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NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-007-SSA2-2016, PARA LA ATENCION DE LA MUJER DURANTE EL EMBARAZO, PARTO Y PUERPERIO, Y DE LA PERSONA RECIEN NACIDA Los particulares cambios morfológicos y funcionales que se producen en el tracto urinario de la gestante hacen que la infección del tracto urinario sea la segunda patología médica más frecuente del embarazo, por detrás de la anemia. Durante la gestación los factores hormonales y mecánicos contribuyen a cambios en las vías urinarias, como son: aumento del flujo sanguíneo y volumen vascular renal con un aumento del tamaño del riñón y en el gasto urinario, dilatación de uréteres, disminución del tono vesical y duplicación de su capacidad, hiperplasia e hipertrofia del trígono, y al final del embarazo, el útero desplaza a la vejiga, haciéndola más abdominal que pélvica, estos cambios facilitan la estasis urinaria y reflujo vesicoureteral y durante el tercer trimestre crean la oportunidad para el desarrollo de infección sintomática de las vías urinarias. Las 3 entidades de mayor repercusión son: Bacteriuria asintomática con una incidencia del 2 al 11% cuya detección y tratamiento son fundamentales durante la gestación, pues se asocia a prematuridad, bajo peso y elevado riesgo de progresión a pielonefritis aguda y sepsis. Cistitis aguda con una incidencia del 1.5% Pielonefritis aguda con una incidencia del 1 al 2% es la principal causa de ingreso no obstétrico en la gestante, que en el 10 al 20% de los casos supone alguna complicación grave que pone en riesgo la vida materna y la fetal. El principal factor de riesgo es el antecedente de infección del tracto urinario previo al embarazo. Del 24 al 38% de las mujeres que presentan Bacteriuria asintomática en la gestación tienen antecedentes de infección del tracto urinario sintomática. En segundo lugar, las pacientes con malas condiciones socioeconómicas presentan una incidencia 5 veces mayor de Bacteriuria asintomática durante la gestación. La diabetes mellitus, incluida la diabetes gestacional, favorece la frecuencia de infección del tracto urinario y la aparición de formas más graves. El EGO, es un estudio que se solicita para el control prenatal, es de gran importancia porque muestra en forma temprana datos en relación a la infección de vías urinarias, como serían elevación del pH presencia de bacterias y leucocitos. El examen general de orina; se recomienda realizar prueba rápida con tira reactiva en cada consulta prenatal e indicar urocultivo para que en caso positivo se inicie tratamiento antibacteriano. Mediante el análisis de orina, se debe probar la presencia de bacteriuria significativa (> 100.000 unidades formadoras de colonias (UFC)/ml de un único uropatógeno recogida por micción espontánea en 2 muestras consecutivas. Es importante el seguimiento para documentar la erradicación de la infección. La base del tratamiento para la infección de vías urinarias debe incluir, efecto mínimo sobre la flora fecal y vaginal, espectro antimicrobiano adecuado, alta concentración urinaria, baja concentración en sangre, terapia corta y con poca toxicidad.
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