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DOLOR
NOCIONES BÁSICAS
CLÍNICA II
DRA. DALIA MORA BARRENO
DOLOR
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor define el dolor como «aquella experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular presente o potencial, o descrita en términos de tal daño». 
Margo McCaffery, una investigadora en enfermería que ha escrito sobre el cuidado de pacientes con dolor, define el dolor como «todo aquello que el paciente que lo experimenta dice que es un dolor, que existe donde él dice que está»
El profesional de enfermería depende totalmente del paciente para describir la sensación del dolor, identificar la ubicación e informar sobre la clase de dolor que se está experimentando. 
El dolor es todo aquello que el paciente dice que lo es, y existe siempre que el paciente dice que lo está sufriendo.
La valoración del dolor es siempre subjetiva. 
Aunque en nuestra cultura vemos el dolor como algo negativo que queremos evitar, hay que considerar que se trata de un sistema de alerta de nuestro organismo, ya que nos avisa de que algo no funciona bien.
 Nos ayuda a sobrevivir ya que nos permite detectar situaciones perjudiciales y modificar nuestras conductas.
La experiencia de dolor es directa y personal. 
Es completamente subjetiva.
La información más importante en la valoración del dolor es, por tanto, lo que dice el paciente. 
Aunque el inicio del dolor agudo estimula el sistema nervioso simpático, provocando signos o síntomas (aumento de la frecuencia cardiaca, respiratoria, tensión arterial, etc.).
El dolor puede clasificarse en función de diferentes criterios.
A continuación presentamos algunos de ellos: 
Según su duración:
 
a) Agudo: se caracteriza por su comienzo bien definido, la presencia de síntomas y signos físicos objetivos y por acompañarse de hiperactividad del sistema autónomo. 
b) Crónico: puede definirse como aquel que persiste después del curso habitual de una enfermedad aguda o después del tiempo razonable para que sane una lesión. 
2. Según su intensidad:
La OMS clasifica el dolor según su intensidad, con la finalidad de ir eligiendo el tipo de analgesia que corresponda en: leve, moderado, intenso e incapacitante
3. Según su mecanismo etiopatológico:
 a) Nocioceptivo somático: es un dolor sordo y amortiguado, más localizado sobre fascias, tejido muscular, periostio, articulaciones, ligamentos y tendones. 
b) Nocioceptivo visceral: aparece a consecuencia de la estimulación visceral. Es un dolor sordo, difuso y difícil de localizar.
 
c) Neuropático: aparece cuando hay lesión del nervio y es un dolor quemante o urente, de tipo eléctrico como una descarga. 
d) Psicógeno: Interviene el ambiente psicosocial que rodea al individuo.
 e) Mixto: posee características nocioceptivas y neuropáticas de forma simultánea.
Según sus características: 
Irruptivo/súbito: dolor que aparece de forma brusca ante la movilización. Es de difícil control.
Localizado: se produce en su lugar de origen y no irradia hacia otras zonas.
Referido: parte de las estructuras profundas y se irradia a otras partes del cuerpo.
Superficial: emerge del tejido donde abundan los nocioceptores, como la piel, los dientes y las mucosas y es fácilmente localizable. Se halla limitado a la parte del cuerpo inervado por el nervio afectado. Este es un concepto contrapuesto al de dolor visceral. 
e) Dolor cólico: dolor de características agudas que puede estar desencadenado por numerosas enfermedades. 
En los pacientes que pueden comunicarse verbalmente, informar por si mismos de la presencia de dolor es el criterio de referencia para valorar su grado y su tipo.
 El profesional también valora otras conductas relacionadas con el dolor, como hacer muecas, balancearse o ponerse a la defensiva.
El aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial son indicadores de la respuesta fisiológica al dolor, pero no tienen por qué demostrar una relación proporcional a la magnitud del dolor experimentado por el paciente. 
Así, debemos tener en cuenta que la valoración de la experiencia dolorosa puede realizarse por dos procedimientos complementarios y, por tanto, no mutuamente excluyentes: valoración subjetiva y la valoración objetiva.
En la valoración del dolor deben considerarse los siguientes parámetros: 
Localización del dolor 
Efectos del dolor en las funciones y actividades de la vida diaria 
Nivel de dolor en estado de reposo o de actividad 
Manejo de la medicación 
Factores desencadenantes o precipitantes 
Calidad del dolor (¿Qué palabras utiliza la persona para describir el dolor? Dolor sordo, punzante, etc.?) g) Irradiación del dolor (¿El dolor va más allá del foco inicial?) h) Severidad del dolor (escala de intensidad de 0 a 10) i) Frecuencia temporal (ocasional, intermitente, continua)
La enfermedad crónica puede influir en la valoración precisa del dolor, como sucede en la artrosis, la enfermedad vascular periférica o el cáncer. 
Los pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas o diagnósticas pueden sufrir dolor agudo. 
Es posible que no sean capaces de diferenciar si el dolor ha sido inducido quirúrgicamente o si es un dolor crónico procedente de anteriores afecciones dolorosas. 
Se sabe poco acerca del efecto que tiene el envejecimiento en la percepción del dolor. 
No hay pruebas que indiquen que la sensación de dolor sea menor en los ancianos, una percepción errónea frecuente.
La transmisión a lo largo de las fibras nerviosas que canalizan el dolor puede alterarse con la edad, pero no está claro cómo afecta este cambio a la experiencia del dolor.
Los estudios sobre sensibilidad y tolerancia al dolor han indicado que probablemente los cambios en la percepción de este no son clínicamente significativos.
El profesional de enfermería valora si el paciente de edad avanzada tiene alguna alteración auditiva.
 
Si es así, se sitúa delante del paciente, habla despacio, con un tono de voz normal, reduce el ruido ajeno y proporciona instrucciones por escrito. 
Puesto que es posible que los adultos mayores procesen la información más lentamente que los pacientes más jóvenes, el personal de enfermería también les deja tiempo suficiente para responder.
Existen diferencias sexuales relacionadas con el dolor. 
Enfermedades como la fibromialgia, el síndrome de colon irritable, las migrañas y el dolor articular temporomandibular predominan más en las mujeres que en los hombres.
Todos los pacientes muestran una mayor respuesta fisiológica al dolor, incluido el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial.
La valoración inicial del dolor se realizará al ingreso, dentro de la valoración inicial de Enfermería. Los parámetros del dolor que valoraremos serán: Localización de dolor. Factores desencadenantes Irradiación del dolor. 
A pesar de la considerable atención dedicada a factores biológicos (como las influencias hormonales y genéticas), los factores psicológicos y sociales también podrían explicar las diferencias sexuales a la hora de comunicar el dolor.
Se desconoce si existen diferencias específicas de uno u otro sexo que sean fundamentales en los mecanismos básicos del dolor.
Es necesario alcanzar una mayor comprensión de las cuestiones fisiológicas, sociales y psicológicas que influyen en el mismo
Escalas unidimensionales
 a) Escala verbal simple: En esta escala se utiliza las palabras como «leve», «moderado» o «intenso» para determinar la intensidad del dolor.
Así, se pide al paciente que seleccione la palabra que describa mejor el dolor que sufre.
Las limitaciones de esta escala son que el paciente tiene que ser capaz de comprender el significado de esas palabras.
b) Escala numérica de intensidad de dolor: 
En esta escala de tipo Likert de 11 puntos, el 0 significa «ausencia de dolor» y el 10 significa «el peor dolor posible».
La escala numérica de intensidad del dolor requiere los pacientes seleccionen el número que mejor se ajusta a la intensidad de dolor que sufren; cuanto mayor es el valor que señalenmás intenso es el dolor.
Por lo general, un dolor leve se considera en el intervalo entre 1 y 3; el dolor moderado se considera en el intervalo entre 4 y 6; y el dolor intenso se considera en el intervalo entre 7 y 10. 
Escala de la expresión facial 
Esta escala se utiliza en niños de dos meses a siete años. En los niños de siete a diez años, pueden utilizarse las mismas escalas de valoración numérica que en los adultos. 
Cada rostro tiene una puntuación asignada y se le pide al paciente que seleccione el rostro que mejor describe cómo se siente. Esta escala puede utilizarse en pacientes con incapacidad para describir el dolor, dificultad para entender los métodos de valoración, deterioro cognitivo o analfabetos.
d) Escala visual analógica: 
La EVA es una línea de 10 cm, con ausencia de dolor en un extremo y el peor dolor posible en el otro.
Cuando se utiliza esta escala, el profesional pide al paciente que marque sobre la línea la intensidad del dolor que sufre.
 Si el paciente marca la línea a 7 cm, el profesional anotaría un nivel de dolor de 7/10.
Esta herramienta es una de las escalas unidimensionales del dolor más sencillas y básicas.
Gracias

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