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Caleidoscopio de la ciudad contemporánea Economía, Sociedad y Medio Ambiente María Isabel Angoa Pérez Alejandro Sánchez Zárate Isaías Aguilar Huerta María Isabel Angoa Pérez Alejandro Sánchez Zárate Isaías Aguilar Huerta CaleidosCopio de la Ciudad Contemporánea eConomía, soCiedad y medio ambiente Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Altres Costa-Amic Editores Corrección académica y coordinación: Dra. María Isabel Angoa Pérez, Mtro. Alejandro Sánchez Zárate y Mtro. Isaías Aguilar Huerta Consejo Científico Editorial de Altres Costa-Amic Editores (Ciencias Eco- nómicas): Dr. Cuauhtémoc Calderón Villarreal, Dra. María de Lourdes Cárcamo Solís, Dra. Edit Hernández Flores y Dr. Víctor Job Paredes Cuahquentzi. Revisión, diseño y coordinación editorial: Bartomeu Costa-Amic Leonardo Corrección de estilo: Martha Dávila Márquez, Flor Daniela García Dávila, José Francis- co Parra Miguel Maquetación: José Isaías Velázquez García Diseño de portada: Roser Costa-Amic Manzano Coordinador de impresos: José Martínez Comentarios sobre la edición y contenido del libro a: iangoa@yahoo.com costaamic@gmail.com Esta obra fue dictaminada por pares académicos Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los editores, en términos de la Ley Federal de Derecho de Autor, y en su caso, de los tratados internacionales aplicables; la persona que infrinja esta disposi- ción, se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes © 2016, Derechos Reservados Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Facultad de Economía, Ciudad Universitaria, Av. San Claudio y 22 Sur, s/n; Col. Jardines de San Manuel, Puebla, Puebla 72570 México (www.eco.buap.mx) coedición con Altres Costa-Amic Editores, S.A. de C.V. Calle 35 Poniente núm. 302-A; Col. Chula Vista, Tel + 52 (222) 289 7927; telcel 222 200 3349 Puebla, Puebla 72240 México (altrescostaamic.wordpress.com) 1ª edición, diciembre de 2016 ISBN BUAP: 978-607-525-185-1 ISBN Altres Costa-Amic: 978-607-8154-99-9 Impreso en México. Índice Intorducción 7 parte i GeoGrafía eConómiCa. ConfiGuraCión espaCial y seCtorial en la Ciudad 1. O retorno da política industrial na América Latina. Evidências e práticas da experiência brasileira Santos, Leandro Bruno 17 2. Análisis macrogeográfico de la especialización del sector servicios en México, 1998-2008 Pérez Campuzano, Enrique, Sánchez-Zárate, Alejandro y Angoa Pérez, Isabel 45 3. Circuito espacial de produção do petróleo: uma nota sobre a economia urbana da «capital nacional do petróleo» Da Silva, Silvana Cristina 71 4. Cidades médias e aglomeração urbana: entre continuidades e descontinuidades territoriais e espaciais Miyazaki, Vitor Koiti 89 parte ii merCado de trabajo. aspeCtos teóriCos y empíriCos en torno a la informalidad 5. Estructura laboral y trabajo informal en el Área Metropolitana de Puebla, 2005-2013: la participación de las mujeres Aguilar Huerta Isaías, Rivera de la Rosa, Jesús y Vera Vélez, Rebecca 129 6. De la Sierra al subterráneo. Los supuestos migrantes rurales de la Sierra Norte de Puebla y la economía de la mendicidad en el Metro de la Ciudad de México Serna, Érick 151 7. La informalidad en el barrio de Tepito como forma de inserción, estrategia o práctica cotidiana concreta frente al sistema dominante Jiménez Limón, Alexander Yahir 181 8. El trabajo infantil familiar y no familiar urbano en México: el proceso de incorporación precoz al mercado laboral Estrada Quiroz, Liliana 211 Flexibilidad geográfica y laboral de los migrantes mexicanos en el mercado de trabajo estadounidense, 2005-2010 Cedillo Villar, Rosa Elvira 239 parte iii. Calidad de vida y proCesos de urbanizaCión Contrastes de pobreza multidimensional intraurbana en el municipio de Puebla: centro vs periferia Sánchez Martí, Jose Antonio; Angoa Pérez, Isabel y Losa Carmona, Antonio 267 Segregación socioespacial en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala, 2010 Sánchez Zárate, Alejandro; Angoa Pérez, Isabel y Lara Galindo, Emilia 288 Influencia del proceso de urbanización en las condiciones de vida de la población. El caso de Ecuador Osorio Guerrero, Pablo Enrique 309 A construção das modalidades de governança territorial no estado de São Paulo Labigalini Fuini, Lucas; Silva Pires, Elson Luciano y Figueiredo Filho, Wilson Bento 324 parte iv. Gestión Gubernamental y medio ambiente urbano Construcción socio-ambiental y política del agua en Mazatlán, Sinaloa Kelly Torreblanca, Luis Gustavo 359 Gestión intermunicipal para la provisión de servicios de agua potable, drenaje y saneamiento en la zona metropolitana de Xalapa. Un estudio de caso Ladrón de Guevara, Rebeca Ampudia 378 Vulnerabilidad frente a eventos hidrometeorológicos en escenarios de cambio climático: las inundaciones en la ciudad de Xalapa, Veracruz Hernández Hernández, Claudia Berenice 408 [ 7 ] introduCCión La ciudad, más que una organización territorial perfectamente delimita- da y consistente, es un espacio que emerge de la convergencia de múl- tiples factores relativos a la subjetividad colectiva. Esto quiere decir que la construcción urbana debe ser entendida como un proceso complejo que abarca desde la conformación identitaria de los individuos hasta los intercambios políticos y económicos que en ella se enmarcan, y que la reconfiguran, en el mundo contemporáneo, dentro de la inte- racción global: las relaciones globales de capitales componen una nueva geo- grafía de la centralidad, donde lo espacial se reinterpreta a partir de los mercados. El pre- sente texto recoge los trabajos de investigación que abordan distintas facetas del fenómeno urbano en nuestro continente. La primera parte del libro está orientada al análisis de los procesos de reconfiguración económica sectorialy espacial de la ciudad. En el capítulo «O Retorno da Política industrial na América Latina. Evidéncias e práticas da experiéncia brasileira», Leandro Bruno aborda la política industrial en América Latina, con énfasis en las experiencias y prácticas del Brasil del siglo XXi. Los gobiernos de Ignacio Lula y Dilma Rousseff colocan a la industria en el centro de una estrategia de desarrollo, enfatizando la innovación y el avance tecnológico, la cons- trucción de instituciones de coordinación, la selectividad sectorial y la inserción competitiva de la industria brasileña en el mercado interna- cional. El autor destaca que, a pesar de los avances de las políticas in- dustriales, la permanencia de los pilares neoliberales (tipos de cambio, intereses y superávit primario) impide cualquier cambio estructural en la industria brasileña, y que el énfasis en el fomento a la innovación, al no considerar las densidades técnicas sobre el territorio, cristaliza la con- 8 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea centración de las actividades más dinámicas en la Región Concentrada. En el capítulo denominado «Cambios de la especialización del sec- tor servicios en México. Un análisis espacial, 1998-2008», de Enrique Pérez Campuzano, Alejandro Sánchez e Isabel Angoa, se analiza la es- pecialización del sector servicios en México mediante la observación de zonas metropolitanas, municipios urbanos y rurales. Por medio del cociente de localización, se identifican las zonas que han mantenido su especialización durante la última década en servicios tradicionales a la producción, servicios intensivos en conocimiento, sociales, personales y de distribución. Se identifican, además, aquellos municipios que en el último año ad- quirieron dicha especialización. En el tercer capítulo, «Circuito Espacial de Produ;;ao do Petróleo: uma nota sobre a economia urbana da ‘Capital Nacional do Petróleo’», la autora, Silvana Cristina da Silva, retoma la Teoría de los Dos Circuitos de la Economía Urbana, originada en la década de 1970 para interpretar la urbanización enlos países pobres y las trans- formaciones actuales de la ciudad. Da Silva analiza la dinámica de la economía urbana en el estado de Río de Janeiro, y en específico, en el municipio de Macaé, considerado la «Capital Nacional del Petróleo», a partir de las trans- formaciones en el circuito espacial productivo del petróleo. Para ello, propone la categoría de circuito espacial de producción. En el cuarto capítulo, «Cidades médias e aglomera;;ao urbana: entre continuidades e descontinuidades territoriais e espaciais», Vitor Miyaza- ki analiza el proceso de aglomeración urbana en tres ciudades medias de Brasil. A partir de una breve contextualización teórica y conceptual, el autor examina los procesos relacionados con la aglomeración urbana -sea que ocurra por continuidad territorial o a partir de la articulación-, tomando en cuenta lo flujos y dislocamientos cotidianos. A decir de Miyazaki, dicho escenario impone la necesidad de un debate que con- temple acciones colegiadas y mayor integración entre los municipios aglomerados, incluyendo aquellas realidades fuera del contexto metro- politano, como es el caso de las ciudades medias. En la segunda parte, denominada: Mercados de trabajo. Aspectos teóricos y empíricos en torno a la informalidad. El primer capítulo, «El trabajo informal en el área metropolitana de Puebla, 2005-2013», de Isaías Aguilar, Jesús Rivera y Rebecca Vera, aborda, en un contexto de cambio, el mercado de trabajo en el área metropolita- na de la ciudad de Puebla en el periodo de 2005 a 2013. Los autores justifican la elec- ción de esa periodicidad en la relevancia metodológica que ofrecía el Economía, sociedad y medio ambiente · 9 estudio de los años previos a la crisis económica de 2009, los impactos de ésta sobre el mercado de trabajo y el comportamiento en los años posteriores. La investigación indaga sobre las características del trabajo por sectores de actividad económica, por posición en el empleo y por niveles de ingreso medidos en salarios mínimos. En la última sección del trabajo se destacan las características del empleo informal frente al empleo formal. En el capítulo «De la Sierra al subterráneo. Los supuestos migrantes rurales de la Sierra Norte de Puebla y la economía de la mendicidad en el metro de la Ciudad de México», de Érick Serna, se describe la práctica de la mendicidad en el metro de la Ciudad de México, que realiza un grupo de supuestos migrantes de origen rural provenientes del estado de Puebla. Este vínculo, aunque hipotético, permite obser- var la vigen- cia de la relación entre el campo y la ciudad, componente clásico de la pobreza urbana. El trabajo destaca cómo las personas construyen una actividad económica en torno a la explotación discursiva del estigma de la pobreza rural, apropiándose, así, de los vagones del Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano (stc Metro). El análisis se sostiene en una metodología cualitativa que retoma la experiencia vital como fundamento de la investigación, sistematizando las observaciones y anotaciones recabadas a lo largo de más de cuatro años de viajar en el transporte subterráneo. Con ello, el autor construye una etnografía de las actividades económicas informales que se desarrollan en el metro, entre ellas, la mendicidad de la población de origen rural. En «La ‘informalidad’ en el barrio de Tepito. Forma de inserción y/o estrategia frente al sistema dominante», de Alexander Yahir Jiménez, se reflexiona en torno a las formulaciones y debates de aproximación epis- temológica, desde el pensamiento crítico marxista y latinoamericano, sobre el desarrollo y el postdesarrollo. Se trata, en lo fundamental, de un acercamiento analítico a una cruda realidad latinoamerica- na, cuya complejidad refleja múltiples determinaciones socio-históricas y formas de dominación concretas y particulares. Desde tal perspectiva, el ensayo intenta mirar esa realidad como totalidad concreta y discurre sobre la interrelación del proceso general de acumulación y las formas específi- cas de inserción o estrategias que, bajo tal contexto, podrían caracterizar al emblemático barrio de Tepito, en la Ciu- dad de México, en el decur- so de los procesos de desenvolvimiento de un paradigma dominante -el proceso de acumulación capitalista en su fase neoliberal y global. Por otra parte, en «El trabajo infantil familiar y no familiar urbano en 10 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea México: el proceso de incorporación precoz al mercado laboral», que presenta Liliana Estra- da Quiroz, se distinguen los diversos tipos de trabajo para su mejor comprensión. Sostiene la autora que una distin- ción que no ha sido considerada en las investiga- ciones sobre el trabajo infantil urbano tiene que ver con la relación de parentesco que existe entre el niño y su empleador. En un país como México, donde muchos niños trabajan de manera casi velada en negocios o talleres familiares, esta dife- renciación resulta fundamental, no únicamente para distin- guir dos problemáticas distintas, sino también para visibilizar un tipo de trabajo que suele perderse entre las actividades domésticas, llegando incluso a no percibirse como trabajo, sino como una simple ayuda. En este capítulo, Estrada aborda uno de los diversos aspectos que podrían diferenciar a estos dos grupos de niños trabajadores: el proceso de in- cor- poración al mercado laboral y las motivaciones tanto económicas como subjetivas de los niños para su inserción. Los resultados que se presentan están basados en la información de dos fuentes comple- mentarias y de naturaleza diferente, ambas del año 2007: el Módulo de Trabajo Infantil (mti) -que forma parte de la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (enoe), la cual es representativa para las grandes ciudades del país-, y entrevistas semidirigidas a niños trabajadores de una colonia popular de la Ciudad de México. El último capítulo de esta sección, denominado «Flexibilidad geo- gráfica y laboral de los migrantes mexicanos en el mercado de trabajo estadounidense, 2005-2010», de Rosa Elvira Cedillo Villar, demuestra que, a pesar de la recesión en Estados Unidos, la movilidad espacial constituyó un recurso habitual post-recesión econó- mica para los inmi- grantes mexicanos. Este trabajo indagó, específicamente, si la movilidad espacial fue un recurso que los inmigrantes mexicanos utilizaron ante la drástica pérdida de empleo producto de la recesión económica esta- dounidense de 2008. La investigación explora los principales motivos del cambio de residen- cia de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos durante el periodo de análisis a partir de un modelo logístico multinomial. La tercera parte, Calidad de vida y procesos de urbanización, se compone de cuatro capítulos. En el primero, «Contrastes de pobreza multidimensional intraurbana en el municipio de Puebla», José Antonio Sánchez, Isabel Angoa y Antonio Losa tratan de elucidar, extrapolan- do el caso poblano, cómo se expresa la pobreza y la desigualdad en las ciudades mexicanas. Este traba- jo, aterrizado en Puebla, metrópoli Economía, sociedad y medio ambiente · 11 llena de desigualdades, busca medir la pobreza multidimensional y con- trastarla en tres zonas de la ciudad: el Centro Histórico, San Ramón (al sur de la ciudad) y La Resurrección (localidad urbana con alta presencia indígena). Para ello, se realizaron trescientas encuestas repartidas equi- tativamen- te en las tres zonas, lo que permitió analizar aspectos como el rezago educativo, el acceso a servicios de salud y seguridad social, la calidad, el espacio de la vivienda y el acceso a servicios básicos dentro de la misma, así como el acceso a la alimentación, aparte de una dimen- sión relacionada con el tiempo libre. En «Segregación socioespacial en la zona metropolitanaPue- bla-Tlaxcala, 2010», de Alejandro Sánchez, Isabel Angoa y Emilia Lara, se realiza un estudio explorato- rio de la segregación socioespacial en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala (AMPT) en 2010, para de esta manera actualizar, contrarrestar y dar más fuerza explicativa a los -esca- sos- estudios previos sobre la ZMPT. En el capítulo que presenta Enrique Osorio, «Influencia del proceso de urbani- zación en las condiciones de vida de la población. El caso de Ecuador», el autor detalla cómo la urbanización en Ecuador respon- dió a la incorporación del país a un sistema de comercio internacional basado en productos primarios como el cacao, el banano y el petróleo. Apunta Osorio que esto determinó las características de la urbanización debido a las migraciones campo-ciudad y sierra-costa, que generaron un desarrollo desigual entre regiones. El estudio permite revisar críti- camente la influencia de la urbanización ecuatoriana en las condiciones de vida de la población urbana utilizando una alternativa metodológica para el efecto. El último capítulo de este apartado, «A construçao das modalidades de gover- nan;;a territorial no Estado de Sao Paulo», pertenece a Lucas Labigalini Fuini, Elson Luciano Silva y Wilson Bento Figueiredo. Este trabajo busca comprender, desde una perspectiva interdisciplinaria, el funcionamiento de las diversas modalidades de gobierno, aparte de las políticas públicas, en el estado de Sao Paulo, Brasil, considerando las recientes innovaciones institucionales generadas para atender las demandas territoriales en el marco de la descentralización político-ad- ministrativa en el territorio brasileño. Así, se destacan, en un análisis tanto cuantitativo como cualitativo, los ejemplos de los Comités de Cuencas Hidrográficas para auxiliar la gestión territorial de las aguas; de las Cámaras Sectoriales, como gestoras del agro- negocio; de las Orga- nizaciones Productivas Locales, como gestoras de la política industrial 12 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea de desarrollo de pequeñas empresas, y de los Circuitos turísticos, como gestores del turismo. Por tanto, se entiende el gobierno de los territorios como mo- dalidades de coordinación, parciales y provisionales, de pro- gramas de desarrollo que involucran actores públicos, privados y de la sociedad civil enfocados a deter- minados sectores de la actividad eco- nómica y social, lo cual implica relaciones de poder, jerarquías y formas de cooperación y conflicto entre los participantes, pro- porcionalmente diferenciadas dependiendo del carácter público o privado del bloque socioterritorial construido. En la cuarta parte de este libro se aborda la política ambiental en entornos urbanos, a partir de trabajos como el de Gustavo Kelly, quien presenta el capítulo denomi- nado «Construcción socioambiental y po- lítica del agua en Mazatlán, Sinaloa». La perspectiva de este trabajo radi- ca en entender que el problema del agua -tanto el suministro como su conservación- surge a raíz de las construcciones discursivas y tiene un efecto en la aplicación de políticas públicas encaminadas a exacerbar las condiciones de uso en beneficio del desarrollo productivo en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa. El autor analiza la relación naturaleza-sociedad en el afán de comprender la actual imbricación entre agua y seres huma- nos. Esta condición resulta esencial, dado que las coaliciones discursivas que los distintos actores configuran en torno al tema, impactan en la construcción del mismo y en las posibles soluciones (políticas públi- cas). El replanteamiento se vuelve imprescindible en tanto las posibles soluciones se encuentren, en gran medida, mediadas por la política y la economía local. En el capítulo «Gestión intermunicipal para la pro- visión de servicios de agua potable, drenaje y saneamiento en la zona metropolitana de Xalapa. Un estudio de caso», Rebeca Ampudia aborda la problemática en que se ven inmersas las ciudades en expansión, que, si desbordan los límites político-administrativos municipales, enfrentan la creciente demanda de servicios urbanos y la necesidad de gestión de los mismos. Esta investigación evidencia la disparidad entre una reali- dad observada y el deber ser, conjugando dos temas globales reflejados en el México contempo- ráneo: el fenómeno metropolitano y la presta- ción de los servicios de agua potable, drenaje y saneamiento (saPdys). La legislación mexicana prescribe, en el Artículo 115 constitucional, la prestación de los saPdys como obligación municipal, pero, a su vez, abre la posibilidad de una asociación intermunicipal consensuada. En la zona metropolitana de Xalapa (zmX), si bien no existe un organismo operador intermunicipal de servicios de aguas, como en otras zonas Economía, sociedad y medio ambiente · 13 metropolitanas del país, han emergido acuerdos informales de coope- ración entre municipios en alguna etapa de su prestación. El trabajo se compone de un breve marco teórico, legal y referencial, y de un estudio de caso, los cuales, en conjunto, exploran las vertientes institucionales, políticas, e incluso técnicas, de la gestión metropolitana de saPdys. Las fuentes de información en el estudio de caso son instrumentos legales y de planeación, da- tos censales de 2010, entrevistas a funcionarios de las Comisiones Municipales de Agua y Saneamiento (cmas), información periodística y visitas físicas a sistemas de agua y a ríos urbanos. En «Vulnerabilidad frente a eventos hidrometeorológicos en esce- narios de cambio climático: las inundaciones en la ciudad de Xalapa, Veracruz», que presenta Berenice Hernández, se muestran algunos resultados del estudio exploratorio que, entre otras cosas, examina la diferencia entre un índice basado sólo en indicadores cuantitativos -ob- tenidos de diversas bases de datos nacionales-, y uno que integre indi- cadores cualitativos -conseguidos de la percepción social a través de la encues- ta desarrollada en algunas colonias de la ciudad de Xalapa-, de tal manera que se pueda identificar la utilidad de incluir a los actores en los procesos de toma de decisión e implementación de políticas públi- cas. La autora parte del supuesto de que la población que no percibe el riesgo bajo el cual vive, acrecienta su vulnerabilidad, y que es posible, con la creación de redes comunitarias u otras formas de organiza- ción, que la población se encuentre más preparada para resistir los embates que un desastre provocado por fenómenos hidrometeorológicos puede ocasionar. Finalmente, en el capítulo «Efecto de las políticas ambientalistas en la localización de actividades económicas», Jacob Reyes expone la si- tuación actual de las políticas ambientales implementadas en distintos países para controlar el impacto de las actividades económicas -dada la creciente evidencia de sus efectos negativos sobre el entorno-. El autor comienza por subrayar que el cumplimiento de estas normas am- bientales representa un costo para las empresas cuyas activida- des de producción tienen un mayor impacto sobre el medio ambiente, razón por la que estas industrias tratarán de disminuir dichos «costos» aprove- chándose de las diferencias en las legislaciones ambientales entre países, lo cual puede llevar a la concentración de industrias contaminantes en aquellas regiones y países con leyes ambientales más laxas. Posterior- mente, sin embargo, Reyes cuestiona si realmente los costos ambien- tales influyen en las decisiones de localización de una empresa conta- 14 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea minante o son sólo una parte poco significativa de los costos totales de producción; inclusive se pregunta si los costos asociados al cumpli- miento de las normas ambientales son plenamente identificados por las empresas o son subestimados. En este trabajo se evalúa la importancia de los diferentes costos ambientales en las de-cisiones de localización de las industrias contaminantes mediante una modificación del modelo de Barbier y Hultberg, basado en la Teoría de juegos. parte i GeoGrafía eConómiCa. ConfiGuraCión espaCial y seCtorial en la Ciudad [ 17 ] 1. o retorno da polítiCa industrial na amériCa latina. evidênCias e prátiCas da experiênCia brasileira Santos, Leandro Bruno1 1.1 Introdução Na América Latina, após a grande depressão econômica dos anos 1930 e com o estrangulamento externo decorrente do conflito mundial, o pen- samento desen- volvimentista emanado da Comissão Econômica para a América Latina e o Caribe (cepal) logrou disseminar suas ideias-força na maior parte dos países da região. Prebisch (2000 [1959]) constatou que o progresso técnico nos países centrais e a consequente melhoria da pro- dutividade não se traduziram na diminuição dos preços das manufaturas, enquanto os países periféricos assistiam à deterioração do poder de com- pra, em função do aumento das quantias necessárias de matérias-primas para uma mesma quantia de produtos industriais. Havia, portanto, uma deterioração dos termos de troca entre bens agrícolas e industriais. O rompimento com a mecânica de deterioração das relações de tro- ca só seria possível com o desencadeamento de um processo de indus- trialização, alcançado por meio da adoção de políticas deliberadamente favoráveis à Substituição das Importa- ções (si). Paulatinamente, o Esta- do tornou-se o principal indutor e investidor direto no desenvolvimen- to da atividade econômica, a estrutura industrial tornou-se mais com- plexa com o avanço de bens intermediários, bens de consumo duráveis e faixas de bens de capital. A maior diversificação horizontal e vertical da indústria conheceu vários sobressaltos sob a forma de inflação, des- emprego, concentração de renda, en- dividamento externo etc. Nos anos 1980, o esgotamento do modelo desenvolvimentista trou- xe à tona a ausência do setor de bens de capital eficiente e diversificado 1. Universidade Estadual Paulista (unesp), Campus de Ourinhos [17] 18 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea e os problemas atinentes à industrialização para dentro, como prote- cionismo excessivo, ausência de metas e contrapartidas, pouca ênfase exportadora, incentivos quase ad aeternum. Até mea- dos dos anos 1990, embora possamos identificar iniciativas setoriais e horizontais por toda a região, a política econômica deu pouca atenção ao desenvolvimento e foi marcada pela ausência de política industrial lato sensu, por conta da hegemonia dos ideais neoliberais e da busca pela estabilidade. Grassa, nesse momento, a ideia de política industrial compatível e complemen- tar ao mercado. Segundo Peres (2006), a partir de meados dos anos 1990, quatro grupos de políticas de promoção da competitividade têm caracterizado a retomada da política industrial na América Latina.2 O primeiro diz res- peito ao apoio a ramos já exis- tentes, sobretudo o automobilístico e os intensivos em mão de obra, por meio da criação de novos elos na cadeia produtiva. O segundo, de cunho neoschumpete- riano, trata da criação de políticas setoriais de fomento à criação de ramos mais intensivos em tecnologia, como fármacos, softwares, biotecnologia, informação e comunicação etc. O terceiro envolve a promoção de ramos privatizados (energia, telecomunicações, transportes etc.), por meio do desenvolvi- mento de ambiente regulatório adequado e propício ao investimento público e privado. Por último, o quarto compreende o apoio a Pequenas e Médias Empresas (pme) localizadas em clusters, onde a proximidade de empresas tende a propiciar a emergência de ex- ternalidades positivas. No Brasil, pela sua continentalidade, amplo mercado consumidor, complexidade da estrutura industrial, espessa divisão social e territorial do trabalho, entre outros fatores, estão presentes os quatro grupos de políticas de incremento da competiti- vidade da indústria. Neste tex- to, analisaremos os principais objetivos atinentes à Política Industrial, Tecnológica e de Comércio Exterior (pitce), à Política de Desen- vol- vimento Produtivo (pdp) e ao Plano Brasil Maior (pbm), os principais resultados alcançados e as críticas a essas iniciativas. As três políticas visaram, principalmente, o apoio a ramos já existentes e o fomento à emergência de atividades mais dinâmi- cas quanto à inovação e ao des- envolvimento tecnológico. Além desta introdução, o texto está dividido em cinco partes, in- cluindo as considerações finais e as referências. Na primeira parte, 2. Para maior aprofundamento sobre o assunto, ver Melo (2001), Peres e Primi (2009) e Peres (2011). Economía, sociedad y medio ambiente · 19 delineamos as principais definições de política industrial, além das di- ferentes abordagens e dos seus fun- damentos teóricos. Em seguida, apresentamos uma leitura estilizada da histórica relação entre Estado e Indústria no Brasil, entre finais do século xix e início do sé- culo xxi. Na terceira parte, analisamos a retomada da política industrial no país a partir de 2003, as principais iniciativas, seus objetivos e resultados alcançados. Ao final, são apresentadas algumas considerações à luz das reflexões realizadas no tex- to e as principais referências bibliográficas. 1.2 Política industrial: definições, enfoques e fundamentos teóricos Embora a literatura acadêmica demonstre a existência de várias defi- nições ati- nentes à política industrial, não é demais salientar que todas elas apresentam como denominador comum a ênfase no papel (maior ou menor) desempenhado pelo Es- tado na promoção do incremento da capacidade produtiva e comercial da indústria. As diferentes defi- nições apresentam variações quanto aos aspectos enfatizados, que po- dem ser a geração de empregos e as exportações, o conjunto de polí- ticas neces- sárias à atividade industrial, a seleção e discriminação de atividades industriais, a inserção internacional competitiva, a geração de capacidades tecnológicas, a tempo- ralidade das subvenções, as formas (vertical ou horizontal) de intervenção, inter alia. Peres e Primi (2009: 13-14) identificaram cinco definições de política industrial: 1. conjunto de ações governamentais destinadas a sustentar in- dústrias com grande capacidade de criação de emprego e po- tencial exportador e supor- tar diretamente a produção de in- fraestrutura; 2. todas políticas orientadas ao fomento à indústria, tais como incentivos fiscais e monetários aos investimentos, investimen- tos públicos diretos, incentivos à Pesquisa e Desenvolvimento (p&d), criação de campeões na- cionais, apoio às pme etc.; 3. políticas governamentais destinadas ao desenvolvimento de certas indús- trias visando manter e ampliar a competitividade internacional; 4. política que discrimina e seleciona indústrias, setores e agentes; e 5. políticas governamentais de suporte à geração de capacidade produtiva e tecnológica em indústrias estratégicas para o des- envolvimento nacional. 20 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea As diferentes definições de política industrial apresentam elementos que permitem enquadrá-las nas duas categorias de política econômica (macroeconomia e microeco- nomia). Num grupo de definições, apa- rece a menção às políticas fiscal e monetária, que afetam as variáveis produção, emprego e preços. Noutro grupo, aspectos mi- croeconô- micos são mais evidentes, especialmente a escolha estratégica de se- tores e indústrias, o apoio às pme e à criação de campeões nacionais, entre outras políticas. Para Suzigan e Furtado (2006), uma estratégia de desenvolvimento baseada numa política industrial precisa considerar os impactos conjuntos das políticas macroeco- nômica e microeconômica. De um lado, preços básicos da economia (câmbio, juros, política fiscal e tributária) podem inviabilizar qualquer estratégia de desenvolvi- mento da indústria e, deoutro lado, a política industrial pode afetar os objetivos macroeconômicos por meio do au- mento da produtividade (Suzigan e Furtado, 2006: 165). Kupfer (2003: 92) afirma que uma política industrial competente é hoje condição sine qua non para superação das restrições macroeconômicas ao crescimento e que a atuação do Estado na «microeconomia», ao invés de ge- rar constrangimentos adicionais para a manutenção da estabilidade, pode proporcionar maior grau de liberdade para a própria política macroeconômica. Para Coutinho (2002) é complexa a relação entre a política macro- econômica e a política industrial, podendo ser compatíveis ou mesmo incompatíveis. Os regimes macroeconômicos podem ser «benignos», quando combinam taxas de juros baixas com taxas de câmbio relativa- mente subapreciadas, ou «malignos», quando as taxas de juros são altas e o câmbio está sobrevalorizado. Dessa forma, sob regimes macroeconômicos benignos, não só a política industrial funciona com eficácia, mas também é fator chave de reforço da po- lítica macro. O contrário se dá no caso de regimes malignos. Nestes, a política industrial enfrenta sérias dificuldades. Por isso é fundamental a busca de compatibilidade (Coutinho, 2002: 196, grifo nosso). Suzigan (1996) demonstra, de forma sintética, a existência predomi- nante de dois enfoques de política industrial que se contrapõem, por ele denominados de «sentido amplo» e «sentido estrito». Os autores vinculados Economía, sociedad y medio ambiente · 21 ao primeiro enfoque defendem que a política industrial precisa ser uma expressão abrangente de medidas e progra- mas que afetam, direta e indiretamente, todo setor industrial, ao passo que os ligados ao segun- do enfoque advogam que a política industrial deveria se constituir na cria- ção de mecanismos de intervenção das falhas de mercado (market failures), por meio da formulação de targeting para setores, indústrias, tec- nologias ou empresas. Os autores proponentes da política industrial lato sensu defendem a necessidade de articulação da estratégia de desenvolvimento do setor industrial com a política macroeconômica e o planejamento geral indi- cativo, a formalização de diretrizes e objetivos, a organização institucio- nal específica, targeting de setores ou indústrias específicas, instrumentos de políticas auxiliares (comércio exterior, financiamento, fomento etc.), investimentos em infraestrutura econômica e de ciência e tecnolo- gia, sistema educacional e treinamento de mão de obra (Suzigan, 1996: 6; Suzigan e Furtado, 2006: 164-169). A abordagem stricto sensu não considera a política industrial como sendo perma- nente e uma estratégia de longo prazo, porque defende a atuação do Estado na correção de imperfeições de mercado, por meio de investimentos em bens públicos que visem sanar problemas de ação coletivos (sem discriminação de empresas individuais) e oferta de bens públicos locais (Almeida, 2013). Sob essa perspectiva, Canêdo-Pinhei- ro, Ferreira, Pessoa, e Oliveira (2007: 2) afirmam que “mesmo nos casos nos casos em que as falhas de mercado parecem justificar a intervenção pública, as políticas mais adequadas são de caráter horizontal”, com- preendidas por política fiscal austera, ajuste fiscal de qualidade, controle da inflação, incentivo à poupança, investimento em capital humano e infraestrutura. Amadeo (2002), além do aumento da poupança e do investimento, defende a adoção de políticas de abertura seletiva da eco- nomia. As duas abordagens remetem ao uso de diferentes tipos de inter- venção. De um lado, vários autores (Almeida, 2009; Amadeo, 2002; Canêdo-Pinheiro, Ferreira, Pessoa e Oliveira, 2007), apesar de reconhe- cerem a possibilidade de uso de polí- ticas setoriais (desde que as exter- nalidades justifiquem os custos, os benefícios e os custos sejam explici- tados publicamente e que haja metas e tempo definido), de- fendem o uso das políticas horizontais, por entenderem que estão menos sujeitas a problemas de captura (rent seeking) do Estado por grupos de interesses. De outro lado, existem os que advogam a necessidade de políticas se- 22 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea toriais direcionadas a setores específicos, particularmente os difusores de tecnologias e inovações e com atuação transversal sobre o restante da economia, porque exercem efeitos positivos sobre os demais ramos sob a forma de aumento da renda e da produtividade, incre- mento das exportações etc. (Suzigan e Furtado, 2006: 177). Kupfer (2003: 104) alerta para o fato de que, nos casos em que são profundas as heterogeneidades inter e intrassetoriais da indústria, as políticas devem levar em consideração essas especificidades, tendo em vista que configurações industriais, estágios de desenvolvimento, desa- fios competitivos e capacidades de respostas são diferentes para cada setor. Por isso, entende que é falsa a dicotomia entre política industrial horizontal e vertical. Kupfer (2003: 104) afirma que políticas horizontais, ao contrário de neutras, repercutem de forma diferenciada entre os diversos setores industriais. Simetricamente, setores diferenciados podem apresentar necessidades similares, de sorte que políticas verticais podem significar redundâncias, confli- tos e má alocação de recursos. Calibrar com inteligência ambas as práticas de política industrial é, pragmaticamente, o objetivo a ser perseguido. Essas controvérsias existentes quanto à definição e ao escopo da política in- dustrial estão estreitamente ligadas às várias correntes de pensamento econômico, cujos fundamentos teóricos são diferentes. Campanario e Silva (2004) delineiam três perspectivas teóricas de po- lítica industrial: vertente neoliberal baseada, fundamen- talmente, nas proposições do Consenso de Washington; intervenção governamental moderada visando à correção das «falhas alocativas» decorrentes do li- vre funciona- mento dos mercados; enfoque abrangente (articulação das ações microeconômicas com a macroeconomia) no qual a inovação cumpre papel fundamental no desen- volvimento e o Estado desem- penha papel importante na constituição de ambiente favorável à des- truição criadora schumpeteriana. Os ideais atinentes à vertente neoliberal, de cunho ortodoxo, são de que a atuação do Estado é justificável apenas na promoção e regulação dos bens públicos (saúde, educação, infraestrutura etc.) e no aumento da eficiência econômica (estabilidade de preços, estímulo da concorrên- cia, defesa do consumidor e justiça social). Sob esse en- foque, seria questionável a atuação estatal na economia e a política industrial, porque Economía, sociedad y medio ambiente · 23 o mercado asseguraria a mais perfeita alocação dos recursos produ- tivos escassos, por meio da lei da oferta e demanda. A política indus- trial se restringiria a certas ações horizontais na economia, tais como articulação de políticas governamentais (comercial e tecnológica), desoneração tributária, atração de capital e liberdade ao investimen- to privado (Campanario e Silva, 2004: 16). Autores neoclássicos defensores da intervenção governamental mo- derada, com um corte liberal, sustentam que a definição do escopo da política industrial só é possível após identificação das falhas e que “a intervenção do governo deve ter caráter temporário e deve cessar uma vez eliminada a distorção que motivou a po- lítica” (Canêdo-Pinheiro, Ferreira, Pessoa, e Oliveira, 2007: 27). Medidas como liberalização co- mercial e financeira seriam importantes ações horizontais para o des- envolvimento da indústria. Subjacente a essa corrente estão os ideais de racio- nalidade e maximização econômicas dos agentes econômicos, estruturas industriais dadas e informação ao conhecimento de todos, ou seja, um mercado onde a con- corrência é perfeita e os empresáriosagem como «homem econômico racional». Finalmente, autores de filiação neo-schumpeteriana defendem que as ações nor- mativas são essenciais, em contraponto aos neoclássicos e à ênfase ao mercado como regulador, e que os agentes econômicos pos- suem racionalidade militada e o conhecimento é tácito e idiossincrático. Essa abordagem confere à inovação um papel estratégico no desenvol- vimento econômico e a empresa privada é o agente estratégico na busca e introdução de inovações. O ambiente institucional no qual a firma se insere condiciona a sua estratégia e o Estado, como instância de poder, é o agente principal capaz de transformar o ambiente competitivo a fim de forne- cer condições favoráveis ou não às estratégias de inovação das empresas (Ferraz, 2009: 234). A política industrial deve impulsionar a introdução de inovações tec- nológicas, porque as vantagens compe- titivas são voláteis no tempo, ou seja, as vantagens comparativas cons- truídas num determinado momento são finitas e há a necessidade de contínua construção de «novas» vantagens (Alem, Barros e Giam- biagi, 2002: 3; Campanario e Silva, 2004: 18). Suzigan (1996: 7) afirma que, apesar da divergência entre as diferen- tes abor- dagens, todas elas convergem para uma perspectiva que torna a política industrial «intelectualmente respeitável» quando se coloca a existência de economias exter- nas —de origem tecnológica ou de na- 24 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea tureza pecuniária—, que causam impacto no aumento da produtividade da economia em geral, com potencial elevação da ren- da, manutenção dos preços sob controle e melhora do bem estar social. Assim, toda po- lítica industrial deve identificar ou criar e aproveitar as economias exter- nas, sob a forma de apoio à p&d, aos acordos de cooperação, às alianças tecnológicas e ao aprofundamento das relações universidade-empresa, no âmbito das externalidades tecnológicas, e fortalecimento de clusters e investimentos na infraestrutura econô- mica e social, no âmbito das externalidades pecuniárias. 1.3 Experiência histórica de política industrial no Brasil A literatura mostra que a preocupação sistemática com o desenvolvi- mento da indústria brasileira tem início a partir dos anos 1930, mas o grau de articulação (po- lítica e entre agentes econômicos, instituições, instrumentos e políticas auxiliares) que caracteriza uma política indus- trial lato sensu só ocorreu a partir de meados dos anos 1950, com o Pla- no de Metas (Suzigan, 1996: 7). Apesar disso, direta e indi- retamente, diversas ações estatais desde finais do século xix agiram positivamente na proteção e na promoção de algumas indústrias no país. Até o início deste sé- culo, podemos identificar nove períodos de Política Industrial, que se diferenciam quanto à abrangência e articulação, aos mecanismos e às formas de intervenção. Ausência de política industrial sistemática, 1880-1930 Durante o final governo imperial, em função das dificuldades fiscais do Estado, foi aprovada a Tarifa Belisário, que elevou as taxas de impor- tação e, indiretamen- te, protegeu a indústria da competição estrangei- ra.3 No governo republicano, a crise econômica e financeira inviabilizou o uso protecionista da política alfandegária. Em 1890, a indústria foi beneficiada com a instituição da quota-ouro sobre impor- tações — para diminuir a desvalorização do câmbio e, sobretudo, garantir recur- sos metálicos para os compromissos externos— e a emissão monetária para sanear a escassez de liquidez (Luz, 1975: 171-173).4 3. A lei estabeleceu alíquota para bens inexistentes localmente (substâncias quími- cas), elevou as taxas sobre fios tintos e protegeu produtos agropecuários (charque, arroz e milho) (Luz, 1975: 167. 4. Outras medidas favoráveis à indústria foram: elevação de 50% sobre os direitos de importação (exceto bacalhau, peixes secos, carnes de charque, feijão, milho, Economía, sociedad y medio ambiente · 25 No começo do século xx, os industriais (sobretudo os que proces- savam maté- rias-primas) foram favorecidos com a permanência da tendência de desvalorização cambial. O governo, principal comprador de divisas e dependente das importações como forma de arrecadação, adotou medidas visando à valorização cambial-redu- ção do déficit público nova tarifa alfandegária (quota ouro de 25%), aumento do imposto so- bre importação e empréstimo externo para rescindir contrato de 50% das ferrovias concedidas (Villela e Suzigan, 1975: 16). A eclosão da I Guerra Mundial e suas consequências —escassez de combustíveis e de alimentos— tornou “o governo cônscio da necessi- dade de estimular certas in- dústrias básicas, particularmente a extração do carvão mineral e a siderurgia” (Luz, 1975: 194). Com os decretos 12.943 e 12.944, as empresas privadas receberam cré- ditos do Banco do Brasil para explorar carvão de pedra e aproveitar o minério de ferro. Durante os anos 1920, a indústria passou por uma expansão e diversi- ficação e o Estado foi impelido a adotar medidas de proteção do setor (leis de similares, impostos de importação, empréstimos)5 que já repre- sentava 20% da arrecadação (Versiani e Suzigan, 1990: 10-11). 1.3.2 Tentativas de planejamento do desenvolvimento industrial, 1930-1940 A chegada de Vargas ao poder, nos anos 1930, marca uma nova con- densação de forças dentro do Estado e reflete os novos interesses e a necessidade de reformular ou criar instituições para estudar, coordenar, proteger, disciplinar e reorientar a eco- nomia e as forças produtivas, realçando o papel do Estado na realização de estudos sistemáticos.6 Nos anos 1940, tivemos vários intentos de planejamento econômico com a arroz e vinagre) e de 60% sobre vinho, bebidas alcoólicas, licores, algodão, lã, linho e seda; linha de crédito do Banco da República do Brasil para auxiliar as in- dústrias (juros de 4%); isenção de impostos à importação de maquinarias e matérias-primas e aumento das taxas para produtos similares produzidos localmente; isenção de impostos sobre a importação de bens de capital visando à exploração de carvão de pedra (Luz, 1975: 194). 5. Foram beneficiadas as indústrias de ferro e aço, mineração, artigos de seda, cimento, borracha, produ- tos químicos, papel e pasta de celulose etc. (Suzigan, 2000). 6. O primeiro estudo foi realizado em 1930, por Otto Niemeyer, convidado pelo governo para estudar ações que ajudassem a superar a depressão econômica, mas as sugestões não foram levadas adiante. 26 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea criação do Conselho Nacional de Comércio Exterior,7 Coordenação da Mobilização Econômica e Conselho Nacional de Política Industrial e Comercial (Versiani e Suzigan, 1990). A coleta e sistematização de informações, os debates e as decisões foram realizados por institutos, conselhos, departamentos e ministérios criados nos anos 1930 e 1940.8 O ibge e o Instituto Nacional de Estatística permitiram compreender a estrutura econômica e social do país e sua dis- tribuição pelo território. O creai, cria- do para apoiar a agricultura, auxiliou no financiamento de longo prazo à indústria (compra de bens de capital e instalação de indústrias básicas). Sob os auspícios da segurança nacional e desinteresse da iniciativa privada, foram criadas as empresas estatais Vale do Rio Doce (cvrd), Companhia Nacional de Álcalis, Fábrica Nacio- nal de Motores (fnm) e Companhia Siderúrgica Nacional (csn). No ano de 1945, com o golpe militar, assumiu o poder Eugênio Gaspar Dutra (1945-1950), que criou o plano salte para coordenar os gastos públicos (saúde, alimentação, transporte e energia), mas não foi implementado pela falta de recur- sos. Outra medida do governo Du- tra foi a Comissão Mista Brasileiro-Americana (1948) para diagnosticar os pontos de estrangulamento da economia, cujo resulta- do final não resultou na elaboração de um plano de ação, senão na proposiçãode diretrizes que permitissem o ingresso de capitais externos. 1.3.3 As bases institucionais do planejamento do desenvolvimento industrial, 1950-1955 No segundo governo Vargas, entre 1951 e 1954, ganhou importância o planejamento geral e a criação de grupos executivos (política setorial) com a Assessoria Econômica e o Ministério da Fazenda, respectiva- mente (Leopoldi, 1996). A Assessoria Econômica apoiou na realização de reformas administrativa e fiscal essenciais à criação da Petróleo Bra- 7. Foi o primeiro órgão de planejamento governamental porque, paulatinamente, ampliou suas atividades, re- alizou estudos e ofereceu diretrizes e projetos (soda cáustica, carvão, eletricidade, vidro etc.) (Ianni, 1971). 8. Ministério do Trabalho Indústria e Comércio, Instituto do Cacau da Bahia, Mi- nistério da Educação e Saú- de Pública, Departamento Nacional do Café e Insti- tuto do Açúcar e do Álcool, Instituto Nacional de Estatística, Código de Águas, Carteira de Crédito Agrícola e Industrial (creai), Conselho Nacional do Petróleo, Departamen- to Administrativo do Serviço Público (dasp) e Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (ibge), Serviço Nacional de Aprendizagem Industrial (senai), Serviço Social da Indústria (sesi), Fundação Getúlio Vargas (fgv), Superin- tendência da Moeda e Crédito (sumoc). Economía, sociedad y medio ambiente · 27 sileiro S.A. (Petrobrás), enquanto o Ministério da Fazen- da patrocinou a formação da Comissão Mista Brasil-Estados Unidos (cmbeu)9 e da Comissão de Desenvolvimento Industrial (cdi).10 A cmbeu recomendou 41 projetos voltados à modernização da in- fraestrutura (transportes e geração de energia) e a criação de um banco de desenvolvimento para coordenar os investimentos e receber apoio financeiro do Exim-Bank e do Banco Mundial. À época, o governo aprovou no congresso os fundos domésticos para o inves- timento, a garantia do tesouro aos empréstimos estrangei- ros às firmas privadas e a criação do Banco Nacional de Desenvolvi- mento Econômico (bnde). O banco alo- cou a maior parte dos recursos para infraestrutura de transportes, desempenhou um papel importante na garantia de empréstimos externos contraídos por empresas lo- cais e uma proporção crescente de seu corpo técnico passou a se dedicar à pesquisa da economia brasileira (Baer e Villela, 1980). Outra ação importante foi a reforma do sistema cambial face à saída de capi- tais e aos poucos estímulos à exportação e à entrada de inves- timentos. A instrução 70 da sumoc e a lei n.º 2.145 instituiram as taxas múltiplas de câmbio, permitin- do contornar os problemas na balança de pagamentos e incentivar a modernização industrial (Sawaya, 2006). Após o suicídio de Vargas, Café Filho enfrentou a res- trição externa com a promulgação da instrução 113 da sumoc, que autorizava a Car- teira de Comércio Exterior (cacex) a emitir licenças de importação de bens de capital sem cobertura cambial. 1.3.4 Plano de metas. Primeira experiência efetiva de planejamento do desenvolvimento industrial no Brasil, 1956-1960 No governo de Juscelino Kubitschek (1956-1960), ocorreu uma inten- sifica- ção das relações entre Estado e economia com o Plano de Metas, que impulsionou quatro setores: energia, transportes, alimentação e in- dústrias de base. As indústrias específicas contaram com o apoio dos grupos executivos —formados por técnicos e empresários— responsá- veis pela administração dos incentivos (isenção de im- postos, financia- 9. Em 1953, com o fim do convênio com os Estados Unidos, o bnde realizou um grupo misto Cepal/bnde, a fim de realizar um diagnóstico sobre a economia brasileira. 10. A cdi elaborou um programa geral de industrial, que não chegou a ser imple- mentado. 28 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea mento, concessão de terrenos etc.) (Lessa, 1981). O fulcro do Plano de Metas era transformar a estrutura econômica do país e integrar verti- calmente as atividades, sobretudo com a instalação da indústria de base. O bnde desempenhou relevante papel na formulação do Plano de Metas e na to- mada de decisões atinentes aos investimentos e à escolha dos beneficiados. A nova legislação do banco estabeleceu o carreamen- to de 25% dos recursos para as regiões Nordeste, Norte e Centro-Oes- te. À época, os empréstimos do banco concentraramse no suporte aos projetos de energia e à indústria de base. O desenvolvimento das re- giões periféricas também foi apoiado pelos bancos e superintendências regionais11 e pelos grupos executivos, responsáveis pela administração dos incentivos fiscais. Os instrumentos e políticas auxiliares funciona- ram de forma sincronizada e ar- ticulada com o Plano de Metas. A proteção comercial contou com reformulação da nova tarifa aduaneira, ad valorem e alíquotas elevadas, barreiras não tarifárias —similar nacional e índices de nacionalização aplicados pelo Con- selho de Políti- ca Aduaneira (cpa)—. Data desse período a iniciativa de apoiar as exportações de bens manufaturados. Quanto ao fomento tec- nológico, a atuação do Conselho Na- cional de Desenvolvimento Cien- tífico e Tecnológico (CNPq) e da Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior (capes) marca o início do desen- volvimento da pós-graduação e da pesquisa acadêmica (Suzigan, 1996: 11-12). Por fim, quanto à regulação, as empresas multinacionais se bene- ficiaram das instruções 70 e 113 da sumoc —respectivamente, para a importação de insumos a taxas de cambio favoráveis e bens de capital sem cobertura cambial— e das nor- mativas emitidas pelos grupos exe- cutivos. À época, o câmbio foi reformulado de cinco para apenas duas faixas cambiais— categoria geral (matérias-primas, bens de capital, bens de consumo essenciais) e categoria especial (bens não essenciais).12 1.3.5 Planos de estabilização econômica, 1960-1967 No início dos anos 1960, a fatura do Plano de Metas chegou sob a for- ma de in- flação e desaceleração da economia e dos investimentos. No 11. A criação da Superintendência do Desenvolvimento do Nordeste (sudene) foi uma resposta ao aprofun- damento das desigualdades econômicas e sociais na Região Nordeste, com insurreições revolucionárias. 12. O cambio permaneceu baixo para trigo, derivados de petróleo, papel de im- prensa, fertilizantes etc. Economía, sociedad y medio ambiente · 29 governo João Goulart (1961-1964), foi elaborado o Plano Trienal, mas não se logrou realizá-lo. Após o golpe militar em 1964, que permitiu re- elaborar as condições de funcionamento dos mercados de capitais e do trabalho, Castello Branco (1964-1967) lançou o Plano de Ação Econô- mica do Governo (paeg), marcado por medidas conjunturais —controle da demanda via redução do déficit público, respectivamente, o controle dos salários e dos preços controle monetário e salarial13, correção mo- netária— e estruturais (re- formas fiscal, financeira e externa). O plano visava à estabilização econômica, sob controle do Conselho Monetário Nacional, com pouco espaço para política industrial. As instituições de política econômica passaram por uma reorgani- zação com a criação da Comissão de Desenvolvimento Industrial (cdi) —que reuniu os grupos executivos e tornou-se o principal órgão de apoio à indústria— e a transferência das funções de administração das importações e do cumprimento da lei do Similar Nacional à cacex. A cdi administrou as isenções/reduções de tarifas aduaneiras e impos- tos —Imposto sobre Produtos Industrializados (ipi), Imposto Sobre Circula- ção de Mercadorias (icm)— sobre as importações de bens de capital. Além disso, com a revogação de tarifas às exportações, a simpli- ficação dos procedimentos ad- ministrativos, a introdução de incentivos fiscais e créditos subsidiados e a criação do Fundo de Financiamento à Exportação (finex), buscou-se aumentar e diversi- ficar asexportações. A fim de estimular os investimentos, o bnde14 criou o Financiamen- to para Aquisição de Máquinas e Equipamentos Industriais (finame), o Fundo de Desen- volvimento Técnico e Científico (funtec), o Fundo de Democratização do Capital das Empresas (fundece), o Programa de Financiamento à Pequena e Média Em- presas (fipeme) e o Fundo de Financiamento de Estudos de Projetos e Programas (finep) (Suzigan, Pereira, e Almeida, 1974). A Superintendência de Desenvolvi- mento da Amazônia (sudam), a Zona Franca de Manaus, a Superintendência de Desenvolvimento do Centro-Oeste (sudeco) e a sudene, administra- ram os ince- tivos fiscais para o desenvolvimento regional de atividades industriais. 13. Coube ao Conselho Nacional de Política Salarial e ao Conselho Interministerial de Preços (cip). 14. Os créditos do banco para a formação de capital fixo aumentaram e os recur- sos à siderurgia diminuíram à proporção que aumentavam para metais não ferro- sos, química, petroquímica, papel e bens de capital. 30 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea 1.3.6 Preocupação com o desenvolvimento econômico versus hegemonia monetária, 1968-1973 O general Emílio Médici propôs o Programa de Metas e Bases para a Ação do Governo, tendo como áreas prioritárias: 1. educação, saúde e saneamento; 2. agricultura e abastecimento; 3. desenvolvimento científico e tecnológico15; 4. fortalecimento do poder de competição da indústria nacional. Para tanto, promulgou o I Plano de Desenvolvimento Nacional (pnd), cujo objetivo era promover a expansão da infraestrutura, a pro- dução siderúrgica e pe- troquímica, os estaleiros e a geração de energia. As exportações de produtos industriais receberam novos subsídios e incentivos fiscais com a criação da Comissão para Concessão de Be- nefícios Fiscais e Progra- mas Especiais de Exportação (bexiex) e a po- lítica de desvalorização cambial. A cacex tornou-se o órgão responsável pela administração das importações e cumpri- mento da lei do Similar Nacional. A indústria de bens capital local foi beneficiada com a isenção do ipi e icm incidentes sobre a compra de maquinas e equipamen- tos produzidos no país. O bnde criou o Programa de Apoio ao Mercado de Capital (pro- cap), o Fundo para o Desenvolvimento Técnico e Científico, Fundo Especial para o Financiamen- to do Capital de Giro (fungiro) e o Fun- do de Modernização e Reorganização das Indústrias (fmri).16 Quanto às estatais, a Petrobrás ampliou o refino e criou a Pe- troquisa (petro- química), a Braspetro (exploração, assistência técnica no exterior) e a Petrobrás Distribuidora (distribuição de derivados), as siderúrgicas ele- varam a produção, a cvrd ampliou as exportações e houve a criação da Empresa Brasilei- ra de Aeronáutica (embraer). Entre 1968 e 1973, o relativo controle da inflação, a situação con- solidada das finanças e da economia, o aumento da capacidade das estatais investirem, no plano interno, e a retomada dos investimentos 15. A lei 70.553 criou o Plano Básico de Desenvolvimento Científico e Tecnoló- gico (pbdct), para estimular programas setoriais e projetos que resultassem num upgrade tecnológico. 16.Criado para apoiar a modernização, o aumento da escala de produção, a concentração de capitais e a formação de grandes empresas (Baer e Vilella, 1980). Economía, sociedad y medio ambiente · 31 estrangeiros e a situação favorável para empréstimos de capitais a países subdesenvolvidos, no plano externo, foram os ingredientes do «mila- gre econômico» brasileiro (Santos, 2013: 224). “Mas a hege- monia do cmn no comando e coordenação econômica deu mais força à estratégia macroeconômica do que a qualquer outro projeto de desenvolvimento industrial/ tecnológico” (Suzigan, 1996: 8). 1.3.7 ii pnd. Segunda experiência efetiva de planejamento do desenvolvimento industrial no Brasil, 1973-1979 Com a crise do petróleo em 1973, os saldos positivos na balança comer- cial minguaram e ampliou o saldo negativo da balança de pagamentos. Ernesto Gei- sel (1974-1979), em vez de promover um programa de austeridade, decidiu manter as taxas elevadas de crescimento econômi- co por meio da diminuição das reservas cambiais e do endividamento externo. À época, lançou o ii pnd, com volumosos recursos carreados à expansão da indústria de base (petroquímica e siderurgia) e de bens de capital e da infraestrutura econômica e social. O sistema de proteção foi intensificado com minidesvalorizações cambiais, ele- vação da tarifa aduaneira, forte controle discricionário das importações por meio de barreiras não tarifárias (controle da emissão de guias de importação, similaridade na- cional, regulamentação de ín- dices mínimos de nacionalização, margens de proteção para empresas de bens de capital na participação de grandes projetos, controle de im- portações de computadores etc.). As exportações contaram com o regime de drawback, as isenções fiscais, os créditos subsidiados, os financiamentos subsidiados e os programas especiais de exportação (Suzigan, 1996). Quanto aos instrumentos e políticas auxiliares, o financiamento contou com créditos do bndes17, para investimentos industriais, e da cacex e finex, para as exportações de bens de capital e consumo durável. Os empréstimos e financiamentos externos foram usados largamente, além das novas fontes de financiamento oriundas da diversificação do 17. Criou a Financiamentos de Insumos Básicos S.A. (fibase) —para apoiar o su- primento de insumos indus- triais básicos, a Mecânica Brasileira S.A. (embra- mec)— para fomentar as empresas produtoras de bens de capital - e Inves- timentos Brasileiros S.A. (ibrasa), para atuar no suporte às firmas privadas via subscrição de ações. Outros programas criados consistiram no financiamento às pme e apoio na compra de itens básicos. 32 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea sistema financeiro nacional. As políticas de fomento incluí- am incen- tivos fiscais a projetos e programas e créditos fiscais à compra de bens de capital e bens siderúrgicos (Suzigan, 1996). O fomento ao desen- volvimento tecno- lógico evoluiu com a criação do Sistema Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (sndct) e com a regula- mentação dos mecanismos de transferência de tecnologia e direitos de propriedade industrial. As pme contaram com o apoio do Centro Bra- sileiro de Assistência Gerencial à Pequena e Média Empresa (cebrae), com fundos espaciais de financiamento e com programa específico de exportação, Comissão de Incentivos à Exportação (ciex). Houve a aplicação mais rigorosa de medidas reguladoras da com- petição, me- diante administração do licenciamento de investimentos, regimes de controle de preços, legislação de reajustes dos salários e re- pressão das atividades sindicais. Por último, outra característica atinente ao ii pnd consistiu no investimento em infraes- trutura econômica e so- cial, com inversões em energia, transportes, armazenamento, comuni- cações, urbanização, saneamento, implementação do pbdct e expansão do ensino superior e da pesquisa (Suzigan, 1996). 1.3.8 Crise do Estado desenvolvimentista, Anos 1980 É um período no qual a inflação e o endividamento elevados são agra- vados pelo segundo choque do petróleo e pela escalada dos juros exter- nos. O Estado abando- nou o planejamento, desarticulou o esquema de incentivos administrados pela cdi, diminuiu gradualmente os incentivos fiscais à exportação, reduziu os subsídios às pme e à agricultura, elimi- nou os subsídios às importações, diminuiu os empréstimos do bnde e os investimentos em infraestrutura etc. A proteção industrial baseou-se nas desvalorizações cambiais e no controle não tarifário das impor- tações (Versia- ni e Suzigan, 1990). No ano de 1981, a Comissão Especial de Desestatização identificou 140 em- presas que podiam ser privatizadas e recomendou a venda de 50 delas. O bndes, com o «S» porcausa da criação do Fundo de Investimen- to Social (finsocial)18, realizou 13 operações de reprivatização de firmas em dificuldades incorporadas pelo bndes par e aumentou o percentual dos empréstimos às indústrias. Até me- ados 1985, entraram em operação vários projetos (energia, mineração) do ii pnd (Suzigan e Villela, 1997). 18. Criado para diminuir as desigualdades via investimentos na alimentação, habitação popular, saú- de e educação. Economía, sociedad y medio ambiente · 33 O Estado reorientou o desenvolvimento industrial, com ênfase na competitivida- de e aumento da eficiência. O Ministério de Ciência e Tecnologia, criado em 1985, agrupou outros institutos (como o finep), estimulou a qualificação de recursos hu- manos e o desenvolvimento tecnológico, implementou a política de informática19 etc. Em 1998, foi promulgada Nova Política Industrial (npi), a fim de atualizar a estrutura industrial e suportar a melhoria da eficiência e aumento da produtivida- de. Logo após a npi, foram estabelecidas as Zonas de Processamento de Exportações (zpe), para fomentar o desenvolvimento regional. As instituições responsáveis pelo controle das importações, apoio à exporta- ção e desenvolvimento de novas fontes de energia foram for- talecidas. O Conselho Nacional do Álcool (cnal) e a Comissão Execu- tiva Nacional do Álcool (cenal) foram criados para acelerar a produção de álcool, além de subsídio à conversão do uso de óleo combustível pela energia elétrica. O cpa reformou as tarifas comer- ciais, mas não alterou os níveis de proteção e subsídio à exportação e as barreiras não tarifárias à importação, e as firmas exportadoras foram apoiadas pelo Progra- ma de Apoio ao Incremento das Exportações (proex). 1.3.9 Promoção da competitividade via mecanismos de mercado, 1990-2002 Nos anos 1990, ocorreu a redefinição da função do papel do Estado bra- sileiro na economia, cabendo ao capital privado o papel de condutor do desenvolvimento econômico. As políticas de estabilização impediram qual- quer elaboração de uma política industrial sistemática e ganhou importância a liberalização comercial e a competitividade. Para Cano (2010: 3), o objetivo passou a centrar-se —seguindo os ditames do Consenso de Washington— na questão da competitividade, a ser alcançada pelo aumento da eficiência na produção e comercialização de bens e serviços, com base na modernização e reestruturação da indústria. Em meados de 1990, deu-se a conhecer as Diretrizes Gerais para a Política In- dustrial e de Comércio Exterior (pice), que reduziu os níveis de proteção tarifária e eliminou os instrumentos não tarifários e os subsí- dios. Houve, ainda, liberalização do câmbio, extinção de vários órgãos, 19. A Política Nacional de Informática, promulgada em 1984, visava apoiar a im- plantação do segmento de mini e microcomputadores por empresas privadas na- cionais. 34 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea diminuição dos gastos das estatais e privatização. O bndes tornouse o gestor do Programa Nacional de Desestatização e seus recursos foram direcionados a empresas que lograssem aumento de competitivida- de e produtividade. O programa de Reestruturação e Racionalização Empre- sarial promoveu a centralização de capitais (Cano e Silva, 2010: 3). Laplane e Sarti (2005: 272) destacam que, apesar da orientação neoliberal, hou- ve algumas exceções: a crise resultante do fracasso do Plano Collor abriu espaço para a instalação de Câmaras Setoriais, que funcionaram como espaços de nego- ciação entre empresários, trabal- hadores e governo para a reativação de setores; o Mercado Comum do Cone Sul (mercosul) concedeu um tratamento preferencial à aber- tura comercial no plano regional; alguns setores industriais, entre eles o automobilístico, contaram com regimes especiais de proteção para promover a produção local e o investimento. No governo de Fernando Henrique Cardoso (1994-2002), a política macroeco- nômica adotada, por um lado, permitiu o controle da inflação e, por outro lado, foi extremamente perversa por causa de seus fundamen- tos (paridade cambial, eleva- das taxas de juros internas e aumento do en- dividamento público). As diretrizes de privatização contidas no pnd foram mantidas e promulgou-se a lei n. 8.987, de con- cessão de serviços públi- cos, que sedimentou a venda de empresas de serviços de utilidade pública. O bndes atuou como o gestor do Fundo Nacional de Estatização (fnd) e cumpriu relevante papel no financiamento dos grupos vencedores da pri- vatização e no processo de reestruturação patrimonial (Santos, 2013). Apesar das medidas liberais, o acirramento da crise no final da dé- cada levou à criação do Fórum de Competitividade, implementado pelo Ministério da Indústria e do Comércio (mdic), com a finalidade de promover a competitividade da indútria brasileira. Setorialmente, a indústria automobilística contou com um regime especial de incentivo e proteção tarifária. A partir de 1999, foram criados Fun- dos Setoriais de Desenvolvimento Científico e Tecnológico, com a participação da ini- ciativa privada na formulação e planejamento do incentivo à inovação. Mas, segundo Laplane e Sarti (2005), até o final do segundo governo do fhc, o Ministério da Fazenda manteve o veto à Política Industrial. Durante os anos 1990, as políticas de exportação passaram por uma re- orienta- ção, com uma ênfase maior no financiamento. Em 1993, foi criado o Convênio de Pagamentos e Créditos Recíprocos (ccr), para facilitar a ob- tenção de crédito. Nos anos de 1996 e 1997, surgiram Programa de Financia- mento às Exportações de Máquinas e Equipamentos (finamex), do bndes, e Economía, sociedad y medio ambiente · 35 o Programa de Financiamento às Exportações (proex), operado pelo Banco do Brasil, e foram criados a Segurado- ra Brasileira de Crédito às Exportações (sbce) e o Fundo de Garantia de Promoção de Competitividade (fgpc). Ao longo dos nove períodos analisados, houve diversas formas de apoio à indústria. Até 1930, o apoio ora era indireto —tarifa aduaneira (arrecadação fiscal) e quota ouro (divisas), ora direto para alguns ramos econômicos—. Nos anos 1930 e 1940, criaramse órgãos de planejamento e, até meados dos anos 1950, a base institucional de planejamento foi con- solidada. Os anos de 1963 a 1967 e toda a década de 1980, apesar das me- didas pontuais de apoio à indústria, caracterizaramse pelo predomínio da estabilização econômica. A partir dos anos 1990, ganhou espaço os ideais de competitividade por meio do mercado e os instrumentos horizontais. Contudo, apenas em dois momentos históricos —com o Plano de Metas e o ii pnd20— o Brasil conheceu, de fato, uma Política Industrial lato sensu. 1.4 Iniciativas recentes de política industrial no Brasil A chegada ao poder de Luís Inácio Lula da Silva (Lula), no ano de 2003, repre- senta um marco na formulação de Política Industrial no Brasil, apesar de permanecer inalterado o tripé neoliberal de câmbio flutuante, juros altos e superávit primário, preços básicos da economia que conti- nuaram obstaculizando qualquer transformação estrutural da indústria. Lula ampliou os canais de negociação entre o Poder Executivo e os empresários, por meio do Conselho de Desenvolvimento Econômico e Social (cdes), que divulgou «Cartas de Concertação» denotando a re- orientação de instituições públicas —Banco do Brasil (bndes), Caixa Econômica Federal (cef)— e a proposição de sugestões (Parcerias Pú- blico-Privadas, diversificação industrial, pesquisa tecnológica etc.) para a adoção de política industrial. No ano de 2003, foram divulgados os documentos Roteiro para Agen- da de Desenvolvimento e Diretrizes de Política Industrial, Tecnológica e de Comércio Exterior. O primeiro fixou dois objetivos prioritários da nova política econômica: crescimentoeconômico sustentável com melhora dos indi- cadores de inserção so- cial e incremento do comércio exterior, enquanto o segundo enfatizou a escolha de setores para a obtenção de resultados 20. Para Suzigan (1996), os dois períodos apresentaram estes aspectos: política de des- envolvimento econômico centrada na indústria; plano indicativo com metas, diretrizes, indústrias etc.; implementação por organização ins- titucional; conjunto de instrumen- tos e políticas auxiliares; investimentos em infraestrutura econômica e social. 36 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea percebidos pelo Estado como eficazes para o conjunto da economia. Nesse caso, os incentivos foram condicionados a metas de participação no comércio exterior e inovação tecnológica (Almeida, 2006). No ano seguinte, deu-se a conhecer a Política Industrial, Tecnológica e de Comér- cio Exterior (pitce), elaborada por um grupo de trabalho formado por especialistas em política industrial, tecnológica e comércio exterior. A pitce, composta por 57 medidas distribuídas em 11 progra- mas, foi estruturada em três eixos: ações hori- zontais (inovação e desen- volvimento tecnológico, inserção externa/exportações, modernização industrial e ambiente institucional); opções estratégicas (políticas setoriais/ verticais para semicondutores, softwares, bens de capital, fármacos e me- dicamentos); atividades portadoras de futuro (ações verticais em biotecnolo- gia, nanotecnologia, biomassa e energias renováveis). Segundo Cano e Silva (2010), dois macroprogramas mobilizadores sustenta- vam a pitce: 1. indústria forte, fortalecimento e expansão da base industrial bra- sileira; 2. inova Brasil, aumento da capacidade de inovação das empresas, envolvendo incremento da capacidade produtiva, aumento da inovação e das exportações. O pano de fundo era estimular setores com maior capacidade de desenvolver van- tagens competitivas e permitir a inserção internacio- nal nos setores mais dinâmicos tecnologicamente. Se, por um lado, o foco na promoção da inovação uniu neos- chumpeterianos (Suzigan e Furtado, 2006: 177) e neoclássicos (Canêdo-Pinheiro, Ferreira, Pessoa, e Oliveira, 2007: 2) a favor da política industrial, por outro lado, o fo- mento a setores específicos esteve longe de qualquer consenso. Visando à inovação e o desenvolvimento tecnológico, aprovaram-se e regulamentaram-se a Lei da Inovação21, a Lei do Bem22, a Lei de In- 21. Estruturada em três eixos: 1) constituição de ambiente propício a parcerias entre universidades, institutos tecnológicos e empresas; 2) estímulo à participação de institutos de ciência e tecnologia no processo de ino- vação, estímulo à inovação na empresa; 3) incubação de empresas em espaços públicos e compartilhamento de infraestrutura (Bonelli, 2006: 17). 22. Essa lei aprovou a isenção de PIS/Pasep e Confins à compra de bens de ca- pital por empresas que exportam mais de 80% da produção e aos fabricantes de computadores com valores superior a R$ 2,5 mil, além de regi- meespecial de Economía, sociedad y medio ambiente · 37 formática e a Lei de Biossegurança (pesquisas com organismos genetica- mente modificados e com as cé- lulas- tronco). Somam-se a isso outras medidas, como: linhas de apoio à inovação da finep e do bndes, apoio do bndes ao investimento, linhas de capital de giro do bndes e da cef, redução do imposto incidente na importação de bens de capital sem pro- dução nacional, desoneração de ipi sobre máquinas e equipamentos etc. Além da inovação e do desenvolvimento tecnológico, outro aspec- to positivo considerado pelos formuladores da pitce consistiu na orga- nização institucional ne- cessária para coordenar a política industrial, com a criação do Conselho Nacional de Desenvolvimento Industrial (cndi), instância de articulação público-privada, e da Agência Brasilei- ra de Desenvolvimento Industrial (abdi). Coube ao cndi —presi- dido pelo Ministro do Desenvolvimento, Indústria e Comércio Exterior e integrado por outros doze ministros, pelo presidente do bndes e re- presentantes da iniciativa privada— supervisionar a atuação da abdi. Apesar dos avanços, existe o consen- so (Suzigan e Furtado, 2006: 179; Almeida, 2009: 15) que a criação da abdi como um serviço social fora do governo e sem poder convocatório comprometeu sua ca- pacidade de coordenar a política industrial. Cano e Silva (2010: 8) afirmam que a “implementação da pitce re- sultou em um conjunto abrangente de iniciativas, em estágios bastante heterogêneos de planejamento e implementação”. Outra constatação é que, apesar da ênfase setorial, os setores dinâmicos não foram obje- to de ações de fomento em grande escala e as ações mais articuladas ocorreram na promoção das exportações.23 Para Almeida (2013: 283), a pitce “sofreu críticas pela falta de clareza e de objetivos relativos aos setores industriais mais intensivos em mão de obra”. Suzigan e Fur- tado (2006:179) entendem que a pitce sofreu com os efeitos adversos da política macroeconô- mica, falta de articulação dos instrumentos e destes com as demandas das empresas, precarização da infraestrutura econômica, insuficiência no sistema de Tecnologia, Ciência e Inovação e fragilidade de comando e coordenação. tributação com abatimento em dobro das despesas de P&D de novas tecnologias (Bonelli, 2006: 17). 23 Apesar dos programas específicos do BNDES (Modermaq, Prosoft e Profarma), grande parte dos recursos foi destinada ao financiamento das exportações. 23. Apesar dos programas específicos do BNDES (Modermaq, Prosoft e Profar- ma), grande parte dos recursos foi destinada ao financiamento das exportações. 38 · Caleidoscopio de la ciudad contemporánea No segundo governo Lula, um novo programa de fomento à indústria foi lançado, intitulado Política de Desenvolvimento Produtivo (pdp), com uma perspectiva mais pragmática de política industrial, dada a abrangência, o aumento do número de setores e instrumentos de incentivo, os contro- les e metas (Cano e Silva, 2010). Os instrumentos do pdp incluíam pro- teção comercial, compras do setor público (administração direta e estatais) com margens de preferência para produtores do- mésticos,24 desoneração de contribuição previdenciária da folha de salários,25 apoio técnico, finan- ciamento e redução do spread bancário das linhas do bndes, dimi- nuição do ipi a vários setores, redução do prazo de apropriação dos créditos da aquisição de bens de capital de 24 para 12 meses, eliminação da incidência de iof sobre as operações de crédito do bndes, finame e finep. A fim de abranger a complexidade da estrutura industrial, o pdp contemplou 24 setores, divididos em quatro programas (ver quadro 1.1). Além disso, propôs qua- tro grandes metas: 1. aumentar a taxa de investimento da economia de 17.6% do pib, em 2007, para 21%, em 2010; 2. elevar o gasto privado com p&d de 0.51% do pib, em 2005, para 0.65%; 3. incrementar a participação nas exportações mundiais de 1.18%, em 2007, para 1.25%, em 2010; 4. aumentar o número de Micro e Pequenas Empresas (mpe) ex- portadoras em 10% em relação ao ano de 2006 (Almeida, 2009: 17). O bndes desempenhou papel primordial nas diversas ações empreen- didas por meio do financiamento aos investimentos. Almeida (2013: 283- 284), a respeito da maior participação do banco na pdp, destacou três as- pectos. Primeiro, com a maior inserção da China no comércio mundial, a demanda por alimentos e matérias primas reforçou a estrutura produtiva brasileira. A atuação do bndes na formação de cam- peões nacionais, por sua vez, reforçou ainda mais esse processo. Segundo, apesar da não dis- criminação da origem dos capitais das empresas, na prática as liberações 24. Uso do poder de compra em petróleo, defesa, saúde e tecnologia da infor- mação. 25. Confecções, hotéis, mecânico, tecnologia de informação, call centers, têxtil, cou- ro e calçados, mecâni co, aéreo, autopeças, chips,
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