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1 SHOCK CARDIOGÉNICO Se define como shock a la situación clínica y hemodinámica correspondiente a un estado de disminución general y grave de la perfusión tisular. La falta de aporte de oxígeno y sustratos metabólicos y el acúmulo de metabolitos tóxicos producen daño celular que puede llegar a ser irreversible. Para cumplir el criterio de shock cardiogénico se necesita, además, confirmar que existe una causa cardíaca que justifique la situación clínica y excluir los posibles factores relacionados con otro tipo de shock, si bien en las formas avanzadas existe un colapso cardiovascular generalizado. Hipotensión y shock no son sinónimos; el shock generalmente se acompaña de hipotensión grave, pero algunos enfermos previamente hipertensos pueden presentar las alteraciones de perfusión tisular del shock con cifras de presión arterial en límites «normales». Por otra parte, puede existir hipotensión importante con perfusión tisular normal si los mecanismos de compensación son adecuados. ETIOLOGÍA La etiología del shock es múltiple. El aporte de sangre a los tejidos depende del volumen de sangre expulsado por el corazón (volumen minuto) y de las resistencias vasculares sistémicas. Las alteraciones graves de estos dos parámetros pueden conducir a una situación de hipoperfusión periférica grave o shock. Las causas principales de shock pueden agruparse en cuatro tipos: a) Disminución del volumen circulante (shock hipovolémico), como sucede en las hemorragias importantes, en los pacientes con quemaduras graves o en las diarreas graves; b) Cardíacas, entre las que se incluyen la pérdida de función contráctil del miocardio (shock cardiogénico), como sucede en el infarto de miocardio (IM) o en las miocarditis, y alteraciones mecánicas como la insuficiencia mitral o aórtica; c) Obstrucción al flujo sanguíneo como en la embolia pulmonar masiva y en el taponamiento cardíaco, d) Disfunción vasomotora por pérdida del tono vascular (shock neurogénico) o alteración de la microcirculación sanguínea. ALTERACIONES DE LA CONTRACTILIDAD MIOCÁRDICA La pérdida de masa muscular es la causa principal del shock cardiogénico en el IM, que es además la causa más frecuente de shock cardiogénico. Un 5%-10% de los pacientes con infarto sufren esta complicación; de ellos, el 50% ya presenta shock al ingresar en el hospital y el resto suele presentarse en las primeras 48 h de evolución. En la fase aguda del infarto, el shock es más frecuente en los pacientes de edad avanzada, mujeres, diabéticos, con infarto previo y con infartos extensos y afecta a más del 40% de la masa ventricular. La ausencia de tratamiento de reperfusión (angioplastia o trombólisis) durante las primeras horas de evolución del infarto, también es un factor relacionado con mayor probabilidad de shock cardiogénico. 2 SHOCK CARDIOGÉNICO Otras enfermedades con alteración primaria de la contractilidad miocárdica, como las miocarditis, también pueden acompañarse de shock por déficit de contractilidad miocárdica. Aunque asociada a una mortalidad elevada, la insuficiencia cardíaca y shock asociado a miocarditis aguda puede ser reversible, con recuperación parcial o total de la función ventricular en un período de tiempo variable. Pacientes con diversas formas de miocardiopatía y, en general, con cualquier tipo de cardiopatía también pueden ser causa de shock cardiogénico como expresión máxima de insuficiencia cardíaca, generalmente descompensada por factores asociados o precipitantes. ALTERACIONES DE LA MECÁNICA CARDÍACA Existen diversos factores que pueden contribuir al desarrollo del shock cardiogénico o ser la causa principal del mismo, incluso en ausencia de alteraciones importantes de la contractilidad miocárdica: - Rotura del tabique interventricular. Ocurre aproximadamente en el 1% de los enfermos con IM y su evolución natural es hacia el shock en la mayoría de los casos. - Insuficiencia valvular aguda. La rotura del músculo papilar ocurre en menos del 0,5% de los enfermos con IM y se acompaña casi siempre de shock de instauración brusca y refractario al tratamiento médico. Puede existir insuficiencia mitral grave secundaria a disfunción del músculo papilar sin rotura del mismo, situación que también puede ser una causa contribuyente de shock. Traumatismos y endocarditis son otra causa relativamente frecuente de rotura del aparato valvular mitral. La insuficiencia aórtica aguda grave, secundaria a endocarditis, disección de aorta o rotura valvular, es una causa poco frecuente de shock. - Taponamiento cardíaco. Aunque puede ser secundario a pericarditis de cualquier etiología, existen dos situaciones en las que un derrame agudo se acompaña casi siempre de taponamiento: la disección de aorta con rotura a la cavidad pericárdica y la rotura cardíaca durante el IM. - Embolia pulmonar. Muy raro en el IM, es frecuente en pacientes con insuficiencia cardíaca crónica de cualquier etiología y puede originar o contribuir al shock. - Infarto de ventrículo derecho. Es la causa de shock en el 2%-5% de los pacientes con IM. - Obstrucción protésica. La obstrucción aguda de cualquier prótesis mecánica puede originar una situación de shock. FACTORES CONTRIBUYENTES Los más importantes son los siguientes: - Hipovolemia. Puede ser secundaria a vómitos, diaforesis profusa, empleo excesivo o inadecuado de diuréticos, hiperventilación, fiebre, restricción de líquidos, etc. - Arritmias. Taquicardias o bradicardias de cualquier origen. 3 SHOCK CARDIOGÉNICO - Fármacos. Algunos fármacos, como los sedantes y los vasodilatadores, pueden provocar hipotensión importante que puede conducir por sí misma a una situación de shock; otros, como los antagonistas del calcio, pueden deprimir la contractilidad y agravar una situación - de insuficiencia cardíaca previa. - Dolor. El dolor y el estrés durante las primeras horas de evolución del IM pueden ser un factor contribuyente importante. - Isquemia miocárdica. En el IM existen otros dos factores: isquemia miocárdica en zonas no necróticas y miocardio aturdido o temporalmente no contráctil después de isquemia grave. • FISIOPATOLOGÍA Y CUADRO CLÍNICO El shock cardiogénico es la manifestación extrema de insuficiencia cardíaca, en la que los mecanismos de compensación han resultado insuficientes para mantener el aporte sanguíneo adecuado a las necesidades mínimas vitales de nutrición tisular. Los mecanismos de compensación pueden incluso ejercer un efecto deletéreo. Fisiopatología del shock en la fase irreversible. Mecanismos de compensación. La reducción inicial de la presión arterial y del volumen minuto activan un complejo mecanismo de compensación o de reserva cardiocirculatoria para compensar las alteraciones iniciales de la insuficiencia cardíaca). Hay tres tipos de mecanismos de compensación: cardíacos, periféricos y mixtos. 4 SHOCK CARDIOGÉNICO Componente inflamatorio en el shock cardiogénico: En los pacientes con shock, especialmente en los estadios avanzados, existe un marcado componente inflamatorio. El denominado síndrome de respuesta inflamatoria sistémica se caracteriza por una vasodilatación, un aumento de la permeabilidad capilar y una elevación de los marcadores de inflamación: temperatura corporal, leucocitosis, aumento de proteína C reactiva, óxido nítrico, interleucinas, factor de necrosis tumoral, y está condicionado por la mala perfusión tisular, que a su vez agrava la perfusión tisular y coronaria y el deterioro de la función ventricular. Grados evolutivos de shock: En la evolución del shock cardiogénico existen tres fases evolutivas bastante bien definidas desde el punto de vista fisiopatológico, pero sin una separación clínica precisa: 1. Fase de hipotensióncompensada. En los estadios iniciales de hipoperfusión periférica los mecanismos compensadores, fundamentalmente la taquicardia y el aumento de las resistencias vasculares sistémicas logran mantener cifras normales de presión arterial y perfusión tisular. 2. Fase de hipotensión e hipoperfusión periférica. En un segundo estadio, cuando se mantiene la causa etiológica que produce hipoperfusión periférica, los mecanismos compensadores pueden resultar insuficientes o incluso perjudiciales. El aumento de la precarga produce congestión pulmonar sin aumentar el volumen minuto cuando la contractilidad está muy deprimida. El aumento de las resistencias vasculares, que tiene como objeto mantener una presión arterial adecuada y redistribuir el flujo sanguíneo a los órganos vitales, supone una dificultad para el vaciamiento del corazón, con lo que disminuye más el volumen minuto y la perfusión periférica. Las manifestaciones más importantes dependen de la redistribución del flujo sanguíneo a órganos vitales, con el consiguiente deterioro de los más hipoperfundidos. 3. Fase de daño celular irreversible. El tercer estadio corresponde a una disminución máxima del volumen minuto, presión arterial y perfusión tisular con isquemia prolongada que produce lesiones celulares irreversibles en distintos órganos. Los mecanismos de compensación resultan todavía más perjudiciales y originan mayor reducción de la perfusión periférica, con lo que se produce acidosis metabólica importante, relajación de los esfínteres precapilares, vasodilatación debido a un aumento en la producción de óxido nítrico y alteraciones de la permeabilidad capilar. Esta última permite la extravasación de plasma al espacio intersticial, con lo que aumenta la hipovolemia. Se produce reabsorción de toxinas y bacterias intestinales, reacciones antígeno-anticuerpo, microtrombos y agregados de plaquetas; la rotura de la membrana de los lisosomas produce liberación de 5 SHOCK CARDIOGÉNICO enzimas lisosómicas con capacidad proteolítica. Todos los órganos sufren lesiones graves; por su precocidad e importancia destacan las renales y las cardíacas. AFECCIÓN ORGÁNICA Riñón: La hipotensión y la vasoconstricción compensadora disminuyen el flujo renal y, por tanto, la filtración glomerular. La hipoperfusión prolongada origina necrosis tubular, con alteraciones de la función renal. Corazón: La hipotensión y el aumento de la presión telediastólica del ventrículo izquierdo originan hipoperfusión miocárdica, que agrava la isquemia, con el consiguiente empeoramiento de la función contráctil del músculo, lo que contribuye a perpetuar el shock. A la depresión miocárdica contribuyen la acidosis y otros factores tóxicos. Pulmón: El aumento de la presión capilar pulmonar secundaria a insuficiencia cardíaca produce congestión pulmonar y edema de pulmón, lo que dificulta el intercambio gaseoso y contribuye a la hipoxia general. La hipoperfusión pulmonar altera la permeabilidad capilar y facilita la extravasación de líquido al espacio intersticial y alveolar. Disminuye además la producción de surfactante, lo que favorece la formación de atelectasias y cortocircuitos funcionales. El conjunto de estas alteraciones recibe el nombre de pulmón húmedo de shock. Hígado: La disminución del flujo portal y la hipoxia general altera la función hepática y llega a producir necrosis del hepatocito. Ello se traduce en elevación de las enzimas hepáticas y ocasionalmente aumento de la bilirrubina. En las fases avanzadas se producen alteraciones de la coagulación debido a la falta de producción hepática de factores relacionados con la misma. En formas avanzadas de shock, las alteraciones de la coagulación pueden producir hemorragias y trombosis intravascular. • DIAGNÓSTICO El shock es un síndrome clínico y, aunque no existe un consenso unánime en la definición clínica de shock, la más aceptada incluye los siguientes componentes: - Presión arterial sistólica menor de 90 mm Hg durante más de 30 min o necesidad de empleo de catecolaminas i.v. para mantener una cifra de presión arterial mayor de 90 mm Hg. - Dicha presión arterial debe acompañarse de al menos uno de los siguientes criterios de hipoperfusión periférica: Obnubilación o confusión mental Piel fría y húmeda Oliguria: < 30 mL/h Lactato sérico mayor de 20 mol/L h–1 6 SHOCK CARDIOGÉNICO La valoración clínica debe ser completa, lo que incluye auscultación pulmonar (la presencia de estertores sugiere congestión o edema pulmonar) y cardíaca (la presencia de soplos exige descartar lesiones valvulares agudas o rotura del tabique interventricular). Examenes complementarios Laboratorio: en el shock existe una profunda alteración metabólica provocada por la hipoperfusión tisular periférica. - Lactato sérico >2mmol. La hipoxia tisular aumenta la producción de ácido láctico, que se traduce por acidosis metabólica (pH ≤ 7,35 con disminución del exceso de bases). Puede existir hipoxemia, mientras que la PaCO2 puede ser normal. - La hiperglucemia es muy frecuente y puede ser importante, incluso en enfermos no diabéticos. El aumento de la glucemia es secundario a la descarga de catecolaminas y al déficit de producción de insulina a causa de la hipoperfusión pancreática. - En los estados más avanzados de shock es frecuente la presencia de alteraciones de la coagulación y de la función de las plaquetas, y puede desencadenarse un estado de coagulación intravascular diseminada que contribuye a producir mayor alteración de la hipoperfusión tisular y puede acompañarse de fenómenos hemorrágicos. El tratamiento consiste en la anticoagulación del enfermo. - Otras alteraciones son consecuencia de las lesiones en diversos órganos: aumento de la creatinina por fracaso renal, alteraciones electrolíticas, aumento de la bilirrubina, troponina, CK, enzimas pancreáticas y hepáticas. Están alterados además numerosos marcadores de inflamación, entre ellos leucocitosis y aumento de interleucinas. ECG: No existen alteraciones específicas del shock cardiogénico, pero el ECG siempre es anormal y ayuda en el diagnóstico de la causa del shock, fundamentalmente el IM. Rx de tórax: rara vez es normal. Los datos más relevantes son la presencia de cardiomegalia y signos de congestión pulmonar o edema de pulmón. Ecocardiograma: la información anatómica y funcional que proporciona un estudio ecocardiográfico es decisiva para el diagnóstico correcto de muchas de las causas del shock, como es la valoración de las alteraciones de la contracción ventricular, taponamiento cardíaco, roturas ventriculares o alteraciones valvulares graves. Por ello, siempre está indicado en todos los pacientes con hipotensión acusada o sospecha clínica de shock. Monitorización hemodinámica: pone de manifiesto las alteraciones que confirman el diagnóstico; ayuda a establecer el diagnóstico diferencial entre los distintos tipos de shock; permite conocer las causas o factores desencadenantes más importantes, aunque su uso sistemático en esta situación no ha demostrado que ofrezca un 7 SHOCK CARDIOGÉNICO beneficio sobre elpronóstico. Se entiende por monitorización hemodinámica la monitorización invasiva de la presión arterial y la implantación del catéter de Swan- Ganz en la arteria pulmonar para registrar el volumen minuto y las presiones de aurícula derecha, arteria y capilar pulmonares. - La presión de la aurícula derecha permite valorar la existencia de hipovolemia, infarto de ventrículo derecho o taponamiento cardíaco. - La presión de la arteria y el capilar pulmonares permite valorar el grado de congestión pulmonar y descartar la presencia de embolias pulmonares como causa del shock. - El volumen minuto indica el grado de hipoperfusión periférica. El VMC varía en cada individuo deacuerdo con su peso y talla, por lo que es muy conveniente expresarlo en relación con estos dos parámetros (índice cardíaco = volumen minuto/ superficie corporal). - La implantación de una vía arterial tiene por objeto el control continuo de la presión intraarterial, más fiable que la determinación por esfigmomanometría, generalmente difícil de obtener en el paciente con shock. Además, permite la extracción de muestras de sangre para análisis de oximetrías, pH, etc., sin necesidad de nuevas punciones arteriales y a través de las mismas no se administran fármacos. • PRONÓSTICO El pronóstico del paciente en shock cardiogénico depende de varios factores y conlleva mal pronóstico en los casos siguientes: a) La gravedad del deterioro hemodinámico; b) El tiempo de evolución de shock; c) La presencia de lesiones tisulares en distintos órganos (fallo multiorgánico); d) Edad avanzada (> 70 años); e) la imposibilidad de identificar o corregir factores contribuyentes, e) La causa que origina el shock: el shock cardiogénico propiamente dicho tiene una mortalidad superior al 60% mediante el empleo del tratamiento más adecuado. El shock cardiogénico secundario a infarto de ventrículo derecho tiene algo más favorable. Otras formas de shock, secundarias a rotura del tabique interventricular, de un músculo papilar o de la pared ventricular, se asocian a una mortalidad variable según las posibilidades de tratamiento quirúrgico. 8 SHOCK CARDIOGÉNICO • TRATAMIENTO El paciente debe ingresar en una unidad coronaria o de cuidados intensivos, en donde se realizan los controles básicos en el shock (descritos en el cuadro). TRATAMIENTO DE LAS CAUSAS DEL SHOCK La identificación y corrección de la causa principal del shock es fundamental, aunque no siempre es fácil o incluso posible. Reperfusión miocárdica El tratamiento más racional del shock cardiogénico en el paciente con IM consiste en revascularizar el territorio isquémico responsable del déficit de contractilidad antes de que la isquemia miocárdica produzca lesiones irreversibles. El tiempo es esencial en el éxito del tratamiento. La reperfusión en las primeras 3 h tras la oclusión coronaria se asocia con la mayor mejoría clínica; después de 12 h de evolución la eficacia es más cuestionable, pero debe considerarse individualmente. Hay tres tipos de terapéutica de reperfusión miocárdica: - Trombólisis: procedimiento inicial si la demora en realizar un cateterismo cardíaco (angioplastia) supera los 90 min desde el diagnóstico de IAM. La terapéutica trombolítica precoz (antes de las primeras 6 h de evolución) en el paciente con IM disminuye el área del infarto, mejora la función ventricular y reduce la mortalidad a corto y largo plazo. El shock no constituye contraindicación para la trombólisis, por lo que sería un tratamiento racional cuando han transcurrido menos de 12 h de evolución de los síntomas del infarto y siempre que no pueda realizarse un cateterismo en menos de 120 min. - Angioplastia: es el procedimiento de elección, si bien en ocasiones no es posible realizarla sin demora. La angioplastia coronaria transluminal percutánea consiste en la introducción de un catéter-balón en la arteria coronaria y en el inflado del balón sobre la zona estenótica, que permite dilatar eficazmente la arteria responsable de la isquemia. La eficacia de la angioplastia para mejorar el pronóstico está relacionada con la edad del paciente, con un tiempo de evolución de los síntomas de IM inferior a 6 h y con la gravedad de las lesiones en las arterias coronarias. - Cirugía: la cirugía de revascularización fue empleada con éxito en pacientes con shock en las primeras 6 h de evolución del IM. Actualmente, la cirugía sólo está indicada en pacientes seleccionados con lesiones no adecuadas para revascularización percutánea. En términos generales, en pacientes con IM y shock cardiogénico se considera que la actitud más correcta es la práctica de un cateterismo urgente. En presencia de lesión de uno o dos vasos, la angioplastia es el procedimiento de revascularización más aconsejable. En los pacientes con lesiones del tronco común de la arteria coronaria 9 SHOCK CARDIOGÉNICO izquierda o lesión de tres vasos debe considerarse la posibilidad de revascularización quirúrgica, aunque si esta conlleva una demora importante (horas), ha de considerarse la revascularización percutánea también en estos casos. TRATAMIENTO DE LOS FACTORES DESENCADENANTES/CONTRIBUYENTES AL ESTADO DE SHOCK La identificación y corrección precoz de los factores cardíacos y extracardíacos «corregibles» que contribuyen al estado de shock constituye la orientación terapéutica más eficaz. Hipovolemia: La efectividad del tratamiento (administración de líquidos: suero salino, expansores del plasma) está en relación con las cifras de precarga ventricular basales (presión capilar pulmonar). Cuanto más baja es la presión capilar pulmonar en condiciones basales, mayor es la posibilidad de que su aumento administrando líquidos mejore el volumen minuto. La administración de líquidos está indicada en todos los enfermos con hipotensión sintomática que no presenten signos clínicos de congestión pulmonar, si bien la monitorización hemodinámica permite ajustar la cantidad necesaria para mantener las cifras de presión capilar pulmonar que se relacionen con el mayor aumento del volumen minuto sin producir síntomas de congestión pulmonar, habitualmente entre 15 y 20 mm Hg. Hipoxemia y acidosis: Deben detectarse y corregirse adecuadamente. Si la situación del paciente no mejora es necesario considerar la posibilidad de intubación orotraqueal y ventilación mecánica. Arritmias: Las arritmias más frecuentes contribuyentes al estado de shock son: a) Bloqueos auriculoventriculares, en cuyo caso se indica la implantación de un marcapaso temporal por vía endovenosa, b) Taquicardias, ventriculares o supraventriculares. Si es posible establecer el origen de la taquicardia, en las ventriculares está indicada la administración de lidocaína, la amiodarona o la procainamida. Cuando la taquicardia es supraventricular, el ATP, amiodarona o procainamida pueden considerarse los fármacos de elección. En la fibrilación auricular con respuesta rápida puede utilizarse digoxina. Están contraindicados los fármacos con efecto inotrópico negativo potente (p. ej., verapamilo, diltiazem, betabloqueantes). Si no se controla la arritmia, está indicada la cardioversión urgente. Taponamiento cardíaco: Las alteraciones hemodinámicas en el taponamiento cardíaco son secundarias al aumento de la presión en la cavidad pericárdica que pueden confundirse con una situación de shock cardiogénico. En el paciente cardiópata, el taponamiento cardíaco es raro, pero durante la fase aguda del infarto su incidencia alcanza el 2% del total de los enfermos y es secundario a rotura de la pared libre ventricular. 10 SHOCK CARDIOGÉNICO La hemorragia en la cavidad pericárdica produce un grado variable de deterioro hemodinámico similar al del shock cardiogénico (hipotensión arterial, reducción del volumen minuto y aumento de la presión de llenado ventricular) y el enfermo sobrevive durante horas o incluso días. En estos casos, la administración de fármacos inotrópicos puede mejorar ligeramente la situación hemodinámica, pero el único tratamiento correcto es el quirúrgico. El diagnóstico se basa en la identificación hemodinámica y ecocardiográfica del taponamiento. Hemodinámicamente, el taponamiento se caracteriza por la elevación de la presión auricular derecha, que alcanza cifras similares a la presión capilar pulmonar, con una morfología característica en la curva de presión auricular: seno «x» profundo y seno «y» borrado. La ecocardiografía permite identificarla presencia de derrame pericárdico importante y signos de aumento de presión intrapericárdica: compresión de las paredes de aurícula y ventrículo derechos. El tratamiento consiste en el drenaje pericárdico urgente y, en caso de derrame hemorrágico, está indicada la intervención quirúrgica, también urgente. En la rotura de la pared libre ventricular el tratamiento quirúrgico es efectivo, lo que permite la supervivencia a largo plazo de más de la mitad de los pacientes. Rotura del tabique interventricular: La rotura del tabique interventricular es una complicación poco frecuente del IM, pero generalmente provoca un deterioro hemodinámico importante y su presencia debe descartarse en todos los pacientes con shock. El diagnóstico de la comunicación interventricular es sencillo. La presencia de un soplo sistólico en mesocardio es la norma; la obtención de muestras de sangre en la aurícula derecha y arteria pulmonar permite comprobar un gradiente oximétrico y el cálculo del cortocircuito izquierdo derecho. En el estudio ecocardiográfico-Doppler se puede visualizar la comunicación interventricular en el 90% de las ocasiones. Cuando la rotura del tabique interventricular se acompaña de insuficiencia cardíaca grave o shock el único tratamiento efectivo es el quirúrgico. Los resultados quirúrgicos están condicionados por el grado de deterioro de la contractilidad segmentaria de ambos ventrículos, la edad del paciente y la presencia de fracaso multiorgánico. Disfunción de músculos papilares / insuficiencia mitral: La rotura del aparato valvular mitral puede ser secundaria a isquemia, traumatismos o endocarditis infecciosa, y casi siempre produce un cuadro de insuficiencia cardíaca grave o shock. Su incidencia es muy baja y el diagnóstico se realiza con relativa facilidad al demostrar mediante ecocardiografía la rotura de parte del aparato subvalvular. Obstrucción protésica: La obstrucción protésica es una complicación rara de las prótesis valvulares, especialmente las metálicas monodisco y generalmente por la formación de trombos sobre la prótesis. El diagnóstico debe sospecharse en presencia de insuficiencia cardíaca aguda en pacientes con prótesis valvulares en los que siempre está indicado un estudio ecocardiográfico transtorácico y transesofágico. 11 SHOCK CARDIOGÉNICO El tratamiento quirúrgico es la opción terapéutica más frecuente, aunque están descritos casos de buen resultado con trombólisis sistémica. En raras ocasiones la causa del shock en pacientes con prótesis es secundaria a dehiscencias protésicas e insuficiencia mitral masiva. CORRECCIÓN DE LAS ALTERACIONES HEMODINÁMICAS Fármacos: En el shock cardiogénico la administración de estimulantes beta (dopamina, dobutamina, noradrenalina), inhibidores de la fosfodiesterasa (amrinona, milrinona) y sensibilizadores del calcio (levosimendán) administrados de forma aislada, en combinación o asociados a vasodilatadores (nitroglicerina, nitroprusiato, levosimendán) o vasoconstrictores, aumentan el volumen minuto y mejoran las condiciones de precarga ventricular, y en muchos enfermos la mejoría clínica es evidente. Sin embargo, con ninguno de estos fármacos ha podido comprobarse una mejoría del pronóstico. Si la situación predominante es la hipoperfusión periférica y no existe una hipotensión muy marcada, la dobutamina, el levosimendán o la milrinona probablemente sean los fármacos de elección. En el caso de una hipotensión grave, es preferible el empleo de noradrenalina sobre dopamina por su menor taquicardización y probablemente por sus mejores resultados en la evolución clínica. En pacientes con hipotensión arterial los fármacos vasodilatadores (nitroglicerina, nitroprusiato, levosimendán) son mal tolerados y en ocasiones pueden agravar el shock. Asistencia circulatoria mecánica La ineficacia del tratamiento médico en muchos pacientes con shock cardiogénico ha estimulado la investigación de sistemas de ayuda circulatoria mecánica que 12 SHOCK CARDIOGÉNICO permiten mejorar la situación hemodinámica del enfermo, bien de forma definitiva o temporal, mientras no se realiza una corrección quirúrgica o un trasplante cardíaco o es posible la corrección de la causa principal del shock. La contrapulsación intraaórtica es el método más empleado. Contrapulsación intraaórtica: Consiste en el inflado y desinflado de un balón intraaórtico, de 25-50 mL, sincrónicamente con la diástole y sístole. El catéter con el balón se introduce a través de la arteria femoral y se sitúa en la aorta descendente. El inflado del balón durante la diástole eleva la presión aórtica y aumenta la perfusión coronaria. El desinflado brusco durante la sístole facilita el vaciado del ventrículo izquierdo (disminución de la poscarga) Su empleo en pacientes con shock cardiogénico generalmente se restringe a tres grupos de pacientes: a) Enfermos con cardiopatías potencialmente reversibles (p. ej., miocarditis agudas y shock poscirugía cardíaca); b) Asociados a la revascularización miocárdica y corrección quirúrgica de una complicación mecánica en espera de la recuperación de la contractilidad, c) como puente al trasplante cardíaco. La contrapulsación intraaórtica mejora los parámetros hemodinámicos, pero en ningún estudio ha podido demostrarse beneficio clínico, por lo que su empleo rutinario no está indicado. Sistema extracorpóreo de oxigenador de membrana: En esta forma de soporte circulatorio mecánico (oxigenación por membrana extracorpórea [ECMO, del inglés extracorporeal membrane oxygenation]) se emplea un sistema de circulación extracorpórea con canulación de vena y arteria femoral o yugular y carótida. Su utilización está restringida a pacientes con hipoxemia severa acompañante al shock. Su duración es limitada y con los equipos actuales generalmente menos de 30 días. Asistencia circulatoria quirúrgica: Consisten en bombas de flujo mecánicas conectadas externamente en paralelo a la circulación del ventrículo derecho, izquierdo o ambos, pulsátiles o de flujo continuo. Su empleo exige la práctica de una esternotomía y permiten prolongar la ayuda circulatoria durante días hasta meses según el modelo; en espera de un trasplante cardíaco está aceptado. Sistemas de asistencia ventricular percutánea: Actualmente se han desarrollado diversos modelos de asistencia circulatoria parcial mediante una bomba centrífuga y cánulas para realizar circuitos de descarga del ventrículo izquierdo. Pueden ser implantados de forma percutánea y son capaces de suministrar un soporte circulatorio superior al del balón intraaórtico como medida de soporte durante breves períodos de tiempo (días). Trasplante cardíaco: En algunos pacientes seleccionados puede considerarse la posibilidad del trasplante cardíaco urgente. Estos pacientes deben reunir unas características determinadas, entre ellas edad inferior a 65 años, ausencia de 13 SHOCK CARDIOGÉNICO contraindicaciones y situación funcional grave sin respuesta, especialmente al tratamiento convencional del shock cardiogénico. En algunos casos, el trasplante cardíaco es el único tratamiento eficaz que permite la supervivencia con buena calidad de vida. Tratamiento del shock cardiogénico. AV: auriculoventricular; CIV: comunicación interventricular; IM: infarto de miocardio; IVD: infarto del ventrículo derecho: RMP: rotura del músculo papilar; RPL: rotura de la pared libre.
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