretenden zaherirnos todos aque-
llos que tienen interés en que el 
bandido Porfirio Díaa continúe 
en la Presidencia de la Repú^ 
blíca. 
¿Porqué somos malos mexica-
nos? Porque—dicen los lacayos 
—salimos de México para hablar 
mal de él. • s
 i 
¿Porfirio Díaz y sus secuaces 
son México? ¿Constituyen la na-
ción mexicana las docenas de 
bandidos que maltratan al pue-
blo? 
Si nosotros exhibimos á esos 
bandidos y procuramos derribar-
los, somos en justicia buenos y 
no malos mexicanos. 
Malos mexicanos seríamos si 
conociendo, c o m o conocemos, 
que el despotismo hace desgra-
ciado al pueblo, no hiciéramos 
algo para destruir ese despo-
tismo. 
Loa que sí son malos mexica-
nos y dignos del desprecio de 
los hombres honrado's, son todos 
esos eunucos que, dentro y fuera 
del país, encorvan el espinazo, 
se arrastran, se degradan ante 
hombres que, como Porfirio Díaz 
y su gavilla, son indignos de 
todo respeto y merecedores de 
todos los ultrajes, d© .todos los 
castigos, de todos los odios. 
Malos mexicanos son todos 
esos granujas que, por más ó 
menos dinero, pero siempre por 
interés, cierran los ojos para no 
ver la horrible realidad que 
consterna á la nación y declaran 
cínicamente que hay libertad 
donde impera el capricho hastadel, más infeliz gendarme, que 
hay justicia donde sólo los ricos 
pueden comprarla, que hay bien-
estar donde la miseria empuja á 
centenares de miles de hombres 
anualmente al extranjero, que 
hay progreso donde se vive en 
pleno feudalismo. 
, Ksos son los malos mexicanos, 
los que á propios y extraños pre-
tenden engañar, y no nosotros, 
y todos los que como nosotros 
propagan ideas de rebeldía y de 
vida. 
El finchado cuanto imbécil 
aristócrata J. A', de Béistegui, 
Ministro de México en España, 
•también se permite llamar malos 
mexicanos á cuantos queremos 
que la justicia ponga su planta 
«n nuestro país. ' 
, Para todos esos bellacos, chi-
cos y grandes, batíamos obra 
¡¡¡anta, honrada, nobilísima, si di-
jéramos que Porfirio Día;?, los 
Gobernadores, los Jefes Políti-
cos, los Alcaldes, los gendarmes, 
los Jueces, los Diputados, los 
Magistrados, los Ministros, Son 
unos ángeles á quienes sólo lee 
faltan las alas para ser iguales á 
los que pintan en las iglesias. 
¡Oh, si tal cosa dijéramos, como 
caería el dinero á nuestros bol-
sillos y hasta ni nos acordaría-
mos de estar urgiendo á nuestros 
lectores que nos paguen la subs-
cripción! • 
Pero no; nuestras plumas son 
rehacías á la lisonja, son rebel-
des, son fustas. No están hechas 
para acariciar, sino paya golpear 
y buscan espaldas y rostros para 
cruzarlos. ¡Y los rostros de Por-
firio Díaz y su cuadrilla invitan 
á golpearlo»! T,n escupidera está 
destinada á recibir salivas. 
Nuestras plumas son esencial-
mente irrespetuosas y son rudas : 
son plumas de combate templa 
das en lía adversidad. Hieren y 
sangran y desgarran como el 
pico d© ana águila. No se des-
lumhran á la vista de Jos bandi-
dos condecorados, y si para me 
recer el título de buen mexicano 
hay que pagar tributo al crimen, 
preferimos que se nos llame ma-
los mexicanos. 
COAHUILEIÍSES tn I4SEKTAD. 
Porfirio Díaz tiene á Coahuila 
Un miedo que lo martiriza y lo 
hace pasar horas horribles de 
angustia é incertidumbre. 
Siempre teme que ese Estado, 
rebelde al yugo, se alce el pri-' 
mero, para reclamar que cese el 
régimen de injusticia y explota-
ción en que nos ahogamos, de-
sesperados y doloridos, 
En ese motivo, on su cobardía 
vergonzosa, se fundó únicamente 
el exceorado tirano, para orde-
nar, hace algunos me$es, que se 
redujera á prisión á los coahui-
lonses de ideas liberales, que se 
distinguieran por su altivez é in-
dependencia de carácter. Así 
pensaba el Dictador conjurar la 
revolución. 
En obediencia á 1» arbitraria 
disposición, lumi'ou ¿uoaroeiado» 
gran número de ciudadanos, so-
pretexto de que estaban prepa-
rando un movimiento revolueio-
-tiario; pero sin que hubiera con-
tra de ellos, pruebas ni presun-
ciones legales do ninguna especie. 
Los aprehendidos han demos-
trado su absoluta'kieulpabilidad 
y después de varios meses de 
encierro, de vejaciones, de tortu*-
ras, unos pocos han obtenido su 
libertad, quedando en prisión la 
mayor parte. 
Por desvanecimiento de datos 
salieron en absoluta libertad, los 
señores José María García Peña 
y Aurelio González. * 
Bajo fianza de mil pesos cada 
uno, fueron ex-curtieladoa los se-
ñores siguientes ; Antonio Villa, 
Antonio Zertuche, vjGhjülerm© 
Ramírez, Fidel Melitór Cortés-, 
Jesús Leal, José de la Cortina, 
Feliciano Villarreal, Serapio Lu-
na, Fructuoso Urdíales, José 
María de la Garza, Zeferino Ber-
nal, Juan Garza Bazán, Isaías 
Ayala, Abraham Garza, Tiburcio 
Balderas, Nicanor Valdés, José 
Serna, Melitón Perea, Juan de la 
Cruz, Napoleón Barrera y Mau-
ricio Urufluela. 
pire el monstruo de la tiranía. 
Se necesita que la revolución 
estalle, para que el pueblo se en-
cargue de vengar á las víctimas 
del despotismo; de ajusticiar á 
Nó, ni lo oiréis mientras res- ' los grandes, á los verdaderos cri-
minales, á los favoritos de la 
Dictadura. 
Pensemos en la revolución, los 
que nos sintamos inflamados por 
santos, por sinceros a f i l i a s de 
justicia. f \ 
¿IRAALAGWERRASA&CHEZ 
AZCONA? 
El mequetrefe que la hace da 
testaferro en el periódico "El 
Diario," do la ciudad de México», 
asegura como su compinche Re-
yes Spíndola, que los ataque» 
que el talentoso escritor Luis 
Bonafoux enderezó contra la 
Dictadura porfirista, se deben á 
insinuaciones de guatomaltecosi 
interesados en deaigrar al Czar 
mexicano, y he aquí lo que dies-
el pobre do Juan Sánchoa Az-
cona : ' 'Un periódico de México 
—"El Imparcial"—atribuye lae 
calumnias de Bonafoux á maqui-
naciones guatemaltecas, y cree 
que esas calumnias están paga-
das con moneda de Estrada Ga-
bx'era. Puede ser quo así sea; y 
de ser así, es preciso que el mun-
do entero se dé cuenta que nues-
tro país obrará con toda# justifi. 
canción si de aquí á mañana 
¡ñeríle la paciencia " 
Así termina la bravata, c,oni 
puntos suspensivos. 
Tenemos la plena seguridad de 
que uo fueron guatemaltecos, si-
no mexicanos, los quo propor-
cionaron al escritor Luis Bona-
faux los exactísimos datos con 
que confeccionó el notable artí-
culo que apareció, en el periódico 
"El Heraldo" de Madrid y que» 
por contener la verdad, nada 
más que la verdad, lastimó tanto 
álos distinguidos criminales que 
nos gobiernan, Pero suponga- ' 
mas, sin conceder, quo ol Dicta-i 
dor Estrada Cabrera hubiera 
proporcionado esos datos cierto^ 
quo muestran la podredumbre1» 
de la administración poríirista„ 
¿es eso motivo bastante para 
que el pueblo mexicano vaya á 
asesinar al pueblo guatemalteco? 
¿Las ofensas que so inflijen al 
verdugo deben ser castigadas 
por la víctima? ¿Si Ida lobos 
rabiosos se muerden, deben la» 
Ovejas, víctimas de los dos lobos, 
hacerse peda/os e,ntre sí? 
No, los dos pueblos, el mexi-
cano y el guatemalteco, tienen la 
necesaria cordura para no empe-
ñarse on una guerra cruel y sal-
vaje que en nada los beneficiaría. 
Si los mentecatos del calibre de 
Sánchez Azcona y Reyes Spín-
dola quieren la guerra interna-
cional, que vayan ellos; los me< 
xicanos haremos la única guerra-
feeu'nda y noble ; la encaminada 
á obtener nuestra libertad, y cata 
no la conseguiremofs, como ya lo 
hemos diclw en otra ocasión, 
matando guatemaltecos que son 
tan esclavos como nosotros, sino 
aplastando á nuestros propios, 
tiranos. 
f'La Defensa de Juan Sarabia" 
está de venta en esta redacción* 
Precio: 10 centavos. Los pedi-
dos por correo deberán venir a-
©ompañados de una estampilla 
de á 2 centavos. 
Procure Ud. el próximo nume*ak 
contendrá lectura que <3ebe Ud» 
leer. 
n-MAiMmimmim 
assEKBKSsa; 
Aulladí, Sánchez Azcona, 
Reyes Spíndola... 
Lo publicado por Luis Bona-
ioux en "El Heraldo" de Madrid 
acerca de la situación política y 
económica de nuestro país, ha 
provocado una tempestad de 
•enojos en el campo de la adula 
ción oficiosa, y se sienten ganas 
incontenibles de reir, al observar 
oomo los afeminados cultores de 
la Jisonja, se improvisan desface-
dores de entuertos, enristran una 
lanza de burlón que ni corta ni 
pincha y explotando ciertos pro-
cedimientos que «ólo tienen de 
notable la rara virtud de ayudar 
poderosamente á fortalecer lo 
que, 8« intentu refutar, tratan de 
combatir lo que Bonafoux asen-
tara en agravio de Su Alteea 
Serenísima el Dictador Porfirio 
Día», 
El primero en saltar á la de-
fensa del opresor de los mexica-
no», fue" el Ministro Plenipoten-
ciario de la Diotadura ante la 
corte del rey Alfonso XIII, un 
aristócrata vano y presuntuoso 
apellidado Bóistegui quien negó 
graciosamente, sin tomarse la 
molestia de argumentar, los car-
gÚB hechos por Bonafonx; llamó 
á Díaz el estadista más notable 
que han visto los siglos y apeló 
en eu apoyo al testimonio de los 
españoles residentes en México, 
de los españoles ricos se entien-
de, de los que gozan de la gracia 
oficial ó consideran necesario, 
para proteger sus intereses, vivir 
en armonía con loa altos poderes 
de la Nación. 
Sin embargo de lo que era de 
esperarse on estos tiempos y bajo 
las actuales circunstancias, los 
interpelados no se dieron prisa 
eu responder al llamamiento y 
fueron necesarios los apremio»y los ruegos del lacayo Reyes 
Spíndola para que se publicara 
eu la prensa, una carta anémica 
y sosa en la que se recopilan con 
laconismo m u y significativo, 
unas cuantas sandeces desabridas 
que para sor nulificadas en lo 
absoluto, van suscritas por una 
'decena de peninsulares acauda-
lados, muy conocidos por los 
grandes favores, por las esplén-
didas concesiones que han reci-
bido del gobierno mexicano. 
El cable transmitió" á México 
Jas tribulaciones y los histéricos 
berrinches del cortesano Bóíste-
gui y do la misma enfermedad^ 
3e contagiaron loe ex-hombres, 
ios maricones desmedrados ó" in-
ielices que pululan en las redac-
ciones de las hojas gobiernistas. 
Dice "El País" de la oiudad 
de México: 
"La Patria" fué el primer pe-
riódico mexicano que habló de 
tal correspondencia (la de Bona-
foux); y "El Imparcial" que 
tiene mucho de gallina, entre 
otras cosas, la costumbre de qrai-
tar á sus vecinas cualquier lom-
briz que les mira en el pico, co-
rreteó á "La Patria" y le arrebató 
EL ASUNTO DEL DÍA, presen-
tándole como descubridor de él." 
"Toda la prensa gobiernista 
levantó el g r i t o . , . . mejor dicho, 
«1 lodo, para poner á Bonafoux 
oomo oveja de Agosto." 
"Este Bonafoux, desde hace 
veinte años, hasta la víspera de 
saberse aquí lo de la oarta, había 
sido para los periódicos que hoy 
lo atacan, el "espiritual humo-
rista;" el "brillante revistero;" el 
"escritor más regocijado de ha-
bla española;" el "periodista por 
excelencia," el "único éuoesor de 
Luis Tabeada;" el "amenísimo 
Bonafoux;" el "encantador Bo-
nafoux;" el "irresistible Bona-
foux;" pero desde á otro día de 
lo de la carta, Bonafoux no es 
más que un revistero de Cara-
vanchel, un bufón sin sal, un 
calumniador de pacota vendido 
á Guatemala; un portorriqueño, 
un tal tpor cual, con todo el dic-
cionario de costumbre en las es-
paldas." 
Más de una semana, los perió-
dicos mercenarios se han ocupado 
en injuriar á Bonafoux sin cui-
darse de espigar argumentos en 
el campo de la lógica, para opo-
nerlos á las acusaciones y á lo» 
juicios palpitantes de verdad que 
ese eximí© escritor, autorizara 
con su firma prestigiada é ilustre. 
Los defensores del despotismo, 
percatados de que es muy de-
leznable el terreno sobre que pi-
san, rehuyen entrar en polómioa 
con Bonafoux y quieren atur-
dido y callarlo & fuerza de gritos 
y blasfemias. ¡Pero se engañan 
los ímbéoijes! Hombre» de ca-
rácter, como Bonafoux, no han 
de in t imidare por la algazara de 
serrallo que armen los eunucos 
de la prensa, Las contorsiones 
afeminadas, las amenazas ridi-
culas que lanzan esos infelices 
renegados del sexo fuerte, han 
de causar á Bonafoux el mismo 
imperturbable desprecio que á 
un mozo garrudo y valiente le 
causarían los asparrientos de 
una vieja y desmedrada arpía 
que le mostrara los puños laxos 
é impotente» y ie gritara : " ¡te 
voy á «xtrangulari" 
Juan Sánchez Azcona, Direc* 
tor dé "El Diario," que acaricia 
la loca quimera de vencer on la 
justa del (Servilismo al veterano 
maestro de ceremonias Rafael 
Reyes Spíndola, Director de "El 
Imparcial," tuvo la peregrina 
ocurrencia de arrancar á loe re-
presentantes extranjeros acredi-
tados eü nuestro país, opiniones 
acerca de Porfirio Día* y con re-
lación á lo» conceptos Vertidos 
por la pinina nerviosa de Luis 
Bonafoux. 
Los señores representantes, de 
las potencias extranjeras, no po-
drían olvidar el rudimentario 
precepto de diplomacia, que les 
marca el debe» de cultivar rela-
ciones cordiales con los gober-
nantes del país en que están 
radicados y de emitir acerca de 
dichos gobernantes solamente 
expresiones gratas y afectuosas; 
no podrían olvidar ,esa obliga-
ción ineludible, y de allí que 
contestaran en la forma que lo 
hicieíoiv^al impertinente en-
viado de "El Diario," y de allí 
también que carezcan de valor 
alguno esas opiniones forzadas, 
impuestas por la etiqueta y por 
conveniencias de Estado. 
Sin embargo, en las famosas 
entrevistas publicadas por "El 
Diario," se deslizaron algunas 
notas discordantes que son toda 
una revelación y meracen que 
las apuntemos. 
El Ministro de Guatemala, á 
pesar de las repetidas instancias 
del repórter mencionado, se negó 
rotundamente á contradecir los 
asertos de Bonafoux, alegando 
que su misión diplomática le 
prohibía cualquier intromisión 
en loa asuntos políticos de Mé-
xico. 
El Embajador americano sos-
tuvo que nuestras autoridades 
obraban generalmente en justi-
cia, "sa lvo alguno que otro 
e*ror." 
El encargado de negocios de 
Bélgica, en estilo que tiene más 
de burla quo de seriedad, dijo : 
" ¡No, seño»! iqué tiranía va á 
haber en México! ¡No, señor; 
nada de lo que eie corresponsal 
ha asentado, es cierto!" 
Pero al Ministro del Japón 
le estaba reservado mostrarse 
más mordaz que todos "sus cole-
gas. 
Contestó al repórter : 
"Nada sé yo de eso. Lo que 
me consta, es que actualmente,se 
encuentra viajando por los cen-
tros de inmigración japonesa, el 
Sr. Chonoakó Sada, segundo Se-
cretario de la Legación, quien 
fué comisionado para investigar 
ei los japoneses que trabajan á 
las órdenes de varias compañías 
particulares, reciben de los em-
pleados de éstas malos trata-
mientos: á este respecto sí hemos 
recibido algunas q u e j a s . " . . . . . . 
Tanto en las referidas entre-
vistas con los miembros del cuer-
po diplomático como en los de-
más detalles de la ruidosa cam-
paña (?) contra Bonafoux, la 
prensa subvencionada ha proce-
dido con gran inconsecuencia y 
ridicula torpeza. 
Atribuyó á Bonafoux concep-
tos que no había emitido y le 
combatió datos que sí publicó; 
pero que con anterioridad apa-
recieron en las columnas ido "El 
Diario" y "11 Imparcial.*'' " v 
Para que no se nos vaya á 
juagar de apasionados, dejemos 
en este punto coa el uso d@ la 
palabra, á "El País" que se ahi-
noja ante «1 principio de autori-
dad y que está muy lejos de sim-
patizar con nuestras doctrinas y 
rebeldías: . 
"Si exceptuamos lo de la revo-
lución de Septiembre, todo lo 
demás que "El Imparcial" le 
atribuye á Bonafoux, lo han 
dicho aquí loa periódicos gobier-
nistaá. Por ejemplo : que fue-
ron fusilados huelgistas de (Dri-
zaba. Eso que no dijo Bonafoux 
y por lo cual lo liaa crucificado,, 
lo dijo "El Diario," y sin em-
bargo, "El Diario" ha ido á pe-
dir á los Excmos. Ministros ex-
tranjeros, opiniones contra lo 
que suponía había dicho Bona-
foux; pero como quien lo dijo 
fuó "El Diario," hé aquí á esto 
periódico buscando tan respeta-
bles pareceres ¡CONTRA SÍ 
MISMO! ¿No es esto llevar las 
cartas de Urías? " 
"Dice la carta de Bonafoux 
que en "México, los trabajadores 
de las haciendas, son considera-
dos mercantilmente como gana-
do, de modo que forman parte 
de la finca, y en ese concepto se 
hacen las operaciones." 
"Pues bien, "E\ Imparcial" 
acaba de publicar la noticia de 
haberse embargado una hacienda 
en Campeche CON TODO Y 
PEONES. Así lo afirmó rotun-
damente." 
"Dice la carta que los perio-
distas mexicanos de oposición 
son perseguidos hasta en el ex-
tranjero. Indignación de "El 
Imparcial" y de "El Diario" y 
sin embargo, "El Diario" y "El 
Imparoial" publicaron en estos 
días un telegrama de la Prensa 
Asociada, anunciando que el 
Cónsul mexicano en Arizona ha-
bía sido encausado con motivo 
del plagio 6 secuestro de un pe-
riodista mexicano, Manuel Sara-
bia, que fué sacado con violencia 
del Palacio Municipal y traído 
rápidamente al lado mexicano." 
Muy desacertados, anduvieron 
los turiferarios de la Dictadura, 
en el escándalo periodista que 
fomentaron para sostener una 
causa insostenible én el terreno 
de la discusión. Los argumentos 
presentados por Bonafoux que-
dan en pie: nadie los ha refutado 
y nadie los refutará victoriosa-
mente porque encierran la ver-
dad que esplende sobre todos los 
errores, que triunfa sobre todos 
los sofismos, aunque lleven éstos, 
engarzados; perlas de falsa elo-
cuencia y de engañador ingenio. 
La algarabía de la prensa go-
biernista ha servido únicamente 
para irritar á Bonafoux (á quiense ha insultado con cobarde en-
cono) y para excitar la atención 
de España sobre la tiranía que 
rige en México. El pueblo espa-
ñol espera con interés el desarro-
llo de la campaña apenas ini-
ciada. 
Bonofaux replicará muy en 
breve. Ya se le enviaron docu-
mentos de vital importancia y 
datos muy abundantes que sabrá 
aprovechar para confundir á sus 
impugnadores. 
üoia Bonafoux colaborará un 
grupo selecto de luchadores in-
telectuales, franceses é ingleses, 
que en Francia, la Gran Bretaña 
y otros países de Europa, sosten-
drán la noble cruzada, de simpa-
tía para los revolucionarios me-
xicanos y de oprobioso despres-
tigio para "el César Porfirio Díaz. 
Que nuestra actitud encienda 
la ira en los protervos, aue ra-
bien los abyectos. Mejor: su 
enojo ea incentivo que nos empu-
ja á la pelea. 
¡Aullad, e u n u c o s 1 ¡Aullad, 
Sánchez Azeona.Reyes Spíndola! 
Vuestro Sultán se va, Se hunde 
y á su desaparición, lacayos apes-
tosos, no podréis gritar como de-
searíais : " ¡El Rey ha muerto! 
I Viva el Rey." A Porfirio Díaz 
Jo sucederá un Rey que no gusta 
de adulaciones ; lo sucederá la 
Libertad. No habrá entonces 
serrallo» para cebar á los servi-
les, no habrá redacciones de pe-
riódicos venales y corrompidos. 
¿Dónde os refugiarais enton-
ces, viles palaciegos? ¿Como vi-
viréis entonces, gusanos de la 
prostitución? 
Añilad, mientras se llega la 
hora de azotaros en la vía públi-
ca para castigar vuestra desver-
güenza, oh! renegados de la viri-
lidad! oh! tránsfugas hediondos 
del sexo fuerte. 
Añilad, Sánchez Azcona, Re-
yes Spíndola 
¡Aullad, eunucos! ¡Aullad, exc 
hombres! 
"EL IMPARCIAL" LLORANDO. 
El apoyo que están prestando 
los Bancos Nacional de Méxioo 
y Central á los establecimientos 
de crédito de la Península yuca-
teca, conmueve al "Imparcial" 
hasta las lágrimas y lo hace ex-
clamar : "Esto demostrará á los 
hijos de Yucatán que debea te-
ner cariño hacia el Centro, en-
tendiendo como tal no sólo ©1 
Gobierno, sino los Bancos, los 
capitales, todo lo contenido en 
esta esfera de acción." 
Es decir, que un servicio do 
burgués á burgués, de traficante 
á traficante, de explotador á «x-
plotador, de judío á judío, debe 
exaltar el cariño de los dewgra 
ciados que á chicotazos raspan la 
hoja del henequén, de los parias 
qqe desfallecen de hambre y de 
maltrato en las fincas de I03 es 
clavistas yucatecos, los explota-
dores que actualmente se- en-
cuentran envueltos en una crisis 
financiera resultado de sus auda-
ces especulaciones y á quienes 
tienden la mano sus compañeros 
de rapiña del centro de la Repú 
blica. 
Amor al Gobierno de la Fede-
ración que mantiene" soldados 
para someter á los esclavos, amor 
á los capitales que niegan A los 
trabajadores el bienestar que le-
gítimamente corresponde á los 
que trabajan. Eso es lo que "Mi 
Imparcial" aconseja á los hijos 
de Yucatán. 
No, no amor; ¡rebeldía y od 
contra ese Gobierno que no» 
hace desgraciados; rebeldía y 
odio contra la plutocracia q 
paga con el látigo el trabajo de 
los esclavos! 
LECTOR. 
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