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Conclusión personal Resultaría limitado decir que en una organización escolar predomina una sola cultura. Existen diversos factores que dan origen a subculturas dentro de la misma organización y que definen la forma en que esta se desenvuelve en su contexto, tanto de manera interna como externa. Si bien es difícil describir un único modelo que explique lo que ocurre en las entrañas de una organización, diversos autores que abordan el tema nos dan una aproximación teórica, que nos ayuda a comprender las relaciones que tejen los actores educativos. Un factor que cabe resaltar es: la estructura funcional de la organización. Definida y compartida, pero nunca se encontrará una escuela igual a otra en términos culturales. Pareciera que las organizaciones tienen el mismo origen y sentido, a saber: “educar”, con un sinfín de caminos por donde irse o regresar para cumplir con el cometido. Para darle forma a ese conjunto de personas persiguiendo un mismo fin (aunque con diferente asimilación) es necesario aquel esqueleto que soportará los procedimientos que se lleven a cabo. Es así como la estructura funcional delimita formalmente los departamentos, funciones, responsabilidades, etc., y después de una interpretación subjetiva, del paso a través del tiempo, de las experiencias y de la dirección del “líder”, se irán conformando culturas y subculturas en una misma organización. Ya sea que estas subculturas aparezcan por intereses compartidos, problemas en común, prácticas pedagógicas aceptadas, lenguaje técnico, enfoque de enseñanza-aprendizaje o por el nivel académico en donde se imparta, hablar de cultura escolar nos debe evocar un centro educativo con una maraña de espinas y flores en su interior. Wenceslao Reséndiz LEA Matemáticas 4to Semestre