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Farmacoterapia con anestésicos generales inhalados

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Farmacoterapia con anestésicos generales inhalados
Los anestésicos generales son fármacos que producen rápidamente la pérdida de conciencia y la analgesia total. Estos fármacos se administran habitualmente por vía IV o por inhalación. Para complementar los efectos del anestésico local, se administran fármacos complementarios antes, durante y después de la cirugía.
Existen dos métodos principales de inducir anestesia general. Los fármacos intravenosos se administran normalmente en primer lugar porque actúan en pocos segundos. Después de que el paciente pierda la consciencia, los fármacos inhalados se usan para mantener la anestesia. Durante los procedimientos quirúrgicos cortos o aquellos que requieren etapas inferiores de anestesia, se usan sólo agentes IV.
Los anestésicos generales inhalados, recogidos en la ta bla 19.4, pueden ser gases o líquidos volátiles. Estos fármacos producen sus efectos impidiendo el flujo de sodio al interior de las neuronas del SNC, retrasando, así, los impulsos nerviosos y produciendo una reducción considerable de la actividad neural. El mecanismo exacto no se conoce con exactitud, aunque es probable que se activen los receptores del ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el encéfalo. No es el mismo mecanismo que el que se conoce para los anestésicos locales.
Existen algunas pruebas poco concluyentes que sugieren que el mecanismo puede estar relacionado con el de algunos fármacos anticomiciales. No existe un receptor específico al que se unan los analgésicos generales, y no parecen afectar a la liberación de neurotransmisores.
Anestésicos generales gaseosos
El único gas utilizado habitualmente para anestesia es el óxido nitroso, comúnmente llamado gas de la risa. El óxido nitroso se utiliza para procedimientos odontológicos y para procedimientos obstétricos y quirúrgicos breves. Se puede usar junto con otros anestésicos generales, haciendo posible reducir sus dosis con una mayor eficacia.
El óxido nitroso debe usarse con precaución en caso de miastenia grave, puesto que puede causar depresión respiratoria y efectos hipnóticos prolongados. Los pacientes con enfermedad cardiovascular, especialmente aquellos que presentan hipertensión intracraneal, deben controlarse cuidadosamente, porque los efectos hipnóticos del fármaco pueden prolongarse o potenciarse.
Anestésicos generales líquidos volátiles
Los anestésicos volátiles son líquidos a temperatura ambiente, pero se convierten en vapor y se inhalan para producir sus efectos anestésicos. Los fármacos volátiles administrados normalmente son halotano, enflurano e isoflurano. El más potente es el halotano. Algunos anestésicos generales potencian la sensibilidad del corazón a fármacos como la adrenalina, noradrenalina, dopamina y serotonina. La mayoría de los líquidos volátiles deprimen la función cardiovascular y respiratoria. Puesto que tiene menos efecto sobre el corazón y la dosis no perjudica al hígado, el isoflurano se ha convertido en el anestésico inhalado más ampliamente usado. Los líquidos volátiles se excretan casi por completo por los pulmones, mediante la espiración.
Consideraciones de enfermería
La función del profesional de enfermería en el tratamiento con anestesia general implica el cuidadoso control del estado del paciente y proporcionar educación relacionada con el tratamiento farmacológico prescrito. La anestesia general se usa principalmente para procedimientos quirúrgicos prolongados e implica riesgos significativos. Informe al paciente de que la anestesia la administrará personal altamente cualificado, un anestesista o profesional de enfermería anestesista, y que usted le asistirá para garantizar su seguridad. Antes de la intervención quirúrgica, valore las constantes vitales, pruebas de laboratorio, nivel de conocimiento respecto al procedimiento y la presencia de ansiedad. Valore si el paciente ha consumido alcohol u otros depresores del SNC en las 24 horas previas, porque estos productos potencian los efectos anestésicos. Obtenga información respecto al uso de otros medicamentos.
Los efectos del óxido nitroso son de inicio y recuperación rápidos, y los efectos secundarios son mínimos, como náuseas y vómitos. Determine el nivel de conocimiento del paciente y tranquilícelo para aliviar su ansiedad.
En el período postoperatorio inmediato, controle en el paciente los efectos secundarios de la anestesia general, como náuseas y vómitos, depresión del SNC, dificultad respiratoria, cambio en las constantes vitales y complicaciones relacionadas con el procedimiento, como hemorragia o shock inminente.
El uso de halotano está contraindicado en pacientes a los que se les ha administrado este fármaco en los 14 a 21 días previos, porque puede causar hepatitis por halotano si se usa con frecuencia. No administre a mujeres embarazadas (categoría D) o a pacientes con disminución de la función hepática, porque puede ser hepatotóxico. Deben tomarse precauciones en pacientes con afecciones cardíacas, especialmente bradicardia y arritmias, ya que la medicación reduce la presión arterial y hace más sensible el miocardio a las catecolaminas, lo que puede causar arritmias graves.
Consideraciones por edades
Los niños normalmente son más sensibles a la anestesia que los adultos, ya que sus sistemas orgánicos no están completamente desarrollados. Por tanto, deben calcularse cuidadosamente las dosis de la medicación utilizada. En niños menores de 2 años no está recomendado el uso de algunos fármacos anestésicos, como los bloqueantes neuromusculares.
Los profesionales de enfermería deben entender que los niños que van a someterse a cirugía tienen miedo y les preocupa la cirugía y la anestesia. La edad y nivel de desarrollo del niño tienen un papel crítico en su concepto sobre qué significa recibir anestesia. Los niños menores de 1 año habitualmente no se preocuparán sobre lo que va a ocurrir, pero mostrarán ansiedad por la separación cuando se les separe de sus familiares. El miedo a las agujas, a lo desconocido y a la lesión contra la integridad corporal comienza cuando el niño empieza a andar y continúa durante toda la infancia. Los niños a menudo perciben las ansiedades de sus padres, por lo que es esencial que los cuidadores mantengan la calma. Sostener al niño durante la inducción de la anestesia podría ayudar a aliviar sus temores. Pueden aplicarse cremas anestésicas locales sobre la piel para eliminar el dolor causado por las agujas.
A los pacientes geriátricos también les afecta más la anestesia que a los adultos jóvenes. Debido a los cambios en el metabolismo de los fármacos que pueden producirse con la edad avanzada, estos pacientes son especialmente sensibles a los efectos de barbitúricos y anestésicos generales. Esto aumenta las posibilidades de efectos secundarios; por tanto, los pacientes geriátricos deben están bien controlados. Los pacientes geriátricos son también especialmente sensibles a los efectos de los anestésicos locales. Los fármacos hipnótico-sedantes utilizados antes de la intervención quirúrgica pueden agravar la confusión o excitación en pacientes geriátricos; por consiguiente, el riesgo de lesión aumenta. Es extremadamente importante controlar a los pacientes ancianos para prevenir caídas.
Debe evaluarse cuidadosamente el posible efecto en el feto del uso de anestesia durante el embarazo. Es fundamental tener claro que cualquier fármaco administrado a mujeres embarazadas se le administra también al feto. El uso de cualquier tipo de anestesia durante el embarazo o durante el parto tiene efecto anestésico sobre el feto. La anestesia puede ralentizar o incluso detener el parto, reduciendo la capacidad de la mujer para empujar durante el mismo o condicionando que el neonato esté sedado al nacer. El momento oportuno de administración de una anestesia durante el parto es crítico para evitar el uso de naloxona en el recién nacido.
Educación del paciente
La educación del paciente, en lo que se refiere a los anestésicos generales, debe incluir los objetivos del tratamiento, los motivos para obtener datos iniciales,como las constantes vitales y la existencia de trastornos subyacentes, y posibles efectos secundarios farmacológicos. Incluya los siguientes puntos en la educación de los pacientes sobre anestésicos generales:
· Interrumpir la administración de la medicación, de fitoterapia y suplementos dietéticos 24 horas antes de la cirugía o según las indicaciones del médico.
· No consumir alcohol 24 horas antes de la cirugía.
· No comer ni beber después de recibir anestesia hasta que el médico le indique que puede hacerlo.
· Después de la operación, practicar respiraciones profundas según indique el profesional sanitario.
Farmacoterapia con anestésicos IV
Los anestésicos IV se usan solos, para procedimientos cortos, o en combinación con anestésicos inhalados.
Los anestésicos intravenosos son complementos importantes a la anestesia general. Aunque ocasionalmente se usan solos, a menudo se administran con anestésicos generales inhalados. La administración concomitante de anestésicos IV e inhalados permite reducir la dosis del fármaco inhalado, reduciendo así la posibilidad de efectos secundarios graves. Además, cuando se combinan los anestésicos IV e inhalados, proporcionan una mayor analgesia y relajación muscular de las que podrían proporcionar el anestésico inhalado solo. Cuando los anestésicos IV se administran solos, generalmente se reservan para procedimientos médicos que duran menos de 15 minutos.
Los fármacos empleados como anestésicos IV son barbitúricos, opioides y benzodiacepinas. Los opioides ofrecen la ventaja de una analgesia superior. Combinando el opioide fentanilo con el fármaco antipsicótico droperidol, se produce un estado conocido como neuroleptoanalgesia. En este estado, el paciente está consciente, aunque insensible al dolor y desconectado del entorno. Se comercializan combinaciones premezcladas de ambos fármacos. Un estado similar de conciencia disociada se produce con la ketamina.
Consideraciones de enfermería
La función del profesional de enfermería en la farmacoterapia con anestésicos IV implica el cuidadoso control del estado del paciente y proporcionar educación relacionada con el tratamiento farmacológico prescrito. La sedación IV se usa para reducir la ansiedad y el temor asociados con el confinamiento por la mascarilla empleada para la anestesia inhalada. Ayude al médico a completar una exhaustiva valoración que incluya antecedentes patológicos, antes de seleccionar un anestésico o combinación de anestésicos. Se puede solicitar la administración de medicamentos aparte de la anestesia durante los períodos preoperatorio, perioperatorio o postoperatorio, como antiansiolíticos, sedantes, analgésicos, opioides y anticolinérgicos. Los anestésicos IV están contraindicados en pacientes con sensibilidad al fármaco, porque pueden producirse reacciones alérgicas que oscilan desde urticaria a parada respiratoria. Valore la idoneidad de una vía de acceso IV.
Controle cuidadosamente a los pacientes con enfermedad cardiovascular, porque los anestésicos IV pueden causar depresión del miocardio y provocar disritmias. Controle también cuidadosamente a los pacientes con trastornos respiratorios, porque la depresión respiratoria puede dar lugar a altos niveles de anestésico en sangre. Se puede usar tiopental con precaución en pacientes con trastornos convulsivos, hipertensión intracraneal, trastornos neurológicos y mixedema.
El uso de anestésicos generales causa depresión del SNC. Durante el período postoperatorio, controle los cambios en las constantes vitales, alucinaciones, confusión y excitabilidad del paciente. Otros efectos o reacciones secundarias que se deben valorar son dificultades respiratorias, escalofríos y temblores, náuseas o vómitos, cefalea y somnolencia. La educación preoperatoria es vital para que el paciente entienda el anestésico y la experiencia quirúrgica completa y ayudar a disipar los temores y la ansiedad del paciente y del cuidador.
Educación del paciente
La educación del paciente, en lo que se refiere a los anestésicos generales, debe incluir los objetivos del tratamiento, los motivos para obtener datos iniciales, como constantes vitales y la existencia de trastornos cardiovasculares subyacentes, así como posibles efectos secundarios farmacológicos. Incluya los siguientes puntos en la educación de los pacientes sobre anestésicos generales:
· Puede administrarse medicación antes de la operación para ayudar al proceso de sedación.
· Las constantes vitales y valoraciones se realizarán de forma rutinaria hasta que sean estables.
· No comer ni beber nada hasta que el médico le indique que puede hacerlo.
· Notificar inmediatamente cualquier dificultad respiratoria, náuseas o molestias tras el procedimiento.
Fármacos no anestésicos como coadyuvantes en la cirugía
Se usan diversos fármacos para complementar los efectos de los anestésicos generales o para tratar los efectos secundarios previstos de la anestesia. Estos fármacos se denominan coadyuvantes de la anestesia. Se pueden administrar antes, durante o después de la cirugía.
Los fármacos preoperatorios administrados para aliviar la ansiedad y proporcionar una sedación leve son los barbitúricos o benzodiacepinas. Pueden administrarse opioides como la morfina para contrarrestar el dolor que el paciente sufrirá después de la cirugía. Los anticolinérgicos como la atropina pueden administrarse para secar las secreciones y suprimir la bradicardia causada por algunos anestésicos.
Durante la cirugía, los principales adyuvantes son los bloqueantes neuromusculares. Para que los procedimientos quirúrgicos se puedan realizar con seguridad, es necesario administrar fármacos que causen la completa relajación de los músculos estriados. La administración de estos fármacos también permite reducir la cantidad de anestésico. Los fármacos bloqueantes neuromusculares se clasifican como bloqueantes despolarizantes o bloqueantes no despolarizantes.
El único bloqueante despolarizante es la succinilcolina, que funciona uniéndose a los receptores de acetilcolina en las uniones neuromusculares para provocar la relajación total de los músculos estriados. La succinilcolina se usa en cirugía para facilitar la intubación traqueal. El mivacurio es el bloqueante no despolarizante de acción más corta, mientras que la tubocurarina es el fármaco bloqueante neuromuscular de acción más larga. Los bloqueantes no despolarizantes causan parálisis muscular, compitiendo con la acetilcolina por los receptores colinérgicos en las uniones neuromusculares. Una vez unidos al receptor, los bloqueantes no despolarizantes impiden la contracción muscular.
Los fármacos postoperatorios incluyen analgésicos para el dolor y antieméticos, como prometacina, para las náuseas y vómitos que se producen a veces durante la recuperación de la anestesia. Ocasionalmente se administra un parasimpaticomimético, como betanecol, para estimular los músculos lisos del intestino y de las vías urinarias para iniciar el peristaltismo tras la cirugía. El betanecol se presenta como fármaco prototípico.
Consideraciones de enfermería
La función del profesional de enfermería en el tratamiento con bloqueantes neuromusculares implica el cuidadoso control del estado del paciente y proporcionar educación relacionada con el tratamiento farmacológico prescrito. Los fármacos bloqueantes neuromusculares se usan de modo que el paciente experimenta la relajación completa de los músculos estriados durante el procedimiento quirúrgico. No se recomienda el uso continuado debido a los posibles efectos secundarios. Los pacientes deben ser conscientes de que estos fármacos se usan sólo en un contexto de atención aguda controlada, normalmente durante la cirugía, por un profesional experimentado.
Como preparación para el uso de succinilcolina, valore la presencia o antecedentes de disfunción hepática o renal, enfermedad neuromuscular, fracturas, miastenia grave, glaucoma o lesiones oculares penetrantes. El uso de este fármaco está contraindicado en pacientes con estos trastornos. El uso en niños menores de 2 años estácontraindicado porque puede causar arritmias e hipertermia maligna.
El mivacurio se usa para la intubación y está contraindicado en personas con enfermedad renal o hepática, desequilibrio hidroelectrolítico, trastornos neuromusculares, enfermedad respiratoria u obesidad. Este fármaco se debe usar con precaución en pacientes geriátricos y en niños. No debe usarse durante el embarazo ni la lactancia. El anestesista podrá administrar el fármaco durante la cesárea.
Antes de usar cualquier bloqueante neuromuscular, valore el estado físico, incluidas las constantes vitales, reflejos, tono y respuesta muscular, tamaño y reactividad de las pupilas, ECG, ruidos pulmonares, borborigmos, afectividad y nivel de conciencia. Controle la hipotensión, taquicardia, apnea prolongada, broncoespasmo, depresión respiratoria, parálisis e hipersensibilidad.
Educación del paciente
La educación del paciente, en lo que se refiere a los bloqueantes neuromusculares, debe incluir los objetivos del tratamiento, los motivos para obtener datos iniciales, como constantes vitales y la existencia de trastornos hepáticos y renales subyacentes, y posibles efectos secundarios farmacológicos. Incluya los siguientes puntos en la educación del paciente sobre los bloqueantes neuromusculares.
· Durante el procedimiento no podrá moverse ni hablar debido a la parálisis.
· Estará despierto y consciente durante el procedimiento; por tanto, también se le puede administrar un antiansiolítico para ayudarle a relajarse.
· El profesional sanitario estará con él hasta que remitan los efectos de la medicación.
· Su médico valorará las necesidades que tenga de analgésicos durante este tiempo.

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