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neo-hipocrático y genérica

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RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
PARADIGMA NEOHIPROCRÁTICO.
1) Hermenéutica (contexto histórico social):
En los últimos años, ante la pérdida de consenso y credibilidad del paradigma mecanicista, ha surgido una medicina
alternativa que retoma varios componentes hipocráticos, sobre todo porque también apunta a un paciente de clase
hegemónica.
No se trata de un paradigma que responda a demandas universales sino a problemas puntuales de un sector social
delimitado: las demandas de mayores expectativas de vida y prolongación de la juventud, propias de la clase
hegemónica capitalista actual y las clases medias de altos ingresos. Es un segmento social que tiene alta calidad de vida,
y por lo tanto, busca potenciar y prolongar el ocio y el goce del cuerpo, aprovechando las condiciones de vida
privilegiada que les toca. En este paradigma, el cuerpo es importante desde varios puntos de vista:
a) Para experimentar
sensaciones placenteras:
evitar los padecimientos,
incrementar el goce,
satisfacer las necesidades
alimenticias, sexuales,
etc.
b) Para mejorar el
estado anímico a través
de la belleza corporal,
intentando alcanzar
patrones estéticos que
favorezcan la
autoestima.
c) Para realizar
actividad física que
favorezca los puntos 1 y
2.
d) Para lograr el
reconocimiento social, la
aceptación pública y multiplicar los vínculos. Utilizar la imagen corporal para hacer relaciones laborales, políticas,
económicas o amorosas.
Como se trata de un sector que no realiza trabajo físico o manual, la movilidad y la fuerza muscular están disminuidas
por la actividad intelectual, el ocio y la vida sedentaria. Entonces, esta medicina busca activar el cuerpo y ponerlo al
servicio del disfrute de la vida, recuperando su valor para el uso personal y social.
No es solamente una manera de poner la medicina al servicio del ocio y el tiempo libre, también es un mecanismo para
poner el ocio y el tiempo libre al servicio de la medicina. Es decir, las clases sociales privilegiadas en la actualidad, han
encontrado en la medicina neo-hipocrática una forma de invertir su tiempo al servicio de la salud y del cuidado personal,
con el objetivo de prolongar la juventud y la expectativa de vida.
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
2) Concepto de salud:
Salud como estado de bienestar integral: físico, psíquico y social.
3) Cuerpo de conocimientos:
Es de rango cientificista y metafísico. No tiene ningún elemento mágico, religioso o sobrenatural. Se concentra
principalmente en la acumulación de conocimientos refutables por la corroboración empírica. Pero también tiene un
componente ético, existencial, moral y preventivo que regula el estilo de vida del paciente.
Los conocimientos de este paradigma no están muy desarrollados ni sistematizados. Es biologicista, aunque no produce
muchas investigaciones científicas. También es multidisciplinario porque toma aportes de la antropología, la psicología,
la nutrición y la teoría del deporte.
No cuenta con instituciones ni clínicas donde se ofrezca su terapéutica. Se difunde particularmente por los medios de
comunicación: como revistas, suplementos de diarios, blogs, videos, programas de radio y televisión. Estos medios de
difusión masiva constituyen el principal ámbito de inserción de esta corriente de pensamiento.
Al igual que el viejo paradigma hipocrático, esta medicina apela a la modificación de los hábitos de vida y a la actitud
activa del paciente para prevenir y resolver los padecimientos. Busca enfrentar a la vida patológica con costumbres que
hagan posible la vida terapéutica, fomentando un estilo de vida preventivo.
4) Terapéutica:
a) Diagnóstico:
El diagnóstico es
integral, atiende tanto
lo biológico como lo
comunicacional.
Primero, considera las
variables biológicas
mediante el control de
los signos vitales,
análisis básicos de
sangre y orina, y una
completa auscultación
del paciente.
En función de los
resultados, no se
conforma con detectar
la enfermedad, también
pretende explicar lo que observa, conociendo la conducta del paciente. Lo hace con una buena anamnesis, prolongada,
exigente, que permita describir con precisión los hábitos de vida del paciente en todos los órdenes: afectivo, doméstico,
recreativo y laboral. Se busca generar la autocrítica por parte del paciente, alcanzar una especie de confesión, donde
revele los usos, desusos y abusos del cuerpo y la psiquis. Una vez que el paciente se reconoce como culpable de su
enfermedad, se podrá dar lugar al tratamiento.
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Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
b) Pronóstico:
Como en otros paradigmas preventivos, el pronóstico no tiene mayor importancia porque el tratamiento y las
recomendaciones se llevarán a cabo incluso en caso de enfermedades terminales.
c) Tratamiento
Es un tratamiento preventivo y aditivo: busca aportarle conocimientos al paciente para que logre cambios de hábitos
que lo ayuden a “estar en forma”. Las líneas de tratamiento preventivo más sobresalientes son:
1) Control de la natalidad: postergar y planificar el momento adecuado de la procreación, para que implique la menor
cantidad de complicaciones posibles. Pero también reducir el número de hijos para asegurar mejor calidad de vida y
evitar el estrés del conjunto familiar. También se vale de la psicología y la psicopedagogía para garantizar el bienestar de
los hijos y la buena interacción familiar.
2) Alimentación saludable: dieta variada, equilibrada y programada, rica en vitaminas y nutrientes, pobre en hidratos de
carbono, grasas y azúcares. Cuidar la calidad y la cantidad de comida, no sólo por cuestiones estéticas sino también para
evitar complicaciones de la salud y poder gozar de mayor calidad de vida, disfrutando del deporte, la sexualidad y la vida
al aire libre.
3) Ejercicio regular: esta medicina toma a la educación física dentro de las prácticas médicas. Recomienda abandonar el
sedentarismo a través de una actividad física disciplinada (no excesiva o de competición), para aumentar el consumo de
oxígeno, limpiar la sangre, renovar los tejidos, eliminar toxinas, mantener la elasticidad de articulaciones y músculos,
fortalecer el aparato cardiovascular y la irrigación general, mantener los reflejos activos, propiciar una distribución
armónica de la energía corporal y lograr posturas físicas correctas. Sentirse mejor y verse mejor.
4) Actitud preventiva: control emocional para evitar el estrés y los disgustos que propician las enfermedades, evitar el
alcoholismo, el tabaquismo, la contaminación ambiental, la sobrecarga de trabajo, los conflictos sociales y amorosos,
llevar una vida ordenada, evitar tanto la pasividad como la hiperactividad, buscar el equilibrio entre trabajo y descanso,
entre vida urbana y naturaleza, y tener una sexualidad responsable.
De esta manera, se busca generar una moral y una actitud que prevenga las enfermedades de la modernidad: la
depresión, el cáncer, los infartos, el SIDA y la hipertensión. La adhesión a estas pautas preventivas queda a cargo del
paciente, que será el responsable de recuperar su salud mediante el cambio de hábitos. En este sentido, la terapéutica
es un mecanismo de control y regulación social, ya que brinda mandatos acerca de cómo vivir la vida.
5) Paciente:
Lógicamente es activo y protagonista. Es culpable de su padecimiento y tiene en sus manos la ejecución del
tratamiento. Sobre todo, de él depende la prevención.
Por lo tanto, es un paciente capacitado, que ha vivido un proceso de enseñanza y aprendizaje y ha incorporado
herramientas, información y un amplio repertorio de conocimientos, que aplicará de forma autónomay disciplinada
para "estar en forma". El médico le ha enseñado y le ha dado instrucciones, ahora el paciente debe poner en práctica los
conocimientos adquiridos.
RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
Antes que nada, es un paciente de ocioso y de altos ingresos, que tiene las necesidades materiales básicas resueltas y
que puede preocuparse por otras cuestiones como la prolongación y el goce de la vida. Por lo tanto, está dispuesto a
invertir recursos y tiempo en el desarrollo de un conjunto de hábitos profilácticos, que constituyen una manera
placentera de afrontar la
existencia.
6) Médico:
Es un médico moralista, que
defiende una nueva ética y estética
de vida. Sobrepasa las cuestiones
de la biología humana y alcanza el
plano de la conducta social e
individual. Sus mandatos son
colectivos, apuntan al conjunto y
no al caso individual; sin embargo,
no está preocupado en
transformar la sociedad, se limita a
la modificación cultural.
Su actitud es inquisitiva; busca que
el paciente reconozca su
ignorancia y su desinterés, y lo
instruye con una actitud docente y estimulante. Es un médico que, durante el diagnóstico, empieza adoptando un
actitud hostil, cuestionando el descuido del paciente hasta conseguir su autocrítica, lo que motiva el cambio hacia una
postura amigable, con el objeto de instruir y motivar al paciente para que corrija sus hábitos patológicos desarrollando
prácticas terapéuticas.
Más que un médico es un equipo multidisciplinario, donde está presente la medicina, pero también la educación física,
la psicología, la psicopedagogía, la sexualidad y la nutrición.
MEDICINA GENÉRICA
1) Hermenéutica (contexto histórico social)
Los distintos paradigmas desarrollan cada uno una medicina especializada en sus conocimientos. La medicina genérica
es lo contrario a la medicina especializada y NO constituye un paradigma de salud, ya que no tiene un cuerpo de
conocimiento organizado ni un curador o médico especialista. Por el contrario: se trata de los conocimientos del
paciente. Esta medicina del paciente es el resultado de la multiplicidad de etnias, culturas, grupos y clases sociales
presentes en las sociedades complejas. Esta diversidad cultural se manifiesta en la interpretación y la atención a la
problemática de la salud.
En las sociedades simples, la medicina especializada y la medicina del paciente eran lo mismo, debido a la uniformidad
cultural (una sola cultura para cada sociedad), que brinda una sola explicación sobre la medicina. En las sociedades
simples no hay paradigmas de salud alternativos, hay sólo uno que monopoliza lo que se dice y se hace en cuanto a la
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salud. Entonces, como el paciente no tiene la alternativa de recurrir a varios paradigmas, la medicina genérica (lo que él
sabe y hace respecto a la salud) se confunde con la medicina especializada.
En cambio, en las
sociedades complejas
hay varias culturas,
según el grupo o clase
social que se trate, y por
tanto también varios
paradigmas de salud.
Los Estados siempre
pretenden reducir al
mínimo la diversidad
cultural y eliminar la
diferencia entre
medicina genérica y
medicina especializada.
Es decir, pretenden que
todas las clases sociales
practiquen la cultura de
la clase dominante. A
través de la uniformidad
cultural (una sola cultura), buscan reducir el conflicto social y favorecer los consensos que garanticen la reproducción del
sistema. Por lo tanto, también pretenden que haya una sola medicina, que todos los grupos sociales practiquen el
mismo paradigma de salud mecanicista, que favorece los intereses de la clase dominante y es funcional al sistema.
Sin embargo, la uniformidad no ha podido nunca ser consagrada ni en lo cultural ni en la salud porque la desigual
distribución de los recursos materiales, impide o dificulta que todos podamos practicar la cultura dominante. El fracaso
de imponer el paradigma de salud mecanicista al conjunto de la sociedad, obedece a varias razones:
A) El carácter inaccesible de la medicina mecanicista.
La inaccesibilidad está dada por el lenguaje, el monopolio del conocimiento, la organización corporativista y el alto costo
de la medicina mecanicista, sobre todo en la sociedad capitalista, que se caracteriza por la fragmentación en clases
sociales y la desigual distribución de los recursos materiales. Tan desigual, que provoca la formación de amplios sectores
sociales con necesidades básicas insatisfechas, muchas dificultades para acceder a la costosa medicina mecanicista y,
por tanto, obligados a recurrir a otros paradigmas de salud económicamente más accesibles, como el popular.
Como se analizó anteriormente, todas las políticas de salud mecanicista han tenido como resultado la dualidad y la
insuficiencia. Dualidad, porque no se pudo impedir la formación de una medicina mecanicista para ricos (clínicas
privadas) y otra para pobres (centro de APS). Insuficiencia, porque la infraestructura y el equipamiento que exige la
medicina mecanicista se ubica en áreas urbanas, marginando las zonas rurales.
B) La falta de contenido simbólico de la medicina mecanicista.
Vivimos una época de gran aceleración y transformaciones sociales. Esto implica que la cultura, que es más resistente a
los cambios, no pueda acompañar el ritmo de transformación de los procesos sociales. Por tanto, nuestro tiempo se
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caracteriza por el vacío simbólico, la ausencia de sentidos y significados. No alcanzamos a explicar, entender e
interpretar el mundo en el que vivimos. Y aquí, la medicina mecanicista agrava la situación porque, con su empirismo
cientificista y su reduccionismo biologicista, rechaza todo efecto simbólico, mágico y religioso sobre el recupero de la
salud. Entonces, la población busca otros paradigmas de salud que aporten un significado, un sentido o explicación para
su enfermedad. Este sentido lo van a encontrar en los paradigmas oriental, aborigen y popular, todos con un cuerpo de
conocimiento de tipo metafísico, donde el tema de la salud está asociado a una interpretación del sentido de la vida y la
realidad en general.
C) La ineficacia del paradigma mecanicista.
Más allá de la cuestión del sentido, la medicina mecanicista también tiene sus falencias y limitaciones prácticas que
tendrán que enfrentar incluso aquellos sectores que cuentan con los recursos económicos para llegar a esta medicina. La
medicina mecanicista ha fracasado en varios campos: las adicciones, las enfermedades degenerativas, las enfermedades
psíquicas, la prolongación de la vida, el SIDA… Para suplir esta ineficacia, los pacientes apelan a todos los paradigmas
alternativos que estén a su alcance, de acuerdo a sus necesidades y su extracción social. Por ejemplo, la medicina
oriental y la neo-hipocrática darán respuestas ante problemáticas como el estrés, la droga-dependencia, la prolongación
de la vida y la prolongación de la juventud para los sectores más favorecidos..
D) El trato al paciente por parte de la medicina mecanicista.
Muchas investigaciones de etnomedicina advierten que la asimetría mecanicista entre el paciente y el médico, puede
contribuir a la búsqueda de paradigmas alternativos. Sin embargo, la gran parte de los paradigmas de salud implican una
relación asimétrica entre el médico y el paciente, donde el curador tiene el absoluto control del proceso de recupero de
la salud. Sólo los paradigmas neo-hipocrático y oriental ofrecen una relación donde el paciente adquiere una
intervención más activa en el tratamiento. Pero aquí interviene una vez más la extracción socioculturaldel paciente, ya
que solo las
clases favorecidas
pueden
incorporar la
salud como
dimensión donde
ubicar su tiempo.
En las clases
populares están
más preocupados
por la relación
eficacia y costos
del tratamiento
cuando eligen un
paradigma
alternativo al
mecanicista.
Estas clases,
obligadas a
mantenerse
activas por
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cuestiones remunerativas, exigen a la medicina soluciones rápidas, que no demanden tiempo e inversión y es por eso
que suelen acudir al paradigma popular como alternativa.
2) Cuerpo de conocimientos:
La medicina genérica carece de conocimientos propios y auténticos, generados por sí misma. Su cuerpo de conocimiento
es una imbricación de los saberes aportados por los distintos paradigmas de salud especializados y adquirido por el
paciente a partir de su contacto con los distintos curadores con los que ha estado.
En su medicina genérica, el paciente combina varias vertientes de medicina especializada, sobre todo en la sociedad
occidental contemporánea, donde podemos detectar elementos de todos los paradigmas analizados. Por tanto, el
cuerpo de conocimiento de la medicina genérica occidental se constituye con los aportes de: la medicina científico-
mecanicista, la vieja medicina mágico-shamánica heredada de los antepasados mestizos (aborigen-criollo), los residuos
humorales, la incorporación de prácticas orientales, la medicina popular, los componentes neohipocráticos y los aportes
del paradigma social.
La forma en que se tome el aporte de cada uno de los paradigmas, las circunstancias y la combinación que se haga de
ellos, dependerá principalmente de la clase social del paciente y su cultura. Las preocupaciones y las posibilidades de
elección de un paradigma, varían de acuerdo con la calidad de vida y el estilo de vida, con los criterios y la disponibilidad
de recursos económicos. Por ejemplo, la juventud y expectativa de vida son preocupaciones de la clase hegemónica, que
ya tienen asegurados todos los medios para la supervivencia y gozan de altos niveles de calidad de vida. Por el contrario,
a estas clases no le preocupa demasiado el SIDA. En primer término, porque poseen condiciones y estilos de vida que les
permiten la prevención. En segundo término, porque disponen de los recursos económicos como para poder acceder al
tratamiento mecanicista por costoso que sea.
Así como varían las preocupaciones de acuerdo a la extracción sociocultural, también varían las elecciones. Quien
practica la cultura hegemónica, cientificista y secularizada, es poco probable que opte por recurrir a los paradigmas
popular o aborigen. En cambio, podrá optar por el paradigma neohipocrático para la prolongación de la juventud, o por
el paradigma oriental ante la falta de contenido simbólico y la asimetría de la medicina mecanicista. A diferencia de las
clases populares que no tienen tiempo de ocio, los sectores favorecidos reclaman más participación en la terapéutica
porque han encontrado en el cuidado de la salud una alternativa para ocupar sus energías y encontrar mayor significado
a sus aburridos hábitos cotidianos. Las clases subalternas, más religiosas y nacionalistas, posiblemente no se sientan tan
identificadas con paradigmas costosos como el oriental (extranjero) o el neohipocrático (secular) y, ante la ineficacia e
inaccesibilidad del paradigma mecanicista, acudirán mayoritariamente al paradigma popular (místico, local y
económico).
La condición sociocultural también determina la relación del paciente con el paradigma mecanicista ya que, los
pacientes irán optando por distintos paradigmas alternativos según su clase social, pero el paradigma mecanicista será
siempre el dominante, el que siempre está presente en todas las clases sociales y en todas las culturas. Todos los
pacientes recurren a este paradigma, aunque luego lo incorporan de distintas forma y circunstancias a su medicina
genérica.
A la clase hegemónica, la disponibilidad de recursos económicos le permite acceder plenamente a la versión más
avanzada y completa de este paradigma, por más costoso que sea el tratamiento. Esta clase utiliza de forma
complementaria otros paradigmas para atender problemáticas puntuales. En cambio, a las clases subalternas, la escasa
disponibilidad de recursos económicos les impide acceder de forma plena a la medicina mecanicista. Aquí, el
acercamiento a este paradigma es frecuente pero heterogéneo por lo que recurren a otros paradigmas como forma de
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complementar los espacios
vacíos que el paradigma
mecanicista deja en su
atención incompleta. Es decir,
se produce la situación
inversa: si la clase hegemónica
recurre a otros paradigmas
cuando agotó la oferta del
mecanicista, las clases
populares recurren a otros
paradigmas exactamente por
no poder agotar plenamente
la oferta mecanicista. Pero en
ambos casos se recurre al
paradigma mecanicista en
primera instancia y se acude a
los demás de forma
complementaria.
La combinación que el
paciente haga de los distintos
paradigmas de salud terminará por conformar lo que sabe de medicina. Entonces, este cuerpo de conocimientos de la
medicina genérica será plural, compuesto por varias medicinas. Además, el cuerpo de conocimientos genérico se
caracterizará por A) la incongruencia, B) la heterogeneidad y C) el eclecticismo.
A) No es congruente porque el paciente arbitrariamente combina conocimientos de paradigmas contrapuestos que
propician ideas distintas e incluso contradictorias de la enfermedad y el recupero de la salud.
B) Es heterogéneo porque, en el cuerpo de conocimientos de la medicina genérica, convive una gran diversidad de
conocimientos, de distintos orígenes y con distintos destinos.
C) Ecléctico porque el paciente no experimenta ningún conflicto ante la incongruencia y heterogeneidad de su
cuerpo de conocimientos. No le preocupa y no hace esfuerzo alguno por sistematizar y dar forma coherente a su
bagaje de conocimientos sobre salud. El manejo que hace de este cuerpo de conocimientos es pragmático,
arbitrario y oportunista. Toma, saca, aplica y descarta, según su necesidad y conveniencia práctica.
La importancia del PSE
Este cuerpo de conocimientos no sólo determinará las prácticas de autoatención y la relación con los distintos
especialistas, sino también influirá en la relación del paciente con la enfermedad. El PSE del paciente, es decir: lo que
piensa, siente y espera de su enfermedad, estará definido por este conocimiento. Por lo tanto, la elección y combinación
que el paciente haga de los paradigmas de salud, tendrá relación con la interpretación que haga del padecimiento y los
síntomas, las creencias sobre las causas y consecuencias, y las expectativas respecto al tratamiento que espera recibir.
En el momento que entra en contacto con el curador, el paciente ya tiene una medicina genérica que influye en su PSE.
A causa del cuerpo de conocimientos de la medicina genérica, el paciente ya piensa, siente y espera algo de la
enfermedad. Este PSE no es individual, sino plural, cultural; ya que varía de acuerdo a la extracción social del enfermo.
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Antes de consultar al especialista, el PSE del paciente ya tiene un diagnóstico sobre el padecimiento (una interpretación
de los síntomas y una creencia de las causas). Además, el PSE contiene un pronóstico que define la gravedad de la
enfermedad, las consecuencias posibles y una expectativa del tratamiento que tiene que recibir. Este PSE, además de
conocimiento sobre la enfermedad, presenta un impacto emocional que podrá generar inseguridad,miedo, pánico,
ansiedad, angustia o excitación según sus expectativas.
3) Terapéutica:
Es una terapéutica
transversal y
transaccional, con
importante
predominio de la
autoatención.
- Medicina
especializada
transversal y
transaccional: hace
referencia a que el
paciente se va
moviendo entre los
distintos paradigmas
que le ofrece la
sociedad compleja y
heterogénea (con
diversidad cultural y
pluralismo de prácticas curativas). Este tránsito e interacción con los paradigmas tendrá distinta dirección e intensidad
de acuerdo a la extracción sociocultural y experiencias del paciente. Él irá dando forma a su propia terapéutica, usando e
intercambiando paradigmas que se pretenden aislados y contrapuestos, fusionándolos y combinándolos de acuerdo a
sus necesidades, posibilidades e intereses.
- Medicina de la autoatención: la autoatención es el conjunto de prácticas del paciente y su grupo de pertenencia para
prevenir la enfermedad o recuperar la salud, con independencia de todo curador. Estos conocimientos y prácticas no
son creación del paciente sino que provienen de los distintos paradigmas de la salud con los que ha interactuado a lo
largo de sucesivas consultas y tratamientos. Con cada diagnóstico y tratamiento, el paciente ha incorporado
conocimiento. Por monopólico que sea el control del saber por parte del médico, por autoritaria y asimétrica que sea la
relación con el paciente, en la interacción siempre habrá transmisión de conocimientos. Cuando el paciente aplica estos
conocimientos por su cuenta, está realizando el proceso de autoatención.
DIAGNÓSTICO
La autoatención se da en todas las clases sociales y grupos culturales, pero su modalidad puede variar por la extracción
social del paciente. La autoatención es el primer acto del paciente ante el padecimiento y determina la carga emocional
con la que se acercará o no a la medicina especializada. En este sentido, la medicina genérica empieza con el auto-
diagnóstico. El paciente enseguida hace una interpretación de sus síntomas para llegar a una conclusión de cuál es el
origen de sus padecimientos. Este diagnóstico suele ser colectivo: en conjunto con su grupo de pertenencia se describen
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los síntomas, se relata el padecimiento, se intercambia información, se recoge y compara opiniones. En esta primera
instancia de la autoatención, el paciente decide si concurrirá al médico. Pero cuando lo haga, ya tendrá una idea
preconcebida de su enfermedad, una descripción, un análisis de los síntomas, un pronóstico y una expectativa de
tratamiento.
TRATAMIENTO
Luego de su propio diagnóstico, el paciente puede tomar tres caminos posibles: 1) ensayar un tratamiento autónomo
postergando la consulta con el médico, 2) abandonar la autoatención y recurrir a un curador especializado y 3) hacer
ambas cosas al mismo tiempo: el tratamiento autónomo y la consulta con el médico. A partir de la consulta, la incidencia
de la autoatención en el recupero de la salud dependerá de la eficacia y factibilidad de los tratamientos. Si el
tratamiento de autoatención arroja resultados satisfactorios, es probable que el paciente desestime el tratamiento
propuesto por el curador. Caso contrario, aumentarán las probabilidades que el paciente desarrolle el tratamiento
prescripto por el especialista.
De la misma manera, si el tratamiento prescripto por el curador no es congruente con las oportunidades y los recursos
del paciente, la autoatención ganará consenso en la mente del enfermo y sus allegados. A la inversa, con un tratamiento
especializado que se ajusta a las oportunidades y los recursos del enfermo y su grupo de pertenencia, será más fuerte la
consideración de abandonar el tratamiento de su medicina genérica.
La eficacia de una u otra opción (medicina genérica o medicina especializada de algún paradigma) depende de la calidad
de respuestas frente al padecimiento. Pero la factibilidad de uno u otro tratamiento, depende de la extracción
sociocultural del paciente, ya que está asociada a su disponibilidad de recursos. Las clases sociales más pudientes son las
que reducen al mínimo la autoatención una vez concretada la consulta con el médico. En las clases sociales de menores
recursos sucede exactamente lo contrario. Las clases favorecidas, en caso de no estar conforme con la eficacia del
tratamiento mecanicista, pueden llegar a aplicar prácticas de autoatención provenientes de paradigmas que dan mayor
participación al paciente, como el neohipocrático o el oriental.
Hay dos formas de autoatención en la medicina genérica: la holística preventiva y la restringida curativa.
a) La holística preventiva es la autoatención más positiva y eficaz, ya que tiene lugar en la etapa prepatogénica (antes de
la enfermedad). Representa un conjunto de conocimientos y prácticas culturales que los individuos toman de los
distintos paradigmas y aplican en su estilo de vida con el objetivo de mantenerse saludables. Ésta es la medicina de la
calidad de vida, de la educación y conciencia sanitaria, la del ciudadano responsable que organiza su vida en función de
su salud. Esta medicina del buen vivir como un estilo de vida, como un conjunto de hábitos internalizados a través de
una cultura profiláctica, es el resultado de la acumulación del aprendizaje y consecuencia de condiciones de vida
desarrolladas. En este sentido, la medicina genérica holística sería la internalización sociocultural de los mejores aportes
de cada paradigma de salud.
b) Por el contrario, la autoatención restringida curativa tiene lugar durante la etapa patogénica, cuando aparecen los
síntomas de la enfermedad. Son conocimientos y prácticas tomados de distintos paradigmas de salud, que el paciente y
su grupo aplican para combatir la presencia declarada del padecimiento. La automedicación es en la actualidad la forma
más corriente y difundida de autoatención restringida curativa. Es la medicina menos eficaz, ya que supone riesgos
mayores para el enfermo. Esta autoatención que se limita a la curación inmediata, responde a diversas causas: 1- causas
objetivas: como la falta de recursos para acceder a un tratamiento especializado (por eso predomina en la pobreza), 2-
causas subjetivas: como la falta de confianza de la población en los paradigmas disponibles (por eso predomina cuando
los paradigmas entran en crisis y pierden credibilidad), 3- causas prácticas: es más cómodo y más rápido concurrir
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directamente a la farmacia a comprar un medicamento, que recurrir al curador especializado, que por su condición de
inaccesible siempre implica algún tipo de complicación.
La relación de la medicina mecanicista con la autoatención es contradictoria. Por un lado la desalienta y la combate por
medio de capacitación, promoviendo la consulta al médico, y con reglamentos para restringir la venta de medicamentos
sin autorización del curador. Por otro lado, la promueve de distintas formas: 1- Genera una cultura medicamentosa en la
población, que recurre rápidamente a los fármacos ante cualquier síntoma. 2- Inculca ciertas prácticas médicas, para
que aplique el paciente con autonomía, a través de la APS. 3- Desarrolla una política comercial e institucional de
inaccesibilidad, que fuerza a los pacientes a la autoatención. 4- Cultiva una mala relación con el paciente, que termina
por evitar la consulta con el profesional.
4) El paciente:
Es el gran
protagonista: activo
y participativo,
porque esta es su
propia medicina. El
paciente es quien
tiene el control.
Pero lo único que
no puede dominar
es la influencia que
su extracción social
ejerce en sus gustos
y posibilidades. Su
clase y cultura se le
impone,
conduciéndolo
hacia una medicina
genérica particular.
Es unpaciente que hace un uso pragmático, arbitrario y ecléctico del conocimiento de la salud disponible en su
sociedad, transitando de forma transaccional y transversal los distintos paradigmas de la salud.
Se trata de un paciente miembro de una sociedad con diversidad cultural y étnica, plural y estratificada en clases
sociales. De acuerdo a la extracción social y étnica del paciente habrá preponderancia de alguno de los paradigmas
alternativos. Pero en todos los casos, el papel dominante en la combinación lo tendrá la medicina mecanicista. Todas las
clases sociales y grupos culturales recurren al paradigma mecanicista cuando la enfermedad se presenta con sus
padecimientos y síntomas; utilizan la medicina mecanicista para curarse, ninguno para prevenir.
Más allá de esto, cada clase social hace una explotación diferente del paradigma dominante. En los pacientes de clases
hegemónicas, el uso de la medicina mecanicista tiene un alto grado de hedonismo y narcisismo, ya que se acercan
movilizados por la estética y fines privados como la exhibición, el reconocimiento social, el placer sexual. En cambio, las
clases subalternas, regularmente agobiadas por largas jornadas de trabajo, malas condiciones, pésimas compensaciones
económicas y tareas carentes de motivaciones, buscan la enfermedad como medio para evadirse de tal situación.
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Conseguir un diagnóstico y un tratamiento es una manera cada vez más recurrente de escapar de su condición social de
obreros y empleados.
5) El curador:
La medicina genérica carece de un curador en particular. Incluso, en la autoatención curativa, es el propio paciente
quien actúa de curador en la medicina genérica. El resto del tiempo, hay una multiplicidad de curadores, de diversos
paradigmas, con los cuales el paciente va interactuando de una forma pragmática, arbitraria y ecléctica. Así, los
curadores son yuxtapuestos, complementados e imbricados por el paciente.
Aunque los médicos tengan la fantasía de conservar el control del proceso de recupero de la salud, en los hechos el
paciente comparte secretamente su tratamiento con otros curadores complementarios y contrapuestos. Esta
articulación y transacción de conocimientos que hace el paciente, a veces también la realizan los curadores. La fidelidad
al paradigma que representan no es absoluta, presenta fisuras, deja espacios por donde se filtran conocimientos de
otros paradigmas. Y esto es así porque el propio curador también ha sido paciente y, como tal, también ha participado
de la medicina genérica. Es así como podemos encontrarnos con curadores populares que recetan medicamentos, o
médicos mecanicistas que invitan al paciente a concurrir al curandero o a rezar por su salud.

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