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Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO Clase 30 LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL ADULTO MAYOR. MOTIVOS DEL INGRESO. TIPOS DE INSTITUCIONES. Las instituciones para personas mayores constituyen un subsistema de atención en el marco de los servicios sociales que se han ido incrementando y diversificando como una de las opciones para enfrentar el proceso del envejecimiento, sobre todo para los adultos mayores cuya situación funcional, mental y social comienza a declinar y los recursos comunitarios y familiares no son suficientes para mantenerlo parcial o totalmente en su entorno familiar. A estas instituciones por mucho tiempo se las denominó “asilos” u hospicios, siendo estos muy antiguos y, en un primer momento, asociados a estructuras religiosas. Con el advenimiento de la modernidad y, luego, de los estados modernos, estas instituciones fueron perdiendo su lazo con las entidades religiosas y se asimilaron a sistemas laicos. La etimología del término “asilo” es reveladora: proviene del griego asylon que significa violable. La idea de asilo remite entonces al aislamiento, la internación, un lugar cerrado y hasta incomunicado. Asilado es el que recibe protección. No obstante los asilos hoy en día son fuertemente cuestionados por la imagen negativa y la publicidad que se les ha hecho manifiesta la necesidad de realizar profundos cambios para mejorar la calidad de los servicios. Muchas veces el adulto mayor no es visto como alguien a proteger sino como un peligro o una amenaza insoportable, por lo que el asilo funciona como institución de encierro que oculta a alguien que está muy cerca de la muerte. Hoy en día la tendencia es denominar estas instituciones como residencias, casas de retiro u hogares de ancianos, con una visión y organización que sigue una lógica diferente, funcionando sobre bases gerontológicas más actuales. Tipos de instituciones Desde el marco institucional puede contemplarse los siguientes niveles de atención: Unidades de servicios de media estancia (UME): este tipo de prestación se caracteriza porque la atención se presta de forma temporal, por un tiempo determinado, ya sea de tipo convaleciente, rehabilitador o paliativo. Disponen de dos grandes áreas: a) Unidad de convalescencia y rehabilitación. Es el área de atención a enfermos que precisan cuidados continuados, seguimiento clínico y/o rehabilitación o readaptación. b) Unidad de cuidados paliativos. Destinada a cuidados paliativos orientados a personas con enfermedades irreversibles avanzadas y/o en estadios terminales. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO Unidad de servicios de larga distancia (ULE): la unidad es de tipo residencial o, al menos, de larga estancia, aunque no hay que descartar la posibilidad de acceso a un nivel asistencial más cercano al domicilio. Sin embargo, actualmente las personas que ingresan en una unidad de este tipo suelen residir allí varios años o toda su vida (residencias asistidas). Unidad de atención diurna (UAD): la UAD sería el homólogo del hospital de día, donde puede atenderse a personas con grados de dependencia y/o tratamiento importantes, y a las que la familia no puede o no quiere soportar en todos los cuidados, así como a aquellos adultos mayores que precisan cuidados o tratamientos establecidos semanal o mensualmente. Unidades de prestación externa (UPE): En estas unidades se engloban todos aquellos servicios que pueden prestarse, ya sea de forma puntual o continuada, fuera del marco institucional. Otros Tipos de Asistencia: se aplica genéricamente el nombre de atenciones alternativas a todos aquellos servicios que pretenden ser una alternativa a la institucionalización. Hoy en día existen diversas formas y variables para clasificar a los centros dedicados a la atención de personas mayores según sus alcances, períodos de operación, modos de operación, servicios que ofrecen, etc. Es importante que las personas encargadas del cuidado de un adulto mayor conozcan las opciones que hay para la atención y el cuidado de los mismos, de manera que se facilite la elección del centro más adecuado a las necesidades e incluso a los gustos de cada persona. Algunos de los diferentes centros de atención que existen en concreto son los siguientes: Centros de día Los centros o casas de día son establecimientos públicos o privados donde los adultos mayores reciben atención integral durante el día y participan en actividades culturales, deportivas, recreativas y de promoción y autocuidado de la salud. Además tienen la oportunidad de disfrutar de la compañía de otros adultos mayores. Los servicios de estas instituciones se orientan fundamentalmente a personas de edad avanzada que viven solas o a quienes habitan con su familia pero que aun así la mayor parte del día se encuentran solos y expuestos a diversos riesgos para su seguridad y salud. Específicamente se proponen como espacios para propiciar el envejecimiento activo y saludable mediante la promoción de acciones de autocuidado de la salud, alimentación y nutrición, así como actividades deportivas y recreativas, favoreciendo la formación y mantenimiento de lazos sociales. Promueven la http://www.monografias.com/trabajos/antrofamilia/antrofamilia.shtml Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO realización de acciones que redunden en el trato digno de la tercera edad, fomentando una cultura del respeto y reconocimiento a la vejez a través de la incorporar la participación de las familias y de la comunidad. Casas nocturnas Son centros que asisten a las personas con patologías que los llevan a padecer procesos de agitación o trastornos de conducta durante la noche. Además de regular la intervención farmacológica y terapéutica con personas enfermas, facilita el descanso de los familiares y cuidadores. El centro nocturno ofrece un marco de seguridad y confortabilidad a personas que viven solas o en núcleos familiares aislados o que sus domicilios no reúnen las condiciones idóneas para pernoctar. “Senior Care” o “Assistance Living”: cuidado asistencial al adulto. Más parecidos a resorts de lujo que a geriátricos, estas residencias son comunidades activas para adultos mayores donde los residentes tienen la posibilidad de vivir un retiro muy agradable y tranquilo, disfrutar de actividades recreativas, fiestas, terapias ocupacionales y atención psicológica personalizada. Inclusive allí se maneja el régimen de la renta para evitar a los residentes las preocupaciones de “propietario” como, por ejemplo, el pago de impuestos y servicios. Son instituciones costosas que se han insertado exitosamente en Estados Unidos y en México para personas de alto poder adquisitivo, aunque incluyen posibilidades de financiación para aquellas personas que prevean su vida en la senectud. La idea conductora de esta propuesta es ofrecer una alternativa para adultos mayores que no se ven sólo sobreviviendo sino que quieren tener una vejez más activa, divertida e independiente, recibiendo ciertas atenciones para el cuidado de su salud. Se conforma así un híbrido entre un hotel y el ofrecimiento de cuidados asistenciales. Geriátricos, residencias geriátricas, asilos, hogares de ancianos. Puntualizaciones sobre las residencias geriátricas en Argentina En principio se suele afirmar que el domicilio es el mejor lugar para vivir. Hay un viejo aforismo que reza: “En casa mientras sea posible, en la Residencia cuando sea necesario”. Pero muchas veces no está claro qué es lo “necesario” o cuáles son esas necesidades: ¿Transitorias o definitivas? ¿Sólomédicas? ¿Sólo sociales?. Pilar Rodríguez define Residencia de Adultos Mayores como centro “abierto” de desarrollo personal y atención socio-sanitaria multiprofesional en el que viven temporal o permanentemente personas mayores con algún grado de dependencia (física, mental, funcional o social). “Centro abierto” remite a que los hogares deben ser de puertas abiertas Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO y el ingreso debe ser con el consentimiento de la persona mayor. Muchas residencias son de puertas cerradas y ello es rayano al concepto de privación ilegítima de la libertad. Además, la apertura remite también al ingreso de las personas de la comunidad (para prácticas pre- profesionales, acciones de voluntariado, espectáculos musicales de danza o teatro, etc.). “Desarrollo personal” implica el hecho de que a la residencia se va a vivir, no a estar internado. La vida implica proyectos, desarrollo, crecimiento. Otro punto a tener en cuenta es que se trata de centros donde la atención es socio-sanitaria. No sólo social y no sólo sanitaria. Por último, la atención es multiprofesional. Aquí podríamos cambiar el término por interdisciplinaria, lo cual establece mejor las pautas de atención integral que el adulto mayor necesita. En las residencias públicas encontramos dos grupos diferenciados de residentes: Cuidando a los “excluidos”: Personas que han perdido sus redes vinculares por adicción al juego, drogas o alcohol, delitos o trastornos de la personalidad que han originado desvinculación familiar. Personas que han perdido su trabajo, trabajadores en negro o precarizados. Personas en “situación de calle” porque no pudieron acceder a vivienda, la han perdido o se han desvinculado de su familia. Personas que han caído económicamente y socialmente producto de la movilidad descendente durante la crisis del 2001. Cuidando a los “frágiles”: Personas mayores con diversas patologías crónicas e incapacitantes que no pueden ser cuidadas en el hogar (amputados, diabéticos, secuelados de ACV, incontinentes, dementes y con otras patologías psiquiátricas, con problemas mentales y funcionales complejos). Personas mayores en situación de alta por enfermedades agudas o reagudización de crónicas, bloqueando camas hospitalarias, sin poder externarse. Enviados por juzgados, por cualquiera de las razones anteriores. Con respecto al perfil de los residentes en los hogares públicos vemos que conviven entonces personas de muy distinta situación clínica, funcional, proveniencia social, nacionalidad, grado de movilidad, situación cognitiva y conductual, capacidad de comunicación, escolaridad, hábitos y orientación sexual, con lo cual es dificultosa la tarea de nuestros equipos interdisciplinarios, en cuanto a la localización y relocalización de los residentes apuntando a la mejor convivencia. La Residencia es entonces una institución compleja. Rosa Aizen refiere, en un estudio llevado a cabo en la ciudad de Buenos Aires, que intervienen variables culturales, institucionales y psicosociales para dicha complejidad, a la vez que interactúan diversidad de actores sociales (las personas mayores que viven en la Residencia, sus familias, los empresarios, los trabajadores, el Estado y los organismos de garantía). En todos estos actores sociales se entrecruzan derechos y obligaciones. Con respecto a las personas mayores, en general no se toma en cuenta su decisión. Las familias y la institución naturalizan el hecho. Se pierde la autonomía. Las familias deciden sobre los bienes. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO Otra causa de institucionalización es la sobrecarga o estrés del cuidador. Muchas familias, principalmente las mujeres de la casa, tratan de sostener el cuidado de su familiar, pero al volverse este más dependiente en sus funciones, o tornarse agresivo, surge la necesidad de delegar el cuidado. Nos vamos a encontrar con familias funcionales que no tienen más remedio que hacerlo pero no abandonan al anciano, no lo “descargan” en la institución; otras familias delegan absolutamente el cuidado, y las hay también cuestionadoras (en estos últimos casos la relación con la institución es conflictiva, alterando la dinámica institucional). También nos encontramos, entre las privadas, con instituciones de distinta calidad y costo, así como trabajadores que tienen una alta exigencia laboral, algunos sometidos a largas jornadas laborales y falta de contención. Este personal no profesional frecuentemente no está capacitado, lo cual favorece el maltrato. En las residencias privadas los profesionales (no siempre especializados en Geriatría o Gerontología) concurren por pocas horas o días durante la semana complicando la posibilidad de efectuar reuniones de equipo, por lo tanto no hay un plan integral de tratamiento y seguimiento como se esperaría que hubiese. El proceso de institucionalización del adulto mayor El proceso de institucionalización, entendido como proceso complejo y multideterminado, plantea al adulto mayor una serie de desafíos que llevan a movilizar una gran cantidad de recursos psíquicos y emocionales para adaptarse a un contexto que es “otro mundo”, distinto del ámbito doméstico, dominado por una legalidad y ritmicidad propias. En estos contextos se encuentra que muchas veces las residencias responden, de cierta manera, a las demandas de las personas de edad avanzada, pero otras veces actúan como un factor que predispone a que el adulto mayor disminuya su autonomía, produciendo así una dependencia de las formas de vida ofrecidas en esos contextos. En un trabajo publicado por la Asociación Española de Geriatría y Gerontología (ASGG) conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (2006), se encuentra la noción de dependencia estructurada, entendida como la contribución ocasional que las instituciones y entidades que gestionan la vida del adulto mayor harían al refuerzo de la dependencia y marginación de este grupo. Estas cuestiones se suman al problema del distanciamiento y la pérdida de vínculos y redes sociales que el adulto mayor sufre como consecuencia de su pasaje al contexto institucional. Muchas veces la institucionalización es la opción más favorable para los adultos mayores ya que se adaptan a las necesidades y demandas que surgen en la cotidianeidad de sus vidas durante el transcurso por la senectud. Numerosas investigaciones afirman que la principal causa de la iniciación de este proceso es la falta de compañía o cualquier tipo de red social de apoyo que pueda dar cuenta de las necesidades de atención, cuidado y Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO vinculación del adulto mayor. De esa forma se generaría un cuadro que la bibliografía ha dado en llamar estrés por reubicación: la persona tiene que dejar tras de sí su ambiente de pertenencia para internarse en un entorno con reglas propias, formalizado e impersonal, y debe realizar un sobreesfuerzo de adaptación. También en este punto debemos considerar la experiencia subjetiva del adulto mayor, a saber: la forma que toma el vínculo con la realidad en cada uno, pudiéndose entender como el espacio de la libertad y la creatividad, el proceso de asunción de nuevos roles, como resultado de incorporarse a una institución en este caso. Además de adaptarse y asumir nuevos roles, ocurre que se suman las dificultades en la convivencia dentro de estos contextos y las dificultades en relación al establecimiento de vínculos sociales. En términos generales, existe un rechazo de las personas más sanas a compartirlos espacios con aquellos pares que poseen un estado de salud notablemente deteriorado, lo que en ocasiones lleva a la segregación de los residentes por plantas o secciones conforme su estado de salud. Este aporte agrega, además, que las relaciones más favorables que los residentes mantienen son aquellas que establecen con el personal que los asiste, no siendo del mismo modo para con sus pares. En este sentido, se adhiere a la idea de pensar a la institución como un pequeño mundo en sí mismo en el que se encuentran distintas personas, cada una de ellas con sus particularidades e historias singulares. Intentando mitigar y prevenir posibles efectos nocivos en la salud de los adultos mayores institucionalizados, algunas instituciones, adhiriendo al concepto de funcionalidad, intentan ofrecer espacios en los que los residentes puedan mejorar su adaptación al contexto, entendiendo a estas actividades como un medio de soporte, apoyo, identidad, inserción social y pertenencia orientados a revertir los efectos de la disminución del nivel de socialización. Así buscan que las personas no resignen su autonomía y continúen llevando su vida conforme a sus propios criterios, cultura y convicciones. Los talleres en el marco institucional suelen ser un medio que genera soporte, apoyo, identidad, inserción social y pertenencia para los residentes, orientados a mejorar de las condiciones de vida y a poder adaptarse mejor al contexto de la institución. La adaptación del adulto mayor al contexto institucional: posibilidades y obstáculos. Los aspectos obstaculizadores involucrados en la adaptación del adulto mayor al contexto institucional podrían encontrarse, principalmente, en el sentimiento de soledad que las personas experimentan al momento de integrarse al contexto intramuros. También se observa que las reducidas opciones de relacionamiento social que ofrece la realidad institucional incrementarían aquel sentimiento de soledad. El ajuste permanente a las pautas y reglas de funcionamiento propias del contexto institucional junto a una convivencia por sectores, en los que, en ocasiones, se pasa a compartir el espacio con personas enfermas Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO conduciría a los residentes a una autosegregación capaz de empobrecer aún más las posibilidades de establecer contacto con los otros. En cuanto a los factores facilitadores involucrados en el proceso de adaptación de esta población al contexto institucional, se encuentran el establecimiento de vínculos estables fundados en el respeto y la comprensión mutua con el personal a cargo del cuidado de los residentes en la institución, como también la posibilidad de realizar actividades de esparcimiento, siempre que sean ajustadas a las capacidades de los asistentes. Estos serían elementos privilegiados para mitigar ese sobreesfuerzo que requiere enfrentar dicho proceso. La vida en este contexto puede llevar a que la persona perciba que tiene escaso o nulo control de lo que sucede en su cotidianidad y, en algunos casos, puede que el residente adopte entonces una actitud pasiva y complaciente en relación a la obediencia a las normativas y pautado de la vida institucional, con tal de ser parte. Esta nueva realidad implicaría que la persona pueda asumir nuevos roles y eso implica necesariamente un cambio en el que se abandonan otras formas de vida y roles tenidos anteriormente. La pérdida de la intimidad y la aceptación del manejo del propio cuerpo en función de las normativas institucionales son otras de las dificultades a sortearse en este contexto. Por otro lado, la dependencia, el aislamiento frente a la sensación de no tener la posibilidad de entablar amistades y un eventual repliegue sobre uno mismo, podrían interpretarse junto a la sensación de pérdida de la libertad, como posibles consecuencias del ajuste a la realidad institucional. No obstante, el establecer nuevos vínculos en el interior de la institución permite a los adultos mayores beneficios: pueden establecer relaciones de afinidad con otros, compartir inquietudes e intereses con los pares y hasta superar cualquier tipo de prejuicio existente en relación a los otros. En este sentido, el compartir la pertenencia a una misma generación, a unas mismas dimensiones espaciotemporales, facilitaría los intercambios y el entendimiento entre los protagonistas. Otro elemento favorable, estaría dado por la posibilidad de tener un rol activo en los espacios de actividades. De ese modo, el quiebre con la unidireccionalidad, la pasividad y con cualquier eventual infantilización del adulto mayor, se establecerían como factores que aportarán al enriquecimiento de los procesos de socialización. Algunas consideraciones finales La institución para personas adultas mayores es una modalidad socio-sanitaria compleja: por la variedad de actores que se interrelacionan entre sí, por los derechos y obligaciones que ponen en juego cada día, porque sus residentes son sujetos de cuidado a la vez que sujetos de derecho, porque muchas veces el principio de autonomía roza la responsabilidad que los profesionales y trabajadores tienen sobre las personas que están a su cuidado. Algunas personas mayores, sobre todo aquellas ingresadas a partir de situación de calle con alto grado de vulnerabilidad social, no van a vivir allí hasta sus últimos días ya Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO que son posibles las externaciones a casas de familiares, a otros hogares, a hoteles con subsidios u otra vez a la calle pasado el frío invernal. La institucionalización sirve como un ámbito para recomponer fuerzas, cubrir sus necesidades básicas, conectarse con su interioridad, conocer la problemática de los otros, compartir, volver a sentir pertenencia y afiliación, configurar su identidad y restaurar el vínculo con la sociedad. Merklen Denis habla de “sentido de pertenencia dañado” en aquellos que viven en los márgenes y aquí les es posible repararlo. De todas formas, la institucionalización es un punto de inflexión en los trayectos de las vidas de estas personas mayores. Esta relación afectiva ambigua hacia la institución hace que se la rechace y se la necesite, sentimiento acompañado del miedo a volver a la situación de marginación y exclusión a la que los arrojó el fracaso en el sistema laboral o familiar.
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